viernes, 18 de septiembre de 2009

ONE-SHOT

OUR FIRST TIME

Por Kath Cullen


"Siempre habíamos sido los mejores amigos, compartíamos todo, desde las travesuras en el jardín de niños hasta nuestro primer beso, entonces ¿Por qué esta vez iba a ser distinta?"


Edward POV


―¿Qué sucede, Bella?—le pregunté mientras tomaba asiento junto a ella.

Mi amiga bajo la mirada unos segundos antes de volver a mirarme, cuando lo hizo, sus mejillas tenían un delicado tono rosado. Suspiró.

―… Jacob me pidió que… bueno, él y yo… lo hiciéramos…―dijo en tono bajo.

No pude evitar que mis puños se cerraran a mis costados de la rabia, pero intente disimular mi enojo cuando le hable.

―¿Y por que me lo dices a mi?

Ella me miró confusa, tal vez, no logre disimular muy bien.

―Por que necesito tu ayuda, Edward.

―¿Mi ayuda?—le pregunté con extrañeza.

Ella asintió.

―Mira, tú sabes que yo bueno, … yo aun soy virgen y…―se trabó.

―No entiendo, Bella, pero si no estas segura de querer dar ese paso con Jacob, deberías decírselo… No debes sentirte obligada.

―No, no es eso.

―¿Entonces…?—inquirí sin comprender.

―Es solo que yo…―bajó la mirada―, ya sabes, no tengo experiencia…―Iba a decirle que aquello no importaba, aun cuando la sola imagen de ese tocándola me enojaba, pero ella me interrumpió antes de que pudiera decir algo―. Por eso necesito tu ayuda.

La mire con extrañeza, la mayoría del tiempo Bella era para mi casi como un libro abierto, nos conocíamos de toda la vida por lo cual, para nosotros era sencillo saber que pasaba por la mente del otro aun antes de expresarlo con palabras, pero últimamente esto nos estaba resultando difícil. Ninguno de los dos se dejaba ver con tanta facilidad, nos estábamos ocultando cosas, como ella cuando comenzó a salir de pronto con ese chico, Jacob hacía más de medio año.

―No te sigo, Bella…

Ella bufó antes de ponerse de rodillas en el sofá y mirarme a los ojos.

―Edward, eres mi mejor amigo desde que tengo uso de memoria ―asentí―, y bueno, siempre haz estado aquí para mi, como yo para ti…

―Si, pero… ¿Qué tiene que ver con…?

―Necesito que hagas algo por mi ¿Lo harías? ¿Lo harías, Edward?—pidió con sus ojos castaños brillando. No podía negarle nada.

―Claro, lo que sea, Bella.

Hazlo conmigo…―dijo con las mejillas alborozadas y la mirada fija en la tela de color beige que cubría el sofá.

―¿Qué?

Estaba seguro de que mi expresión de perplejidad era mayúscula, no podía dar crédito a las palabras que había oído de los labios de mi mejor amiga, ella simplemente no podía estarme pidiendo aquello; ¿Acaso no notaba como me consumían los celos cada vez que la veía con su novio? ¿No se daba cuenta de que la quería más de lo que debería? ¿No se daba cuenta de que pedirme eso era demasiado para mi, más de lo que podría soportar?

―No, no, Bella― dije moviendo la cabeza de lado a lado―, no puedo, no… no sabes lo que estas diciendo, es una locura.

―Por favor, Edward―rogó―, me lo prometiste.

―¡Por que pensé que era un favor medianamente cuerdo!—grité fuera de mi.

―Por favor―volvió a pedir―, será como con nuestro primer beso, por favor, eres con el único que tengo la confianza suficiente como para dar un paso así…

―Me estas pidiendo algo más que un simple beso, Bella, quieres que tengamos relaciones… no es algo para tomárselo a la ligera.

―Lo sé, por eso te lo pedí…―la mire con los ojos entornados―, no tengo experiencia, y no quiero que Jacob piense que soy una tonta si no sé que hacer―dijo agachando la mirada.

―Sería un idiota si pensara algo así―le dije levantando su mentón, sus ojos estaban vidriosos.

―Por favor, Edward―volvió a rogar con voz queda―, hazlo por mi… sé que no soy la gran cosa, no soy como Tanya, pero por favor, ayúdame… Me da miedo dar un paso así con alguien más ―repitió―, tú me conoces mejor que nadie, por favor…

―Bella…

―Por favor, no te voy a pedir nada más, solo será una vez y después, será como si nada hubiera pasada… Todo seguirá siendo igual.

Pero yo sabía que no sería así…

No con mis sentimientos de por medio. Sabía que sería algo más que solo hacerlo, estábamos hablando de la chica a la cual amaba en secreto desde hacía tiempo, pero ella me veía solo como un amigo y nada más. Para mi significaría mucho más que un simple “favor de amigos”.

.....

Mientras conducía rumbo a la casa de Bella aquel sábado a media tarde me repetí mentalmente una y otra vez nuestra conversación, intentando convencerme de la locura que iba a cometer. Conduje de manera mucho más lenta de lo usual intentando retrasar el momento, rogando mentalmente por que finalmente Charlie hubiera cambiado su turno en la estación de policías y siguiera aun en la casa. Pero no tenía tanta suerte, el coche patrulla no estaba allí cuando estacione mi auto en la entrada. Camine rumbo a la puerta con las manos en los bolsillos de mis vaqueros y un gran nudo en el estomago. Tragué con fuerza antes de llamar a la puerta. Bella abrió antes de que mis nudillos pudieran entrar en contacto con la madera.

―H-Hola, Edward…―dijo con una sonrisa nerviosa.

―Hola ―respondí simplemente, se hizo a un lado para dejarme pasar.

La tensión se sentía en el ambiente, estaba nervioso, y al parecer Bella igual, ambos nos quedamos parados en el recibidor de la casa, tenía las manos ocultas en los bolsillos mientras recorría con la vista la familiar estancia.

―Eh, ¿quieres pasar?

―Si, estaría bien…

Ambos nos quedamos en el mismo lugar en el cual estábamos, nos miramos y no pudimos evitar estallar en carcajadas.

―¿Estamos actuando como un par de tontos, no es así? —me preguntó entre risas.

―Si, creo que si…

―Ven, vamos…―dijo tomando mi mano, risas seguían escapando de sus labios.

Llegamos hasta el sofá, cada uno se sentó en un extremo, nos volteamos al mismo tiempo haciendo contacto visual, me sentí aun más nervioso. Pues, a diferencia de lo que Bella creía, esa tarde seríamos dos los que dejaríamos de ser inocentes.

―¿Edward…?

―¿Si?

―Gracias…

―¿Por qué?

―Por todo, por… bueno ya sabes, ayudarme en esto…

Suspire, antes de asentir.

―¿Y bueno…?—preguntó.

―¿Si…?

―¿Subimos…? —inquirió en voz baja, casi imperceptible.

―Supongo que si eso quieres…―respondí encogiéndome de hombros.

¿Aquella escalera siempre había sido tan larga? Me parecía que los escalones no acababan nunca o tal vez eran mis pies que iban más lentos de lo habitual, sin embargo, agradecía esto, cualquier cosa que retrasara esto era bienvenida. Incluso había aguzado mi oído a la espera de oír las ruedas de la patrulla de Charlie o el timbre del teléfono, cualquier cosa que me impidiera hacer la locura que estaba por cometer.

Pero no tuve esa suerte.

Bella abrió la puerta con movimientos torpes, no era el único nervioso, eso podía leerlo en sus ojos.

La habitación estaba como siempre, las paredes de color azul claro, las cortinas de encaje cerradas, dejando pasar apenas los escasos rayos del siempre inesperado sol, el escritorio, el computador, la mecedora en una esquina y la cama, aquella pequeña cama que ahora sería mucho más que un simple lugar de conversación.

Bella avanzó y se sentó sobre la cama arrugando levemente el edredón, palmeo el sitio a su lado dándome a entender que fuera junto a ella, camine con pasos lentos hasta allí.

―Estoy nerviosa ―confesó tomándome la mano.

Entrelace sus dedos con los míos.

―No te estoy obligando a nada.

―Lo sé, yo te pedí esto, es que simplemente…―movió la cabeza―, ¿ves? No tengo ni idea de que hacer, soy patética ―dijo riéndose de si misma mientras se golpeaba la frente con la mano libre.

―No lo eres…―le dije acariciando su mejilla, la cual estaba más roja de lo usual.

Lentamente me fui acercando a ella, acortando la distancia entre nuestros rostros, milímetros antes de que nuestros labios se tocaran, vacile, ¡tenía que detener esta locura!, pero en ese momento ella exhalo por sus labios entreabiertos, su calido aliento dio de lleno en mis labios y una loca ansia de beber de sus labios me invadió, en menos de un segundo mis labios se encontraban sobre los suyos.

Eran más dulces de lo que recordaba, suaves y carnosos, mi brazo se enroscó de inmediato en la pequeña cintura de Bella a la vez que ella pasaba sus manos por entre mis cabellos. Sus labios se abrían y cerraban a voluntad de los míos, mi lengua decidió seguir la línea de su labio inferior antes de ir en busca de la suya, cuando se encontraron, fue como una explosión, que me urgió a acercarla más a mi, sintiendo todas sus curvas contra mi cuerpo. Necesitando de ella más que del aire para respirar.

Pero sabía que no me conformaría con un simple beso.

Mis labios comenzaron a descender por su mejilla, mientras Bella respiraba de manera ruidosa intentando captar el suficiente aire, me dirigí hasta su oreja la cual besé y mordisqueé antes de descender por su blanco cuello de manera lenta, deleitándome con la extraña fragancia que procedía de su piel. Alce mi rostro para mirarla, tenía los ojos cerrados y una expresión de satisfacción en los labios que solo lograron aumentar mis ansias de ella, ya no me importaba el motivo ni nada, lo único en que podía pensar era en tenerla entre mis brazos y hacerla mía. Saber que sería el primero me hizo sentir repentinamente eufórico, después de todo, no había nada de malo en esto, me mentí.

Desabotoné uno de los botones de su blusa y ella no opuso resistencia alguna por lo que proseguí, uno tras otro, después lentamente hice desaparecer la prenda remplazando la tela con mis propias manos. Las mejillas de Bella estaban completamente rojas y me miro dándome a entender que ella quería hacer lo mismo con mi camisa, pero que se sentía incapaz de expresarlo con palabras, era increíble como nuestra comunicación no verbal se había vuelto a reestablecer, me pregunte si ella podía leer tan fácilmente en mi también y si lo que veía en mis ojos la asustaba, ¿sería capaz de ver la verdad? Y si era así ¿Por qué no me detenía?

Sus pequeñas y vacilantes manos se movieron con lentitud por mi pecho sacando de sus ojales los botones de mi camisa. Cuando termino, se incorporó sobre sus rodillas y lentamente deslizo la prenda por mis hombros y brazos. Me miró y ambos sonreímos nerviosos antes de unir nuevamente nuestros labios.

Mis manos vagaron por su espalda de arriba abajo de manera, sintiendo como su piel se erizaba con mis roces, sus manos no se habían quedado quietas y retorcían mi cabello con cada paso de nuestras lenguas y cada jadeo que escapaba de nuestros labios, nuestros pechos subían y bajaban de manera agitada pero a un compás similar. Con cuidado, mis dedos abrieron el broche de su sujetador celeste de algodón, mis labios bajaron los breteles de este antes de que me separada un poco de ella haciendo que la prenda cayera automáticamente en la desarmada colcha purpura.

Me quede contemplándola embelezado, sus pequeños y redondos pechos subían y bajaban con cada respiro que daba, algunos mechones de su cabello castaño caían por delante dándole una imagen sensual, sus labios estaban rojos e hinchados y sus ojos estaban oscurecidos por la pasión como nunca antes los había visto, era tan hermosa, tan perfecta, tan bella.

Demasiado rápido ella ocultó sus ojos de mí, a la vez que intentaba cubrirse con un brazo.

―Perdoname…―balbuceó― lo siento, yo… ya sé que no soy la gran cosa y…

―Shhh…―la hice callar dándole un corto beso―. Eres hermosa Bella, nunca lo dudes…

Tome su brazo y lo aparte con cuidado, después con la yema de mis dedos recorrí un costado de su rostro, bajando por su cuello y descansando sobre uno de sus hombros.

―Eres lo más hermoso que he visto en mi vida…―susurré antes de buscar otra vez sus labios.

La sensación de su pecho desnudo contra el mío, piel contra piel, era maravillosa y mando una descarga eléctrica directamente a mi espalda.

―Bellisima…―susurré entre el beso.

