martes, 17 de noviembre de 2009

NO DESEARÁS

Capítulo 12. Veneno

Edward POV

Ella era mi gloria… mi espacio perfecto… mi mujer, su cuerpo contra el mío era la gloria sentía que podía correrme en cualquier momento, ella se movía llevando totalmente el control, teniéndome a su merced.

-Eres mi vida-, le dije en un hilo de voz mientras me hundía en ella, ella estaba llorando sabia que era difícil Rosalie había venido a ella por mi, a ella, no podía evitar pensar como se sentiría Bella, debía sentirse como la peor amiga, yo era el culpable pero mi cuerpo no escuchaba razones… mi cabeza no hilaba pensamientos y mi corazón…

La bese impacientemente con todo los sentimientos que explotaban en mi pecho, aumentó el frenesí de sus movimientos hasta que la sentí contraerse, me abrazo volviéndome completamente loco su pecho rozante y apretando contra el mío, su respiración jadeante contra mi odio, me corrí llegando al cielo junto con ella, lleve mi nariz a su cuello aun envueltos en ese delicioso abrazo, su piel olía a mi, era mía solo mía para siempre, después de unos minutos, cuando fuimos dueños de nuestras respiraciones se levanto un poco y me sonrío débilmente casi de forma fingida lo que me hizo recordar que debimos esperar…

-Tomare una ducha-, susurro y me dio un ligero beso, la deje irse y le otorgué su espacio, sabia que toda esta situación era difícil, Bella era tan frágil dentro de esa fuerza que aparentaba ante todos, cuando oí el agua caer tenuemente, el sonido inundo el departamento completamente en silencio después de nuestro encuentro, levante su ropa casi con adoración y me vestí, arregle lo mas posible el sofá y la espere sentado en la orilla de este, necesitaba decirle que no podía vivir ni un minuto mas sin ella, el no verla en la oficina hoy me lleno de un pánico inexplicable era un miedo a perderla que me consumía, por eso no pensé en venir a buscarla, no pensé en atraerla a mi cuando vi sus ojos rojos por el llanto, ella estaba mal, Rosalie no debió venir pero para ser franco Rose no era consiente de que sus acciones eran irónicas aun cuando ni Bella ni yo lo planeamos.

Ella salio después de unos minutos, su cabello mojado redondeaba su cara, se sentó a cierta distancia de mi, esa acción me dolió y sin pensarlo estire mi mano acortando de alguna forma mi distancia, deje algo de su cabello húmedo detrás de su oreja.

-¿Por qué no fuiste hoy a la oficina?-, le susurre, intuía la razón pero necesitaba que ella me dijera como se sentía, no me miro cuando contesto

-Edward tienes que irte-, yo me tense al oírla y trate de recordarme que era típico de ella escudarse, estaba asustada… lo sabia y no la dejaría alejarse de mi.

-Bella…-, comencé pero ella se levanto y me interrumpió de forma casi impaciente

-Tienes que hablar con Rosalie-, susurro dándome la espalda

-Bella ¿Qué pasa?-, pregunte confundido, por que parecía distante

-Este juego se me salio de las manos-, me contesto en tono bajo, yo ya no entendía sus palabras que diablos trataba de decir

-Juego…-, susurre

-Quería demostrarme a mi misma que tenia razón…nunca pensé que no pudiera controlarme-, susurro como si hablara de el peor error de su vida, no soporte mas la gire para verla, que me dijera en la cara lo que comenzaba a intuir

-¿Qué cosa?-, pregunte con voz tensa

-Recuerda que te dije que mi teoría no tenia fallas…pues no las tiene-, lo recordaba…como cada palabra que había pronunciado desde que la conocí pero eso no me hacia entenderla, volvió a hablar cuando no obtuvo ninguna respuesta.

-No existen los hombres perfectos, Rosalie creía que eras uno y mira quise comprobar que no…la engañaste con su mejor amiga-, se alejo de mi dejandome clavado al piso, ¿comprobar?, era eso lo que ella estaba haciendo… un experimento, esto tenia que ser una pesadilla, ella no era Bella, la mire tratando de encontrar a la mujer que me había hipnotizado pero no estaba en sus ojos…

-No planeé engañarla eso se salio de mis manos ahora ella esta sufriendo y debo arreglarlo-, que diablos iba arreglar…iba a borrar todo lo que pasamos, como podría hacerlo si yo no podía vivir sin ella, sin mi aire.

-Soy una estupida teoría-, le recrimine intentando controlar el dolor y la rabia que surgían de mi pecho

-Admítelo todos los hombres son iguales-, susurro, ¿Cómo se atrevía?, ella había estado entre mis brazos hace unos momentos y ahora me decía que eso era para demostrar que solo era otro traidor… yo jamás desee esto, ella fue la que irrumpió en mi vida, levante su rostro para encararla

-No puedes hablar en serio-, le dije entre dientes

-Lo hago… ahora quiero que te vayas de mi casa-, pidió mientras la sostenía del brazo

-¿Por qué?-, le pregunte, por que sus palabras, por que se entrego a mi si solo estaba “jugando”, por que tanto dolor

-Solo iba a probar contigo jamás pensé en llegar a tener… sexo, se me salio de las manos y bueno solo completas mi teoría, estabas dispuesto a dejarla… como todos, como Charlie, como cualquier hombre-, dijo en tono de reclamo y yo me sentí aturdido, no era cierto, no podía ser verdad, su cuerpo, sus caricias, hasta sus ojos me decían lo contrario, yo no era como su padre, jamás quise lastimar a Rosalie y jamás la dejaría, tome su cara entre mis manos sin pensarlo y la acerque hasta sentir su aliento mezclarse con el mío.

