Capítulo 22. SI NO CREES EN MI, PUEDES IRTE…
Sentí dos brazos fuertes que me sacaron del agua y oí voces y gritos, como de una pelea. Fui envuelta por algo tibio. Me acurruqué contra el que me cargaba, el olor no era el que anhelaba pero me tranquilizó, al menos era familiar. Estaba a salvo.
Desperté atontada, estaba ardiendo, sentí una punzada en mi cabeza, pude ver a Alice moviéndose con gracia por la habitación.
-Bella- la voz de Jake venía del otro lado.
-Edward- fue lo único que pude pronunciar.
-Descansa Bella si el idiota no aparece yo mismo saldré a buscarlo-Jake parecía muy molesto.
-¿Dónde está Edward?- le pregunté a mi amiga.
-No lo sabemos Bella. Duerme.
Cerré los ojos esperando hundirme en un sueño profundo pero sólo vi imágenes borrosas, entre ellas Edward me daba la espalda y no podía alcanzarlo. No se cuanto tiempo pasó, oí que Bombón gemía era el típico sonido que hacía cuando quería que la acariciáramos o cuando tenía hambre.
Abrí los ojos. Edward estaba parado junto a mí. Su mirada era dura y confundida, parecía estar temblando o a punto de explotar. Traté de recargarme pero no pude, estaba envuelta en los cobertores.
-No te molestes- me dijo
-Dónde estabas- le pregunté.
-En el infierno- dijo y me dio la espalda para salir de la habitación.
-Edward- le llamé, no sabía lo que pasaba, estaba desesperada, yo quería levantarme para tocarlo, sentí que algo se movía a mi lado. Allí sobre los cobertores estaba Jake. Debía estar cuidando de mí y quedarse dormido. En la misma cama y a mi lado. Oh por Dios, eso no era bueno, No en mi cama donde dormía con Edward.
Edward azotó la puerta al salir y Jake se giró asustado y cayó de la cama.
-Es Edward, acaba de entrar y te vio durmiendo conmigo- le dije desesperada a mi amigo.
-Uy- dijo –Se lo merece por desaparecer y dejarte allí con ese psicópata.
- ¡Jake, ve por él! No puede marcharse creyendo lo que no es. ¡Por favor!
Mi amigo se levantó y salió muy rápido de la habitación.
En segundos oí gritos en la sala y algo que se rompía.
Me levanté como pude y dí algunos pasos hasta llegar a la escalera. Me mataba el dolor de cabeza, bajé despacio los escalones, apenas podía tenerme en pie, todavía estaba muy caliente.
Lo primero que vi fue a Jake en el piso, los muebles estaba fuera de su lugar y mi mesita de centro estaba destrozada y los adornos rotos.
- No tienes que explicarme nada perro, ¿acaso esto no es lo que siempre quisiste? Pues ganaste- la voz de Edward era fiera. Se dirigió hacia la puerta principal.
-Edward, escúchame- le grité pero al tener tan poca fuerza apenas se oyó mi voz.
- No pierdas el tiempo Bella, ahórrame los detalles- me respondió, mis ojos se llenaron de lágrimas, ya no podía mantenerme de pie así que me senté en un escalón. Me apreté fuerte contra mis rodillas.
-¿No quieres los detalles imbécil? Yo te daré detalles. Bella ha estado delirando toda la noche después de que la sacamos del lago. El médico dijo que fue por hipotermia y que debíamos cuidarla bien porque podría coger pulmonía. Le pusieron 5 puntos en la cabeza y perdió mucha sangre. Y si piensas que después de eso pude haberme aprovechado eres un completo idiota. Hice turno con Alice para cuidarla pero me quedé dormido, tus sillas no son nada cómodas. Y a todo esto ¿tú donde estabas? Eres tú el que debería estar avergonzado, no ella- terminó mi amigo.
Edward se giró a verme, se veía sorprendido y se acercó a mí. Quería tirarme a sus brazos y sentir su cuerpo tibio pero me llegó una ola de rencor. Él realmente había creído que lo había engañado con Jake. Cómo pudo creerlo así de fácil. Qué había pasado con nuestra promesa.
