martes, 20 de octubre de 2009

Capítulo 24. Su Dolor

† Edward POV

-Mátalo.


Que palabra tan dura había salido de los labios de mi ángel.

Miré a Bella sorprendido, mi mente se había quedado en blanco después de escucharle decir aquello. ¿Había dicho lo que había escuchado? ¿Me había pedido que lo matara? Para ser honesto no tenia que pedírmelo dos veces – pero no parecía ser algo que ella nos pediría. Aunque considerando las circunstancias, desde luego...las horribles cosas que Mike le había hecho…llevarse a un pequeño y hermoso ángel de este mundo. Había destrozado el corazón de mi adorada Bella. Había lastimado a mi familia.

La mente de Rosalie estaba en un estado homicida. No quería nada más que ver como Mike abandonaba la vida lentamente. Sus planes eran siniestros...quería torturarlo lentamente, de las peores formas que había hecho con aquellos hombres que la habían lastimado cuando era humana. Las cosas que les había hecho a ellos, serian juego de niños comparadas con las que planeaba para Mike. No podía culparla. Realmente quería a Allie…
Mi corazón dolía al recordar su nombre. No podía ser posible. Esa dulce pequeña, hacia un par de horas, estaba riendo en mis brazos… ¿Cómo era posible que la vida fuera tan cruel...que la vida hubiese creado a una persona tan cruel y vil como Mike Newton?

La mente de Emmett estaba devastada, evitando cualquier pensamiento distinto del shock. Miraba al suelo con sus ojos bien abiertos, las manos enredadas en su pelo. Nunca le había visto sentirse tan miserable.
¿Cómo es posible? La mente de Emmett estaba llena de dolor. Esa pequeña niña… ¿Cómo pudo hacer eso? ¿Cómo pudo matarla? Era tan inocente...nunca había lastimado a nadie. ¿Por qué? ¿Por qué tuvo que pasar esto?

Los pensamientos de Alice eran similares a los de Emmett solo que se echaba la culpa a sí misma. Se culpaba de no haber visto la muerte de Allie antes…para prevenirla. Yo no era un tonto, sabía que no era su culpa. Alice nunca podría haber visto la decisión de Mike antes de que la tomara imprevistamente. No podía haber hecho nada para prevenirla. Ninguno de nosotros.

-¿Estás segura, Bella?- Mis palabras aun estaban cargadas de dolor. No podía quitar la emoción de mí. No podía culpar a Jasper por irse de aquí antes de que las emociones de todos recayeran en sus hombros. Solo mi dolor hubiera sido suficiente para aplastarlo. Me estaba matando.

-El se la llevó,- La voz de Bella nunca había sonado tan vacía, tan oscura. -La apartó de mi lado.

Sus ojos se volvieron hacia Alice. Las lágrimas caían por sus mejillas, desde sus hermosos ojos. -Dijiste que no importaría ahora ¿Verdad? Nadie le extrañaría. A nadie le importaría ¿Verdad?

-A nadie le va a importar,- Susurró Alice, confirmando sus palabras. La mirada de Bella volvió hacia mí.

-Entonces mátenlo,- Volvió a repetir las palabras. -Se que quieres hacerlo, Edward. Puedo verlo en tus ojos. Te estoy dando permiso. Ve y mátalo.

Sus labios temblaban, las lágrimas caían con más velocidad por sus mejillas. La acerqué más a mí, abrazándola con más fuerza. Tembló contra mí, aun ante el terror de la noche anterior. Le di besos en su cabello mientras mis manos trazaban formas sobre su espalda. -Bella, si crees que hay una posibilidad de que te arrepientas en la mañana--

-No me arrepentiré,- Me cortó. Se apartó un poco para verme a los ojos. Sus orbes marrones no daban otra sensación diferente a la honestidad. -No me arrepentiré. Volverá a lastimar a alguien más, como lo hizo conmigo. Si alguna vez sale de allí, volverá a hacerlo. El sistema estuvo errado al ponernos en esta situación ¿Quién dice que no pueda quedar libre en un par de años?

-Estoy de acuerdo,- Dijo Rosalie. No tenía que decirlo. Sabia a donde se dirigían sus pensamientos, y cualquier cosa que Bella dijera sobre eso, para Rosalie sonaba perfecto. -Lastimó a Bella. Mató a A-Allie…podría volver a hacerlo.

-Le odié todos los días durante cuatro años,- La voz de Bella disminuyó hasta ser un simple susurro. Su mirada se clavó en el suelo. -Me hubiera ido…hubiera sido feliz al verle morir…si no fuera por Allie. Se ha ido. La ha apartado de mí,- Sus palabras se quebraron con un angustioso sollozo, -No debería vivir. No cuando ella no puede hacerlo.

