viernes, 16 de octubre de 2009

Capítulo 23. Cuando Los Ángeles Lloran


† Bella POV

No.

Esto no podía estar sucediendo. Simplemente no podía estar sucediendo.

Miré a Allie, cuyo pequeño cuerpo estaba colgando en el borde de la bañadera. Desde mi lugar, en el suelo, no podía ver su cabecita, pero sabía que aun estaba bajo el agua. No se movía. Su pecho no se movía suavemente, respirando como la había visto hacia pocas horas. Mike estaba acurrucado en una esquina, sus manos en su cabello, tal como yo. Miraba a la bañadera, sus ojos llenos de horror.

-¡Allie!- La voz de Edward me saco de mi estado de terror. Corrió hacia ella, sacando su frágil cuerpo del agua. La alzó en sus brazos, su pequeña cabeza caía fláccidamente contra su pecho. Su cabello mojado había dejado marcas más oscuras en la camisa de Edward. Sus ojos estaba cerrados, -¡OH Dios! ¡No, Allie!

Edward sollozaba mientras sus manos recorrían desesperadamente varias partes de su cuerpo en busca de encontrar algún rastro de que su pequeño corazón aun no se había rendido. Alzaba sus muñecas a su oído, tratando de encontrar el suave pulso que sería capaz de oír. -¡NO! Por favor, no, no. Por favor, por favor. ¡Por favor!

Mi cuerpo temblaba, mis brazos cayeron inanimados a los costados de mi cuerpo, mientras contemplaba la terrible escena que se desarrollaba frente a mis ojos. El cuerpo de Edward temblaba con sus sollozos, aunque ninguna lágrima caería de sus ojos. Sus manos aun recorrían desesperadamente su cuerpo en busca de algo que jamás encontraría. -¡No, no dejes que esto suceda! No, no ¡NO!

Allie estaba muerta.

Mi pequeñita. Mi adorada hijita. El sol de mi vida durante cuatro años de oscuridad.

Estaba muerta.

Gateé por el suelo, mis piernas ya no soportaban mi peso. Me acerqué hacia Edward, quien sostenía a Allie en sus brazos. La mecía de un lado al otro, sosteniendo su cabeza con su mano, sollozando. Alcé una temblorosa mano y acaricie su empapado cabello. El frío del mismo me golpeó. Violentamente, me vi forzada a caer en la realidad de la situación.

-No...- La palabra sonaba débil. Me acerqué mas, moviendo mis manos por la espalda de Allie. Edward movió sus brazos permitiéndome buscar por mi misma algún rastro de vida en su cuerpo. -Allie, bebé… Allie es hora de despertarse.

Alcé mis brazos hacia ella, pasándolos por su pequeña cintura. La tomé en brazos, acunando su cuerpo. Como Edward, comencé a mecerla de un lado al otro, -Allie, despierta, bebe.- Mis palabras sonaban ahogadas, rotas ante el peso de mis lagrimas, -OH, Allie… mami necesita que te despiertes. Por favor bebe… por favor, despierta.

-No se va a despertar.- Lanzó Mike, haciéndome recordar de que aun estaba allí.

Edward se alejó de mi lado en un segundo. Podía escuchar los gritos de Mike mientras Edward se le abalanzaba en esos instantes. Podía oír los gritos de Charlie detrás de mí. Podía escuchar todo… y aun nada. Nada de eso importaba. Edward podía matar a Mike. Mike se moriría. Charlie arrestaría a Edward. Edward escaparía. No importaba.

Nada de eso importaba.

-¡Edward, suéltalo!- Gritó Charlie, pasando por mi lado.

-¡No!- Rugió Edward, -¡Se merece morir! ¡Tiene que morir!

-¿Entonces por qué no me has matado aun?- Preguntó Mike, su voz sonaba violenta. Nada de eso importaba. Nada, nada.

-Porque quiero verte sufrir, primero,- Gruñó Edward, -Hago todo lo que puedo para detenerme de matarte ahora mismo. Quiero que sufras. Quiero que me ruegues que te mate.

-Edward, no voy a permitir eso.- Dijo Charlie.

-No tienes porque,- Lanzó Edward, -Solo date la vuelta.

-Edward lo tengo que llevar bajo arresto,- Continuó Charlie, suavizando su voz. -El sufrirá mucho donde ira. Por favor, Edward. Tienes que soltarlo.

Yo escuchaba, mientras miraba a mi hija. Hubo un largo momento de silencio y luego un golpe sordo. Mis ojos se alzaron para ver a Edward alejándose de Mike, mientras Charlie se acercaba para poner las esposas alrededor de las muñecas de Mike. Bajé mi vista.

-Edward,- Murmuré, mi voz sonaba distante, -Edward, ve por Carlisle. Hay algo malo con Allie. No se despierta.

Más silencio.

-Bella,- Susurró Charlie. Alcé mis ojos para ver a Edward, quien me miraba con una mueca de agonía. -Bella, Allie esta...Allie esta...

-Dormida. Y no se despierta.

-No va a despertar, Bella,- Finalizó Charlie, sus palabras sonaban entrecortadas por sus lagrimas. Le mire confundida.

¿De qué hablaba?

-Va a despertarse,- Le aseguré. Baje mis ojos hacia Allie, meciéndola suavemente entre mis brazos, -Solo necesitamos traer a Carlisle. Ella se despertará.

-Bella...

-Va a despertar.- Hablé más alto.

-Bella, ella esta...

Edward permaneció en silencio todo este tiempo, mirándome con la misma expresión de tortura en sus ojos. ¿Por qué no iba a buscar a Carlisle?

-Está muerta, Bella,- Charlie se dejó caer sobre sus rodillas frente a mí. Puso una mano sobre la cabeza de Allie, apartando los cabellos de su frente, -Se ha ido ahora.

