martes, 3 de noviembre de 2009

CAPITULO 28

Cambiando

† Edward POV

“¿Cuando?” Susurré, tratando de retrasar lo inevitable. Aun, después de mi decisión, sentía que iba a condenar su alma. Mi preciosa Bella. Mi único amor alimentándose como un vampiro. ¿Como podia hacerle eso ¿Como podia condenarla?

“Ahora,” Su voz sonaba decidida. Temblé, disminuí la velocidad gradualmente mientras nos acercábamos a la casa. Ella, obviamente, se dio cuenta, “Ni bien lleguemos a la casa,” Sus ojos se achicaron, “¿Estas conduciendo lento a propósito?”

Deje escapar un pesado suspiro, “Si.” ¿Siempre vería a través de mí? Presione mas fuerte el pedal, aumentando la velocidad hacia su condena.

Todo sucedía tan rápido. ¿Acaso fue ayer cuando accedí a transformar a Bella en un monstruo? Temía que yo cambiara de parecer – en lo cual tenía una buena razón para hacerlo. No podría perdonarme, no me perdonaría a mí mismo, por esto. Estaba asegurando su renegación a los cielos. La iba a apartar de Allie por la eternidad. Pero, como le había dicho hacia tanto tiempo atrás, soy una criatura egoísta. Por mucho que quisiera salvar su alma, también deseaba condenarla a ser mía por siempre.

Estaba frente a la casa, empujándome hacia un final. Fue tan rápido. Tan pronto estaría condenándola a esta existencia. Aun así, me moví ágilmente. Ni bien el auto se detuvo, me moví de mi asiento y me pare frente a su puerta unos instantes después.

Ella me miro con sus hermosos ojos marrones chocolates bien abiertos y me dolió el corazón. Sería el último día que vería esos hermosos ojos. En tres días serian de un brillante color rojo, como la sangre. En unos cuantos años, dorados. Pero nunca, nunca jamás...seria del marrón del que me había enamorado.

Me dolía pensar en ese hecho. Ese simple hecho. Su piel no sería más suave y cálida, frágil ante mi toque. Sus ojos no serian más marrones. El hermoso latir de su corazón, al cual tanto me había acostumbrado y podía reconocer a una milla de distancia, se habrá ido para siempre. Extrañaría demasiado todo aquello.

Pero aun seria Bella.

Mi Bella.

Aun cuanto todas sus fragilidades desaparecieran…aun cuando su adorable torpeza haya dado paso a la gracia natural del vampiro…aun seria mi querida Bella. Al final, eso era todo lo que importaba. Sería mi ángel, aquí en la tierra, conmigo, hasta el final de nuestros días – si es que eso sucedía.

Me agache, acomodando su cálido cuerpo entre mis brazos y perdiéndome en la sensación de su suave piel. La sostuve firmemente cerca de mi pecho, respirando su esencia que ya no me tentaba de forma primitiva. Me gire sobre mis talones y la cargue lentamente escaleras arriba. Podía sentir los pensamientos de mi familia haciendo eco en mi mente.

Edward, puedo ver que vas a transformarla. Los pensamientos de Alice eran alegres. ¡Ya se lo he dicho a los demás ¡Jasper va a volver a casa pronto, con nosotros! Le dije que...bueno, todos parecían sentirse mejor...creo que estará bien...

Sabía que el dolor de Bella aun era profundo, pero esperaba que Jasper pudiera manejarlo para poder quedarse con Alice. Ella le había extrañado tanto y sus pensamientos de el comenzaban a cansarme y, en ocasiones, a molestarme. Algunas de las imágenes que se reproducían en su mente eran de las que no quería ver.

Edward estoy tan feliz de que al fin decidieras introducirla a la familia. Los pensamientos de Esme eran cálidos y felices. Finalmente obtendría otra hija y su alegría por ello no era fácil de ocultar.

Estaremos aquí por ti, Edward, Me aseguró Carlisle, estaremos en la habitación, solo por si acaso…

Di un respingo ante la idea. Sabía a lo que se refería y rezaba porque su ayuda no fuera necesaria. La esencia de Bella era más placentera y confortante para mi ahora más que deliciosa, pero aun no podía negar que el monstruo que estaba dentro de mi tenía un gran deseo por su sangre. Solo podía rogar que pudiera apartar a la fiera en el momento en que mis dientes desgarraran su piel.