Mis manos se atrevieron a ir más lejos, a comenzar a explorar, lentamente y de manera vacilante deje que mis manos vagaran por los costados de sus pechos haciéndola estremecer y suspirar con mayor fuerza, lo cual me incentivó a repetir el proceso. Suavemente la fui recostando en la pequeña cama. Ella alzó los brazos pidiendo mi compañía, la cual no pude negarle, por supuesto. Sus manos descendieron por mi pecho y mi abdomen hasta encontrarse con el botón de mis pantalones, el cual no dudo en desabrochar, mis labios volvieron a bajar por su cuello hasta el valle de sus senos el cual bese. Un suspiro escapo de sus labios, a la vez que recostaba la cabeza contra la almohada.

Me volví más temerario, más atrevido, y deje que mi boca recorriera su redondo pecho hasta llegar a su cumbre, la cual acaricié de manera lenta.

―Edward…―gimió y me sentí desfallecer. Yo había hecho eso.

Volví a hacerlo recibiendo un gemido más fuerte por respuesta, a la vez que mi otra mano bajaba por su costado y comenzaba a desabotonar sus vaqueros. Repetí la acción, esta vez en su otro pecho y sentí como sus dedos recorrían mi cabello y bajaban por mi espalda trazando pequeños e irregulares círculos. Mis labios se encaminaron hacia su plano vientre.

―ja, ja, ja, ja… Edward ―suspiró―, ¡me haces cosquillas!

Alcé mi rostro, ella se mordió el labio. No pude resistir besarla de nuevo, después de todo ¿Cuándo volvería a tener una oportunidad como esta? Nunca.

Había perdido la cuenta de cuantas veces había probado sus labios o de cuantas veces mis manos habían vagado por su suave cuerpo, para mi, era simplemente como estar en el cielo, mi cielo personal. La sensación de su piel empapada por el sudor en mis labios era intoxicante, era como una droga de la cual me había descubierto adicto. Sus labios eran un dulce veneno y sus gemidos y jadeos eran la perfecta melodía que endulzaba mis oídos.

La cama estaba completamente desecha de las veces que habíamos rodado por ella.

Ya no había barreras entre nosotros. Solo estábamos los dos, piel contra piel, besé por última vez sus labios antes de mirarla directamente a los ojos. Acaricie su mejilla mientras le preguntaba con la voz ronca y entrecortada:

―¿Estas segura, Bella…?

Ella movió suavemente sus caderas contra mi pelvis a la vez que asentía con la cabeza.

Mi confesión pugnó por salir de mis labios a la vez que comenzaba de manera lenta a adentrarme en ella, pero no lo hice, no dije nada. Podía sentir como su cuerpo se iba adaptando lentamente al mío a la vez que las uñas de Bella se clavaban en mi espalda y se mordía el labio inferior con fuerza, tanta que temí que fuera a hacerse daño.

―¿Estas bien…?—pregunté angustiado, deteniéndome en el acto.

Ella asintió.

―Si… simplemente, no te detengas…

Apoye mi frente en la suya antes de darle un pequeño beso en la nariz y terminar de adentrarme en ella. Me mantuve quieto por algunos segundos disfrutando de la sensación de sentirme parte de ella, éramos uno, en el sentido estricto de la palabra. Y supe en ese instante que nada volvería a ser igual.

Nunca…

Las caderas de Bella chocaron contra las mías incitándome a moverme. Demoramos unos segundos en encontrar nuestro ritmo, pero una vez lo hicimos, no lo volvimos a perder, era tan maravilloso, sentir que encajábamos a la perfección, ver como nuestros pechos ascendían y descendían al mismo tiempo, sentir sus manos paseándose por mi piel, sentir su tersa piel entre mis manos, sentir sus jadeos contra mi oído, oírla suspirar mi nombre, me hacia sentir de maravilla, amado…

El calor aumentaba y presentía que pronto todo acabaría, pero por un lado no quería que esto sucediera, por mi me quedaría así, unido a ella, por toda una eternidad, pero cuando la urgencia de sus caderas y la presión de su cuerpo sobre mi comenzó a aumentar supe que el fin estaba cerca, el fuego que sentía recorrer por mis venas ardió con aun más potencia, reclame sus labios como míos cuando sentí que el dulce climax nos alcanzaba juntos. Me recargue un poco más contra ella, agotado y respirando de manera irregular.

Sus dedos volvieron a recorrer mi cabello humedecido por el sudor. Sentía la jadeante respiración de Bella junto a mi oreja, sentía unas ganas enormes de volver a besarla, pero sabía que eso ya no sería correcto. Lentamente me separe de ella hasta quedar recostado de medio lado, sus ojos café estaban fijos en los míos y una linda sonrisa se extendía por sus labios rojos, las ganas de besarla volvieron, pero logre contenerlas.

Intenté desenrollar las sabanas de la cama y nos tape con ellas. Bella llevo una de sus manos hasta mi mejilla, sus dedos la recorrieron de manera lenta.

―Gracias…―susurró.

No respondí, me sentía extraño, distinto. Y todo lo empeoraba el hecho de que el único que miraba esto como algo especial era yo.

―¿Edward, te pasa algo? —me preguntó asustada.

―No ―respondí secamente.

―No me mientas, Edward ―me dijo, alzándose para poner su rostro a la altura del mío, el cual se encontraba entre sus manos―, a ti te pasa algo, te conozco. No puedes mentirme.

―No me pasa nada…―dije volteándome para escapar de sus ojos.

Creí que había desistido, pero a los pocos minutos sentí su peso sobre mi, estaba sentada a horcajadas sobre mi y sostenía mi rostro con fuerza entre sus manos, sus largos cabellos me hacían cosquillas.

―Edward Anthony Cullen, dime ya que te sucede o tendré que tomar medidas drásticas…―no respondí―. Edward, ¿acaso no confías en mi? —preguntó con un puchero. Sabía que no podía decirle no cuando ponía esa cara, tal vez mi hermana Alice era una mala influencia para ella―. Edward…

Con cuidado la tome de la cintura y la senté al lado mío, yo hice lo mismo, nervioso me lleve una mano al cabello y lo desordene más de lo que ya estaba, me tome el rostro, abrí los ojos y los enfoque en Bella, estaba bien, si ella quería la verdad, la tendría, aun cuando después de oírla no me quisiera ver.

―Te quiero…

Ella sonrió.

―Yo también te quiero…―me dijo dándome un puñetazo juguetón en el hombro. Capture su muñeca entre mis manos y la deslice hasta mi pecho, para que quedara sobre mi corazón. Ella me miró sorprendida.

―Pero no te quiero de esa forma ―la confusión seguía escrita en su rostro―, te quiero más que como a una simple amiga, yo… yo te amo, Bella —bajé la mirada.

Iba a levantarme e irme antes de que ella expresara en palabras su rechazo, sin embargo, no pude, sentí como su mano que aun seguía sobre mi corazón comenzaba a temblar y escuche los sollozos que pugnaban por salir de su garganta.

―¡Bella! —exclamé alarmado. Las lagrimas escapaban de sus ojos castaños y se deslizaban con lentitud por sus mejillas como minutos antes habían hecho mis labios.

―No… no m-me mientas, Edward… no, no tienes por que h-hacerlo…―dijo de manera entrecortada.

―No te estoy mintiendo, Bella ―le respondí tomándola de los hombros.

―Si, si lo haces…―soltó mientras ocultaba su rostro en mi pecho―. No entiendes que me duele que me mientas, yo…

―¿Tú, qué, Bella? —mi mano de manera temblorosa fue hasta su mentón y lo alzó.

―Yo… yo…―suspiró de manera ruidosa.

Y de pronto sus suaves labios estaban presionados contra los míos, en un principio me sorprendió por lo que me quede estático, pero tan solo fueron unos segundos los que demore en estrecharla entre mis brazos y corresponderle el beso.

¿Acaso ese beso significaba lo que yo tanto anhelaba?

Tuve mi respuesta cuando sus labios se deslizaron por mi oído y me susurraron suavemente.

―Yo también te amo, Edward.

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vale, primero que nada quiero disculparme con una de las nenas más lindas que he conocido por este medio (juro que no se donde meter la cabeza de la vergüenza que tengo T_T)...

TREMY...
DISCULPAME POR HABER DEJADO PASAR UN ACONTECIMIENTO TAN PERO TAN IMPORTANTE, NO ES JUSTIFICACIÓN PERO TE JURO QUE LO DE 'BELLANY' NO ES POR LINDA... ES POR TORPE, DESPISTADA Y OLVIDADIZA... NENITA DE VERDAD QUE LO SIENTO MUCHO... AHORA POR AHÍ DICEN QUE MÁS VALE TARDE QUE NUNCA (GRACIAS INFINITAS A QUIEN SE LE OCURRIÓ!!!!) ASÍ QUE...

¡¡¡ FELIZ CUMPLEAÑOS !!!

NENITA, TARDE PERO AÚN HAY TIEMPO PARA FESTEJAR... YO ME APUNTO JEJEJE... TE QUIERO MUCHISIMO Y GRACIAS POR TODO TU AMOR... CREEME QUE YO LO SIENTO IGUAL...

Bellany G.
**Ich Liebe Dich**

VENTANA AL AMOR

Capítulo Seis


Bella POV

¿Ir? ¿No ir?...¿que hago?...

Después de todo, tarde o temprano lo voy a tener que volver a ver. Me maldije a mi misma por no haberles hecho caso a las chicas y haber aceptado salir con otras personas, si lo hubiera hecho ahora no estaría hecha una maraña de nervios.

-¿Tía te pasa algo?...- me preguntó Su poniéndome una mano en la frente.- no tienes fiebre…- me respondió, le sonreí.

-No, linda… no me pasa nada…

-¿Segurita?...- preguntó. Yo asentí

-Por que no vas a arreglar tus cosas para ir a casa de la tía Esme.- le dije

-Sip…- dijo mientras subía las escaleras

Miré el reloj, 12:00 hrs, el vuelo de Edward debía de estar por aterrizar. Y ¡demonios! Yo estaba loca de los nervios, tranquila Bella… respira, me dije. No tiene por que afectarme, solo fue un “amor de infancia” y que digo, ni siquiera fue eso; lo que pasa es sencillo me dije a mi misma.

Lo que pasa es que crees que estas enamorada de él por que nunca has estado con nadie más, ¡por que nunca has estado con nadie!. Creo que va siendo hora de que acepte las locas proposiciones de Rosalie y Alice y me consiga un novio… ¡o me volvería loca!. El teléfono repicó y yo casi di un salto. ¡Dios que me pasa!

-Diga…- dije descolgando el auricular.

-¿Bella?...- preguntó Alice

-Quien más va a ser…- respondí de mala gana.

-¿Te pasa algo? Te noto extraña…

-¡¿Qué?!... no, nada… estoy perfecta… pero ¿para que me llamabas?...no creo que sea para decirme eso… ¿o si?...- de Alice me esperaba cualquier cosa

-No... claro que no… te llamaba para decirte que vamos a por ti…

-¿Qué?...

- Eso, que es tu última oportunidad…

-¿Ultima oportunidad de que?...

-Vamos Bells, se que no tienes nada que hacer… vamos a buscar a Edward, estoy segura de que te mueres por verlo…

-Alice…- la reprendí.- en serio…

-En serio, nada…- dijo- ya estoy aquí…- se escuchó el claxon del auto.

-Alice, en serio… no hay necesidad de que vaya… seguramente tu hermano quiere pasar tiempo con ustedes, su familia… no se ven hace tanto…

-Exactamente… Bells tu eres como de la familia…

-“Como” es la palabra clave…

-¿Te pasa algo?...

-Ya te dije que no…

-Entonces será mejor que salga o llegaremos tarde.- le bufé al teléfono antes de colgar.

-Su...-la llame desde el inicio de las escaleras.- Baja ya corazón...tía Alice vino por nosotros…

-¡Si!...- dijo mientras corría escaleras abajo. A veces olvidaba que no todo el mundo era tan patoso como yo.

Nos pusimos nuestros abrigos y salimos, Alice nos esperaba montada en su flamante porsche amarillo, si, era un coche demasiado vistoso, pero bueno Alice era así.

Nos dirigimos al aeropuerto a la velocidad de rayo, Susan parecía disfrutar el loco estilo de conducción de mi amiga, yo al contrario no podía evitar aferrarme fuertemente al asiento del copiloto, es que acaso Alice estaba loca e intentaba matarme. Llegamos la zona de desembarco del aeropuerto, allí ya estaban Jasper, Rosalie y el resto de los Cullen. Me puse nerviosa, hacia más de diez años que no veía a Edward, ¿estaría muy cambiado?, seguramente si, la única que no cambiaba era yo… en el fondo seguía siendo la misma chica patosa que no fue capaz de despedirse de él hacia diez años, pero eso iba a cambiar, no haría el ridículo frente a Edward ni frente a nadie más.

