viernes, 4 de diciembre de 2009

NO HAY IMPOSIBLES

CUANDO HAY TANTO AMOR...

BUENO CHIC@S EN ESTA OCASIÓN TRAIGO UN MENSAJITO ESPECIAL QUE LO ÚNICO QUE TIENE QUE VER CON TWILIGHT SAGA ES EL AMOR QUE TENEMOS POR AMBOS CASOS...
 COMPRENDO TAMBÍEN QUE MUCHAS PERSONAS NO CREEN QUE SEA POSIBLE Y HASTA LEGAL... PERO QUE LES DIGO, YO SOY UNA SOÑADORA DEL AMOR Y PARA MI ESTO EN TODOS LOS PAISES EN LOS QUE SE HA HECHO NO ES MÁS QUE UNA PRUEBA DE QUE LA UNIÓN, LA FE Y LA ESPERANZA ACOMPAÑADAS CON AMOR HACEN QUE...

¡¡¡ NO HAYA IMPOSIBLES !!!


APOYEN AL TELETÓN MÉXICO
4 Y 5 DE DIC


Bellany G.
**No hay imposibles!!**

VENTANA AL AMOR

Capítulo Veintiocho

"Especial Navideño"



Edward POV

Después de todos los incidentes del mes pasado, las cosas al fin estaban tomando su lugar, del cual nunca debieron haberse movido. Bella y yo nunca habíamos estado mejor, luego de aclararlo todo ahora solo nos enfocábamos en ser felices. Ella se había sentido incluso mejor cuando conoció al prometido de Tanya, Mark, la semana anterior, ella y mi amiga se llevaban cada vez mejor. Y yo era el hombre más feliz de la Tierra, la noticia de que iba a ser padre, me tenía literalmente en las nubes, no había día que no le agradecía a Dios todo lo que en este momento tenía.

Los primeros a los cuales contamos la noticia de nuestra futura paternidad, fueron a mis padres, ellos se pusieron muy contentos ante la noticia de que un nuevo nieto venía en camino, las lágrimas de mi mamá aun me impactaban, estaban tan felices por nosotros.

-Sabía que serías feliz, corazón- le susurró a Bella mientras la abrazaba.- te lo mereces…

Todavía recuerdo lo cauteloso e inseguro que estaba ante la perspectiva de darle la noticia a Su, había que tener mucho tacto; si bien ella había sabido antes de los embarazos de mi hermana y Rose y había reaccionado de buena manera, ahora la que iba a ser madre era Bella, así que su reacción podría ser distinta, después de todo era una niña que se había acostumbrado a ser la única en el corazón de Bella, tener que compartir su cariño de un momento a otro podría resultarle traumático.

-Su,- la llamó Bella. Ella estaba sentada junto a mi en el sofá.- tenemos que hablar.

-¿hice algo malo?.- preguntó ella sentándose a un lado.

-Claro que no, corazón…

-¿Tonces?

-Su, tenemos algo muy importante que contarte…- dije esta vez yo.

-¿Qué pasa?, me estan asustando…

-Su…- dijo Bella subiéndola a su regazo.- Edward y yo…

-Ya sé…- la interrumpió.- se van a casar…- dijo con los ojitos brillantes, Bella me miró y sonrió.

-No, aun no, mi cielo.- le dije.- lo que tu tía y yo…

-Mamí.- mi corrigió, la mire extraño.- quisiste decir, lo que tu mami y yo…, por que ella es mi mami ahora, ¿no sabías?

-Luego te lo explico…- me susurró Bella.

-Bueno, - continué- Su, tu mami y yo… bueno,...

- ...vamos a tener un bebé. estoy embarazada, cielo.

-¿En serio? ¿un bebé?

-Si…

-Y, eso… ¿voy a tener un hermanito o hermanita?

-Así es, tesoro…

-¿puedo?.- preguntó extendiendo su manita hacía el vientre de Bella.

-Claro…- dijo tomando su mano y poniéndola sobre su vientre. Susan sonrió alegremente.

-Hola, bebé…- le dijo a la panza. Bella y yo sonreímos encantados.

Susan se lo había tomado todo de la mejor manera, estaba muy contenta e ilusionada, ante la perspectiva de un nuevo hermanito o hermanita, aunque claro, aun no se decidía si quería que fuera niño o niña, todos los días cambiaba de opinión dependiendo de las opciones de juego que pudiera tener con el bebé.

Cuando Bella cumplió las doce semanas de embarazo su pancita ya sobresalía de manera notoria, Alice decía que esto era injusto, pues a ella le había demorado más en salir, y además Bella representaba más los cuatro meses que ella misma tenía.

-eso es por que eres enana, Alice.- el había dicho Emmett cuando el tema salió a colación.

-No soy enana, Emmett… lo que pasa es que todos ustedes son muy altos…- y yo ¡¡soy compacta!!.- dijo acurrucándose más en el regazo de su marido.

Rosalie ya estaba en la fecha probable de parto, por lo que todos teníamos extremo cuidado con ella, en especial Emmett, que estaba nerviosismo, como todo padre primerizo. Según Rose, él había sido un chiste cuando fueron a las clases pre parto comentó algo como que, el que necesitaba relajarse era él o sería solo un estorbo durante el parto en vez de una ayuda.

Estábamos sentados en la recepción del consultorio medico, esperando nuestro turno para la ecografía, estaba nervioso, ahora era cuando entendía a mi hermano y mi cuñado, tenía a Bella tomada de la mano mientras aguardábamos nuestro turno.

-me puedes dejar en casa de Alice después…

-claro amor, pero ¿Por qué?

-Ella quiere que la acompañe a ir de compras.

-¿solas?.- ella asintió- no creo que eso sea muy prudente, no podría…

-Edward.- dijo acariciando una de mis mejillas.- estoy embarazada, pero no es necesario que por eso seas tan sobreprotector. Creo que soy perfectamente capaz de sobrevivir a una tarde de compras con Alice.

-Lo sé, pero aun así me preocupo, no es bueno que hagas muchos esfuerzos…

-Lindo,- dijo sonriendo antes de darme un beso corto.- estaré bien…recuerda que ella también esta embarazada, no va a andar haciendo locuras…

-¿Qué crees que sea?