-Bella…yo te…-, le iba a decir por primera vez en voz alta lo que gritaba mi corazón pero ella se alejo, dolorosamente, se alejo.

-Yo te que Edward… son solo palabras… se las dijiste a Rosalie, y mira… yo no confío en los hombres, no puedo amar a nadie, solo quiero irme de aquí, aprendí de la peor manera que no se puede jugar con fuego-, lleve las manos a mi cabello desesperadamente, no podía ser tan fría… tan calculadora…tan...

-Dime que todo fue una farsa… dímelo-, le rete viendo a sus ojos

-Fue un error, un maldito error… eso querías oír-, grito desgarrándome el alma, no lo que yo quería es que me dijera que me quería como yo lo hacia, que estaría conmigo, que...

-No puedes ser tan insensible… tan…-, le reproche tenso reprimiendo las ganas de llorar, si por que me dolía tanto… ella tenia mi vida y no le importaba

-Me acosté con el novio de mi mejor amiga… que no podría ser-, se alejo de mi y abrió la puerta, como podía considerarse así como una…no ella era mas que eso, mas que esta piedra con cuerpo de mujer.

-Vete por favor-, susurro mirando hacia la pared de la entrada

-Eso quieres-, le conteste casi inaudible reprimiendo las ganas de estamparla contra la pared de obligarla a que me alejara pero no podía dejar de pensar en sus palabras, ella no me amaba y eso había destrozado todo…me sentía como si me estuviera asfixiando.

Cuando asintió salí de allí como si fuera mi única oportunidad de mantener la cordura, no me detuve hasta que estuve en el auto, salí de ahí pise el acelerador a fondo, el camino se volvía difuso, el auto ronroneaba y rugía igual que mi pecho, no podía ser cierto todas esas palabras…todo por que, repetía una y otra vez porque se había entregado a mi de nuevo, como podía decirlo después de haberse entregado así, como podía decir que no sentía nada.

Cerré los ojos por un momento y el auto patino hasta quedar parado al pisar el freno, quedo en medio de una calle poco transitada, mi respiración estaba demasiado agitada, ni siquiera me dí cuenta que estaba llorando hasta que me vi frente al retrovisor, golpee el volante con fuerza y grite desgarrándome, sintiendo el fuego en el pecho, ella era un veneno matándome lentamente…

-Esta bien-, susurro un hombre desde afuera, al parecer obstruía el paso de los demás automóviles.

-Si...-, conteste con voz ronca, encendí el auto de nuevo y conduje hasta el departamento, ni siquiera podía llegar ahí…como iba mirar a Rosalie, que iba a pensar al verme así, pensé que era demasiado bueno para ser verdad al mirar su espacio de estacionamiento vacío, baje del auto y subí hasta mi piso.

Abrí la puerta y entre directamente hasta el cuarto, era insoportable estar aquí…todo lo que había cambiado por ella y era solo un error, un maldito error.

Me senté en el sofá y tome la única botella que Rosalie guardaba en la alacena, quería utilizar el alcohol como mi anestésico, quería sacarla de mi sistema, de mi piel, de mi cabeza…de mi corazón.

El teléfono retumbo en mi cabeza, después no se cuanto tiempo de haberme quedado dormido abrí los ojos observando ya la luz del día atreves de la ventana, tenia un fuerte dolor de cabeza una aturdimiento de los sentidos, conteste solo para cesar ese terrible sonido.

-Edward que pasa…son las 12 estas bien-, contestó Eleazar con un tono de preocupación en su voz

-Si es...solo…una larga noche…estaré hay en la oficina en uno momentos ¿esta bien?-, le conteste mientras me convencía a mi mismo que debía ser fuerte, ella no me destruiría, no lo haría.

-Esta bien...tomate tu tiempo…me preocupe es todo-, contesto antes de despedirse y colgar.

Me di cuenta que Rosalie no había estado en el departamento, sinceramente ahora no había posibilidad de estar con nadie, ella era la menos culpable de todo esto y sin embargo odiaría tenerla en frente, me duche y me vestí casi de forma automática, y fui a la oficina.

Espere verla ahí, con su aire de superioridad, con su belleza de ángel y sus ojos de asesina, mi demonio, pero no estaba, su oficina estaba sola, vacía y era estupido pero no pude evitar el nerviosismo de no volverla a ver aun cuando me hubiera herido mas profundo de lo que podía imaginar.

