martes, 24 de noviembre de 2009

NO DESEARÁS


Capítulo 15. Emmett

Bella POV

Entre a la casa y comencé a guardar algo de ropa en un bolso, mientras luchaba por quitar las lagrimas de mis mejillas, ella no debió enterarse así...¿por que?, Edward me había dicho que me amaba y ahora yo lo único que podía pensar era alejarme de el… alejarme de todo, sabia que era cobarde, a fin de cuentas había herido a Rosalie, la había perdido para siempre, pero no podía estar ahora con Edward… mi corazón le pertenecía, mi cuerpo y mi alma pero ahora eso dolía… algo tan hermoso no podía ser un error, no podía dañar tanto a alguien, veía la cara de Rosalie una y otra vez, su decepción, su dolor, su odio, aun sentía su mano en mi mejilla, me sentía sucia… no por Edward pero si como amiga. Era demasiado confuso para permanecer aquí.

Salí de mi departamento y subí a mi auto, la noche era fría y oscura, trate de tranquilizarme un poco antes de conducir, pise el acelerador a fondo olvidándome de lo poco que me gustaba la velocidad, solo quería salir, sabia que estaba huyendo, era cobarde, lo problemas no desaparecían pero yo quería tratar de desaparecer al menos por un momento.

Maneje casi toda la noche, los ojos me ardían y mi garganta estaba seca… vi el amanecer justo antes de entrar a Seattle, minutos después estacione el auto en casa de Alice y ella salió a recibirme para mi sorpresa, corrió y me abrazó mientras me derrumbaba en sus brazos, quede arrodillada en el jardín, ella me envolvió y solloce en su pecho.

-Lo sabe… lo descubrió… ella me odia…-, le susurraba sin sentido, mi hermana no dijo nada en ese momento solo me abrazó y ayudo a que me calmara.

Después de unos minutos entramos a la casa, me sentí avergonzada al mirar a Jasper desayunando en la cocina, el me sonrío tenuemente, se despidió de Alice y salio de la casa.

Fuimos hasta la sala, me dejo ahí por unos minutos y regreso con una taza de café, se sentó a mi lado y quito mis cabellos del rostro.

-¿Qué paso Bella?-, susurro en tono maternal… eso era mi mamá, mi hermana, la única familia que me quedaba.

--No pude alejarme Alice… lo amo como nunca podré amar a nadie… pero ella nos vio, el había terminado con ella pero jamás quisimos que lo supiera…-, ella me acaricio la espalda tenuemente.

-Bella tienes que tranquilizarte… ella lo entenderá en el corazón no se manda-, susurro Alice mientras yo negaba con la cabeza.

-No… yo la traicione, le quite el amor de Edward… ella me odia… lo dijo… sus ojos no mentían-, solloze mientras Alice me abrazaba.

-Tranquilla hermanita… necesitas calmarte-, dijo contra mi cabello con la voz débil, la mire y ella limpio mi mejilla

-Quédate lo que quieras… pon en claro tu cabeza y tu corazón… en el corazón no se manada… eso es lo único que debes tener en claro…-, me abrazó y me acurruque en su regazo… permitiendo que el cansancio me venciera, casi sonreí al notar aun el vestido de fiesta, me perdí en la inconciencia mientras veía el rostro de Rosalie… el de Edward… el debía odiarme pero yo no podía verlo, no ahora.

Alice me despertó por la tarde para comer algo, me rogó para que ingiriera algún alimento, me esforcé por complacerla y después me llevo a una habitación desocupada, me cambie de ropa y me metí a la cama, solo quería dormir, y olvidar, era deprimente, cobarde… lo sabia y eso me hundía aun mas.

Al día siguiente me levante y fui hasta la cocina por un vaso de agua… ahí se encontraba Jasper, baje la mirada y el espero pero yo no articule palabra.

-Buenos días Bella-, susurro tomando un poco de café.

-Buenos días… eh… quería pedirte perdón… por las molestias-, comencé pero el negó con la cabeza.