- El vuelo procedente de Londres Inglaterra acaba de arribar en la plataforma 6- informo una voz por alto parlante.

-¡Ya llego! ¡Ya llego!...- decía Alice mientras saltaba como si fuera una niña de 5 años.

La gente comenzó a aglomerarse. Todo el mundo quería ver a quien fuera que esperaran, por lo que tome a Susan en brazos, en el aeropuerto se perdían siempre niños durante el caos del desembarco y con mi suerte… entonces lo vi, y creo que mi corazón se saltó un latido.

Estaba cambiado más guapo, pero aun en el fondo era reconocible aquel chico adorable de cabello cobrizo. Comenzó a avanzar entre la multitud, pero yo no distinguía a las demás personas, todos eran para mi una masa uniforme, solo destacaba él avanzando con celeridad hacia donde nos encontrábamos.



Edward POV

Tomé mi maleta y salí hacia la zona en donde se suponía estarían mis padres y hermanos. Hacia años que no los veía y los extrañaba mucho, ahora que ya estaba pronto a reencontrarme con ellos me daba cuenta de cuanto los había extrañado.

Extrañaba lo amorosa que era mi madre, los útiles consejos de mi padre, las bromas de mi hermano Emmett y las locuras de ese pequeño demonio que era Alice.

Avance por entre la multitud, hasta que los divise, allí estaban todos, inclusive Rosalie y Jasper y… Bella…

-¡¡Edward!!...-gritó Alice lanzándome sobre mi en un efusivo abrazo.- no sabes cuanto te extrañe hermanito…

-Yo también te extrañe Alice… vaya, haz crecido…- le dije en tono de broma

-Tonto…- me reto dándome un leve golpe en el brazo.- no es gracioso…

-Perdóname…

- Claro que te perdono…- dijo arrastrándome hacia los demás.

-¡Oh hijo… no sabes cuanto te eche de menos!...- me dijo mamá con lagrimas en los ojos

-Y yo a ti…

-Vaya Eddie… que grande que estas…- me dijo Emmett antes de darme uno de sus abrazos estranguladotes.

-Lo… mismo… digo…- dije con la respiración entrecortada.- Emmett… no puedo… respirar…

-Oh si lo siento, Ed…

-No hay cuidado…- dije recuperando mi respiración normal.

-Vamos Bella, ven a saludar a Edward…-escuche decir a Alice a mis espaldas, me volteé, Bella venía con una pequeña en brazos, una niña idéntica a ella…mi mundo se cayo a mis pies… ¿es que acaso se había casado?. Alice tomó a la niña en brazos.

-Hola Edward…- me saludó de manera tímida, noté como sus mejillas se cubrían de un adorable rubor.

-Hola…- respondí de manera fría, tal vez demasiado fría. Pero que esperaban la chica a la que había añorado todos estos años seguramente esta comprometida con alguien más, sin duda que era un estupido. Bella me miro extrañada y con gesto dolido.- ¿Nos vamos?.- pregunté.- Estoy cansado…

-Claro que si hermanito… tienes que descansar, esta noche tenemos planes…

-¿Planes?...- pregunté enarcando una ceja.- ¿Qué planes?...

-Ohh ya lo sabrás… ahora ven… tú te vienes conmigo…- tomo la mano de Bella.- y tu también…- maldije mi “hermanita” en mi fuero interno.

Bella y la pequeña se fueron en la parte posterior del carro, no pude evitar mirarlas por el espejo retrovisor. Me sentía herido pero… ¿Por qué?. Yo no tenía ninguna clase de derecho sobre Bella, ella era libre de hacer lo que quisiera. Decidí hablar.

-Eh... este… la pequeña… ¿es tu hija, Bella?.- pregunté. Ella y Alice estallaron en risas, las mire extrañado.

-Jajaja… claro que no… ¡por Dios, Edward!...- dijo Alice entre risas.

-¿Entonces?...

-Es mi sobrina.- me respondió

-¿la hija de Lilian?...¿como esta ella?...- por la mirada triste de Bella supe que acababa de preguntar algo que no debía.- ¿Qué paso? ¿Bella?

-Edward… Lilian murió hace dos años…- me dijo con la voz entrecortada.- es por eso que me hago cargo de Susan…

-¿Pero y…?- iba a preguntar por Charlie y Renee. Como adivinando mi pregunta Bella respondió:

-Mis padres también murieron en el mismo accidente… Su y yo no íbamos en el coche… por eso nos salvamos…- ella bajo el rostro y su sobrina la abrazó, cuanto desee estar a su lado. Haber estado antes a su lado.

-Perdón…- dije.- yo…

-No te preocupes… no sabias nada…- respondió limpiándose las lágrimas de sus ojos chocolate.

Llegamos a la casa, me sentía un estupido había saludado a Bella de tan mala manera, y todo por mal interpretar las cosas. Cuando llegamos a casa disfruté de un ameno almuerzo familiar, intente hablar con Bella, pero siempre estaba acompañada o en compañía de alguien más, un poco después de haber terminado la comida el cansancio acumulado por las extenuantes horas de vuelo me venció, me quede dormido en la cama de la que había sido mi habitación, estaba tal cual como la había dejado.

-¡Ed!...¡Ed!...¡¡hermanito!!...- gritó Alice con tal fuerza que casi me hace caer de la cama de la impresión.

-¡¿Qué pasa?!.- le pregunté irritado. Siempre que me despertaban me podía de mal humor, y ella lo sabía.

-Vamos… levántate y cámbiate, esta noche tenemos planes.- enarque una ceja

- ¿Qué?...

-Que, vamos a salir así que por favor cámbiate,- agrego.- ahh… y me tome la libertad de revisar tus maletas…- la mire extrañado.- tu ropa esta en el cuarto de baño…

Sin duda mi hermanita pequeña no había cambiado nada, seguía siendo una pequeña dictadora con respecto a la moda, me preguntó a quien estaría torturando durante mi ausencia. Cuando abrí la puerta del cuarto de baño encontré prolijamente doblados sobre uno de los muebles una camisa negra y un jeans oscuro… un momento, ¡esa no era mi ropa!...

-¡Alice!...- la llamé. Ella apareció al instante al parecer sabia lo que iba a hacer

-¿Si?...

-Allie… esa ropa…- la indique.- No es mía…

-Oh, claro que lo es… yo misma te la compre…- dijo con autosuficiencia. Yo la mire confuso.- no tienes por que agradecérmelo.- dijo esperando que hiciera lo contrario.

-Gracias…- musite

-¡No hay de que!.- dijo alegre.- Y será mejor que te apures, eh…- dijo antes de darse vuelta y desaparecer por el pasillo. Rodé mis ojos, no sé que tenía en mente esa chica, seguramente nada bueno.

Me cambie de manera rápida y baje por las escaleras hasta la sala, ahí estaban Jasper y Emmett.

-¿Ya nos vamos?...- pregunté. Seguramente la impaciente de mi hermana ya estaba en su carro.

-Aun no… Alice y Rose aun no terminan su sesión de “torturando a Bella”.- dijo mi hermano, lo mire extrañado.

-Están “ayudándola” a cambiarse.- me dijo mi cuñado en respuesta a la pregunta no formulada de mi rostro.

- En serio Alice… no es necesario…- se escucho la voz de Bella en el pasillo

-Bella… vuelve… aun no hemos terminado…- gritaba mi hermana

-Alice por favor… vámonos de una vez antes de que me arrepienta…- le rogó Bella

-Uff…- bufó Alice.- esta bien… pero eso es para que veas lo buena que soy.- estaba seguro de que Rose y Bella habían rodado los ojos ante eso.

El ruido de tacones nos alerto de que las chicas iban bajando, sin duda todas se veían fabulosas, pero mi mirada se fue involuntariamente hacia Bella, se veía preciosa con esos pantalones de tela negra ajustados y esa polera color vino, ella notó que la observaba y bajo la mirada sonrojada.

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muajajaja... ahora si no comento nada y van a tener que esperar para ver de que va la noche!!!... creanme será más que bueno jejeje
Coman chocolates, cuidense mucho; disfruten su finde pero con medida, suspiren (dense tiempo para acordarse de mi si? o.O) y...
Nos leemos prontito!!!


Bellany G.
**Los días junto a ti siempre son mágicos**

Capítulo Ocho


Bella POV

En este momento, odiaba a las mariposas… odiaba a las mariposas que habían decidido utilizar mi estomago como su hogar temporal. ¡Dios, por que no se iban!, no, estaba delirando… si esa sensación es producto de mi imaginación, o quizás fue el almuerzo, si eso tiene más sentido, tal vez la comida estaba descompuesta y me iba a dar una indigestión, por eso la sensación, si, sin duda era una idea razonable. Las “mariposas” que sentían debían ser a causa del almuerzo y no guardaba relación con que Edward Cullen me hubiera tocado el rostro y yo me sonrojara tanto que creo que hasta los cangrejos me envidiaban.

Después cuando me ayudo a levantarme, fue peor.

- Déjame ayudarte.- se ofreció

- Ehh…- dude - esta bien… ¿no es muy difícil para ti?- le pregunté a ver si se desanimaba

- ¿Por quien me tomas?- me preguntó fingiendo enfado.

- Umm… bueno digamos que no es muy usual ver al chico más popular de la escuela ayudando a un esperpento de biblioteca como yo.

- Tú no eres un esperpento- me dijo

No pude evitar sonreír como una idiota. Si tan solo me dijo eso, no es que digiera que era linda solo negó que fuera un esperpento pero todavía me quedaban apelativos como: adefesio, fea o ratón de biblioteca, que podía utilizar.

- Así que… eres ayudante en la biblioteca- me dijo mientras recogía uno de los libros

- Creo que eso es obvio, Edward- le respondí de manera cortante.

- Si… claro- fue mi imaginación o parecía avergonzado.- así que… ¿te siguen gustando los libros como antes?

Me quede congelada ipso facto… como recordaba que me gustaban los libros, ayudas en la biblioteca, es obvio Bella; me dijo mi vocecilla racional, en cambio mi otra voz interior, me dijo… aun le importas, Bah!, imposible… no nos hablábamos hacia más de diez años, las cosas no cambian de la noche a la mañana.

- Creo que eso también es obvio, Edward.

- No…- enarque una ceja- aun barajaba la hipótesis que te impusieran como castigo, pero después me dije “Bella Swan nunca hace nada indebido”.

- Así que ahora eres comediante- ataque.

- No…- se encogió de hombros- solo intento ser amable contigo.

- Por favor, Edward… ya enserio ¿Qué quieres?- se tensó ante mis palabras

- Nada… simplemente quiero hablar contigo, no sé, intentar ser amigos de nuevo- dijo mientras se despeinaba el cabello. ¡Dios, se veía tan sexy!, un momento, yo pensé eso.

- Creo que llegaste 10 años tarde…

- Bella… enserio, no entiendo por que te enojaste conmigo ¿Qué te hice?

- Ja,- me reí- Vamos Edward ¿no lo recuerdas?- lo piqué

- No puede ser por que me reí ¿o si?

Se acuerda…- pensé – y si fuera por eso- le mentí.

- Entonces… lo siento.

- Creo que tus disculpas están un poco fuera de lugar… el daño esta hecho.

- No es solo eso ¿cierto?- dijo acercándose a mi.

- Que dices…- se acerco más, que era lo que pretendía- cla… claro que fue eso…- mentí

- Estas segura- me dijo casi como un susurro- Por favor Bella… perdóname…

- Umm… no, ya es demasiado tarde.

- Nunca es tarde para volver a ser amigos - la forma en que pronunció la palabra “amigos” me asusto.

- Y si no quisiera ser tu amiga ni nada… mira, no se que habrá pasado en estos últimos días- dije hablando de forma atropellada- si tuviste una revelación o un llamado divino para hacer lo correcto, no tienes por que empezar conmigo… sigue con tu vida… tú por tu lado y yo por el mío, como si no nos conociéramos, ignórame como de costumbre.

- Y si me canse de ignorarte- me respondió.



Edward POV

¿De donde salio eso?, tal vez lo dije sin pensar. No es que yo la ignorara a propósito, pero es que Bella es tan terca que todas las veces que intente hablar con ella, disculparme por haberme reído de ella, pero ¡teníamos ocho años! Los niños son así a esa edad.

Y si no es por eso, pensé, tal vez Jasper si se fue de boca y le dijo a Alice de la apuesta y ella le dijo a Bella; pero deseche esa idea, si eso hubiera pasado Alice me hubiera asesinado apenas saberlo, así que debía haber algo más.