-¿Estas mejor?-, pregunto Eleazar sacándome de mis pensamientos

-Si…Bella-, susurre

-Presento su renuncia…no te lo dijo…mañana después de la firma del contrato estará fuera de obligaciones con la compañía-, susurro el con el ceño fruncido

-No no lo menciono-, le conteste en tono serio, iba a arrancar el error de raíz, se iba como un vil criminal…no lo podía soportar, no podía.

Mas pronto de lo que quisiera el día termino y esta vez el auto de Rosalie indicaba que ella había regresado, no podía ser tan cobarde así que lentamente subí para encararla, ella estaba sentada en la sala mirando un papel con gesto distante.

-Hola-, musite

-Hola-, dijo ella mientras guardaba la carta en el sobre.

-Rosalie… -, comencé sintiéndome el peor de los hombres, ella suspiro antes de levantar la mirada

-Edward podemos hablar…solo un momento-, comenzó, yo asentí y me senté frente a ella.

-Edward yo no quiero perder esto…podríamos intentarlo...te estoy pidiendo una oportunidad-, susurro con la cabeza gacha, yo no merecía tal, yo la había engañado aun cuando ella no lo supiera no podía mentirme a mi mismo, aun cuando Bella jurara que todo había sido una farsa yo ya no podía estar con Rosalie, estaba infectado de ella, su olor estaba en mi piel, su sonrisa y su voz en mi cabeza, seguiría engañando a Rosalie si permitiera esa posibilidad, podía herirla ahora pero evitaría su dolor futuro.

-Rose…se que no lo merezco…lo se quizás no lo puedas entender pero te pido que aceptes mis razones, yo ya no puedo darte nada, estoy vacío, te quiero y por que lo hago necesito dejar esto…sabes que esto se terminó, luchar por ello es una causa perdida-, le dije y ella se limpio una lagrima que caía por su mejilla.

-Amas a otra…-, susurro y yo apreté mis puños

-No…-, mentí para que lastimarla, Bella había dejado todo, no había por que expander mas dolor.

-Rose eres una mujer hermosa por dentro y por fuera…mereces que te hable con mis sentimientos…créeme que de poder hacerte feliz lo haría-, ella asintió algo mas tranquila.

-Sabes quizás tengas razón...quizás nuestro destino no es estar juntos…-, susurro y yo desvíe la mirada, ella tomo el sobre que tenia en sus manos anteriormente y me lo dio, eran de un laboratorio, se limpio otra lagrima y me incito a mirarlo, era una prueba clínica de embarazo…mi corazón se paro por un momento hasta leer el resultado…me sentí egoísta al tranquilizarme ante la negativa, pero eso no debía ser, yo no merecía algo de ella, algo tan grande como un hijo.

-¿Por qué no me dijiste?-, susurre

-Quería estar segura…hubiera sido peor si hubiera dicho algo que no era-, me contesto

-Pero debía hablar contigo…lo pensé todo el día, ayer, hoy, desde que hable con Bella, me dijo que fuera con los resultados y que tratara de solucionar las cosas-, continuo y mi corazón di un vuelco.

-Bella…-, susurre.

-Si, ella sabe lo que es crecer sin un padre…me duele perderte Edward pero en cierta forma me alegra que mi bebe no haya sido posible…fue solo un bello sueño…he visto a mi amiga sufrir tanto, no soportaría un dolor así-, me contesto y yo cerré mis ojos, ahora todo encajaba, sus palabras, sus acciones, Bella protegía a Rose, ella protegía a un bebe …a mi hijo, eso me hizo querer salir a buscarla, decirle que no era verdad y que de ser posible siguiera manteniendo sus palabras, mentiras…solo mentiras.

Pero no podía olvidarme de la mujer frente a mi…mi amiga, mi compañera durante mucho tiempo, me levante y me senté a su lado.

-Encontraras a un hombre que te haga feliz…a alguien que te de lo mejor de el-, le dije y ella me abrazo sollozando.

-Discúlpame por pensar en que podrías engañarme…espero que encuentres lo que buscas-, me dijo separándose y dándome un beso en la mejilla antes de tomar una bolso grande y salir por la puerta.

Eso no era verdad yo la había engañado y eso me hacia reprochable pero justo ahora solo quería tener a Bella de frente…tenia una ligera esperanza que todo fuera una mentira, ella no sabia la verdad…pero la sabría pronto.

Decidí darle un espacio…yo también tenia que pensar, en todo, mañana la vería en el evento y le diría todo, sobre todo la mayor verdad de todas, le diría cuanto la amaba no me importaba nada mas que estar con ella, si me iba a repetir que era un error esta vez me lo repetiría, de frente… sus ojos no me engañarían.
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mmmm... que dificil me resulta ahora comentar en esta historia, por cuestiones personales, que no vale la pena platicar ya, comprendí que se debe luchar por amor, pero que cuando "ese amor" lastima a quien más quieres no debería importar... es complicado acallar una amor asi cuando es verdadero y el todo esta en luchar por lo que de verdad quieres y es mejor para ti, pero eso solo lo reconoces cuando ya has cometido errores. Si bien esta historia de amor no empezó como debería, es algo real y verdadero y merece algo más... todos merecemos una segunda oportunidad...
y como ya me puse dramática mejor dejemos que sea Edward quien solucione los problemas...
cuidense mucho y no olviden los chocolates, suspiren y...
Nos leemos en un tris!!