-No lo sé…- en esos momentos comenzó a sonar mi celular.- ¿Quién es?

-Alice…- dije mirando el identificador de llamadas.

-Oh, no. Dile que no quiero saberlo…

-¿saber que?- dije con el celular sonando aun.

-El sexo del bebé ella te lo va a decir.

-Bella, ella no puede saberlo…

-Oh, si. Ella siempre lo sabe. Supo que Rose iba a tener una niña y supo que ella misma iba a tener un niño, desde el primer momento…

-Esta bien. Le voy a decir que no queremos saberlo.

-Te lo va a decir igual…- me advirtió.- la conozco.

-Alice. No queremos saberlo-le dije antes de que comenzara a hablar.

-Pero…- comenzó a protestar.- Edward…

-No, pero nada Alice. Queremos esperar…

-Pero, es que…

-Después, Alice. Ahora te tengo que dejar, es nuestro turno…

Entramos en la consulta tomados de la mano, saludamos a la doctora que haría la ecografía y después ayude a Bella a subir hasta la camilla. La doctora nos explico todo lo que iba a hacer antes de que le pidiera a Bella que se descubriera el vientre, dejando al descubierto la ya notoria curvatura de este.

-esta frío…- se quejo Bella en cuanto le aplicaron el gel que permitiría que el ecógrafo se deslizara con facilidad por su vientre.

Seguimos con nuestras manos firmemente entrelazadas y la vista fija en la pantalla, no es que se viera con mucha claridad, pero sabíamos que nuestro hijo estaba allí, creciendo, desarrollándose. Estaba allí y eso fue razón suficiente para que las lágrimas comenzaran a inundar nuestros ojos y se desbordaron en cuanto comenzamos a escuchar como su pequeño corazón latía con una fuerza atronadora. La doctora se detuvo de pronto frunciendo el ceño y me asuste. Algo no andaba bien.

-¿sucede algo?.- pregunté, Bella me miro con preocupación y apreté más su mano.

-Esperen un momento…- nos dijo deslizando nuevamente el ecógrafo por otras partes del estomago de Bella.- como lo sospeche…- musitó.

-¿Qué? ¿Qué sucede?

-… Son dos. Están esperando mellizos. Felicidades…

Mellizos. Dos. Sonreí como un niño pequeño, maravillado, y con lágrimas nuevas en los ojos. Dos bebés. Me acerque a Bella, quien también lloraba y la besé: en los labios, las mejillas y su frente. Era tan feliz.

-te amo, mi vida…- le susurre.- me haz dado el mejor regalo…

La doctora nos dio unas cuantas indicaciones y una cita con el obstetra para poder monitorear desde ya a los ahora mellizos. Estaba tan dichoso, alegre… íbamos a tener dos bebés, mellizos. Sentía que mi corazón iba a estallar ante tanta emoción y alegría.

Mientras salíamos de la consulta, tomados de las manos y más felices que nunca, mi celular comenzó a sonar, pero esta vez con el tono de mensaje, Son mellizos, se leía en la pantalla, como era de esperar el remitente era Alice, le mostré el mensaje a Bella y ella se rió.

-Te lo dije… ella siempre lo sabe…- me dijo mientras subíamos al coche.

La deje en casa de mi hermana, la cual estaba de lo más contenta, pues había acertado nuevamente, claro esta, que volvió a insistir con lo del sexo de los bebés, pero eso aun no lo sabríamos hasta dentro de dos meses, en la próxima ecografía.


Bella POV

A Alice no le hacía ninguna diferencia tener casi cinco meses de embarazo, seguía siendo una loca adicta a las compras y más en épocas festivas. Estaba fuera de control, armada con una tarjeta de crédito y en pleno centro comercial. Era potencialmente peligrosa.

Estábamos a solo unos días de la Navidad, y como aun me faltaban unos regalos que comprar acepte acompañar a mi mejor amiga y cuñada a hacer unas cuantas compras, Emmett no había dejado que Rose nos acompañara, pues podía entrar en trabajo de parto en cualquier momento. Y en realidad era lo mejor. No sería bueno improvisar un parto en medio del centro comercial.

Alice había decidido comprar, demasiadas cosas, como siempre y esta vez no tenía límite, pues tenía la excusa perfecta: es Navidad. Solo esperaba terminar a tiempo para poder decorar la casa junto con Susan y Edward, como les había prometido. Aunque a este paso, pensaba que seguramente seguridad tendría que sacarnos del lugar.

El pequeño duende de las navidades, estaba comprando regalos para todo el mundo sin control, yo también estaba realizando compras, aunque claro de una manera más calmada que ella.

Cuando tuvimos los regalos de todos dentro de bolsas nos dirigimos a la última tienda que me faltaba por visitar para recoger el regalo de Edward que afortunadamente estaba terminado a tiempo.

-oh, mira Bella…- dijo indicando la vitrina de una de las tiendas.- estas pensado lo mismo que yo…- mire lo que ella me indicaba.

-Oh, si… eso estaría buenísimo…

-¿los compramos?

-Por supuesto…- dije acompañándola al interior de la tienda.

Luego de esa compra de último momento al fin fuimos hasta el carro de Alice y me llevó hasta mi casa, Edward y Susan estaban esperándome en el porche, mi pequeña corrió a recibirme impaciente.

-¿vamos a decorar ahora?.- me preguntó en cuanto llegó a mi lado.

-Si, corazón…

-¡que bien!

-Bueno, será mejor que me vaya…- dijo Alice.- diviértanse…

-Vamos…- dijo Susan arrastrándome hacia la casa. Edward solo sonreía mientras nos observaba.

-Déjame llevar eso…- me dijo tomando mis compras, para dejarlas en la casa. Confiaba en que no curioseara entre los paquetes.

-¡tenemos que ir a buscar un árbol!.- dijo Su, estaba completamente extasiada.

-Si, pero primero tienes que coger tu abrigo… esta haciendo mucho frío.

-¡si!- dijo entrando en la casa.

-¿no estas cansada?.- susurró Edward en mi oído, no lo había escuchado llegar por que me sobresalte un poco al escucharlo.

-No… haz visto como esta de ilusionada Su, no puedo decepcionarla.

-Ella te entendería.

-En serio Edward, estoy perfectamente…

-De acuerdo.

