domingo, 2 de agosto de 2009

39. FINAL FELIZ PARA SIEMPRE


“Por lo tanto, fue una combinación de cosas las que llevaron al final, pero lo que realmente lo redujo fue…Bella” Edward estaba explicándolo. Nuestra familia y nuestros dos invitados permanecían sentados en la gran habitación de los Cullen, mientras fuera el bosque se oscurecía a través de la ventana.
Vladimir y Stefan habían desaparecido antes de terminar la celebración. Estaban muy decepcionados por el rumbo que habían tomado las cosas, pero Edward dijo que habían disfrutado suficiente de la cobardía de los Vulturi como para compensar su frustración.
Benjamín y Tia se apresuraron a seguir a Amun y a Kebi, ansiosos por darles a conocer el resultado del conflicto; estoy segura de que los veré de nuevo – a Benjamín y a Tia al menos. Ninguno de los nómadas se quedó mucho tiempo. Peter y Charlotte tuvieron una breve conversación con Jasper y a continuación se marcharon también.
Las reunidas Amazonas estuvieron ansiosas de regresar a su hogar – tuvo que ser difícil estar tanto tiempo lejos de su querida selva – y a pesar de esto, estaban reacias a dejar a algunos de nosotros.
“Tienes que llevar a la niña a verme” insistió Zafrina. “Prométemelo , joven”
Nessie presiono su mano contra mi cuello suplicándome que lo hiciera.
“Por supuesto Zafrina” Estuve de acuerdo.
“Vamos a ser grandes amigas, mi Nessie” declaró la salvaje mujer antes de salir con sus hermanas.
El aquelarre irlandés continuó en el éxodo.
“Bien hecho Siobhan” felicitó Carlisle cuando se despedían.
“Ah, el poder de las ilusiones” contestó sarcásticamente, rodando sus ojos.
Y entonces se puso seria “Por supuesto, esto no ha terminado. Los Vulturi no olvidaran lo ocurrido aquí”
Edward fue el único en responder “Han sido seriamente dañados; su confianza esta destrozada. Pero si, estoy seguro de que van a recuperarse del golpe algún día. Y entonces…” Sus ojos se estrecharon. “Imagino que intentaran quitarnos por separado”
“Alice nos advertirá cuando lo intenten” Dijo Siobhan con voz segura. “Y nos reuniremos de nuevo. Tal vez ocurrirá cuando el mundo este listo para estar totalmente libre de los Vulturi”
“Ese momento puede llegar” respondió Carlisle “si es así, estaremos juntos”.
“Si, amigo mío, lo estaremos” estuvo de acuerdo Siobhan. “¿Cómo podremos fallar de otra manera?” dijo con una gran sonrisa en su rostro.
“Exactamente” dijo Carlisle. Él y Siobhan se abrazaron y luego estrechó la mano de Liam. “Intentare encontrar a Alistair y contarle lo que ocurrió. Odio imaginarle durante una década bajo una roca” Siobhan se rio de nuevo. Maggie abrazó tanto a Nessie como a mí, y luego el aquelarre irlandés se marchó.
Los de Denali fueron los últimos en irse, Garrett junto con ellos – yo sabia como estaría a partir de ahora, estaba bastante segura. El ambiente de celebración fue demasiado para Tanya y Kate. Ellas necesitaban tiempo para llorar la perdida de su hermana.
Huilen y Nahuel fueron los que se quedaron, a pesar de que yo esperaba que se marcharan con las amazonas. Carlisle estaba profundamente fascinado por la conversación con Huilen; Nahuel se sentó cerca de ella, mientras escuchaba a Edward contarnos el resto de la historia del conflicto, ya que solo el la conocía completa.
“Alice le dio a Aro la excusa que necesitaba para salir de la lucha. Si no hubieran estados tan aterrados de Bella, probablemente habría seguido adelante con su plan original”
“¿Aterrados?" dije escéptica “¿de mi?”
Él sonrió con una mirada que no reconocí completamente – era cariñosa, pero también impresionado y exasperado. “¿Cuándo te veras a ti misma claramente?” dijo suavemente. Luego habló más fuerte a los demás, así como a mí. “Los Vulturi no han librado una lucha justa desde hace 2500 años. Y nunca, nunca, lucharon estando en una situación de desventaja. Especialmente desde que consiguieron a Jane y Ale, que solo han sido involucrados en sacrificios sin oposición.
“¡Deberías haber visto como nos miraban! Por lo general, Alec quita todos los sentidos y sentimientos de sus victimas mientras que ellos deliberan. De esta manera, no pueden correr cuando el veredicto se da. Pero ellos están ahí, preparados, esperando, con nuestros propios dones preparados mientras que los suyos fueron inutilizados por Bella. Aro sabia que con Zafrina de nuestro lado, estarían ciegos cuando comenzara la batalla. Estoy seguro de que nuestras filas habrían sido bastante diezmadas, pero seguro que las suyas también. Existe incluso la posibilidad de que perdieran. Ellos nunca han tratado con esa posibilidad antes. Nunca, hasta hoy. ”
“Es difícil sentir confianza cuando estas rodeado de lobos del tamaño de caballos” rió Emmett dándole a Jacob en el brazo.
La sonrisa de Jacob destellaba.
“Fueron los lobos quienes los pararon en primer lugar” Dije.
“Seguro” estuvo de acuerdo Jacob.
“Absolutamente” añadió Edward. “Esa es otra cosa que nunca había visto. Los hijos de la luna rara vez se mueven en grupos, y ellos nunca tienen mucho control sobre si mismos. El regimiento de dieciséis enormes lobos fue una sorpresa para la que no estaban preparados. Caius en realidad teme a los licántropos. El casi perdió una lucha con unos cuantos miles de años atrás y nunca lo supero”
“Entonces, ¿hay hombres-lobo reales?” Pregunté “¿con la luna llena y las balas de plata y todo eso?”
Jacob bufó. “Reales. ¿Acaso yo soy imaginario?”
“Sabes a lo que me refiero”
“Luna llena, si” dijo Edward “balas de plata, no – eso es solo otro de los muchos mitos que crean los humanos para sentir como que tienen una oportunidad. No hay muchos reales. Caius les ha dado caza hasta casi la extinción.”
“Y nunca mencionaste esto porque…?”
“Nunca se presento la ocasión”
Rodé los ojos y Alice rió, inclinándose hacia delante – escondiéndose bajo el otro brazo de Edward – guiñándome un ojo.
Le di la espalda airadamente.
Yo la quería locamente, por supuesto. Pero ahora que me di cuenta de que ella realmente no se marcho, que solo fue una artimaña porque Edward tenia que creer que ella nos había abandonado, me empezaba a sentir bastante irritada con ella. Alice tenía que dar algunas explicaciones.
Alice suspiro. “Sácalo todo de tu pecho bella”
“¿Cómo me pudiste hacer eso Alice?”
“Era necesario”
“¡Era necesario!” exploté. “¡Me convenciste totalmente de que íbamos a morir todos! He estado destrozada por semanas.”
“Tenia que ser de esa manera” dijo ella calmadamente. “En el caso de que necesitaras estar preparada para salvar a Nessie”
Instintivamente sostuve a Nessie – ahora dormida en mi regazo – más fuerte en mis brazos.
“Pero tu sabias que también había otras formas” la acusé. “Sabias que había esperanza. E¿res consciente de que podrías haberme dicho todo? Se que Edward pensó que estábamos en un callejón sin salida de Aro, pero podrías habérmelo dicho”
Ella me miro especulativa por un momento. “No creo” dijo. “No eres una gran actriz”
“¿Esto es sobre mis habilidades?”
“Oh Bella, no exageres. ¿Tienes idea de lo complicado que fue? No estaba segura de que alguien como Nahuel existiera – todo lo que sabía era que tendría que buscar algo que no podía ver! Trata de imaginar una búsqueda de un punto ciego – no es la cosa más fácil que he hecho. Además hemos tenido que dar la espalda a muchos testigos clave, al igual que no se encontraban bastante rápido. Después de mantener mis ojos abiertos tanto tiempo en caso de que decidieras seguir mis instrucciones. En algún momento me dirás que es exactamente lo que esta en Rio. Antes de todo esto, tuve que tratar de ver cada movimiento de los Vulturi para venir por ti y solo algunas pistas para la estrategia. Tuve unas pocas horas para localizar y llevar a cabo todas las posibilidades. La mayor parte de todo es que tenía que asegurarme de que todos creyeran que yo había desertado para que Aro no pensara que tenías un as bajo la manga o lo que sea. Y si piensas que no me siento como una mier-”
“¡Esta bien, Esta bien!” la interrumpí. “¡Lo siento! Se que también fue duro para ti. Es solo que…te eche de menos con locura, Alice. No me vuelvas a hacer esto.”
La risa de Alice sonó a través de la sala y todos nos reímos al escucharla de nuevo. “Yo también te eche de menos Bella. Así que perdóname y trata de estar satisfecha con ser la superhéroe del día”
Todos los demás se reían, y yo enterré mi cara en el pelo de Nessie, avergonzada.
Edward volvió a analizar todo sobre lo ocurrido en el día de hoy, declarando que fue mi escudo el que había hecho a los Vulturi huir con la cola entre las piernas. La forma en que todo el mundo me miró me hizo sentir incomoda. Incluso Edward. Me miraban como si me hubieran crecido un centenar de pies en el transcurso de la mañana. He intentado hacer caso omiso de las miradas, manteniendo mis ojos en la cara de Nessie y en el sueño de Jacob sin cambios de expresión.
Seria siempre solo Bella para el, y era un alivio.
La mirada más difícil de ignorar fue la más confusa también.
Era como si el medio humano, medio vampiro Nahuel pensara de mí de una determinada manera. Para él, la escena del prado no había sido nada insólito en absoluto. Pero el muchacho nunca quito sus ojos de mí. O quizás el estaba mirando a Nessie. Eso también me hizo sentir incomoda.
No podía olvidar el hecho de que Nessie era la única hembra de su especie que no era su media hermana.
No he pensado en lo que esta idea le produciría a Jacob. No lo quiero comprobar pronto. Había tenido suficientes luchas contra mí por un tiempo.
Eventualmente, los demás se quedaron sin preguntas para Edward, y el debate termino en un puñado de pequeñas conversaciones.
Me sentía extrañamente casada. No sueño, por supuesto, pero al igual, el día había sido suficientemente largo. Quería algún momento de paz, cierta normalidad. Quería a Nessie en su propia cama; quería las paredes de mi casa alrededor.
Mire a Edward por un momento y supe como se sentía en ese momento, como si hubiera podido leer su mente. Pude ver que se sentía exactamente de la misma manera. Listo para algunos momentos de paz.
“Debemos tomar a Nessie…”
“Es probablemente una buena idea” estuvo de acuerdo rápidamente. “Estoy seguro de que no pudo dormir bien ayer por la noche, con todos esos ronquidos” él sonrió a Jacob.
Jacob frotó sus ojos y luego bostezó “Ha pasado mucho tiempo desde que dormí en una cama. Apuesto a que Billy estará feliz de tenerme bajo su techo de nuevo.”
Acaricié su mejilla. “Gracias Jacob.”
“Cuando quieras Bella. Pero ya lo sabes” se levantó, se estiró y beso la cabeza de Nessie, y luego la mía. Por ultimo, le dio un puñetazo en el hombro a Edward. “Nos vemos mañana chicos. Supongo que las cosas van a ser aburridas a partir de ahora, ¿no?”
“Eso espero” dijo Edward.
Nos levantamos cuando él se había ido, me cambie el peso de lado cuidadosamente, con el fin de que Nessie no estuviera incomoda. Estaba profundamente agradecida de verla tener un buen sueño. Mucho peso había estado sobre sus hombros. Era tiempo de que fuera una niña otra vez – protegida y segura.
La idea de paz y seguridad me recordó a alguien que sentía los sentimientos todo el tiempo.
“Oh, ¿Jasper?” le pregunte desde la puerta.
Jasper estaba apretado entre Alice y Esme, de alguna manera aparente mas central que en una foto de familia. “¿Si Bella?”
“Tengo curiosidad. ¿Por qué J. Jenks tiene miedo solo con el sonido de su nombre?”
Jasper se rio para si mismo. “Ha sido mi experiencia la que me ha demostrado que algunos tipos están mas motivados en el trabajo por el temor que por la ganancia monetaria.”
Fruncí el ceño, prometiéndome a mi misma que yo me haría cargo de la relación de trabajo a partir de ahora antes de que a J le diera un ataque al corazón por el camino.
Nos besamos y abrazamos y deseamos buenas noches a nuestra familia. El único que noté ausente fue Nahuel otra vez, quien se veía como si quisiera seguirnos.
Una vez atravesado el rio, caminamos mas rápido que apenas superaba la velocidad humana. No teníamos prisa, y agarre la mano de Edward. Estaba harta de estar bajo una fecha límite siempre, y solo quería tomarme tiempo. Edward debía sentirse igual.
“Tengo que decir que estoy completamente impresionado con Jacob ahora mismo” me dijo Edward.
“Los lobos impactan bastante ¿verdad?”
“Eso no es lo que quiero decir. Ni una sola vez hoy – al contrario que Nahuel - pensó el hecho de que Nessie habrá crecido lo suficiente en seis años y medio.”
Yo lo considere un minuto. “Él no la ve de esa forma. No tiene prisa para que crezca. Él solo quiere que sea feliz.”
“Lo se. Como he dicho, impresionante. Podría ser peor”
Fruncí el ceño “No voy a pensar sobre lo que pasara en seis años y medio”
Edward rio y suspiró. “Por supuesto, como el tendrá algo de competencia, me preocupare cuando llegue el momento.”
Mi ceño se profundizó. “Lo se. Estoy muy agradecida a Nahuel por todo lo de hoy, pero no me gusta como miro a Nessie. Me da igual si ella es la única medio-vampira que no esta relacionada con el.”
“Oh, él no la estaba mirando a ella…te estaba mirando a ti”
Eso es lo que parecía…pero no tenía ningún sentido.
“¿Por qué lo hacia?”
“Porque estas viva” dijo tranquilamente.
“Tu me salvaste”
“Toda su vida” explicó, “y es ciento cincuenta años mayor que yo”
“Decrepito” intervene.
Edward me ignoró. “Él siempre se veía a si mismo como una mala creación, un asesino por naturaleza. Sus hermanas mataron a sus madres como él. Pero no pensaban en ellas. Joham ve a los humanos como animales, mientras que a nosotros como dioses. Pero Nahuel fue enseñado por Huilen y ella amaba a su hermana mayor más que a nadie. Mejoró su perspectiva. Y, en cierto modo, él se odiaba a si mismo”.
“Eso es muy triste” murmuré.
“Y entonces nos vio a nosotros tres – y vio por primera vez el hecho de que el ser medio inmortal, no significa que él sea intrínsecamente malo. Él me mira y ve…lo que le hubiera gustado que fuera su padre”
“Eres bastante ideal en todos los sentidos” dije.
Él gruñó y, a continuación, dijo serio “El te ve a ti y ve la vida que su madre debería haber tenido”
“Pobre Nahuel” murmuré, y luego suspire porque sabia que nunca seria capaz de pensar mal de él después de esto, no importa cuan incomoda me hiciera sentir su mirada.
“No estés tan triste por el. Ahora es feliz. En la actualidad, esta comenzando a perdonarse a si mismo finalmente.”
Sonreí por la felicidad de Nahuel y después pensé que hoy llegaría la felicidad.