Bellany G.
**Ya no podría estar sin ti**

VENTANA AL AMOR


Capítulo Veinticuatro

Bella POV

-Llevemos estas ¿si?- dijo Su indicando otro paquete de galletas. El quinto para ser exacta.

-Esta bien, pero ¿no crees que son suficientes? Nos vamos de día de campo no de por vida…

-Si, pero… es que me gustan.- agregó con una sonrisa.

-Lo sé, corazón… bueno vamos a ver algo más y nos vamos…- dije girando el carrito por el pasillo del supermercado.

Luego de haber comprado suficientes cosas para el día de campo –además de las golosinas que Su me hizo comprar- fuimos a casa para preparar las cosas. Todos los años los Cullen nos invitaban a Su y a mi al Día de Campo Familiar del Hospital donde trabajaba Carlisle y este año no era la excepción. Al menos este año yo estaba feliz de que llegara este día, usualmente era el que más aborrecía por que toda la familia se complotaba para que yo conociera chicos, este año eso no iba a ser necesario. Yo ya tenía a Edward conmigo.

Lo que me recordaba que estábamos a dos días de cumplir dos meses y yo tenía planificada una celebración especial con ayuda de mis amigas. La verdad, me sentí un poco ridícula por hacer la llamada que iba a hacer, era de lo más irónico: que yo le pidiera a Alice que fuéramos de compras, pero había estado tan embelezada escribiendo mi nueva novela que los días se me habían pasado y yo no me había comprado ningún vestido, me extrañaba eso si, que Alice no lo hubiera hecho por mi antes; ella siempre veía estas cosas, pero últimamente estaba más distraída de lo usual.

-¿Alice?

-Si, dime Bella…

-Allie, te quería pedir un favor…

-Dime…

-¿me puedes acompañar a comprar?

-¿de compras? ¿me estas pidiendo que te acompañe a comprar? ¿Quién eres tú y que hiciste con mi amiga?.- preguntó

-Soy yo Alice, lo que pasa… ¿acaso no te acuerdas que tu hermano y yo cumplimos dos meses en unos días?

-Claro que me acuerdo.

-Bueno ¿me vas a acompañar o no?

-Por supuesto, no me perdería ni por nada del mundo verte ir de compras por voluntad propia…- dijo entre risitas.

-Ok, ok… ¿podrías avisarle a Rose, también?. Creo que no va a querer perderse esta experiencia.

Y eso era verdad, después de que se perdiera mi primera incursión en la “vida sexual activa” como ella misma dijo, por estar de luna de miel, había dicho que no quería perderse ninguno de mis progresos como persona adulta. Y la verdad a mi tampoco me apetecía repetir todo, como esa vez, es que a veces Rose era muy persuasiva. Lo había vivido en carne propia y aun no superaba la verguenza.

Como fue de esperar las dos me esperaban puntuales en las puertas del Centro Comercial, ¿acaso disfrutaban de ello?. Al parecer si, esto era lo ultimo en lo que me quedaba claudicar, oh no, al menos aun no accedía a su extreme makeover (N/T:"reconstrucción total" XD). Y seguramente a eso no accedería nunca.

-Hola, Bella…- me saludaron.

-Hola chicas… vaya si están felices, eh!

-Claro, no todos los días quieres salir de compras…

-No se acostumbren…- les dije traspasando las puertas.

-Ya veremos, ya veremos…

Pasamos unas cuantas horas mirando vestidos, al parecer las chicas estaban un tanto indecisas, y digo ellas, por que la verdad no me dejaban decidir. Solo quería un vestido simple, bonito, pero simple. ¿Acaso era mucho pedir?

Al final mis torturadoras, perdón, mis amigas se decidieron. Aunque he de admitir que a mi también me encanto el vestido, era sencillo de color celeste y llegaba un poco más allá de las rodillas, era justo lo que quería. Durante toda la búsqueda del vestido, y la posterior búsqueda de la “ropa interior perfecta” obra y gracia de Alice note que ella y Rose sostenían unas miradas sospechosas, además de que Alice estaba más cuidadosa de lo usual. Aquí pasaba algo.

-¿me van a decir que pasa?.- pregunté impaciente después de salir del probador. Otra pantaleta de encaje más y asesinaba a alguien.

-¿Por qué lo dices?.- me preguntó Rose inocentemente.

-Ustedes me están ocultando algo…- dije entrecerrando los ojos.

-Nada que ver, Bella…

-No me mientan… ¿Qué pasa?

-Ok, ok…- dijo esta vez Alice.- al parecer no vas a poder esperar como todos los demás hasta mañana.

-Entonces ¿pasa algo?.- Alice asintió.

-Si, pero vamos a pagar esto primero. Después hablamos.

Nos sentamos en el café de siempre, tuve que esperar a que las señoras ordenaran una cantidad exorbitante de dulces y que los trajeran antes de saber que me ocultaban esas dos.

