viernes, 30 de octubre de 2009

REGALITO !!




Hola niña!!! bueno aki edite una imgen espero k les guste, no se me da mucho eso de editar pero lo hice con mucho cariño ya k es una manera de agradecerle el tiempo k se toman en publicar sus fics y xk me he vuelto super adicta grax

׺°"˜`"°º×L!L!@׺°"˜`"°º×

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Waaaaaaaaaaaa!!! Y es que lo ameee!!!! Gracias lili preciosaa por este regalito!!! Enserio lo ameee!!! y bueno lo pongo en el blog para presumirlo!!!


Gracias a uds por tenernos paciencia ... Son las mejores nenitas!!! Las amamos!!!


Angylito.~*NTLS-Diva*~.

NO DESEARÁS

Capitulo 7

Celos

(Bella)

“Hay cosas que nadie puede evitar Bella, ni yo ni nadie tiene el derecho a juzgar o decirte que debes hacer, pero el conocer a Edward cambio tu vida, lo se, lo sentí, solo tienes que saber que siempre estaré contigo hermanita, siempre”.

Le había contado todo a Alice, saque todo, mi olor al ver a Charlie, mis deseos y mis temores, mi rabia, todo, todo lo que comenzaba a sentir por el, todo.

Mi hermana estuvo conmigo, Jasper nos dio nuestro espacio y solo hizo que lo respetara aun más.

El estar con ellos hizo mi fin de semana mas ligero, pude ver lo feliz que era mi hermana con mis propios ojos y eso me inundo de una momentánea paz, aunque ahora al recorrer las calles rumbo a mi departamento tenia la sensación que tal receso había terminado, casi era medio día, Alice me obligó a quedarme y regresar hasta el lunes por la madrugada, hace unas horas había hablado a la oficina, llegaría a mas tardar después de la comida, aun cuando había perdido gran parte del día sabia que tenia que hablar con Edward sobre la campaña de la próxima semana.

Llegue al departamento y me duche, me puse un vestido gris oscuro y me puse un lindo broche para sostener una media coleta en mi cabello dejando algunos mechones caer sobre mis hombros.

Me disponía a salir y comer algo antes de ir a la oficina cuando el timbre sonó, fruncí el ceño y abrí para encontrare a una sonriente Rosalie.

-Bella-, dijo besándome la mejilla

-Hola Rose como sabias que estaba aquí-, le pregunte confundida

-No lo sabia, llame a Edward para saludarlo y le dije que comería contigo que apenas te iba a hablar, le pregunte si aun estaba s en la oficina pero el me dijo que no habías ido, según lo que escucho regresaste hasta hoy-, dijo levantando las cejas sugestivamente

-Si…de hecho estaba saliendo, iba a comprara algo de camino e ir a al oficina-, le conteste

-Bien podemos comer juntas y después me voy a trabajar hoy tomare el turno de la tarde y cubriré a mi compañera en la noche-, me dijo tomando su bolso y abriendo la puerta.

-No es eso muy pesado-, inquirí

-Tal vez pero en inicio de semana el restaurante no tiene mucho actividad como el viernes, sábado o domingo-, yo solo me limite a asentir

-¿A donde vamos?-, pregunte

-Podríamos ir a ese restaurante que tanto te gustaba…”La Bella Italiana”, creo que se llamaba ¿No?-, dijo y yo me tense cuando salíamos del edificio

-No cualquier otro lugar-, le dije, no me sentía capaz de volver, aun recortaba a Edward rodeándome con sus brazos después de haber pasado momentos realmente placenteros comiendo junto a el, aun recordaba la cara de Charlie, no, no estaba lista para volver.

-Esta bien, que tal si vamos a comer unas ensaladas a Mr. Green-, sugirió

-Si esta bien-, conteste

Nos despedimos para dirigirnos a nuestros autos y todo el camino implore que Rosalie olvidara pronto el asunto del viaje, aunque tenia la seguridad que no seria así, pero tampoco podía decirle que había mentido, ella pediría una razón y la única que tenia y la que no podía negar mas era que había tenido celos de su viaje con Edward, me había muerto de celos de pensar en ellos viajando románticamente, lo primero que se vino a mi mente fue el viaje de Jacob con su novia.

Llegamos al establecimiento y escogimos una mesa de la orilla, nos sentamos y Rosalie sonrío antes de comenzar su interrogatorio.

-Bien ahora si ….como fue que pasaste el fin de semana con Jacob-, pregunto

-Me invito y yo acepte-, dije mirando el menú

-Si claro pero estas consiente de la razón por la cual te invito-, dijo ella sonriendo

-Somos amigos-, conteste deseando que eso fuera suficiente.

Ella iba a rebatir pero me levante para pedir mi comida y ella me siguió a regañadientes. Cuando volvimos a sentarnos ella sigo la conversación pendiente, -¿Te gusta?-, pregunto.

-No solo somos amigos, tu sabes que no quiero un hombre mi vida-, “O el único que desearía que entrara jamás podría estar conmigo”, termine para mis adentros

-Bella por dios…el te invito por que le gustas…estoy segura…pero OK, se que eres bastante testaruda, ¿Te divertiste?-, dijo mirándome, leyendo mi reacciones.

-Descanse y si creo que me divertí algo-, le dije rápidamente.

-¿Y tu?-, pregunte arrepintiéndome de mis palabras que salieron como un reflejo esperando que la conversación dejara de ser sobre mi, pero había algo peor que fuera sobre ella y su perfecto viaje con Edward.

-Bella no sabes lo feliz que estoy…Edward y yo necesitábamos este tiempo juntos…solo pudimos disfrutar de la tarde del sábado y parte del domingo peo fue suficiente-, termino con una sonrisa

-Me alegra-, mentí pero ella era mi amiga y eso era lo correcto de decir ¿no?