-Eres nuestra familia Bella, Alice te ama, haría cualquier cosa por ayudarte-, sonreí ante sus palabras y baje la mirada.

-Bueno la verdad es que a ti te ama mas de lo que puedas imaginar-, le susurre y el sonrío de una forma particular.

-Aun así sigo siendo el segundo lugar Bella… y eso me hace feliz si ella lo es… quédate el tiempo que quieras… no miento cuando digo que eres nuestra familia… se que no nos conocemos mucho pero amo a tu hermana y quiero que tu me consideres un amigo si no un hermano un buen amigo-, susurro extendiendo la mano, yo la estreche y le sonreí con los ojos llorosos, no merecía esto… aunque una parte de mi supo que Alice había encontrado al mejor hombre posible… Jasper me hizo recordar a Edward la manera como acariciaba el nombre de mi hermana… necesitaba salir de ahí antes de explotar.

-Pensaba ir a caminar… puedes avisarle a Alice-, le dije mientras el se servia un poco mas de café.

-Si no te preocupes… no tarda en despertar-, sonrío y yo asentí saliendo de la casa.

Camine unas cuadras hasta un parque donde varias personas hacia caminatas matutinas, había gente haciendo ejercicios y aeróbicos mientras que otros corrían a los alrededores.

Me senté en una baca de piedra mientras dejaba que la brisa me ayudara un poco sin darme cuenta sentía la humedad de mis lagrimas y la seque, limpie mis ojos y trate de distraerme, me hice un moño en el cabello y mire a las demás personas absortas en sus actividades.

-¿Eres tu hermanita?-, pregunto un hombre parado a mi lado, iba a negar con la cabeza hasta que mi mirada se encontró con la suya, sus anchos y musculosos hombros, su cabello corto y rizado y esos dos hoyuelos, Emmett había cambiado ahora era un hombre un poco distinto del chico que conocía pero era el.

-Emmett…-, susurre y el asintió, me levante y le di una abrazó y el separo mis pies del suelo como siempre lo hacia.

-Bells, ¿Vives en Seattle?-, pregunto confundido mientras nos sentábamos.

-No… en Phoenix-, susurre y el rodeo los ojos.

-¿Y que haces aquí?-, pregunto con gesto tonto a lo que yo sonreí.

-Huir…-murmuré para mi misma, sentí su mirada y trate de concentrarme y evitar llorar frente a el.

-Alice vive aquí-, le dije y el asintió.

-¿Cómo has estado?-, pregunto mientras tomaba algo de agua de una botella.

-Estudie en Francia por tres años... hace poco menos de dos meses que regrese-, le dije tragando el nudo en la garganta.

-Y tu…-, susurre tratando de desviar la conversación.

-Trabajo en una escuela… soy entrenador deportivo…-, sonrío y yo le correspondí.

-Jamás creí volver a verte-, exclamo con una sonrisa.

-¿Por qué te fuiste así?...-, le pregunte con el ceño fruncido, el estaba feliz, con Rose, la escuela, sus amigos y después… nos informaron que se había mudado así sin mas.

-Mi mamá… sufrió un ataque… ella no logro volver a tener la movilidad de una parte de su cuerpo… nos mudamos aquí… para su tratamiento… pero ella no duro mucho-, comento con la voz seria viendo hacia la nada.

-Jamás lo dijeron…-, le susurre y el río fuertemente.

-Lo se… por ello Rose jamás me contesto las llamadas… jamás pude explicarle… nunca la hubiera dejado de haber tenido la oportunidad-, la sola enunciación de su nombre me hizo querer salir de ahí.

-Ella… vino contigo-, inquirió Emmet en tono bajo.

-No…-, le susurre y el miro de nuevo a la gente.

-Sabes que nunca ha habido nadie mas… intente olvidarla… pero no pude-, se encogió de hombros y volvió su rostro hacia mí.

-Ahora ya son demasiados años… perdí a mi chica-, dijo en tono bajo y yo desvíe la mirada.

-Debiste buscarla-, fue mas un reclamo que un consejo.

-Creí poder superar un enamoramiento de escuela Bells… que estupido-, susurro y yo negué con la cabeza.