-Estoy lista…- dijo Su, traía su abrigo mal abrochado por las prisas.

-Déjame arreglarte eso…- dije poniéndome a su altura y abrochando nuevamente el abrigo.

Nos fuimos en el carro de Edward hasta el lugar donde se compraban los pinos, tenía una extraña repulsión hacia los pinos artificiales, prefería los naturales, con su fresco aroma, tan natural. Como era de esperar, con las fiestas a menos de una semana, el lugar estaba prácticamente repleto.

-no te separes de mi ¿de acuerdo?.- le dije a Su tomando su mano, tenía miedo que fuera a perderse.

-pero… ¿Cómo voy a buscar un arbolito así?

-Este…

-Ven…- le dijo Edward poniéndola sobre sus hombros.- ahí esta, ahora si podrás ver bien los árboles.

-¡¡si!!

Me gustaba esto, ahora parecíamos una familia, de verdad. Usualmente era un poco reticente a estas fiestas debido a la perdida de mis padres y solo simulaba disfrutarlas por el bien de Susan, esta vez extrañamente estaba disfrutando cada uno de estos pequeños rituales. Esta vez era verdaderamente feliz, junto a mi pequeña familia.

Finalmente Susan se decidió por un pino que yo consideraba excesivamente grande, pero mis acompañantes insistieron en que era perfecto, y ellos eran mi debilidad, así que ¿Cómo decirles que no?

Llegamos a casa y Edward entro el pino a la sala de estar mientras Susan y yo buscábamos las cajas con los adornos. Colgamos los adornos en el pino, pusimos luces alredor del porche y de las ventanas, finalmente Edward subió a Susan a sus hombros nuevamente para poner la estrella en la punta del árbol. El árbol se veía precioso iluminado por todas aquellas pequeñas luces de colores, Edward nos abrazo a las dos mientras observábamos nuestro trabajo con orgullo.

-Alice ¿me pasas el azúcar?- pedí.

-Aquí tienes Bells…- dijo ella. El sweater color verde con un gran gorro de navidad en el centro que llevaba puesto resaltaba el negro de su cabello. Aquel sweater era el mismo que llevábamos todos en casa de los Cullen.

Era la nueva tradición navideña que Alice, el pequeño duende de las navidades, había instaurado este año. La casa estaba repleta, todos estábamos ayudando a preparar la cena de la víspera de navidad, incluso estaba Tanya y su prometido a los cuales Edward y yo habíamos insistido en invitar. Éramos una gran y numerosa familia.

Esme estaba preparando el pavo que se serviría esta noche, mientras Rose preparaba una versión libre de alcohol de su famoso ponche navideño, Alice estaba preparando los adornos navideños para la mesa junto con Susan, Tanya estaba picando algunas verduras para el acompañamiento y yo estaba preparando la masa para mis galletas de navidad.

Carlisle y los chicos estaban en el tejado intentando instalar un juego de luces que había traído a última hora Alice, pero al parecer estaban teniendo algunas dificultades para hacer su trabajo.

Los villancicos que salían desde el reproductor de música inundaban el ambiente.

Todo era felicidad. Y estaba disfrutando de ella en un cien por ciento.

-Por cierto ¿Cómo te fue con el obstetra, Bella? ¿Cómo están los mellizos?- me preguntó Tanya. Luego de todo el malentendido ella y yo nos estábamos llevando de maravillas. Era una chica muy simpática y sincera.

-Están perfectamente.- le conteste cortando la masa con los moldes en forma de botitas, pinos, ángeles y bastones.- el doctor dijo que estaban justo en su peso y medida.

-Me alegro mucho…

Todos se habían puesto muy contentos cuando supieron la noticia de que en vez de un bebé venían dos en camino, ahora Susan no se preocupaba por decidir si quería un hermanito o una hermanita, pues decía que eran uno y uno y que jugarían de todo. Esme era la más dichosa, en el ultimo año se había ganado cinco nietos….estaba ilusionada imaginando la siguiente navidad cuando la casa estuviera llena de niños pequeños correteando por aquí y por allá.

Puse la bandeja con las galletas en el horno y me fui a sentar junto a Rose que acababa de terminar su ponche, el cual Tanya estaba dejando en la nevera. A los pocos minutos se nos unió Alice quien insistía en enseñarnos en hacer figuras con las servilletas de papel; al cabo de una hora, tuvimos que mandar a Jasper al supermercado a comprar más, pues las habíamos arruinado todas.

El novio de Tanya, Mark, era tan simpático como su prometida, fue él el que finalmente logro instalar el gigantesco hombre de nieve en el tejado. Todos nos divertimos escuchando la odisea que fue esto.

Alice insistió en que todo el mundo comenzara a alistarse casi dos horas antes de la cena. Nos llevo a todas a una habitación para entregarnos lo que usaríamos ese día. Seguía siendo una tirana en lo que a moda respectaba.

Me entrego un precioso vestido color rojo con un lazo blanco que se ataba al bajo busto remarcando mi pequeño y abultado vientre. A Rosalie le entrego uno de color verde oscuro con un escote en v; el vestido de Alice era de un tono similar de verde pero con tirantes finos y detalles de pedrería blanca, Susan llevaba una versión infantil de mi vestido.

Luego Alice y Tanya, que estaba vestida con un impecable vestido rojo sin mangas, comenzaron a arreglarnos el cabello. Después de que Alice nos diera su visto bueno, volvimos a la sala, los elogios de los chicos hacia nosotras me hicieron sonrojar, aunque claro no fui la única.

Ayudamos a Esme a llevar la cena a la mesa antes de sentarnos. En esos momentos estaba segura de que esto era lo que quería. Todos a quienes quería reunidos alrededor de la mesa, risas por doquier con cada una de las payasadas de Emmett, anécdotas graciosas de otros tiempos, paz y amor por todos lados.

La cena estuvo sencillamente deliciosa, después de ella nos fuimos a reunir en la sala junto al árbol, las galletas, el queque navideño y la nueva versión del ponche de Rose estaban en la mesa de centro. Estaba sentada junto con Edward que tenía uno de sus brazos sobre mis hombros, Susan estaba sentada en sus piernas. En el gran sofá se sentaban Rose, Alice, Jasper y Emmett; todos estábamos reunidos escuchando las anécdotas que habían alcanzado a contarse en la mesa.