-Va a despertarse,- Le discutí.

-No va a despertar, cariño,- Continuó Charlie, urgiendo que entendiera, -Déjala dormir, Bella.

Mis ojos se enfocaron en Allie, no notaba que las lágrimas rodaban por mis mejillas. Mi cabeza se sacudió hacia arriba y hacia abajo...supongo que asentí. Me puse de pie, a pesar de que las piernas me seguían temblando. -¿Bella?- Habló Edward, su voz sonaba ahogada, -¿Bella, donde vas?

-A ponerla en su cama,- Respondí simplemente.

-Oh Bella...- Susurró Edward, poniéndose de pie. Me acercó a sus brazos, Allie entre nosotros. Edward me dio un suave beso en la frente, susurrando mi nombre suavemente, -Bella… Bella, tienes que dejarla ir… Bella… lo siento…- Su voz se quebró con un sollozo, -Oh Dios...Bella… lo siento tanto…

-Te dije que la lastimaría.- Las retorcidas palabras de Mike resonaron en el baño.

El ya no importaba.

-Vámonos, Mike,- Susurró Charlie para mi beneficio. Tomó a Mike rudamente por las esposas, poniéndolo de pie violentamente. Escuche a Mike quejarse del dolor. -¿Edward?

El no me soltó, -¿Si?

-Deberías llamar a Carlisle,- Habló Charlie entre lagrimas, -Tienes que… que traerlo para…

-Lo sé, Charlie,- Murmuró Edward contra mi cabello. -Solo llévatelo de aquí, por favor.

Escuche unos pesados pasos por la escalera. Y luego, nada.

Edward soltó uno de sus brazos, buscando algo en su bolsillo. Unos instantes después, sacó un teléfono. Escuche unos suaves beeps. -¿Carlisle?
Más silencio. -Estamos arriba.

-Alice me dijo lo que sucedió.- Habló Carlisle mientras Edward cerraba el teléfono. Edward me soltó cuando Carlisle se acercó, -Vine tan rápido como pude.

-No se despierta,- Suspiré.

-Lo siento, Bella,- Carlisle susurró. Alzo sus brazos, tomando a Allie en ellos. La solté sin poner queja alguna. -Se ha ido, Bella.

-Está ahí.

Unos brazos fríos pasaron por mi cintura cuando Edward me acercó a él. -Bella, está muerta,- Soltó las palabras con un gemido de dolor, -Está muerta. No va a despertar, cariño.

-No...- Gemí, las palabras se atoraron mientras el horror me consumía. Edward se agachó mientras yo me dejé caer al suelo. Mi cabeza dio contra su pecho. -No, no… OH… porque… no…

-Lo sé, Bella,- Continuó Edward susurrándome. Me mecía de un lado al otro, como había hecho con el cuerpo de Allie. Me acarició la espalda. La habitación estaba sumida en silencio, excepto por nuestros sollozos. Con lagrimas y sin ellas, -Lo siento, Bella. Yo… yo traté… yo…

Sus palabras se consumieron por más sollozos sin lágrimas.

Permanecíamos sentados, sintiéndonos miserables. Todo se había ido en ese momento. Ese simple y espantoso momento en el que vi lo que Mike había hecho. Casi todo. Todo lo que me quedaba lo tenía entre mis brazos. Algo para poder, de alguna forma, seguir adelante. Algo por lo que vivir. Me enterré con más fuerza entre sus brazos.

No tenía idea de cuánto tiempo había pasado. La luz me dio en los ojos, cálida y abrasadora. Abrí mis ojos y miré alrededor de la habitación. Estaba descansando en la habitación de huéspedes. Entre mis lágrimas me había sumido en un profundo sueño. La luz del día era dura, mientras me daba cuenta de que lo ocurrido la noche anterior no había sido una pesadilla.

-¿Como estas?- Susurró Edward a mi lado. Me moví para mirarlo.

-Yo…- Mi voz se quebró, -No lo sé.

Edward asintió entendiendo. Nunca había visto tanto dolor en su rostro. Me partía el corazón saber que lo había causado. Me acomodé en sus brazos, deseando estar más cerca. Apoyé mi cabeza sobre su pecho, -Edward… OH Edward… ¿Cómo pudo pasar esto?

El permanecía en silencio. Alcé mis ojos para encontrar su respuesta. -Lo viste ¿Verdad? ¿Lo que él hizo?

-Si,- Su respuesta dolía.

-¿Qué…- No sabía si quería saber la respuesta, -¿Qué hizo… porque lo hizo?

-Allie preguntaba por ti,- Dijo Edward. Su voz ya no sonaba quebrada por las lágrimas, pero el dolor aun era evidente en sus ojos. -Él le decía que no tenía madre. Allie dijo que...

Se detuvo allí, girando su cabeza. Miró hacia la ventana, mordiéndose su labio inferior.

-¿Que dijo?

-Que me quería,- Sonrió ante la respuesta.

-Oh…- Suspiré.

-Le dijo que yo era un hombre malo. Ella le dijo que…- Sacudió su cabeza, cerrando sus ojos fuertemente. Dejó escapar una buena cantidad de aire de golpe y giró su rostro hacia mí, -Que él era un hombre malo. Entonces fue cuando...

Edward sacudió su cabeza, incapaz de seguir. Asentí suavemente, -Lo sé.- Tome su mano entre la mía, apretándola fuertemente.

-Bella, lo siento,- Susurró. Sus palabras volvían a escucharse rotas entre los sollozos.

-No es tu culpa, Edward.

-Traté...traté de llegar a tiempo,- Su otra mano, la que yo no sostenía, voló hacia su frente, cubriendo sus ojos. -No pude salvarla.

-No es tu culpa.

-Se lo prometí,- Su mano temblaba, -Le dije que iba a salvarla. Le dije que iba a salvarte a ti.

