lunes, 12 de octubre de 2009

Nuevo Premio !!


Premio entregado a tod@s los que llenan de ángeles mis sueños cada noche.

Reglas del Premio:
1 – Agradecer al blog que lo entrego.

Bueno el premio fue doblemente otorgado.
- Mi Gaby preciosa!! te adoro muchisimo mi ♥ NTLS !!! gracias ^^
- BLOG Nuestro propio mundo, el Sub Mundo ♥ NTLS ♥ !!! Son l@s mejores amig@s que pude encontrar!!! I LOVE YOU SO MUCH !!


2 – ¿Qué ángeles llenan de sueños tus noches?
Para Bellany estoy segura que es Diego
Para mi es mi Novio Dunkel !!! ♥
y Ovbio que todas nuestras suspiradoras son nuestros Ángelitos!!

3 – Enviar el premio a los blogs que llenen de ángeles tus sueños.

Letras de MediaNoche de Alexa Cullen
Baile de MediaNoche , de Alexa, Yanda y kokoro
Twilight-Attack, De nuestra querida peke y nuestro ^^ ♥

Gracias Por este nuevo Premio ^^

Capítulo 15. Salvemos La Push II


Una hora había pasado desde que Edward se había ido y estaba preocupada por él. Era un buen conductor pero siempre iba muy rápido y eso me tenía con una sensación de angustia. Aún no debía haber llegado a Port Ángeles y esperaba con esperanza que pudiera encontrar un vuelo comercial o alguna avioneta para que no se viera obligado a manejar hasta Seattle, esa ruta era peligrosa y tomaba mucho tiempo.

Lo llamé y me contestó a la primera timbrada.

- Hola preciosa ¿ya me extrañas?- se oía muy feliz.

- Claro que si guapo. ¿Dónde estas ahora?

- En mitad del camino a Port Ángeles. Es bueno que todavía estemos en verano y no haya llovido, no podría manejar a esta velocidad con las pistas mojadas.

- No vayas tan rápido, no quiero que te suceda nada malo.

- ¿Preocupada por tu esposo? No pienso dejarte viuda.

- No te hagas el gracioso Edward, concéntrate en la carretera. Te llamaré en 1 hora.

- Estaré esperando tú llamada amor, te quiero.

La segunda vez que le llamé no me contestó. Minutos después mi celular sonó.

- Edward. ¿Dónde estabas?

- Lo siento preciosa, llegué a Port Ángeles y no hay vuelos a Seattle. Iré conduciendo. He visto que puedo hacer atajos y no demoraré tanto.

- Esas carreteras son peligrosas y te puedes perder. ¿Por qué no duermes en Port Ángeles hasta mañana? Seguro que hay un vuelo temprano.

- Aunque no lo creas, no me han querido vender el pasaje. La chica del counter me dijo en secreto que tenía órdenes de no vender pasajes a ningún Cullen. Así que imagino que Marcus está detrás de todo esto.

- ¿Que harás entonces? ¿No estarán siguiéndote?

- Regresaré unos 20 kilómetros solo por si acaso. Y luego tomaré la 101 y me desviaré en la 104 y cruzaré el puente del canal Hood, seguiré en la 104 hasta Kingston, luego tomaré un bote de transporte que me lleve hasta Edmonds y de allí seguiré la 99 directo a Seattle. Calculo que no me llevará más de 5 horas Bella.

- Eso te llevará toda la noche Edward. Considerando que no tengas ningún inconveniente.

- Pero tengo mi linda esposa para darme ánimos y me prometió llamarme cada hora. Estaré tan ansioso esperando tu llamada que dudo que tenga sueño.

- ¿Te ubicarás bien? ¿No te perderás?

- Bella, este moderno auto tiene GPS y tengo mi laptop conmigo para ubicarme. No pensarás que iré preguntando como llegar.

- Oh lo siento olvidé que estaba casada con el chico Tecnology. Cuídate mucho te llamaré en una hora.

Lo llamé cada hora hasta que antes del amanecer estaba entrando en Seattle. Más tranquila me fui a dormir pero cuando estaba a punto de conciliar el sueño mi teléfono sonó. Lo tomé rápido y contesté.

- ¿Si?

- ¿Qué no duermes de noche mocosa?- era la insípida.

- Siendo esposa de Edward ¿quién podría dormir?- le conteste – ¿Que quieres?

- Pásame con mi primo le he estado llamando desde hace rato y no contesta mis llamadas.

- No puedo, está dormido y no me gusta interrumpir el sueño de mi esposo.

- ¿Segura que está contigo?

- ¿Qué, quieres oírlo roncar?

- Solo quería avisarle algo pero a ti no te diré nada.

- Como quieras calabaza.

- ¿Cómo me llamaste pequeña tarada?

- Ya oíste o es que también eres sorda.

- Sólo dile que no se meta en los negocios de la familia- Y me colgó.

Llamé inmediatamente a Edward.

- ¿Dime que quieres y mas te vale que sea importante?- me contestó algo irritado.

- Te quiero a ti y es importante.

- Amor lo siento, contesté sin ver el remitente. Tanya me ha estado llamando desde hace media hora.

- De eso quería hablarte, he hablado con ella hace un minuto, sólo me dijo que no te metas en los negocios de la familia. Ella sabe que planea Marcus y parece que quería decirte algo importante pero sabes que no nos llevamos bien y me colgó.

- ¿Crees que debería llamarle?- me preguntó

- Si, no pierdes nada, yo le dije que estabas durmiendo conmigo, simplemente dile que te desperté.

- Bien te llamo luego preciosa.

Me desperté con tiempo exacto para cambiarme e ir al instituto. A pesar de tener mucho sueño no iba a faltar porque los Cullen podrían sospechar.