-….Y Alice se puso a llorar, pues creyó que Santa la consideraba una niña mala en cuanto vio el carbón en el fondo del paquete,… fue la mejor broma de mi vida, su cara fue impagable…- comentó Emmett entre fuertes risotadas.

-¡¿Fuiste tú?!.- exclamo Alice indignada.

-Allie, amor, cálmate…- le pidió Jasper sujetándola para que no atacara a su hermano.

- lo siento.- le dijo Emmett con tono inocente.- pero… es que hubieras visto tu cara…- comentó entre carcajadas arruinando la disculpa.

-Me las pagaras, Emmett Cullen, me las vas a paga.- lo amenazó en tono conspirativo. Todos rompimos a reír ante su tono.- ¡hey! No es gracioso, fue muy cruel…- pero ella también se termino riendo de la situación.

- ¡Auch!.- se quejó de pronto Rosalie llevándose las manos hasta su abultado vientre.- ¡ay, ay, ay!...

- Rose, bebé ¿Qué sucede?.- le preguntó Emmett preocupado yendo a su lado.

- el bebé, ¡ay, ay!...- dijo entre jadeos.- creo… creo que ¡ya viene!...

- ¡¿Qué?!

- a ver, Rose, respira…- le pidió Carlisle acudiendo a su lado.- y dime cuando sientas una contracción ¿de acuerdo?

- esta bien…- pasaron casi cinco segundos en los cuales apenas respirábamos, hasta que ella dijo:- ¡ahora!- frunciendo el rostro en señal de dolor.

- si, estas ya en trabajo de parto.- dijo. Luego se volteó hacia nosotros:- Alice, Jasper… vayan a buscar las cosas de Rose y la bebé. Edward, por favor saca el carro… y Emmett.- dijo mirando a su hijo mayor.

- ¡¿Qué?!.- le preguntó, estaba dando vueltas por toda la estancia mientras se mesajeaba el cabello.

- deja de dar vueltas por favor…

- si…- le respondió pero continuo dando vueltas sin hacer nada en realidad. Estaba nervioso, nunca lo había visto así.

Todos comenzaron a moverse de manera rápida, Emmett tomo entre sus brazos a Rose, para llevarla hasta el carro que ya estaba en la salida de vehículos. No sabía que hacer, si ir o no, después de todo, no podía dejar a Susan sola y tampoco sería muy factible llevarla al hospital a estas horas.

-ve con los demás…- me dijo Tanya, casi leyendo la preocupación en mi rostro.- Mark y yo nos quedamos con Su, creo que te necesitan más allá.

-Gracias…- dije yendo hasta el armario para sacar mi abrigo.

-¡pero yo quiero ir!. – se quejó Su.

-No es conveniente, Su, es muy tarde…

-Pero..¡¡yo quiero conocer a mi primita!!...- agregó con un puchero capaz de descongelar hasta el corazón más frío.

-Mañana, cielo. Seguramente la bebé nacerá hasta dentro de unas cuantas horas, y el hospital no es el mejor sitio para que estés a estas horas…

-Pero…- comenzó, pero un sonoro bostezo interrumpió su protesta.

-Ves cariño, tienes sueño. Sé obediente y quédate acá con Tanya y Mark ¿si?

-Ta bien…- dijo rindiéndose.

-Eso es. Te quiero,- le dije antes de salir.


Rosalie POV

-¡Emmett Cullen! ¡No dejare que me vuelvas a tocar en tu vida! ¡Me oíste! ¡Ahhhh!- chillé de dolor mientras me llevaban en una silla de ruedas hasta la sala de pre parto.

Las contracciones eran lo más doloroso que había sentido en mi vida, dolorosas, dolorosas y no se las daba a nadie, bueno, tal vez a la bruja esa con la que trabaje en el verano…

Cada cierto tiempo venía alguna enfermera a controlar cuanto tenía de dilatación o como me sentía, fatal era mi respuesta la mayor parte de las veces. Después vinieron a inyectarme algunos calmantes y el anestésico que vinieron a aliviar un poco el dolor que sentía. No sabía que tener bebés fuera tan doloroso, al parecer mi Lilian iba a ser hija única, no había forma que fuera a pasar por esto otra vez.

-¡Emmett! Si no te calmas ahora, voy a pedir que te anestesien a ti también ¿entendiste?

-Si, si… lo siento, amor…- dijo sentándose a mi lado y tomando mi mano entre las suyas, las cuales temblaban.

-Bueno, así esta mejor…- dije apoyando mi cabeza en la almohada. Estaba cansada y aun no comenzaba el parto.

Las contracciones comenzaron a ser cada vez más fuertes y seguidas, me lleve una mano al vientre en medio de una de estas, estaba completamente duro a causa de ellas.

-ya es hora…- anuncio la enfermera luego de chequearme- te vamos a trasladar a la sala de partos.

La habitación era demasiado blanca para mi gusto, Emmett sostenía mi mano, estaba vestido con un equipo quirúrgico y se veía demasiado nervioso, era tan dulce, pero en estos momentos me estaba sacando de los nervios. Ok, estaba demasiado nerviosa también.

-puje…- me pidió el medico quien ya estaba listo para recibir al bebé.

-Ahh.- puje con todas mis fuerzas, haciendo mucho esfuerzo para que todo fuera rápido.- ¡ahh, ahhh!

No sé cuanto tiempo estuve allí, pujando e intentando mantener mi respiración regular, olvide la cantidad de veces que Emmett me susurro palabras de aliento. Estaba agotada.

-respira, mi amor…- me alentó Emmett apretando mi mano.

-ya se ve la cabeza…- aviso el doctor.- puje otra vez, señora Cullen.

Puje por última vez, con todas las fuerzas que me quedaban, mi frente estaba perlada de sudor y me dolían todos los músculos del cuerpo.

Entonces, escuche aquel sonido que hizo que todo el dolor valiera la pena y quedara en nada, el llanto de un bebé. Mi bebé. Mi Lilian.