Tomé sus manos entre las mías, llevándome sus dedos a mis labios, besando cada uno. Luego bajé mi rostro para besar sus labios.
Me aparté, pasando un dedo desde su pómulo hasta la línea de su mandíbula. La miré dulcemente, -Como desees.

Me volteé hacia los demás, -¿Quien viene?

-Yo voy.- Dijo Rosalie inmediatamente.

-Obviamente,- Sonreí, -Ya lo sabía. Estaba preguntándole a los demás.

-Yo,- Dijo Emmett, su voz sonaba con más fuerza ahora. Se puso de pie, estirando los músculos de sus brazos, -Aunque seguramente tendré que hacer poco, ya que planeas hacer que dure lo más posible…si tengo la oportunidad le arrancare la cabeza a ese insecto.

-Yo voy.- Dijo Alice bailando hacia mi lado, -Después de todos los escenarios que he visto en tu cabeza, se cual será el mejor.

-Yo voy.- Alcé mi rostro, viéndole con sorpresa.

-¿Jasper?

-Sí,- Sonrió avergonzadamente, -Lamento no haber estado aquí antes. Es duro.- Asentí. Sabía que todo esto era demasiado duro para él, aun ahora. -Pero quiero llevar el miedo de Mike al límite.

-Yo me quedare con Bella,- Dijo Esme, moviendo un brazo alrededor de los hombros de Bella. Me preguntaba si Bella querría venir…pero no se lo permitiría. No había nada que necesitara ver, no importaba cuanto deseara la muerte de Mike.

-¿Podemos irnos?- Preguntó Rosalie. Alice cerró sus ojos por unos instantes.

-A decir verdad, ahora sería perfecto. Solo hay un policía allí cuidándolo, y no es Charlie. Podemos planear un falso crimen lejos de allí...para que podamos estar a solas con él…

-O golpear al guardia.- Rió Emmett.

-No,- Alice sacudió su cabeza, -Será más fácil sacarlo de allí. Algo drástico...algún ataque en un oscuro callejón o algo por el estilo.

-Entonces vámonos,- Hablé volteándome hacia Bella por unos instantes. No podía hablarle, mi cabeza estaba llena de ira y de pensamientos morbosos. Estaba listo para ponerle un fin a la vida de Mike, como tendría que haberlo hecho antes. Le sonreí, y por unos instantes, una pequeña sonrisa se formo en sus labios. Y luego nada. Había sido robada por el hombre que se había llevado a Allie lejos de nosotros.

Corrimos en silencio, aunque cada uno planeaba en su mente distintas formas de matarlo. Exceptuando a Alice quien iba observando los diferentes escenarios con su don.

Podemos romperle los dedos, uno a uno, Comenzó Rosalie, demasiado inocente, dejémosle sentir un poco de dolor por empezar…nada que pueda romper su piel y provocarnos. Un momento…provocarnos…

Su cabeza tomó un giro que no me esperaba. Podemos morderle. Casi me tropecé al escuchar esto. Mis ojos se volvieron hacia ella. Puede sentir lo que es pasar por ese dolor. Pase por tanto cuando…cuando esos hombres…sacudieron su cabeza, aclarando sus ideas. Y aun así, ese dolor no se compraba en nada al que sentí cuando me transformaba. Es el peor dolor que podemos darle.

Me gusta. Alice accedió al plan de Rosalie silenciosamente en su mente. Eso le está causando más dolor que ninguno otro que hubiéramos planeado antes. Podemos morderle y dejarle sufrir antes de matarlo...

-¿Hablas enserio?- Grité, disminuyendo la velocidad, ya casi estábamos llegando. -¿Realmente planeas transformarlo?
Rosalie me miró sin expresión alguna en su rostro, -Si.

-Es una locura,- Sacudí mi cabeza, -¿Qué tal si algo sale mal?

-Nada saldrá mal,- Respondió Alice, tocándose la sien con énfasis.

-Edward,- Dijo Rosalie suavemente, -¿Puedes recordar algún dolor peor que ese?

-Sí, si puedo,- Lancé, -Cuando dejé a Bella. Y todo lo que le sucedió después, a ella, a Allie, a todos nosotros en los últimos días.

-Dolor físico.

-Yo...- Suspiré, mi mirada se volvió hacia la estación de policías, -No.

-Si vamos a lastimarle, tendremos que hacerlo completo,- Dijo Rosalie sacando el teléfono celular. Marco un numero y lo llevó a su oído. -¡Hola! ¡Hola!- Su voz sonaba espantada. -¡Por favor, por favor! ¡Tiene que enviar ayuda! ¡OH, Dios! Le han disparado...estamos en…OH no puedo leer el letrero…pasamos…pasamos…

Tartamudeó, su voz sonaba aterrorizada y desesperada en busca del nombre de algún callejón alejado de la estación de policía. Cerró el teléfono y unos instantes después un oficial salió de la estación y de un salto se metía al vehículo. Las luces y la sirena se alejaron,

-Vamos,- La voz de Emmett sonaba ansiosa.