-Ella está a salvo ahora,- Susurré. Su mano se movió de sus ojos y me miró confundido. -El no podrá volver a lastimarla. Ella está a salvo… nunca podrá lastimarla.

El rostro de Edward se torció en una mueca de dolor.

-Edward…- El asintió, haciéndome saber que me escuchaba. -Necesito irme de aquí. No quiero volver. Puedo….podemos…

-Si,- Respondió simplemente. Sus ojos se fijaron en los míos. -Sí, podemos irnos.

Me alzó en sus brazos cuando se levantó de la cama. Pase mis brazos por su cuello y apreté mi cabeza contra la tela de su camisa. Cerré mis ojos, no tenía ganas de volver a ver la casa. Esta casa nunca fue un hogar. Allie había sido mi hogar. Se había ido y se había llevado con ella el cariño de la casa. Bajamos las escaleras y sentí que Edward se detuvo.

Abrí mis ojos a tiempo para verle levantar la mantilla de Allie del suelo. La apoyo contra mí, y yo me abracé más a ella. Aun olía a ella.

No presté atención a nada mientras íbamos camino a mi verdadero hogar. Sostenía la mantilla, perdiéndome en su aroma, deseando que Allie me estuviera esperando en la casa. Solo me di cuenta de que habíamos llegado a la casa cuando escuche voces a mí alrededor. Edward me mantenía segura en sus brazos.

-Bella,- Susurró Alice a mi lado. Abrí mis ojos, mirándola. Nunca la había visto tan triste, -Bella, lo siento tanto.

-Lo sé,- Trate de ofrecerle una sonrisa, pero no estaba segura de que hubiera podido hacerlo, -Gracias, Alice.

-¿Dónde está Carlisle?- Preguntó Edward.

-En el hospital,- Respondió Esme suavemente. Caminó hacia mí, -Bella… OH, Bella.

Emmett estaba sentado en los escalones del porche, su cabeza estaba entre sus manos. Sus dedos estaban enredados en su pelo… nunca pensé verle tan angustiado. No veía a Jasper por ningún lado. Solo podía imaginar lo pesado que sería tener que lidiar con emociones tan fuertes. Debió de haberse ido antes de que todo fuera insoportablemente doloroso.

-Edward,- Habló Rosalie, su voz sonaba oscura. Caminó Hacia nosotros con furia en sus ojos, -No puede vivir.

-Rosalie, eso es…

-No, Edward,- Continuó Rosalie, fríamente, -No lo entiendes. No voy a dejarle vivir después de esto. Se llevo a alguien que quería. Lastimo a alguien más que quiero. No puede vivir.

-Rosalie, lo sé,- La voz de Edward estaba llena de arrepentimiento y deseos de cumplir con su petición. -Lo sé. Me siento igual. Pero aun así…- Bajo sus ojos hacia mí, -Esa no es nuestra decisión.

-El nos lastimó a nosotros también.- Contó Rosalie.

Edward suspiró, cansado de la discusión.

-¿Alice?- Rosalie preguntó esperanzada.

-Después de lo que hizo, nadie le extrañara,- Dijo Alice, -Nadie lo notara… o importara.

-¿Ves?- Rosalie se volvió hacia Edward, -No puede vivir. A nadie le va a importar.

-Rosalie, aun es Bella quien debe de--

Le corté.

-Mátalo.

_______________________________

PARA NUESTRA HERMOSA ALLIE


Quedarás como huella sobre mi brazo,
como marca sobre mi corazón.
Cantar de los cantares


No pasarás en vano por mi vida,
ni encontrarnos fue obra del acaso;
que por tu abrazo quedará en mi brazo
la fuerte huella que el amor no olvida.


La llama que de ti quedó encendida
arde sin consumirse en mi regazo.
Amor que más juntaste con el lazo
terrible de la sangre y de la herida.


En mí no fuiste gozo pasajero
sino la esencia de la tierra pura
floreciendo en el árbol verdadero.


Y para siempre brillará tu estrella,
porque de amor dejaste en hermosura
sobre mi corazón eterna huella.

°°Duerme Allie bebé, ya nada podra dañarte, cuida de mí como siempre lo has hecho, hazme feliz con solo un suspiro y dame la fuerza para poder seguir un camino sin ti°°

Bellany G.
**Solo por ti es que mis lágrimas son dulces**

VENTANA AL AMOR

Capitulo Dieciseis

Bella POV

Me moría de la vergüenza, fui una cobarde y corrí directo a la habitación en donde estaba Susan. ¿Pero que demonios había hecho?.

¿Qué estaba pasando por mi cabeza en ese momento?. Ni siquiera yo lo sabía.

-Te pasa algo tía…- escuche que Su me preguntaba. No me había percatado de que ella estaba despierta.

-Eh… nada… nada Su, ¿Por qué lo dices?...

-Por que estas toda rojita tía… ¿tienes fiebre?...

-No, no…- sacudí mi cabeza.

Entiendo que no quieras hablarme, entiendo que no quieras hablarme… sé que pensaras que soy una cualquiera pero en realidad no… lo que pasa es que me muero de amor por ti.- pensaba… pero de que me valía si a él nunca se lo diría. Edward desayuno con nosotras de manera normal y antes de irnos a dejar a casa llamó a un cerrajero, me dijo que Alice había llamado y converso de manera normal, no dijo nada acerca del incidente del sillón y yo no sabía si esto era bueno o malo.

Cuando llegamos a casa Alice estaba esperando en su carro, el cerrajero llego a los pocos minutos y finalmente pude ingresar a mi casa. Edward se fue de manera rápida alegando que debía pasar por la editorial temprano, sabía que esa no era la razón.

-Cuéntamelo ya…- exigió Alice.