Fui a casa de mis padres y rápidamente les conté lo que había pasado en La Push y cómo Edward había ido a Seattle. Mi padre pareció sorprendido.

Luego Emmett y yo fuimos a la escuela en mi camioneta.

El día transcurrió normal, como no me cruzaba con Edward nadie notó su ausencia. Ni siquiera Tanya pareció sospechar. Durante el almuerzo le llamé pero no me contestó. Nadie más parecía saber que había pasado con La Push, como habrían pasado la noche. Apenas terminaron las clases salí del instituto y fui directo a la casa de Carlisle y Esme.

- ¿Bella has sabido algo de Edward?- Me preguntó Carlisle preocupado.

- Desde esta mañana no he sabido nada, le he llamado pero no me contesta.

- Me llamó cuando salió de su casa anoche y me explicó brevemente lo de La Push- dijo el padre de mi esposo.

- He ido al supermercado a ver si me enteraba de algo pero parece no haber noticias- dijo Esme preocupada.

- Yo confío en que Edward volverá pronto- dije y ellos me abrazaron.

- Nos contó anoche que está enamorado de ti- dijo Esme. –Bella eso nos hace tan felices, nunca había visto a mi hijo tan radiante.

-Bueno no se cómo pasó pero yo también lo quiero mucho- les dije sonrojándome.

- Quédate con nosotros- dijo Carlisle.

- A eso he venido Edward querría que estuviera aquí con ustedes.

Seguí esperando que se comunicara conmigo durante la tarde.

Antes de oscurecer Emmett me llamó.

- Bella ¿dónde estas?

- Hola grandulón estoy en casa de Carlisle ¿pasa algo?

- La pandilla de Sam estuvo por aquí. Buscaban a Edward o a ti. Se fueron para allá, no se veían muy amistosos. ¿Está pasando algo que yo no sepa?

- Pues sí pero es complicado. Te lo explicaré luego acaban de llegar.

Pude ver por la ventana que 5 grandes muchachos entraban por el jardín.

Salí a abrirles antes de que tocaran.

- Hola Sam, ¿que es lo que sucede? ¿Están todos bien? ¿Cómo está Jake?- pregunté desesperada.

- Lo siento Bella pero venimos llevarte con nosotros. Jake está herido desapareció por la tarde y recién lo encontramos inconsciente esta mañana. Nos dijo algo de ti y de tu esposo pero no le entendimos bien. No sabemos que pasa, nos tenían cercados anoche. Pero parece que el tal Marcus Cullen recibió una llamada y se fue. Esta mañana los policías que custodiaban la reserva también se retiraron. Los matones siguen allí pero no se atreven a atacar, parece que esperan algo.

- ¿Jake está herido? ¿Qué le pasó?- pregunté desesperada.

- ¿Por qué se quieren llevar a Bella?- dijo Esme preocupada.

- A Jake le dispararon. No es muy grave pero perdió sangre tratando de llegar a su casa. Su padre lo está atendiendo. Y nos llevamos a Bella de rehén. No sabemos que más hacer. Si ellos regresan esta noche necesitamos tener a alguno de ustedes para negociar. No vamos a permitir que nos ataquen sin luchar. En realidad veníamos por su hijo- dijo mirando a Esme. –Corre el rumor de que él es el heredero de es maldita empresa. Y Bella es ahora su esposa. Nos la llevaremos.

- Se la llevarán sobre mi cadáver- dijo Carlisle poniéndose frente a mi.

- No hay porque discutir Carlisle, iré con ellos, no estaré tranquila sabiendo que Jake está herido. Quiero verlo.

- Te acompañaré entonces- dijo él.

- No lo queremos con nosotros- dijo Sam. –Sabemos que Marcus Cullen lo odia. No queremos una excusa más para que nos ataque.

- No perdamos tiempo. Vámonos de una vez- dije sin dudar. –Tengo mi camioneta afuera. Esme por favor préstame tu botiquín- y corrió a buscarlo.

Salimos a prisa, a penas y me despedí de ellos, Carlisle se quedó muy triste y preocupado.

Sam condujo, en el camino le conté a él y a Quil, el mejor amigo de Jake, todo lo que sabía desde el día anterior.

- Bella eres la rehén mas cooperadora que haya visto- se burló Quil.

- No es rehén Quil, después de lo que no ha contado, sabemos que están con nosotros incluso su esposo, sólo espero que llegue a tiempo.

- Yo también, estoy muy preocupada no contesta mis llamadas- ya sentía un nudo en el pecho recordándolo.

Llegamos a la reserva y pude ver a lo lejos a los matones que custodiaban la entrada.

- Agáchate Bella no quiero que te vean- dijo Sam.

Me acurruqué hacia delante Quil puso su abrigo sobre mi. Sentí que la camioneta se detuvo.

- ¿Qué es lo que quieres indio? Pensé que habían huido como ratas asustadas- era la voz de un hombre muy déspota.

- Fuimos al pueblo por medicamento para nuestro amigo herido. Pero cuando nos diga quien le disparó haremos justicia por nuestra mano y ten por seguro que no quedará ni su recuerdo. Apártate- ordenó Sam con autoridad.

Llegamos a la casa de Jake y entré rápidamente. Billy estaba a su lado.

- Bella, que bueno que estás aquí, sabía que era un error unirte a esa familia pero tu padre insistió. Yo nunca estuve de acuerdo- Me dijo.

- No fue un error Billy, yo quiero a mi esposo. Él pronto vendrá con ayuda- le dije mirándolo fijamente.

- Eso no quita que su familia sea de lo peor. Mira lo que le han hecho a mi Jake, yo estoy seguro de que fueron ellos.

Me acerqué a la cama donde él dormía. Su herida no parecía muy grave pero estaba inconsciente. Le cambié los apósitos y en cuanto se movió un poco le dí de beber agua y un analgésico.