Aunque el sacrificio de Irina era una sombra oscura que tapaba a la luz blanca, la alegría era imposible de negar. La vida por la que había luchado estaba segura otra vez. Mi familia estaba reunida. Mi hija tenía un hermoso futuro que se extendía indefinidamente delante de ella. Mañana quiero ir a ver a mi padre, quien tendría que ver que el miedo en mis ojos había sido sustituido por la alegría, y el también seria feliz. De repente, estaba segura de que no se encontraría solo en casa. No había sido tan observadora como podría ser estas semanas, pero sabia como estaban las cosas. Sue quería estar con Charlie – la mama del licántropo con el papa de la vampira – y él no estaría solo nunca más. Sonreí ampliamente ante esta nueva visión.
Pero lo más importante en esta oleada de felicidad fue el hecho mas seguro de todos:
Estaría con Edward. Para siempre.
No es que quiera repetir las ultimas semanas, pero tuve que admitir que habían hecho que apreciara lo que tenia mas que nunca.
La casa de campo era un lugar ideal de la paz en la azulada noche. Llevamos a Nessie a su cama y la arropamos. Ella sonrió mientras dormía.
Tome el regalo de Aro de alrededor de mi cuello y lo puse suavemente en la esquina de su habitación. Ella puede jugar con el collar si quiere, le gustaban las cosas brillantes.
Edward y yo caminamos lentamente a nuestra habitación, con los brazos balanceándose entre nosotros.
“Una noche para celebraciones” murmuró, y puso su mano bajo mi barbilla para guiar mis labios hacia los suyos.
“Espera” dudé, alejándolo.
Me miró confundido. Por regla general, no lo alejaba. Bueno, era una regla general. Esta era la primera vez.
“Quiero probar algo” le informé, sonriendo ligeramente por su expresión desconcertada.
Puse mis manos en ambos lados de su cara y cerré los ojos para concentrarme.
No lo había hecho muy bien con Zafrina cuando había tratado de enseñarme antes, pero yo había mejorado en la lucha. El instinto me protegía la mente.
No era tan fácil como proteger a la gente a mí alrededor. Notaba como mi escudo estaba luchando para proteger mi mente. Tuve que empujar la cepa totalmente fuera de mi; tomo toda mi atención.
“¡Bella!” Susurró Edward en shock.
Yo sabia que estaba trabajando duro, que me concentre en tomar las memorias que yo había recaudado hasta entonces, dejándolas inundar mi mente, y con la esperanza de que también estuvieran en la suya.
Algunos de los recuerdos no eran claros – recuerdos humanos, vistos a través de los ojos y escuchados a través de la debilidad de las orejas: la primera vez que había visto su rostro...cuando me salvo del coche de Tyler, cuando me había llevado a nuestro prado…el sonido de su voz a través de la oscuridad de mi conciencia vacilante cuando me había salvado de James…su cara bajo el dosel de flores esperando la respuesta de la pedida de matrimonio…cada precioso momento de la isla…sus manos frías tocar nuestro bebe a través de mi piel…
Y los recuerdos fuertes, los que recordaba a la perfección: su rostro cuando abrí mis ojos a mi nueva vida, al interminable amanecer de la inmortalidad…ese primer beso…la primera noche…De repente sus labios, feroces contra los míos, rompieron mi concentración.
Con un jadeo, solté el apretón de su peso lejos de mí. Esto provoco que el escudo volviera a su sitio, protegiendo mis pensamientos otra vez.
“Oops, ¡lo perdí!” suspiré-
“¡Te oí!” el respiró. “¿Cómo? ¿Cómo lo hiciste?”
“Zafrina me dio la idea. Practique con ella un par de veces.”
Él estaba aturdido. Parpadeó dos veces y sacudió su cabeza.
“Ahora sabes,” dije ligeramente y me encogí. “No hay nadie a quien quiera de la misma forma que te quiero a ti.”
“Estas casi en lo cierto” sonrió, sus ojos estaban mas amplios que de costumbre. “Yo conozco a una excepción”
“Mientes”
Comenzó a besarme de nuevo, pero se detuvo abruptamente.
“¿Puedes hacerlo de nuevo?” preguntó.
Esperó, con una expresión ansiosa.
“No puedo mantenerlo si tengo la mas mínima distracción” le advertí.
“Seré bueno” prometió.
Fruncí mis labios y mis ojos se estrecharon. Entonces me sonrió.
Puse mis manos en su rostro nuevamente, el escudo se estiró fuera de mi mente y entonces comenzó donde lo dejé – con el recuerdo de la primera noche de mi nueva vida, siendo persistente en los detalles.
Me reí jadeando cuando su beso urgente interrumpió mis esfuerzos otra vez.
"Joder" él gruñó, besando ávidamente bajo el borde de mi mandíbula.
“Tenemos mucho tiempo para trabajar sobre ello, " le recordé.
“Siempre, siempre y siempre, " murmuró él.
“Estoy totalmente de acuerdo" Y luego seguimos con gran felicidad en esa pequeña habitación pero perfecta para nosotros, por siempre.




























FIN

38. PODER.

“Chelsea está tratando de romper nuestro vínculo” Edward susurró. “Pero no puede encontrarlos, ella no puede sentirnos aquí…” Sus ojos me miraron. “¿Tu estas haciendo eso?”
Le sonreí con tono grave. “Estoy sobre todo esto”
Edward se tambaleo alejándose de mi de repente, sus manos estiradas hacia Carlisle. Al mismo tiempo sentí un pinchazo mucho más agudo contra el escudo donde esto se abrigó de manera protectora alrededor de la luz de Carlisle. No fue doloroso, pero no fue placentero tampoco.
“¿Carlisle? ¿Estás bien?” Edward agarrándolo desesperadamente.
“Si. ¿Por qué?”
“Jane” Edward respondió.
Al momento en que dijo su nombre, una docena de ataques puntiagudos golpearon en un segundo, apuñalando por todos lados el escudo elástico, apuntados a doce diferentes puntos brillantes. Me doblé, asegurándome que es el escudo no tenía daños. No parecía que Jane había sido capaz de traspasarlo. Eché un vistazo alrededor rápidamente, todos estaban bien.
“Increíble” dijo Edward.
“¿Por qué ellos no están esperando por la decisión?” siseó Tanya.
“Procedimiento normal” Respondió Edward bruscamente. “Ellos usualmente incapacitan a aquellos en juicio para que no puedan escapar”
Miré a través del campo a Jane, quien estaba mirando a nuestro grupo con furiosa incredulidad. Yo estaba muy segura que, aparte de mí, ella nunca había visto a nadie mantenerse en pie a través de su feroz asalto.
Probablemente no fue muy maduro. Pero me imaginé que le tomaría a Aro medio segundo adivinar – si es que ya no lo había adivinado ya – que mi escudo era más poderoso de lo que Edward sabía; ya tenía un gran blanco en mi frente y no había realmente ninguna razón en tratar de mantener la extensión de lo que yo podía hacer en secreto. Así es que sonreí una enorme, petulante sonrisa justo hacia Jane.
Sus ojos se estrecharon, y sentí otra puñalada de presión, esta vez dirigida hacia mí.
Tiré mis labios más amplios, mostrando a mis dientes.
Jane soltó un grito agudo de un gruñido. Todos se sobresaltaron, hasta la disciplinada guardia. Todos menos los ancianos, quienes no hicieron tanto como alza la vista de su conferencia. Su gemelo cogió su brazo mientras ella se agachaba para saltar.
Los rumanos comenzaron a reírse entre dientes con oscura anticipación.
“Te dije que este era nuestro tiempo” Vladimir le dijo a Stefan.
“Solo mira la cara de la bruja” Stefan rió.
Alec acarició el hombro de su hermana con dulzura, luego la metió bajo su brazo. El volteó su cara hacia nosotros, perfectamente dulce, completamente angelical.
Esperé por alguna presión, alguna señal de su ataque, pero no sentí nada. El continuó mirando en nuestra dirección, su linda cara tranquila. ¿Estaba atacando? ¿Estaba él atravesando mi escudo? ¿Era yo la única que podía aun verlo? Agarré en la mano de Edward.
“¿Estás bien?” Me asfixié.
“Sí” El susurró.
“¿Está Alec intentándolo?”
Edward asintió. “Su don es más lento que el de Jane. Se arrastra. Nos tocara en algunos segundos”
Lo vi entonces, cuando ya tenía una pista de que buscar.
Una neblina extraña clara rezumaba a través de la nieve, casi invisible contra el blanco. Esto me recordó de un espejismo - una acción de deformación leve de la vista, una indirecta de un brillar. Empujé mi escudo de Carlisle y el resto de la línea de combate, con miedo de tener la niebla sigilosa muy cerca cuando golpeó. ¿Y si esto se escabulló directamente por mi protección intangible? ¿Nosotros deberíamos correr?
Un bajo retumbar murmuró por la tierra bajo nuestros pies, y una ráfaga de viento hizo volar la nieve en ráfagas repentinas entre nuestra posición y la de los Volturi. Benjamín había visto la amenaza que se arrastra, también, y ahora él intentó llevarse la niebla de nosotros. La nieve hizo fácil ver donde él lanzó el viento, pero la niebla no reaccionó de ningún modo. Esto se pareció al aire que sopla inofensivamente por una sombra; la sombra era inmune.
La formación triangular de los ancianos finalmente se rompió cuando, con un crujido tormentoso, una profunda, estrecha grieta se abrió en un zigzag largo a través del medio del claro. La tierra se movió bajo mis pies un momento. Los flujos de nieve cayeron a plomo en el agujero, pero la niebla continuó directamente a través de el, tan intacta por la gravedad como había sido por el viento.
Aro y Caius miraron la tierra abrirse con los ojos ampliados. Marcus miró en la misma dirección sin emoción.
No hablaron, ellos esperaron, también, mientras la niebla se aproximaba a nosotros. El viento chilló más fuerte, pero no cambió el curso de la niebla. Jane sonreía ahora.
Y luego la niebla golpeó un muro.
Yo pude saborearla tan pronto cuando toco mi escudo – tenía un denso, dulce, empalagoso sabor. Me hizo recordar débilmente el entumecimiento de novocaína sobre mi lengua.
La niebla se torció hacia arriba, buscando una brecha, una debilidad. No encontró ninguna. Los dedos de neblina penetrante torcieron hacia arriba y alrededor, intentando encontrar una entrada, y en el proceso ilustrando el tamaño asombroso de la pantalla protectora.
Había jadeos a ambos lados del desfiladero de Benjamín.
“¡Bien hecho, Bella!” Benjamín alentó en voz baja.
Mi sonrisa retornó.
Podía ver los ojos estrechados de Alec, duda en su cara por primera vez mientras su neblina se arremolinaba inofensivamente alrededor del borde de mi escudo.
Y luego supe que yo podía hacer esto. Obviamente, yo sería la prioridad número uno, la primera en morir, pero mientras aguantara, estábamos en pie de igualdad con los Vulturi. Aún teníamos a Benjamín y a Zafrina; ellos no tenían ayuda sobrenatural en lo absoluto. Mientras yo aguantara.
“Voy a tener que concentrarme” Le susurré a Edward. “Cuando venga el mano a mano, va a ser difícil mantener el escudo alrededor de la persona correcta.”
“Los mantendré alejados de ti”
“No. Tú debes llegar a Dimitri. Zafrina los mantendrá alejados de mi.”
Zafrina asintió solemnemente. “Nadie tocará a esta joven” le prometió a Edward.
“Iría detrás de Jane y Alec yo misma, pero puedo hacer mayor bien acá.”
“Jane es mía” Siseó Kate. “Ella necesita una prueba de su propia medicina.”
“Y Alec me debe muchas vidas, pero me conformaré con la suya” Vladimir gruñó desde el otro lado. “Él es mío.”
“Yo solo quiero a Caius.” Tanya dijo eventualmente.
Los otros comenzaron a dividirse a los oponentes también, pero fueron rápidamente interrumpidos.
Aro miró calmadamente a la ineficaz niebla de Alec, finalmente habló.
“Antes que votemos” comenzó.
Moví mi cabeza enojadamente. Estaba cansada de esta charada. La sed de sangre estaba encendida en mí nuevamente, y sentía que ayudaría más a los otros más quedándome quieta. Yo quería pelear.
“Déjenme recordarles,” Aro continuó, “cualquiera sea la decisión del concejo, no necesita haber violencia aquí.”
Edward gruñó de una risa oscura.
Aro lo miró tristemente. “Sería una lamentable perdida a nuestra clase perder a alguno de ustedes. Especialmente a ti joven Edward, y a tu neonata pareja. Los Vulturi estarían contentos el recibirlos a muchos de ustedes en nuestras filas. Bella, Benjamín, Zafrina, Kate. Hay muchas opciones ante ustedes. Considérenlas.”
La tentativa de Chelsea de influir en nosotros revoloteó impotentemente contra mi escudo. La mirada fija de Aro barrió a través de nuestros ojos duros, buscando cualquier indicación de vacilación. Por su expresión, él no encontró ninguna.
Sabía que él estaba desesperado por tenernos a Edward y a mí, de aprisionarnos de la forma que había esperado esclavizar a Alice. Pero esta pelea era demasiado grande. Él no ganaría si yo vivía. Yo estaba ferozmente contenta de ser tan poderosa y de no dejarle otra salida que matarme.
“Votemos entonces” dijo con aparente renuencia.
Caius habló con la prisa impaciente. “La niña es un cálculo desconocido. No hay razón para permitir a un riesgo así existir. Debe ser destruida, junto con todos los que la protejan.” Sonrió en expectación.
Me reprimí un chillido de desafío para contestar su sonrisa satisfecha cruel.
Marcus levantó sus ojos inhumanitarios, pareciendo mirarnos mientras él votaba.
“No veo peligro inmediato. La niña es lo suficientemente segura por ahora. Siempre podremos reevaluar luego. Déjenlos ir en paz.” Su voz era incluso más imperceptible que la de su hermano. Suspiros plumosos.
Ninguno de la guardia relajó sus posiciones listas con sus discrepantes palabras. La sonrisa burlona de anticipación de Caius no vaciló. Era como si Marcus no había hablado en absoluto.
“Debo dar el voto decisivo, al parecer.” Reflexionó Aro.
De repente, Edward se enderezó a mi lado. “¡¡¡Sí!!!” siseó.
Arriesgué un vistazo a él. Su cara brilló con una expresión de triunfo que yo no entendía – era la expresión que un ángel de destrucción tendría mientras el mundo se quema. Hermosa y terrible.
Había una reacción baja de la guardia, un murmullo inquieto.
“¿Aro?” Edward llamó, casi gritó, una victoria no disimulada en su voz.
Aro vaciló por un segundo, evaluando este nuevo humor cautelosamente antes de responder.
“¿Sí, Edward? ¿Tienes algo más que agregar...? "
“Tal Vez” Edward dijo amablemente, controlando su entusiasmo inexplicado. “Primero; ¿Si yo pudiera aclarar un punto?”
“Ciertamente” dijo Aro, levantando sus cejas, nada más que educado interés en su tono. Mis dientes chirriaron juntos; nunca era tan peligroso que cuando era cortés.
“El peligro que tu prevéis de mi hija – ¿esto pende enteramente de nuestra inhabilidad de prever cómo ella se desarrollará? ¿Ese es el quid de la cuestión?”
“Sí, amigo Edward,” Aro asintió. “Si pudiéramos estar segurísimos… estar seguros que, mientras crezca, ella será capaz de mantenerse escondida del mundo humano – sin poner en peligro la seguridad de nuestro oscurantismo…” El se calmó, encogiéndose.
“Entonces, si nosotros sólo pudiéramos saber con seguridad,” sugirió Edward, “exactamente en qué ella se convertirá... ¿entonces no habría ninguna necesidad de un consejo en absoluto?”