-Ella es feliz-, pregunto y yo desvíe la mirada.

-Emmet no…-, le dije con la voz entrecortada.

-Bella que pasa-, dijo tomándome mi cara entre sus manos.

-Ella intento hacerlo Emmett, intento realizar sus sueño... recuerdas… un hombre que la amara… una familia-, le susurre mientras en su mirada cruzo una ráfaga de dolor.

-Lo consiguió…-, susurro como una afirmación.

-No… yo lo arruine…-, le conteste y el me miro confundido.

-Cuando regrese de Francia ella llevaba un año viviendo con Edward… su novio-, Emmett tenso su mandíbula pero me permitió continuar.

-Al principio pensé que eran la pareja perfecta-, me reí irónicamente y me limpie la mejilla

-Me enamore de el Emmet... Edward y yo…-, susurre y el me miro entendiendo todo… yo baje la mirada y por una segundo solo hubo silencio, un desgarrador silencio.

-Rosalie lo supo…-, concluyo entre dientes.

-Si… te lo juro que jamás quise hacerle daño…-, solloce y el me abrazó envolviéndome con sus grandes brazos.

-No te estoy juzgando Bella, se que amas a Rose…-, susurro y yo negué con la cabeza.

-No le haces esto a los que amas, a tu familia-, sisee molesta.

-El dolor viene implicado con el amor… es un pequeño precio… yo amaba… amo a Rosalie y aun así la herí…-, susurro y miro de nueva al frente.

-Ella debió saber-, le susurre y el sonrío.

-Cuado encontré el valor para enfrentarla… pensé que ya era muy tarde… y mira ella había encontrado a otra persona-, dijo desviando la mirada.

-Ella aun te ama… no se hasta que punto llego a amar a Edward pero fue distinto a lo que tuvo contigo-, le susurre y el me miro por un segundo antes de saltar de la banca y sonreír como un niño apunto de hacer alguna travesura

-Tienes quien te lleve a la casa de Alice-, pregunto y yo negué.

-Vamos te dejo de camino-, yo me lévate titubeante y lo seguí aun confundida por el cambio repentino.

Emmett abrió la puerta de un Jeep y yo subí con algunos trabajos a lo que el soltó una risotada, le indique el camino a la casa de Alice y en menos de lo imaginado estaciono el gran auto frente a la cochera.

-Sabes por que me enamore de Rose-, pregunto y yo negué con la cabeza.

-Me gusto desde el primer día que la vi tan segura de si misma… tan ella… pero eso no gano mi corazón, lo hizo su amor por un sueño tan simple, una mujer como ella… la ves por la calle y la juzgas al instante, pero a ella solo le interesaba formar un familia, tener unos bellos gemelos y darles todo…-, termino en tono bajo con una sonrisa.

-Emmett…-, rogué intentando que parara, yo lo sabia mejor que nadie… todo lo que ella había perdido, todo por lo cual Edward era una oportunidad después el hombre sentado a mi lado.

-No es personal Bella, solo te digo que me ayudaste a despertar… gracias-, susurro y yo fruncí el ceño

-Anda la enana espera-, me indico señalando a Alice que estaba parada en la entrada de la casa. Sonreí y me dispuse a abrir la puerta del Jeep, me volví hacia el y el sonrío.

-¿Qué vas a hacer Emmett?-, pregunte confundida

-Viajar Phoenix hermanita… no es tarde... aun no-, dijo y yo lo abrace mientras el apretaba su agarre.

-Será mejor que mantengas a tu chico fuera de mi alcance… aun sigue siendo un idiota por engañar a mi chica-, amenazo y yo me separe iba a comenzar a rebatir a favor de Edward cuando el río.

-Relájate Bells… es broma-, dijo mientras yo negaba la cabeza, baje del Jeep y me despedí con la mano, camine hasta Alice que me miraba totalmente seria.

-¿Quién era?-, pregunto en tono serio.

-Emmett-, susurre sorprendida.

-Emmett-, repitió de la misma forma.