No había más que hacer que esperar. Yo seguía llamando a Edward y su teléfono estaba desconectado. Iba a ser una larga noche.

.....

Me había quedado dormida cuando escuché que me llamaban.

- Bella, ¿que haces aquí?- Era Jake que había despertado.

- Jake, estaba tan preocupada por ti. ¿Qué te pasó?

- Debes irte ese hombre quiere matarlos a ti y a Edward- dijo mi amigo.

- ¿Quién?

- Marcus Cullen.

- ¿Él te disparó?

- Si, me encontró mientras regresaba a la reserva. Lo oí hablando a Seattle con alguien estaba dando órdenes para que atraparan a tu esposo.

Un frío mortal me recorrió. Sentí deseos de llorar y de gritar. No podía hacernos esto. No por su cochino dinero. Si él quisiera le firmaría lo que fuera no quería nada más que a mi esposo de vuelta. No me importaba ya ir a la universidad ni siquiera tener un bonito auto y sería feliz trabajando el resto de mi vida si podía pasar cada día con Edward. Comencé a sollozar.

- Bella ¿qué va mal?- dijo Jake.

- No puedo comunicarme con Edward Jake, desde esta mañana no se nada de él- y sentí las lágrimas correr en mis mejillas.

Oí pasos de varias personas entrar en la casa, instintivamente me puse de pie para recibir a quien sea que llegaba.

- Pero que tenemos aquí. ¿Tan pronto celebrando tu viudez Isabella querida?- Era Marcus Cullen.

- ¿Qué le has hecho a mi esposo?- Le grité.

- ¿Y me lo preguntas cuando acabo de encontrarte en la habitación de otro hombre a las cinco de la mañana?- Rió fuerte. Al parecer no había reconocido al hombre que hirió.

- ¿Dónde está Edward?- pregunté amenazante.

- No lo se, mis hombres se encargaron de él hoy. Es tan predecible. Pero continúa no te interrumpo según me dijo Tanya eres una mujer muy ardiente. Tengo evidencia suficiente por si estás embarazada de que ese hijo no sería de mi sobrino. Aunque no creo que vuelvas a ver el sol de todas formas, en dos o a lo sumo en tres horas atacaremos la reserva y no creo que quede nada en pie- dijo mirando la cabaña con desprecio.

Salió con mirada altiva y despreocupada.

Me desplomé en la silla y comencé a llorar desconsoladamente.

-¿Bella de verdad estás embarazada?- había olvidado a Jake.

- Eso no sería posible. Edward y yo nunca hemos estado juntos de esa forma- dije.

- Me alegra oír eso, aunque fuese lo último que pudiera escuchar. Pero saldremos de ésta Bells. Estaremos bien. Yo cuidaré de ti- dijo mi amigo acercándome y dándome un abrazo. A mi ya nada parecía importarme si atacaban o no La Push o si me mataban. Ya estaba destrozada por dentro. Edward había tenido razón siempre. Marcus había estado moviendo sus fichas y él nunca perdía un juego.

.....

Un poco más de dos horas pasaron y yo seguía llorando. Pero luego me puse en pie. Así no iba a morir, no sin dar batalla. Y no aceptaría que Edward había muerto. Eso sería rendirme. Salí de la cabaña y vi a los hombres de La Push reunidos. Me acerqué a ellos.

- Hola, quería saber si tienen algún plan trazado. Marcus dijo que no teníamos más de tres horas.

- Bella, deberías ir al refugio con las demás mujeres y los niños- dijo Sam

- No me voy a esconder. Ese malvado ha confesado que mandó matar a mi esposo. Él fue el que le disparó a Jake. Acabaré con él así sea lo último que haga.

- ¿Fue ese desgraciado?- oí la voz de Billy y yo asentí.

-El muy cobarde de seguro que no estará en la ofensiva y se limitará a ver de lejos. Típico de la gente rica no ensuciarse- dijo Paúl y escupió al piso.

Escuchamos que se encendían los motores de las máquinas, a lo lejos se oían gritos y muchos ruidos de botas. Había comenzado todo.

Los habitantes de La Push también se formaron en una línea defensiva. Yo me mantuve al lado de Sam. Cuando los matones estuvieron cerca su jefe pareció mirarnos con duda.

- No queremos matar a nadie, simplemente tomen a sus mujeres e hijos y váyanse de aquí. Vamos a avanzar con nuestra maquinaria y tiraremos abajo sus casas pero si huyen no los perseguiremos.

Avancé unos pasos hasta que estuve a la vista de ellos.

- Soy Isabella Cullen, esposa de Edward Cullen, legítimo heredero de la empresa para la que trabajan. Mi esposo está en Seattle consiguiendo una orden para detener a Marcus Cullen. Todo lo que les haya dicho Marcus no es legal ni tiene la aprobación del consorcio. Marcus trató de asesinar a un miembro de esta reserva y presentaremos cargos. Sé que muchos no quieren hacer esto porque saben que esta mal. Aquellos que no estén de acuerdo con esto pueden retirarse, podrán conservar su empleo, les doy mi palabra.

- ¿Cómo sabemos que lo que dice es cierto? ¿Y porqué defiende tanto este lugar?-dijo el jefe de ellos.

- Yo estuve en su boda- Dijo Billy. –Bella es de Forks, creció aquí. ¿Creen que ella iba a permitir que talen estos bosques? Y ese tal Marcus le disparó a mi hijo, es un asesino. Pagará por eso. Si quieren avanzar háganlo, les daremos batalla, no nos sacarán de nuestro hogar sin luchar.