La acomode en la cama y comencé a arreglarla. Acomode unas almohadas a su alrededor, tratando de estirar las sabanas para que estuviera más cómoda. Bella me miraba con sus ojos llenos de curiosidad mientras continuaba con mi tarea, le mire con ojos preocupados, “¿Estas cómoda?”

“¿Por qué unas almohadas van a mitigar el dolor?” Dijo con una sonrisa. Su voz traba de ser graciosa, pero no funciono.

Aparte mis vista, mis ojos se volvieron hacia la cama mientras continuaba tratando de dejarla lo más cómoda posible. Después de ver todo el dolor que Mike le había causado hacia pocas semanas, no podría hacerle pasar por el mismo dolor. Estaba seguro de que en el momento en que ella comenzara a gritar, trataría de succionar el veneno de ella. ¿Cómo podia hacerle pasar por tanto sufrimiento?

Porque eso era lo que ella quería.

“Edward,” Susurró. Volví a mirarla una vez más, “Estoy bien,” Me aseguró, “Estoy cómoda.”

Suspiré, “¿Estás segura?”

“Estoy segura,” Continuó, su voz aun sonaba suave.

Le mire con duda en los ojos, aun tratando de encontrar la fuerza para volver al acuerdo que tenia con ella. No podía hacerle sufrir tanto ¿Verdad? Sus ojos viajaron lentamente por toda la habitación, como si estuviera dando su última mirada a su alrededor. Sus ojos se detuvieron en mi familia, nuestra familia, que estaba en la puerta de la habitación.

“Están aquí para...” Asegurarse de que no te mate. No pude terminar las palabras.

“Confío en ti,” Su respuesta fue automática y sincera.

Edward, lo harás bien. Alice pensó para mí, Casi la probaras. La morderás y te apartaras. Aunque, sugiero que la muerdas más de una vez…así será más rápido. Una vez en el cuello y luego dos en sus muñecas. No te preocupes, estará bien.

Le sonreí agradecidamente a Alice.

Volviéndome hacia Bella, me incline y disfrute de su calidez una última vez. Mire a sus ojos, buscando las profundidades del marrón del que me había enamorado. Me incline y presione mis labios suavemente contra los de ella.

Así, con un beso...

“¿Estás segura?”

Ella sonrió, casi una exasperada sonrisa, “Estoy segura.”

Observe su belleza por última vez...un breve instante. Demasiado breve. Todo sucedía rápidamente ahora.

Acerque mis labios hacia su cuello, encontrando rápidamente su pulso bajo mis labios. El monstruo en mi se sacudió una vez, pero ya casi le notaba. No podia matar a Bella. No podría matar jamás a Bella. Nunca mataría a Bella.

Mis dientes se humedecieron con veneno, deslizándose fácilmente a través de su frágil piel hacia dentro de su cuello. Me detuve, esperando lo necesario para saber que había dejado el suficiente veneno en su sistema para que fuera eficiente. Hice mi mejor intento por ignorar su sangre, aun tentadora ante mis labios. Me aparte antes de que pudiera tragar demasiado de aquel intoxicante líquido.

“Sus muñecas, Edward,” Me recordó Alice.

Asentí, tomando sus delicadas manos entre las mías. Me incliné, inyectando el veneno en sus muñecas antes de apartarme una vez más. Caí de la cama al suelo, todo el aire abandonando mi cuerpo. Quería desesperadamente beber mas que dos tragos, que fue todo lo que recibí, pero no podía…nunca…la lastimaría.

Con ese pensamiento, sus ensordecedores gritos llenaron la habitación.

“Bella,” Respiré, mi voz sonaba áspera ante la falta de aire, aun cuando no lo necesitaba.

“¡Edward!” Gritó, su cabeza cayendo hacia atrás y presionándose fuertemente contra la cama. Su espalda se arqueo y sus extremidades se sacudieron. “¡Quema!”

Le mire con los ojos abiertos, tratando de levantarme del suelo. No podia soportar verla sufrir de esa manera. Deseaba, desesperadamente, detenerlo ahora. Me puse de pie rápidamente y sentí la mano cerrarse en mi cintura. Me di vuelta rápidamente, viendo a Alice. “Es demasiado,” Le explique, “No puedo lastimarla de esta forma. Mike, está bien, pero yo no puedo lastimar a Bella así.”