-Le conté…-, le dije mientras llevaba una mano a mi cabello.

-Bella estas bien…-, inquirió mi hermana, me senté en las escaleras de la entrada y ella imito el movimiento

-La ama...la sigue amando-, le susurre y ella rió tenuemente.

-Todo se resolverá Bella…-, susurro mientras me abrazaba.

Yo pedí que sus palabras fueran verdad, no sabia que hacer ahora… no sabia como estar con Edward sin sentir el hueco en el estomago, pero algo en la cara de Emmett me decía que Rosalie podía ser feliz… podía serlo aun después de todo.

____________________________

... por fin Emmett regresó... vamos a creerle a Alice y pensemos que todo se resolverá, pero como estará Edward sabiendo que Bella huyó???
cuidense, suspiren y...
Nos leemos en un tris

Bellany G.
**Let us be in love**

VENTANA AL AMOR


Capítulo Veintiseis

Bella POV

Había pasado un mes desde que Tanya llegó, ella se había instalado ya en la editorial, mi nuevo libro ya estaba en la fase de edición y el otro estaba siendo todo un éxito en el extranjero.

A Alice por fin le estaba apareciendo la pancita, el día en que lo descubrió nunca lo olvidaría ¡se saco más de 100 fotos desde todos los ángulos posibles! Cambiándose la ropa en repetidas ocasiones. El lanzamiento de la ropa para embarazada que había diseñado fue todo un éxito, aunque claro, tuvimos que detener a Rose para que dejara algo para las demás clientas, quería toda la ropa para ella.

Alice había comenzado a organizar el babyshower para nuestra amiga, solo faltaba un mes para que Rose tuviera al bebé, así que estábamos trabajando de manera rápida en la organización del evento, en realidad, estaba refrenando a Alice para que no hiciera tantas locuras.

Edward y yo estábamos más felices y enamorados que nunca, aunque él frecuentaba mucho a Tanya, esto ya no me molestaba –bueno, lo intentaba-. Ella era una chica simpática; que estaba segura que podría llegar a considerar mi amiga. Además, no había nada que temer, Edward me amaba a mí.

-A ver… bocadillos.

-Listo…- le dije, Alice apuntó en una libretita.

-Regalos…

-Listos

-Decoración…

-Lista…- dije abarcando el salón de la casa de Rose y Em con una de mis manos.

Aquel lugar era la tierra del rosado y los tonos pasteles, por lo que era más que seguro que a Em le daría un ataque en cuanto lo viera por la noche. Había unas mesas dispuestas a lo ancho del salón con manteles rosas y flores blancas, una gran variedad de bocadillos se amontonaban en las mesas. Otro tanto de regalos lo hacia en uno de los estantes, estaba lleno de globos con frases como “es una niña” y “felicidades”. Alice se había esmerado para que todo estuviera perfecto.

-listo. Ahora solo falta que lleguen las invitadas y mamá traiga a Rose…

-es verdad…

-¿Cómo haz estado Bella?.- me preguntó tomándome por sorpresa

-Ah, bien, ¿Por qué lo preguntas, Allie?.- dije pretendiendo arreglar uno de los floreros.

La verdad últimamente no me había sentido muy bien, el estomago me dolía mucho y mi mal equilibrio había empeorado aun más. Pero no creía que fuera algo de lo cual preocuparse.

-es que estas más pálida de lo normal, ¿estas comiendo bien?

-Más que bien, diría yo. Tengo un apetito voraz últimamente.- no quise agregar que después de comer, tenía que partir al baño, pues todo me caía fatal.

Las invitadas no demoraron en llegar, trayendo consigo más regalos, al parecer Rose estaría horas abriendo aquella enorme cantidad de obsequios. Al poco rato ella y Esme atravesaron las puertas del salón.

-oh, chicas…esto es precioso…- dijo llevándose las manos al pecho emocionada.

Pasamos la tarde entre risas, recomendaciones de las que ya eran madres para el parto y los primeros meses, luego Rose comenzó a abrir los obsequios.