- Sra. Cullen, ¿usted nos garantiza que no perderemos nuestros empleos? Muchos de nosotros venimos desde lejos y no queremos ver a nuestras familias pasar hambre. Sólo por eso hacemos lo que se nos manda- dijo con sinceridad aquel hombre.

- Yo les garantizo que no les pasará nada. Mi esposo llegará pronto- dije queriendo creer en mis palabras.

- Estoy con ustedes entonces, soy Garrett- dijo en tono más bajo sólo para que nosotros lo oyéramos. –Pero hay quienes apoyan a Marcus, tendrán que elegir como yo lo hice.

- Compañeros- dijo gritando. –Yo declino luchar contra esta gente, no podemos destruir sus viviendas ni parte de su bosque. No es legal y lo sabemos. Trabajamos para un hombre que no cree más que en el dinero, yo no me voy a ensuciar las manos por eso. No quiero darles a mis hijos ese ejemplo. Los que quieran unirse a mi vengan conmigo, no lucharemos. Tenemos la palabra de la Sra. Cullen de que conservaremos nuestro empleo.

Muchos de los trabajadores avanzaron y se unieron a Garret, la mayoría eran los que conducían y manejaban las máquinas. Eran más de 20 los que dejaron sus puestos y se ubicaron a nuestro lado. Pero un grupo numerosos de seguro los matones que Marcus contrató se mantuvieron firmes y se burlaban de los trabajadores.

- Así que los cobardes huyen, quien lo diría Garrett. Apestas.

- No Santiago, no voy a matar a nadie y menos por dinero- dijo Garrett.

- Entonces morirán también. Qué esperan suban a esas malditas máquinas y acabemos con esto de una buena vez- oí gritar a Santiago el jefe de los matones a los que quedaron con él. Muchas máquinas volvieron a encenderse y avanzaban contra nosotros.

Un ruido ensordecedor nos llegó del aire. Varios helicópteros sobrevolaban la zona.

Un ruido nos llegó del camino de la playa. No alcanzaba a mirar de qué se trataba.

De pronto la voz fría de Marcus me tomó por sorpresa. Había estado todo el tiempo en una de las grandes máquinas oyendo y viendo todo.

- Ataquen ahora. Contra ella- dijo señalándome. Todos los quileute me rodearon incluso los trabajadores liderados por Garrett se plantaron enfrente de mi.

- Qué no pueden hacer nada tira de miedosos- dijo Marcus increpando a su gente.

Y sacando de pronto un arma avanzó hacia mí. Pero nadie se movió de su lugar.

Disparó dos tiros al aire y algunos se movieron asustados encontró un hueco y se abalanzó contra mi y disparó.

Sentí que era arrojada hacía atrás y con el golpe me faltó la respiración. Pero no sentí dolor en ninguna parte de mi cuerpo. Oí gritos y murmullos. Los helicópteros parecían haber aterrizado, más jaleo y más ruido de autos entrando en la reserva. A mi lado ví rastros de sangre mi giré a ver y vi a Garrett tendido a mi lado con una mano en el costado. El olor me dio de lleno y sentí un mareo repentino estaba a punto de desmayarme cuando oí que me llamaban.

- ¡Bella!- Era su voz. Era él. Edward había venido por mi, tal y como me lo había prometido. Mis ojos se llenaron de lágrimas. Traté de incorporarme pero no pude porque él llegó primero.

- ¿Amor que te sucede? ¿Bella contéstame?- oí su voz quebrarse y sollozar.

- Calma, yo estoy bien- dije cuando me levantaba del piso. –Garrett está herido por favor atiéndanlo.

Me depósito en el suelo dándome un beso en la frente y se dirigió hacia el herido.

Ví como le apretaba la herida para evitar que saliera mas sangre. Se sacó la camisa hizo algo raro con ella y lo ató de tal forma que parecía haber inmovilizado su torso.

De pronto llegaron otras personas al parecer paramédicos y lo atendieron.

Ya me había puesto de pie cuando vi que habían detenido a los matones y a un grupo de trabajadores y a parte de los Quileutes.

- Alto- dije levantando mis brazos. –No todos son culpables.

- Por favor haga lo que mi esposa dice, al parecer ella ha estado aquí todo el tiempo y sabe quienes son los culpables- dijo Edward abrazándome.

Fui liberando uno a uno a los trabajadores y a los nativos hasta que quedaron sólo los matones.

De pronto dos de los uniformados trajeron apresado a Marcus.

- ¿Sra. Fue él el que disparó contra usted?- me preguntaron.

- Si fue él y no sólo contra mi también trató de matar a otra persona que está herida- dije recordando a Jake.

- Edward, veo que te liberaste- dijo Marcus sin ningún tipo de remordimiento.

- Si tío, al parecer tus hombres son muy fuertes pero poco inteligentes- le respondió mi esposo.

- Lo tendré presente- dijo el aludido. –Lastima lo de tu esposa- dijo mirándome con odio.

- Trataste de matarla Marcus eso no te lo perdonaré nunca- Dijo Edward furioso.

- Tal vez deberías dirigir tu furia hacia ella y preguntarle porque paso la noche con uno de estos indios apestosos- y se rió triunfalmente.

- Nada de lo que digas me hará dudar de la mujer que amo. Es un lástima que nunca te hayas sentido amado tío- dijo Edward abrazándome y vimos como Marcus era subido a un auto militar. Por primera vez su sonrisa había desaparecido.

Edward se giró a verme, había confusión en su rostro.

- Te amo Edward- le dije sin poder contener las lágrimas. Lo tenía de vuelta conmigo era mas de lo que podía pedir.

- Te amo Bella- me dijo y me abrazó.

Estuvimos unidos por unos segundos. Teníamos tanto que contarnos.

- ¿En serio pasaste la noche con alguien de aquí?- Me preguntó sonriendo.