- … me vas a dar otra oportunidad- dije con mi mirada más persuasiva, a la vez que acortaba la distancia entre nosotros para acariciar su mejilla que paso de un suave color rosa a un intenso rojo. Sentí unos escalofríos en mis dedos al acariciar su piel.

- Esta… esta bien…- dijo con dificultad, apartándose de mí- pero… por favor, no vuelvas a hacer eso…

- ¿Hacer que?- le pregunté

- Tocarme, puede que a tus otras “amiguitas”- imagine el pequeño atisbo de celos en su voz- Les guste, pero a mi no ¿ok?

- Ok…- le dije- amigos…- le tendí la mano

- Yo no dije eso… voy a volver a hablarte, pero aun no somos amigos de nuevo- me dijo.

- De acuerdo… ¿hablantes?- le pregunté de forma graciosa, ella se rió, tenía una linda risa, sonaba casi musical.

- De acuerdo- dijo tomando mi mano.

Estabamos parados sobre un cable con electricidad y yo no me había dado cuenta, por que en cuando nuestras manos se unieron, sentí un extraño cosquilleo, semejante a una descarga eléctrica recorrer mi cuerpo, raro, pensé. Bella me soltó la mano, como si de pronto se hubiera electrocutado.

- Bueno- me dijo- ¿Me vas a ayudar o no?- me pregunto con un libro en la mano.

- Claro…- dije tomando unos cuantos libros y poniéndolos en su lugar.

Al menos ahora Bella me hablaba, eso era unos cuantos pasos por delante de lo que me encontraba el viernes pasado, solo sería necesaria un poco más de persuasión y tendría Bella en mis manos y ganaría esa bendita apuesta, que... esperen un no habíamos decidido que apostar.

Cada vez quedaban menos libros por recoger, cuando quedaba el ultimo, Bella y yo nos agachamos al mismo tiempo para recogerlo, golpeando nuestras frentes.

- Disculpa…- me dijo, tocándose su frente

- No, discúlpame tú… ¿estas bien?- le pregunté tocándole la frente.

- ¡Auch!- hizo una mueca de dolor- Tienes la cabeza dura ¿sabes?

- Creo que por algo soy el capitán del equipo de fútbol americano

- Cierto…- dijo

- Ven…- dije tomando su mano para que se incorporara- Vamos a mojarte ahí o se te va a hinchar.

- ¡Bella!- llamó una voz desde la puerta. Reconocería esa voz en cualquier lado, la venía escuchando desde que nací. Era Alice, quien se acercaba a donde estábamos- Perdón, ¿interrumpo?

- No…- dijo Bella soltando mi mano.

- Solo estaba ayudando a Bella con unos libros - le dije ante su mirada especulativa

- Ahh…- musito- ¿y Bella tiene los libros en la mano?- pregunto graciosa.

- No… es que chocamos… y tu hermano tiene la cabeza muy dura- dijo Bella riéndose.

- Lo sé…

- …Y yo la iba a llevar a que se mojara o se la va a hinchar la frente…

- No te preocupes yo la acompaño- dijo Alice - A menos que quieras ir…

- No, vayan… aquí las espero.

Deje el libro de la discordia en la estantería y fui a recoger mi mochila, mientras esperaba a que Bella y Alice volvieran.

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parece que los 'choques electricos' estan a la orden del día...
tengo una pregunta... creen ustedes que lo que tenga Bella sea por que Edward se rió de ella o habrá algo más???... vamos suspiren si?!
ook... ahora si es oficial... el duendecillo malvado si que me da miedo, nada se le escapa!!!! (aunque aquí puede que convenga jejeje)
chic@s, los chocolates ya saben... cuidense, suspiren y...
Nos leemos prontito!!!


Bellany G.
**Amo a mi vampiro!!!**


pdta. una nena me pregunto si leia toooodos los suspiros... pues dejenme decirles que sí, aunque ya no los contesto por falta de tiempo, si me leo letra por letra de cada una de ustedes, porque me llegan alertas al correo cada que ustedes me suspiran y además... DE ESO VIVO!!!!... asi que ya saben... DEJENME SIN AIRE!!! besitos...

Capítulo 12. Batalla Interna


† Edward POV

-Edward, Ahora sería lo mejor,- Alice susurró a mi oído. Estábamos en el jardín, mirando hacia la ventana de Bella en silencio. Las luces se encendieron y un momento después Bella estaba parada frente a la ventana. Sabía que no podía vernos desde nuestro escondite tras los arbustos. La observé, rodeada por una luz dorada. Era increíblemente hermosa.

-Debería ir,- Dije repentinamente avanzando un paso hacia la casa. Alice me detuvo por el brazo.

-Es bueno que ella experimente esto,- Susurró Alice, -El va a decirle algunas cosas feas. Necesita oírlas.

-¡No voy a permitir que la lastime! Ni loco voy a dejar que la lastime–

-No digo que le permitas lastimarla, Edward,- Me interrumpió Alice, -El va a gritarle antes de atacarla. Deja que grite y luego sálvala.

-¡Le lástima que le grite!- Protesté.

-A fin de cuentas va a ayudarle,- La voz de Alice permanecía tranquila, pero tenía un tono de autoridad que antes no lo tenía. Se paró frente a mí, entrecerrando sus ojos. Su mano aun seguía cerrada en torno a mi brazo, temiendo que huyera de ella. -Le va a lastimar, Edward, pero lo necesita. No está completamente decidida de irse de allí con Allie. Confía en mí, lo sabría.

Se palmeó el costado de su cabeza, poniendo énfasis en sus palabras.

-Pero ella dijo--

-Edward,- Me interrumpió nuevamente. -Ella quiere estar contigo. Con nosotros. Eso está decidido. Siempre lo estuvo. Teme pelear por Allie. Sonó decidida pero no lo está. No aun. Esto le hará definirse.

-¡Pretendes forzar su decisión con violencia!- Le acusé, mi voz sonaba incrédula.

-No va a ser violento, Edward,- Comenzó. Abrí mi boca para replicar, pero me silencio con una mirada -Me aseguraré de que entres antes de que pueda lastimarla. Siempre le grita, Edward. Es doloroso, pero no la va a lastimar. Estará bien.

-Aun así estas forzando su decisión.

-¡No es verdad!- Me respondió, -Edward nunca forzaría a Bella a hacer algo que no quiere. Yo también me preocupo por ella ¿Sabes?

-Eso lo sé, Alice,- Murmuré, volviendo mis ojos a la ventana, Bella aun seguía allí. Elegante. Hermosa. -Pero si no se ha decidido, no podemos forzarla.

-Ella lo ha decidido,- Murmuró Alice soltando mi brazo. Seguramente se dio cuenta de que no iba a irme de allí. -Como dije, teme pelear por Allie. Teme perderla. Teme dejar a Allie en ese infierno.

-Lo mato antes de que eso suceda.- Gruñí.

-OH, eso lo sé,- Alice sonrió por unos instantes, luego su rostro se oscureció. -No querrás llegar tarde, Edward. Mike va a lastimar a Allie. Quizás no ahora, pero algún día.

-¿Lastimar a Allie?- Miré a Alice por unos instantes, dudando de sus palabras, -Alice, se que Mike es una basura, pero Allie es lo que lo une a Bella. ¿Por qué querría lastimarla?

-Para herir a Bella.

-Le duele más ver como Allie le quiere a Mike,- Concluí.

-Edward, vi sus decisiones. Ni bien supe de ellos comencé a revolver en sus futuros,- Su voz se oscureció tanto como sus ojos, -Pensó en matar a Allie.

Mi mente corría veloz mente con aquellas cinco simples palabras. Alice tuvo que sacudirme un par de veces para que me concentrara en ella. -¡Edward!- Susurró desesperadamente, -¡Edward detente! ¿Te das una idea de lo fuerte que suenas? ¡Nos delataras!

Tenía razón, obviamente. Los bufidos que salían de mi pecho eran bastante fuertes. Pero no me importaba. ¿Cómo podía Mike llegar a pensar en lastimar a esa pequeña inocente? ¿Cómo podía querer lastimarla? Entonces me di cuenta de que Alice me sostenía fuertemente. Mike estaba en esa habitación. Estaba arropando a Allie. Le susurraba historias para que durmiera, a la pequeña que había pensado en asesinar.

-Déjame ir, Alice.

-No, Edward,- Me forzó a mirarla a sus ojos, estaban llenos de miedo, -No quieres hacer esto, no ahora, Edward. No arruines las cosas. Acabamos de regresar.

-No voy a arruinar todo,- Mis ojos se achicaron, -Solo una cosa. Una simple e insignificante cosa.

-Esa insignificante cosa es el padre de Allie,- Me corrigió Alice, -¿O ya lo olvidaste?

-No tiene por que saber que fui yo quien lo mató.

-Edward, esto funcionara,- Prosiguió, -Podremos sacar a Allie y a Bella de allí, sanas y salvas. Preocupémonos por ellas. Mantengámoslas felices. Después no me importa lo que hagas con Mike. ¡Diablos, te ayudaré!

-Pero--

-Edward, meterás en líos a Bella,- Le miré sorprendido, -¿A quién crees que culparan de la muerte de Mike? ¡A Bella! Tiene las marcas para probar que la golpeaba. Tiene motivos. Sospecharan de ella. ¿Quieres que Allie pase por todo eso? ¿Y Bella? ¿Quiere forzarlas a huir? ¿A esconderse de eso? Déjaselos fácil, Edward.

Aflojó la fuerza con la que me sostenía por los brazos. Dejé de luchar contra ella y dejé que mis brazos cayeran a mis costados. Tenía razón. No sería lo correcto convertir esto en un caso de homicidio. No cuando Bella seria la principal sospechosa. Tendríamos que tomar a Allie y huir. Tendríamos que escondernos por quien sabe cuánto tiempo, vivir preocupándonos por ello. No quería eso para Bella. Tendríamos que esperar.

-Bien,- Respondí, mi voz sonó cortante, furiosa, -Tienes razón.

-Lo sé.

-Entonces ¿cuánto tendremos que esperar?- Pregunté, mientras vi que Bella le daba la espalda a la ventana.

-Ya va a comenzar,- Susurró Alice, -Quédate tranquilo. Te avisaré con tiempo.

-Creo que estas sobreestimando mi control,- Murmuré, -Quizás deberías haber traído a Emmett y a Jasper para contenerme.

-Eso parece,- Se burló.

-Te vi con él,- La voz de Mike se sentía tranquila desde la distancia, pero la escuche. Aun no estaba gritando. Miré la expresión de pánico en el rostro de Bella y sentí el dolor atravesar mi pecho. Se alejó de la ventana y sentí que mis piernas cobraban vida. Alice ya estaba deteniéndome.

-Aun no.

-¿Con quién Mike? ¿De qué estás hablando?- La voz de mi Ángel sonaba desde la habitación. Trataba de jugar a la inocente, pero como lo había dicho en una ocasión… el ser actriz no era algo que le favoreciera.

-¿Crees que no lo se?- Mike ahora había elevado el tono de su voz. -¡Eres una perra! ¡Una prostituta!- Los bufidos salían de mi pecho violentamente y escuché a Alice advirtiéndome algo. -¿Crees que no te vi con él? ¡Voy a enseñarte a respetarme!

-¡Edward!- Gritó Alice en mi oído, tratando de no alzar demasiado la voz, pero pudiendo hacerme entrar en razón. Me sacudió, tratando de devolverme a la realidad, -Edward, aun no. ¡Ella está bien! Por favor, Edward.

-Mike, por favor no,- La voz de Bella no era más que un aterrorizado murmullo, pero aun podía oír su hermosa voz. Escuché un ruido sordo y supe que se había caído al suelo.

-¡Alice! ¡Alice, déjame ir!

Aun en medio de la furia que sentía era incapaz de lastimar a Alice. Se aferraba a mí con todas sus fuerzas. Y aunque me pudiera mover, sabría que no la lastimaría. -¡Debería echarte a la calle! ¡Debería quitarte a Allie!- Escuché los sollozos de Bella en respuesta a aquellas crueles palabras.

-Aun no, Edward.

-Pero no haré eso. ¡Voy a enseñarte a que me respetes! ¡Eres mía!- La voz de Mike rugió. Casi podía oír las suplicas de Bella.

-Mike, vas a despertar a Allie.

-¿Y? Deja que la perrita se despierte a ver a la prostituta de su madre llorar- Escuché un golpe en alguna parte de mi mente y me zafé de Alice, alejándome a toda velocidad. El resto de las palabras se habían convertido en un murmullo.