-oh, es precioso…- dijo alzando un vestido rosa con lazos de un tono más oscura.- muchas gracias, Claudia…

-de nada…- Rose hizo el intento de alcanzar un regalo

-déjalo, Rose…yo te lo alcanzo.- dije incorporándome

-gracias, Bells

No sé a que se debió, tal vez me levante muy rápido, tal vez fueron todos los trozos de tarta que había comido, con exactitud no lo sabía. Pero de pronto, todo comenzó a írseme a negro, como cuando entras en un túnel oscuro y me pitaban los oídos.

-creo que mejor llamó a Carlisle.- escuché decir a Esme, pero el sonido era algo confuso, como cuando escuchas bajo el agua. Con cuidado comencé a abrir los ojos

-oh, ya se esta despertando.- dijo esta vez Alice.

Abrí los ojos completamente e intente incorporarme despacio, estaba recostada en la inmensa cama matrimonial, mis amigas y Esme estaban sentadas en ellas, todas inclinadas para verme de cerca.

-¿Cómo te sientes, Bella?.- me preguntó Esme

-Eh..bien…- dije tomándome la cabeza.- ¿Qué me paso?

-Te desmayaste, cielo…

-Oh…

-¿quieres que llame a Carlisle?

-No, no es necesario. Ya me siento mejor…- mentí, en realidad aun me sentía un tanto mareada.

-¿quieres que te lleve a casa?.- me preguntó Alice

-En verdad te lo agradecería, estoy un poco cansada…

-Esta bien…

-Lo siento, Rose…

-Que dices. No te disculpes por nada, ahora mejor ve a casa y descansa…estas muy pálida Bella, mas de lo usual…

-Esta bien…adiós…- me despedí antes de salir de la habitación.

Alice condujo en silencio hasta mi casa, lo cual era extraño. Entramos y ella permanecía callada, Susan no estaba pues se había ido con Edward a jugar al parque y volverían para la cena. Me deje caer en el sofá totalmente agotada.

-¿Bella?.- habló por primera vez Alice

-¿si?.- pregunté alzando levemente la cabeza del respaldo del sofá

-¿Cómo te haz sentido últimamente?, y esta vez quiero la verdad…

-¿a que te refieres?

-¿haz sentido malestar de estomago o nauseas?

-¿a que viene todo esto?...

-Contesta mi pregunta por favor,- dijo sentándose a mi lado.- ¿los haz sentido?

-La verdad es que si, pero no creo que sea nada grave,…talvez es solo por que últimamente no paro de comer,- ella frunció el ceño.

-¿Cuándo fue la última vez que te llego el periodo, Bella?

¿Qué tiene que ver eso?.- ella entrecerró los ojos.- umm…no sé, un mes, tal vez un poco más…sabes que nunca he sido muy regular, pero ¿Qué tiene que ver?

-¿no crees que podrías estar…no sé, embarazada?

-¡Allie! ¿Qué dices?...- dije sorprendida

-¿no lo haz considerado?...después de todo es posible

-Si, lo es. Pero no creo que sea eso…

-Por que no mejor nos aseguramos…

-¿Qué sugieres?

-Por que no te haces una prueba…

-Crees que sea necesario, dudo que sea eso…

-Es para salir de dudas…

-Si insistes…

Alice me arrastro hasta la farmacia más cercana, se paso más de quince minutos mirando los distintos envases de las pruebas, todos de distintos colores y tamaños.

-esta es…- dijo tomando una caja blanca de apariencia más sencilla que las demás.- esta es la que utilice yo…

Nos acercamos hasta la caja y pagamos, luego nos dirigimos a mi casa, no sin antes detenernos en la pizzería, pues yo aun no había cocinado la cena y dudaba que lo fuera a hacer. Además, a Alice le dieron antojos de una pizza de pepperoni con doble queso.

-es sencillo, Bella.- me dijo Alice por enésima vez.- solo pones la muestra allí y después esperas a que salga el resultado…- asentí.- bueno, te dejo

-no, no te vayas…- le dije, estaba repentinamente ansiosa, ¿Qué tal y si de verdad estaba embarazada?