- Si toda la noche- le dije devolviéndole la sonrisa.

- ¿No sería acaso el perro?

- El mismo.

- Uy vas a tener que bañarte- me miró divertido.

Lo tomé de la mano. Me aseguré que Garrett fuera llevado a un hospital ya que había salvado mi vida y quería agradecérselo. Si de mi dependía su familia no volvería a padecer hambre jamás. Edward estuvo de acuerdo conmigo.

Luego lo llevé a la casa de Jacob. Entramos en el dormitorio de Jake.

- Aquí pasé la noche- le dije acercándome a mi amigo que estaba recostado y con el brazo aún inmovilizado.

- No puedo culparte por no cuidarla- le dijo Edward a Jake.

- Tu tío me sacó de circulación demasiado pronto- se quejó mi amigo.

- Que te mejores perro, deberías ir a un hospital, no creo que tus lamidas basten para curarte.

- Gracias sanguijuela, lo tendré en cuenta. Y qué lástima que hayas regresado. Ya estaba haciendo planes.

- Ni lo sueñes, ya te dije que no te atrevas a poner una pata sobre mi mujer.

- Ya se que aún no es tu mujer, no tienes que mentir conmigo.

- Te aseguro que para mañana no será una mentira-dijo de forma amenazante. Me tomó en sus brazos y me sacó de allí.

- Edward bájame.

- Tenemos mucho de que hablar y quiero llevarte a casa. Luego quiero que me beses como la primera vez que lo hiciste. Hoy no te voy a detener.

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pfffff... que drama!!! en serio ese Marcus es de lo peor, mira que herir a Jake, mandar asesinar a Edward y despues dispararle a Bella y todo por dinero!! no si su avaricia no tiene límite... pero como bien le dijo Edward, todo es por no conocer el amor...
y bueno lo mejor de todo... la frase "Hoy no te voy a detener" deja mucho que pensar... qu creen que pase?? yo tengo mis ideas... pero eso será hasta el siguiente cap... jejeje
cuidense mucho, degusten un 'dicko' chocolatin para que se le pase el malestar y no me muerdan por dejarlas asi, suspiren mucho y...
Nos leemos en un tris!!!


Bellany G.
**siete l"amore della mia vitta**

ESA NANA

Capítulo 16. Epifanía


Rose soltó un enorme suspiro y le dio una colleja a Emmett.

“¿¡No podías tener la boca cerrada verdad!?” le regañó.

Justo cuando se dio cuenta de lo que había hecho, me miró tímidamente.

“¿De verdad que no lo sabías?” me preguntó.

“Tú quieres decir que está enamorado de mí como amigo ¿verdad?” pregunté. Sí suena algo estúpido…

Eso pareció captar la atención de Rose “Sé que le prometimos que no te diríamos nada, que dejaríamos que lo averiguaras tú sola, ¡pero esto es demasiado! ¿Cómo puedes estar tan ciega? ¡Te ha estado cuidando mejor que ese que te ha perdido perdón que tienes como novio!”

“¿Entonces por qué no me dijo que le gustaba?” le pregunté.

“Nos dijo que te lo dijo, pero que tú no sabías que estaba hablando de ti”

De repente sentí como si estuviera teniendo una epifanía. ¿Esa chica que le gustaba, era yo?

Sacudí la cabeza desafiante “¡No, eso no es verdad! Él dijo que ella era guapa, elegante, divertida… ninguna de esas cosas soy yo.”

Alcé la mirada para ver a Emmett con la boca abierta y Rose con cara de sorpresa.

“Sabíamos que tenías problemas con verte tal y como eres, pero esto es peor de lo que pensábamos. ¿Cómo puedes no saber lo guapa que tú eres Bella? Sabes que, aparte de preguntarnos todas estas cosas, deberías ir a hablar con él” dijo Rose.

Aún tenía problemas para comprender todo lo que me habían dicho. Pero, si me lo hubiera dicho él… De repente me di cuenta…

La forma en que me había mirado la primera vez que me habló de esa chica. Era como si estuviese buscando algo en mi mirada, en mis ojos. Había dicho incluso que ella tenía novio y ¡Le gustaba! Luego, anoche, se lo volví a preguntar y se puso tenso y dijo que las cosas estaban un poco mejor. ¿Se refería a que Jayden me había engañado?

Me di en la cabeza frustrada ¿¡Cómo pude ser tan estúpida!? Le dije que se acercara a ella y le mostrara el verdadero él ¿¡Cómo no me pude dar cuenta de que estaba pasando todo su tiempo libre conmigo pudiendo estar en cualquier otro lado!?

Miré a Rosalie, la cual me miraba con una sonrisa pícara en la cara “Te ha costado eh”

“Tengo que encontrarlo” les susurré “¿Saben dónde está?”

“No, pero puedes llamarlo” dijo Emmett, marcando su número de teléfono y dándome su móvil.

Escuché el teléfono sonar y sonar hasta que salió el contestador.

“No lo coge, ¿estás seguro de que lleva su móvil?” le pregunté a Emmett.

“Sí, déjale un mensaje, quizás se piense que soy yo llamándolo.”

“Vale”

Me aclaré la garganta y le dejé un mensaje pidiéndole que nos viéramos en el parking en diez minutos.

“Si no vienes, lo entenderé. Me iría a casa de Rose o algo” dije colgando el teléfono.

“¿Crees que vendrá?” le pregunté a Rose y le tendí el móvil a Emmett.

“Quién sabe, reaccionó precipitadamente y probablemente ahora esté avergonzado” dijo Emmett.

Cogí las muletas y me puse de pie, preparada para ir hacia el parking.