“Si hubiera alguna forma de estar absolutamente seguros,” Aro asintió, su voz emplumada sutilmente más aguda. Él no podía ver a donde Edward lo estaba llevando, tampoco yo. “Entonces, sí, no habría ninguna cosa que debatir.”
“¿Y nosotros partiríamos en paz, amigos, una vez más?” preguntó Edward con un insinuación de ironía.
Aun más agudo. “Por supuesto, mi joven amigo. Nada me agradaría más.”
Edward rió en silencio triunfantemente. “Entonces realmente tengo algo más para ofrecer.”
Los ojos de Aro se estrecharon. “Ella es absolutamente única. Su futuro sólo puede ser hecho sobre conjeturas.”
“No absolutamente única,” Edward discrepó. “Rara, ciertamente, pero no única en su clase.”
Luché el choque, la esperanza repentina que salta a la vida, como esto amenazó con distraerme. La niebla sedosa todavía se arremolinaba alrededor de los bordes de mi escudo. Y, como luché para enfocar, sentí otra vez la aguda, apuñálate presión contra mi asimiento protector.
“Aro, ¿le pedirías a Jane que pare de atacar a mi esposa?” Edward pidió cortésmente. “Aun estamos discutiendo evidencia”
Aro levantó una mano. “Por favor, queridos. Déjennos oírle.”
La presión desapareció. Jane descubrió sus dientes hacia mí; no pude evitar sonreírle de vuelta a ella.
“¿Por qué no nos acompañas, Alice?” Edward llamó fuertemente.
“Alice” Esme susurró sorprendida.
¡Alice!
¡Alice, Alice, Alice!.
“Alice, Alice” otras voces murmuraron alrededor mío.
“Alice” Aro respiró.
Alivio y violenta alegría pasó a través de mí. Tomó de toda mi voluntad mantener el escudo donde estaba. La niebla de Alec todavía probada, buscando una debilidad - Jane vería si dejaba cualquier agujero.
Y luego los oí corriendo a través del bosque, volando, acercando la distancia tan rápido como podían sin esfuerzo absoluto en silencio.
Ambos lados estaban inmóviles en la expectativa. Los testigos de los Volturi fruncieron el ceño en la turbación fresca.
Luego Alice bailó entrando en el claro desde el sudeste, y parecí a la dicha de ver su cara otra vez podría votarme de mis pies. Jasper estaba sólo pulgadas detrás de ella, sus ojos de águila feroces. Cerca después de ellos corrieron tres forasteros; el primero era una hembra alta, musculosa con el pelo negro salvaje - obviamente Kachiri. Ella tenía los mismos miembros alargados y rasgos que otras Amazonas, aún más pronunciadas en su caso.
El siguiente era un pequeño vampiro femenino de tono aceituna con una trenza larga de pelo negro corto contra su espalda. Sus ojos de Borgoña profundos revolotearon nerviosamente alrededor de la confrontación antes de ella.
Y el último era un hombre joven... no tan rápido, no tan fluido en su correr. Su piel era de un imposible rico, oscuro café. Sus ojos cautelosos dirigidos a través de la reunión, y ellos eran el color de teca caliente. Su pelo era negro y trenzado, también, como la mujer, aunque no tan largo. Él era hermoso.
Mientras él se acercó a nosotros, un sonido nuevo ondas de choque enviada a través de la muchedumbre que miraba - el sonido de otro latido del corazón, acelerado con el esfuerzo.
Alice saltó ligeramente sobre los bordes de la niebla que se disipada que lamía mi escudo y vino a una parada sinuosa en el lado de Edward. Tendí la mano para tocar su brazo, y lo mismo hizo Edward, Esme, Carlisle. No había el tiempo para cualquier otra bienvenida. Jasper y los demás la siguieron a través del escudo.
Toda la guardia miró, la especulación en sus ojos, como los recién llegados cruzaron la frontera invisible sin la dificultad. Los musculosos, Félix y los demás como él, enfocaron sus de pronto esperanzados ojos en mí. Ellos no estaba seguros de qué mi escudo rechazaba, pero era claro ahora que no pararía un ataque físico. En cuanto Aro diera la orden, la campaña seguiría, yo el único objetivo. Me pregunté cuantos Zafrina sería capaz de cegar, y cuanto esto reduciría su marcha. ¿Lo suficiente para que Kate y Vladimir sacaran a Jane y Alec de la ecuación? Eso era todo lo que yo podía pedir.
Edward, a pesar de su absorción en el golpe el que él dirigía, se puso rígido con furia en respuesta a sus pensamientos. Él se controló y habló a Aro otra vez.
“Alice ha estado buscando a sus propios testigos estas últimas semanas,” él dijo al antiguo. “Y ella no vuelve con las manos vacías. ¿Alice, por qué no presentas a los testigos has traído?”
Caius gruñó. “¡El tiempo para testigos ha pasado! ¡Has tu voto, Aro!”
Aro levantó un dedo para silenciar a su hermano, sus ojos se pegaron a la cara de Alice.
Alice avanzó adelante ligeramente y presentó a los extraños. “Esta es Huilen y su sobrino, Nahuel,”
Oyendo su voz… es como si nunca se hubiera ido.
Los ojos de Caius se apretaron mientras Alice nombraba la relación entre los recién llegado. Los testigos de los Volturi sisearon entre ellos. El mundo vampiro estaba cambiando, y todos podrían sentirlo.
“Habla, Huilen” Aro ordenó. “Danos el testimonio por el que fuiste traída.”
La delgada mujer contempló a Alice nerviosamente. Alice asintió en estímulo, y Kachiri puso su larga mano en el hombro de la pequeña vampiro.
“Soy Huilen,” anunció la mujer en claro pero extraño acento inglés. Mientras ella continuaba, era evidente que ella se había preparado para contar esta historia, que ella había practicado. Esta fluyó como una canción infantil conocida. “Hace un siglo y medio atrás, viví con mi gente, los Mapuche. Mi hermana era Pire. Nuestros padres la llamaron por nieve sobre las montañas debido a su hermosa piel. Y ella era muy hermosa - demasiado hermosa. Ella vino a mí un día en secreto y me dijo del ángel que la encontró en los bosques, que la visitaba de noche. La advertí.” Huilen sacudió su cabeza tristemente. “Como si las contusiones sobre su piel no advertían bastante. Yo sabía que era el Libishomen de nuestras leyendas, pero ella no escucharía. Ella fue embrujada.”
“Ella me dijo cuando estuvo segura que el niño de su ángel oscuro crecía dentro de ella. No intenté desalentarla de su plan de escaparse - yo sabía que hasta nuestro padre y madre estarían de acuerdo que el niño debía ser destruido, Pire junto con él. Fui con ella hasta la parte más profunda del bosque. Ella buscó a su ángel demonio, pero no encontró nada, cuidé de ella, cazando por ella cuando su fuerza fallaba. Ella comió los animales crudos, bebiendo su sangre. No necesité más confirmación de qué ella cargaba en su vientre. Esperé salvar su vida antes de que yo matara al monstruo.”
“Pero ella amaba al niño en su interior. Lo llamó Nahuel, por el gato de la jungla, cuando el creció más fuerte y rompió sus huesos – y aun así lo amaba.”
“No pude salvarla. El niño rasgó su camino fuera de ella, y ella murió rápido, rogando en todo momento que yo cuidara de su Nahuel. Su deseo moribundo – y yo accedí.”
“Él me mordió, aun cuando intenté levantarlo de su cuerpo. Me arrastré alejándome hacia la selva para morir. No llegué lejos - el dolor era demasiado fuerte. Pero él me encontró; el niño recién nacido luchó por la maleza a mi lado y me esperó. Cuando el dolor se terminó, él estaba arrimado a mi lado, durmiendo.”
“Cuidé de él hasta que fue capaz de cazar por si mismo. Cazamos en las villas alrededor de nuestro bosque, quedando entre nosotros. Nunca habíamos salido tan lejos de nuestro hogar, pero Nahuel deseaba ver a la niña aquí.”
Huilen dobló su cabeza cuando terminó y se movió hacia atrás por lo que quedo parcialmente ocultada detrás de Kachiri.
Aro frunció los labios. Miró al joven de piel oscura.
“¿Nahuel, tienes ciento cincuenta años?” le preguntó.
“Sume o quite una década,” respondió en una clara, hermosa tibia voz. Su acento casi no se notaba. “Nosotros no llevamos la cuenta.”
“¿Y llegaste a la madurez a que edad?”
“Cerca de siete años después de mi nacimiento, más o menos, estaba totalmente crecido”
“¿No has cambiado desde entonces?”
Nahuel se encogió. “No que yo haya notado.”
Sentí un estremecimiento temblar por el cuerpo de Jacob. No quise pensar en eso aún. Yo esperaría hasta que el peligro pasara y pudiera concentrarme.
“¿Y tu dieta?” Aro presionó, pareciendo interesado a pesar de si mismo.
“Mayoritariamente sangre, pero algunas comidas humanas también. Puedo sobrevivir de cualquiera.”
“¿Fuiste capaz de crear un inmortal?” Mientras Aro gesticulaba a Huilen, su voz era abruptamente intensa. Me reenfoqué en mi escudo; tal vez estaba buscando una nueva excusa.
“Si, pero ningunos del resto puede.”
Un murmuro de chock corrió a través de los tres grupos.
Las cejas de Aro se alzaron. “¿El resto?”
“Mis hermanas.” Nahuel se encogió otra vez.
Aro miró desordenadamente por un momento antes de componer de su cara.
“Quizás deberías contarnos el resto de tu historia, pues parece haber más.”
Nahuel frunció el seño.
“Mi padre llegó a buscarme algunos años después de la muerte de mi madre.” Su apuesta cara se distorsionó un poco. “Él estaba encantado de encontrarme.” El tono de Nahuel sugería que el sentimiento no era mutuo. “Él tenía dos hijas, pero ningún hijo. Esperaba que me uniera a él, tal cual mi hermanas.”
“Estaba sorprendido de que yo no estuviera solo. Mis hermanas no eran venenosas, pero si eso se debía al género o a una coincidencia…. ¿Quién sabe? Yo ya tenía mi familia con Huilen, y no estaba interesado” – torció sus palabras – “en darle una oportunidad. Tengo una nueva hermana, ella llegó a la madurez hace casi diez años atrás.”
“¿El nombre de tu padre?” Caius preguntó rechinando sus dientes.
“Joham,” Nahuel respondió. “Se considera a si mismo un científico. Él piensa que está creando una nueva super-raza.” No haciendo ningún intento de escondes su desagrado en su tono.
Caius me miró. “¿Tu hija, es venenosa?” demandó duramente.
“No,” respondí. La cabeza de Nahuel se levantó ante la pregunta de Aro, y sus ojos de teca giraron llevados a mi cara.
Caius miró a Aro para confirmación, pero Aro estaba absorto en sus propios pensamientos. Él torció sus labios y miró fijamente a Carlisle, y luego Edward, y por fin sus ojos descansaron en mí.
Caius gruñó. “Nos encargaremos de las aberraciones aquí, y luego las seguimos al sur,” urgió a Aro.
Aro miró a mis ojos un largo, tenso momento. No tenía idea de lo estaba buscando, o lo que encontró, pero luego de haberme medido por ese momento, algo en su cara cambió, un cambio débil en el juego de su boca y ojos, y yo sabía que Aro había tomado su decisión.
“Hermano,” le dijo suavemente a Caius. “No parece haber ningún peligro. Esto es un inusual desarrollo, pero no veo amenaza alguna. Estos niños mitad vampiro son muy parecidos a nosotros, al parecer.”
“¿Es ese tu voto?” demandó Caius.
“Lo es.”
Caius frunció el ceño. “¿Y este Joham? ¿Este inmortal tan encariñado a la experimentación?”
“Tal ves debemos hablar con él,” Aro estuvo de acuerdo.
“Detengan a Joham si desean,” Nahuel dijo de plano. “Pero dejen a mis hermanas ser. Ellas son inocentes.”
Aro asintió, su expresión era solemne. Y luego se volteó a su guardia con una calurosa sonrisa.
“Queridos,” los llamó. “No pelearemos hoy.”
La guardia asintió al unísono y se levantaron de su posición de listo. La niebla se disipo rápidamente, pero mantuve mi escudo en su lugar. Tal ves esto era un nuevo truco.
Analicé sus expresiones mientras Aro se volteaba hacia nosotros. Su cara era tan benigna como siempre, pero no la de antes. Sentí una extraña carencia de expresión detrás de sus facciones. Como si su maquinación hubiese terminado. Caius estaba claramente enfurecido, pero su rabia era interna ahora; estaba resignado. Marcus miró… aburrido; realmente no había otra palabra para ello. La guardia estaba impávida y disciplinada nuevamente; no había individuos entre ellos, solo el todo. Ellos estaban en formación, listos para partir. Los testigo de los Vulturi estaban aun cautelosos; unos tras otros, ellos partieron, esparciéndose en el bosque. Mientras su número disminuía, los restantes aceleraron. Pronto todos se habían ido.
Aro levantó sus manos hacia nosotros, casi disculpándose. Detrás de él, la mayor parte de la guardia, junto con Caius, Marcus, y las silenciosas, misteriosas esposas, estaban rápidamente dispersándose, con formación precisa nuevamente. Solo los tres que parecían ser su guardia personal se mantuvieron con él.
“Estoy tan contento de que esto se pudo resolver sin violencia,” dijo dulcemente. “Mi amigo, Carlisle – ¡que contento estoy de llamarte amigo de nuevo! Espero que no haya resentimientos. Se que entiendes la estricta carga que nuestro deber pone en nuestros hombros.”
“Vete en paz, Aro,” dijo Carlisle duramente. “Por favor recuerda que aun tenemos nuestro anonimato de proteger aquí, y controla a tu guardia de cazar en esta región.”
“Por supuesto, Carlisle,” Aro le aseguró. “Lamento haberme ganado tu desaprobación, mi querido amigo. Tal ves, con el tiempo, me perdones.”
“Tal ves, con el tiempo, si pruebas ser nuestro amigo nuevamente.”
Aro dobló su cabeza, la imagen del remordimiento, y derivó hacia atrás por un momento antes de girarse. Miramos en silencio como los cuatro últimos Volturi desaparecieron en los árboles.
Estaba todo muy tranquilo. No solté mi escudo.
“¿Realmente todo terminó?” le susurré a Edward.
Su sonrisa era enorme. “Si. Se dieron por vencido. Como todos los matones, son cobardes bajo toda esa arrogancia.” Se rió.
Alice se rió con él. “En serio, gente. Ellos no volverán. Todos se pueden relajar ahora.”
Había otro golpe de silencio.
“De toda la suerte putrefacta,” refunfuñó Stefan.
Y luego golpeó.
Los aplausos estallaron. Aullidos ensordecidos llenaron el claro. Maggie Palmeó a Shiobban en la espalda. Rosalie y Emmett se besaron otra vez - más largo y más ardientemente que antes. Benjamín y Tia se cerraron abrasándose, tal cual Carmen y Eleazar. Esme sostuvo a Alice y Jasper en un abrazo apretado. Carlisle estaba calurosamente agradeciendo a los recién llegado de Sudamérica quienes nos habían salvado a todos. Kachin se paró muy cerca de Zafrina y Senna, entrelazando la punta de sus dedos. Garrett levantó a Kate del suelo y la meció alrededor en un círculo.
Stefan escupió en la nieve. Vladimir gruñó con sus dientes juntos con una expresión amarga.
Y yo medio-escalé al gigante lobo rojizo para arrancar a mi hija de su espalda y luego la apreté a mi pecho. Los brazos de Edward estaban alrededor de nosotros en el mismo segundo.
“Nessie, Nessie, Nessie.” Canturreé.