-¡Edward! ¡No, Edward! ¡No lo hagas!- Me rogó Alice a los gritos.

Seguí corriendo.

-¿A quién le importa? ¡Era una basura! No eres nada. Con razón te dejó, estúpida perra- Las palabras salían de la boca de Mike furiosamente. Entonces estaba en la habitación. Estaba de pie detrás de Mike antes de que él pudiera notar mi presencia. Mis ojos se achicaron. -¿Quién te querría?

-¡Cierra la boca!- La voz de Bella era un canto celestial, aun en medio de la furia. Entonces pude sentir el odio que irradiaba Mike. No era nada comparado con el mío.

Casi presté atención a lo que estaba haciendo para ese entonces. No pensaba cuando mis manos salieron disparadas hacia la nunca de Mike. Mis dedos se doblaron al hacer contacto con su delicada piel y sentí que su cuerpo se endurecía contra mi mano. Su cuerpo permaneció unos instantes de pié y unos seguros después, cayó pesadamente al suelo. Bella me miraba con los ojos bien abiertos, pero yo no dejaba de mirar el cuerpo de Mike. Podía sentir sus ojos sobre mí.

Bella. Mi querida, dulce y hermosa Bella. Podía oler las lágrimas que bañaban sus mejillas. Mi mano derecha aun estaba en el aire, donde había dado mi golpe. La bajé lentamente, mis ojos fueron desde Mike, hacia Bella. Estaba a salvo. Aterrorizada pero sana y salva.

Le ofrecí lo único que podía en esos momentos. Una sonrisa torcida se formo en mis labios, la que sabía que a ella le gustaba. Mi sonrisa no se reflejo en mis ojos de la misma forma que en mis labios. Ella un podía ver la furia que estos destellaban. Pero sonreí, por ella sonreí. -Te dije que no iba a dejar que te lastime.

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vale, explico... como lo habrán notado algunos acontentecimientos 'se repiten' pero esto ocurre porque es necesario mostrar los POV'S de ambos (notita: para las nenas que me preguntaron, POV significa 'Point Of View' o 'Punto de Vista'), osea de Bella y Edward...
y bueeeno... yo se que no revela mucho, pero recuerden que la paciencia siempre recompensa... jejeje
coman chocolatotes!!!!... cuidense, suspiren y...
Nos leemos prontito!!!


Bellany G.
**Yo quiero estar contigo el resto de mi vida**

Capítulo 4. La Lona


Edward POV

Por suerte, la ducha parecía ayudar a deshacerme de mi pequeño problema, pero no estaba seguro de cuanto tiempo podría mantener el control sobre mí mismo. Estaba casi ardiendo. Sabía que ella me iba a volver loco durante este verano, y sin embargo, la deseaba, la deseaba a pesar de la locura a la que me conduciría.

En ese momento, decidí que lo que más quería era pasar el verano junto a ella de la forma más humana posible. Este verano conseguiría que Isabella Marie Swan se enamorara totalmente de mí. Me disponía a abrir la puerta preparado para hacer frente a la misión que me acontecía. Todo empezaba con abrir aquella puerta del baño. Tomé una amplia bocanada de aliento y la empujé.

Y ahí en la cama estaba… nadie. Ella no estaba allí. Hmmmmm, vale, de acuerdo, quizás tenga que trazar un plan, pero hay un pequeño problema, nunca había intentado seducir a una chica antes. Normalmente ellas me seducían a mí y yo nunca estaba interesado. Necesitaba ayuda cosa que odiaba admitir, tal vez debiera preguntar a Jasper o a Emmett, ambos tienen novia y admitámoslo, siempre les ha ido genial con las chicas.

Sin embargo mi ego se sentía un poco dañado. Recorrí el pasillo y bajé a la cocina, donde hay comida siempre está Emmett, y por supuesto ahí estaba, sentado en la mesa comiendo huevos y bacon, Jasper se encontraba en la nevera cogiendo el cartón de zumo cuando me senté junto a Emmett.

-¡Eddie! No pensaba que vendrías hasta dentro de un par de días. Me alegra verte de nuevo tío.- Dijo Emmett mientras me daba uno de sus característicos abrazos de oso.

-Sí, yo también me alegro de verte. Y por favor no me llames Eddie, sabes que odio que me llames así- Se rió fuertemente sin aflojar su abrazo.-También me alegro de verte a ti Jasper.-

-Hacía mucho tiempo que no te veía.- Caminó a lo largo de la mesa y me dio también un fuerte abrazo.

-Demasiado.- Respondí.

-Oh, hey. ¡Bella está aquí! ¿No es maravilloso? Toda la familia está reunida de nuevo. Estoy tan emocionado. Parece que ha pasado una eternidad desde la última vez que la hice sonrojarse.- Exclamó Emmett con una gran risotada.

-Tío, acabas de ruborizarla ésta mañana, antes del desayuno.- Le recordó Jasper.

- Ah sí es cierto, lo había olvidado.- Afirmó Emmett sin parar de reírse.

-¿Has visto a Bella esta mañana?- Pregunté, estaba interesado en todo lo que tuviera algo que ver con ella.

-Sí. Eddie, no tienes ni idea de lo mucho que ha cambiado desde la última vez que la vi. Nunca pensé que diría esto de Bella, ella siempre ha sido como una hermana pequeña para mí, pero ahora he de afirmar que está buenísima.- Me comentó Emmett. Como si yo no lo supiera.

-Es cierto.- Coincidió Jasper. –Ella entró esta mañana en la cocina llevando únicamente una camiseta ajustada y la ropa interior. Tengo que admitir que estaba muy buena. Pero como le digas a Alice lo que te acabo de decir juro que te rajaré la garganta mientras duermes.- Me amenazó.

-Creedme, lo sé. La vi esta noche.- Les dije. –Eso es de lo que quería hablar con vosotros chicos.- Hice una pausa, no estaba seguro de cómo seguir.- Bien, ella me gusta.- Dije bajando el tono de voz hasta convertirse en tan sólo un susurro. Sin embargo ellos parecieron oírme.

-¡¡TÍOO!!- Eso fue todo lo que pudo decir Emmett, Jasper solo se limitaba a sonreírme.

-Bueno ¿y que se supone que vas a hacer al respecto?- Preguntó Jasper.

Tomé aliento, preparándome para herir mi ego.-Tenía la esperanza de que vosotros me ayudarais.- Dije evitando el contacto visual con ellos.

Emmett posó su mano en mi hombro. -Claro que te ayudaremos tío, cuenta con nosotros, pero nos sorprende mucho todo esto, siempre creímos que pensabais el uno en el otro simplemente como amigos.-

-Eso también creí yo.- Admití.

-No te preocupes, te ayudaremos, ¿no es así Jasper?- El aludido se limitó a asentir con la cabeza.

-En primer lugar tendremos que conseguir que te vistas.- Bromeó Jasper

Me reí. –Si, probablemente ese sería un buen primer paso. ¡Oh, casi se me olvida! ¿Podríais ayudarme a descargar el equipaje de mi volvo? Aún no lo he hecho.

Ambos se encogieron de hombros y se dirigieron hacia mi flamante vehículo.



Bella POV

Vale, ¡esto es una mierda! Me duele todo el cuero cabelludo debido a los fuertes tirones de pelo que he estado soportando durante la última media hora. Al menos no me estaba maquillando excesivamente, cosa que agradecía.

-¡Muy bien!- Exclamó alice. -¡Al armario!-

Refunfuñé, sin embargo Rose y Alice me ignoraron.

-Yo digo que le pongamos una falda, ella tiene unas piernas bonitas, y un culo bonito también.- Comentó Rosalie a Alice.

-¿Una falda? ¿Qué tengo qué?-

Ellas volvieron a ignorarme, mientras tanto, Alice estaba sacando del armario una minifalda vaquera.

-Creo que ésta la va a sentar genial.- Dijo a Rose. Rosalie asintió con la cabeza mostrándose totalmente de acuerdo. Joder, lo que me faltaba, una falda.

-¡Oh, y con ésta camiseta quedará maravillosa!- Exclamó Rose al tiempo que sacaba una camiseta de color gris.

-Toma, pruébatelo.- Me ordenó Alice mientras me lanzaba la ropa.

Hice lo que me dijeron. Me puse la minifalda la cual solo me llegaba a la mitad del muslo y me marcaba todo el culo. Después me probé la camiseta gris, ésta tenía un amplio escote que mostraba a la luz parte de mi sujetador.

-¡Chicas, no puedo llevar esto!- Les dije.-Seguro que vosotras dos podéis ponéroslo. ¿Pero yo? No, lo creo. No he ido medio desnuda desde que me puse el bikini el verano pasado. ¿No podría llevar algo menos provocativo?- Supliqué.

-Tú querías nuestra ayuda. ¿No es cierto?- Preguntó Alice mientras colocaba su mano en uno de mis hombros.

-Sí.- Respondí débilmente.

-Entonces confía en nosotras.- Dijo Rose mientras me conducía hacia el espejo. –Te ves muy sexy.-

Observé la imagen que se había formado en el espejo frente a mí. Desde luego esa no era yo. Esa chica era realmente guapa además de tener un gran cuerpo, la ropa la sentaba genial. Una sonrisa recorrió lentamente mi cara al darme cuanta de que ambas tenían razón. Moraleja del día: haz caso a Rose y a Alice.

-¿Ves? Sabíamos que te acabaría gustando.- Rió Alice. – Ahora vayamos a desayunar, estoy realmente hambrienta.-

En eso estábamos todas de acuerdo por lo que bajamos a la cocina. Nos preparamos un tazón de cereales cada una y nos lo pusimos a comer mientras Rose me ponía al día de todo, sobre todo había risas… muchas. Con estas chicas la risa siempre estaba garantizada.

Esme entró en la cocina llevando un precioso traje de negocios. –Hola chicas, hoy tengo que ir temprano a trabajar; lo siento Bella, hoy se supone que iba a pintar tu habitación, tenía la pintura y todo.-

-No pasa nada. Hoy no tengo planes, si quieres hoy yo podría pintar la habitación. De todos modos me iba a quedar en casa durante todo el día… Alice y Rose se van luego a dar una vuelta con Jasper y Emmett.- Le dije.

-¿De verdad que no te importa?- Preguntó.

-Claro que no, así además tendré algo que hacer.-

-Gracias cariño.- Dijo mientras me daba un beso en la mejilla. –Bueno, la lona ya está puesta en el suelo y la pintura, brochas y rodillos están todos allí.-

-Pan comido.- Dije con una sonrisa.

-De acuerdo, gracias. Os veré más tarde chicas, os quiero, adiós.- Se despidió Esme y segundos más tarde la vimos marchar por la puerta delantera.

-Oh, deberíamos irnos vistiendo para salir con los chicos.- Le comentó Alice a Rose.

-¿Estás segura de que no te importa que te dejemos sola?- Me preguntó Rosalie.

- Lo estoy, estaré bien, además tengo que quedarme a pintar la habitación y me he traído el radiocassette, no os preocupéis, estaré bien, lo prometo.- Les aseguré con una sonrisa. –Vosotras iros a vestiros y pasároslo genial con vuestros chicos.-

Ambas se despidieron de mí dándome un beso en la mejilla e inmediatamente después fueron hacia sus habitaciones. Me levanté y me dirigí a la habitación sin molestarme en cambiar de ropa, total, nadie me iba a ver. Cogí mi radiocasete y la trampa mortal, también llamada tacones que Alice me había insistido en que me pusiera. De ésta manera podría llegar más arriba en las paredes sin la necesidad de utilizar una escalera. No es muy recomendable que yo utilice una escalera debido a mi excepcional torpeza.

Vertí la pintura en la bandeja. Se trataba de un hermoso azul celeste, mi color favorito. Me pregunté si Esme lo habría echo a propósito, si ella sabía o no que ese color me encantaba. Encendí mi audiocassette y empece a escuchar la canción “Making Love Out of Nothing At All” de Air Supply, la adoro.

Yo sé como susurrar
Y yo sé como gritar
Yo sé donde encontrar las respuestas
Y yo sé como mentir


Yo sé como fingirlo
Y yo sé como intrigar
Y yo sé cuando enfrentar la verdad
Y yo se cuando dormir


Y yo sé donde tocarte
Y yo sé que demostrar
Y yo sé cuando traerte cerca
Y yo sé cuando permitirte salir


En ese punto yo ya no podía contener más mis caderas y empezaban a moverse por sí mismas. Aunque soy muy patosa, siempre se me ha dado bien bailar, al menos nunca me he caído. En ese instante comencé a cantar y bailar al son de la música.