Encontré su coche y me acerqué lo más deprisa que pude. Podía sentir mi corazón latiendo errático en mi pecho conforme me acercaba a su coche. Realmente quería que viniera. Había estado negando mis sentimientos hacia él desde que le conocí. Primero bajo la excusa de que era un idiota, después por la excusa de que tenía novio. Tenía que averiguar que lo decían Rose y Emmett era cierto. Por mucho que quería, era difícil de creer.

Cuando me apoyé contra el coche, intenté calcular cuánto tiempo llevaba ahí. Probablemente 3 minutos, así que me quedaban 7. Me quedé ahí de pie, esperando pacientemente, pero cada segundo que pasaba más pánico me entraba. Cuando estuve segura de que habían pasado 15 minutos, sentí mi corazón hundirse. No había venido.

Miré al suelo durante unos segundos, después cogí firmemente las muletas para así poder volver al centro comercial. Levanté la mirada para sorprenderme al ver a Rose y Emmett que me hacían señas para que los esperase donde estaba.

“Te vamos a tener que llevar a casa. Edward no lo podrá hacer.” Dijo Rose.

“¿Por qué?” pregunté.

“BUENO-” empezó chillando Emmett, pero Rose lo paró posando su mano en la boca de éste.

“¿¡Quieres callarte!? ¡No necesitamos que se entere todo el mundo!” dijo chillando y mirando a su alrededor asegurándose de que no había nadie.

“Edward ha sido arrestado” dijo calmadamente con una voz baja mientras apartaba la mano de Emmett.

Parpadeé. No estaba segura si había oído correctamente. “¿Acabas de decir que ha sido arrestado?”

“¡Sí!” dijo Emmett con una sonrisa. Quizás feliz de que hubiera participado en la conversación.

“¿¡Por qué!? ¿¡Qué ha hecho!?” grité, horrorizada.

“Cálmate Bella, no ha sido tan drástico como la última vez. Sólo ha destrozado los maniquíes de los escaparates de la calle Victoria.” Explicó como si fuera lo más normal del mundo.

“¿Y eso no es drástico? ¿Y qué has querido decir con la última vez?” pregunté cuando me guiaban hacia el jeep.

Vi como Emmett abría la boca para hablar, pero nuevamente Rose lo cortó con una sola mirada.

“¿Para Edward? No, no es drástico. Edward es demasiado exagerado, y hace cosas peores, pero no es el momento de desvelarte esa información. De todas formas, lo soltarán en dos horas y podrás hablar con él”

“¿Ha hecho todo eso porque piensa que he vuelto con Jayden?” me pregunté a mí misma pero Rose, al escucharme, asintió.

Alcanzamos el jeep. Rose puso las muletas en el maletero y se sentó en el asiento del copiloto mientras Emmett me elevaba hasta sentarme en los asientos de atrás. Cuando me colocó se sentó en el asiento del conductor.

Me coloqué bien en el asiento y esperé a que Emmett saliera del parking.

“¡Oh, casi me olvido!” gritó Emmett y apagó el motor, mientras Rose murmuraba cosas incomprensibles.

Rápidamente me incorporé “¿Qué pasa?” pregunté.

“Bueno, pasamos todo el tiempo en el centro comercial pero no tuvimos oportunidad de comer” explicó Rose.

Miré cansada a Emmett pero él sólo me miró con una enorme sonrisa en la cara y salió.

“Si me disculpáis, ¡iré por comida rápidamente!” chilló mientras salía corriendo y nos dejaba a Rose y a mí en el jeep.

“¿Eh… Bella?” empezó, girándose en su asiento para mirarme. Gemí internamente, sabiendo lo que seguía “¿Te gusta Edward?”

Miré hacia una de las ventanas “Podría decirse que sí” respondí.

La escuché dar un frustrado suspiro y la miré ¿Parecía enfadada conmigo?

“¿Qué va mal?”

“¿Por qué salías con uno si tenías sentimientos por otro?” preguntó.

Suspiré exageradamente y comencé “En ese tiempo, Edward era un idiota, y no tenía sentimientos por él; sólo pensaba que era guapo. Cuando conocí a Jayden parecía ser completamente lo contrario. Su actitud quiero decir, pero después Edward era su mismo contrario a el antiguo él, y tengo que decírtelo, los sentimientos que yo tenía no eran solamente de amistad. Iba a llamar a Jayden para cortar con él porque no era justo para él. Pero el me lo puso un poco más fácil ¿No crees?”

Rose sonrió y justo cuando iba a contestar Emmett llegó. Vi la cantidad de comida que había traído y sentí mi mandíbula abrirse. ¿¡Toda esa comida era para él!?

Vi como colocaba las bolsas entre Rosalie y yo.

“¿Todo eso es para ti Emmett?” pregunté.

“¿Qué? Oh, espera un momento”

Vi como sacaba de la bolsa un sándwich y un helado.

“Para ti” dijo mientras me lo tendía y sonreía.

Puse los ojos en blanco y lo cogí, dándome cuenta del hambre que tenía.

Cuando conducía hacia los dormitorios mi mente empezó a pensar. Las cosas serían mucho más incómodas cuando Edward volviera. ¿Sabía que Emmett me había dicho que yo le gustaba? ¿Es realmente cierto? Como un centenar de esas preguntas pasaron por mi mente mientras duraba el camino de regreso. Cuando aparcó, sentí alivio cuando me di cuenta de cómo iba a bajar del jeep, eso me distrajo.

Emmett me cogió en brazos y me bajó mientras Rose me guardaba las muletas. Me las tendió, así podía apoyarme en ellas y dejar que Emmett cogiera su comida. No fue tan complicado como pensé que sería.

Caminaron conmigo hacia mi habitación para asegurarse de que estaba bien antes de que se fueran a la habitación de Rose, suspiré aliviada ante este hecho. Necesitaba tiempo para estar sola.