- ¿Es cierto?- me preguntó.
- Lo único cierto es que no confiaste. Si no crees en mi, puedes irte. No quiero verte- le dije levantándome para subir a mi habitación. Sentí un mareo al ponerme de pie.
Me tomó en sus brazos y subió conmigo el resto de las escaleras. Me acomodó en la cama y se echó a mi lado, me acurrucó cerca de su pecho. Aún estaba molesta con él pero lo extrañaba tanto. Otra vez me sumí en nuevos sueños pero estos no fueron malos porque Edward estaba conmigo.
Desperté. Edward todavía me tenía en brazos, podía sentir su olor y me acurruqué más contra él. No sabía a que hora era pero tenía hambre.
Alice entró en la habitación, me giré y le sonreí. Traía un vaso de agua y unas pastillas.
-¿Ya te despertaste Bella durmiente?- pero de inmediato su expresión fue de tristeza.
Edward se despertó y me abrazó con más fuerza.
-Al fin te despertaste estúpido, tú y yo tenemos cuentas que saldar, agradece que tienes a mi amiga entre tus brazos sino te partía la cara- dijo Alice con furia.
- Hola Alice, yo también me alegro de verte- dijo él sonriendo. –Bella amor, perdóname- dijo mirándome.
- Creí que te marcharías- le respondí
-Fui un tonto, creí lo primero que vi, me he sentido mal todo el día.
- ¿Dónde estuviste?- le pregunté.
- Jacob y yo salimos de la fiesta anoche y estuvimos conversando un largo rato, luego como siempre terminamos insultándonos mutuamente y estuvimos a punto de pelear pero Alice llegó buscándote.
- Estaba desesperada- interrumpió mi amiga –De repente desapareciste Bella, sólo me descuidé un minuto y ya no estabas. Te busqué por todo el colegio, Ángela me dijo que te vio salir y pensé que habías ido a buscar a Edward. Pero ellos no te habían visto. Entonces vi pasar a Tanya, algo me decía que sabía donde estabas.
- ¿Tanya? ¿Que les dijo?- le interrumpí, recordando cuando me empujó.
-Dijo que te habías marchado con James- Edward estaba ahora abrazándome por la cintura recordando el día anterior.
- ¿Le creíste?- le pregunté.
- Pensé que James te habría obligado a irte con él de alguna forma o tal vez que entre los dos te habían hecho algo. Estaba confundido. Sin pensarlo corrí al auto y fui a buscarte en casa de mis tías. Fui a casa de tus padres, vine aquí. Manejé por todos lados. Llegué a Port Ángeles a casa de Victoria. No sabía a dónde te había llevado, estaba desesperado, tenía tanto miedo que te lastime.
-¿Estuviste buscándome toda la noche?- pregunté, ahora comprendía porque no había estado a mi lado.
- Fue la noche mas espantosa de mi vida- dijo llevándose las manos a su cabello.
- Alice ¿cómo me encontró Jake?- pregunté a mi amiga.
- Después que Edward salio disparado a buscarte vi la sonrisa de la zorra esa. Se estaba divirtiendo con todo. Así que no me quedó otra salida que usar tortura china con ella- Alice hablaba como si fuera algo normal, habíamos visto alguna vez los tipos de tortura utilizados, jamás los habíamos probado, todos parecían muy dolorosos.
- ¿Qué le hiciste Alice?-preguntó Edward sorprendido.
- Nada terrible, la inmovilicé y fui provocándole dolor, en verdad no le rompí nada, la muy cobarde hablo rápido. Pero debe tener las orejas rojas y no creo que pueda escribir en unos días- la cara de mi amiga tenía una sonrisa congelada.
- ¿Y?- preguntó Edward impaciente.