Y yo sé que la noche se está desvaneciendo
Y yo sé que el tiempo va a volar
Y nunca te voy a decir
Todo lo que te tengo que decir


Pero sé que te tengo que dar una prueba
Y yo conozco los caminos a las riquezas
Y yo conozco los caminos a la fama
Conozco todas las reglas y sé como romperlas
Y siempre conozco el nombre del juego


Pero no sé como dejarte
Y nunca te dejaré caer
Y no sé como lo haces
Creando amor de la nada


Creando amor de la nada
Creando amor de la nada
Creando amor de la nada
Creando amor de la nada


Creando amor de la nada
Creando amor de la nada


La música sonaba tan fuerte que me sumí en mi pequeño mundo. Tiré el pincel y comencé a bailar y cantar por toda la habitación.

Todas las veces que te veo, los rayos del sol
Se vierten a través de las ondas de tu pelo
Y cada estrella del cielo se refleja en tus ojos
Y el latido de mi corazón es un tambor


Y está perdiendo y está buscando un ritmo como tú
Puedes coger la oscuridad del abismo de la noche
Y convertirla en un faro luminoso eternamente ardiendo
Tengo que seguirlo


“Porque es todo lo que conozco
Bien, no será nada hasta que te lo de”


Vale, esa NO es mi voz. Me quedé helada, lentamente me giré, y allí, situado en la puerta, me encontré con nada más y nada menos que con el mismísimo Adonis. Mis mejillas parecían que estaban ardiendo y no era para menos, allí, mirándome con sus hermosos ojos estaba Edward, quien solo se limitaba a sonreír.

Apagué instantáneamente la música y consideré mis opciones:

1-Podría gritar, huir a toda prisa y ponerme a llorar… cosa que parecía probable en estos momentos.

2-Enseñarle que he cambiado y que él no influye en mí para nada. Parecer estar tranquila e incluso aparentar que no le había visto.

Consideradas las dos opciones finalmente me decanté por la segunda. Así que volví a encender la música bailando y cantando con ella de nuevo.

Puedo hacer tropezar a quien corre
Puedo construir el último edificio
Puedo toma los atajos al sonido de un silbato
Y puedo hacer vibrar todos los estadios


Edward me miró totalmente sorprendido, pero por alguna extraña razón caminó hacia mí y comenzó a cantar conmigo.

Pero nunca lo voy a hacer sin ti
¿Realmente quieres verme caer?
Yo jamás podré hacerlo como tú lo haces


Creando amor de la nada
Creando amor de la nada…


Los coros repitieron un par de veces más el estribillo, y cuando finalizaron, al unísono empezamos a reírnos. Me reí con tanta fuerza que caí en la lona del suelo. Después de unos instantes de locura nos logramos calmar un poco, entonces miré a Edward.

-Bueno, si esto no ha conseguido ruborizarme dudo que algo vuelva a hacerlo.- Reí

Se rió disimuladamente. –Eres realmente una buena bailarina, nunca lo habría adivinado. Antes eras bastante patosa.-

-Oh, no te preocupes, todavía lo sigo siendo.- Dije sin parar de reír. –Tomé unas cuantas clases de baile, por lo que puedo permanecer en pie un corto tiempo mientras bailo.-

-¿Necesitas que te ayude a pintar?- Se ofreció amablemente.

-Sí, eso me vendría realmente bien.- Acepté.

Agarró una brocha y se puso manos a la obra. Hablamos de lo mucho que nos habíamos perdido en éstos tres años y de lo mucho que habíamos cambiado. Solo nos detuvimos cuando empezó a sonar una canción que conocíamos muy bien y que empezamos a cantar.

Él se había quedado impresionado de que yo me supiera toda la letra de la canción “Bleed it out” de Linkin Park e igualmente yo quedé impresionada (y un poco asustada) de que él se supiera la de “Total eclipse of the heart

-¿Cómo te sabes esa canción Edward?- Pregunté entre risas.

Él se rió conmigo. -¿Qué? Es una bonita canción.- Dijo con la sonrisa más adorable e inocente, lo que causó que me riera más.

-Es la balada favorita de las adolescentes.- Le informé. (Vale me encanta, pero hay que reconocerlo, es una balada totalmente de chicas)

Se puso a pintar la pared cuando de repente cambió la canción.

Me amo a mí misma
Te quiero para que me quieras
Cuando caigo tú estás sobre mí
Me busco


Te quiero para que me encuentres
Me olvido
Te quiero para recordarme
No quiero a nadie más


Cuando pienso en ti
Toco mi cuerpo
No quiero a nadie más


¡Oh Dios mío! Esa canción no sólo me emocionaba. Miré su hermoso rostro envuelto en una expresión divertida y al mismo tiempo sorprendida. Sólo a mí me podía ocurrir que la canción “I touch Myself” sonase cuando estoy junto al chico del que estoy enamorada.

Una risa escapó de mis labios aunque resultaba evidente que el estaba intentando contener la suya. Tenía que cambiar esa canción. Caminé hacia el radiocasete cuando uno de mis tacones quedó atrapado en la lona, y por supuesto, tropecé. Cerré los ojos esperando a que mi cara se estrellase contra el suelo, sin embargo, ese momento nunca llegó. En lugar de ello dos brazos me atraparon al vuelo.

Abrí los ojos topándome con el rostro de Edward mirándome fijamente mientras me sujetaba con fuerza, después me ayudó a que mis pies volvieran de vuelta al suelo.

Retrocedí un par de pasos para verle con claridad. Allí, en su camiseta, había una línea de pintura azul celeste. Mi rodillo debía haberle golpeado cuando él me capturó. Al verlo me cubrí instantáneamente la boca en un intento de contener la risa, cosa que resultó imposible.

Sus ojos miraron hacia abajo para ver la línea de pintura azul de su camiseta. Levantó la cabeza con una expresión seria en el rostro.

-¿Te crees que esto es divertido?- Preguntó haciendo entender que para él no lo era en absoluto.

Me tapé la boca aún con más fuerza tratando desesperadamente de no reír. Y sacudí mi cabeza “no”. Pero dudo que resultara convincente pues comenzó a caminar hacia mí pincel en mano.

-Tú lo has querido.-

Entonces su pecho presionó el mío. Mi corazón comenzó a latir cada vez más rápido y con más fuerza.

Colocó su mano en mi clavícula y no supe hacer otra cosa excepto permanecer allí y mirar a Edward. El pincel mojado tocó mi piel para después ir trazando una línea en mi camiseta que pasaba entre mis pechos.

Se separó y me sonrió con una media sonrisa. –Ahora estamos en paz.- Dijo.

Todavía seguía helada cuando él se giró y caminó hacia la pared que debía pintar.

Corrí hasta donde se encontraba, y con mi rodillo le tracé una línea desde sus hombros bajando hasta su culo y después subiendo de nuevo.

Se giró con una expresión horrorizada. –No pensé que tendría que hacerte esto.- Dije con una dulce sonrisa.

Se dirigió hacia el bote de pintura sumergiendo sus manos en ella. ¿Qué tendría entre manos? Pensé para mis adentros. Tenía mis ojos fijos en él. Edward tan solo sonrió y comenzó a caminar de nuevo hacia mí.

-¡Ni se te ocurra!- Grité intentando huir. Pero por supuesto me tropecé de nuevo solo para ser capturada una vez más por Edward quien empapó mi camiseta de pintura azul celeste en el lugar donde me agarró.

-Tal vez deberías quitarte esos zapatos antes de que te mates.- Sugirió.

-Creo que eso sería una buena idea.-

Me devolvió a mi posición vertical. Y con su cuerpo a escasos milímetros del mío comenzó a descender lentamente poniéndose en cunclillas. Mi corazón comenzó de nuevo a palpitar con fuerza y mi respiración se convirtió en jadeos.

Coloqué mis manos en sus hombros para evitar caerme de nuevo. Él recorrió con sus manos cada una de mis piernas desnudas hasta llegar al pie derecho. Lo tomó delicadamente entre sus manos y lentamente me quitó el zapato. Luego se dirigió al otro pie y repitió la misma acción.

Se levantó y con una traviesa sonrisa me dijo: -Eso está mucho mejor, ah, por cierto, el azul es un color que te sienta muy bien.-

Miré hacia abajo pare ver unas piernas cubiertas de pintura azul en los lugares donde él las había tocado. Había estado tan atrapada en la sensación de su roce que ni me había percatado de que sus manos seguían completamente empapadas de pintura.

-Sí, hace juego con tu camiseta.- Dije tomándole el pelo

-Oh ¿te molesta que hagan juego?- Preguntó en tono de burla.

-Bueno, yo siempre pensé que ir conjuntados es un poco hortera.- Dije riéndome.

-Vale, de acuerdo.- Dijo. En ese momento para mi sorpresa se quitó la camiseta y me la lanzó revelando un muy pero que muy hermoso pecho.

Definitivamente él estaba jugando conmigo. Intentaba ruborizarme y burlarse de mí. Pero a ese juego podían jugar dos personas. Caminé hacía él aproximándome tanto que nuestros pechos se rozaban. Podía incluso escuchar su respiración entrecortada.

Cogí la camiseta que ahora estaba en su mano y retrocedí un paso. Sostuve la camiseta en mi clavícula donde empezó a pintar, bajando por mi camiseta y subiendo otra vez.

Sus ojos se ensancharon y yo tiré la camiseta tras él mientras salí al vestíbulo. Me giré hacia un Edward aún aturdido y dije -Gracias por la ayuda-. Caminé hasta el cuarto de baño de Alice para lavarme y respirar.

Me cogí al fregadero y miré mi reflejo en el espejo. No podía creer lo que acababa de hacer. Caminé hacia la bañera y me senté, solo para darme cuenta que tenía las bragas empapadas.

Esto tenía pinta de ser la cosa más difícil/divertida que tendría que hacer en mi vida.

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wOooow!!! quién no está en shock y deseando tener 'algo para pintar' miente!!! jajajaja... vaya esto se pone 'picante'... muy, pero muy picante, muajajaja
no diré más por ahora saquen sus propias conclusiones...

bueno, esta actualización es para mi vampirilla suspiradora BEA, que espero y después de leer duerma un poquito...



ahora... unos pequeños apuntes: les dejo los links de las canciones que se mencionan en el capítulo, espero que las disfruten tanto como yo...

MAKING LOVE OUT OF NOTHING AT ALL
http://www.youtube.com/watch?v=6lE6Htee0sA


I TOUCH ME SELF
http://www.youtube.com/watch?v=wv-34w8kGPM


vale... cuidense y no olviden los chocolates (lo siento soy adicta total!!!), suspiren y...
Nos leemos prontito!!!


Bellany G.
**Esperar vale la pena por ti**

ACUERDO PERFECTO

Capítulo 9: Mi Territorio


- Me gustan tus ojos-, susurró Bella contra los labios de Edward, estaban acostados en la cama, con el amanecer comenzando a entrar por la ventana, se habían despertado y acomodado uno frente al otro, no habían dicho nada hasta este momento, por primera vez, no había bromas al despertar, nada por unos minutos, solo sus miradas, sin que ninguno de los dos se fijara en nada mas.

-Y a mi los tuyos-, susurró Edward mientras acariciaba su cuerpo con sus manos suavemente, estaban tan cerca que sentían su respiración, sus piernas estaban entrelazadas, mientras Edward recorría la espalda de ella, su cintura, su cadera y aun mas abajo solo rozando, solo disfrutando de la sensación, ella pasaba sus manos por sus pecho y sus hombros.

-Claro el café es tan interesante-, murmuró Bella con algo de sarcasmo en su voz y Edward sonrío.

-Llámame extraño… no me importa, me fascinan tus ojos, dejan ver a la persona que se esconde de todos-, contestó rozando su nariz con la de ella.

-¿Eso lo dice “Edward Cullen”?… si se trata de esconder estamos a la par-, se burló ella y Edward la apretó mas contra el.

-No te puedo esconder nada… ya no-, murmuró pues el sabia que esto era lo que quería simple y llano, despertarse con ella, después de haber dormido juntos, después de un gran sexo, después de un día de bromas y de apoyo, por que ella había estado cuando el lo necesitaba, ella había notado cuando algo le molestaba, ella.

-¿Cómo eras de niña?-, susurró y Bella sonrío su corazón nada mas latía fuerte de escuchar su voz, aun no podía entender como llego a amarlo tanto, hace una semana exactamente ellos apenas y se habían visto, peor aun Bella estaba segura que Edward jamás la había notado, ella jamás se preocupó por que el Playboy de la Universidad no la mirara, si no lo hacían otros el no debía ser la excepción pero ahora recostada junto a el, Edward rasgaba pedazos de su vida como queriendo saberlo todo, mientras ella se sentía desnuda, cuerpo y alma a la vez.