Jacob se rió con su gran risa de ladrido y pincho tras de mi cabeza con su nariz.
“Cállate,” mascullé.
“¿Me puedo quedar contigo?” Nessie demandó.
“Por siempre,” le prometí.
Teníamos para siempre. Y Nessie iba a estar bien y sana y fuerte. Como el mitad humano Nahuel, en ciento cincuenta años ella sería joven. Y todos estaríamos juntos.
La felicidad se expandió como una explosión dentro de mí – tan extrema, tan violenta que no estaba segura que la sobreviviría.
“Por siempre,” Edward hizo eco en mis oídos.
Yo no podía hablar más. Levanté mi cabeza y lo besé con una pasión que pudo haber encendido el bosque entero.
Yo no lo habría notado.

37. ESTRATAGEMAS

Aro no contestó a su protector ansioso que esperaba en el lado del norte del claro; en lugar de eso, los animó a ir adelante.Edward comenzó a sostenerme, tirando de mi brazo y de Emmett. Nos apresuramos cuidarnos la retaguardia, posando nuestros ojos en la amenaza que avanzaba. Jacob se retiró lentamente, la piel en sus hombros se erizó y descubrió sus colmillos hacia Aro. Renesmee pasó su mano por la cola de Jacob, evitando que él se fuera, forzándolo a permanecer con nosotros. Alcanzamos a nuestra familia a la vez que las capas oscuras rodearon a Aro otra vez.Ahora había solamente cincuenta yardas entre ellos y nosotros - una distancia que cualquiera de nosotros podría saltar en apenas una fracción segundo.Caius comenzó a discutir con Aro inmediatamente.“¿Cómo puedes aceptar esta infamia? ¿Por qué estamos aquí parados impotentes frente a un crimen tan indignante, cubierto por un engaño tan ridículo?” Él mantuvo sus brazos rígido en sus lados, sus manos erizadas en garras. Me preguntaba porqué él no tocaba a Aro para compartir su opinión. ¿Veíamos una división en sus filas ya? ¿Podríamos ser así de afortunados?“Porque es todo el verdad,” Aro le dijo tranquilamente. “Cada palabra de ella. Ve cuántos testigos están parados listos para dar evidencia que han visto a esta niña milagrosa crecer y madurar en apenas un corto plazo, el mismo corto plazo en que le han conocido. Que han sentido el calor de la sangre pulsar en sus venas”.El gesto de Aro barrió desde Amun en un lado hasta a Siobhan en el otro.Caius reaccionó extrañamente a las palabras calmantes de Aro, comenzando siempre tan levemente en los testigos mencionados. La cólera se esfumó de su rostro, substituida por un cálculo frío. Él echó un vistazo en los testigos de los Volturi con una expresión vaga… nerviosa.Eché un vistazo en la multitud enojada, también vi que la descripción no era ya la misma. El frenesí por la acción había dado vuelta a la confusión. Las conversaciones eran susurros a través de la muchedumbre mientras que intentaron entender qué había sucedido.Caius frunció el ceño, profundo y pensando. Su expresión especulativa alimentó las llamas de mi cólera a la vez que me preocupó. Qué tal si ¿el protector actuaba otra vez en una cierta señal invisible, como tenían en su marcha?Ansiosamente, examiné mi escudo; se sentía apenas tan impenetrable como antes. Ahora puse de manera baja, formando arcos sobre nuestra compañía. Podía sentir las plumas agudas de la luz donde mi familia y amigos estaban parados - cada uno con un sabor individual que pensé podría reconocer con práctica. Conocía ya Edward - el suyo era el más brillante de todos. El espacio vacío adicional alrededor del punto brilloso me incomodó; no había barrera física del protector, y si uno de los Volturi talentosos pudiera pasar debajo, no podría proteger a nadie excepto a mi. Sentía mi frente arrugarse mientras que tiré de la armadura elástica muy cuidadosamente más cerca. Carlisle era el delantero más lejano; Aspiré, el escudo avanzó poco a poco, pulgada por pulgada, intentando envolverlo exactamente a su cuerpo como podía.Mi escudo parecía desear cooperar. Abrazó su forma; cuando Carlisle cambió de puesto al lado más cercano a Tanya para apoyarle, el elástico estiró con él, dibujado a su chispa. Fascinada, tiré más hilos de la tela, tirando de él alrededor de cada forma que brillaba tenuemente, ya sea de un amigo o un aliado. El escudo dispuesto se aferró a ellos, moviéndose mientras que se movieron.Solamente un segundo había pasado; Caius todavía deliberaba. “Los hombres lobos,” él murmuro al último. Con pánico repentino, me di cuenta que la mayoría de los hombres lobos estaban desprotegidos. Estaba a punto de alcanzarlos cuando me di cuenta que , extrañamente, aun podía sentir sus “chispas”. Curioso, dibujé el escudo más apretado adentro, hasta que Amun y Kebi - el borde más lejano de nuestro grupo - estaban afuera con los lobos.Una vez que estuvieran en el otro lado, sus luces desaparecieron. Dejaron de existir en ese sentido. Pero los lobos seguían siendo llamas brillantes - o algo, la mitad de ellos era. Hmm… Miré hacia fuera otra vez, y tan pronto como Sam estuvo bajo cubierta, todos los lobos era chispas brillantes otra vez. Sus mentes deben haber sido interconectadas como lo había imaginado. Si la alfa estaba dentro de mi escudo, el resto de sus mentes que eran parte de él, estarían protegidos como el suyo.“Ah!, hermano…,” Aro contestó a la declaración de Cayo con una mirada dolida.“¿Tú también defenderás esta alianza, Aro?” exigió Cayo.“Los niños de la luna han sido nuestros enemigos desde el amanecer de los tiempos. Los hemos cazado hasta lograr casi su extinción en Europa y Asia. Con todo Carlisle anima una relación familiar con esta infestación enorme – no hay ninguna duda, es un intento para derrocarnos. Es la mejor forma de proteger su forma de vida torcida.”Edward despejó su garganta en alta voz y Caius se deslumbró con él. Aro colocó su fina mano sobre su propia cara como si lo desconcertara el otro antiguo.“Caius, es medio día,” Edward precisando. Él hizo un gesticulo a Jacob. “Éstos no son niños de la luna, claramente. No tienen ninguna relación con sus enemigos en el otro lado del mundo““Tu crías mutantes aquí,” escupió Caius a él.Edward apretó su quijada entonces él contestó uniformemente, “Ellos no son siempre lobos. Aro puede decirte todo si no me crees.” ¿No son siempre lobos? Tiré a una mirada desconcertada en Jacob. Él levantó sus hombros enormes y los dejó caer - un encogimiento. Él no sabía de qué hablaba Edward, tampoco.“Estimado Caius, te habría advertido a que no presionaras este punto si con tu mano me hubieses dicho tus pensamientos,” murmuró Aro. “Aunque estas criaturas piensan que son lobos, no lo son. El nombre más exacto para ellos serían transformadores. La opción de tomar la forma de un lobo, sólo fue una opción. Habría podido ser un oso o un halcón o una pantera cuando el primer cambio fue realizado. Estas criaturas no tienen nada que ver con los niños de la luna. Han heredado simplemente esta habilidad de sus padres. Es genético - no continúan su especie infectando a otras la manera que lo hacen los hombres lobos verdaderos”.Caius se deslumbró con Aro, con irritación y algo más - una acusación de traición, quizá.“Saben nuestro secreto,” él dijo plano (Edward miraba alrededor para contestar a esta acusación, pero Aro habló más rápido. “Son criaturas de nuestro mundo sobrenatural, hermano. Quizá, ellos dependen más del secreto que nosotros, ellos están expuestos. Cuidadosamente, Caius. Las acusaciones engañosas no nos llevan a ninguna parte”. Cayo respiró profundamente y cabeceó. Intercambiaron un vistazo largo, significativo.Pensé que entendía la instrucción detrás de la frase cuidadosa de Aro. Las falsas acusaciones no ayudaban convencer a testigos que miraban de cualquier lado; Aro tuvo cuidado con el siguiente movimiento estratégico de Caius. Me preguntaba si la razón era la tensión evidente que aumentaba entre los dos – la desgana de Caius de compartir sus pensamientos con un toque - era que Caius no cuidaba mostrar tanto como lo hizo Aro. Era como si la matanza que venía era más esencial para Caius que su reputación inmaculada.“Deseo hablar con el informador,” Caius anunció abruptamente, y dio la vuelta para mirar a Irina.Irina no prestaba atención a la conversación de Caius y de Aro; su cara estaba torcida en la agonía, tenía los ojos trabados en sus hermanas, alineadas para morir. Estaba claro en su rostro que ahora sabía que su acusación había sido totalmente falsa.“Irina,” Caius irritado, infeliz de tener que dirigirse a ella. Ella miró hacia arriba, temerosa e inmediatamente asustada. Caius tronó los dedos (le tronó los dedos en el sentido de que se apurara). Vacilante, ella se movió desde las franjas de la formación de los Volturi para ser el soporte delante de Cayo, otra vez.“Tu pareces haberte equivocado absolutamente en tus declaraciones,” Cayo comenzó. Tanya y Kate se inclinaron ansiosamente hacia adelante.“Lo siento,” Irina susurrado. “Debí haberme cerciorado de lo que veía. Pero no tenía ninguna idea…” ella hizo una mueca desamparada en nuestra dirección.“Querido Caius, ¿podrías esperar que ella entendiera en un instante algo tan extraño e imposible?” pidió Aro. “Cualquiera de nosotros habríamos hecho la misma suposición.” Caius chasqueó sus dedos en Aro para silenciarlo.“Todos sabemos que te equivocaste,” él dijo bruscamente.“Significa hablar de tus motivos.” Irina esperaba nerviosa a que él continuara, y después repitió, “¿mis motivaciones?”“Sí, para venir a espiar en primer lugar.” Irina retrocedió en la palabra espía.“Tu estabas infeliz con los Cullens, ¿no?” Ella giró sus ojos miserables hacia el rostro de Carlisle.“Estaba” ella admitió.“¿Porque…? “Cayo incitó.“Porque los hombres lobos mataron a mi amigo,” ella susurró.“Y los Cullens se pusieron de su lado y no me dejaron vengarlo.”“Los cambiadores de forma,” Aro corrigió reservado.“Los Cullens otra vez se pusieron de parte de los cambiadores de forma, haciendo a un lado a nuestra clase – incluso, en contra del amigo de un amigo,” Caius resumió.Oí a Edward hacer un sonido disgustado bajo su respiración. Caius hacía tictac cuando su lista se vino abajo, buscando una acusación que diera resultado.Los hombros de Irina se pusieron tiesos. “Es como lo vi.”Caius esperó otra vez y después incitó, “Si tu quieres puedes hacer una demanda oficial contra los cambiadores de forma - y a los Cullens por apoyar sus acciones - ahorita sería el momento.” Él sonrió una sonrisa cruel minúscula, esperando a Irina para que le diera su siguiente excusa.Tal vez Caius no entendía a las verdaderas familias - relaciones basadas en amor y el poder del amor. Quizá él sobrestimó la potencia de la venganza.La quijada de Irina se movió con estirón hacia arriba y los hombros ajustados. “No, no tengo ninguna queja contra los lobos, o los Cullens. Tú viniste hoy aquí a destruir a un niño inmortal. Y ningún niño inmortal existe. Éste es mi error, y tomo la responsabilidad completa. Pero los Cullens son inocentes, y tu ya no tienes ninguna razón para estar todavía aquí. Lo siento mucho”, ella nos dijo a nosotros, y entonces ella volteó hacia los testigos de los Volturi.“No hay crimen. No hay razón válida para que continúes aquí”. Caius levantó su mano cuando ella habló, y tenía un objeto extraño de metal, tallado y adornado.Esto era una señal. La respuesta fue tan rápida que miramos fijamente con incredulidad, atontados mientras que sucedió. Antes de que pudiéramos reaccionar, todo terminó. Tres de los soldados Volturi saltaron adelante, y sus capas grises taparon totalmente a Irina. En el mismo instante, el horrible chillido metálico cruzó en el claro. Caius pasó al centro con melena gris, y el sonido del chillido producía una sacudida eléctrica estallando en una llama de chispas que asustaba. Los soldados saltaron detrás del infierno repentino, volviendo a tomar inmediatamente sus lugares en la línea perfectamente recta del protector.Caius solamente estaba parado al lado de los restos ardientes de Irina, el objeto de metal en su mano todavía lanzaba una gruesa ráfaga de fuego en la fogata. Con un sonido que trituraba, el fuego que salía de la mano de Cayo desapareció. Un sonido de asombro salió a través del tumulto de testigos detrás de los Volturi.Estábamos demasiado horrorizados hacer cualquier ruido. Una cosa era saber que la muerte venía con una velocidad feroz, imparable; y otra cosa era mirarlo suceder.Caius sonrió fríamente. “Ahora ella ha tomado la responsabilidad completa de sus acciones.” Sus ojos destellaban sobre nuestra línea delantera, deteniéndose rápidamente en las formas congeladas de Tanya y de Kate.En ese segundo entendí que Cayo nunca había subestimado los lazos de una verdadera familia. Éste era su trabajo. Él no había deseado la queja de Irina; él había deseado su desafío. Fue una excusa para destruirla, para encender la violencia que llenó el aire como una niebla gruesa, como combustible. Él había lanzado un fósforo.La paz filtrada de esta cumbre vaciló tan peligrosamente como un elefante en una tensa cuerda. Una vez que la lucha comenzó, no había forma de pararla. La única escala que haría sería hasta terminar con un lado. Nuestro lado. Caius sabía esto. También Edward.“¡Deténgalos!” Edward gritó, saltando para agarrar el brazo de Tanya mientras que ella guiñó hacia Caius sonriente y con un grito que emanaba de la pura rabiaElla no podía sacudir a Edward y menos porque Carlisle tenía sus brazos trabados alrededor de su cintura. “Es demasiado tarde para ayudarla,” tratando de razonar tanto como ella luchaba. “¡No le den lo que él desea!”Kate era más difícil de contener. Chillando casi como Tanya, ella dio el primer paso grande para el ataque que terminaría con la muerte de cada uno. Rosalie era la más cercana a ella, pero antes de que Rose pudiera contenerla, Kate le dio una sacudida eléctrica tan violentamente que Rose barrió la tierra. Emmett la tomó del brazo y la lanzó abajo, después la colocó detrás, sus rodillas que daban hacia abajo. Kate rodó a sus pies, y miraba como si nadie pudiera detenerla. Garrett se arrojó sobre ella, golpeándola otra vez contra la tierra. Él se limitó a poner sus brazos alrededor de sus muñecas. Vi el espasmo de su cuerpo cuando ella le dio una sacudida eléctrica. Sus ojos rodaron detrás en su cabeza, pero no dejó su posición.“Zafrina,” Edward gritó. Los ojos de Kate quedaron en blanco y ella gritó nuevamente dejando salir sus quejidos. Tanya paró de luchar. “Devuélveme mi vista” Tanya silbó.Desesperadamente, pero con toda la delicadeza que podría manejar, yo jalé mi escudo incluso más apretado contra las chispas de mis amigos, poniéndolo cuidadosamente detrás de Kate mientras que intenta ponerlo alrededor de Garrett, haciéndole una piel fina entre ellos. Y entonces Garrett estaba sosteniendo otra vez a Kate en la nieve.“¿Si te suelto volverás a golpearme otra vez, Katie?” él susurró. Ella gruñó como respuesta, todavía intentado golpearlo.