El plan de hacerle experimentar a Mike el dolor de la transformación era cruel, tenía que admitirlo. No podía pensar en una forma más agónica de sufrir...al menos para Mike.

-¿Tan pronto de vuelta?- La voz de Mike resonó desde las celdas. -Supongo que la perra no tenía ningún problema después de todo.

-Así que ¿Así es como tratas a todas las mujeres?- Habló Rosalie. Mike saltó de su cama, con sus ojos abiertos ante la sorpresa.

-¿Qué diablos estás haciendo acá?- Su voz sonaba rabiosa. Aun no nos había visto y aparentemente Rosalie no le suponía ninguna amenaza. Que equivocado estaba.

-Estoy aquí para hacerte sentir en el infierno, Mike,- El tono de voz de Rosalie era tranquilo mientras caminaba hacia la celda. Su mano recorría la superficie del escritorio, tomando las llaves de la celda de Mike. Se hizo con la llave correcta mientras le sonreía a Mike, -Va a ser divertido. Vas a adorarlo.

Rosalie sonrió. Una oscura y siniestra sonrisa. Mike no estaba impresionado. -Entonces abre la jaula, muñeca,- Dijo con una sonrisa en sus labios. Mi mano voló hacia los labios de Emmett para mitigar su gruñido. Rosalie aun no quería que Mike nos viera. -Veremos quién le hace sentir el infierno a quien.

Rosalie levantó las llaves hasta la puerta, metiéndolas en la cerradura. Mike estaba parado en la puerta, sus manos cerradas en torno a las barras de metal, esperando a que ella abriera la puerta. Rosalie se tomo su tiempo, jugando con las llaves antes de girarlas por completo. Se escuchó un pesado y fuerte clic y la puerta se abrió violentamente de un golpe.
Mike, obviamente, había querido golpear a Rosalie con la puerta, empujando con todas sus fuerzas las barras de metal. Pero ella había sido más rápida. Rápidamente la detuvo cuando voló hacia ella. Mike corrió hacia ella. En un simple y ágil movimiento, Rosalie golpeó a Mike en el pecho y salió volando de vuelta a su celda. Se golpeó contra la pared, quedándose sin aire en los pulmones debido al golpe.

-¿Cómo?- Tosió, dejándose resbalar por la pared hacia el suelo.

-En realidad es muy simple, Mike,- Susurró Rosalie, entrando lentamente a la celda. -Soy un vampiro. Como también lo son...- Le hice una seña a los otros y entramos a la celda, -Alice, Emmett, Jasper…y Edward.

-¿Un vampiro?- Mike se mofó, -Es la cosa más estúpida que oí.

-¿Lo es?- Habló Emmett. Los ojos de Mike volaron hacia él, -¿De verdad lo es?- Emmett estaba a un lado de Mike ahora, se había movido en el mismo momento en que Mike pestañeaba. Los ojos de Mike se desorbitaron y se retorció hacia un lado, gritando aterrorizadamente.

¿Ahora Edward? Pregunto Jasper. Yo Asentí.

El envió una ola de terror hacia Mike y fue obvio cuando le golpeó. Los ojos de Mike parecían salirse de su cráneo, su cuerpo temblaba ante el miedo. Su respiración se había vuelto más desesperada y me preguntaba cómo era posible que no se desmayara, -¿Cómo?- Respiró rápidamente otra vez, -¿Cómo es que ustedes...?

-Ya te lo dije,- Hablé suavemente, -¿O no le estabas escuchando? ¿Ayudará en algo…- Me moví lentamente hacia él, arrodillándose hasta estar a la altura de sus ojos. Nuevamente grito ante mi repentino movimiento, -…si hacemos algo para que recuerdes?

Tomé su única mano sana entre la mía, la otra aun tenia la muñeca doblada y quebrada por nuestro anterior encuentro. Trató de zafarse, pero le sostenía fuertemente. -Que tal esto,- Murmuré, mis dedos se apretaron alrededor de uno de los suyos. Sostuve el resto de su mano por su muñeca, -Cada vez que te digamos algo, romperemos un hueso de tu cuerpo. Cada vez que tengamos que repetirte algo, romperemos dos.

-Entonces ¿Cómo va la cuenta hasta ahora, Edward?- Preguntó Emmett, mirando a Mike.

-¿Alice?- Hablé, mis ojos jamás abandonaron los de Mike.

-¡Tres!- Aplaudió.