“Lo sé, Edward,” La voz de Alice sonaba mortificada, “Por eso te dije que mordieras sus muñecas, también. No puedes succionar el veneno. Hay demasiado en su sistema.”

“¿Por qué-”

“Porque,” Me interrumpió rápidamente, “Ella quería esto. Todos lo queremos, eso lo sabes. También se que te rindes fácilmente ante su dolor.”

“Es para lo mejor, Edward,” Carlisle dijo con una triste sonrisa, “Ahora está sufriendo, pero se pasara con el tiempo. Paso para todos nosotros. Con suerte las mordidas extras aceleraran el proceso.”

Aunque podía sentir la rabia arder dentro de mí, no podía decir nada que sea justificado. Ellos tenían razón. Bella quería esto…yo quería esto...Aunque pudiera sacar todo el veneno de su cuerpo, Bella me volvería a pedir que la trasformara. Sería un doloroso proceso, ahora o después, y retrasarlo no ayudaría a nadie.

“¡Edward!” My enojo se desintegro con el grito de Bella y corrí a su lado. Alice me soltó. Acomode a Bella en mis brazos, su cuerpo aun se sacudía con las olas de dolor que descendían sobre ella.

“La transformación tomara dos días,” Aplaudió Alice, “¡Eso es menos tiempo que cualquiera de nosotros!”

Suspiré aliviado, agradecido de que al menos Bella no sufriría tanto como cualquiera de nosotros. Apoye mi espalda contra la pared, sosteniéndola cerca de mí. Sostuve sus brazos, temiendo que pudiera lastimarse a sí misma con las sacudidas. Cerré mis ojos y presione mis labios suavemente contra su cabello.

“Está bien, Bella,” Susurré aseguradamente, “Se que duele. Terminara pronto, Bella...todo habrá terminado...”

Casi me di cuenta de cuando mi familia se había ido de la habitación, despidiéndose solo en sus pensamientos. Casi podía oírles sobre los gritos de Bella, no que lo quisiera. Ahora no me importaba nada más que no fuera Bella y su dolor, deseando detenerlo. Era como si el dolor mental que la había torturado por años surgiera en dolor físico.

Odiaba a Mike por destrozar su vida. Le odiaba por haber existido. Y aun así, me odiaba más a mí mismo.

¿Cómo pude haber dejado a mi ángel? Había visto el dolor de los primeros días a través de la mente de Charlie. Había sido silencioso con mi dolor, pero Charlie no pudo evitar pensar en otra cosa que no fuera en la expresión torturada de Bella en cuanto me vio. Estaba recostada en el viejo sofá, su rostro bañado en lágrimas y sucio. El dolor en sus ojos no se comparaba a ningún otro dolor que hubiera visto. Ni se compraba con el que veía en sus ojos ahora.

El dolor en sus ojos era enteramente físico, causado por las llamas de nuestro gélido veneno. El dolor que le había causado cuando me fui fue peor. Su alma había sido desgarrada, lastimada tanto que prácticamente se derretía por sus ojos con sus lágrimas. No importaba por cuanto existiera, jamás me repondría de lo que le había hecho a Bella.

Solo podía esperar en hacerla feliz.

--

Alice tenía razón, aunque no me sorprendió. Bella había lidiado con el dolor solo por dos días.

“Son tan rojos,” Susurró Bella, de pie frente al espejo de cuerpo entero que Alice le había preparado. Yo permanecía detrás de ella, con mis brazos alrededor de su cintura. La sostenía más cerca de lo que podía en su vida humana y me sorprendía lo increíble que se sentía.

“Serán así por un año,” Murmuré contra su cuello, enviando besos a través de su endurecida piel. Extrañaba su calor, pero los beneficios ganados en su ausencia, realmente valían la pena el sacrificio. “Es toda tu sangre humana. Eventualmente saldrá de tu sistema.”

Ella me miraba atreves del espejo, sus manos moviéndose hacia las mías, las cuales descansaban sobre su estomago, “Gracias, Edward.”