-Fuimos a un club a las afueras de la ciudad, fuimos a bailar y nos pusimos algo alegres sabes, pero fue maravilloso…Edward es sensacional en bueno tu sabes-, soltó una risita y yo apreté los dientes

-No necesito detalles Rose-, sise y ella frunció el ceño

-Lo siento...no quise molestare-, dijo confundida

-No es eso…-, suspire, tratando de controlar la sensación de mi sangre hirviendo y quemándome por dentro, -es solo que eso solo es para ustedes…esta bien-, ella asintió y continuo comiendo.

-Lo se es solo que Edward ha estado extraño estos días y me sentí algo insegura-, dijo en un susurro y yo abrí mis ojos al oírla, ¡insegura!, me sentí fatal no tenia el derecho de estropear su alegría.

-Pero ahora estas bien ¿no?-, dije con una tenue sonrisa y ella asintió, terminamos de comer y me despedí, salí rumbo a la oficina tratando de bloquear mi imaginación y las imágenes que esta provocaba de Rosalie y Edward, era insoportable.

Llegue a mi oficina y después de algunos pendientes fui hacia la oficina de Edward tratando de tener todo bajo control, toque su puerta y el abrió.

-Hola…-, susurre

-Hola-,dijo el tenso

-Sobre la campaña…-, comencé y el sonrío burlonamente

-Mande a hacer unos cartas para mostrártelos…adelante lo mas posible-, dijo sin mirarme

-Esta bien yo tengo una propuestas que enseñarte, podemos chocarlo en un rato mas-, le dije y el me miro de reojo.

-Si avanzaste-, dijo con entre dientes, -Pensé que estarías …ocupada-, siseo y yo fruncí el ceño.

-No…adelante algo el fin de semana…mira si no es un buen momento-, dije algo confundida y molesta con su actitud.

-Esta bien, dame algo de tiempo para checar unos pendientes y reviso…las propuestas-, dijo sin mirarme.

-Como quieras-, dije saliendo de su oficina

Entre a mi ofician y prepare la propuesta que había trabajado en la casa e Alice, imprimí la presentación y trate de tranquilizarme, ¡Que diablos le pasaba!, debía de estar feliz después de su lindo viaje ¿No?.

(Edward)

La odiaba, la odiaba, me sentía totalmente perdido, era un demonio que llego para enloquecerme, creía que podría entrar aquí como si nada…pensé en poder al menos echarle en cara que no hubiera adelantado algo sobre la nueva campaña debido a su fin de semana con ese tipo pero ella lo haba hecho, no podía decir nada, me tenia que tragar todo el coraje y el enojo que sentía.

Note como se molesto ante mi actitud pero no podía controlarme, me atormentaba el pensar que ella había pasado tiempo con el…en cientos de imagines con las que mi cabeza me torturaba y sin embargo sabia con certeza que no tenia el derecho sobre ella, ninguno.

Espere lo mas que pude…no deseaba verla...aun con mis venas hirviendo…aun su olor me volvía loco…aun así no podía apartar la vista de sus ojos, recorra su cuerpo…, me llevaron los carteles que había preparado y me di cuenta que ya la oficina esta prácticamente sola mientras caminaba a su oficina, toque la puerta y la abrí, ella levanto la vista de la computadora y sonrío tenuemente, camine y cerré la puerta tras de mi.

Se levantó tomo un folder y me lo dio mientras se sentaba en el borde del escritorio

-Te considero mejor que yo para las imágenes y diseños, me concentre mas en una idea completa y los posibles spots-, dijo mientra comenzaba a leer su presentación, me sorprendió sus ideas era buenas y muy cercanas a la mía, lo cual me confundió de una extraña manera.

-¿Y bien?-, susurro

-Es buena…-, dije serio sin mirarla, le tendí los carteles y ella miro y se río tenuemente.

-Parecido cierto-, susurro

-Si eso creo-, me limite a contestar, -Creo que tenemos un arduo trabajo por delante…piensas seguir limitando tus horas en la oficina-, le dije dándole la espalda.

-No…se que esto es importante-, dijo en tono serio

-Bueno solo lo digo para que programes futuros compromisos-, sisee

-Edward se puede saber que te pasa…si tienes algo que decir no le des tantas vueltas-, dijo en tono molesto

-Quizás deberías de avisarle a Jacob, que esta semana estarás ocupada-, escupí sin pensar.

-Jacob…-, dijo algo desconcertada,-Y ¿tu?-, siseo

-¿Yo?...por si no te has dado cuenta yo no perdí todo el día-, le dije aun sin mirarla

-¿Qué diablos tratas de decir?-, me giro jalándome del hombro, le tome la mano, y ella la jalo haciéndome reforzar mi agarre.

-Te divertiste con Jacob-, solté mientras todo mi autocontrol se perdía.

-Eres hipócrita-, dijo mientras jalaba de su mano, -Rosalie me contó tus talentos…-, dijo entre dientes.

-Suéltame-, dijo en tono bajo

-No…-, le dije y la jale para besarla mientras sostenía su cabeza, trato de alejarme golpeando mi pecho con el otro brazo, mis labios reclamaron los suyos y ella golpeo suavemente hasta que su mano se detuvo y respondió mientras se daba por vencida, me olvide de todo, solo deseaba estar así por siempre…cuando el aire flato me separe y su mano choco en mi cara mientras aun le sostenía la otra.