-Entonces serán tres,- Sonreí a Mike, girando su dedo lentamente hasta que oí un sonoro crack.

-¡OH Dios!- Gritó Mike, su cabeza caía hacia atrás agónicamente mientras se retorcía en el suelo. Mis dedos se movieron hacia el siguiente dedo de su mano, -¡No, no! ¡Por favor, no! ¡Te creo! ¡Lo juro!

Otro crack. Otro grito.

-¡Por favor, basta!- Volvió a retorcerse en el suelo, aun gimiendo del dolor. Doblé el tercer dedo escuchando como se rompía. Lo solté y él se llevó su mano herida contra su pecho, sollozando incontrolablemente. -Por favor, detente. Por favor, por favor.

-¿Por qué?- Gruñí, -¿Te detuviste cuando Bella te lo pidió?- Sus ojos volvieron hacia mi llenos de miedo y dolor, -¿Te detuviste cuando Allie gritaba por su vida?

-¡Lo siento!- Gritó agitadamente, -Hice mal. ¡Lo siento!

-No estás ni cerca de sentirlo como lo harás en breve.- Lanzó Rosalie, apoyándose también sobre sus rodillas. Tomó su otro brazo y se giró hacia mí, -¿Algún hueso?

-No veo por qué no.- Sonreí.

-Mike, nunca debiste de haber lastimado a Bella,- Comenzó Rosalie tomando su muñeca y codo. Hizo poco uso de su fuerza, pero obviamente, rompió el antebrazo de Mike. Si antes sus gritos eran tremendos y cargados de sufrimiento, no eran nada comparados con lo que se percibían ahora.

Jasper gritó a mis espaldas, cayéndose contra las barras de metal de la celda. Sus ojos estaban dilatados debido al dolor que estaba sintiendo, -¡Jasper!- Alice corrió hacia él, tratando desesperadamente de tranquilizarlo. -Vamos, será mejor que nos vallamos.

Alice me dio una mirada de disculpa y cargó a Jasper fuera de la habitación. Aunque me sentí mal por el sufrimiento de mi hermano, sentía una enfermiza alegría por lo que le estacamos haciendo a Mike.

-Nunca debiste haber lastimado a Allie.- Continuó Rosalie. Rompió su otro antebrazo y Mike aulló, rogando desesperadamente que se detuviera.

-¡Hice mal! Lo se... ¡Lo siento!- Mike gritó respirando tratando de alejarse desesperadamente de Rosalie. -por favor, por favor, por favor, POR FAVOR.

-Aun no he tenido mi oportunidad, Mike.- Habló Emmett entre sus gritos. Rosalie se hizo a un lado, dejándole lugar a Emmett, quien observó el cuerpo de Mike en busca del mejor lugar para dejar su marca.

-¡Por favor, no hagan esto!- Rogó Mike, el miedo en sus ojos era más intenso que antes. -Por favor, por favor.-

-¡Hey no es justo! No han dejado nada entero en sus manos...tendré que romper sus pies,- Emmett agarró el pie izquierdo de Mike entre sus manos. Sus ojos se achicaron. -No debiste habernos lastimado.- Habló Emmett. Le sonrió cruelmente a Mike contrayendo su mano, aplastándole el pie.

-Por favor, haré lo que sea,- Gritó Mike, tratando de zafarse de las manos de Emmett, -¡Solo díganme y lo haré!

-Quiero a Allie devuelta.- Susurré.

Mike me miró sorprendido. No había forma de que pudiera concederme eso.

-Eres un demonio, Mike,- Rosalie susurró, acercándose lentamente hacia él, -Eres un hombre sin corazón. Ahora te enseñaremos como se siente perder el corazón. Vamos a hacer que el tuyo se detenga.-

-¡Por favor! ¡No me maten!- Sus ruegos daban lastima. -¡Por favor!

-OH, no vamos a matarte, no aun,- Susurró Rosalie, -Cuando lo hagamos, será porque tu nos ruegues por ello.

Sus labios descendieron hacia el brazo de Mike, dejando su marca. Se apartó rápidamente, ansiosa por ver la expresión en su rostro. Mike la miro con sus ojos bien abiertos ante la confusión, cuestionándose que era lo que acababa de hacerle. Entonces le golpeó.
¡Fuego! Su mente gritó. ¡Fuego! ¡Pusieron fuego dentro de mí! ¡Sáquenlo! ¡Sáquenlo!

Obviamente, Mike no podía decir ninguna de estas palabras debido al dolor que lo consumía. Si cuerpo se dobló ante el dolor. Se retorcía en el suelo, su rostro torcido en una mueca de agonía, y sus ojos bien abiertos, aterrorizados. Los gritos que profería se hacían eco en la celda. Mike se arrastraba por el suelo, en busca de algo, cualquier cosa que detuviera su tortura.