Cogí el mando de la tele y me senté en el sofá. Todo lo que pudiera despejarme me vendría bien. Me paré en el canal NBC y me tumbé en el sofá, deseando que cualquier cosa que retransmitieran me distrajera. No lo hizo.

Cerré los ojos cuando más pensamientos llenaban mi mente, cansándola, hasta que finalmente, me dormí.

Un crujido sonó en la habitación y rápidamente abrí los ojos y me erguí en el sofá para ver a Edward de espaldas a mí, cerrando la puerta principal. Parecía como esta mañana, no como alguien que ha partido en dos los maniquíes.

No pude evitar reírme entre dientes cuando me imaginé a Edward violentamente rompiendo los maniquíes de una lencería.

Mi sonido pareció alertarle y se giró para mirarme intensamente. Podía sentir el color subiendo por mis mejillas cuando caminó hasta ponerse frente a mí. ¿Cómo empezar…?

Me aclaré la garganta “Edward yo-” empecé a hablar, pero me cortó haciendo un gesto con la mano.

“Shh. Lo sé” dijo.

Alcé las cejas ¡Bien eso hace las cosas mucho más fáciles! ¡Wow! “¿Lo sabes?” pregunté con esperanza.

“Sí, sólo quería decirte que soy feliz de que tú seas feliz, estaba destinado” ¿Él cree que vamos a estar juntos? ¡Sí! Lo recuerdo, le había dicho que si la relación con la misteriosa chica estaba destinada, ocurriría.

“¡Genial! ¡Yo también lo pienso!” dije eufórica, pero rápidamente fruncí el ceño al ver que los ojos de Edward se volvían dolorosos con ese comentario.

“¿Qué pasa?” pregunté rápidamente “¿Acaso no quieres que te quiera?”

Me miró sorprendido “¿Qué?” preguntó.

“Dije que yo también pienso que estábamos destinados a estar juntos” expliqué. Pero su ceño se intensificaba aún más.

Lo vi caminar hasta el sofá a mi lado, se sentó, y puso las manos escondiendo su rostro. Moví bruscamente los brazos, frustrada. ¿Por qué estaba enfadado?

“¿De verdad que no quieres que tú me gustes?” dije, decepcionada. Sabía que era demasiado bueno para ser verdad. ¿Pero entonces a qué se refería con que estaba destinado?

Levantó la vista para mirarme, y la expresión de sus ojos me impresionó. Parecía triste. Vale, ahora sí que está empezando a confundirme.

“Claro que quiero que te guste. Pero tú estás demasiado ocupada estando enamorada de Jayden” dijo.

Sentí mis ojos abrirse de la sorpresa ¿De qué estaba hablando?

¡Ahora lo he pillado! Aún piensa que he vuelto con Jayden y que va a intentar estar feliz por mí.

“¡Oh! Edward, no estoy enamorada de Jayden” dije riendo tontamente. Realmente sí que es sobre reactivo.

“Pero tu acabas de decir que si que estabais destinados” dijo, confuso.

“No estaba hablando de Jayden” dije con un leve sonido.

“Oh” respondió, ruborizándose. Lo miré para encontrármelo mirando a todas partes de la habitación menos a mí.

De repente su expresión cambió de la vergüenza a la furia “¿¡Quieres a otro ahora!?” dijo, aún sin mirarme.

Dios, ¿y yo era la que estaba ciega? Debe creer que es otro.

“¿Edward?” lo llamé, así, me miraría. Cuando sus ojos esmeraldas me encontraron, inspiré hondo.

Dudé y exhalé otra vez “Est-estaba hablando de…”

“¿Si?” presionó con sus ojos.

“Ti” añadí rápidamente y aparté la mirada. Divertida de ver como habían cambiado los papeles, un segundo antes, él era el ruborizado.

Rápidamente lo volví a mirar para hallar una expresión confundida en su rostro “¡Oh! Quieres decir… ¡Oh!” exclamó golpeándose en la frente.

¡Parece que no soy la única que está teniendo una epifanía hoy!

“¿Te refieres a eso?” preguntó, ahora, mirándome.

Bajé la mirada y asentí, no queriendo ver su reacción.

No debí, porque en un segundo estaba sentado a mi lado. Sentí como me miraba pero sin alzar la vista, entonces empecé a jugar con los dedos en mi regazo.

“Bella, mira la tele” dijo.

Qué cosa más extraña para decir, ¿Le acabo de confesar que me gusta y él me dice que mire la tele?

Podía sentir las cejas fruncirse en confusión cuando levanté la mirada y fijé la vista en la tele. ¿Howie Mandell? Entonces esto es… “¡Trato o no trato!” exclamé, y lo escuché reírse para sí.

Estuvimos viendo este programa cuando nos consideramos amigos, ahora, ¿Nos estaríamos considerando algo nuevo?

Pude sentir como una sonrisa cruzaba mi cara y me giré para mirarlo ¿Por qué me está mirando así? Mi inseguridad aumentó y tan rápido como pude volví a quitar la mirada y concentrarme en mi regazo, esperando a que hablara.

Cuando el silencio se empezó a alargar, sentía más pánico ¿Por qué no hablará? ¿No me quiere a mí de esa manera? No puedo creerlo… No- El hilo de mis pensamientos se rompió cuando sentí su mano en mi barbilla. Temblé a causa de un escalofrío bajo su tacto cuando amablemente me alzaba el rostro y lo giraba, así lo estaría mirando. Cuando lo vi, me sorprendí, ya que había una enorme sonrisa en su rostro, demasiado contagiosa, porque también empecé a sonreír.

Vi duda por un momento en sus ojos pero desapareció en cuanto dijo “¿Bella?”

“¿Sí?”