(Bella)

Sus labios era mi perdición, me beso haciéndome olvidar todo…no tenia el derecho de preguntar cuando el se había ido con su novia de viaje, cuando sabia que había hecho el amor con Rosalie y aun así todos mi pensamientos desaparecieron al volver a saborear su boca.

De nuevo fui capaz de reaccionar hasta que hubo aunque fuera una tenue distancia entre nosotros, le di una cachetada, había prometido que jamás volvería a pasar, como se atrevía a jugar así conmigo.

Jale la mano que aun seguí sujeta por la suya y la soltó lentamente

-Eres un cínico…-, le susurre, -No tienes ningún derecho de decir nada…por Dios Edward tu te fuiste con Rosalie…estuviste con ella…verdad-, le dije entre cortadamente

-Bella…, dijo rozando mi mejilla

-Déjame-, le dije caminado hacia le escritorio dándole la espalda, deje mis manos descansar en este y trate de controlarme pero sentí que las lagrimas corrían por mi ojos.

-Bebí…soy un cobarde…ni siquiera pido que entiendas…yo no logro hacerlo…sabes lo que fue estar con Rosalie…tuve que perderme …no había estado con ella en casi tres semanas-, susurro a mis espaldas

-Cállate-, le susurre

-No…sabes por que no puedo tocarla…por que no puedo evitar pensar en ti…no logro sacarte de mi cabeza-, dijo en mi oído

-Cállate…-, le repetí, sus palabras era el cielo y el infierno

-No…ya no puedo-, me susurro

-Déjame-, le dije tratando de poner alguna distancia, el me atrajo hacia su pecho y me encerró con los brazos en mi cintura, mi espalda estaba en su pecho y su respiración me erizaba la piel.

-No puedo-, volvió a susurrar

-Suéltame…-, le dije mas débilmente de lo que debería sonar

-Dime que no sientes nada por mi…dime que no sientes nada cuando te toco…dímelo-, dijo girándome

-Dime…por favor dime…devuelve mi vida-, suplico contra mi labios y me beso…suavemente yo le respondí incapaz de cumplir su suplica, no existía Rosalie, no ahora, lleve mis manos a su cabello y lo acerque mas, el me alzo tenuemente y me sentó en el escritorio, su lengua danzaba con la mía, fue una suave caricia que pronto se volvió impaciente, cuando tuvimos que respirar beso la comisura de mis labios, mi mandíbula hasta llagar a mi cuello, jadee y me mordí el labio mientras el besaba el lóbulo de mi oreja, jale ligeramente su cabello y lo atraje de nuevo a mi boca, gimió y tomo mi cara entre sus manos, lleve las manos a su camisa y desabroche los primeros botones acariciando su abdomen, sus manos recorrieron el contorno de mis pechos y mi cintura hasta llegar a mis piernas, levanto un poco mi vestido y acaricio mis piernas, me beso el cuello y el escote de mi vestido, susurre su nombre y sus labios se encontraron con los míos, su mano comenzó a acariciar mi muslos suavemente y yo me detuve rescatando el poco control que me quedaba, no podría detenerme si seguía, tenia de acabar con esto.

-Detente…-, le dije en un hilo de voz, el se detuvo jadeando y su frente se encontró con la mía, estaba segura que sabia por que se lo pedía, Edward no era un hombre que pasar por la vida engañando y traicionando, sabia lo que esto significaba para el, debía alejarme por lo dos.

Le dio un beso en la mejilla con los ojos llenos de lagrimas y el se separo mientras recogía mis cosas…no dijo nada, salí de mi oficina llorando, deseando poder volver y que me hiciera suya…pero Rosalie era después de Alice l personas mas importante en mi vida y aun cuando me muriera por dentro ella estaba con Edward de no ser por mi el estaría con ella…ahora.

En una cosa si tenia razón, el tenia mi vida, Alice lo había visto volver a Phoenix había sido la peor decisión de mi vida.

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Bellany G.
**Los días junto a ti siempre son mágicos**

VENTANA AL AMOR

Capitulo diecinueve:

Bella POV:

-Te amo…te amo…te amo…- decía Edward a la vez que me besaba debajo de las ojeras, no podía evitar reír a causa del cosquilleo que me producía.

-Edward…

-¿Si?...

-Te amo…- dije volteándome para besarlo.

-Bella…tal vez deberíamos volver a la fiesta, antes de que manden a la guardia nacional a por nosotros…

-No creo que nadie haya notado que no estamos…

-Yo creo que alguien si…

-¿Quién?

-Su….

-Oh,…- me detuve a pensar.- la deje sola…pero que clase de tía soy…- dije golpeándome la frente con la palma de la mano

-Tranquila, tranquila…ella esta bien. Solo creo que le agradaría saber las nuevas noticias…

-¿Qué noticias?...- pregunté haciéndome la desentendida.


-Que al fin te confesé que estoy muerto por ti…y que estamos juntos.- sonreí

-Tienes razon…

-aja…- dijo besándome en el cuello- además si no fuera por ella, esto no estaría pasando…

-¿no? ¿Por qué?.- no entendía

-Por que…digamos que ella me estuvo dando una “charla instructiva”…para que me animara a decirte todo…

-¿Qué ella hizo qué?.- ¿Qué clase de niña había criado?...- no lo puedo creer…

-Así es, y creo que será la más contenta. Es más creo que deberíamos decirle a todos que somos novios…

-¿y quien te ha dicho que yo soy tu novia?.- le dije sería, aunque en realidad estaba bromeando. La cara de Edward se ensombreció.

-¿Be…Bella?...- preguntó.- ¿acaso tú…- le puse un dedo en los labios

-Claro que lo quiero ser, Edward te amo más que a nada…- dije acurrucándome en su pecho. Él me acuno en sus brazos.