“¿Por qué?” Susurré, mis labios centraron su atención en la línea de su mandíbula. Ella tembló contra mí y pude sentir una traviesa sonrisa formándose en mis labios.

“Transformarme,” Una triste sonrisa toco sus labios.

“¿Eso era lo que querías?” Aparte mis labios de su piel, mi voz sonaba suave. Temía, por la tristeza en su rostro, que sintiera que había tomado la decisión equivocada.

“Si, lo es,” Se giró hacia mí. Sus rojos ojos aun me resultaban chocantes en comparación al cálido marrón que me había acostumbrado, pero eran exóticamente bellos a su manera. “La extraño tanto…y sé que nunca volveré a verla...pero esto es lo que quiero, Edward.”

Bella pasó sus brazos al rededor de mi cintura acercándome más. Me sobresalta y ella sonrió avergonzada. Sin ruborizarse. Extrañaría eso. “Lo siento,” Murmuró, “No estoy acostumbrada a mi fuerza aun.”

“Eso, también, vendrá con el tiempo,” Reí.

“¿Crees que es feliz?” Sus ojos brillaban con su tristeza.

“Mucho,” Susurre. ¿Cómo podia no estarlo? Allie fue la niña más dulce que había conocido…no se merecía nada más que felicidad. “Esta en paz ahora. Ella es feliz.”

“¿Sabes qué?” Habló Bella, su voz sua

vizada. Se inclinó hacia mí, acercándose a mis labios.

“¿Qué?” Respiré, inclinando mi cabeza, mis labios acercándose a los suyos.

“Yo también soy feliz.”

Mis labios tocaron los de ella.

Estábamos sanando.

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Bueno nenitas, les tengo una mala noticia, la verdad es que este es el penúltimo capítulo de este maravilloso Fics, Solo queda el Epilogo.

Damos las gracias a las personitas que Suspiraron y lloraron con él.

Cuídense mucho, los chocolates consuelan el corazón, suspiren y...
Nos leemos en un tris!


Bellany G.
**Mi fuerza eres tú**

VENTANA AL AMOR

Capitulo veinte:

Alice POV:

Habían sido las dos semanas más inolvidables de mi vida, Jasper me había llevado de luna de miel a ¡¡las islas griegas!!, cuando lo supe no caí en mi de la emoción. El lugar era maravilloso y nosotros lo pasamos de lo mejor.

Paseamos por la playa, miramos los atardeceres, viajamos en yate…y realizamos “otras” actividades que no serán necesarias de precisar. La comida griega era exquisita y exótica, lastima que yo no supiera cocinar.

Aun me costaba acostumbrarme al hecho de que ahora era la señora Hale.

Cuando llegamos a Chicago todos nos fueron a recibir al aeropuerto, fue en ese momento en que me percate de que algo había pasado. El rostro de Bella era el vivo reflejo de la absoluta felicidad y el de mi hermanito no se quedaba atrás…estos dos tenían algo, ¡¡y yo soy la ultima en enterarme!! ¡¡Eso no es justo!!. Me iba a vengar…como que me llamo Marie Alice de Hale, ¡que lindo suena!

-cuéntamelo ya…- le exigí a Bella mientras me abrazaba como bienvenida

-¿Qué quieres decir?.- me preguntó haciéndose la desentendida

-¿Qué paso entre Edward y tú?...

-¿Qué te hace pensar eso?...

-Bella…- le dije en tono de reclamo

-En cuanto lleguemos a casa te cuento…- me prometió

No se lo iba a dejar pasar, cuando íbamos yendo a la casa no podía dejar de pensar en que esos dos me las iban a pagar…no me gustaba enterarme de ultimo de las cosas. Llegamos a casa y ni Bella ni mi hermanito aun llegaban, ¿acaso querían matarme de la angustia?...¿no sabían que la curiosidad me estaba matando?

Estaba impaciente, casi saltando fuera del sillón a cada segundo, por que el par de “tortolitos” nos habían dicho que los esperáramos allí. ¿Acaso ya se iban a casar?...no me sorprendería, Bella me iba a pagar esto…no le costaba nada llamarme y contarme las noticias, bueno, tal vez le hubiera costado su buen resto de dólares.

-amor…¿te pasa algo?...- me preguntó Jasper tomándome de la mano

-…es que estoy un poco ansiosa. ¿Para que Edward y Bella nos habrán pedido que les esperáramos?