“Me estaba preguntando, ¿te gustaría ir a cenar conmigo mañana por la noche?”

Sentí como esa enorme sonrisa se hacía aún más grande “¡Sí!” le respondí, un poco entusiasmada.

“Es una cita entonces” se rió entre dientes.

¡Una CITA! ¡Tío! ¡Alice va a flipar cuando lo oiga!

“Una cita” susurré, aún mirándolo a los ojos.

En ese instante, sus ojos pasaron de ser normales, a abrasadores y mi respiración paró cuando empezó a acariciarme la mejilla con su pulgar, dejando una sensación de hormigueo.

Mi corazón latía fuertemente en mis oídos y lentamente se fue acercando a mi rostro, demasiado cerca, ya que podía sentir su respiración cruzando mi cara. Entonces, como si fuera por instinto, cerré los ojos, y sentí la emoción aparecer en mí, esperando que sus labios tocaran los míos.

Tan pronto como sus labios me rozaron, dejé salir toda la emoción que estaba conteniendo y puse los brazos alrededor de su cuello, trayéndolo más cerca. Sentí como sonreía antes de que sus suaves labios abrieran los míos, enviando escalofríos por todo mi ser. El beso fue lento, tierno, dulce cuando con cuidado me elevó del sofá para no molestar a mi pierna y me colocó en su regazo. Entonces nuestros labios se empezaron a mover más rápido y llevé mis manos a su pelo, enredando los dedos en él y no queriendo parar. Puse la más pasión que pude en el beso, para mostrarle cómo me sentía. Íbamos a profundizar el beso otra vez cuando escuché un alto susurro en mi oído.

Salté, asustada y casi caigo al suelo pero Edward me cogió a tiempo. Me giré para ver a Emmett sonriendo como un tonto y me sentí enrojecer de repente. Pero eso no era nada comparado cuando vi detrás de Emmett a Alice, Rose y Jasper con enormes sonrisas en sus caras.

“A tiempo” murmuró Jasper.

Me giré para mirar a Edward que estaba demasiado ocupado mirando fijamente a Emmett. ¡Tío, que situación más incómoda!

Se volvió aún más incomoda cuando me di cuenta de que aún estaba sentada en el regazo de Edward. Me solté de su abrazo y me dejé caer al sofá, siendo consciente de que todas las miradas estaban puestas en mí.

“Hola Bella” dijo Alice, caminando hasta ponerse enfrente de mí, parecía un poco recelosa…

“¿Alice?”

“Siento lo del pequeño incidente esta mañana” No sonaba arrepentida “Pero una chica tiene que hacer lo que tiene que hacer, sabes ¿no?”

“Claro…”

“Bien, ahora que nos entendemos, ¿Puedes acompañarme al dormitorio?” preguntó, ya yendo hacia él con Rosalie tras ella.

¡Lo sabía!

Cogí de mala gana las muletas y me dispuse a ir al dormitorio, con cuidado, cerré con llave la puerta tras de mí.

Me senté al lado de Alice y esperé.

“Vale Bella, ¿Quieres contarnos lo que hay entre mi hermano y tú?”

“Nos queremos” indiqué.

Alzaron sus cejas amenazadoramente hacia mí.

“Y nos besamos” añadí.

Ella sonrió. “¿Y hay algo más que deberíamos saber?”

¡Dios, es demasiado buena!

“Quiere llevarme a cenar mañana por la noche”

Hubo un grito bastante alto y saltó de la cama y me abrazó.

“¿¡Una cita!? ¿¡Te ha pedido una cita!?”

“Sí…”

“¡Sabía que esto ocurriría! ¡Ya he comprado todo lo que necesitas! Te lo traeré mañana después de clases para que puedas prepararte”.

Oh Dios

Cuando terminaron de cuestionarme mis sentimientos hacia Edward, terminaron permitiéndome volver al salón. Me dejé caer al lado de Edward y miré al suelo, deseando que todo el mundo dejara de mirarme.

“Bueno Bella, ¡te veremos mañana!” Dijo Alice arrastrando a Jasper hasta la puerta, seguidos por Emmett y Rose.

Cuando la Puerta se cerró, di un suspiro de alivio. Pero también se incomodó entre nosotros, porque yo estaba demasiado exhausta para hablar del tema, ya lo hablaríamos en nuestra cita.

Solté un bostezo y me dispuse a coger las muletas e ir a dormir.

“¿Adónde vas?” dijo agarrando mi brazo.

“A la cama” contesté rápidamente sin mirarlo.

“Oh. Déjame ayudarte” dijo levantándose.

¿Ayudarme? ¿Cómo...?

Grité cuando de repente me levantó en el aire “Podrías haberme dicho cómo planeabas ayudarme” dije contra su pecho, cuando me llevaba hasta la habitación.

Sólo rió para sí mientras me descargaba en el centro de la cama y se hacía hueco para entrar él también. Dudó, pero al final me echó el brazo por encima de la cintura.

No había palabras para describir lo feliz que me sentía. Me giré entre sus brazos y lo abracé también, quedando mucho más cerca “Buenas noches Edward”

“Duérmete Bella” susurró en mi oído cuando apagó las luces.

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wiiiiiii!!!... vaya por fin no creen???... ese Emmett merece una condecoración!!! en serio a veces su poco tacto ayuda mucho... y bueno que se podía esperar de Edward, siempre 'sobre-actuando'... aunque esta vez fue divertido jajajaja pobres maniquies!!!.... pfff en fin, veremos como se desarrolla la historia y no se olviden que Jacob sigue al acecho O.o
dale, cuidense 'muchisimisimo' jejeje, saboreen un delicioso chocolate para la ilusión, suspiren y...
Nos leemos en un tris!!


Bellany G.
**Jamás dudes que yo solo soy tuya**

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