- Bueno, confesó nos dijo que James te llevaba con dirección al lago. Jake y sus amigos estaba allí así que salieron corriendo a salvarte. Cuando llegaste estabas empapada y envuelta por la casaca de Jake pero temblabas. Te trajimos aquí, te cambié de ropa y llamamos al doctor. Te cosieron la cabeza, eso fue espantoso, aunque ni lo sentiste porque te dieron algo para dormir. Tuviste fiebre toda la noche y me quedé cuidándote, a las cuatro de la mañana Jake me relevó, tenía que ir a casa sino mis padres saldrían a buscarme. Les conté lo que había pasado y me quedé dormida Bella, lo siento debí venir mas temprano y Edward no había visto al oloroso de tu amigo en la misma cama que tu. Pero que imbécil Edward de todas formas como pudiste pensar eso de mi amiga- dijo esto último viéndolo y dándole un manotazo.
- Estoy muy arrepentido. ¿Podrás perdonarme Bella?- me dijo tomando mi rostro para que lo viera.
Le sonreí y asentí. Una vez yo también pensé lo peor de él. La escena que vio en la mañana habría hecho dudar a cualquiera.
- ¿Qué pasó con James?- pregunté
- No lo se. Jacob dijo algo sobre una paliza que Quil y Embry le dieron, pero no sé en verdad que pasó con él- dijo mi amiga.
- ¿Y donde está Jake?- pregunté, quería saber si no habían matado a James, no quisiera que mis amigos tuvieran problemas.
-Está abajo durmiendo- dijo Alice
- Dile que suba, quiero contar que fue lo que pasó y no tengo muchas fuerzas para estarlo repitiendo a uno por uno- Mi amiga salió de la habitación.
Antes de que pudiera decir algo los labios de Edward me atraparon. Se movían con devoción, sus manos me acariciaban mis mejillas y mis cabellos. Estaba embriagada con ese aroma no necesitaba nada más en el mundo sólo perderme en sus brazos y fundirme con él.
Escuche carraspear y de un salto interrumpí el beso. Él me miraba sonriendo y me besó la frente.
-Si me trajiste para ver arrumacos mejor me voy enana- dijo Jake.
- Cállate y escucha resinoso- dijo Alice.
- Quédate Jake tengo que contar que fue lo que pasó- y empecé mi narración. –Cuando ustedes salieron para conversar me quedé un poco preocupada y como tardaban en venir me asomé a la ventana, en el borde del bosque vi caminar a una mujer era Tanya, que se acercó a alguien entre los árboles. Estaba algo oscuro pero pude ver a alguien muy parecido a Edward. Traía el mismo disfraz. Salí entonces para acercarme a ellos y los oí hablar. Tanya y James se entienden, tienen algo más que una relación de cuñados. Pero tropecé y caí, se dieron cuenta de mi presencia e intercambiaron susurros, cuando estaba a punto de pararme ella me empujó y me golpeé la cabeza con un tronco entonces él me levantó del suelo y me llevó. No sabía hacia donde se dirigía, estaba aturdida y sentía que sangraba. Luego sentí que me acomodaba en un bote, me decía que en la isla tenía una casa, me asusté porque tenía las peores intensiones. De alguna forma logré caer al agua y él volvió a subirme al bote pero el frío me había sacado de mi somnolencia y volví a bajar al agua. Oí la voz de Jake y creo que le pegue con un remo, después me desplomé y sentí el agua otra vez. Lo demás casi no lo recuerdo. Hasta esta mañana cuando te vi- dije mirando a Edward.
- Ajá eso explica porque estaba tirado en la orilla- dijo Jake. –DE todas formas se levantó y trató de evitar que te llevara pero llegaron Quil y Embry y pues le dije que se encargaran. Lo golpearon un poco. Creo que debe tener un par de huesos rotos no te preocupes Bella- dijo Jake porque yo había abierto mucho los ojos. –No molestará por un tiempo si es que todavía recuerda algo- dijo sonriendo.
- Yo pienso que debí haberle hecho más daño a Tanya-dijo Alice con rabia –Maldita resbalosa, mira lo que te hizo- dijo tocando mi cabeza en el lugar justo donde sentía punzadas.
-Esto ha llegado a un punto en que es imprescindible hacer algo- dijo Edward levantándose de la cama.
- ¿A qué te refieres?- pregunté.
- A que esos dos se han excedido. Voy a quitarles todo el apoyo financiero que tienen. Y vamos a presentar una denuncia para que James no se pueda acerar a nosotros. Le exigiré a tía Heidi que Tanya se vaya a vivir a otro lado. No voy a permitir que esté cerca de nosotros nunca más.