-¿Qué te cuente que?...- le pregunté.

-No te hagas Isabella Marie Swan… te conozco desde que ocupábamos pañales… ¿Qué paso entre tú y mi hermano?.- suspire. ¿acaso podía ocultarle algo a Alice?.

-… Bese a tu hermano…- confesé. El grito que pegó Alice debió escucharse hasta el otro lado del lago Michigan.

-Pero… ¿Cómo? ¿Cuándo? ¿Dónde?... ¿que dijo?... ¿son novios?...¡¡que emoción!!...- comenzó a dar saltos y grititos.

-¿Hay una fiesta?...- preguntó Su emocionada.

-No corazón… es solo la loca de la tía Alice que no me deja terminar de hablar….ve a jugar ¿si?

-Esta bien… pero si hacen una fiesta me invitan.

-Si, linda…

-Alice… Alice…- dije tomándola de los hombros.- cálmate si… no paso nada de eso.

-¿Qué? ¿Por qué no?- me deje caer en el sofá más cercano con la cara en las manos.

-Por que… justo en ese momento tú lo llamaste.- se mordió el labio.

-Lo siento…

-No lo sientas, te estoy agradecida.

-¿Por qué?...

-Por que me paraste de hacer una locura…

-¿Cómo va a ser una locura si lo amas?

-Si, es una locura… por que él no me ama a mí. Para él soy su amiga, Alice…- dije poniéndome de pie.- y seguramente ahora él tiene el peor concepto de mi…

-¿Por qué?...

-Alice… técnicamente me arroje a sus brazos…

-Tranquila…- dijo poniendo una mano en mi hombro.- ¿Por qué no hablas con él?...

-No sé, tengo miedo…

-Ay Bella, Bella… ¿Qué voy a hacer contigo?

-Bueno, pero… no importa.- dije- ¿para que viniste?...

-Ah si… bueno necesito tu ayuda…

-¿Mi ayuda?...

-Si, necesito que me ayudes a ver banqueterias…

-Con ver te refieres a dar vueltas por millones de lugares, buscando la perfecta…

-Si…

-¿Tengo opción?

-Lo dudo… además a la tarde tenemos una cena en casa…

-¿Cena?...

-Si Rose me llamo para decirme que ella y Em tienen que darnos una noticia…

-¿Crees que?...

-Estoy segura de que si…

Estuvimos toda la mañana y casi toda la tarde viendo distintos lugares. ¿Quién podría decir que casarse era tan complicado? ¿o era Alice la que adoraba complicar las cosas?. Después de horas de caminata, aun no sé había decidido.

-¿Por qué no vienes con Jasper y deciden entre los dos?.- le sugerí.

-Buena idea…- me dijo mientras íbamos en el carro rumbo a casa de los Cullen- tal vez debería decirle que se tome un día libre en la consulta para que veamos juntos…

-Estoy segura que sus pacientes podrán estar un día sin él.

-Ahora que lo dices… tal vez sea eso lo que necesitas…

-¿Qué cosa?...¿pacientes?

-No boba, una cita con el psicólogo…

-Alice no estoy loca…

-Nadie dice que lo estés, pero necesitas tratar tu problema…

-¿Y cual sería mi problema?...

-Negación de la realidad…

-¿Tía Bella esta enferma?.- preguntó Su.

-No claro que no tesoro…- le respondí- ves lo que haces…- le dije a Alice.

-Su… ¿Qué opinas tú?...¿crees que tu tía Bella debería hablar con Edward?...

-Sip…- contesto mi sobrina. ¿Desde cuando fraternizaba con el enemigo?-a tía Bella le gusta tío Edward… y quiero que él sea mi tío.

-Alice… por favor deja de alentarla ¿quieres?.

Tal vez lo mejor sería que hablara con Jasper, estaba segura que él siendo un profesional, sería menos imparcial en esta cuestión, pues a Alice solo le faltaba ponerse una camiseta y tener un banderín de “te apoyo Edward”, me reí de las locuras que a veces llego a pensar.


Edward POV

Emmett me dijo que tenía algo que decirnos a todos, pero aun faltaba que llegaran Alice, Bella, Su y Jasper; por lo cual debo decir que la incertidumbre era casi tangible. Estaba seguro de que lo de la propuesta había salido bien, pues observe en un descuido de Rose el bello anillo que descansaba en su dedo, aunque se preocupaba de ocultarlo… seguramente para dar la sorpresa cuando todos estuvieran aquí. Jasper fue el primero en llegar, justo el hombre que necesitaba.

Jasper era un prestigioso psicólogo además de mi amigo y futuro cuñado, nadie mejor que él para ayudarme con…la situación “B”. A Emmett mi hermano jamás en mi vida le pediría consejo, digámoslo era simpático y gracioso… y demasiado infantil como para hablar de cosas serias con él y mi padre… mucho menos, sería demasiado embarazoso. La mujer de mis desdichas llego junto con su sobrina y mi hermana a los pocos minutos, no sabía si Rose y Emmett harían su anuncio antes o después de la comida, esperaba que antes, pues sabía que mi madre moría de la curiosidad.

-¿Pasamos a cenar?.- preguntó mi madre.

-Eh no aun no, ma…- le dijo Emmett- Rose y yo queremos contarles algo primero…- todos les prestaron atención.- eh… mamá, papá… chicos… ayer le pedí a Rosalie que fuera mi esposa… y ella dijo que si.

-¡Felicidades!

-Oh, cuanto me alegro.- los grititos de Alice no se hicieron esperar. Todos fueron a felicitarlos.

-Oh, no saben lo feliz que soy…- dijo mamá notablemente emocionada.- dos de mis hijos se van a casar…- pude notar que me dedicaba una mirada de aprensión. Estaba seguro de lo que estaba pensando ¿y cuando tú, Edward?.