-No lo sé, Allie…pero tranquila, ya tienen que estar por llegar.

-Eso espero…

En cuanto escuché los neumáticos del Volvo detenerse en la calzada, me pare a velocidad luz hacía la ventana.

-¿Qué pasa?.- me preguntó Rose, quien acababa de llegar de la cocina junto a mamá. Su pancita resaltaba por sobre la blusa que llevaba puesta, sin duda a mi amiga le sentaba de maravillas el embarazo, se veía radiante.

-Edward y Bella ya llegaron…- dije emocionada. Mi cuñada rodó los ojos antes de tomar asiento, mamá hizo lo mismo.

Ellos entraron junto con Susan, quien se sentó en mi regazo, había extrañado horrores a la enana y eso me recordó que quedaban pocos días para su cumpleaños y solo dos para la boda de Rosalie y Emmett ¡¡y yo tenía que organizar todo!!. Pero primero necesitaba saber las noticias de Edward y Bella, no fuera a ser que tuviera que organizar otra boda más, aunque claro, eso no estaría nada de mal.

-familia…- comenzó Edward.- tenemos algo que decirles…- tomo la mano de Bella entre las suyas.- …quiero contarles que,- guardo silencio mientras nos miraba a todos. Casi me caí de mi lugar de la impaciencia.- Bella y yo …estamos saliendo desde hace un tiempo…

-¿en serio, hijo?...no sabes lo feliz que me hace eso…- dijo papá

-Vaya, te lo tenías bien oculto, eh hermanito y tu también Bells…

-Felicidades…

-¿o sea que nadie sabía?.- pregunté

-No,- respondió Bella- solo lo sabía Su, estábamos esperando a que volvieras…sabíamos que nos odiarías si eras la ultima en enterarte.

-¡oh, Bells!.- dije abrazándola.- pensaste en mi…¡¡no sabes cuanto te quiero!! Y lo feliz que me hace que hayas decidido decirle todo a mi hermano, ves que al final tenía razón

-Si, Alice…debía haberte creído desde un principio…

-Bueno, que te sirva de lección…

-Jajaja, ok…

Almorzamos todos en familia, todo era absolutamente perfecto. ¿Quién hubiera pensado que el mejor remedio contra la soltería de Bella era mi propio hermano?. Luego de haber comido me lleve a las chicas hasta el estudio, necesitábamos hablar…

-¿Cuándo fue?.- fue lo primero que preguntó Rose.

-¿Qué cosa?

-Cuando se declararon…

-En la boda de Alice…

-¡hace dos semanas!.- exclamo mi amiga.- y no nos dijeron nada…

-No, queríamos guardar un poco el secreto

-Ay, Bella no sabes lo contenta que me pone que tú y Edward estén juntos- le dije

-Gracias…

-Es verdad, ahora las tres estamos con quienes queremos…

-Es verdad…

-Bueno…tengo algo de que hablarles.- comente

-¿Qué pasa, Allie?.- me preguntó Bella

-Pasa que tenemos que ir de compras.- Bella puso cara de horror

-¿compras? ¿Por qué?.- rodé mis ojos

-El domingo es el cumpleaños de tu sobrina por si lo olvidas, Bella

-No lo he olvidado

-¿entonces…?

-Esta bien, entendí el punto

-Además…¡¡faltan dos semanas para tu boda Rose!! Tenemos mucho que hacer…

-No te preocupes, Allie. He avanzado lo más posible durante tu luna de miel

-¿Por qué hiciste eso?

-Por que creí que querías estar más con Jasper y…

-Claro que quiero, pero yo me comprometí a organizar tu boda y eso voy a hacer…deja todo en mis manos…

-Esta bien, como quieras…

-Entonces…¿nos vamos? Tenemos mucho que hacer…- las chicas rodaron los ojos

-¿tenemos otra opción?.- preguntó Bella

-Por supuesto que no…

-Entonces por que nos preguntas…

-Solo por ser cortes…-dije encogiéndome de hombros.

Bella POV:

Hasta este momento no había recordado cuanto extrañaba a Alice y sus excéntricas tardes de compras. ¡Era criminal!