¿Qué es esto? ¿Qué hicieron? ¡Rompan mi brazo! OH, rompan mi pierna… ¡Todo menos esto ¡Cualquier cosa! ¡LO QUE SEA!

Sus manos volaron hacia su cabeza, amarrándose y arrancándose sus cabellos mientras se retorcía en el suelo. Movió su mano rota entre el dolor, haciendo que sus gritos y agonía se multiplicasen. Se veía peor de lo que nosotros lo habíamos sufrido. Desesperadamente rogaba que asiera fuera.

-¡MÁTENME!- Gritó Mike, habiendo finalmente encontrado la fuerza suficiente entre el dolor para poder formar palabras. Emmett se adelantó, pero mi mano se alzó para detenerlo. Mike tendría que esperar un poco más, rogar más que eso.

El cuerpo de Mike se sacudía violentamente, las lágrimas salían de sus ojos mientras se retorcía. Seguía tomando grandes bocanadas de aire cuando podía, tratando desesperadamente de encontrar la fuerza suficiente para gritar por su muerte una vez más. Sus manos se revolvieron en el suelo, buscando nada. Finalmente, luego de unas cuantas tomas de aire, gritó las palabras -¡MÁTENME!

-Debes decir tres veces la palabra mágica, Mike- Susurré, mi voz sonaba mortífera y aterciopelada.

Mike me miro con sus ojos llenos de agonía, sus labios se movían para hablar la palabra que se rehusaba a salir entre sus gritos. Las lágrimas caían de sus ojos, nublando su visión, nublándonos a nosotros, la última cosa que vería. Respiró profundamente y dio un respingo, rodando hacia un lado mientras trataba de gritar la palabra que terminaría con su dolor. Yo estaba más desesperado por oírla que el por decirla.

-¡MÁTENME!- Gritó una última vez. Las palabras desaparecieron entre más sollozos.

Más gritos.

-Con gusto,- Hablé. Alcé mi mano, cerrándola en un firme puño, descargándolo con todas mis fuerzas sobre su pecho. Sentí el crujir de sus costillas debajo de mi mano y su corazón aplastarse y detenerse rápidamente. Los forcejeos de Mike cesaron instantáneamente, sus brazos cayeron pesadamente, sin vida, al suelo. Sus gritos desaparecieron.

-Te merecías algo peor,- Murmuré sobre el cuerpo de Mike, parado a un lado de Rosalie y de Emmett.

-Hiciste lo correcto, Edward.- Dijo Emmett, dándome una suave palmada en la espalda.

-Por ella,- Me di vuelta, saliendo de la celda, -Todo fue por ella.

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Bellany G.
**La vida a tu lado, por fin es vida**

VENTANA AL AMOR

Capítulo Diecisiete

Bella POV

Algún ente de tipo omnipotente estaba en mi contra…esa era mi única conclusión posible…si no, ¿Cómo se podía explicar que quedara tan solo un día para la boda de Alice? ¿Por qué el tiempo volaba cuando lo único que querías era que se congelara?.

El ultimo mes había estado un tanto ¿movido?. Ese era sin duda un buen adjetivo para calificar los sucesos que habían pasado.

Alice me había estado arrastrando de un lado para otro con los “últimos”- desde el primer día eran los “últimos”- preparativos de la boda, ya que Rosalie, mi adorada amiga, nótese el sarcasmo, se había escusado por su embarazo, aceptable…

Excepto cuando me dejan a merced del pequeño demonio de cabellos negros las ¡24 horas del día, 7 días a la semana!. No quería saber de una boda en mi vida, y todavía faltaba organizar otra. ¿Cómo iba a sobrevivir?.

Estaba avanzando a velocidad vertiginosa mi ultimo libro, si antes no dormía ahora era peor. El insomnio se había convertido en mi invitado de piedra de todas las noches.

A Su se le había caído uno de sus primeros dientes de leche.

-¿va a venir el “hada de los dientes”?.- preguntó cuando la estaba arropando para dormir esa noche (n/a: hada de los dientes, ratoncito de los dientes, ratón Perez...o como le digan en su país)

-Si, pero debes dormirte primero…

-¡Pero yo quiero verla!- protestó.

-Pero si no te duermes no va a venir.- Su hizo un mohín cruzándose de brazos.- Su.- la regañe.- por favor…es hora de dormir…te prometo que voy a intentar verla por ti ¿esta bien?...

-No sé…- la miré.- oh, ta bien…- dijo hundiéndose en la cama

-Buena niña…que tengas lindos sueños.- dije besándola en la mejilla.