-Eso no es todo…- dijo Rose. ¿Qué más podía haber?.- tenemos otra sorpresa… Emmett y yo… vamos a ser padres. ¡estoy embarazada!.- dijo.

Vaya, eso si no me lo esperaba.

-Oh…- pronuncio mamá antes de comenzar a llorar.- vamos a ser abuelos Carlisle…

-Lo sé… los felicito…- otra ronda de abrazos.

Me alegraba por ellos, al menos ellos si eran felices.

-¿Tía Rose va a tener un bebé?...- preguntó Su.

-Así, es tesoro…

-Felicitaciones…- dijo ella dándole un beso en la mejilla a Rose.

-Con usted tengo que hablar señorita…- dijo alzándola en brazos.

-¿Conmigo?.- Rose asintió.

-Alguien me contó que fue usted la que escogió esto…- dijo mostrándole su anillo, Su asintió.

-¿No te gusto?...- preguntó preocupada.

-Me encanto, corazón… es hermoso…- dijo abrazándola.

Nunca había visto a Rosalie en una actitud tan maternal, en ese momento supe que el bebé que ella y mi hermano esperaban sería muy afortunado o afortunada, le habían tocado dos padres maravillosos.


Bella POV

-Bella, si creías que te iba a decir que no te enfrentaras a él estas totalmente equivocada…

-Jasper… ¿acaso estas confabulado con tu futura esposa?...- le pregunté.

El momento – dos semanas atrás- en que tuve la “maravillosa” y nótese el sarcasmo, idea de pedir una hora con Jasper, debió haber sido un momento de estupidez temporal. Mi querido amigo me repitió, casi de manera textual lo que las chicas venían diciéndome desde hacia… mucho tiempo.

-Jasper…- intenté regañarlo.

-No Bella, tienes que decirle… es lo mejor. Y no te lo estoy diciendo como amigo… te lo estoy diciendo como tu psicólogo ¿ok?...

-¿Y la vergüenza?...¿acaso no han pensado que él no siente lo mismo?...

-Bella… estoy casi seguro de que él siente lo mismo.- me respondió Jasper tomando mis manos.- es en serio…

-Suenas como Alice…- le dije, él sonrió.

-Entonces ¿se lo vas a decir?

-¿Ahora?...

-No, no debes precipitarte… pero tampoco debes esperar toda una vida para decirle…

-¿Acaso me vas a poner un plazo limite?.

-Esa es una excelente idea…

Me preguntó quien habrá sido el genio que lo dijo, oh sí… fui yo.

Estupida, estupida… ¡mil veces estupida Bella!.

Me sorprendía el no haberle confesado a Edward lo que sentía por accidente si era tan buena para meter la pata.

Conduje a casa de los Cullen- pues Esme se había quedado con Susan- medio enojada, medio tranquila. Si, ¿ahora se preguntan por que necesitaba ir al psicólogo? Estaba completamente loca. Además Alice, me estaba trayendo de los nervios con los preparativos de su boda ¡si faltaba un mes!, pero como si fuera poco con eso… solo un mes después habría ¡otra boda!... mi gozo en un pozo. No es que no estuviera contenta por la felicidad de mis amigas, es solo que ¿tenían que arrastrarme a todos lados con ellas? Era abrumador, estresante, cansador… sería capaz de casarme solo para hacerlas pasar por lo mismo.

Estacione el auto y llame a la puerta. No esperaba verlo ahí y mucho menos así.

Edward tenía la camisa arremangada hasta los codos, llevaba puesto un delantal de cocina y estaba todo cubierto de harina ¿alguien me podía explicar de que iba todo esto?. No pude evitar recordar el “pastel”. Me sonroje… debía dejar de imaginar cosas…

-Hola…- dijo apartándose para que pasara. No me había percatado que me había quedado mirándolo como una tonta.

-Ho-hola… ¿Qué haces aquí?...

-Es la casa de mis padres, Bella… creo que puedo venir cuando quiera.

Buena pregunta Bella. ¿Esperabas un Pulitzer o qué?

-Ehh… si lo sé.- dije aun más roja.- pero lo que quiero decir es que… ¿Dónde esta Esme?.- era mejor irme por la tangente.

-Ah… este tuvo que salir, digo que era algo como una “emergencia de mobiliario”…

-¿Emergencia de mobiliario? ¿eso existe?.- Edward se encogió de hombros.

-¡¡Tía Bella!!.- dijo una emocionada Su corriendo hacia mi, ella también estaba cubierta de harina.

-¿Me pueden decir que están haciendo? ¿Por qué están cubiertos de harina?.

-Tío Edward me esta enseñando a hacer galletas…- respondió Su.

-Si, pero desafortunadamente no soy tan buen cocinero como tú Bella… creo que los dulces no son lo mío…- dijo encogiéndose de hombros. ¿Cómo no se le iban a dar los dulces si él era uno?

-¿Necesitan ayuda?...- pregunté.

-Por favor…- me respondió Edward.- no quiero que alguien salga intoxicado…

-No pueden ser tan malas…

-¿Edward me pasas el harina?.- pregunté.

Él me acercó una taza con harina, su mano entro en contacto con la mía. Y una intensa descarga eléctrica avanzó por mi cuerpo, ambos nos quedamos quietos. Me volteé sobre mi hombro, solo para ser deslumbrada por sus enormes ojos verdes, como esmeraldas, me estaba costando respirar. Bajé un poco la mirada para reorganizar mi mente y seguir adelante. Comencé a batir la mezcla, Edward y yo guardábamos absoluto silencio, era como si ambos quisiéramos decir algo, pero calláramos, la tensión me estaba matando. Tal vez Jasper, Alice y Rose estaban en lo correcto y debía decirle lo que sentía y que fuera lo que Dios quisiera.