Al menos Rose se salvo de la mayor parte de la “diversión”, por su embarazo no podía realizar muchos esfuerzos por lo que ella se limitaba a mirar sentada como Alice me arrastraba de tienda en tienda.

-Allie, ¿no crees que es demasiado grande?.- le pregunté mientras hacia equilibrio para sostener un enorme oso de felpa que era incluso más grande que ella.

-Tonterías…estoy segura de que a Su le encantara…es un regalo perfecto

-Junto con las otras dos docenas que ya le haz comprado…en serio Alice, no es necesario que gastes tanto dinero…

-Bells, por favor no te metas ¿quieres?...

-Pero si solo va a cumplir 6 años…¿para que tanto?...

-No es tanto…- dijo acercándose a la caja.

Luego de haber comprado unos cuantos regalos más a los cuales no veía el caso, demasiado para mi gusto. Alice nos arrastro hasta una tienda de disfraces, la mire con gesto extraño ¿Qué tenía en mente esa chica?.

Comenzó a andar por los pasillos a la vez que cogia distintos disfraces de las perchas que había en el local.

-¿fiesta de disfraces?.- le preguntó Rose

-Exacto…a Su le encantara…

-Umm…- dijo con gesto pensativo

-¿Qué pasa, Allie?

-Nada estoy pensando…creen que esto le guste a papá…- dijo poniéndose una orejas enormes

-¿Mickey Mouse?...no creo que a Carlisle le guste mucho…

Alice siguió revoloteando en busca de disfraces, pero no quiso decirnos de cual era cada uno, dijo que eso sería una sorpresa para el día de la fiesta. En otras palabras “sea lo que sea que les pase, se lo pondrán por que no tendrán otra opción”. Luego de haber revoloteado por unas cuantas tiendas de cumpleaños y comprar todo lo necesario –más de lo necesario- pudimos volver a casa, aunque claro con tantas compras tuvimos que pedir a Emmett que viniera a recogernos y el pobre se fue con el Jeep completamente lleno.

A mitad de semana fuimos con la modista que estaba haciendo los trajes de la boda, con el banquetero para ver los últimos detalles del bufet, con la florista para ver las flores de los arrglos y los ramos, y a ver como tres veces la Iglesia, y después unas cuantas veces más visitamos el parque donde se realizaría la recepció todo esto combinado con los preparativos para el cumpleaños de Susan el domingo, no había tenido un segundo de respiro y no había podido estar con Edward, lo cual me traía de muy mal humor.

-te extraño…- le dije por teléfono

-yo también, amor…¿Qué hizo Alice esta vez?

-…15 pastelerías distintas en un día

-¿15?...

-Si, no encontraba un pastel lo suficientemente grande.- dije de manera cansina

-¿Cuántas personas van al cumpleaños?

-Ni idea, no me ha mostrado la lista…

-Alice esta loca…

-Eso ya lo sé…

-Lo peor es que te tiene todo el tiempo secuestrada.

-Es verdad…

-Al menos mañana nos vamos a ver…

-Si. Ya no puedo esperar…te echo de menos

-Y yo a ti…

A la mañana del domingo, prepare un desayuno especial para Su, total era su día especial. Así que fui hasta su cuarto con la bandeja, la deje en el mueble de noche mientras me acercaba a despertarla.

-despierta dormilona…- le dije dándole un beso en la frente. Comenzó a despertarse, abrió los ojos de manera lenta- ¡Feliz Cumpleaños!...- le dije abrazándola.

Luego de desayunar juntas, íbamos a sentarnos en la sala de estar a ver unas caricaturas cuando el sonido tan “particular” de la bocina del aun más “normal” Porsche amarillo de Alice nos sobresalto. Abrí la puerta y lo primero que hizo la pequeña duendecilla fue abalanzarse hasta donde Su y abrazarla.

-¡Feliz Cumpleaños!...- dijo abrazándola

-Gracias…

-Ahora será mejor que nos vayamos, hay muchas cosas que hacer y todos en casa quieren verte, Su…

Con el loco estilo de conducción de Alice, que al parecer era algo de familia, llegamos casi de inmediato a la gran casa de los Cullen, todos se desvivieron felicitando a Su, pero lo más importante era que él estaba allí. Luego de haber saludado a mi sobrina se acercó a mí y me rodeó con sus brazos.