-Eso fue una broma de mal gusto…

-Lo siento…- besó mi cabello.

-Esta bien…pero será mejor que entremos…

-En serio Edward, no quiero decirle nada a nadie aun…disfrutemos un poco de estar juntos. Si les decimos son capaces de organizar una nueva boda…además Alice se pondrá furiosa si no es una de las primeras en enterarse…

-Tienes razón, pero creo que tendremos que decírselo a Su…

-¿Por qué?

-Por que voy a tener que tener una excusa para estar rondando por tu casa. No quiero que la niña piense que soy una clase de psicópata que anda merodeando sin motivo aparente…

-Tonto…esta bien, - concedí.-se lo decimos a Su. Y después cuando llegue Allie de su luna de miel se lo contamos a los demás…

-Hecho…- dijo tomando mi mano y depositando un beso en ella.- ahora será mejor que entremos…Susan seguramente ya querrá irse, creo que su hora de dormir fue hace rato…

-Cierto…

Cuando llegamos a la fiesta nos separamos un poco para guardar las apariencias, no es que me apeteciera hacerlo o que no quisiera que me vieran con Edward; era solo por que tenía en alta estima mi vida y sabía que si le contábamos a los demás que estábamos juntos, Alice me asesinaría pues a ella le gustaba saber todo primero, lastima que esto no se lo vio venir.
Susan estaba durmiendo cómodamente en los brazos de Esme.

-oh, discúlpame Esme seguramente no te has podido divertirte por cuidar a esta dormilona…- dije tomando a Susan en mis brazos.

-No te preocupes, sabes que me encanta cuidarla…

-Será mejor que me vaya…- dije, en ese momento recordé que no había venido en mi carro.

-¿pasa algo Bella?.- me preguntó Esme

-Si, acabo de recordar que no vine en mi carro.

-No te preocupes…- dijo Edward.- yo te llevo, ya va siendo hora de que me vaya también.

-Nos despedimos de todos los que pudimos localizar, pues la fiesta estaba aun de lo más animada.

Llevé a Susan hasta su cama luego de haber bajado del auto, con cuidado le cambie el elegante vestido color azul que había utilizado para boda por su pijama, la arrope y luego fui hasta la sala. Edward me esperaba allí sentado en uno de los sillones color marrón. Era la viva imagen de la despreocupación, cuando me miro su ojos se iluminaron y una sonrisa de felicidad cruzó mi rostro.

-¿sigue durmiendo?…- me preguntó

-ajá…

-Es una lastima, quería darle las nuevas noticias…

-¿Por qué tanta insistencia en contarle?.- pregunté acurrucándome contra su pecho.

-Ya te dije. Por que de no ser por ella no te habría dicho nada.- me incorpore para mirarlo a los ojos con gesto interrogante

-No te sigo…

-Digamos que como también te había dicho, ambos tuvimos una charla muy instructiva…

-¿Qué te dijo?...- recordando ahora que no le había preguntado en la terraza. Últimamente se me escapaban las ideas, en especial con él cerca.

-Que me querías.- me sonroje.- No sabes cuanto adoro cuando te sonrojas…- dijo acariciando mi mejilla. Yo sonreí.

-¿ah si?...no sabes que a mi también me gusta cuando te sonrojas…- dije con una sonrisa picara. Aun recordaba la ultima vez que lo vi sonrojado.

-¿Qué? ¿Cuándo?...

-Umm…si mal no recuerdo, fue anoche.- el rubor comenzó a ascender por sus mejillas, me mordí un labio. Hasta todo ruborizado se veía tremendamente sexy. Me acerqué más a él.

-Bella…- musitó antes de que mis labios atraparan los suyos.

Tal vez se debería a la copa de champaña de la recepción, tal vez simplemente a que al estar segura de que él sentía lo mismo, me sentía más desinhibida. La verdad no lo sé. Mis manos se aferraron a las solapas de su chaqueta a la vez que él enredaba sus dedos en mi cabello.
Al parecer la “Bella desinhibida” había decidido volver a hacer una aparición en escena, me fui moviendo hasta quedar sentada sobre él, abrí mis labios dejando que su lengua se internara en mi boca y un leve gemido se ahogara en mi garganta, un calor antes desconocido para mi comenzó a recorrer mi cuerpo. Mi respiración se volvió irregular, sentí la fuerza de sus brazos en cuanto Edward me estrechó por la cintura. Necesitaba deshacerme de la molesta chaqueta que él llevaba puesta y pronto…

-Bella…- musitó con voz ronca intentando deshacerse de mi presa.

-¿Qué pasa?.- pregunté agitada.

-Esto no esta bien…- lo miré haciendo un mohín de disgusto

-¿Qué quieres decir con que esto no esta bien? ¿acaso tú…- “…no me deseas como yo a ti”. Complete en mi fuero interno.

-No, claro que no…- dijo leyendo mi pregunta no formulada en mis ojos.- es solo que no quiero que esto sea aquí…y así de rápido. Quiero que estés absolutamente segura de…

-Estoy totalmente segura de ti. Tú eres lo que siempre he querido

-Y yo a ti…solo es que quiero que cuando nosotros…estemos juntos sea especial…

Me había sacado la lotería, Edward era el hombre más romántico y dulce que había conocido en mi vida, y estaba completamente enamorada de él. Le di un beso rápido en los labios.

-Te amo…

-Y yo a ti, Bella. Ahora será mejor que me vaya…si no quiero perder mi autocontrol.- sonreí

-Ok, esta bien…

-¿Nos vemos mañana?