“Escúchenme, Tanya, Kate,” Carlisle dijo en un susurro bajo pero intenso. “La venganza no les va a ayudar. Irina no querría que ustedes perdieran sus vidas de esta manera. Piensen lo que ustedes están haciendo. Si ustedes los atacan, todos moriremos” Tanya bajó sus hombros con pena, y ella se inclinó hacia Carlisle para que la consolara. Kate finalmente cedió.Carlisle y Garrett continuaron consolando a las hermanas con las palabras urgentes para confortarlas. Y mi atención volvió al peso de las miradas fijas que se apretaron en nuestro momento de caos.De las esquinas de mis ojos, podía ver que Edward y todos los demás cerca de Carlisle y de Garrett entraron otra vez en mi escudo. La brillantez más pesada vino de Caius, mirando fijamente con incredulidad enfurecida hacia Kate y Garrett en la nieve.Aro también miraba a esos dos, la incredulidad era la emoción más fuerte en su cara.Él sabía lo que podría hacer Kate. Él había sentido su potencia con las memorias de Edward. ¿Él entendía qué era lo que estaba sucediendo - él vio que mi escudo había crecido en fuerza y delicadeza más allá de lo qué Edward me creía ser capaz? ¿O él pensó que Garrett había aprendido su propia forma de inmunidad? El guardia de los Volturi estaba parado sin poner más atención de que su disciplina marcaba – se agacharon hacia adelante, esperando contra atacar en el momento en nosotros atacáramos.Detrás de ellos, cuarenta y tres testigos estaban mirando con expresiones muy diversas de las que habían usado en el claro. La confusión había dado vuelta a la desconfianza. La destrucción relámpago de Irina los había sacudido a todos. ¿Cuál había sido su crimen? Sin el ataque inmediato con el que Caius contaba que los distraería de su acto impulsivo, los testigos de los Volturi comenzaron a preguntase exactamente qué sucedía aquí. Aro echó un vistazo hacia atrás rápidamente mientras que lo miré, su cara de fastidio lo traicionaba rápidamente. La necesidad de una audiencia lo había defraudado gravemente.Oí los murmullos de Stefan y de Vladimir, ambos mostraban un júbilo reservado por el malestar de Aro.Aro había sido descrito como el que llevaba la bandera blanca, tal como los rumanos lo habían imaginado. Pero no creí que los Volturi nos dejarían en paz solo por conservar su reputación. Después de que acabaran con nosotros, matarían seguramente a sus testigos para ese propósito. Sentía una compasión extraña, repentina para la multitud de extranjeros que los Volturi había traído para mirarnos morir. Demetri los buscaría hasta que estuviesen extintos también.Por Jacob y Renesmee, por Alice y Jasper, por Alistair, y por estos extranjeros que no sabían lo que les costaría este día, Demetri tenía que morir.Aro tocó el hombro de Caius, ligeramente. Han castigado a “Irina ha muerto por su falso testimonio en contra de esta niña.” De modo que terminaron las excusas. Él se encendió. “¿Quizás debemos volver al tema actual?”Caius se enderezó, y su expresión se endureció aún más. Él miró fijamente hacia adelante, sin ver nada. Extrañamente su cara me recordó, a quien acaba de ser degradado.Aro mandó hacia delante a Renata, Félix, y Demetri que se movía automáticamente con él.“Sean cuidadosos,” él dijo, “quisiera hablar con algunos de sus testigos. Procedimiento, ustedes saben”. Él agitó una mano. Dos cosas sucedieron inmediatamente. Los ojos de Caius centrados en Aro, y la sonrisa pequeña y cruel volvió. Y Edward silbó, sus manos se cerraron en puños firmes, parecía como si sus nudillos partieran su piel dura de diamante. Estaba desesperada por preguntarle qué ocurría, pero Aro estaba lo bastante cerca para oír hasta la respiración más reservada. Vi a Carlisle echar un vistazo a la cara ansiosa de Edward y entonces su propio rostro se endureció. Mientras que Caius había cometido un error con acusaciones inútiles y tentativas imprudentes para accionar la lucha, Aro debió pensar estrategia más eficaz.Aro atravesó la nieve como un fantasma el lado occidental de nuestra línea, parándose cerca de diez yardas de Amun y de Kebi. Los lobos que estaban cerca se erizaron coléricamente pero se quedaron en sus posiciones. “¡Ah, Amun, mi vecino del mediterráneo!” dijo Aro cálidamente. “Hace tanto tiempo que me visitaste.” Amun estaba inmóvil pero con ansiedad, Kebi como estatua a su lado. “El tiempo significa poco, nunca noto su paso” Amun dijo a través de sus labios sin mover. “Es cierto” Aro estuvo de acuerdo. “Pero tal vez tú tenías otra razón para permanecer ¿lejos?”Amun no dijo nada.“Puede ser un terrible desperdicio de tiempo el organizar la llegada de un nuevo miembro. ¡Eso lo sé bien! Estoy agradecido, yo tengo a otros para ocuparse del tedio. Estoy alegre de sus nuevas adiciones, ha encajado bastante bien. Me habría encantado haber sido presentado. Estoy seguro de que entiendes el significado de venir verme pronto” “Por supuesto,” dijo Amun, su tono era sin emociones por lo que era imposible decir si había miedo o sarcasmo en su afirmación.“¡Oh bien, ahora todos estamos juntos! ¿No es encantador?” Amun cabeceó, su rostro quedó en blanco.“Pero la razón de tu presencia aquí no es tan agradable, desafortunadamente. ¿Carlisle te invitó a atestiguar?”“Sí.”“¿Y qué viniste a atestiguar para él?”Amun habló con la misma voz fría carente de emoción. “He observado a la niña en cuestión. Era casi evidente, inmediatamente que ella no era un niña inmortal” “Quizás debemos definir nuestra terminología,” Aro interrumpió, “ahora parece ser que hay nuevas clasificaciones, pero por niño inmortal, por supuesto que tu entiendes que es un niño humano que fue mordido y transformado por un vampiro” “Sí, eso es lo que quise decir.” “¿Qué más observaste sobre la niña?”“Las mismas cosas que seguramente viste en la mente de Edward. Que la niña es su hija biológica. Que ella crece. Que ella aprende.”“Sí, sí,” dijo Aro, con un toque de impaciencia en su tono amable. “Pero específicamente en tus pocas semanas aquí, ¿qué viste?”Amun frunció el ceño. “Que ella crece… rápidamente.”Aro sonrió. “¿Y tu crees que le deberíamos permitir vivir?”Un silbido se escapó de mis labios, y no estaba sola. La mitad de los vampiros en nuestra línea repitió mi protesta. El sonido era un chisporroteo bajo de la furia que colgaba en el aire. A través del prado, algunos de los testigos de los Volturi hicieron el mismo ruido. Edward caminó detrás y envolvió una mano que refrenaba alrededor de mi muñeca.Aro no hizo caso al ruido, pero Amun echó un vistazo alrededor inquieto.“No vine a hacer juicios,” él evadió.Aro rió ligeramente. “Solo es tu opinión.”Amun levanto su barbilla. “No veo ningún peligro en la niña. Ella aprende más de lo que ella crece.”Aro cabeceó, considerando. Después de un momento, él se alejo.“¿Aro?” Amun llamado.Aro se giro hacia el. “¿Sí, amigo?”“Di mi testimonio. No tengo no más negocios aquí. Mi compañero y yo quisiéramos irnos ahora.”Aro sonrió con gusto. “Por supuesto. Estoy muy alegre de que podamos charlar para un momento. Y estoy seguro de que nos veremos pronto otra vez.”Los labios de Amun eran una línea apretada pues él inclino su cabeza una vez, reconociendo la amenaza apenas encubierta. Él tocó el brazo de Kebi, y entonces dos de ellos corrieron rápidamente al borde meridional del prado y desaparecieron entre los árboles. Sabía que no pararían de correr por mucho tiempo.Aro se deslizaba detrás a lo largo de la longitud de nuestra línea al este, su guardia se puso tensa. Él paró cuando estaba enfrente de la forma masiva de Siobhan.“Hola, estimado Siobhan. Estas tan encantador como siempre.”Siobhan inclino su cabeza, esperando.“¿Y tu?” pregunto. “¿Contestaras a mis preguntas de la misma manera que lo hizo Amun?”“Lo hare,” dijo Siobhan. “Solamente quizás agregaría un poco más. Renesmee entiende las limitaciones. Ella no es ningún peligro a los seres humanos—ella se mezcla mejor que nosotros. Ella no plantea ninguna amenaza de la exposición.”“¿Puedes pensar en nada?” pregunto soberbiamente Aro.Edward gruñó, una baja rasgadura sonó profundamente en su garganta.Los ojos carmesí nublados de Caius aclararon.Renata llevó a cabo una protección hacia su amo.Y Garrett liberó a Kate para tomar un paso adelante, haciendo caso omiso de la mano de Kate como intentó advertir a él esta vez.Siobhan contesto lentamente, “No pienso que te sigo.”Aro desvió ligeramente la espalda, casualmente, hacia el resto de su guardia. Renata, Félix, y Demetri estaban más cercanos que su sombra. “No hay ley quebrada,” dijo Aro en una voz que aplaca, pero cada uno de nosotros podría oír que venía una calificación. Luché por controlar mi rabia que intento agarrar mi garganta a su manera y gruñir en forma desafiante. Lancé la furia en mi escudo, espesándolo, cerciorándose de que cada uno fue protegido.“Ninguna ley quebrada,” repitió Aro. “Sin embargo, ¿entonces significa que no hay peligro? No.” Él sacudió su cabeza suavemente. “eso es un problema separado.”La única respuesta fue el endurecimiento de los nervios ya extendidos, y Maggie, en las franjas de nuestra venda de combatientes, sacudiendo su cabeza con cólera lenta.Aro estableció el paso cuidadosamente, mirando como si él flotara más bien como si tocara la tierra con sus pies. Noté que cada paso lo tomó más cercano a la protección de su guardia.“Ella es única… completamente, imposiblemente única. Tal basura sería, destruir algo tan encantador. Especialmente cuando podríamos aprender tanto…” Él suspiró, como si no quisiera continuar. “Pero hay peligro, peligro que no pueden ser ignorado simplemente.”Nadie respondió a su afirmación. Era absolutamente silencioso a medida que él continuó en un monólogo que sonaba como si él lo hablara para si mismo.“Que irónico es como los avances de los seres humanos, como su fe en la ciencia crece y se controla su mundo, son mas libres con su descubrimiento. Sin embargo, a medida se convierten más desinhibidos de su incredulidad en lo sobrenatural, se vuelven lo suficientemente fuertes en sus tecnologías que, si así lo desean, pueden en realidad representar una amenaza para nosotros, incluso destruir algunos de nosotros.“Por miles y miles de años, nuestro secreto ha sido más una cuestión de conveniencia, de la facilidad, que de la seguridad real. Este último siglo crudo, enojado ha dado a luz a las armas de tal energía que ponen en peligro incluso a inmortales. Ahora nuestro estado como mito mero en verdad nos protege contra estas criaturas débiles que buscamos.“Esta niña asombrosa” —él levantó la palma de su mano abajo como si casi para reclinarla en Renesmee, aunque ahora él estaba a cuarenta yardas de ella, dentro de la formación de Volturi otra vez - “si pudiéramos saber su potencial—Se con absoluta certeza que ella podría seguir siempre cubierta dentro de la oscuridad que nos protege. ¡Pero no sabemos nada de lo que ella hará! Sus propios padres son plagados por el miedo sobre su futuro. No podemos saber que es lo que será cuando ella crezca.” Él se detuvo brevemente, mirando primero nuestros testigos, y entonces, significativamente, a los suyos. Su voz dio una buena imitación de sonar rasgada por sus palabras.Todavía mirando a sus propios testigos, él habló otra vez. “Solamente el saber es seguro. Solamente el saber es tolerable. Lo desconocido es… una vulnerabilidad.”La sonrisa de Caius se ensanchó brutalmente.“Estas alcanzando, Aro,” dijo Carlisle con una voz triste.“Paz, amigo.” Aro sonrió, su cara era amable, su voz apacible, como siempre. “No seamos precipitados. Miremos esto de cada lado.” “¿Puedo ofrecer un lado que se considerará?” solicitó Garrett en un tono del nivel, tomando otro paso adelante.“Nómada,” dijo Aro, cabeceando el permiso.La barbilla de Garrett se levantó. Sus ojos se centraron en la masa amontonada en el extremo del prado, y él habló directamente a los testigos de Volturi.“Vine aquí en la petición de Carlisle, como los otros, atestiguar,” dijo. “Que es ciertamente no más necesario, con respecto a la niña. Todos vemos lo que ella es. “Permanecí para atestiguar algo más. Tu,” Él apunto su dedo hacia los vampiros cuidadosos. “Conozco a dos de ustedes - Makenna, Charles - y pude ver que muchos de ustedes son también andariegos, vagabundos como yo. Respondiendo a nadie. Pensando cuidadosamente en lo que le digo ahora.“Estos ancianos no vinieron aquí para la justicia como les dijeron. Sospechamos tanto, y ahora se ha probado. Vinieron, engañando, pero con una excusa válida para su acción. Testigo ahora como inventan excusas débiles para continuar su misión verdadera. Testigos de cómo luchan para encontrar una justificación para su propósito verdadero - de destruir a esta familia.” Gesticuló hacia Carlisle y Tanya.“Los Volturi vinieron a borrar lo que perciben como la competencia. Quizás, como mí, ustedes miran los ojos de oro de este clan y se maravilla. Son difíciles de entender, es verdad. Pero los viejos miran y ven algo más detrás de su opción extraña. Ellos ven poder.“He observado los enlaces dentro de esta familia – he dicho familia y no clan. Estos extraños ojos-dorados niegan su misma naturaleza. ¿Pero a cambio han encontrado algo que vale aún más la pena, tal vez, que la mera satisfacción del deseo? Los he estudiado a ellos en mi poco tiempo aquí, y me parece que este intrínseco e intenso vinculo familia - es el carácter pacífico de esta vida de sacrificio. No hay agresión aquí como todos vimos en los grandes clanes meridionales que crecieron y disminuyeron tan rápidamente en sus peleas salvajes. No hay pensamiento para la dominación. Y Aro y lo sabe mejor que yo.”Yo miraba la cara de Aro al ver como lo condenaban las palabras de Garrett, esperando pensionadamente por alguna respuesta. Pero la cara de Aro solo era educadamente divertida, como si la espera de una rabieta de un niño pequeño al darse cuenta que nadie le prestaba atención al dramatismo.“Carlisle nos aseguró a todos nosotros, cuando el nos llamo para que viniéramos, que no nos llamaba aquí a luchar. Estos testigos-” Garrett señaló a Siobhan y Liam “estuvieron de acuerdo a testificar, para frenar el avance de los Vulturi con su presencia y así Carlisle tuviera una oportunidad de presentar su caso”“pero algunos de nosotros nos preguntamos…” sus ojos destellaban en la cara de Eleazar- “si Carlisle teniendo la verdad de su lado seria suficiente para detener su llamada justicia. ¿Los Vulturi están aquí para proteger nuestro secreto o para proteger su propio poder? ¿Vienen ellos a detener la creación de un ilegal o una forma de vida? ¿Podrían estar satisfechos cuando vieran que el peligro no fue más que un mal entendido? ¿O seguir con su cuestión sin la excusa de la justicia?”“Tenemos las respuestas a todas estas preguntas. Hemos escuchado esto en las mentiras de Aro – tenemos alguien con el don de saber la certeza de sus palabras- y lo vemos ahora en Caius con su ansiosa sonrisa. Su guardia es solo un arma sin sentido, una herramienta para sus amos” Búsqueda de la dominación.