-ok, cuéntenme ya…

-Dios, si que eres impaciente…

- No me digas que tú no lo eres...

-Bueno…- comenzó Alice.- la verdad es que deberías haber esperado hasta mañana para saberlo como todos los demás, ni siquiera Jazzy lo sabe. Pero bueno, eres mi amiga después de todo. Lo que sucede Bella, es que… recibí la noticia más maravillosa… ¡Estoy embarazada!...

-¡¿Qué?! ¿en serio?...oh, guau… Alice ¡Felicidades!...- dije abrazándola

-Gracias…

-Estoy muy feliz por ti y por Jazz. Que alegría más grande.

-Si, es verdad.

Estaba feliz por mis dos amigas. Pero esto también me había hecho darme cuenta de algo. Había perdido mucho tiempo estando sola, regodeándome en mi soltería. Aunque claro, había valido la pena.

Tenía 24 años estaba a punto de cumplir los 25, al igual que Rose y Alice, ellas estaban felizmente casadas y ahora esperaban a sus primeros hijos. Yo seguía soltera. No es que quisiera apresurar las cosas o que estuviera disconforme con lo que tenía, era simplemente la constatación de un hecho.

Yo también quería casarme, formar una familia con Edward, ahora. Creo que estaba pasando por el “llamado del reloj biológico” o algo por el estilo.

Al día siguiente me levante temprano, me puse ropa deportiva, me recogí el cabello y ultime los detalles de las cosas que llevaría al día de campo antes de despertar a Su, ella como siempre despertó de un humor maravilloso, nada parecía molestarla. En cuanto estuvimos listas escuche la bocina un auto.

Edward estaba aquí. Abrí la puerta de manera apresurada y allí estaba él, en el porche de mi casa, inclusive con una camiseta y pantalones deportivos se veía guapo, ¡era tan afortunada! Mi novio me ayudo a subir las cosas en el auto antes de partir al lugar del picnic. El día estaba completamente despejado, y se notaba que haría muchísimo calor, cuando llegamos los demás ya se estaban instalando en una de las tantas mesas dispuestas en el césped alrededor del Lago. Los chicos y Carlisle se pusieron a armar un toldo para que diera la sombra en el lugar donde estábamos, aunque claro esta labor no fue realizada sin unos cuantos incidentes con las instrucciones que ninguno de los cuatro entendía.

Su y sus “tíos” estuvieron turnándose en algunas de las actividades recreativas que se habían organizado, mientras Esme y nosotras preparábamos las cosas para el almuerzo, sabíamos que era mejor tener eso listo. Con nuestra experiencia sabíamos que terminaríamos comiendo solamente ensaladas, ninguno de los hombres Cullen o Hale, sabía preparar un buen asado y finalmente siempre el resultado era carne carbonizada. Con lo que no contábamos era con que mi novio exportado directamente de Inglaterra era perfecto, gracias a él por fin pudimos comer carne asada en uno de estos viajes, lo cual constituía un milagro, pero que claro nos dejaba con ensaladas de más.

-tengo algo que decirles- anuncio Alice antes de que la familia se dispersara a realizar algunas actividades vespertinas.

-¿Qué pasa, amor?

-Bueno, les quiero dar una noticia muy importante…- dijo con los ojos brillantes.- bueno… quiero decirles a todos que… este… ¡¡voy a tener un bebé!!

-¿Allie, mi vida, estas embarazada?- le preguntó Jasper. Ella asintió- oh, amor… esto es maravilloso…- dijo parándose para abrazarla y besarla.

Todos se pararon para felicitar a la feliz pareja, este año la cigüeña había decidido sin duda hacer una visita a gran escala a los Cullen. No pude evitar sentir las miradas de todos los demás sobre mí, todas ellas decían claramente “Y ¿Cuándo?”.

-¿quieres ir a dar un paseo por el lago?.- me preguntó Edward al oído.

-Me parece genial…- dije tomando su mano.

A las orillas del Lago había un pequeño muelle al que solíamos subir cuando éramos pequeños, Edward subió a él. En el agua nos esperaba un pequeño bote a remos para dos personas.

-cuando hablabas de dar un paseo ¿te referías a… en bote?...- le pregunté asustada.

-así es… ¿hay algún problema?

-Este… si. No se nadar….

-Eso no es ningún problema, yo si sé….- dijo dedicándome una sonrisa de suficiencia.

-Pero… yo… igual y mejor te espero acá…

-Vamos Bella, ¿acaso no confías en mi?- dijo mirándome a los ojos.

-Claro, en ti confío en el que no confío es en ese bote.- dije señalándolo- ¿crees que sea seguro?

-Segurísimo… vamos amor, nos vamos a divertir…- dijo extendiéndome una mano desde el bote. ¿Cómo había subido tan rápido?

-No me vas a dejar decir que no ¿cierto?.

-Así es…

Edward me ayudó a subir, luego tomó los remos y comenzó a internarse en el Lago. La vista era sin duda preciosa, a medida que la orilla desaparecía, el cielo completamente despejado se reflejaba en las aguas, después del susto inicial fui incluso capaz de acercar mi mano al borde del bote y tocar el agua.