Una de las enfermeras se acercó con ella en brazos y la dejo en mi regazo, yo rodeé a mi pequeña con mis brazos, eran tan chiquita, tan hermosa, su pequeña cabecita estaba cubierta de unos ricitos rubios y sus ojos, totalmente abiertos debido al llanto, eran de un intenso marrón. Era preciosa. En cuanto me vio, su llanto comenzó a disminuir hasta desaparecer por completo. Comencé a llorar de la emoción, Emmett se agacho hasta quedar a mi altura y presionar sus labios en mi frente, luego, con extremo cuidado acaricio la cabecita de Lilian y después dejo un suave beso en su coronilla.

-las amo, mis princesitas…- nos susurro, su rostro estaba bañado en lagrimas.


Bella POV

-¿ya habrá nacido?- pregunté ansiosa.

-Ya nos van a decir, ¿Por qué no te sientas, cielo?- me sugirió Edward llevándome hasta uno de los asientos.

-Se han demorado mucho…- se quejo Alice.

-Eso es natural, - le dijo Esme.- aun recuerdo que cuando te tuve a ti, demoraron casi 5 horas en que nacieras…

-¡¿5 horas?! ¡vaya!.- exclamo.

Estuvimos esperando un rato más, el reloj seguía avanzando y ya era más de medianoche, o sea, era oficialmente Navidad. Nadie venía a decirnos nada y eso me ponía muy ansiosa, gracias a Dios, el chocolate caliente que vendían en la cafetería me lograba calmar un poco, claro que ponía más hiperactiva a Alice, pero algo era algo.

-¡ya nació! ¡Ya nació!- exclamó Emmett saliendo de la sala.- ¡soy papá!

-¡felicidades, hijo!.- le dijo Esme abrazándolo.

Todos lo abrazamos y felicitamos, Emmett estaba completamente radiante de felicidad. Después de eso fuimos hasta los cuneros para conocer a la pequeña Lilian Cullen, era una bebé preciosa, una muñequita de cabellos rubios; después de averiguar el estado en que se encontraba Rose, quien estaba durmiendo en su habitación exhausta por el esfuerzo decidimos ir a casa y descansar para venir a visitarlos más tarde.

Susan se había quedado dormida esperando noticias, por lo que Edward tuvo que llevarla en brazos hasta el carro, condujo con cuidado hasta casa y después la bajo para acomodarla en su habitación. Mientras el hacia esto yo fui hasta la cocina a preparar algo de chocolate caliente, esa era sin duda una bebida adictiva. Y en esos momentos se me antojo deliciosa.

Edward y yo nos tomamos el chocolate mirando algunas de las viejas películas navideñas que siempre retransmiten en la madrugada, después nos fuimos a dormir, aunque solo fuera por unas pocas horas.

-¡es navidad! ¡es navidad!.-escuche gritar, pero intente volver a mi sueño- ¡y esta nevando! ¡esta nevando!

-Su, shh… Bella esta durmiendo…- le pidió Edward.- y tú deberías intentar seguir durmiendo corazón, aun es temprano…

-¿es temprano?

-Son recién las ocho de la mañana…

-Aps…

-¿Qué sucede?.- pregunté medio incorporándome.

-¡es navidad!.- dijo Su metiéndose en la cama, en medio de Edward y yo- y…¡santa ya estuvo aquí!

-Y debo suponer, que madrugaste solo para abrir tus regalos ¿no?

-No, también quería ir a conocer a mi primita ¿ya nació, cierto?

-Si, esta madrugada… pero aun es un poco temprano para ir a visitarla.- le dijo Edward.- ella y tu tía Rose están cansadas.

-Entonces… ¿podemos ir a ver los regalos?.- preguntó con ojitos brillantes.

-Claro, vamos…

Fuimos hasta la sala de estar, debajo del pino estaba lleno de paquetes de distintos tamaños y colores, supuse que Edward fue el que los puso allí, pues yo estaba tan cansada que solo al apoyar mi cabeza en la almohada me había dormido. Llené tres tazones con más chocolate caliente y puse unas cuantas galletas de vainilla en una bandeja. Susan casi botaba sobre el piso de la impaciencia.

-segura que no quieres comer algo antes – le pregunté.

-nop…

-de acuerdo… entonces por que no buscas cuales son tus regalos, corazón…- le dijo Edward.

-¡¡si!!

Susan comenzó a mirar todos los paquetes y a descartar los que no tenían su nombre, que como era de esperarse eran los menos. Después de unos minutos los había abierto todos, dejando al descubierto unas cuantas muñecas barbie, ropa y peluches.

-¿Por qué no buscas los tuyos, también?.- me dijo Edward.

-¿te ayudo?

-Claro, cielo…

Susan comenzó a buscar entre los paquetes restantes, finalmente llegó con una caja excesivamente grande. La mire extrañada.

-Parece que te portaste muy bien mamí,…- me dijo- esta pesadísimo…- dijo depositando la caja cubierta con un envoltorio azul y un enorme lazo blanco, en el suelo frente a mi.

-¿segura de que es para mi?- le pregunté. Revisando la tarjeta, efectivamente tenía mi nombre.

-Vamos, ábrelo…- me alentó Su.

Tome el paquete entre mis manos y el saque la tapa, en el interior había otra caja más pequeña color dorado, la abrí y volví a encontrar otra caja esta vez de color verde; seguí así por un rato, hasta que finalmente me quede con una pequeña caja de joyería color azul, mire extrañada a Susan y Edward, pero ellos me hicieron gestos para que la abriera.

Descansando en el fondo del estuche había un anillo, era de oro blanco con un zafiro en el centro y nimios diamantes alrededor, era sencillamente hermoso, delicado y sencillo. Era perfecto. Lo mire por un tiempo inconmensurable, después alce la vista para encontrarme con los verdes ojos de Edward frente a mi. No pude articular palabra. Él tomo el anillo de la caja, después tomo mi mano y la mantuvo firmemente entre la suya.

-Isabella Marie Swan.- pronunció mi nombre completo de manera solemne.- me concederías el honor de ser mi esposa…- pregunté. Estaba muda de la impresión.

-Vamos ¡di que si mami!.- me alentó Susan.

-Yo… oh, Edward ¡claro que si!.- dije con las lagrimas desbordándose de mis ojos.- ¡si, acepto!

-No sabes lo feliz que me haces…- dijo a la vez que deslizaba el anillo por mi dedo corazón, después me dio un beso. Los aplausos de Susan no se hicieron esperar.