-Esta bien, vamos adelante…- me animo.

Hice todo al pie de la letra tal y como dictaban las indicaciones. Después deje el test sobre el lavamanos y Alice y yo nos sentamos a esperar, parecía que los minutos pasaran más lentamente de lo habitual, y la ansiedad me estaba matando.

-Bella, deja de dar vueltas…¡me estas mareando!- me dijo Alice

-¿falta mucho?.- pregunté retorciendo los dedos de mi mano unos contra otros

-No, ya es hora…- dijo después de consultar su reloj

-Bien…- dije y me senté en el borde de la bañera

-¿y, bien? ¿no pretendes ver el resultado?

-Cierto, cierto…- dije acercándome al lavamanos.

Allí frente a mi, estaba aquella pequeña cajita de plástico, la tome entre mis manos, no había notado que temblaban levemente hasta que intente ver el resultado, me tome unos segundos para serenarme y mire.

Positivo.

El test se me resbalo de las manos. Positivo. Positivo. Positivo.

-Bella, Bella ¿Qué pasa?.- me preguntó Alice, le acerque el test.- positivo, Bella ¡felicidades!, bueno, aun hay que confirmarlo, pero te aseguro de que esta prueba es muy confiable…- agregó acariciándose su panza.

Pero yo estaba muy lejos de allí. Todo indicaba que iba a ser madre, una parte de mi me decía que no debía preocuparme, ya había criado a Susan, sabía que tenía que hacer. Pero ahora era distinto, inconscientemente me lleve las manos al vientre, ahora una vida crecía dentro de mi. Una sonrisa tonta me cruzó los labios.

-¿Bella…me estas escuchando?

-Ahh…- dije saliendo de mi pequeña burbuja.

-Te decía que tenemos que hacerte una cita con un doctor, para confirmar el resultado…

-Ah si.- asentí.

Alice me pidió una hora con el medico para la mañana siguiente, yo no prestaba mucha atención a lo que me decía, estaba pensando en cunas y biberones…

-bueno mejor me voy…- dijo- se me hace tarde y Jazz debe estar por llegar

-esta bien. Conduce con cuidado…

-lo haré. Chau…

-adiós…

Me decidí a preparar las cosas para la cena, como calentar la pizza, sabía que aun no podía decirle nada a Edward hasta confirmarlo, no quería ilusionarlo y tampoco a Su. Por ahora sería mi pequeño secreto.

y entonces la cometa se elevo…y casi se me escapa…- comentaba Su con lujo de detalles la tarde que ella y Edward habían compartido en el parque. Yo la escuchaba aun sonriente, maravillándome con las cosas que decía.

Cenamos contentos y después me fui a acostar a Susan, pues aun le quedaban unos días de clases y mañana debía despertarse temprano. Edward se fue al poco rato.

-¿a que se debe tanta felicidad?.- me preguntó cuando nos despedíamos en el porche. No se le escapaba nada.

-Nada, solo pienso en lo hermosa que es la vida…

-Y lo es, más desde que te tengo junto a mi…- dijo estrechándome en sus brazos

-Estas seguro de no querer quedarte…

-Si, es mejor que me aparezca por mi departamento de vez en cuando al menos para que los vecinos no crean que esta abandonado

-Esta bien…te voy a extrañar…

-Y yo a ti…- dijo antes de besar mis labios.

Esa noche mis sueños estuvieron plagados de bebés con cabello cobrizo y ojos cafés, o en su defecto, cabello castaño y ojos verdes. Las nauseas me despertaron cinco minutos antes de que el despertador sonara. Al menos no fueron tan fuertes como otras veces, tome una ducha después de la cual no pude evitar más tiempo del necesario frente al espejo. Era estupido, pero esperaba verme algo de pancita, obviamente no era así, pues si mis cálculos no están tan errados, debía tener a lo más uno o dos meses.

Luego me vesti, prepare el desayuno y desperté a Susan.