-te extrañe…- me dijo antes de besarme

-y yo a ti…- dije después de separarnos, me iba a acercar nuevamente a él, cuando

-¡ey, pareja!...hay niños presentes, contrólense…- nos dijo Emmett.- ni que no se hubieran visto en meses…

-¡Emmett!. Déjalos tranquilos…- le dijo su prometida. Emmett rodó los ojos.

-En que estábamos…- dijo Edward mirando mis labios

-Eh, eh, eh…nada de eso…- dijo Alice jalándome de un brazo.- los necesito a todos trabajando, así que nada de arrumacos…- bufé y Edward hizo lo mismo, no nos quedaba otra que obedecer a Alice, sabíamos de lo que era capaz si hacíamos lo contrario.

Alice me tuvo toda la santa mañana inflando globos de colores, a los chicos los tuvo montando unos juegos inflables que había comprado, en general repartió labores para cada uno de los miembros de la familia.

Como dos horas antes de la fiesta, Alice nos reunió a todos en la sala. Había llegado la hora de los disfraces. Alice entro en la sala dando saltitos de felicidad a la vez que sostenía –ni siquiera yo se como- todos los trajes.

-familia…- dijo la duendecilla con una sonrisa en el rostro. ¡Como adoraba torturarnos!- ¡¡es hora de los disfraces!!...- dijo emocionada.- Su…- la llamó.- este es el tuyo…- dijo mostrándole un disfraz de princesa color rosa pálido

-¡¿soy una princesa?!.- preguntó emocionada

-Claro corazón, vas a ser la princesita más linda de la fiesta. Ahora sube y en unos minutos voy a arreglarte ¿si?

-Si tía Allie.

-Y ahora…- dijo Alice mirándonos a todos. Tuve miedo mucho miedo.

-¿Daisy? ¿la novia del pato Donald?.- preguntó Rose- ¿en que pensabas Alice?

Al parecer a la duendecilla demoníaca se le había pasado la mano con las películas de Disney. Ella estaba feliz de la vida con su disfraz del hada Campanita de Peter Pan versión morena, mientras la mirábamos con gesto contrariado.

-ya ahora. Bella…este es tu disfraz…- dijo tendiéndome un vestido amarillo.

Solo cuando tuve el vestido puesto me di cuenta de que estaba disfrazada.

-¿Bella? ¿La Bella y La Bestia?- le pregunté

-Exacto…¡son tan parecidas!...- suspire.- ahora ven para que te arregle el cabello, todavía tengo que ver a los chicos y a papá.

-¡Alice!.- se escuchó gritar.

-¿Qué crees que hizo?.- me preguntó Rose

-Seguramente algo malo, Carlisle nunca grita.- dijo Esme mientras se arreglaba el inmenso moño rojo de su cabeza. Esme era Minnie Mouse.

Fuimos hasta la habitación desde la cual habían venido los gritos, todos discutiendo con Alice, excepto Jasper que estaba ya vestido con un traje color verde. En ese momento entendí…nos había disfrazado por parejas, por eso el grito de Carlisle.

-¡no, no y no. Alice!...- dijo- ¡no voy a hacer el ridículo!...

-Vamos papi…- dijo Alice con tono meloso.- será divertido…o ¿querías disfrazarte de algo más?

-La verdad si…

-¿Cómo que?

-Medico…

-Vamos papá, eso no es divertido. Tú ya eres medico…al menos hazlo por Su.- miró a mi sobrina- Su ¿tú quieres que tío Carlisle se disfrace de Mickey?

-Si…- le respondió con una sonrisa. Eso era jugar sucio, Alice sabía que Carlisle haría cualquier cosa por mantener contenta a Su.

-Esta bien…- dijo con gesto resignado y caminando hacia el baño.

-Yo también voy a cambiarme,…- dijo Emmett antes de que lo “persuadieran”. Edward se quedo allí. Alice lo miró con gesto interrogante.

-Solo tengo una pregunta…- dijo

-¿si?

-¿de que es mi disfraz?

-Bestia…- le respondió Alice. Edward enarcó una ceja, se veía tan guapo así.- el príncipe de La Bella y La Bestia…lastima que no pude conseguir la cabeza de Bestia…

-¿y eso por?