-ves que no era tan malo…

-si, tienes razón…

-así es…- dijo acercándose a mi.

-Edward ¿no crees que no deberías soltar los remos?

-Tranquila no pasa nada… tengo todo bajo control.- dijo acercándose más. Bueno, si él lo decía.

Edward me besó, de la manera en que siempre solía hacerlo. Diferente e igual a la vez, nunca me cansaría de estar juntos. Lo amaba con locura… una de sus manos rodeo mi cintura mientras que la otra sostuvo mi cabeza por la nuca. Me estaba besando de una manera apasionada que rayaba en la desesperación, y por supuesto, me deje llevar. Mis manos recorrieron su pecho por sobre su camiseta maravillándome con su contextura como siempre me pasaba. El sonido de algo cayendo en el agua nos hizo detenernos.

-tranquila, ya lo tengo…- dijo Edward inclinándose a un lado para recoger el remo que flotaba en el agua a unos centímetros del bote.

-Edward cui…- él se inclino mal y de pronto el bote se dio vuelta.

Ni siquiera alcance a hundirme en el agua cuando mi cabeza ya estaba en la superficie. Edward me sujetaba por la cintura manteniéndonos a ambos a flote a la vez. Mis manos estaban firmemente agarradas a su cuello.

-relájate, ya te tengo…

-te dije que era peligroso… que hubiera pasado si…

-shhh…- dijo sosteniendo mi barbilla con una de sus manos.- tranquila, todo va bien…

-claro… ¿y ahora que? ¿volvemos a nado?

-No. Sujétate bien…

-¿Qué vas a hacer?- Edward soltó sus manos de mi cintura.-¡Edward!

-Tranquila. Sujétate fuerte. Voy a voltear el bote…

Ok. A veces no era consiente de cómo lograba hacer ciertas cosas. Esta era una de esas veces, con una fuerza que no tengo idea de donde la sacaba Edward volteó el bote hasta ponerlo en su posición original en el agua. Mas, no hizo amago de subirnos en él. Volvió a tomarme por la cintura, esta vez claro para besarme.

-¿Hace calor, chicos?.- preguntó Emmett en cuanto nos vio acercarnos completamente empapados.

-Muy gracioso, Em…

-Uyy, tranquilo Eddie… no es para que te enojes.

-¿Cuántas veces voy a tener que repetirte que no me gusta que me digas “Eddie”?

-Sácame de una duda “Eddie”.- dijo recalcando el sobrenombre- y si fuera Bella la que te dijera así ¿te enojarías?- mi novio guardo silencio.- lo que sospeche…

-Chicos, será mejor que vayan a cambiarse. Se que aquí esta lleno de médicos pero no es muy recomendable que se enfermen.- nos dijo Esme.


Edward POV

-Sáquenme de una duda chicas…

-¿si?

-¿Por que las estoy dejando hacer esto? ¿no pueden molestar a sus esposos?

-Ay vamos, hermanito. Lo haces por que nos quieres mucho, además esto es para ti no para nosotras…

-Yo no pedí que me compraran el centro comercial…

-No, tu vestuario hablo por si mismo.

-¿Qué tiene mi ropa?

-Nada, nada…- dijeron a coro.

Me encontraba siendo torturado por Blancanieves y Campanita versiones embarazadas y potencialmente peligrosas. No sabía que pecado tan grande había cometido que ahora mi cuñada y mi hermana me habían arrastrado con ellas a una “Tarde de compras”. Había perdido la cuenta de cuantas horas llevaba con ellas, lo único que sabía era que quería ir a mi departamento; pero al parecer ellas tenían otros planes para mí.

¿Cuánto ropa creían que necesitaba?. Intente convencerlas de que compraran otras cosas, pero al parecer yo era su proyecto aquella tarde. Pobre de mi.

-ya no quiero más ropa…- protesté.

-Edward no te comportes como un niñito. Es por tu bien…

-Suenas como una madre que convence a su hijo para que se coma sus vegetales…

-¿en serio?.- preguntó Rose- ¿y funciona?

-Ni un poquito…- ambas bufaron.

Al parecer el par de embarazadas derrochaba energía por que siguieron llevándome por más y más tiendas hasta que casi fue hora de cerrar el centro comercial. No supe como metí tantas bolsas en mi pobre auto. Tampoco entendí por que tenía que seguir ocupando uno de los nuevos conjuntos que ellas me habían elegido, uno de tantos.

-díganme ¿por que tengo que ir vestido así?- pregunté

-vamos, Edward, te ves muy guapo…

-si, pero ¿para que?

-¿acaso no te puedes vestir bien por que si?...

-Ok, ok…

-Bueno, ¡buenas noches!.- me dijeron ambas antes de subir al coche de Alice.

Me metí a mi carro y arranque. En el camino intente llamar a Bella, pero me fue imposible su teléfono sonaba como apagado. ¡Demonios! Nuestro segundo aniversario y yo tuve que pasarlo como rehén de mi hermana y mi cuñada. Tal vez debería ir hasta su casa y disculparme, si, eso… y de paso comprarle un ramo de flores y ganarme de rodillas frente a su umbral si fuera necesario.