-¡¡si!!...se van a casar…- exclamo feliz quedando en medio de nosotros dos, se volteó hacia Edward.-¿ eso quiere decir que ahora si te voy a poder decir papi?- le preguntó con ilusión.

-Claro que si tesoro…- le respondió él abrazándonos.

Me sentía totalmente feliz, ¡¡me iba a casar!! Quien lo diría, todo había sido tan precioso, seguimos un rato más abriendo los regalos que quedaban bajo el árbol, durante ese intertanto descubrí que Susan y Edward habían estado coludidos en todo esto del anillo, eran un par de tramposos.

-y este es para ti…- dije acercándole su regalo, Edward abrió la pequeña caja color verde.

-Bella, es precioso… no debiste…- dijo admirando el reloj de plata.- me encanta.

-Y aun no haz visto lo mejor…- le dije- voltéalo…

-Te amo…- leyó la inscripción- 23, junio 2008. 01:25… ¿la hora en que nos declaramos?

-Así es…

Después de abrir todos los regalos que había bajo el árbol, me dispuse a preparar el desayuno, fue entonces cuando se escucho el timbre.

-yo voy…- dijo Susan corriendo hacía la puerta. En realidad lo hacía solo para poder ver desde más cerca la nieve que había comenzado a caer. Se quedo estática frente a la puerta abierta.

-¿pasa algo, corazón?- le pregunté mientras Edward y yo nos acercamos.

Ahí en frente había una gran bicicleta celeste con un enorme moño rosa encima, tenía una tarjeta colgada en la que se leía, Susan. Miré a Edward con el ceño fruncido y el se encogió de hombros con un gesto de inocencia en el rostro que ni siquiera yo me creí.

-¡guau!.- exclamo Su.- ¿es mía?

-Claro, eso es lo que dice la tarjeta…- le recordó Edward.

-¿papi, me enseñas a montarla?.- le preguntó.

-Por supuesto…- Susan comenzó a encaminarse hacia el porche.

-Adonde cree que va señorita…

-A montar en bici…

-Oh, no… primero vamos a desayunar…

-Pero…

-Además, esta nevando, no creo que puedas andar mucho.

-Tu mamá tiene razón…- dijo Edward poniéndose a Su a su altura, Su había comenzado a hacer un mohín- pero mira, ahora vamos a desayunar… y después vamos a jugar con la nieve antes de ir a casa de los abuelos ¿Qué te parece?

-¿y podemos hacer un muñeco de nieve?

-Por supuesto...

-Y se puede llamar mister froozie.

-Claro…

-Y puede tener una nariz de zanahoria enorme…

-Si Bella nos deja asaltar el refrigerador yo no veo el problema.

-¡genial!

Desayunamos panqueques, chocolate caliente y galletas de chocolate y vainilla, después jugamos en la nieve antes de ir a casa de los Cullen a darles la noticia de que había una nueva boda por organizar, Alice iba a ser la más contenta de todos por descontado.

-mira mamí, saluda a mister froozie- me dijo Su indicándome el enorme muñeco de nieve que ella y Edward habían hecho.

Esto era felicidad, todo era perfecto para mi en estos momentos, mi ahora hijita era feliz, Edward la quería, iba a casarme y estaba esperando mellizos. En estos momentos no podía perderle más a la vida y tampoco recordar una Navidad más hermosa y mágica que esta.

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bueno, bueno, bueno... este es un regalito adelantado de navidad por parte de la autora... ambas esperamos que les guste mucho, mucho... y que podemos decir... Lilian nació, resultaron mellizos (uhmm los mellizos, gemelos... en general bebés invaden a los Cullen!!!) y ahora... NUEVA BODA!!... pfff... pero como todos mis fics se pusieron de acuerdo para terminar juntitos (miren que malvados son o.O)... les digo que a este le quedan tres capítulos y el epílogo... asi que 0 y van 3 u.u
en fin, cuidense muchisimo, disfruten este mes navideño y...
Nos leemos en un tris!!

Bellany G.
**Yo solo sé que te extraño T.T**

NO DESEARÁS

Capítulo 18. Mi Amor

Bella POV

Me desperté con la casa totalmente vacía y en silencio, un silencio que me molestaba por que me dejaba con mis gritos internos, con mis fantasmas.

Baje a la cocina para hacerme un café pero el olor era insoportable, desistí pues al fin de cuentas no tenia apetito, no sentía nada, fui a recoger el correo y dejé en la mesita de la entrada las cartas de Alice y Jasper, solo una vibró en mi manos, era un sobre pequeño, la dirección de Alice estaba escrita con la letra de ella… de Rosalie, yo era el destinatario, la abrí casi con impaciencia, adentro había una carta en una hoja membretada de un lugar que no supe reconocer… tal vez un hotel, comencé a leer mientras mis manos temblaban ligeramente.

Bella

No se exactamente que me inclina a escribir esto, creo que lo hago para mi, para terminar un ciclo de mi vida, y un ciclo entre nosotras.

No te voy a mentir el dolor sigue y creo que no se ira, no en algún tiempo, se me da bien enojarme con facilidad pero creo que eso ya lo sabes, esto no es para recriminar nada es para que todos podamos seguir a delante.

Cuando te vi con Edward me convencí a mi misma que te odiaba por haberme arrebatado algo mío, pero después supe que jamás me perteneció, como yo tampoco me apegue a el lo suficiente, solo después me di cuenta del motivo de mi rabia de mi enojo y de mi tristeza, tu tenias lo que mas quería y no era el en particular, era su amor.

Yo quería alguien que me amara, quería encontrar alguien que llenara el vacío que Emmett había dejado, pero no lo conseguí y debo admitir que ese fue mi error, no ame a Edward, amaba la idea de lo que podía tener con el si me esforzaba, una familia, un compañero… una compañía, pero no amor, pasión o diversión solo por diversión.

Sabes que es lo mas absurdo de todo que yo note su cambio, pero también el tuyo, yo lo sabia muy dentro de mi y deje que pasara, fui ciega y sorda, evitaban mirarse, esos nervios al estar cerca, en el fondo de mi corazón me duele que mi mejor amiga no me hubiera contado que se enamoro por primera vez, me duele la mentira… el engaño. Pero ya no hay vuelta atrás para nuestros propios errores.