Como no había podido ver al “hada de los dientes” esa vez se le metió en la cabeza que encontraría el modo, pero para eso necesitaba un diente. Tuve que distanciar nuestras visitas a la casa Cullen, por que cada vez que íbamos encontraba la manera de jugar con Emmett unos juegos demasiado bruscos para mi gusto, mi sobrina era demasiado testaruda.

Y que Edward, el sujeto de mis desdichas estuviera allí no tenía nada que ver. En absoluto. Lo juro.

Se me acababa el tiempo…pero estaba demasiado atareada.

Así que era de lo más comprensible que cierto “asunto” hubiera sido aplazado…¿un millón de veces?

Rose ya estaba en su tercer mes de embarazo y su pequeña pancita ya se estaba dejando notar, por lo que hubo que hacer unos arreglos al vestido. Todos estaban felices con lo del embarazo, Emmett se había puesto más protector que de costumbre y los viajes de compras con Alice habían aumentado, un bebé y dos bodas…le duendecilla estaba extasiada ante la perspectiva de tantas compras, además en unas semanas era el cumpleaños de Su, y ella había prometido estar de vuelta para organizarlo después de su “Luna de miel”. A veces me preguntaba por que en vez de diseñadora no había sido productora de eventos, su amor por ellos era tan grande como su amor por la moda.

-¿Cómo me veo?.- preguntó – Alice, quien estaba teniendo la ultima prueba de su vestido

-Preciosa…- respondió Rose

-¿seguras? ¿no creen que…

-Tranquila Alice…todo va a salir bien…- le dije

-¿tú crees?.-asentí- pero…y ¿si se me olvido algo?...

-No sé te olvido nada…todo esta en orden…- la calme, pero no había caso. Alice estaba totalmente nerviosa, pero no era la única…mañana era la boda. Y eso implicaba para mi mucho más que estar al lado de mi mejor amiga con un ramo de flores mientras hacía de dama de honor, significaba mucho más…

Volvimos a repasar y confirmar todo otra vez, solo para que Alice se tranquilizara, pero eso era una labor estéril. Aunque me imaginaba como se sentía ¡no todos los días te casas!.

Esa noche por pedido de Alice, Susan y yo, al igual que Rose nos íbamos a quedar en casa de los Cullen. Alice no quería perder de vista a nadie. Estaba obsesionada con que todo estuviera perfecto. Con lo que no contaba era con que él también estuviera allí.

-¡Tío Edward!.- gritó Su yendo a su encuentro, Edward la tomo en brazos.

-Su, tanto tiempo…¿Cómo estas?.

-Bien…se me cayó un diente…- dijo dedicándole una sonrisa, uno de sus dientes frontales faltaba

-Ya veo…¿te dolió?.- ella negó con la cabeza.

-Edward…necesito que tú y Emmett suban ¡ahora!.- gritó Alice desde el alto de las escaleras. Edward suspiro. Empezaba la tortura o como dice Alice: prueba de traje.

Luego de pasar la tarde re confirmando todas las cosas de la boda como por enésima vez- como si no lo hubiéramos hecho ya-, al fin tuvimos un respiro para cenar y solo por que Esme se lo rogó a Alice. La duendecillo estaba de los nervios.

-Allie creo que lo mejor es que te tomes un té de tila e intentes dormir.- le sugirió Rose

-Pero…- comenzó Alice

-…además si no duermes te saldrán unas horribles ojeras.- siguió Rose-…y no quieres ser una novia con ojeras ¿cierto?.

-Oh.- sofoco un grito.- tienes razón…¡me voy a dormir! Y ustedes chicas deberían hacer lo mismo…- dijo corriendo a su cuarto- ¡buenas noches chicas!- gritó a la distancia

-Rosalie Hale futura de Cullen…¡¡eres mi idola!!.- dije abrazándola.- ya me veía soportando el colapso nervioso de Alice otra vez…

-Si, esta demasiado nerviosa…me hace pensar en como estaré yo para mi boda…

-¿no vas a empezar desde ahora? Eso le hace mal al bebé…

-Tienes razón.- dijo ahogando un bostezo

-Tú también deberías ir a dormir.- sugerí.- mañana va a ser un día muy largo.

-Tienes razón, y tú también deberías…

-Si, pero prefiero tomar una ducha primero…

-Ok, buenas noches Bella…

-Buenas noches…

Me dirigí al baño del pasillo, abrí el grifo del agua caliente, no me metí a la ducha hasta que hubo suficiente vapor. El agua caliente relajo mis tensionados músculos, mañana era la boda de Alice…mañana terminaba mi auto impuesto plazo. Suspiré. No podía echarme atrás. ¿Qué era lo peor que me podía llegar a pasar?.