“Así que ahora hay mas preguntas, preguntas que usted debe responder. ¿Quien los manda a ustedes, nómadas? ¿Responden a la voluntad de otros que no se a la de ustedes mismos? ¿Son libres de elegir su propio camino, o la voluntad de los Vulturi debe decidir como vivirán ustedes ahora?”“Yo vine a atestiguar. Quedarme a luchar. Los Vulturi no les importa la muerte de un niño. Buscan la muerte de nuestro libre albedrío”El giró, entonces, para hacer frente a los ancianos “así que, no vamos a escuchar mas argumentos de sus mentiras, sean honestos con sus intenciones así como nosotros somos con las nuestras. Vamos a luchar por nuestra voluntad, ataquen o no ataquen ustedes. Elijan ahora y deje que estos testigos vean la verdadera cuestión debatida”Otra vez el miro los testigos de los Vulturi, sus ojos se enfrentaron a cada cara. El poder de sus palabras era evidente en cada expresión. “Ustedes pueden considerar unirse a nosotros. Si ustedes piensan que los Vulturi los dejaran vivir para que cuenten esta historia, ustedes están equivocados. Nosotros tal vez destruyamos a todos” - el se encogió de hombros “Pero entonces, tal vez no. Tal vez estamos de pie en igualdad de condiciones más de lo que ellos saben. Pero entonces, tal vez los Vulturi han cumplido su meta y les aseguro que si ellos caen ustedes también lo harán”El orador concluyó su discurso acalorado y volvió al lado de Kate y luego se deslizo en posición de ataque.Aro Sonrió “Bonito discurso, mi amigo revolucionario” Garrett siguió en posición de ataque “¿Revolucionario? El gruñó “¿Quien soy yo un revolucionario en contra, que podría pedir? ¿Eres mi rey? ¿Desea que lo llame maestro, también, como toda su sicofánatica guardia?“Paz, Garrett” dijo Aro tolerantemente “Yo solo me refería al momento de su nacimiento. Aun un patriota, veo”Garrett miro ferozmente atrás furioso.“Vamos a preguntar a nuestros testigos” Aro sugirió “Vamos a escuchar sus pensamientos antes de tomar nuestra decisión. Díganos, amigos” – y el se giró casualmente a nosotros, moviéndose unas pocas yardas a su masa de nerviosos observadores mas cerca ahora que le resto del bosque- “¿Qué piensan ustedes de todo esto? Yo puedo asegurar que esta niña no es lo que temen. ¿Tomaremos el riesgo y dejaremos la niña vivir? ¿Pondremos nuestro mundo en peligro para preservar su familia intacta? ¿O tiene el derecho el serio Garrett de la misma? ¿Se unirán ustedes a ellos en una lucha en contra de nuestra repentina búsqueda de dominio?Los testigos se encontraron con caras cuidadosas. Uno de ellos, una pequeña mujer de pelo negro, miró a la oscuridad a un rubio compañero“¿Son esas nuestras únicas opciones?” Preguntó de repente, parpadeando hacia Aro. “¿Con ustedes o en su contra?”“Por supuesto que no, encantadora Makenna” dijo Aro, que parecía horrorizado ante la idea de que cualquiera llegara a esa conclusión “ Se pueden ir en paz por supuesto, como lo hizo Amun, incluso sino esta de acuerdo con la decisión del consejo”Makenna miro a la cara de nuevo a su compañero, y el asintió minuciosamente. “No hemos venido aquí par a una pelea” ella se detuvo, exhaló y luego dijo “hemos venido aquí para ser testigos y nuestro veredicto es que la familia es inocente. Todo lo que pretende Garrett es la verdad”“Ah” dijo tristemente Aro- “siento que nos vean de esa manera, pero esta es nuestra naturaleza de trabajo”“No es lo que veo, pero es lo que siento” Makenna hablaba en un nivel elevado, con los nervios en la voz. El miro ferozmente a Garrett “Garrett dijo que tenían manera de enterarse de que mentían, yo también, se cuando veo la verdad y cuando no”Con miedo en los ojos se traslado más cerca de su compañero a la espera de la reacción de Aro“No nos temas, amigo Charles. No dudes que el patriota cree en verdad lo que el dice“ Aro se rió entre dientes ligeramente, y los ojos de Charles se enangostaron. “Ese es nuestro testimonio,” dijo Makenna. “Ahora nos vamos.” Ella y Charles se movieron hacia atrás lentamente, no dando vuelta antes de que se perdieran en la visión en los árboles. Otro extranjero comenzó a retirarse de la misma manera, luego, tres más se fueron después de él. Evalué a los treinta y siete vampiros que permanecían. Unos pocos de ellos parecían demasiado confusos para tomar la decisión. Pero la mayoría de ellos parecían muy conscientes de la dirección que este enfrentamiento ha tomado. Me imaginaba que daban una ventaja porque sabían exactamente quién lo estaría persiguiendo después de él.Estaba segura de que Aro vio lo mismo que yo vi. Él dio media vuelta, caminando de nuevo a su guardia con un paso medido. Se paró delante de ellos y les hablo con una voz clara. “Nos exceden en número, los subestimamos,” dijo. “No podemos contar con ninguna ayuda del exterior. ¿Debemos dejar esta pregunta indecisa para salvarnos?”“No, amo,” susurraron al unísono.“¿La protección de nuestro mundo tal vez vale la pérdida de algunos de nosotros?”“Sí,” respiraron. “No estamos asustados.”Aro sonrió y dio vuelta a sus compañeros negro-revestidos.“Hermanos,” dijo Aro. “Hay mucho que considerar aquí.” “Aconséjanos,” dijo Cayo con impaciencia.“Aconséjanos,” repitió Marco en un tono desinteresado. Aro dio vuelta hacia nosotros otra vez, haciendo frente a los otros ancianos. Ensamblaron las manos para formar un triángulo negro-cubierto.Tan pronto como la atención de Aro fue captada por el consejo silencioso, dos de sus testigos desaparecieron silenciosamente en el bosque. Yo esperaba, por su bien, que fueran rápidos.Esto fue todo. Con cuidado, aflojé los brazos de Renesmee de mi cuello.“¿Recuerdas lo que le dije?”Las lágrimas manaron de sus ojos, pero ella asintió. “Te amo,” susurró.Edward ahora nos miraba, con sus amplios ojos topacios. Jacob miró fijamente hacia nosotras desde la esquina de sus grandes ojos oscuros. “Yo también te amo” dije, y entonces toqué su cabello. “Más que a mi propia vida.” la besé en la frente.Jacob gimoteó inquieto.Estiré para arriba en mis dedos del pie y susurré en su oído.“Espera hasta que se distraigan totalmente, después huye con ella. Aléjate tan lejos de este lugar como te sea posible. Cuando hayas ido tan lejos como puedas a pie, ella tiene lo que necesitan para ir por aire.”Las caras de Edward y de Jacob eran máscaras casi idénticas del horror, a pesar de que una de ellas era un animal.Renesmee se estiro hacia Edward, y él la tomó en sus brazos. Se abrazaron firmemente.“¿Esto es lo que escondiste de mí?” él susurró sobre su cabeza.“De Aro,” respiré.“¿Alice?” Asentí.Su rostro se torció con la comprensión y el dolor. ¿Ésa había sido la expresión en mi cara cuando finalmente puse juntas las pistas de Alice?Jacob gruñía reservado, un sonido tan bajo que casi no podía percibirse, casi como un ronroneo. Su pelaje del cuello era tieso y expuso sus dientesEdward beso la frente y ambas mejillas de Renesmée, entonces él la levantó y la puso en el hombro de Jacob. Ella trepó ágilmente en su espalda, tirándose en el lugar con los puños de su piel, y ella encajaba fácilmente en la pendiente entre sus masivos hombros.Jacob se giro hacia mi, sus expresivos ojos llenos de agonía, el ruido de un gruñido todavía rallaba en su pecho.“Tu eres el único a quien nosotros le podemos confiar a Renesmee” le murmuré. “Si no la amaras tanto, yo nunca podría hacer esto, se que puedes protegerla, Jacob”El gimió de nuevo, y sumergió su cabeza en mi hombro. “Yo se” susurré “También te quiero Jake, tu siempre serás mi mejor amigo” una lagrima del tamaño de un apelota de béisbol cruzó su mejilla desde su ojoEdward apoyaba su cabeza en el mismo hombro donde Yo había cargado a Renesmee “Adiós Jacob, mi hermano…. Mi hijo”Los demás no fueron ajenos a la escena de despedida. Sus ojos estaban situados en el silencioso triangulo negro, pero yo podría decir que estaban escuchando.“¿No hay ninguna esperanza entonces?” Carlisle murmuró. No había temor en su voz, solo la determinación y la aceptación.“Hay esperanza absoluta” murmuré. Podría ser cierto me dije. “Yo solo conozco mi propio destino”Edward tomó mi mano. El sabía que el estaba incluido, cuando yo dije MI DESTINO, no había duda de que me refería a los dos. Nosotros éramos mitades de un conjunto, de un todoLa respiración de Esme se rasgó detrás de mí. Se movió y nos pasó, tocando nuestros rostros cuando pasó, a ponerse al lado de Carlisle y tomar su mano.De repente nos vimos rodeados por murmullos, adiós y te quieros.“Si vivimos después de esto” Garrett le susurró a Kate “Te seguiré a donde sea , mujer”“Y hasta ahora me lo dice” murmuró ellaRose y Emmett se besaron apasionadamenteTia acariciaba el rostro de Benjamín. El sonrió de nuevo alegremente, le tomo su mano y la mantuvo en contra de su mejillaNo había visto todas las expresiones de amor y dolor. Yo estaba distraída por un súbito aleteo de presión en la parte de exterior de mi escudo. No podía decir de donde venia, pero sentía que estaba dirigida a los bordes de nuestro grupo, Siobhan y Liam en particular. La presión no hizo daño, y luego se fue. No había ningún cambio en el silencio, aun no de las los ancianos consejeros.Pero quizás hubo una señal que me había pedido.“Prepárate” me susurró “Esta comenzando”.

36. DESEO DE SANGRE


Ellos vinieron con todas las tropas, con un aire de belleza.
Ellos vinieron en una rígida y formal formación. Se movían en conjunto, pero no era una marcha; circulaban en perfecta sincronía con los árboles -una oscura e irrompible forma que parecía sostenerse unas pulgadas encima de la blanca nieve, tan suave era el avance.
El perímetro exterior era gris; el color se oscurecía con cada línea de cuerpos hasta llegar al corazón de la formación, de un profundo negro. Cada rostro estaba cubierto y ensombrecido. El ligero roce de sus pies era tan regular que era como música, un complicado ritmo que nunca decaía.
A una señal que yo no vi -o tal vez no hubo señal, sólo milenios de práctica-la configuración se dobló hacia fuera. El movimiento fue muy brusco, muy cuadrado para asemejarse a la apertura de una flor, aunque el color lo sugiriese; fue la apertura de un abanico, elegante pero demasiado anguloso. Los figuras de grises capas se abrieron hacia los flancos mientras que las formas más oscuras avanzaron hacia el centro, cada movimiento perfectamente controlado.
Su avance era lento pero deliberado, sin apuros, sin tensión, sin ansiedad. Era el ritmo de lo invencible.
Era casi como mi vieja pesadilla. La única cosa que faltaba era el deleite que yo había visto en las caras de mis sueños –las sonrisas de vengativa alegría. Hasta ahora, los Volturi estaban demasiado disciplinados para mostrar alguna emoción. Ellos ni siquiera mostraron sorpresa o consternación a la colección de vampiros que los esperaban aquí –una colección que lucía, de pronto, desorganizada e improvisada en comparación. No mostraron sorpresa al gigante hombre lobo que se apostaba entre nosotros.
No pude evitar contar. Había treinta y dos de ellos. Aún si no contabas los dos grupos de negras capas que se encontraban detrás de todo, quienes yo creía debían ser las esposas –su posición protegida sugería que no estarían envueltas en el ataque-nosotros seguíamos siendo superados en número. Éramos sólo diecinueve de nosotros los que pelearíamos, y luego siete más que mirarían mientras éramos destruidos. Aún contando a los diez lobos, ellos nos tenían en sus manos.
“Los casaca roja están llegando, los casaca roja están llegando [se refiere a soldados británicos],” Garrett murmuró entre dientes, misterioso, para sí mismo y entonces se río. Se acercó un paso más cerca de Kate.
“Ellas vinieron, “le susurró Vladimir a Stefan.
“Las esposas, “ dijo Stefan le contestó entre dientes.”La guardia entera. Todos ellos juntos. Es bueno que no intentamos atacar Volterra.”
Y entonces, como si su número no fuera suficiente, mientras los Volturi avanzaban lenta magistralmente, más vampiros comenzaron a entrar al claro detrás de ellos.
Los rostros de los vampiros que parecían llegar sin fin, eran la antítesis de los rostros disciplinados y sin expresión de los Volturi –ellos mostraban un calidoscopio de emociones. Primero estaba el shock y hasta un poco de ansiedad cuando se encontraban con la imprevista fuerza que los esperaba. Pero esa inquietud pasaba rápidamente; ellos estaban seguros de sus aplastantes cifras, seguros en su posición detrás de la imparable fuerza de los Volturi. Sus rasgos volvieron a la que ellos mostraban antes de los sorprendiéramos.
Era fácil de entender su forma de pensar –sus rostros eras así de explícitos. Esta era una turba enfadada, azotada por un frenesí y rogando por justicia. No había comprendido del todo los sentimientos del mundo de los vampiros hacia los niños inmortales hasta que leí sus rostros.
Estaba claro que esta variopinta y desorganizada horda –más de cuarenta vampiros todos juntos- sería el testigo de los Volturi. Cuando nosotros estemos muertos, ellos esparcirían la noticia de que los criminales habían sido erradicados, que los Volturi habían actuado con nada más que imparcialidad. Pero parecía como si ellos más que esperar la oportunidad de ser testigos, desearan ser los que ayudaran a desgarrar y quemar.
Nosotros no teníamos la más leve esperanza. Aún si nosotros pudiéramos neutralizar el avance de los Volturi, ellos nos seguirían sepultando en número. Aún si matáramos a Demetri, Jacob no sería capaz de salir de esto.
Lo pude sentir así como la comprensión era asimilada alrededor mío. La desesperación enturbiaba el aire, que se hacía más pesado comenzando a tirarme hacia abajo con más presión que antes.
Un vampiro de la fuerza opuesta no parecía corresponder a ninguna de las dos partes; reconocí a Irina mientras ella titubeaba entre las dos compañías, su expresión única entre las otras. La mirada horrorizada de Irina se dirigía a la posición de Tanya en la línea frontal. Edward lanzó un gruñido bajo pero ferviente.
“Alistair tenía razón,” le dijo a Carlisle.
Miré como Carlisle observaba a Edward inquieto.
“¿Alistar tenía razón?,” susurró Tanya.
“Ellos –Caius y Aro-vinieron para destruir y adquirir,” Edward le respondió susurrando casi silenciosamente; sólo nuestro lado pudo oír. “Ellos ya tienen varias estrategias en juego. Si la acusación de Irina resulta ser falsa, ellos buscarán otra razón para tomar la ofensiva. Pero ellos pueden ver a Renesmee ahora, por eso están bastante optimistas. Podemos seguir intentando defendernos de sus falsas acusaciones, pero ellos deben parar primero, para oír la verdad sobre Renesmee.”Y ahora, aún más bajo.”Cosa que ellos no tienen intención de hacer.”
Jacob dio un extraño jadeo.
Y entonces, inesperadamente, dos segundos después, la procesión se detuvo. La suave música de sus movimientos perfectamente sincronizados se tornó en silencio. La perfecta disciplina se mantuvo irrompible; los Volturi se congelaron en una absoluta tranquilidad, todos juntos. Ellos se pararon a unas cien yardas lejos de nosotros.