-Hasta que por fin dijiste algo sensato- dijo Alice.
- Bueno Bella, debo irme, mi padre está preocupado por mi- dijo Jake –Y Quil y Embry se divertirán mucho cuando le cuente que el idiota de tu esposo me golpeó por dormir contigo- no terminó de decir aquello cuando ya tenía a Edward encima de él.
- Más te vale que no abras el hocico si vas a contar que dormiste en mi cama. Voy a quemar hasta el colchón para no sentir tu asqueroso olor.
-Yo huelo a campo y a madera, no a los perfumes maricas que usas. Y claro que no voy a contar algo que pueda avergonzar a Bella, tu cama me tiene sin cuidado.
- Ya chicos, dejen las testosteronas tranquilas, cállense de una vez que Bella necesita comer y descansar. Y Jacob, tu olor a madera sería más agradable si lavaras el árbol de vez en cuando.
No pude evitar soltar una carcajada cuando Alice hizo ese último comentario. Los dos me miraron y sonrieron conmigo.
Jake se fue y Alice me trajo de comer. Edward se pasó el resto del día atendiéndome y cuidando de mí. No podía estar mas contenta.
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Capítulo 23. Dilo otra vez
“Cinco minutos más por favooor” gemí, cuando sentí que alguien me estaba sacudiendo para levantarme.
“Alice y Rose llamaron. Vienen para acá” susurró en mi oído.
Alice y Rose. Maldición, me había olvidado de ellas. Voy a morir...
Lentamente abrí los ojos para encontrar los ojos esmeraldas de Edward mirándome.
Suspirando, aparté la mirada de él y rodé hasta el otro lado de la cama “¿Crees que estarán mosqueadas por que me haya escapado de ellas?” pregunté cuando caminaba hacia el baño.
“No lo sé, pero mereció la pena” contestó. Sonreí en silencio, de acuerdo con él, y empecé a cepillarme los dientes. Cuando vi que la espuma blanca se hacía más grande en mi boca, comencé a pensar sobre todo lo que pasaría esta noche. Sólo de pensar en ello me ponía nerviosa y al poco tiempo me perdí completamente en mis pensamientos. Además, no me había dado cuenta de que alguien había entrado al baño hasta que escuché la particular voz de mi mejor amiga.
“¡Isabella Swan!”
Mis ojos se abrieron cuando volví a la realidad y me giré para ver su diminuta forma. No parecía demasiado enfadada y tampoco Rose, que estaba a su lado. Así que, ¿Quizás estoy perdonada? Ellas tienen novios también, puede que lo entendieran...
Me enjuagué la boca y me giré para mostrarles mi mejor sonrisa “¡Hola chicas! ¿Cómo va?” pregunté, con mi mejor voz animada.
Alice simplemente sonrió y me empujó hasta el vacío dormitorio.
¿Me dejó sola con Alice?
Antes de que pudiera abrir mi boca para hablar otra vez, me empujaron contra la cama mientras se quedaron enfrente de mí.
“¿Cuándo te fuiste anoche?” preguntó Rose.
“Después de que os durmierais” había decidido que la verdad debe ser el modo más fácil.
“Era una noche de chicas, supuestamente tendrías que haberte quedado con nosotras. Te invité, aceptaste, así que ¿Cómo crees que me sentí cuando me levanté esta mañana y tú te habías ido? Y no me digas el 'Echaba de menos a Edward' de siempre, porque Rose podría haberse ido a dormir con Emmett, o yo pude haberme ido con Jasper, pero no lo hicimos” explotó Alice, escuchándose en toda la habitación.
Oh Dios. “Pero es que echaba mucho de menos a Edward. Me lo pasé bien con vosotras chicas, pero no podía dormir y vine aquí”
Se giró para mirarme y su cara estaba vacía de toda emoción. Su blanqueza me asustó y luché por pensar en qué podía hacer para que me perdonase.
“Está bien. Voy a prepararme para las clases” dijo y comenzó a alejarse de la habitación después de Rose.
“¡Espera! Haré lo que sea para que me perdones. ¿Qué quieres?” pregunté saltando de la cama para atraparla.