Tal vez si él no sentía lo mismo, ignoraría lo que le dije y haría como si “nada hubiera pasado” al igual que con los besos, sentí arder mis labios al recordarlos. Frustración, pero después de todo…que eso pasara si la situación no era como lo deseaba, era lo mejor.

Se fuerte Bella, se fuerte…

Enrolle mi cuerpo en una de las mullidas toallas y abrí la cortina de la ducha, al mismo tiempo que se abría la puerta del baño ¿acaso no la había cerrado?. Me paralice en el acto.

De todas las personas que se encontraban pernoctando esa noche en la casa ¿Tenía que ser él?.

Mi corazón latió desbocado, Edward estaba parado frente a mí, se despeinaba el cabello de manera nerviosa, sin apartar la mirada de mí. Inconscientemente lo recorrí con la mirada; la camisa abierta de su pijama dejaba a la vista su perfecto pecho, blanco y más musculoso de lo que había pensado, se me subió el rubor a las mejillas, a la vez que me comenzaba a faltar el aire y dar vueltas la cabeza; no sabía si a causa de él o del vapor que había en el baño.

-yo…este…lo…- comenzó a farfullar una disculpa de manera nerviosa, puede notar que él también se había sonrojado y después…

…todo se vino a negro…


Edward POV

No podía dormir, lo cual no dejaba de extrañarme. Usualmente no tenía problemas para conciliar el sueño, pero creo que el hecho de que Bella estuviera durmiendo en un cuarto a escasos metros del mío no ayudaba a que mi mente estuviera en blanco. Si no todo lo contrario.

Había sido un día agotador, no sabía que mi hermana estuviera tan nerviosa por su boda, pero de seguro el día de mañana iba a ser incluso peor.

Me levante de un salto de la cama y fui hasta el baño, tal vez si me despejaría un poco la mente ¿o tal vez no?. Escuche el agua correr, pero lo atribuí a que alguien la había dejado abierta, con todo el ajetreo era lo más probable.

No esperaba lo que había adentro. Abrí la puerta, el baño estaba completamente inundado de vapor…no debía estar allí, pero me quede petrificado.

Bella acababa de salir de la ducha, estaba cubierta tan solo por una toalla, no pude apartar la mirada de ella, eso la hizo sonrojar. Extrañamente ella me sometió al mismo escrutinio y un calor subió por mis mejillas.

Su cabello mojado se pegaba a la húmeda piel que dejaba la toalla al descubierto, mi respiración de pronto se convirtió en un jadeo.

-yo…este…lo…- comencé a decir en un intento de disculpa, intentando que no notara el cambio operado en mi voz y que nada tenía que ver con el vapor.

Bella comenzó a perder el equilibrio a la vez que sus ojos se cerraban, avance de manera rápida y logre sostenerla entre mis brazos antes de que cayera al piso. Tener su piel desnuda contra mis dedos hizo que una corriente eléctrica corriera por mi cuerpo, algo que nunca había sentido; la acomode en mis brazos para sacarla de ahí, al parecer el vapor no la dejaba respirar. Salí del cuarto de baño hasta mi habitación que era la que quedaba más cerca, Bella seguía sin respirar.

-¿Bella? ¿Bella?.- la llamé, pero ella no reaccionaba.- ¿Bella?.- insistí.

Debía haber algo que pudiera hacer, una idea cruzó mi mente, pero no estaba muy seguro; pero después de todo esto no tenía nada que ver con lo que yo sintiera. Bella se estaba quedando sin aire. Me incline sobre ella y le di respiración boca a boca.

Para lo que no estaba preparado era para su reacción.

Sentí como poco a poco Bella comenzaba a respirar y su dulce aliento se mezclaba con el mío en nuestras bocas. Debía haber cortado en ese momento, pero me era imposible.

Vamos Edward, aléjate…aléjate.

Contra mis deseos me aparte de Bella, ella aun respiraba con dificultad. Abrió los ojos y recorrió la estancia con rostro confuso.

-¿Qué paso?.- preguntó medio incorporándose, se agarro la toalla con fuerza

-Te desmayaste…

-Ah…gracias ¿creo?...

-No hay de que…- dije apartando la mirada de ella, no sería muy apropiado mirarla cuando ella iba así.

-Este…me voy a mi habitación…gracias…- dijo incorporándose de manera rápida. Se tambaleó pero alcancé a sostenerla. Quedamos demasiado cerca el uno del otro.

Bella volvió a sonrojarse, tal vez se debía a que mis manos la aferraban fuertemente de la cintura, tal vez a lo incomoda de la situación…tal vez debía alejarme de ella lo más pronto posible.

-este…gracias otra vez…- la suave fragancia de su aliento me golpeó en el rostro

-no hay de que…- repetí. La libere con cuidado. Ella se fue a su habitación.