-En realidad en unas horas…- le respondí, el reloj de la sala marcaba las 4 de la madrugada. Me dedico una de sus arrebatadoras sonrisas

-Tienes razón…¿Qué te parece si en…unas horas más- dijo de manera graciosa- vamos con Susan al cine?...

-¿Éstas seguro?

-Por supuesto, y ¿Qué dices?...

-Seguro…

-Entonces, hasta pronto. Te amo

-Y yo a ti…- nos dimos otro beso antes de despedirnos.

Me dirigí hasta mi recamara con una sonrisa bailando en los labios, me cambie y me metí en la cama. Había sido la mejor noche de mi vida, pero algo me decía que no sería la única. Esa noche – o lo que quedaba de ella- dormí como no había hecho en mucho, Edward estuvo presente en mis sueños.


Susan POV:


-¿Adónde vamos tía Bella?..

-Es una sorpresa…- dijo sonriendo

-¿Sorpresa?
-Aja…

Mi tía estaba extraña, no es que no me gustara así, solo que era algo diferente. Estaba más alegre de lo normal. ¿Qué me había perdido?
Llegamos al lugar favorito en todo el mundo de la tía Alice. Eso si que era extraño, a mi tía no le gustaba para nada ese lugar.

-¿vamos a ver a tía Allie?...

-No Su, ella esta de Luna de miel con Jasper…

-¿Entonces?...

-Ya vas a ver…- dijo bajándome del auto. Tomo mi mano para dirigirnos hasta la entrada.

-¡Tío Edward!.- corrí hasta donde él estaba.- hola…

-Hola Su, ¿Cómo estas?

-Bien…- respondí.
Entonces todo encajo como las piezas de mis puzzles de animalitos.

Tío Edward tenía la misma sonrisa que mi tía Bella y en cuanto la miro, sus ojos brillaron igual que en las películas cuando el príncipe encuentra a la princesa.
Algo me decía que por fin él había escuchado lo que le había dicho.
A veces no entendía a los adultos, ¿Por qué tenían la necesidad de hacer todo difícil?.

-Hola, Bella…- la saludo

-Hola, Edward ¿Cómo estas?

-Bien…¿entramos?

-Si…- dijo tía Bella tomándome de una mano.

Me llevaron a tomar un helado, ¡adoraba el helado!. Pude notar como los dos se miraban cuando creían que yo no los estaba mirando, ¿desconfiaban de mi capacidad de razonar? Si yo hacía rato sabía que ellos se querían. Incluso creo que me di cuenta antes que ellos.

-Su…-comenzó tía Bella.- hay algo que queremos decirte, corazón…

-¿Qué pasa?.- pregunté inocente

-Su, Edward y yo…- tomó aire-…estamos juntos…- una sonrisa se extendió por mi rostro.

-¿Le dijiste?.- pregunté mirando a tío Edward. Él asintió.

-¿Era verdad lo que me dijiste?.- le preguntó tía Bella

-Si, si no hubiera sido por la charla que tuve con Su. No me habría atrevido a decirte nada.

-Entonces creo que tengo que darte las gracias, Su…

Me sentía feliz, mi tía Bella estaba feliz y eso me alegraba a mí.
Yo la quería muchísimo, ella era lo más cercano a una mami que yo tenía. Es más me gustaría que ella dejara de ser mi “tía” y que fuera mi “mamá” y también quería que tío Edward fuera mi papá. ¡Quería tener una familia!, aunque fuera una pequeñita; no es que no quisiera a mi familia de mentiritas, es solo que quería que fuera de verdad como las que tenían mis amigos del colegio.
Luego de terminarnos el helado fuimos hasta el cine, corrí a ver los carteles inmensos que había colgados.


-¿Y cuál quieres ver, Su?.- me preguntó tío Edward. Él venía detrás de mí con mi tía a la que tenía abrazada de la cintura.

-Ummm…- dije poniéndome a pensar. Mi mirada recorrió los carteles.- esa…- dije indicando uno de los carteles.

-Ok…¿voy a por las entradas y ustedes van por los dulces?- le preguntó


-Si, me parece bien… vamos Su…

Tía Bella y yo compramos muchos dulces, palomitas de maíz y bebidas. Después los tres entramos al cine a ver la película. Nos reímos mucho y comimos muchos dulces ¡me encantaban los dulces, también!. Pero sabía que no podía comer muchos por que si no me saldrían caries y el dentista ocuparía ese aparato que tenía y que hacía un ruido horrible y me asustaba mucho, pero eso era un secreto que nadie sabía.

-¿Y te gusto la película?...- me preguntó tía Bella

-Sip, estaba divertidisisima…- ambos se rieron.

Estaba tomada de la mano de cada uno y me sentía contenta, algo me decía que todo iba a estar de lo más bien. ¿Pareceríamos una familia?. Yo quería que sí, quería una familia…¿tío Edward se vendría a casa? ¿le podría decir “abuelitos” a tío Carlisle y tía Esme?.

-¿Qué color quieres, Su?.- me preguntó tía Bella señalándome los distintos globos de helio que habían.

-Umm…- me lleve un dedo a la barbilla mientras pensaba.- ese…- dije indicando uno de una enorme flor azul.

-Ok…yo lo compro…- dijo tío Edward

-No, Edward no es necesario…- comenzó tía Bella

-Quiero hacerlo…- dijo mirándola, ella solo pudo asentir a la vez que se ponía tan roja como un tomate.


Edward POV:


Me sentía feliz, como nunca antes me había sentido en mi vida.

Me sentía completo.

Era correspondido, todo había sido sencillo porque después de todo ambos sentíamos lo mismo.

Por primera vez sentía lo que era el amor, y era una sensación increíblemente placentera, que no se podía expresar con palabras, por que no había ninguna lo suficientemente grande para expresar lo que sentía.