-Un poco peor que ahora-, bromeó Bella mientras Edward rodaba los ojos

-No lo se, era niña, con cuerpo de niña como hasta los 14, los lentes y el cabello no han cambiado, era bastante testaruda…-, comenzó mientras Edward acariciaba su mejilla.

-¿Eras?… permíteme corregirte… eres demasiado testaruda-, se burló

-Muy gracioso-, replicó con un mohín y Edward la besó suavemente.

-¿Qué mas?-, insistió

-No podía dar varios pasos sin encontrar algo que me hiciera caer, mi mamá intento que estudiara ballet a los 6… la maestra termino diciendo que no quería mas escenografías rotas, después de mi primera “presentación”, lo que fue un alivio, parecía un panda con leotardo… era un desastre de niña… - terminó mientras el levantaba su rostro.

-¿Un panda en leotardo?, no lo creo… debiste verte preciosa-, murmuró

-Adulador, sabes no tienes que ser encantador, al fin de cuentas ya estoy en tu cama cierto-, bromeó ella y Edward la acercó serio, casi hasta que ella quedara arriba de el, Bella jadeo y lo miro mientras el permanecida sin expresión.

-¿Eso crees… que todo es por esto?-, murmuró mientras movía sus caderas haciendo que sus sexos se rozaran, los dos se tensaron ante la sensación.

-Eres mucho mas que eso Bella, me vuelves loco… no es adulación, me encanta tu personalidad, tu impulsiva forma de actuar, tu humor acido casi insoportable y si me fascina tu cuerpo, pero no es solo sexo-, terminó mientras ella lo miraba, sus ojos estaban vidriosos pero reprimió las ganas de llorar, ella habría dicho lo mismo, esto no era solo sexo, era amor, tan fuerte que le dolía en solo pensar que algo cambiara.

-Es mucho mas-, le susurró ella mientras Edward sonreía, había completado la frase, dicho las palabras que el tenia en su boca, la acerco y la beso despacio, recorriendo todo lo que pudiera recorrer con su lengua, la abrazo fuerte mientras ella se recostaba en su pecho.

Te amo”, ¿Cuan difícil era pronunciar eso?, pero por mas que Bella luchaba aun no se permitía decirlas, por que ya no habría vuelta atrás, si las pronunciaba era ir directo al cielo o al infierno y no estaba segura de poder soportarlo, beso su pecho antes de levantarse.

-¿Qué haces?-, preguntó mientras ella se levantaba tirando de la sabana.

-Son pasadas de las 10… flojo-, anunció señalando al reloj.

-Yo puedo quedarme aquí-, anunció Edward llevando sus brazos hasta detrás de su cabeza, Bella lo miro por un momento hasta que el estomago de el rompió el silencio de la habitación.

-Alguien no esta muy contento con esa decisión… pero no te preocupes, los dejo para que lo discutan-, bromeó mientras tomaba algo de ropa y entraba al baño.

Bajaron a desayunar para encontrarse a Emmett y Rosalie comiendo, Jasper miraba la televisión y Esme prepara un buen desayuno.

-¿Hambre?-, preguntó Bella mirando el gran plato de huevos y tocino de Emmett

-No comeremos bien hasta la cena… hermanita, yo que tu me serviría algo igual-, contestó Emmett.

Comieron un poco mas de lo normal, Rosalie y Bella lavaron los platos mientras Esme iba a la oficina a checar que todo estuviera en orden, había citado a los diseñadores así como a sus principales proveedores y algunos clientes a las 6 de la tarde en el edificio, quería que todo estuviera en perfecto..

Casi dos horas después mientras todos están mirando la televisión Esme llamo a Edward para que el, Emmett y Jasper la ayudaran a acomodar algunos muebles.

Cuando salieron Bella dejo a Rosalie mirando la televisión mientras subía la habitación, desde que se entero de la dichosa cena algo le daba vueltas en la cabeza, no sabia que iba a llevar, su maleta estaba llena de pantalones, blusas y suéteres, ni siquiera un pantalón de vestir… nada, reviso en su maleta algo innecesario como si de solo desearlo apareciera algo perfecto para ponerse, la cerro de golpe y gruño mientras se llevaba las manos a su cabello.

-¿Practicas para rugir como león?-, preguntó Rosalie desde la puerta de la habitación

-No… solo estoy a punto de matar a Edward por su falta de información-, replicó Bella mientras Rosalie sonreía.

-¿Falta de información?-, preguntó la rubia

-Si… veras para la cena traigo o este pantalón de mezclilla gastado o este de pants, mmmm... no creo que el pants es mucho mas “chic” ¿no crees?-, murmuró sarcásticamente mientras Rosalie reía.

-No seas tonta… sígueme-, contestó ella mientras Bella fruncía el ceño.

-Alice supuso lo de la “falta de información”-, le susurró mientras entraba a la habitación de Emmett

Bella se quedo en la entrada mientras Rosalie sacaba del closet una bolsa de una tienda departamental.

-Esto si es “chic”-, susurró mientras levantaba por los tirantes un vestido corto negro, parecía una bata de seda, se abrochaba de lado con un moño, como envolviendo el cuerpo, si dicho moño era desecho podías quedarte desnuda, era hermoso si pero para nada algo que Bella usaría.

-Creo que me las puedo arreglar con el pants-, bromeó Bella.

-Anda pruébatelo-, insistió Rosalie.

-¿Qué se pruebe que?-, preguntó Alice afuera de la habitación.

-Hola señorita-, saludó Bella

-Nada de hola… a probarse el vestido-, insistió también

-Dirás la bata de dormir-, continuó Bella

-No importa como lo llames… p-r-u-e-b-a-t-e-l-o-, susurró Alice.

Bella suspiro antes de tomar el vestido e ir hasta el baño para ponérselo, el vestido se ajustaba a su cuerpo llegaba justo arriba de la rodilla, los tirantes eran delicados y el moño, el único adorno del vestido, la hacia demasiado irreal.

-¿Y bien?-, preguntó Bella entrando de nuevo a la habitación mientras sus dos nuevas amigas gritaban.

-Por Dios-, anunció Rosalie.

-Basta de pijamas que me pondré para la cena-, se burló Bella mientras Alice le sacaba la lengua.

-Tenemos el tiempo justo para arreglarnos así que a bañar señoritas-, mandó Rosalie mientras Alice salía corriendo y Bella rodaba los ojos.

Después de casi media hora, cada una se había duchado y puesto un short o un pants mientras se arreglaban el cabello, Rosalie rizo el cabello de Alice y ella ondulo el cabello de la rubia solo un poco, y lo peino una bella cascada, sentaron a Bella frente a l tocador de Alice mientras esta bufaba.

-No hay remedio con mi cabello-, insistió

-Tu cabello es sensacional solo suelto pero hoy cambiarás un poco-, le comentó Rosalie mientras empezaban a alisarlo, lo peinaron de lado y le pusieron un lindo broche plateado, sencillo pero hermoso.

-Bella crees que puedas quitarte los lentes…-, susurró Alice algo apenada

-No distingo de lejos sin ellos-, anunció Bella aguantando la sonrisa

-Ah, bueno… esta bien… solo que no… bueno se ven bien-, tartamudeó mientras Bella no pudo soportar mas y soltó una carcajada mientras las otras dos la miraban confundidas

-Me pondré los de contacto… Alice-, explicó

-¿Los de contacto?....y se puede saber por que usas estos-, preguntó Rosalie

-Por qué toda mi vida he usado de este tipo… además me gustan-, explicó Bella encogiéndose de hombros.

-Eres muy extraña-, se río Alice

-Gracias… ya lo había escuchado antes… empiezo a creer que es cierto-, bromeó y todas se rieron.

Escucharon el auto de Edward mientras se estacionaba frente a la casa, Rosalie insistió en que Bella se quedara ahí junto con Alice mientras saludaba y le daba la ropa a Emmett, y le informaba que tendría que arreglarse en otra habitación.

-Tengo que pedir rescate Bella-, gritó Edward desde afuera

-Aun estoy en negociaciones-, gritó siguiendo la broma mientras Edward se alejaba.

Poco después de que terminaran de arreglarse Esme toco su puerta ya vestida con un lindo traje azul, la falda y el saco acentuaban su cuerpo, mientras les sonreía a sus tres hijas, por que para Esme eso eran… sus tres hijas.

-Están hermosas… solo venia a despedirme, no vemos en un rato-, se despidió mientras las tres asentían, Bella se sentía incomoda sentada en la cama, jalaba su vestido pidiendo que la tela cubriera un poco mas, se miraba en el espejo, se sentía extraña sin los lentes, sus ojos estaban difuminados acentuando su mirada, su cabello, se sentía extraña, no se sentía ella, no estaba segura si esto era una buena idea.

-Bajen ya antes que tengamos que festejar los 10 años de la empresa-, gritó Emmett mientras Rosalie rodaba los ojos, fueron hacia las escaleras y bajaron para encontrarlos vestidos con camisa y pantalón de vestir, Edward y Emmett llevaban saco mientras Jasper solo la camisa abotonada, sentados frente al televisor.

-¿Pueden dejar de ver el futbol?-, preguntó Alice mientras Emmett reía negando

-Pero mira quien juega… en ese equipo hay muy buenas razones para mirar-, se burló Bella mientras Edward giraba su rostro para replicar, se quedo con la palabra en la boca mientras la veía, ahí parada, esta era la Bella que el conocía, la sensual, la de esos ojos hermosos sin barreras, sintió un punzada de celos por que quería ser él, solo él, el que conociera esa faceta de ella, pero de cualquier forma estaba loco con ella, así o con sus lentes y aquella falda, no importaba nada mas que ella.

-Nada de futbol-, susurró aun con la voz descompuesta tratando de componer el semblante, Alice soltó una risita mientras se acercaba a Jasper y le daba un beso en la mejilla.

-Por fin… amor ahora si siento que envejecí esperándote-, se quejó Emmett mientras le daba un beso a su esposa, salieron rumbo al auto seguidos de Jasper y Alice.

-Te ves hermosamente sensual-, le susurró Edward al oído a Bella mientras ella metía sus manos a los lados del saco.

-Y eso que no utilice el pants que traía para esta ocasión tan especial-, se burló ella.

-O la falda… todavía tengo la esperanza de volverla a ver-, susurró antes de besarla, Bella acaricio su abdomen por sobre la camisa mientras Edward acariciaba sintiendo la textura de la suave y fina tela del vestido.

-Pueden dejar de hacer eso… lo que sea que estén haciendo-, gritó Emmett mientras ambos reían, y Edward la tomaba de la mano para salir de la casa.

Llegaron a las oficinas para encontrarse con Esme al lado de Carlisle recibiendo a las personas, tanto trabajadores como invitados especiales, había varias mesas y un gran buffet, vino, refresco y otras bebidas, acomodados en la planta baja, no estaban ninguno de los sillones de espera, Bella se imaginaba que todo estaría en la parte de arriba junto a las oficinas.

Se sentaron los 6 en una mesa y los chicos trajeron algo de beber, Edward se sentó junto a Bella y esta le acaricio la pierna, sin darse cuenta que Edward se tenso por completo, ella río cuando el ronroneo en su oído.

-¿Y los muebles?-, preguntó Alice, Jasper señalo hacia arriba y Emmett negó con la cabeza.

-Debieron ver el trabajo para subirlos, aquí tu conejo y tu corazón de chocolate no ayudaron para nada, solo fui yo y mis músculos-, bromeó Emmett mientras señalaba primero a Edward y luego a Jasper.

Los seis rieron mientras la cena transcurría, vieron a Esme y Carlisle sentarse al lado de algunos clientes mientras las mesas se llenaban por completo, Edward se paro junto a Bella para ir por unas bebidas mientras una chica rubia se acerco a ellos.

-Edward Cullen no vas a saludar-, preguntó la mujer, Bella miro su vestido café demasiado corto para Forks aun con el clima aun bajo techo.

-Lauren, que gusto-, saludó Edward mientras tomaba la mano de Bella, para Lauren no paso desapercibido el gesto, barrio con descaro a Bella quien desvío la mirada y rodo los ojos.

-Esme invito a mi mamá y a mi papá, ya sabes, fuimos de sus primeros clientes-, sonrío excesivamente mientras el asentía.

-Mira te presento a Bella… mi novia-, anunció Edward mientras Lauren reía burlonamente, extendió la mano y le dio un beso en la mejilla a Bella mientras esta la miraba.

-¿Bella?...tu padres son irónicos-, se burló mientras la veía despectivamente, Edward no entendía de que iba esto, Lauren no tenia por que ser descortés, lo de ellos había pasado.