Caí de espaldas a la cama dando un largo suspiro, mezcla de alivio y frustración. Debía hacer algo.

Tal vez Jasper tenía razón. Había tenido que recurrir a él, solo para que me dijera lo que intentaba negar con todas mis fuerzas.

-no puedes seguir ignorando lo que sientes, y no te estoy hablando como psicólogo. Lo hago como tu amigo…- me dijo

-estas diciéndome que tengo que arriesgarme.- él asintió

-por Dios Edward, ya eres un hombre…como vas a comportarte como un adolescente temeroso…- me encogí de hombros. Ni siquiera yo entendía mi actitud.

-Tienes razón…- el concedí.

Y esta noche, hace apenas unos segundos había tenido mi oportunidad perfecta…

Y la había tirado por la borda.


Alice POV

Nervios, nervios y más nervios…era de día…

Era el día. Mi gran día.

-buenos días Bella durmiente.- corearon mis amigas y mamá.- es el gran día…

Casi di un salto de la emoción. Hoy por fin era el día de mi boda.

Desayunamos todos juntos, después de eso mande a mis hermanos y papá hasta el departamento de Jasper, ellos se prepararían allá. Mamá y las chicas nos habíamos adueñado de la casa.

-¿a que hora iba a llegar la estilista?.- pregunté nerviosa. Los nervios eran la palabra del día.

-A las dos…¡cálmate Alice!.- me pidió Bella.- todo va a salir bien…

-¿segura?...

-Claro que si, hija…- dijo mamá poniéndome sus manos en los hombros.- por que no vas a tomar una ducha y te relajas…

-Si, eso…si…- dije saltando hacia el baño.

Ok, lo admito…me moría de los nervios. Pero es que no todos los días te casas con el hombre de tu vida. Me duche, intente relajarme…pero no lo logre mucho que digamos.

Mamá y las chicas fueron las primeras en cambiarse, mientras a mi me peinaban.

La estilista rizo todo mi cabello y engancho pequeñas flores de color plateado por todos mis cabellos. Luego me maquillaron de manera suave.

-¡Alice, te ves preciosa!.- dijo mi madre emocionada. Se seco de manera rápida una lágrima.

-¿de verdad?.

-Eres la novia más linda que he visto en mi vida. ¡no puedo creer que mi bebé vaya a casarse!...- dijo abrazándome con cuidado.

-Te ves hermosa amiga…- dijo Rose, las lagrimas mezcla de la emoción y las hormonas del embarazo, cruzaban su rostro de porcelana.

-Vamos, Rose…Ma… no lloren…- les dije.

Bella entro en ese momento a la habitación venía de haber cambiado a Su. Sin duda hice una buena elección con los colores de los vestidos de mis damas de honor, el azul le quedaba perfecto a mi amiga.

-Alice…te ves maravillosa…- dijo con emoción contenida.

-Tía Allie, pareces una princesa…- me dijo Su. No se porque pero a mi también me entraron ganas de llorar.

-Será mejor que nos apresuremos…no quiero hacer esperar a mi futuro marido…- dije

-Allie la novia siempre tiene que hacerse esperar…- me recordó Bella

-Si, pero ¡¡no aguanto más!! ¡¡quiero ver a Jazz!!...

-Tranquila Allie, ya vamos…aun nos queda tiempo…- me dijo mi madre.

La Iglesia estaba decorada con flores rosas blancas entrelazadas con finas tiras de satén plateado opaco. Sentía los nervios a flor de piel, y mariposas en el estomago como la primera vez que vi a mi Jasper. Él debía estar adentro, seguramente igual de nervioso que yo. Afuera de la Iglesia nos esperaban papá y mis hermanos. Mamá ingreso a la Iglesia primero, nosotros lo haríamos después.

- bueno…Rose, tú entras primero con Em…y después tú Edward entras con Bella…luego viene Su con las flores y después yo con papá ¿alguna duda?...- dije dando las ultimas instrucciones. Bella se había sonrojado. Había olvidado mencionarle quien sería su acompañante. Pero después de todo un empujoncito no les venía nada de mal.

Se comenzó a escuchar la marcha nupcial desde el interior y Emmett y Rosalie entraron primero, a mi amiga ya se le asomaba algo de su pequeña barriga, dándole una imagen en extremo tierna. Luego Edward tomó del brazo a Bella, ¡hacían una pareja tan linda!, si me permitía decirlo. Papá me tomó del brazo.

-te ves preciosa, mi niña…- dijo emocionado.- no puedo creer que te voy a llevar al altar…te quiero, hija…

-yo también papá…- le dije y comenzamos a avanzar rumbo al altar.

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Bellany G.
**Sin tì mi vida ya no tendría sentido**

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