Pero necesitaba tiempo.

La boda de Alice, ese sería mi plazo máximo… me lo prometí a mi misma. Pero no podía evitar tener miedo. Edward no había mencionado nada, acerca del “incidente” de su departamento, otra vez sentía una dualidad de sentimientos. Por un lado me moría de la vergüenza de hablar de ello y por otro… habría deseado oír de sus labios que él sintió por lo menos una décima parte de lo que sentí yo, después de todo se valía soñar…

___________________________________

... bueno, parece que nuestras plegarias estan empezando a ser escuchadas y por fin Bells se decide a hablar con Edward de sus sentimientos...la cuenta regresiva para la boda de Alice comienza...
una pequeña curiosidad... para que creen que Edward necesitaba a Jasper??? T-E-O-R-Í-A-S!!!!
cuidense mucho, prueben los chocolates para saber esperar, suspiren y...
Nos leemos en un tris!!!


Bellany G.
**Eres la miel que endulza mi vida**

NO DESEARÁS

Capítulo 4. Amigos

Bella POV

No podía creer que este día hubiera llegado casi sin darme cuenta, estábamos a mediados de junio y yo ni siquiera lo había notado del todo, había pasado varios días desde que me había admitido a mi misma que Edward me gustaba mas de lo que debería, había estado atormentándome la cabeza con ese pensamiento y recriminándome el disfrutar de su voz, de su olor, de mirarlo a diario, que ayer cuando Rosalie me llamo para invitarme a pasar esta día con su familia, la fecha me callo como un balde de agua fría, me negué argumentando que quería estar sola y ella lo comprendió sabia que este era un día difícil.

Llegue a la oficina y todos tenían caras alegres, había algunas felicitaciones y sonrisas porque solo se trabajaría medio día debido a que la mayoría de la gente pasaba el día en familia, trate de llegar rápidamente a mi oficina, no estaba de ánimos para que alguien notara que “El día del padre” sacaba lo peor de mi.

Llegue a mi oficina y me prepare un café, esperando que la cafeína me ayudara a controlarme y relajarme un poco, prendí la computadora y abrí mi correo, una tenue sonrisa se dibujo en mi rostro cuando vi un correo de Alice en la bandeja.

Hola Bells

Hermanita se que tienes la seguridad de que yo se exactamente como te sientes hoy, pero recuerda que nos tenemos la una a la otra y claro a nuestra loca madre, el nos hizo fuertes.

Además solo es otro día, espero que me llames pronto, aun sigo sintiendo esa sensación y crece más, Bella estoy empezando a parecer paranoica, llámame en cuanto puedas ok.

Te quiero

Alice

Sonreí mientras lo leía, Alice siempre supo manejar mejor que yo esto, pero quizás se debía a que ella prácticamente no recordaba a Charlie, para ella nunca fue su papá, o al menos intento serlo.

Hola Ali

Gracias, me conoces muy bien, tranquila estoy bajo control, como dices solo es otro día.

Te llamare el fin de semana, y tranquila aun no me he ganado la lotería, no se de que otra forma pueda cambiar mi vida, te extraño hermanita.

Bella

Comencé a revisar los diseños de los carteles para la campaña que estaba manejando Edward, trate de no pensar en el tiempo, pronto podría estar en mi casa, y recostarme en mi cama, ver una aburrida película y que este día terminara, me quede viendo hacia la ventana, se podían observar algunos edificios, el sol formaba sobras sobre estos.

-Bella…-, me llamó el y yo cerré los ojos, “Rosalie, recuérdalo”, anuncio mi mente, estos últimos días había tratado de limitarme a tratar asuntos meramente profesionales con Edward, entre mas distancia hubiera seria mas fácil olvidarme de mi absurda atracción hacia el. Me gire lentamente y lo mire parado con la puerta entreabierta.

-Venia por los diseños… de los carteles-, susurro aun viéndome con el ceño fruncido.

-Claro-, le conteste dándole el folder, se giro para salir pero se detuvo tomando la perilla con su mano.

-Bella…-, me llamo y yo lo mire, dejándome por un momento disfrutar de sus hermosos ojos.

-¿Estas bien?-, susurro.

No, no estaba bien, odiaba el día del padre por que me dolía que jamás tuve uno de verdad, no estaba bien por que me gustaba el novio de mi mejor amiga, no esta bien por que tenia que verlo todos los días y no estaba bien por que el me lo preguntaba por que eso hacia latir una vaga esperanza de que yo le importaba, no, no estaba bien pero jamás lo diría.

-Si, solo un poco cansada-, le dije intentando sonreír, el pareció tensarse y después suspiro.

-Bien… supongo que ya no te veré hasta mañana, que disfrutes el día-, me dijo antes de salir.

Dos horas más tarde casi sonreí al poder salir de la oficina, la mayoría de la gente se había ido.

-Hasta mañana Isabella-, me dijo Jessica, la recepcionista mientras subía a su automóvil, quedaban pocos autos en el estacionamiento, me despedí con la mano y entre al Volvo.

Deje mi maletín en el asiento del copiloto y puse mi disco favorito de música clásica, salí del edificio y la música comenzó a relajarme un poco, pensé que lo peor habría pasado, cuando unas cuadras después el auto comenzó a rechinar de forma extraña, pensé que seria momentáneo pero el ruido no cesaba, decidí estacionarme en una calle un poco menos transitada y apague el auto, me baje buscando algo que pudiera causar el ruido pero no note nada, me volví a subir y encendí el auto pero no paso nada, gire la llave demasiadas veces y nada paso, maldije por lo bajo mientras trataba de no entrar en un estado de histeria, saque el celular de mi bolsa y llame al seguro, este día no acabaría pronto.