Te escribo esta carta por que tu pudiste no decirle nada a Emmett, o mentirle pero le constate todo, o al menos el lo dio entender así, de no ser por ti, no me sentiría completa de nuevo, estoy reconstruyendo a la verdadera Rosalie a la que jamás dejo de amarlo, a la que se escondió detrás de la mascara del odio hacia el y hacia su abandono.

Emmett te vio en Seattle y se lo que estas haciendo no puedo decirte nada Bella, no creo poder ser la indicada para decir nada, pero tu sabes que todos merecemos ser felices, no lo abandones Bella, afronta tus errores y afronta los regalos que bien o mal te da la vida.

Fuiste como una hermana para mí… pero hasta las mejores familias tiene que separarse alguna vez, te perdono por cualquier cosa que te culpes, no puedo engañarme con un dolor que no siento no al menos de la forma en que debería.

Lucha por ser feliz Bella

Atentamente

Rosalie


Me limpié la mejilla por la cual las lagrimas se agolpaban una detrás de otra, la hoja que sostenía estaba mojada, la traté de limpiar pues en ese momento ella era mi oxigeno mi regreso a la vida, perdí el numero de veces que la leí, repasaba el nombre de mi amiga una y otra vez, parecía irreal que después de todo Rosalie escribiera esto, cada palabra, cada frase me golpeaban, era como si me despabilaran de un sueño, Alice llego y me vio sentada en el comedor con la carta en la mano.

-Bella, Bella ¿Qué tienes?-, preguntó con preocupación mientras yo negaba con la cabeza y le mostraba la carta, la tomó y me abrazó cuando terminó de leerla.

-Ella tiene razón Bella, mírate-, susurró mientras yo lloraba ni siquiera podía ya describir los sentimientos que me embargaban, dolor, tristeza, alegría, gratitud, amor, aun dolía por que tal vez jamás podríamos hablar como antes, por que ella me dio su ultimo consejo como amiga por medio de un papel, pero aun así mi corazón latía ante el conocimiento que ella estaba en paz, y que tal vez ella y Emmett tendrían su sueño.

Lloraba por que hacia casi una semana que no sabia nada de Edward y era como un enfermo con asma incapaz de respirar sin el.

-Tengo que ir-, murmuré y Alice me abrazó más fuerte.

-Claro que si hermanita, no seas tonta… búscalo, dile todo lo que sientes, se valiente, siempre has sido la mas fuerte de las dos-, decía contra mi cabello.

La abracé y ella limpio mis mejillas, me metí a bañar mientras Alice acomodaba mis cosas, era poco antes del medio día, si me apresuraba estaría en Phoenix por la noche, solo unas horas mas, esperando que Edward aun estuviera esperándome.

-Vuelve pronto… y no sola-, susurró mi hermana mientras yo sonreía y la abrazaba fuerte, le pedí que me despidiera de Jasper, mi familia… ella y el.

Manejé sin detenerme tratando de contener la velocidad, quería avanzar lo mas rápido posible, por fin cuando estuve en Phoenix, las manos comenzaron a sudarme mientras mi estomago se retorcía, casi sonreí al estacionarme fuera de Point, alisé mi blusa y mi pantalón, acomodé mi cabello suelto y entre, sonreí a Jessica que me miro y saludo, mientras me dejaba pasar. No quise decirle a quien venia a ver, primero para no causar que ella hablará de mas aunque eso realmente ya no importaba y segundo y mas importante por que quería que fuera una sorpresa para el, por que esperaba que el estuviera tan ansioso como yo por verlo, por que esperaba que pudiera perdonarme por ser tan débil, por no querer luchar desde el principio por mi amor… por nuestro amor.

Abrí la puerta de su oficina algo extrañada de que estuviera sin luz, la sangre se me bajo hasta los pies cuando la mire vacía, el no estaba, yo apreté la mano en la manija mientras sentía que mi cuerpo estaba frío, todo aquel nerviosismo, toda aquella esperanza se había ido dejándome vacía… en la nada.

-Bella-, susurro Eleazar pero yo no respondí de repente todo desapareció y la nada arrasó hasta los colores y todo se volvió negro.

-¿Qué esta haciendo ella aquí?-oí alguien murmurar sin poder identificarlo, los parpados me ardían y los comencé a abrir mientras la luz me resultaba demasiado brillosa.

-Bella… por el amor de Dios estas bien-, inquirió Eleazar mientras yo recordaba donde me encontraba, estaba en su oficina, en la oficina de Edward pero de nuevo fui consiente de que el no estaba ahí.

-¿Bella?-, preguntó de nuevo Eleazar que me miraba como si hubiera perdido la razón.

-Si estoy bien-, susurré

-Te desmayaste… ¿has comido algo?… ¿que haces aquí?-, bombardeó con preguntas mientras yo trataba de ahogar el nudo en la garganta.

-Tal vez es eso no he comido mucho últimamente… venia a buscar a Edward pero veo que no esta-, dije mientras me incorporaba, Eleazar me miró y suspiró casi con una sonrisa que no entendí en su rostro.

-No,… el esta de vacaciones-, dijo mientras yo desviaba la mirada.

-Esta con sus padres-, continúo después de segundos sin que yo pudiera articular palabra.

-¿Forks?-, pregunté y el asintió.

-Debería irme-, dije mientras me levantaba Eleazar siguió mi movimiento titubeante cuando estuve a la altura de la puerta de su oficina el suspiró.

-Bella… toma-, me tendió un papel en el cual estaba escrito con pluma una dirección.

Lo mire con el ceño fruncido y el sonrió mientras tomaba mi mano casi de modo paternal lo cual me hizo sentirme aun mas indefensa.

-Búscalo… se necesitan Bella… no se que paso entre ustedes pero deben arreglarlo, esta es su dirección-, explicó con una sonrisa.

Yo asentí con otra mientras me giraba para salir.

-Bella…-, llamó y yo gire mi rostro.

-Cuando estés bien... espero tener de regreso a mis dos mejores creativos-, sonrío mientras yo me volví y lo abrace, quizás sonaría extraño pero eso era lo mas cercano a lo que esperaría de un padre, Eleazar se había convertido en eso para mi… en el padre que nunca tuve.