Se paró, pero no se volteó para hacerme frente “¿Lo que sea?” me dijo.
Probablemente debería retirar mi propuesta después de aquello pero estaba desesperada por obtener su perdón “¡Sí!”
Lentamente se giró y había una enorme sonrisa en su cara y un brillo especial en sus ojos. Si no la conociera mejor, habría dicho que ella sabía que preguntaría lo que pregunté. Espera un minuto...
“Alice, me has engañado” gemí, volviendo a mi habitación.
“No, no lo hice, fuiste todo tú. Ahora, para mi propuesta...”
La ignoré y me fui directa al armario para encontrar algo para ponerme. “Te cogeré los conjuntos que llevarás en el concierto esta noche y Rose y yo te vestiremos”
“¿Vestirme? ¿Cómo una Barbie? ¿No es eso lo que me haces todos los días?”
“Pero esto es diferente. Va a ser mucho más largo y te verás diferente” Oh diversión. Suspiré y saqué unos vaqueros y una camiseta, el primer conjunto casual que he llevado nunca desde que llegué a este colegio.
“Lo que sea Alice” dije, cuando me puse las ropas.
“¡Vale! ¡Te veré luego!” y sólo con eso se fue.
Recogí mi pelo en una cola de caballo, cogí mi mochila, y abrí la puerta para salir, y dirigirme hacia Edward.
“Whoa. Háblame de la perfecta huida. No te preocupes, tu hermana se ha ido” añadí sarcástica, y le pasé por al lado, siguiendo mi camino. Estaba de un humor muy sarcástico hoy. No pasó ni un segundo después cuando sentí sus dedos entrelazados con los míos y caminar a mi lado.
“No estás enfadada” dijo
No pude parar de sonreír al escuchar ese comentario. Estaba en lo cierto, no estaba enfadada, más bien, divertida.
“Te fuiste, huiste, de tu hermana” constaté, sin molestarme en esconder mi voz divertida.
“Tú también lo hubieras hecho si fuera la tuya” me devolvió y tuve que reírme para mí al ver la verdad que estaba diciendo “¿Y cuál es tu castigo?”
“Va a jugar con Bella Barbie esta noche” dice desconfiadamente.
Cuando se rió de mí, me giré y le fruncí el ceño “Toda la culpa es tuya, ya sabes”
“Mi culpa. Tú eres la única que se fue de su habitación” respondió, mirándome, ahora que estábamos parados enfrente de mi clase.
“Si tú no fueras tan terriblemente irresistible para que pudiera dormir sin ti, me hubiera quedado en su habitación. Pero no, no pude y no me digas que no disfrutaste a cada momento de ello” sonreí.
Pero la sonrisa rápidamente abandonó mi rostro cuando me di cuenta de lo que había dicho. Lo había llamado irresistible. Genial Bella, puedo ver prácticamente su ego creciendo por ello.
“Me siento halagado” dijo sonriendo “pero como ya he dicho antes, mereció la pena” y se fue.
Sacudí la cabeza sonrientemente cuando entré en la clase y me fui a mi sitio. Lo que sea.
Después de clases, de vuelta en los dormitorios
“Pero Alice, estoy empezando a coger frío y mis piernas se con-” empecé.
“Estarás dentro la mayor parte del tiempo Bella y no puedes decir que no te ves genial con eso” argumentó.
Tenía que admitirlo, me veía bien en los pantalones cortos de seda y una chaqueta de punto a rayas. Era muy apropiado para el evento. “Bien” suspiré.
“Eso fue lo que pensé. Ahora hemos terminado, mírate”
¡Finalmente! Juro que había estado sentada en esa cama al menos 4 horas
Sonreí ante mi reflejo y rápidamente se lo agradecí. Habían rizado mi pelo de una forma que permitía dejar caer por mi rostro algunos mechones y la sombra de ojos que usaron era muy suave.
“Vale, ¿Vais chicas a seguirnos hasta allí entonces?” pregunté cuando caminé fuera del cuarto de baño.
“Sí, cogeremos nuestros coches y nos encontraremos allí” dijo Rose.