Me avisaron que la grúa llegaría en unos minutos para llevarlo al taller, aunque me aclararon que tal vez se tardarían algo mas de lo normal, solo pude articular un “No importa, espero, no se preocupe”, para no desquitarme con el telefonista.

Salí del auto y me recargue en la puerta mientras trataba de leer el análisis de necesidades de un nuevo cliente, seria mi primera propuesta individual y quería que fuera la mejor.

-¿Bella?-, pregunto un voz que reconocí casi al instante, su auto se paro al lado del mío y bajo mas la ventanilla.

-¿Qué pasa?-, pregunto.

-Decidió tomar un descanso-, dije tocando mi auto, el sonrío negando con la cabeza.

-Ya veo, llamaste al seguro-, inquirió.

-Si no te preocupes estarán aquí en minutos-, le conteste.

-Esta bien, suerte-, susurro antes de echar a andar el automóvil, me despedí con la mano y doblo la esquina.

Quise volver a mi lectura pero se convirtió en algo imposible, releí infinidad de veces la misma línea y solo podía pensar en Rosalie, sus padres y su perfecto novio. Se formo un nudo en la garganta que me hizo odiarme, era masoquista pensando en algo que no debería de importarme.

-No te pagan horas extras cuando sales de la oficina-, me susurro tan cerca que pude sentir su respiración en mi oído.

-Edward-, exclame con mas alegría de la que desee dar a conocer, sonrío mientras me ofrecía uno de los dos vasos de café que tenia en la mano, había estacionado su auto detrás del mío.

-Pensé que te habías ido-, le dije sonriendo.

-Si, pero no quería dejarte sola, además solo serán unos minutos y un buen café siempre ayuda-, dijo señalándome el vaso.

-Gracias-, le susurre.

-Además que si Rosalie se llega enterar que te deje sola me asesina-, se precipito a contestar.

Rosalie”, era por ella que estaba aquí, apreté el vaso mientras luchaba por aclarar el nudo de mi garganta, “y por que mas si no estaría aquí”, me cuestiono la razón, era ilógico pensar que estaba preocupado por mi.

El percibió mi reacción y frunció el ceño, trate de cambiar el tema, -Rose me dijo que pasarías el día con ella y sus papás, ¿Y tus padres, no los veras hoy?-, le cuestione esperando que el no considerara una intromisión mi pregunta.

-Le llame a mi padre hace un rato, ellos viven en Forks, un pueblo en Washington-, susurro sonriendo.

-Se donde es Forks-, le dije algo emocionada.

-¿Si?-, cuestionó con el ceño fruncido.

-Nací en Forks-, le susurre.

-Ahora se de donde viene tu piel tan blanca que parece cremosa…-, susurro y desvío la mirada, no se si lo quiso decir de esa manera pero fue como una caricia, me hizo sentir un escalofrío que trate de reprimir.

-Mis padres se mudaron hace algunos años, mi padre es medico y es de gran ayuda para toda la gente del pueblo y la reserva-, me contesto recomponiendo el semblante.

-Ya veo, hace años que no voy-, le susurre.

-¿Por qué?-, pregunto.

-Es mi lugar favorito en el mundo-, le conteste sarcásticamente.

-¿No te gusta la lluvia?-, me dijo sonriendo.

-No… pero no es eso-, le conteste desviando la mirada.

-Tu… ¿veras a tus padres?-, susurro tratando de aligerar la conversación, lo cual no logro.

-No… mi mamá vive en… no lo se con certeza justo ahora lo ultimo que supe es que la semana pasada estaba en Chicago-, le conteste.

-Tiene espíritu gitano-, bromeo con la ceja levantada.

-No, su nuevo esposo viaja mucho-, conteste sacándole la lengua y el sonrío.

-Y tu padre-, susurro.

-No tengo-, le dije tajantemente antes de tomar un poco de café.

-Todos tenemos uno-, replico.

-No… todos necesitamos de un hombre para ser concebidos pero no todos tenemos padre-, le conteste con los dientes apretados.

-Entiendo-, se limito a contestar.

-No importa, típico… se divorcio de mamá y también de nosotras, mi hermana y yo jamás lo tuvimos en un cumpleaños, en un festival, cuando teníamos pesadillas, poniéndose celoso en nuestra primera cita, nada…-, termine entre dientes.

-De ahí eso de que nadie es perfecto-, me dijo poniendo un mechón de cabello detrás de mi oreja, la misma sensación de electricidad me recorrió el cuerpo y yo sonreí mientras el retiraba la mano, demasiado pronto.

-Es verdad-, me limité a contestar.

-Rose me había dicho que tu hermana vive en Seattle-, susurro.

-Si, ella y su esposo se mudaron ahí hace mas de dos años-, le conteste.

-Alice es mi hermana pequeña, ella y Rose son mi familia-, le dije y el apretó el agarre de su vaso, susurro un “lo se” casi inaudible.

-Para ella es un poco mas fácil, no recuerda mucho a Charlie-, continué y el asintió.

-Además esta tan loca que le festeja a su esposo el día-, le dije riendo.

-¿Tienen hijos?-, pregunto.

-No, según ella es por que en un futuro Jasper será padre-, le dije rodeando los ojos.

-Es una nueva perspectiva-, dijo riendo.

-Si, lo es-, le conteste viendo a sus ojos.

-Hace mucho que se caso-, dijo con el ceño fruncido.

-Van a cumplir tres años, pero se conocen desde hace 6, debo admitir que mi cuñado es lo menos que podría pedir para Alice- le susurre.

-Ella es feliz-, inquirió.

-Si, y eso me hace feliz a mi-, le conteste.

-Tal vez tu ley de la anti perfección tenga fallas-, me bromeo.

-No… no las tiene-, le susurre.

-Te has enamorado alguna vez-, me pregunto.

-No, no creo en el amor-, le conteste ácidamente.