Con una parada previa a la floristería llegue a la casa de Bella. La casa estaba completamente a oscuras solo estaba encendida la luz del porche. Comprobé la hora en mi reloj, aun era temprano.

Baje del auto con las flores en una de las manos, llame a la puerta pero nadie contesto. Llame otra vez y esta vez la puerta se abrió sola. Extraño.

Avance por el recibidor hasta llegar a la sala de estar: todo estaba cubierto de pequeñas velas, había música suave que provenía de un equipo de música ubicado bajo el televisor. En la mesa de centro había una pequeña cena para dos.

-ya pensaba que se le había pasado la mano a tus secuestradoras…- comentó una voz a mis espaldas.

-¿Bella? ¿tú estabas al tanto de eso?.- pregunté aun sin girarme

-Aja. Fue idea mía…

Me voltee para mirarla. Tenía una enorme sonrisa en el rostro. Llevaba su cabello suelto justo al lado del cuello, el vestido que tenía puesto era simplemente precioso y se le adhería como si fuera parte de ella. Estaba sencillamente espectacular. En una de sus manos llevaba dos copas y en la otra una botella de champaña.

Bella sonrió al notar que me había quedado mirándola, el rubor comenzó a extenderse por sus mejillas casi de manera instantánea.

-¿Cómo que “Idea tuya”?.- pregunté recordando la fatídica tarde.

-Bueno,- dijo dejando las copas y la botella en la mesa- necesitaba alguna excusa para mantenerte alejado de acá durante el día.

-No lo puedo creer…- exclame

-¿estas enojado?...- preguntó mirándome con expresión inocente

-No…- respondí

-¿Por qué no te sientas?- le hice caso. En cuanto estuve frente a ella pude apreciar la cena en su totalidad. En verdad se había esmerado.

-Esto… se ve delicioso…- comente

-Esperemos que sepa igual…- dijo ella

-Estoy seguro…

-¿puedes abrirla?.- preguntó acercándome la botella.

-Claro.- tome la botella para sacarle el corcho y servir las copas.- así que pase prácticamente todo el día de nuestro aniversario siendo torturado para que tú tuvieras tiempo de preparar esta cena especial…

-Dijiste que no estabas enojado

-Y no lo estoy, solo estoy intentando ordenar los hechos ¿es así, cierto?

-Si...

-Toma…- dije tendiéndole la copa.

-Gracias.- dijo tomándola.- quiero que brindemos…- dijo alzándola.- por nosotros…

-Por nosotros…

Cenamos mientras conversábamos de todo un poco, la comida estaba sencillamente deliciosa. Nos reímos de algunas de las locuras que habíamos cometido cuando ninguno de los dos se animaba a confesar lo que sentíamos. En cuanto terminamos Bella comenzó a recoger las cosas para llevarlas hasta la cocina.

-déjame ayudarte- le dije

-no. Tú espérame aquí… y cierra los ojos ¿si?

-¿cerrar los ojos, para que?

-Edward, solo hazlo…

-Esta bien, esta bien…- dije haciendo lo que ella me pedía.

Aunque mantenía mis ojos cerrados aun podía escuchar todo el ruido que hacía Bella con cada uno de sus movimientos. Llevó las cosas hasta la cocina y después comenzó a mover algunas cosas allí. Comenzó a ordenar algunas cosas en la mesa que estaba delante de mí.

-¿puedo abrir los ojos ahora?

-No, todavía no…- dijo acomodando otras cosas- no seas impaciente Edward.- luego de otros minutos, dijo: -listo, ahora los puedes abrir.

-Una sonrisa nerviosa se extendía por su rostro, en la mesa había un plato lleno de fresas y otro de crema. Me dedico otra sonrisa nerviosa.

-Alice dijo que te gustarían…- dijo nerviosa.- dijo que a todo el mundo le gustaban… yo, no sé si…

-Me gustan…- respondí acariciando su mejilla.

Acerque una de mis manos hasta uno de los platos y tome una de las fresas, luego la hundí en la crema. La acerque hasta Bella, esta abrió su boca y capturo la fruta con sus dientes. Estuvimos jugando con las frutas, dándonoslas el uno al otro hasta que no quedo ninguna, sin embargo, todavía quedaba mucha crema. Al parecer Bella, leyó mis intenciones en mi rostro, por que en cuanto hundí unos de los dedos en la crema, retrocedió hasta que su espalda chocó contra el sofá.

-Edward…- me advirtió- ni se te ocurra…

-¿Que no se me ocurra que?.- pregunté inocente

-Hacer lo que piensas hacer…

-¿y que es lo que pretendo hacer?.- dije acercándome más.

-Ensuciarme…

-Yo no voy a hacer eso…- dije frente a ella

-Entonces… ¿Qué vas a hacer?

-Esto…- dije besándola.

Bella se relajo y extendió sus brazos alrededor mío, aproveche ese momento para embetunarle la nariz con la crema que aun tenía.

-¡hey!.- dijo separándose. Me fulmino con la mirada.- ¡mentiroso!...¡me manchaste!