-¿y cuando se van a casar?.- soltó de pronto la pequeña Su.

Estábamos los tres cenando juntos en un restorán después de haber pasado la tarde jugando y paseando, en verdad parecíamos una familia, la familia que quería tener. Pero su pregunta me tomó por sorpresa, a Bella también, pues casi se atraganto con su refresco.

-¿Qué-qué…dijiste, Su?.- le preguntó extrañada

-¿Qué cuando se van a casar?.- respondió tranquila

Eh, corazón…no crees que es un poco rápido. Tú tía y yo recién somos novios y…- trate de explicarle, puso un mohín de enfado.

-¿..Qué van a esperar?, se supone que las personas que se quieren se casan ¿no?.- Bella y yo nos miramos

Si, eso es verdad. Pero tienen que tomarse su tiempo, no es una decisión que se tome de un día para el otro…- la chica se cruzó de brazos a la vez que comenzaba a hacer un puchero. Me recordó el chantaje emocional que solía utilizar Alice cuando pequeña, tal vez ella se lo había enseñado.- Su…

-Entonces…no sé van a casar…

-No lo sé, amor…es cosa de tiempo.- le respondió Bella. La pequeña bufó.

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Bellany G.
**Estar a tu lado es tocar el cielo de una**

CAPITULO 27

Comenzando De Vuelta

† Bella POV

Mi mente y mi corazón se habían destrozado en miles de pedazos cuando volvimos del funeral donde habíamos dado nuestro adiós a Allie. Habían pasados días sin que hablara, sin encontrar las fuerzas y mi voz para hacerlo. Edward había permanecido a mi lado en todo momento, sosteniéndome seguramente entre sus brazos. En silencio, observaba sus ojos transformarse en un profundo negro. Se negó a dejarme, pero estaba agradecida en las mañanas cuando veía sus dorados ojos.

La casa se había caído a pedazos a mí alrededor, todos sus habitantes estaban tan aplastados como yo. Vi la furia de Rosalie y sentí dolor cuando salió corriendo por la puerta con Emmett corriendo tras de ella, rogándole desesperadamente que se quedara. Jasper se había ido, pero Alice se había quedado. Sabía que se quedaba por mí, pero no tenia voluntad de pedirle que se fuera. Nada quería salir.

Nadie hablaba. La casa permaneció en silencio por una dolorosa semana.

Y entonces, encontré mi voz.

Volví a hablar, más que nada con Edward. Solía escucharme, sus ojos brillaban emocionadamente al volverme oír hablar. Cada momento no estaba lleno de dolor, solo teñido con él. Extrañaba desesperadamente a Allie, pero la casa se caía a mí alrededor, rogándome que fuera fuerte. Todos se destruían a su mismos desde dentro hacia fuera. No podía dejar morirles por dentro.

No podía dejar que esto destruyera todo lo que amaba. No podía dejar que esto lastimara a Edward.

Y entonces, fue con esos pensamientos que comencé a sanar. Al principio fue lento, obviamente. Luché contra la memoria de Allie en un intento de seguir adelante. No fue sino hasta dos semanas después que me di cuenta que debía abrazarme a su recuerdo y seguir adelante. Allie siempre me quiso ver feliz. No podía decepcionarla ahora. No cuando había encontrado una forma de ser feliz.

Allie fue mi ángel. Había aparecido para hacerme soportar las horas más duras de mi vida. Había aparecido para darle luz a aquellos cuatro años. Cuando mi vida, Edward, había vuelto a mí, Allie se fue de este mundo. Mi ángel había vuelto al cielo.

Estaría mal hacer de su visita a la tierra un desperdicio. Sería una lástima ser salvada por su amor solo para ser quebrada con su regreso al cielo. Me había salvado de destinos más tremendos que la muerte, me había salvado de mi misma. Tenía que seguir adelante en su memoria. Tenía que sonreír por ella, respirar por ella, amar por ella…porque ella así lo hubiese querido.

Finalmente, luego de tres semanas, decidí que quería ser transformada. Quería separarme de la vida que había conocido. No quería recordar ni a Mike ni al dolor que me había causado. Quería una nueva vida y llevarme solo los recuerdos que quería. Allie y Edward. Quería tenerlos en mi corazón y cambiar. Quería empezar una nueva vida con Edward.

Y él había accedido. Finalmente hacia accedido.

Llevé el cepillo a mi cabello húmedo, tratando de alisar el desorden que se había formado en mi sueño. Iba a visitar a la gente de la cual quería despedirme. Iba a despedirme de Charlie y de Renée…y luego iría a Edward.

Iría a mi nueva vida.

-¿Estás segura de querer ir tan temprano?- Preguntó Edward, mirándome desde la cama. Deshice el último nudo de mi cabello y dejé el cepillo antes de volverme hacia él.

-Quiero que me transformes esta noche, antes de que cambies de idea.- Admití.

El suspiró, dejando caer su cabeza, -Bella, no voy a cambiar de idea. Puedes tomarte el tiempo que quieras para despedirte--

-No,- Le corté. No podía esconder el dolor en mis ojos, -Ya tuve demasiadas despedidas para toda una vida, Edward. No quiero prolongar esto. Estoy lista para dejar la vida atrás. No quiero seguir despidiéndome.

Antes de que pudiera terminar mis palabras estaba en su gélido abrazo. Me sostenía cerca de él, una de sus manos sobre mi cabeza. Temblé entre sus brazos pero no por el frío de su cuerpo. El dolor se las ingeniaba para envolverme, aun ahora.

-Mejorara,- Susurró, sabiendo mis pensamientos sin leerlos. -No va a suceder simplemente. Va a tomar algún tiempo, pero mejorara.