-Si bueno… al menos no tengo un nombre tan… como… como dijiste Edward… Lauren, si ya lo había escuchado, un amigo tuvo una fiesta de soltero exactamente con una chica con tu nombre… no conoces a Mike Newton ¿o si?-, dijo Bella en tono burlón mientras Edward llevaba una mano a su boca para evitar sonreír abiertamente, Lauren bufo y hecho su cabello hacia atrás.

-Insinúas algo-, siseo ella molesta

-Yo… claro que no, hablamos de nombres cierto-, inquirió Bella mientras reprimía el instinto de salir de ahí con Edward del brazo, Lauren se recompuso un poco y le sonrío a Edward mientras Bella estallaba por dentro, se acerco y le dio un beso en la mejilla.

-Hablamos Edward…-, se despidió y salio de allí, mientras Bella caminaba hacia la mesa con Edward siguiéndola.

-¿Qué hace ella aquí?-, preguntó Alice a Edward

-Mamá los invito…-, susurró molesto Bella no lo miro mientras se sentaban.

-Bella…-, la llamó y ella giro su rostro.

-Ella, bueno no se que fue eso pero no significa nada-, explicó el sin saber que decir, Bella se calmo y trato de recordar que en realidad no había que celar, lo que paso entre ellos, fue en otro tiempo, no le interesaba, el estaba aquí con ella.

-No eres tu… solo que no me gustan que te vean-, se acercó hasta rozar sus labios.

-Debería ser un delito verte así-, le dijo antes de besarlo, Edward acaricio su pierna desnuda por debajo de la mesa y ella sonrío.

-¿Estabas celosa?-, preguntó el con suficiencia.

-No lo voy a admitir-, dijo ella negando con la cabeza mientras Edward sonreía.

Estuvieron platicando y saludando a varios conocidos Edward presentaba a Bella mientras la sostenía de la cintura y ella sonreía, por momentos quería que esa palabra fuera real, “mi novia”, mas que eso ella quería proclamar lo mismo “mi novio”.

Esme pidió a Edward que fuera por los últimos canapés a una de las oficinas de arriba, le dio un ligero beso a Bella y subió mientras ella platicaba con Rosalie, después de unos momentos, Emmett invito a su esposa a bailar mientras Bella subía, encontró la sala de juntas entre abierta y entro silenciosamente para mirar a ciertos adolescentes algo pegados unos sobre otro.

-Alice… -, llamó ella y los dos se separaron mientras Jasper recomponía la postura.

-Bella me has dado un susto-, jadeo la menor de los Cullen.

-Y ni te quiero contar si hubiera sido otro y no yo-, bromeó Bella sonriendo.

-Solo nos besábamos Bella-, explicó Jasper

-Si bueno… aun no es tiempo para esos “besos”, vayan abajo antes de que alguien mas, un poco mas grande los encuentré no se… se les ocurre cualquiera de tus celosos hermanos-, inquirió mientras Alice bufaba bajito y hacia un mohín haciendo a Jasper sonreír.

-No es justo… no era mas de lo que tu hacías con Edward en la cocina-, la miró Alice picadamente.

-Si señorita pero aun somos 5 años mas grandes que ustedes así que… abajo…antes de que me arrepienta de haber hecho que la mini telenovela terminara-, Alice sonrío negando y Jasper la miro con gratitud mientras bajaban, Bella fue hacia la única oficina que tenia la luz encendida, la puerta estaba cerrada, iba a abrirla cuando oyó la voz de Edward.

-Lauren… esperan esto abajo-, replicó

-Solo quería saludarte… en privado-, anunció ella

-Bien ¿Qué crees?, ya lo hiciste-, replicó de nuevo el, mientras Bella sonreía bajito.

-Vamos Edward ya puedes dejar el papel, además no te estoy pidiendo nada, pero no vas a negar que nos divertimos, el que ella este aquí no cambia nada, hace un año según entendía ya era tu novia y aun así bueno esa noche fue muy bueno ¿o no?-, preguntó mientras Bella rechinaba los dientes, no importaba, ella sabia que en ese tiempo la mentira de la novia solo era una pantalla, ellos ni siquiera se conocían pero ahora era diferente y se lo iba a dejar muy en claro.

-Lauren… por favor-, pidió Edward mientras ella reía

-Te pongo nervioso-, preguntó con voz baja.

-No solo no te quiero alejar bruscamente-, respondió el exasperado.

-Vamos Edward se le ve que es simple… por favor, a ti te gustan mucho mas como diríamos… mujer-, terminó Lauren mientras Bella abría la puerta harta de toda esa habladuría, con la sangre hirviendo, Edward abrió los ojos con miedo de que ella creyera lo que todo eso podría significar. Para su sorpresa Bella camino con una sonrisa hasta Lauren mientras esta la miraba maliciosamente.

-Lauren… querida… de verdad te entiendo mira que después de haber pasado una noche con Edward entiendo que te arrastres de verdad que si… no te culpo… tan solo mírame la cara, pero ven te voy a explicar-, se burló mientras la tomaba del hombro y Lauren se alejaba enojada de que ella no hubiera peleado con Edward.

-Veras existen algunos juguetitos… ya sabes aparatitos que te pueden ayudar con tu necesidad por que el… bueno no creo que pueda estar libre de nuevo-, se acercó a Edward y lo beso mientras Lauren salía furica.

-Touche-, susurró Edward, Bella sonrío tenuemente, pero toda aquella actuación no era verdad por que aun las palabras de ella retumbaban en su cabeza, ¿Y si no era lo suficiente para el?, Edward podría prometer muchas cosas ahora pero cuanto duraría, y si se cansaba de ella, y si al regresar se ponía a comparar, las inseguridades golpearon mientras regresaban abajo. Edward noto que Bella no estaba bien, permaneció algo abstraída el resto de la noche, quizás pensó que si se molesto por aquellas ridiculeces de Lauren pero no tuvo oportunidad para hablar con ella, al menos no frente a todos.

Ya entrada la madrugada la gente fue despidiéndose hasta que solo quedo la familia, comenzaron a recoger las mesas, juntaron la basura y las botellas, Esme, Carlisle, Alice y Jasper se fueron en el auto del doctor, Emmett se llevaría el auto de Esme y Edward el propio.

-Bien hora de la camita-, se despidió Emmett mientras salía con Rosalie, Edward asintió mientras acomodaba las últimas sillas plegables.

Bella subió para dejar la mantelería en la sala de juntas, que en realidad era el pretexto para esquivar a Edward no quería regresar a la casa, no quería estar en la habitación, se sentía insegura, aun cuando no lo quisiera, temía que Edward la comparara con cualquier otra, quizás no hoy pero si después, lo peor es que en realidad ellos no tenían nada, fácilmente el podía irse.

Salio de la sala de juntas y se disponía a bajar miro la oficina donde antes el le había enseñado sus dibujos fue hasta ahí y la abrió, entro para quedarse parada frente al escritorio con los dibujos sobre el.

-Bella…-, susurró Edward mientras ella no se giro

-Bella… si te molesto que Lauren estuviera ahí… no-, comenzó Edward confuso temía perderla por una idiotez.

-Olvídalo-, susurró Bella

-No… dime que te pasa-, preguntó el detrás de ella sin tocarla solo la electricidad de sus cuerpos chocando

-Nada-, murmuró Bella

-Pues ese nada me esta molestando, sinceramente no te entiendo yo no hice nada-, espectó Edward algo molesto

-Ella tiene razón… desde cuando tus gustos cambiaron tanto-, susurró Bella mientras Edward se llevaba una mano al puente de la nariz.

-De eso va todo-, contestó Edward.

-No me vas a venir a decir que yo soy la mujer mas hermosa del mundo Edward…-, se burló Bella mientras el la giraba casi con enojo contenido.

-No, no te voy a decir… sabes si estamos en ese plan entonces tu explícame por que de verdad yo no te puedo responder… hace unos meses, me hubiera acostado con Lauren ante sus insinuaciones-, murmuró Edward enojado, enojado por que ella no entendiera, ella era todo, la única que lo ponía a mil, la única que lo sacaba de la realidad, la única que lo divertía, la única, así de sencillo.

-No necesito saberlo-, replicó Bella entre dientes.

-No, si lo necesitas… por que no se que me hiciste-, continuó mientras la encerraba entre el escritorio y su cuerpo, levantó su cara con su mano obligándola a mirarlo.

-No me movió ni un cabello… no he pensado en nada mas desde que te vi con esto-, señaló el vestido con coraje.

-No he pensado en nada mas que hacerte mía...-, le dijo antes de besarla impaciente ella respondió solo un momento antes de alejarse.

-Eres hombre Edward…-, espectó

-Eso no importa sin ti, que no entiendes… eres mi dueña… me tienes en tus manos…-, murmuró mientras la volvía a besar con impaciencia,

Bella enredo sus dedos en su cabello mientras lo acercaba a el, su dueña, eso era lo que ella quería ser, quería que el fuera suyo, todo el, para siempre, ella ya le pertenecía, eran dos partes incompletas separadas.

Edward la alzo solo un poco para que quedara sentada en el escritorio, los papales se arrugaron pero ninguno de los dos se inmuto, Edward besó y lamió su cuello mientras ella lo separaba solo un poco.

-Eres mío Edward Cullen… mío-, anunció mientras lo atraía y lo besaba, el acarició sus piernas y subió su vestido hasta sus muslos, Bella comenzó a desabrochar su camisa, al punto de que los botones desistieron, Edward se separo y deshizo el moño del vestido y separó los lados lentamente, para mirar el conjunto de lencería que llevaba, Bella se mordió el labio antes su mirada, era el único conjunto que ella llevaba para el viaje, al menos el único lo suficientemente revelador, Edward la beso deslizando el vestido por sus brazos, Bella comenzó a desabrochar el pantalón mientras el acariciaba sus senos por encima del encaje haciéndola gemir, Edward saco el condón de la parte de atrás de su pantalón y se deshizo de la estorbosa prenda, beso de nuevo a Bella mientras ella acariciaba su trasero y metía sus manos por dentro de sus boxers.

Edward beso su hombro y la inclino para besar sus pechos sobre la tela, Bella gimió y se arqueo mas mientras sus piernas se enredaban alrededor de sus caderas.

Edward deslizo una de sus manos por debajo del sostén mientras Bella se mordía el labio.

Lo alejo con un gruñido y se deshizo del estorboso sostén ella misma mientras Edward sonreía, Bella lo alejo un poco mas mientras se levantaba y se quitaba lentamente su ultima prenda, Edward no apartaba su mirada mientras su erección palpitaba volviéndolo loco.

Bella volvió a sentarse en el escritorio con las piernas abiertas, sin inhibiciones y sin temor, por que el que tenia enfrente era el hombre al que amaba, Edward se acerco y las manos de Bella quitaron su estorbosa ropa interior, tomo el condón y lo coloco mientras Edward la besaba mordiendo tenuemente sus labios, lo apretó con las dos manos haciéndolo jadear y después lo condujo hasta su entrada mientras ella gemía tenuemente, Edward la tomo por la cintura y entro en ella de un golpe, Bella enredo sus piernas y hecho sus manos hacia atrás para sostenerse del escritorio mientras Edward lamia y jugaba con sus pezones y sus embestidas era insistentes, y muy profundas.

Edward sentía y solo quería mas y mas, la sensación era tan fuerte solo imaginable con una persona… aquella a la que amas, sin razones o sin explicación, solo la amas.

La levanto un poco para encontrar su boca y sus lenguas danzaron mientras el seguía con sus movimientos y Bella gemía en su boca, mordió su cuello y el lóbulo de su oreja, Se separo solo un poco para mirarla mientras hacia lentos círculos dentro de ella, ella lo miraba a los ojos, ambas miradas gritaban lo que sus bocas ya no pudieron callar.

-Te amo-, gimió Bella mientras el la besaba.

-Y yo a ti… Bella-, dijo mientras empujaba fuerte y sentía como todo se vaciaba, como ella se retorcía y gritaba.

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tengo solo tres cosas que decir al respecto...
como de costumbre Lauren provocó la primera punzada de celos, pero esta ha sido prueba superada... en serio chic@s Bella es mi heroína jajajaja

no sé ustedes, pero a mi la declaración me pareció perfecta... tanto como este acuerdo...
y mmmm... la noche a penas comienza...muajajaja
cuidense y coman chocolates, suspiren y...
Nos leemos prontito!!


Bellany G.
**Mi razón de ser eres tú**


pdta. Actualización dedicada a dos de mis suspiradoras más constantes... Nena Cullen y su cuñada (en serio chicas, cuidado con el jefe jejeje) besos!!

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