Detrás de mí, a mis lados, escuché el palpitar de grandes corazones, más cerca que antes. Arriesgué miradas hacia mi derecha y mi izquierda, desde los costados de mis ojos para ver qué había detenido el avance de los Volturi.
Los lobos se nos habían unido.
A los lados de nuestra torcida línea, los lobos se expandían como largos brazos que nos bordeaban. Sólo necesité una fracción de segundo para notar que había más de diez lobos, para reconocer los lobos que me eran familiares de los que nunca había visto. Había dieciséis de ellos repartidos alrededor nuestro –diecisiete en total, contando a Jacob. Era claro por su altura y sus enormes patas que los nuevos eran todos muy, pero muy jóvenes. Supongo que debí haber esperado esto. Con tantos vampiros acampando en el barrio, la explosión de populación de hombres lobo era inevitable.
Más niños muriendo. Me pregunté porqué Sam había permitido esto, y entonces entendí que él no había tenido otra elección. Si algunos de los lobos se quedan con nosotros, los Volturi se encargarían de buscar al resto de ellos. Ellos se han jugado su especie entera con esta decisión.
Y nosotros íbamos a perder.
Abruptamente, yo estaba furiosa. Más que furiosa, yo estaba presa de un ira asesina. La desesperación se desvaneció enteramente. Un débil brillo rojo realzaba las oscuras figuras frente a mí, y lo único que quería en ese momento era la oportunidad de hundir mis dientes en ellos, arrancar sus miembros de sus cuerpos y apilarlos para quemarlos. Estaba tan enloquecida que podría haber danzado alrededor de la pira donde ellos se asaban vivos; habría reído mientras sus cenizas ardían. Mis labios se curvaron automáticamente, y un bajo, fiero gruñido desgarró mi garganta desde la boca de mi estómago. Me di cuenta de que las esquinas de mis labios se había alzado formando una sonrisa.
Al lado mío, Zafrina y Senna hacían de mi silencioso gruñido. Edward apretó la mano que seguía sosteniendo para advertirme.
Los ensombrecidos rostros de los Volturi seguían mayormente inexpresivos. Sólo dos pares de ojos traicionaron alguna emoción. En el mismo centro, tocando sus manos, Aro y Caius pararon para evaluar, y la entera guardia se detuvo con ellos, esperando por la orden para matar. Ninguno de los dos miró al otro, pero era obvio que se estaban comunicando. Marcus, aunque estaba tocando la otra mano de Aro, no parecía formar parte de la conversación. Su expresión no era tan mecánica como la de los guardias, pero era casi tan vacía. Como la anterior vez que lo vi, el parecía estar completamente aburrido.
Los cuerpos de los testigos de los Volturi se inclinaban hacia nosotros, sus ojos fijados furiosamente en Renesmee y yo, pero ellos se quedaban cerca del margen del bosque, dejando un gran espacio entre ellos y los soldados de los Volturi. Sólo Irina se mantenía cerca de los Volturi, sólo unos pasos apartada de las antiguas mujeres –ambas rubias con pieles como polvo y ojos transparentes-y de los dos enormes guardaespaldas.
Había una mujer de las de capas gris oscuro justo detrás de Aro. No podía estar segura, pero ella parecía estar tocada su espalda. ¿Era ella el otro escudo, Renata? Me pregunté como Eleazar lo hizo, si ella sería capaz repelerme.
Pero yo no gastaría mi vida tratando de llegar a Caius o Aro. Tenía blancos más importantes.
Busqué en la línea por ellos ahora y no tuve dificultad para reconocer a los dos pequeños, con capas de profundo gris cerca del centro de la formación. Alec y Jane, fácilmente los miembros más pequeños de la guardia, manteniéndose de pie al costado de Marcus, franqueados por Demetri del otro lado. Sus amorosos rostros eran tersos, no revelando nada; ellos portaban las capas más oscuras al lado de las puramente negras de los antiguos. Los gemelos brujos los había llamado Vladimir. Sus poderes eran el pilar de la ofensiva de los Volturi. Las joyas de la colección de Aro.
Mis músculos se flexionaron, y el veneno llenó mi boca.
Los rojos ojos nublados de Aro y Caius parpadearon cruzando nuestra línea. Leí decepción en el rostro de Aro mientras sus ojos vagaban sobre nuestras caras una y otra vez, buscando por quien estaba perdida. El disgusto lo hizo apretar sus labios.
En ese momento, no estaba más que agradecida que Alice hubiera escapado.
Así como la pausa se alargaba, escuché la respiración de Edward acelerarse.
“¿Edward?” preguntó Carlisle, bajo y ansioso.
“Ellos no están seguros de cómo proceder. Están sopesando sus opciones, eligiendo los blancos claves –yo, por supuesto, tú, Eleazar, Tanya. Marcus está leyendo la fuerza de nuestros vínculos, buscando puntos débiles. La presencia de Los Rumanos los irrita. Están preocupados por los rostros que no reconocen –en particular por Senna y Zafrina- y los lobos, naturalmente. Ellos nunca habían estado en desventaja numérica. Eso es lo que los detuvo.
“¿En desventaja?” Susurró Tanya, incrédula.
“Ellos no cuentan a los testigos,” murmuró muy suavemente Edward.”Son insignificantes, no tiene importancia para la guardia. Aro sólo disfruta de la audiencia.”
“¿Debería hablar con él?” preguntó Carlisle.
Edward dudó, pero luego asintió. ”Esta es la única chance que vas a conseguir.”
Carlisle enderezó sus hombros y se adelantó varios pasos de nuestra línea defensiva. Odiaba verlo solo, desprotegido.
Él extendió sus brazos, palmas hacia arriba como si estuviera saludando.”Aro, mi viejo amigo. Han pasado siglos.”
El blanco claro estuvo en un duro silencio por un largo momento. Podía sentir la tensión desbordando de Edward mientras escuchaba cómo Aro evaluaba las palabras de Carlisle. La tensión crecía a medida que los segundos pasaban.
Y entonces Aro se alejó del centro de la formación de los Volturi. El escudo, Renata, se movió con él, como si la punta de sus dedos estuviera cosida a su toga. Por primera vez, las filas de los Volturi reaccionaron. Un murmullo de quejas cruzó la línea, muchas cejas se juntaron al fruncirse los ceños, labios que se encresparon sobre los dientes. Algunos guardias se pusieron de cuclillas.
Aro levantó una mano hacia ellos. “Haya paz.”
Caminó unos pasos más, y luego ladeó su cabeza hacia un costado. Sus lechosos ojos brillaron con curiosidad.
“Sabias palabras, Carlisle,” susurró en su fina y tenue voz.”Parece fuera de lugar, considerando el ejercito que has montado para matarme y matar a los que quiero.”
Carlisle sacudió su cabeza y extendió su mano derecha hacia delante como si no hubiera una distancia de cien yardas entre ellos.”Tú sólo tienes que tocar mi mano derecha para saber que esa nunca fue mi intención.”
Los astutos ojos de Aro se estrecharon.”¿Pero cómo puede tu intención importar, querido Carlisle, en vista de lo que has hecho?” Frunció el ceño, y una sombra de tristeza cruzó sus rasgos –si era genuina o no, no podría decirlo.
“No he cometido el crimen por el cual tu estás aquí para castigarme.”
“Entonces apártate y déjanos castigar a los responsables. Verdaderamente, Carlisle, nada me agradaría más que preservar tu vida el día de hoy.”
“Nadie ha quebrado la ley, Aro. Déjame explicarte.” De nuevo, Carlisle ofreció su mano.
Antes de que Aro pudiera contestar, Caius se dirigió con rapidez al lado de Aro.
“Tantas reglas sin sentido, tantas leyes innecesarias que has creado para ti, Carlisle, ”el antiguo de cabellos blancos, bufó.”¿Cómo es posible que defiendas el incumplimiento de una de las que verdaderamente importa?”
“La ley no ha sido infringida. Si tu escucharas –“
“Vemos al niño, Carlisle, ”Caius gruñó.”No nos trates como tontos.”
“Ella no es un inmortal. Ella no es vampiro. Puedo probarte esto en sólo un momento –“
Caius lo cortó.”Si ella no es un vampiro, ¿por qué concentraste un batallón para defenderla?”
“Testigos, Caius, igual a los que ustedes han traído.” Carlisle señaló a la enfadada horda en el margen del bosque; algunos gruñeron en respuesta.”Cualquiera de estos amigos pueden decirte la verdad sobre esta niña. O sólo podrías verla a ella, Caius. Ver el rubor de sangre humana en sus mejillas.”
“¡Artificios!” Caius rugió.”¿Dónde está la informante? ¡Déjenla acercarse!” El estiró su cuello hasta que pudo ver a Irina confundida detrás de las esposas.”¡Tú! ¡Ven!”
Irina lo miró fijamente sin comprender, su cara era como la de alguien que todavía no está despierto del todo luego de una espantosa pesadilla. Impaciente, Caius chasqueó sus dedos. Uno de los grandes guardaespaldas de las esposas se acercó a Irina y le dio un codazo fuerte en la espalda. Irina parpadeó dos veces y entonces caminó lentamente hacia Caius aturdida. Ella se detuvo varias yardas antes, sus ojos todavía en sus hermanas.
Caius acortó la distancia entre ellos y le dio una cachetada.
No debió doler, pero había algo terriblemente degradante sobre esa acción. Era como ver a alguien patear a un perro. Tanya y Kate bufaron en sincronía.
El cuerpo de Irina se volvió rígido y sus ojos por fin se enfocaron en Caius. Apuntó con uno de sus dedos a Renesmee, dónde ella se apretaba a mi espalda, sus dedos todavía enredados en el pelaje de Jacob. Caius se volvió completamente rojo en mi furiosa mirada. Un gruñido retumbó en el pecho de Jacob.
“¿Esta es la niña que viste?”Demandó Caius.”¿La que era obviamente más que humana?”
Irina nos observó detenidamente, examinando a Renesmee por primera vez desde que entró en el claro. Su cabeza se inclinó a un costado, la confusión cruzó sus rasgos.
“¿Y bien?”Caius siseó.
“Yo... Yo no estoy segura,” dijo ella con tono perplejo.
La mano de Caius se flexiono como si quisiera pegarle de vuelta.”¿Qué quieres decir?” dijo él, en un susurro férreo.
“Ella no es la misma, pero creo que es la misma niña. Lo que quiero decir es, que ella está cambiada. Esta niña es más grande de la que yo vi, pero –“
El furioso jadeo de Caius crujió a través de sus dientes desnudos, e Irina se apartó si terminar. Aro se acercó a Caius y puso una mano en su espalda para retenerlo.
“Serénate, hermano. Tenemos tiempo para resolver esto. No hay necesidad de precipitarse.”
Con una huraña expresión, Caius le dio la espalda a Irina.
“Ahora,” dijo Aro en un cálido y dulce murmullo.”Muéstrame qué estás tratando de decir.” El acercó su mano a la apabullada vampiro.
Insegura, Irina tomó su mano. Él la tomo por sólo cinco segundos.
“¿Ves Caius?” dijo.”Es simple obtener lo que necesitamos.”
Caius no respondió. Por la esquina de su ojo, Aro observó a su audiencia una vez, tu turba, y entonces se volvió hacia Carlisle.
“Ahora parece que tenemos un misterio en nuestras manos. Pareciera que la niña ha crecido. Y aún así Irina primera memoria de Irina era la de un niño inmortal. Curioso.”
“Eso es exactamente lo que estoy tratando de explicar,” dijo Carlisle, y por el cambio de su voz pude darme cuenta de su alivio. Esta era la pausa en la que todos teníamos puestas nuestras esperanzas.
Yo no sentí alivio. Esperaba, casi entumecida por la rabia, por las estrategias que Edward había prometido.
Carlisle volvió a levantar su mano.
Aro dudó por un momento.”Preferiría recibir explicaciones de alguien más central en la historia, mi amigo. ¿Estoy equivocado en asumir que esta trasgresión no fue hecha por ti?”
“No hay ninguna trasgresión.”
“Déjalo ser como tenga que ser, yo tendré todas las facetas de la verdad.” La suave voz de Aro se endureció.”Y la mejor manera de tener esto, es teniendo la evidencia directamente de tu talentoso hijo.” Inclinó su cabeza en la dirección de Edward. ”Así como la niña se sujeta a la espalda de su neófita compañera, asumo que Edward está envuelto.”
Por supuesto que el quería a Edward. Una vez el se metiera en la mente de Edward, conocería todos nuestros pensamientos. Excepto los míos.
Edward se giró para besar rápidamente mi frente y la de Renesmee, sin mirarme a los ojos. Entonces cruzó a grandes zancadas el campo nevado, palmeando el hombro de Carlisle cuando pasó. Escuché un suave gimoteo detrás de mí –el terror de Esme se abría paso.
La bruma roja que veía alrededor del ejercito de los Volturi flameó más brillante que antes, no podía soportar ver a Edward cruzar el vació y blanco espacio solo –pero tampoco podía aguantar tener a Renesmee un paso más cerca de nuestros adversarios. Me debatía entre esos dos deseos opuestos; estaba fuertemente congelada que sentía que mis huesos podrían destrozarse de la presión.
Miré a Jane sonreírle a Edward mientras el cruzaba el punto medio en la distancia entre nosotros, cuando él estaba más cerca de ellos que lo que el estaba de nosotros.
Esa petulante sonrisa lo logró. Mi furia llegó a su límite, más alto que el deseo furioso de sangre que sentí en el momento en el que los lobos ingresaron en esta fatal pelea. Podía sentir mi locura en mi lengua –la sentía fluir a través de mí como un maremoto de puro poder. Mis músculos se tensaron, y actué automáticamente. Aventé mi escudo con toda la fuerza de mi mente, arrojándolo a través de la imposible expansión del campo –diez veces mi mejor distancia-como una jabalina. Mi respiración se aceleró en un bufido por mi esfuerzo.
El escudo saltó de mí en una burbuja de pura energía, una rápida nube de metal líquido. Latía como una cosa con vida –podía sentirlo, desde la cumbre hasta los bordes.
No hubo retroceso para el tejido elástico ahora, en ese instante de fuerza bruta, yo vi que el contragolpe que yo había sentido antes era mi propia fabricación - había estado aferrándome a esa parte invisible de mí autodefensa, subconscientemente involuntario para permitirle ir.
Ahora que lo había puesto en libertad, y mi escudo explotó cincuenta buenas yardas de mí, sin esfuerzo, tomando sólo una fracción de mi concentración. Podía sentirlo doblarse como simplemente otro músculo, obediente a mi voluntad. Lo empujé, en forma de un largo y puntiagudo oval.
Todo bajo el escudo de hierro flexible fue de repente una parte de mí -Podía sentir la fuerza vital de todo lo que cubría al igual que los puntos de calor brillante, deslumbrantes chispas de luz en torno a mí. Empuje el escudo hacia adelante hacia la longitud del claro, y exhalé en alivio cuando sentí a la brillante luz de Edward dentro de mi protección.
Lo sostuve allí, contrayendo este nuevo músculo de modo que esto rodeara estrechamente a Edward, una delgada pero inquebrantable hoja entre su cuerpo y nuestros enemigos.
Apenas un segundo había pasado. Edward estaba aún caminando hacia Aro. Todo había cambiado en absoluto, pero nadie había notado la explosión excepto yo. Una risa sobresaltada estalló a través de mis labios. Yo sentí a los demás mirándome y vi el ojo negro grande de Jacob caer rodando para mirarme fijamente, como si yo hubiese perdido la razón.
Edward se detuvo a unos pasos de Aro, y yo comprendí con un poco de mortificación que aunque yo podía ciertamente, no debía impedir que este intercambio se produzca. Este era el punto de todos nuestros preparativos: conseguir que Aro escuche nuestra versión de la historia.