Sabía que tenía razón, pero eso no me facilitaba lidiar con el dolor. Solo esperaba, con todo el tiempo que iba a ganar, que pudiera sanar.

-Lo sé,- Susurré, mas para el que para mí. Sabía que él estaba preocupado.

-Bueno, será mejor que nos apuremos o llegaras tarde,- Murmuró contra mi cabello, acercándome a él. Asentí suavemente negándome en redondo a abandonar sus brazos.

-¡Terminemos con esto de una vez!- Traté de sonar feliz. Traté de verme feliz. Por el dolor en sus ojos pude ver que no hice ninguna de ellas.

Descendimos las escaleras, encontrándonos con Rosalie al final de ellas. Sus ojos eran suaves, su expresión indiferente, -Bella.

-Es bueno verte de vuelta, Rosalie,- Sonreí. Realmente. Había visto un lado totalmente diferente de ella cuando estaba con Allie.

Mis ojos se agrandaron ante la sorpresa cuando me abrazo. Me quede allí, mi boca entreabierta y mis brazos colgando a los costados de mi cuerpo. Alcé mi mano y palmeé suavemente su espalda. -Lamento no haber sido lo suficientemente fuerte,- Dijo mientras se apartó. Sus ojos estaban cargados de vergüenza, -Lamento no haber estado por ti. Es que no podía…

-Rosalie, está bien,- Le aseguré, -Lo entiendo.

Y lo hacía. Había sufrido la pérdida de Allie. Sabía que ella también lo había sufrido. Todos lidian con sus emociones como mejor pueden. Algunos en silencio, otros lloran, otros gritan, otros se van…

-Me alegro,- Rosalie comenzó, suavizando su tono de voz, -de tenerte como hermana, Bella.

En medio del dolor que reinaba en mi cuerpo, mi corazón se alegraba con sus palabras. Después de todo lo que había sucedido, finalmente me sentía como si conociera a Rosalie. Finalmente me sentía aceptada y querida por ella. Mis ojos se llenaron de lágrimas y asentí en respuesta, las palabras se habían quedado atoradas en mi garganta.

Rosalie me sonrió mientras Edward me llevaba afuera, hacia su auto.

Tenía su Volvo aparcado en la puerta, el motor ya estaba caliente y lanzando aire caliente a su interior. Me sentí agradecida por la abrasadora atmósfera luego de haber pasado unos instantes en gélido aire. Temblé dentro del auto, calentándome, mientras salía de la calzada y avanzaba a velocidad hacia la estación de policía.

Sabía que Charlie estaría en el trabajo a estas horas, pero realmente no quería volver a la casa en la que alguna vez viví. No podría soportar ver esa cocina, ese living, mi habitación. Donde todo había sido feliz alguna vez, donde no había sido tocado por Mike y todo el dolor que había traído a mi vida. Era mucho más fácil ir a la estación de policía y hablar con Charlie. A el lugar donde el dolor finalmente había tenido su final.

Su caso estaba cerrado, luego de solo dos semanas de insatisfactorias búsquedas. Sabía que no había ganas de buscar al asesino de Mike. Después de haber matado a Allie, la verdad sobre su verdadera naturaleza se había propagado como el fuego. Nadie quería ayudar en su funeral. Nadie, salvo sus padres, se acerco a despedirse de él. Nadie quería hacerlo. A nadie le importaba.

-¿Bella?- La suave voz de Edward me sacó de mis pensamientos. Alcé mi vista para ver que habíamos llegado. ¿Cómo era posible, que aun ahora, su velocidad me sorprendiera?

La puerta se abrió y me volteé para ver a Edward, sosteniendo su mano hacia mí. La tomé agradecida, saliendo a la gélida atmósfera. Camine hacia la estación, mirando a mí alrededor, tratando de divisar a Charlie. Seguramente estaría atrás y nadie estaba atendiendo en el escritorio. Me estire para tocar el timbre para que me atendieran.

-¿Bella?- Mi cabeza se alzó de golpe. Conocía esa voz. Una de las voces que habían aplastado mi mundo hacia solo tres semanas atrás. Me gire lentamente, moviendo mis ojos para ver a Jessica.

Estaba más flaca que la última vez que la había visto. Estaba de pie, sus manos cerradas en las frías barras de metal mientras me miraba. Su rostro se veía torturado, tenia círculos negros debajo de sus ojos y sus facciones delineadas por el dolor.

-¿Jessica?- Susurré. Me adelanté un paso, aun moviéndome lentamente, -¿qué haces aquí?-

-Deberías saberlo,- Su voz era dura. -Le dijiste a Charlie que yo sabía que Mike te golpeaba. Revocó mi licencia y me han sentenciado a tres años en prisión. He perdido mi trabajo. He perdió mi vida…por ti.

-Y yo perdí a mi hija por ti.- Susurré, mi voz sonaba fría. Una capa de sarcasmo cubrió mis siguientes palabras, -¿Eso nos hace quedar a mano?

-No sabía que Mike te pegaba,- Murmuró Jessica. Sus ojos me decían lo contrario.

-Deberías haberlo sabido,- Edward habló detrás de mí, -Después de todo, él te lo dijo. Cuando dormías con él ¿Verdad?

-¿Cómo es que...- Sus ojos se agrandaron.

-Siempre has sido fácil de leer,- La voz de Edward era oscura. Yo sabía exactamente de lo que hablaba, Jessica, por fortuna, no lo sabía.

-No quiero estar aquí,- Jessica bajó sus ojos al suelo.

-Y Bella no quería perder a Allie,- Respondió Edward.