Después de que desayunara sus cereales con leche y se lavara los dientes, ambas tómanos nuestros abrigos y nos dirigimos al carro. Me despedí con un beso y con abrazo en las puertas del colegio. Me dirigí al centro, rumbo a la consulta. Como llegue puntual no tuve que esperar mucho para que me atendieran.

La doctora me pidió algunas muestras para realizar unos estudios rápidos, me dijo que volviera en unas dos horas para obtener los resultados. Como aun era muy temprano decidí dar una vuelta por el parque, aunque el invierno se nos acercaba con pasos agigantados aun se podían apreciar algunas hojas de color en las copas de los árboles, estuve tanto tiempo observando la naturaleza que cuando fui a consultar la hora me di cuenta de que ya era tiempo de recoger los resultados de los exámenes.

Entre en la consulta sintiéndome presa de los nervios nuevamente. Que tal y el test había arrojado un falso positivo, ¿Cómo me sentiría al enfrentar la decepción? Había pasado toda la noche imaginando como se sentiría tener entre mis brazos al hijo mío y de Edward. No podía ser mentira. Se senté frente al escritorio, tras él la doctora leí el informe. ¿Por qué demoraba tanto? ¿O era acaso yo la que creía que el tiempo pasaba tan lento? Parecía que no iba a acabar nunca.

Deslizo la hoja hasta apoyarla en el escritorio de roble, luego se arreglo la montura de las gafas. ¿Por qué tenía que hacerlo justo ahora?. La mire con impaciencia y ella esbozo una sonrisa.

-Felicidades señorita Swan…esta usted embarazada.- me dijo. Aquella frase me supo a gloria.

-¿Cuánto tengo?.- pregunté

-Ocho semanas…- me informo.- ahora debemos hablar un poco de los cuidados que debe tener en su estado.- yo asentí.

Estaba tan emocionada que me era difícil concentrarme en cualquier cosa que no fuera la inmensa felicidad que sentía en estos momentos, pero me obligue a concentrarme en todas las indicaciones que me daba la doctora, después de todo eran por el bien del bebé.

Mi bebé, fruto del amor que nos profesábamos Edward y yo.

Salí de la consulta radiante de felicidad y con un frasco de vitaminas, una hoja de indicaciones y una orden para una ecografía dentro de unas semanas. Llegué hasta mi carro, no sabía si era muy temprano o no para darle la noticia a Edward, me debatí entre hacerlo ahora o preparar algo especial y decírselo durante una cena o algo por el estilo, también podría esperar unos días y decírselo para nuestro nuevo aniversario, pero sentía que debía decírselo o la felicidad me haría explotar, aunque claro no literalmente.

Finalmente me decidí por ir de inmediato a su departamento y contarle que seríamos padres, no sin antes detenerme en mi pastelería favorita y comprar una gran tarta de duraznos para celebrar. Aunque al llegar allí, mi bebé cambio de planes y termine comprando una tarta de frambuesas y un par de galletas de chocolate para el camino.

Conduje con calma, tomando el doble de cuidado habitual, por lo que me demore más de lo normal en llegar al edificio. Me tomaba todo de manera más lenta y calmada ahora que iba a ser madre.

Madre. Iba a ser madre…

Susan me había comenzado a llamar “mami” desde hacía poco y aun se me hacía raro pensar en mí de esa manera, ahora se me hacía más fantástico al pensar que una pequeña parte de mí y Edward estaba creciendo en mi interior.

Después de haber estado tantos años sola junto a mi sobrina de pronto iba a tener una familia mucho más numerosa, tenía un hombre a mi lado que me amaba más que a todo al igual que yo a él y un hijo o hija en camino. Mis mejores amigas también iban a ser madres, por que lo que me había ganado de paso dos sobrinos. Parecía que todo estaba cambiando para mejor y las cosas estaban tomando su lugar.

Cuando entre en la recepción del edificio incluso me debatí entre usar o las escaleras o el ascensor, era una aptitud ridícula, pero por algún extraño motivo necesitaba sentir seguridad. No quería que nada malo le pasara a mi bebé. Además, teniendo en cuanta lo propensa que era a sufrir accidentes era de lo más sensato que me tomara el doble o incluso triple de cuidado en todo lo que hacía. Después de todo era una mujer embarazada.