-Ve mi niña-, canto mientras yo sonreí y me dirigí al ascensor.

Fui a mi departamento con demasiado sueño para manejar mas, solo un día, podía esperar, contaba cada segundo y cada minuto mientras estuviera separada de el.

-Bella-, saludó abrazándome Vanessa que estaba sentada en las escaleras de la entrada.

-Hola Ness-, le saludé mientras la abrazaba fuerte.

-Regresaste… no sabes cuanto me alegro… pero ¿como estas?-, preguntó mientras yo le sonreía.

-Mejor… solo vengo a dormir un poco-, le susurré y ella frunció el ceño.

-¿Te vas...?-, inquirió y yo le sonreí.

-Voy a Forks… Washington a buscar a Edward-, ella sonrío al escucharlo, prácticamente grito.

-El estuvo aquí, venía a buscarte pero hace tres días que no se aparece-, me dijo mientras mi corazón latía muy fuerte al saber que el me estaba buscando, pero también no pude evitar pensar como se debió sentir cuando no me encontró sin ni una palabra o algo de mi parte.

-Gracias por todo-, le dije mientras subía el primer escalón, todo dio vueltas haciendo que trastabillara y me agarrara como pude de la pared, Vanessa me sostuvo del brazo mientras me ayudaba a sentarme en el escalón.

-¿Estas bien?, te ves muy pálida-, dijo con miedo mientras yo trataba de tranquilizarla.

-Estoy bien… no he tenido mucho apetito es todo-, susurré y ella se rió.

-¿Ya comiste?-, negué mientras ella sonreía.

-Vamos… ya no tarda en llegar Jake…-, me ayudo a levantarme y subimos a su departamento, había preparado enchiladas, para mi sorpresa, me sirvió mientras Jacob llegaba y me saluda al parecer al tanto de todo, me preguntó como estaba y me dio un fuerte abrazó, sentí como si por un momento el frío de mi cuerpo se fuera, cenamos y me fui a dormir a mi departamento, mientras Vanessa me abrazaba y me deseaba suerte.

Muy temprano casi sin poder conciliar el sueño me levante para partir, la carretera se me hizo larga y monótona, deseaba que esta vez fuera real, que esta vez pudiera encontrarlo, parecía un mal juego del destino que estaba dispuesta a terminar.

Cuando llegue al poblado de Forks, había una ligera llovizna pero no encontraba el camino, baje a preguntar en una gasolinera y me dieron las señales, la casa de los padres de Edward era una de las pocas que estaban adentradas en el bosque, había que tomar un camino que no había notado.

Cuando por fin logre ver una gran casa blanca, estacione el auto un poco mas atrás de la entrada y baje caminando mientras el porche se hacia visible, sentí que el corazón se me iba a salir del pecho al verlo ahí, sentado en las escaleras con la cabeza gacha, estaba pálido mas de lo que yo recordaba, ni siquiera miro mientras me acercaba parecía una caricatura triste… tal vez así me veía yo, esto era por mi, yo nos había hecho sufrir a ambos desde el inicio, primero al volver de Francia y entrar en su vida y luego cuando le di la espalda a lo única que valía la pena en mi vida… el.

Cuando estuve a la distancia suficiente como para que lo pudiera tocar susurré lo único que me pedía mi corazón.

-Perdóname-, murmuré mientras el levantaba su rostro desencajado, me miro como si fuera un sueño o una pesadilla, mientras las lagrimas se derramaban por mis ojos.

-Desearía que fueras real-, murmuró desviando la mirada, me hinqué frente a el mientras levantaba su rostro con mis manos.

-Edward estoy aquí-, sollocé mientras el me miraba con los ojos húmedos.

-¿Por qué no me dijiste que te ibas… por que me dejaste… solo así?-, preguntó mientras me acariciaba la mejilla, el reclamo de su voz contrastaba con lo dulce de su toque.

-Tuve miedo, me sentía como la peor cosa en este mundo-, murmuré mientras el negaba con la cabeza.

-Lo siento jamás quise que esto llegara hasta aquí-, susurró mientras cerraba los ojos.

-No… no digas eso… todo, todo valió la pena si puedo llegar a decir por lo que vine hasta aquí-, le susurré mientras el sonreía tenuemente.

-Viviría lo que fuera por ti-, murmuró y yo me acerque a sus labios llorando.

-Te amo Edward Cullen, eres lo que buscaba aun cuando no lo sabia, eres mi vida, mi todo, yo luchare y viviré por ti si tu estas a mi lado-.

Esperaba tal vez que el dijera algo pero sus labios respondieron aun mejor acerco mi rostro al suyo con impaciencia mientras yo llevaba mis manos a su nuca.

-Te amo demasiado-, susurró contra mis labios y yo sonreí.

-Demasiado-concordé mientras la lluvia comenzaba a caer un poco más fuerte.

-Olvidemos el pasado, solo somos tu y yo de ahora en adelante-, pedí mientras nos poníamos de pie.

-Nada de viajes inesperados ni personas perfectas-, dijo con los ojos cerrados y su frente pegada a la mía.

-Nada de eso mi amor-, termine en tono bajo antes de besarlo esta vez con una pasión que casi nos carcomía a los dos, que hacia que la lluvia se evaporara en nosotros.

-Te extrañe tanto-, murmuró.

-Y yo a ti-, termine mientras volvía a besarme y me cargaba comenzando a dar vueltas en la lluvia, estaba feliz, en toda mi vida nunca espere nada, me conformaba con lo que tenia hasta que lo conocí y ahora al tenerlo nada importa mas que este momento.

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... vale chicas, talvez no empezamos "ideal" pero si estamos terminando mucho, pero mucho mejor de lo que pensamos, al final de todo el amor es lo que cuenta... y si, ya lo notaron... dice "terminamos"... al igual que a "Te Voy a Dar Calabazas" a este fic solo le queda un capítulo y el epílogo y terminamos u.u... no se porque se me juntaron "las despedidas"... será porque estamos por despedir al año... pffff... no sé pero al igual que el tiempo, tambien habrá nuevos fics...
anyway... cuidense "artotote", suspiren mucho (ultimamente se han olvidado de mi eh! T.T) y...
Nos leemos en un tris!!

Bellany G.
**Las horas son eternas si no estas junto a mi u.u**

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