Miré a la chica que una vez, hacia ya mucho tiempo, se llamaba mi amiga y no sentía lastima. Era por su egoísmo que Allie había sido apartada de este mundo. No se merecía su trabajo, ni se merecía estar en la sociedad, arruinando otras vidas.

-Lo siento,- Susurró Jessica.

-En tres años,- Hablé, suavizando mis palabras ahora, -Cuando estés libre…quizás te crea.

Me alejé de ella, dejando ir esa parte de mi vida. Toqué el timbre y unos instantes después, Charlie entraba a la sala.

-¡Bells!- Caminó hacia mí, acomodándome entre sus brazos. Se apartó para mirarme, su rostro delineado con preocupación, -¿Cómo estás?

-Mejor,- Le aseguré.

-¿Qué puedo hacer por ti?- Sus ojos se volvieron hacia Edward por unos instantes antes de volver a mí.

-Vine a despedirme,- Mi voz no sonaba quebrada. Esto se sentía bien. Esto estaba bien.

-Mi familia se muda,- Explicó Edward. -Le hemos preguntado a Bella si quería venir, y ella aceptó.

-No quería irme sin despedirme,- Le sonreí tristemente. Los ojos de Charlie se humedecieron y se los seco rápidamente, avergonzado.

-Bueno, eres una chica grande,- Su voz sonaba ronca, -Estarás bien, Bella.

Charlie me soltó y me palmeó en la espalda. -Gracias, papá.

No había más palabras por intercambiar. No podía decir nada que pudiera hacer más fácil para él las cosas que había sucedido. No le culpaba por lo de Allie. No podía culparle por lo de Allie. Nunca había tenido la intención de que resultara lastimada. Había hecho todo lo que pudo, pensando que era para protegerla.

-Te quiero, Bells,- Su vos sostenía las lágrimas que trataba de evitar.

-Yo también te quiero, papa,- Susurré por última vez antes de darme vuelta y caminar hacia la puerta. Edward me seguía los pasos, en silencio.

-¿Me prestas tu teléfono?- Pregunté antes de que los dos nos encontráramos en la seguridad de su auto.

-¿Bella, ahora?- Preguntó incrédulamente.

-Quiero llamarla y terminar con esto.- Susurré, -Además, no es que no pueda volver a llamarle luego de esto. Quiero que sea rápido. Quiero que me trasformes, Edward.

El suspiró, pero me entrego el teléfono sin dar vueltas.

Marqué el número, -¿Mamá?

-¡Bella!- La voz de mi madre sonaba sorprendía al principio, pero luego se lleno de preocupación, -¿Cómo estás?

-Estoy bien, mama,- No quería hablar del dolor en mi corazón, -Mama, necesito decirte algo.

-¿Que es, cariño?

-Te quiero,- Susurré. No podía despedirme de mi madre. Sabía que volvería a llamarla. Podía continuar hablando con ella como siempre lo había hecho.

-Oh, Bella, cariño,- Pude sentir el alivio en su voz, -Yo también te quiero.

-Te hablare luego, mama.

-¿Solo por eso llamaste?- Su voz sonaba sorprendida.

Sonreí. -Sí.

-Oh,- Aun sorprendida, -Bien, cariño. Te quiero. Mejórate.

-Yo también te quiero, lo intentaré.- Corté la línea, cerrando el teléfono. Lo dejé en la mano de Edward.

-¿No querías decirle que te ibas?- Preguntó, guardando el teléfono en su bolsillo.

-No tiene sentido,- Mi mirada se volvió hacia él. Edward me miraba, como siempre, -Puedo volver a llamarla en tres días si quiero. Solo quería hablar con ella una vez más antes de…

Edward tomó mi mano, apretándola gentilmente, -No tenemos que hacerlo.

-Yo quiero esto,- Le aseguré. A estas alturas estábamos llegando a su casa.

-¿Cuándo?- Su voz estaba forzada. Edward bajó la velocidad, prolongando la espera.

-Ahora,- Mi ceño se frunció, -Ni bien lleguemos a la casa. ¿Estás manejando lento a propósito?

-Sí,- Suspiró, aumentando la velocidad. Nos detuvimos frente a la casa y unos momentos después Edward me abría la puerta.

Me enterré en su abrazo mientras Edward me alzaba en sus brazos, cargándome escaleras arriba hacia su habitación. Me acomodó en la cama y procedió a arreglar las sabanas y las almohadas. -¿Estas cómoda?

-¿Por qué las almohadas van a mitigar el dolor?- Sonreí, tratando de bromear.

No funcionó. El se sobresaltó ante mis palabras, mirándome preocupadamente, -Edward,- Continué rápidamente, -Estoy bien. Estoy cómoda.

-¿Estás segura?

-Estoy segura.- Respiré.

Miré alrededor de la habitación, observando mis alrededores por última vez con mis ojos humanos. Me di cuenta de que el resto de los integrantes de la familia Cullen estaban parados en la puerta, cuidándome. Les sonreí agradecidamente.

-Están aquí para...- Edward se pausó.

-Confió en ti,- Susurre. Estaban aquí para asegurarse de que no iba a matarme. Alice me sonrió confiadamente.

Todo iría bien.

Edward se agachó sobre la cama, inclinándose sobre mí. Mire a sus ojos. Eran de un suave y liquido topacio. Sentí la ansiedad recorrerme. Su aliento era intoxicantemente exquisito mientras tocaba mis labios con los suyos. Se aparto, lentamente, -¿Estás segura?-

Sonreír suavemente, -Estoy segura.

Lo estaba.

El bajó sus labios hasta mi cuello.

Y la vida volvió a comenzar.

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Bellany G.
**La vida a tu lado, por fin es vida**

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