Decidí finalmente que era seguro tomar el ascensor, en cuanto este llego me monté en el y presione el botón que indicaba el piso de Edward. Ahora no me molestaba la lentitud, por mi todo fuera en cámara lenta para disfrutar cada instante.

Demore unos instantes frente a la puerta, rebuscando en mi cartera la copia de las llaves que me había dado Edward, finalmente las encontré debajo de un paquete de golosinas que me había pasado Susan hacía unos días. Gire la llave en la cerradura.

Todo estaba en silencio, por lo que supuse que mi novio seguía aun dormido, sonreí para mí, eso facilitaba la sorpresa. No me gustaban las sorpresas cuando estas me tenían de blanco a mi, cuando era otro el sorprendido esto cambiaba. Me dirigí a la cocina con pasos lentos y cuidadosos, no fuera a ser que me tropezara con la alfombra o algo por el estilo.

El paquete con la tarta que sostenía entre mis manos se precipitó al piso.

Frente a la cocina estaba Tanya, ella no había notado mi presencia hasta que sintió el estruendo que realizo el paquete al caer, llevaba puesta solo una camisa. Una camisa de Edward.

Sentí como mi corazón se comprimía, y luego se rompía en miles de nimios pedazos dentro de mi pecho. Las lágrimas no demoraron en comenzar a caer por mi rostro a la vez que me llevaba una mano al vientre, intentando proteger a mi bebé de algo desconocido.

-Bella- comenzó a decir Tanya

-¿Tanya, Qué fue ese ruido?.- preguntó aquella voz que me era tan conocida. Él apareció en la cocina, su cabello estaba mojado y solo lo cubría una toalla. El corazón se me precipito al piso.- ¡Bella!.- exclamo sorprendido. Pero no asustado ni nada por el estilo.- ¿Qué te pasa?..- me preguntó procurado, comenzó a acercase a mi.- ¿Bella, amor, Qué sucede?.- dijo tomando mi brazo con suavidad

-¡suéltame!- le grite apartando mi brazo con brusquedad.

Me gire de manera rápida y salí por la puerta rumbo a las escaleras, las baje de manera rápida y precipitada olvidando toda mi cuidado anterior, pero con mi mano derecha aun firmemente sobre mi estomago.

No podía sacar aquellas imágenes de mi mente. No podía dejar de pensar por cuanto tiempo me había estado mintiendo.

Me subí al carro y arranque, no deseaba darle la más mínima oportunidad de seguirme, conduje aun cuando las lágrimas me nublaban la vista de manera constante. Hasta que no divise los aparcaderos del lago no me detuve. Baje del coche y camine hasta el muelle, aquel muelle en el que jugábamos de pequeños.

Me derrumbé y las lágrimas y los sollozos escaparon sin pudor de mí. Me dolía, me dolía el corazón, más bien me dolía el lugar en donde este se encontraba hacía unos minutos, pues se había roto al ver semejante escena.

Él nunca me había querido. Debí haberlo sabido desde un principio, era demasiado irreal para ser verdad. Pero me dolía su engaño. ¿Por qué hacerme daño?. Acune mi vientre con mis manos, ¿Por qué dejar que llegáramos a tanto? ¿Qué le iba a decir a Su? ¿Qué le iba a decir a su hijo? Pues, al final de cuentas yo estaba esperando un hijo de él, el hombre que jugo con mi corazón.

Escuché el sonido de mi celular repicar dentro de mi cartera, pero lo ignore. Siguió tocando por un largo tiempo, mientras yo seguí llorando y aferrandome a lo único que me quedaba, mi pequeña familia rota.

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disculpen lo tarde de la actualización pero me he quedado sin tiempo y encima una nube se instaló e mi y la muy malvada se niega a dejarme ver el sol U.u ... del fic... pfff... mal momento para un cap triste...
cuidense, suspiren y...
Nos leemos en un tris
Bellany G.
**No quiero perderte nunca**

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