-Lo siento, amor. Fue un accidente

-¡accidente!, eso ni tú te lo crees, Edward… lo hiciste a propósito…

-Pero si te vez hermosa…- ella me miro con incredulidad.- esta bien, perdón. ¿te ayudo a limpiarte?...

-Es lo mínimo… en la mesa están las servilletas…

-No las voy a necesitar…

-¿no?...

Me acerque más a ella, y comencé a besar su nariz hasta no dejar ni un rastro de la crema. Bella cerró los ojos. Empecé a deslizar mis labios hasta su mejilla, su oreja y su cuello; ella dejo caer su cabeza hacía atrás dándome más acceso.

-Edward…- dijo en medio de un suspiro

-¿si?...- pregunté con mis labios aun contra su garganta

-Bésame…- pidió

-No tienes ni que pedirlo, mi amor…

Deslice mis labios, esta vez en dirección contraria, ascendiendo desde su cuello a su barbilla y desde ahí a sus labios. En cuanto nuestros labios entraron en contacto fue como si se encendiera algo en mí, una llama. Bella era para mí algo intoxicante, una droga de la que nunca tendría suficiente, de la que nunca me hartaría; y es que siempre había sido adicto a ella. Sus labios se sincronizaban con los míos con una asombrosa perfección, mis manos descendieron por la piel de su espalda que no alcanzaba a ser cubierta por el vestido, bella enredo sus dedos en mi cabello atrayéndome más contra ella, después comenzó a bajar sus labios por mi cuello, a la vez que mis manos seguían recorriéndola.

Era como si no nos hubiéramos visto en meses, aunque solo habíamos estado separados unas cuantas horas, nuestra necesidad del otro era demasiado grande, estábamos entrelazados lo más posible en aquel reducido espacio, pero al parecer aun no era suficiente. Quería sentirla cerca, como si fuera parte de mi, cosa que ya era…

Baje mis labios por todo su blanco cuello hasta llegar a la curvatura de su hombro donde descansaba uno de los tirantes de su vestido lo deslice hacía abajo a la vez que Bella luchaba contra los botones, excesivamente pequeños de mi camisa. Pero al parecer la posición en la que se encontraba no ayudaba mucho a su cometido, por lo que deslizo sus piernas a cada lado de mi cuerpo hasta sentarse en mi regazo, lo que hizo que su vestido ascendiera varios centímetros por sobre sus muslos, dejando su piel al descubierto. Volvió a juntar sus labios con los míos, una vez desabotono la camisa sus manos se deslizaron por mis brazos hasta que la camisa quedo en el suelo. Sus caricias eran sencillamente maravillosas.

La estreche contra mí, nuestras respiraciones no tenían ninguna coordinación. El sonido de un cierre descendiendo lleno la atmósfera cargada con nuestras inspiraciones desiguales. Tomé a Bella de las caderas hasta poder subirla en el sofá, apoyo su cabeza en uno de los brazos a la vez que me atraía más a ella, nuestras manos recorrían sin pudor alguno el cuerpo del otro una vez que las barreras que suponían las ligeras telas que nos cubrían dejaron de estar en medio.

Era una entrega mutua, sin restricciones, pues éramos del otro. Esto era lo más maravilloso de nuestra relación, nos pertenecíamos mutuamente, mis labios recorrieron cada centímetro de su cuerpo y los suyos los imitaron. Así era siempre con Bella, cada vez que estábamos juntos era algo nuevo y a la vez algo conocido…algo predestinado, como si hubiéramos nacido para estar juntos y así lo creía yo. Éramos el uno para el otro.

Terminamos durmiendo abrazados y juntos, de esa forma podría quedarme toda la vida.

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bueno, me desaparezco unos cuantos días y pasa de todo... tenemos dos nuevos miembros Cullen por venir y una parejita haciendo la tarea para el tercero... por lo visto quieren agrandar la familia jejeje, yo no me opongo y ustedes?? jajaja


ey!... una cosita me tengo un pequeño reclamo que hacer, ya se que estuve fuera y que algunos fics terminaron y otros los perdimos (lo siento por eso) pero aún así no encuentro una buena justificación para la falta de suspiros y la abundancia de aire que nos llena todo el blog. Nenitas les ofrezco mil disculpas pero espero que entiendan los días tan complicados que hemos tenido ya que supongo todas estamos en periodos de examenes pues los semestres (bimestres, trimestres... como sea) en la uni terminan, ademas de que en algunos casos (como mi querida Nini) la presión de la familia y el trabajo no nos permiten el tiempo que queremos... yo solo les pido que no nos abandonen, que entiendan que hacemos lo posible por estar y permanecer y que sigan suspirando para que nosotras seamos mucho más felices de lo que ya somos... todo es por ustedes y para hacer un poquito más feliz a nuestro mundo, asi que no hay que dejarse vencer vale.
ya saben, siempre cuidense mucho y disfruten de los chocolatitos para vivir mejor, suspiren en demasía y...
Nos leemos en un tris!!!

Bellany G.
**Tengo alas para volar pero necesito del impulso que tu me das**

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