Tomé una profunda inspiración y lentamente caminé hasta Edward que estaba en el salón.
“Estamos listas para salir” dije calladamente.
Su cabeza inmediatamente se giró en mi dirección. Sonreí cuando sus ojos parecieron abrirse más ligeramente.
“¿Edward?”
“¿Hmm?” preguntó, aún pareciendo un poco deslumbrado.
“Tenemos que irnos ya” ante eso, se levantó del sofá y caminó hacia mí.
“Oh, lo siento. Te ves hermosa” dijo, cuando besó mi frente.
“Gracias” respondí cuando su brazo se colocó alrededor de mi cintura para guiarme hacia fuera.
Cuando condujo hacia el sitio donde sería el concurso, empecé a sentirme nerviosa otra vez. ¿Qué si desastraba una nota? ¿O me quedaba atrancada en la letra?
“Lo harás bien” dijo Edward, atrayendo mi mano hacia él.
“Tienes suerte de ser el último. ¿Por qué tengo que ser yo la primera?” me quejé.
“Porque eres la mejor y todos los shows necesitan una bonita entrada” sonreí. Sabía siempre lo que tenía que decir.
El volvo paró pronto enfrente de un edificio grande y salimos. Nuestros amigos salieron también y juntos entramos dentro.
“Wow” la palabra escapó de mis labios antes de que pudiera pensarla. El interior del edificio era precioso y enorme. Me recordó a uno de esas casa de ópera que tienen sus palcos privados por todo el interior y la multitud de silla. Quitaban todo el efecto de que fuera un auditorio. Había un escenario en frente y en el centro de la habitación. Oh Dios.
Pude sentir como las palmas de las manos me empezaban a sudar cuando lo vi. Con mi suerte, probablemente me caería con estos tacones antes de llegar al piano.
“Vamos, tenemos que firmar” Edward susurró en mi oído. Me giré para decir adiós a nuestros amigos y lo seguí hasta la esquina de la sala donde había una mujer detrás de un mostrador con muchos papeles alrededor.
Dimos nuestros nombres y al ser la primera inmediatamente me enviaron a la parte de atrás del escenario. Edward caminó conmigo hasta allí, pero cuando iba a irse, agarré fuertemente con mis brazos su cintura, para mostrarle que no quería que se fuera. Sentí como se reía entre dientes antes de que sus brazos me rodearan. No estaba nerviosa porque a los jueces no les gustara mi canción, sino en lo que pensaría Edward. Se lo estaría diciendo y me derrumbaría si él no tuviera los mismos sentimientos. Inhalé su dulce esencia una última vez y me separé de él cuando un hombre dijo mi nombre.
“Buena suerte” dijo antes de volver a reencontrarse con nuestros amigos.
Le di una agitada sonrisa y me giré en la dirección en que mi nombre había sido llamado. Tenía dos minutos antes de que me anunciaran. Me paré detrás de la cortina y luché por calmarme respirando hondo. Estaba muy nerviosa. Con cada segundo que pasaba, mi corazón latía más rápido hasta que sentí que me quemaba todo el pecho. No podía escuchar ninguna voz a mi alrededor, sólo el sonido de mi corazón era audible para mis oídos.
Entonces, mi nombre fue dicho muy alto por un altavoz.
“Nuestra primera concursante, ¡La señorita Isabella Marie Swan!” Allá vamos.
Había un ligero aplauso cuando se abrieron las cortinas y caminé hacia el piano. Por favor que no tropiece...
Di un suspiro de alivio cuando me senté en el banco y permití que mis ojos recorrieran toda la sala. Encontré a mis amigos en un palco privado en el segundo nivel, mirándome. Edward me envió una asegurada sonrisa y se la devolví antes de girarme hacia el piano.
Cogiendo una inspiración profunda, deposité mis dedos en las teclas y sentí lo que siempre siento cuando estoy delante de un piano.
Tan pronto como me sentí más calmada, me permití apretar las teclas y sonreí cuando la introducción de mi canción suavemente sonaba del piano. Cuando avancé en la canción, cogí otra respiración profunda. Era la hora.
Suspiritos: ESA NANA FAN-FIC