Era casi físicamente doloroso para hacerlo, pero de mala gana retiré mi escudo y dejé atrás a Edward expuesto de nuevo. La risa de ánimo había desaparecido. Yo me concentré totalmente en Edward, dispuesta a protegerlo al instante si algo salió mal.
La barbilla de Edward subió arrogantemente, y él sostuvo su mano hacia a Aro como si él estuviera confiriéndole un gran honor. Aro sólo parecía encantado con su actitud, pero su satisfacción no es universal.
Renata tembló nerviosamente en la sombra de Aro:. El ceño de Caius era tan profundo, que su piel se parecía al papel, translúcida plegada permanentemente. La pequeña Jane mostró los dientes, y al lado los ojos de su Alec se estrecharon en concentración. Me imaginé que estaba dispuesto, como yo, para actuar al aviso en un segundo.
Aro cerrado la distancia sin pausa- y realmente, ¿que podía el temer? Las sombras grandes y pesadas de las capas ligeras -estaban, a escasos metros de distancia. Jane y su don de quemar podría arrojar Edward sobre el terreno, retorciéndose en agonía.
Alec podría cegarlo y ensordecerlo antes de que él pudiera dar un paso en la dirección de Aro. Nadie sabía que yo tenía el poder de pararlos, ni siquiera Edward.
Con una sonrisa fluida, Aro tomó la mano de Edward. Sus ojos se cerraron de golpe de una sola vez, y luego sus hombros se encogieron bajo la avalancha de información.
Cada pensamiento confidencial, cada estrategia, cada idea - Todo lo que Edward había escuchado en las mentes a su alrededor durante el mes pasado – era ahora de Aro. Más atrás de cada visión de Alice, cada momento tranquilo con nuestra familia, cada cuadro en la cabeza de Renesmee, cada beso, cada toque entre Edward y yo... Todo eso era de Aro ahora, también.
Bufé con frustración, y agité el escudo con mi irritación, cambiando su forma y contrayéndolo en torno a nuestro lado.
"Tranquila, Bella," Zafrina me susurró.
Apreté mis dientes juntos.
Aro seguía concentrando en los recuerdos de Edward. La cabeza de Edward se dobló también, los músculos en su cuello se tensaron mientras leía otra vez todo que Aro tomaba de él, y la respuesta de Aro a todo aquello.
Esta conversación de doble dirección pero desigual, siguió bastante tiempo más, que aún la guardia se puso incómoda. Bajos murmullos corrieron a través de la línea hasta que Caius ladró una orden aguda para pedir silencio. Jane estaba afilando adelante como si no pudiera evitarlo, y la cara de Renata era rígida con angustia.
Por un momento, examiné este potente escudo que parecía tan débil en pánico, aunque ella era útil para Aro, yo podía decir que no era ninguna guerrera. No era su trabajo luchar, sino proteger. No había sed de sangre en ella. Cruda como era, yo sabía que si esto fuera entre ella y yo, la borraría.
Reenfoqué cuando Aro se enderezaba, sus ojos destellaban abiertos, su expresión intimidada y cautelosa. Él no había liberado la mano de Edward.
Edward aflojó los músculos de la nuca ligeramente.
"¿Ves?" Edward preguntó, con su voz de terciopelo en calma.
"Sí, veo, de hecho," Aro acordó, y sorprendentemente, sonaba casi divertido. "Dudo si dos dioses o mortales nunca hayan visto tan claramente".
Las caras disciplinadas de la guardia mostraron la misma incredulidad que yo sentí.
"Me ha dado mucho que pensar, joven amigo," Aro continuó. "Mucho más de lo que esperaba." Aún no liberaba la mano de Edward, y la tensa postura de Edward era la de uno que escucha.
Edward no respondió.
"¿Podría conocerla?" Aro-preguntó casi implorando -con un repentino ansioso interés. "Nunca he soñado con la existencia de tal cosa en todos mis siglos. ¡Qué adición a nuestras historias!"
"¿De qué se trata, Aro?" Caius se quebró antes de que Edward pueda responder. Sólo la pregunta me hizo tirar a Renesmee alrededor de mis brazos, acunándola en protección contra mi pecho.
"Algo con lo que nunca has soñado, mi practico amigo. Tome un momento para reflexionar, sobre la justicia que intentábamos librar ya no se aplica."
Caius siseó en sorpresa a sus palabras.
"Paz, hermano", advirtió suavemente Aro.
Esto debería haber sido una buena noticia - estas fueron las palabras que habíamos estado esperando, el indulto que nunca realmente creímos posible. Aro había escuchado la verdad. Aro había admitido que la ley no se había roto.
Pero mis ojos se remacharon en Edward, y vi los músculos de su espalda tensarse. Repetí en mi cabeza la instrucción de Aro para Caius para reflexionar, y escuchar el doble sentido.
"¿Vas a presentarme a tu hija?" Aro pregunto a Edward de nuevo.
Caius no fue el único que bufó a esta nueva revelación.
Edward asintió a regañadientes. Y, sin embargo, Renesmee se había ganado a tantos otros. Aro siempre parecía ser el líder de los antiguos. Si el estuviera de su lado, ¿los otros podrían actuar en contra de nosotros?
Aro todavía se apoderaba de la mano de Edward, respondió a una pregunta que el resto de nosotros no había oído.
"Creo que un compromiso sobre este punto es, sin duda, aceptable, en virtud de las circunstancias. Nos reuniremos en el centro."
Aro liberó su mano. Edward volvió hacia nosotros, y Aro se le unió, lanzando un brazo casualmente en los hombros de Edward como si fueran los mejores los amigos-, manteniendo al mismo tiempo el contacto con la piel de Edward. Ellos comenzaron a cruzar el campo de nuevo a nuestro lado.
Todo el guardia cayó en el paso detrás de ellos. Aro levantó una mano por negligencia sin tener en cuenta.
"Esperen, mis seres queridos. Verdaderamente, realmente no nos quieren hacer ningún daño si somos pacíficos".
La guardia reaccionó a esto más abiertamente que antes, con gruñidos y siseos de protesta, pero sostuvo su posición. Renata, aferrándose más cerca de Aro que nunca, gimoteó en ansiedad.
"Maestro", le susurró.
"No te asustes, mi amor", respondió. "Todo está bien."
"Tal vez usted debería llevar a algunos miembros de su guardia con nosotros," Edward sugirió. "Los hará sentirse mas cómodos"
Aro asintió como si se trataba de una sabia observación que debería haber pensado el mismo. Él se chasqueó sus dedos dos veces. "Félix, Demetri."
Los dos vampiros estaban a su lado al instante, mirando con precisión como la vez pasada que yo los había encontrado. Demetri con fuerza y flaco como la lámina de una espada, Félix grande, pesado y amenazador como una porra de hierro claveteada.
Los cinco de ellos se detuvieron en el centro del campo cubierto de nieve.
"Bella", llamó Edward. "Trae a Renesmee... y unos amigos."
Tomé una respiración profunda. Mi cuerpo estaba apretado con la oposición. La idea de llevar a Renesmee al centro del conflicto... Pero yo confiaba en Edward. Él sabría si Aro estaba en planificación de cualquier traición en este momento.
Aro tenía tres protectores en su lado de la cumbre, por lo que iba a traer dos conmigo. Me tomó sólo un segundo para decidir.
"¿Jacob? ¿Emmett?" Pregunté en silencio. Emmett, porque se estaría muriendo por ir. Jacob, porque él no sería capaz de soportar quedarse atrás.
Ambos asintieron. Emmett sonrió abiertamente.
Crucé el campo con ellos de acompañamiento. Escuché otros ruidos de la guardia, ya que vieron mis elecciones - claramente, no confiaban en el hombre lobo. Aro levantó su mano, agitando su protesta fuera de nuevo.
"Interesante compañía que mantienen", Demetri murmuró a Edward.
Edward no respondió, pero un bajo gruñido se deslizó a través de los dientes de Jacob.
Nos detuvimos a escasos metros de Aro. Edward salió de bajo del brazo de Aro y rápidamente se unió a nosotros, tomando mi mano.
Por un momento nos enfrentamos unos a otros en silencio. A continuación, Félix me saludó en un bajo de lado.
"Hola de nuevo, Bella". Él sonrió abiertamente arrogantemente mientras todavía siguiendo a Jacob en cada tirón con su visión periférica
Reí irónicamente al vampiro montañoso. "Hey, Félix".
Félix rió por lo bajo. "Te ves bien. La inmortalidad te queda"
"Muchas gracias".
"Eres bienvenida. Es tan malo..."
Él dejó su comentario calmarse en el silencio, pero yo no necesitaba el don de Edward para imaginar el final. “Es demasiado malo que vayamos a matarte en un segundo.”
"Sí, demasiado malo, ¿no?" Murmuré.
Félix guiñó.
Aro no prestó atención a nuestro cambio. Él apoyó su cabeza a un lado, fascinado. "Yo escucho su extraño corazón", murmuró con un ritmo casi musical en sus palabras. "Huelo su extraño perfume" Entonces sus ojos nebulosos pasaron a mí. "En verdad joven Bella, la inmortalidad la vuelve mas extraordinaria" dijo. "Es como si estuviera diseñada para esta vida."
Asentí una vez en reconocimiento de su adulación.
"¿Te ha gustado mi regalo?" preguntó, mirando el colgante que llevaba.
"Es hermoso, y muy, muy generoso de usted. Gracias. Probablemente debería haber enviado una nota."
Aro rió deleitado. "Es sólo un poco de algo que tenía por ahí. Pensé que podría complementar tu nuevo rostro, y lo hace."
Oí un pequeño silbido del centro de la línea Volturi. Eché un vistazo sobre el hombro de Aro. ¡Um! Parecía que Jane no era feliz sobre el hecho de que Aro me haya dado un regalo. Aro aclaró su garganta para reclamar mi atención. "¿Puedo saludar a tu hija, hermosa Bella?" preguntó dulcemente.
Esto fue lo que habíamos esperado, me recordé a mí misma. La lucha contra el impulso de tomar Renesmee y huir con ella, caminaré dos pasos lentos. Mi escudo onduló hacia afuera detrás de mí como un cabo, protegiendo el resto de mi familia mientras que Renesmee fue dejada expuesta. Se sentía mal, horrible.
Aro se reunió con nosotros, su rostro radiante.
"Pero ella es exquisita", murmuró. "Así como tú y Edward." Y luego más fuerte, "Hola, Renesmee".
Renesmee me miró rápidamente. Asentí.
"Hola, Aro", respondió formalmente a su altura, alzando su timbre de voz. Los ojos de Aro parecían desconcertados.
"¿Qué es esto?" Caius siseó desde atrás. Él parecía enfurecido por la necesidad de preguntar.
"Mitad mortal, mitad inmortal," Aro le anunció y al resto de la guardia sin girar seguían cautivados con su mirada en Renesmee. "Concebida así, y llevada por esta recién nacida mientras ella seguía siendo humana."
"Imposible", Caius se burló.
"¿Crees que me han engañado entonces, hermano?" Aro dijo con expresión muy divertida, pero Caius se estremeció. "Es el latido del corazón ¿que se oye un engaño también?"
Caius frunció el ceño, mirando disgustado como si las preguntas apacibles de Aro hubieran sido golpes.
"Con calma y cuidado, hermano", advirtió Aro, todavía sonriendo a Renesmee. "Yo sé muy bien cómo amas la justicia, pero no hay una justicia que actúe en contra de esta único de su familia. ¡Y tanto que aprender, tanto que aprender! Sé que no tienes mi entusiasmo por colectar historias, pero ser tolerante conmigo, hermano, mientras añado un capítulo que me atonta con su improbabilidad. ¡Vinimos esperando sólo justicia y la tristeza de amigos falsos, pero mira lo que hemos ganado en cambio! Un nuevo brillante conocimiento de nosotros mismos, de nuestras posibilidades".
Él ofreció su mano a Renesmee en invitación. Pero esto no era lo que ella quería. Ella se inclinó lejos de mí, estirándose hacia arriba, para tocar con las yemas de sus dedos la cara de Aro.
Aro no reaccionó con conmoción, como casi todos los demás habían reaccionado de esa manera al toque de Renesmee; el estaba tan acostumbrado a los flujos de pensamientos tanto como Edward.
Su sonrisa se amplió, y suspiró con satisfacción. "Brillante", le susurró.
Renesmee se relajó de nuevo en mis brazos, su pequeña cara estaba muy seria.
"¿Por favor?" Le preguntó.
Su sonrisa se torno apacible. "Por supuesto no tengo ningún deseo de dañar a sus seres queridos, preciosa Renesmee".
La voz de Aro era tan consoladora y cariñosa, que me recogió durante un segundo. Y entonces oí los Edward dientes moler juntos y, lejos detrás de nosotros, El indignado silbido de Maggie ante la mentira.
"Me pregunto," dijo cuidadosamente Aro, que parece ignorar la reacción ante sus palabras anteriores. Sus ojos se trasladaron inesperadamente a Jacob, y en lugar de la repugnancia con la que los demás Volturi miraban el lobo gigante, los ojos se llenaron con un anhelo que yo no comprendí.
"No funciona de esa manera," Edward dijo, la cuidadosa neutralidad abandonó de repente su tono áspero.
"Sólo un pensamiento errante", dijo Aro, evaluando abiertamente a Jacob y, a continuación, sus ojos se trasladaron lentamente a través de las dos líneas de hombres lobos detrás de nosotros. Lo que sea que Renesmee le haya mostrado, hizo a los lobos de repente interesantes para él.
"Ellos no nos pertenecen, Aro. Ellos no siguen nuestras órdenes así. Ellos están aquí porque ellos quieren estar. "
Jacob gruñó de manera amenazante
"Aunque ellos parecen estar bastante conectados contigo," dijo Aro. "Y tu joven pareja... y su familia. Lealtad" Su voz acariciaba suavemente la palabra.
"Ellos están comprometidos a proteger la vida humana, Aro. Eso hace que sean capaces de coexistir con nosotros, pero apenas con usted. A no ser que quieras repensar tu estilo de vida."
Aro se rió alegremente. "Sólo un pensamiento errante", repitió. "Tu bien sabes como es. Ninguno de nosotros puede totalmente controlar nuestros deseos subconscientes. "
Edward hizo una mueca. "Realmente sé como es. Y también sé la diferencia entre aquella clase de pensamiento y la clase con un propósito detrás de él. Nunca podría funcionar, Aro".
La inmensa cabeza de Jacob se volvió en dirección a Edward, y un débil gimoteo se resbaló de entre sus dientes.
"Él está cautivado con la idea de... perros guardianes," Edward murmuró atrás.
Hubo un segundo de silencio sepulcral, y luego el sonido de los gruñidos furiosos que se rasgaban de la manada entera que llenaba el claro gigantesco.
Hubo un fuerte ladrido de mando - de Sam, yo adiviné, aunque yo no me volví para ver - y la denuncia rompió en ominoso silencio.
"Supongo que las respuestas a esa pregunta," Aro dijo, riendo de nuevo. "Este lote ha escogido su lado."
Edward silbó y se apoyó hacia adelante. Agarre su brazo, preguntándome qué podría haber en los pensamientos de Aro que lo hacían reaccionar de manera violenta, mientras que Félix y Demetri se deslizaban a gachas en sincronización. Aro les indicó retirarse de nuevo. Todos ellos regresaron a su antigua postura, Edward incluido.
"Tanto que discutir", dijo Aro, su tono de repente fue el de un hombre de negocios. "Tanto que decidir. Si ustedes y sus protectores peludos me disculpan, mis queridos Cullen, debo consultar con mis hermanos."

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