-Eso es muy frío y definitivo-, contesto...

-Y no creo que sea verdad, ni que realmente lo creas-, termino mirándome.

-Para que enamorarse, y si no funciona, mis padres juraban amor y ahora Charlie, esta casado con dos hijos con los que pasa sus fines de semana, para que se juraron amor y solo provoco dolor-, le conteste con la voz entrecortada.

-No lo se… quisiera decirte una respuesta que te diera la seguridad, solo se que en este mundo debe de haber algo mas fuerte, algo que te indique que todo vale la pena solo por un momento con esa persona, solo con un instante...con un roce... Llámalo como quieras, olvídate de la palabra “amor”, solo digo que todos nos merecemos vivir sin pisar el suelo-, dijo susurrando mientras su aliento rozaba mi cara.

-La grúa llego-, susurre mientras el se alejaba y yo trataba de respirar, “Debía alejarme, debía hacerlo”, cotejaron los datos del seguro y comenzaron a remolcar mi auto, en unos minutos, el chofer me entrego la tarjeta del taller y me dijo que podría pasar mañana por la tarde, se despidió y yo suspiré, parecía que por fin llegaba el final del día, estaba atardeciendo y ya era hora de que todo terminara.

-Te llevo a tu casa-, me dijo Edward mientras me ayudaba con el maletín.

-Deberías de ir con Rose, estará preocupada-, le conteste tratando de no demostrar ningún sentimiento.

-No te preocupes, esta bien, te llevo y no es pregunta-, dijo sonriendo, me subí al auto y arranco mientras le indicaba la dirección, encendió la radio y "Claro de Luna" comenzo a sonar haciéndome reír.

-¿Qué es tan gracioso?-, pregunto.

-Yo iba escuchando esa canción, ¿Te gusta Debussy?-, conteste.

-Algunas veces-, susurro.

-Rose permite que oigas esto-, bromee, recordando a mi amiga aborrecer mi colección de discos de música clásica.

-Si, llegamos a un acuerdo, aunque debo de soportar, salsa, y zumba algunas veces, y tecno…-, dijo con cara de asco a lo que yo me reí.

-¿Pisas sin tocar el suelo?-, le pregunte desviando mi mirada, no me atrevia a preguntarle con las exactas palabras cuanto sentía por mi amiga.

-¿Me estabas escuchando?-, pregunto.

-Regularmente lo hago… así que-, insistí.

-Si algunas veces…-, susurro y yo mire a la ventana incapaz de soportar verlo, “La amaba y ella a el, Rosalie había encontrado al hombre de su vida y me esforzaría por que eso me hiciera feliz

Llegamos fuera de mi edificio y me gire para verlo.

-Gracias, por todo, el café, por escucharme, por…-, sonrío y levanto la mano.

-No tienes por que… ¿Somos amigos?-, pregunto.

-Amigos-, susurre mientras el acariciaba mi mejilla.

-Amigos-, insistió y me beso la mejilla, cerré los ojos mientras parecía estarme quemando por dentro.

Se separo y apretó la mano que aun seguía en el volante.

-Hasta mañana-, me despedí.

-Hasta mañana-, contesto mientras salía de su auto.

Amigos”, pensó mi mente, por que no sabia a eso, por que no lo miraba así.

Camine hacia la puerta del edificio y vi a Jacob esperando sentado en las escaleras, me miro y sonrío mientras negaba con la cabeza.

-Hola chica ruda-, me saludo.

-Hola Jacob-, le dije mientras esperaba el elevador.

-Nadie te ha dicho que si juegas con fuego puedes quemarte-, susurro picadamente.

Yo lo mire con el ceño frunció y me señalo la puerta, me di cuenta que desde donde el estaba había visto bajarme del auto de Edward.

-No es lo que parece-, me precipite a contestar.

-No dije que pareciera nada, solo digo que lo pienses, decide si quieres corre al riesgo, si no apaga el incendio-, me sonrío.

-Basta de metáforas-, le saque la lengua.

-En serio Bella, me agradas-, me dijo serio.

-Gracias, es solo que ha sido un largo día, y que haces además de ver quien entra al edificio-, le pregunte.

-Espero a mi novia-, me contesto.

-¿Novia?-, dije con el ceño fruncido.

-Claro, yo te pregunte si vivías con alguien, pero tu no me preguntaste a mi-, dijo con otra sonrisa.

-Si claro-, le dije mientras el elevador se abría, una chica de unos 20 años a lo mucho salio con largos rizos castaño claro, tez blanca y grandes ojos color avellana.

-Hola…-, dijo sonriente.

-Hola-, conteste.

-Amor ella es Bella-, presento Jacob.

-Ah si, hola mucho gusto Vanessa Wolfe-, se presento y yo sonreí, se despidieron y entre al elevador.

Si juegas con fuego te puedes quemar”… Jacob tenia razón pero era demasiado tarde aun sentía sus labios en mi mejilla y ardía… demasiado.

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mmm dos cositas, esta ya más que comprobado que a Bella le gusta Edward, y desde mi punto de vista no es algo que pueda ocultar, vamos se le nota hasta en las pestañas!!!, sin embargo ustedes creen que Edward este haciendo todo por Rosalie?? de acuerdo tod@s sabemos que él es todo un caballero, pero en realidad es solo por eso???
y la otra, bueno Jacon ya esta descartado, tiene una linda novia (mala tarde para aquellas que pensaron que le gustaba Bells, el tríangulo amoroso no va por ahi =D)... por favor, por favor díganme que recuerdan a Vanessa Wolfe!!... me dicen en un suspiro vale...
pues nada, cuidense mucho, alimentense de chocolates para hacer su sangre dulce (jajajaja), suspiren y...
Nos leemos en un tris!!!


Bellany G.
**Amor por ti camino sin tocar el suelo**

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