-Vamos hermanito, admítelo, cuando estas de mal humor- movió la cabeza- Bestia parece un osezno amaestrado a tu lado…- él solo la miro y rodó los ojos antes de salir de la habitación.

Edward POV:

¿Yo mal humor? ¿Desde cuando?

Susan se veía completamente feliz revoloteando de un lado para otro mientras jugaba con sus amigos, se la veía totalmente feliz y eso me hacía bien. Mi padre seguía rezongando a causa de su disfraz, lo cual era de lo más chistoso, me pregunté que diría la gente del hospital al ver al serio doctor Cullen así. Bueno, en realidad todos nos veíamos un tanto graciosos.

El patio estaba cubierto de globos y lazos de colores, la mayoría de los niños estaban en los juegos que Alice nos había hecho instalar. La mayoría de los adultos estaban congregados en la mesa de bocadillos en la cual destacaba un enorme pastel rosa.

Me dirigí a la cocina, desde hacía un rato no veía a Bella y de verdad la estrañaba. Ella estaba sirviendo algunas bebidas de espaldas a mí, me acerqué de manera lenta.

-no había tenido la oportunidad de decirte lo hermosa que te ves…- susurre a su oído, ella pego un respingo al escucharme y luego se relajo.

-Edward, me asustaste…- dijo volteándose para quedar frente a mi.

-Lo siento…- musite

-Tú también te ves muy bien…

-No tanto como tú.

Capture sus labios con los míos. Besar a Bella era siempre una nueva experiencia, una de la cual nunca me cansaría. Sus labios eran calidos y dulces, sus manos se aferraron con mayor fuerza a mi cuello.

-¡Ey!…en serio…¿podrían dejar de besarse y venir afuera?.- escuché preguntar a Alice. Le dedique una mirada de odio. ¿Por qué todo mundo nos interrumpía hoy?

-¿Qué pasa Allie?.- le preguntó Bella

-Quiero que vengan a ver el show

-¿show?.- pregunté

-Si, ya, vengan de una vez. Después van a poder estar todo lo “juntitos” que quieran…- dijo con un guiño.

Tomé a Bella de la mano y salimos hasta el jardín, en una de las esquinas había un improvisado escenario el cual estaba rodeado de niños. Alice se subió al escenario.

-hola a todos…- dijo agitando sus delgados brazos, todos se quedaron mirándola.- ¿Cómo lo están pasando?- preguntó

-¡¡bien!!.- contestaron los niños a coro

-¡que bien!...ahora les tengo una sorpresa que de seguro les va a encantar. Con ustedes…el payaso Bubbles.- todos comenzaron a aplaudir, no entendía.

-Es el personaje favorito de Susan.- me explico Bella

-Ahh…

Todos los niños miraban maravillados los trucos que realizaba el payaso, pero había algo en él que no me gustaba, miraba mucho a Bella. Sabía que mi novia era hermosa, pero por eso ¡no tenía que mirarla cada dos por tres!, en una ocasión una de sus payasadas casi termina mal, por que el muy…¿payaso?, se había quedado mirándola.

-no me termina de gustar ese payaso…- dije

-a ti no tiene por que gustarte. Mientras divierta a los chicos…todo va bien.

-Si, pero creo que lo que él menos quiere es entretener a los chicos…

-¿Qué quieres decir, Edward?

-¿no haz visto como te mira?...- solté irritado mientras caminábamos por el jardín un poco alejados de los demás ¡por fin!.

-¿Cómo?...- preguntó inocente.- oh, Edward Anthony Cullen…¿no me digas que estas celoso?

-Si…- le respondí a la vez que la apoyaba en uno de los inmensos árboles que estaban antes de llegar a la orilla del lago.- estoy muy muy celoso…no me gusta como te mira…

-¿Cómo me mira?...- me preguntó lanzando sus brazos alrededor de mi cuello.

-Como si…fueras…lo más hermoso de este mundo…

-Si, claro Edward…- me replicó sarcástica- tú no eres el menos imparcial en esto…

-Puede que no, pero es la verdad…estas hermosa…Y me revienta la forma en que ese payaso- escupí la palabra- te mira, por que…

-¿Por qué?

-Por que tú eres mía…- dije un segundo antes de juntar sus labios con los míos.

Las manos de Bella bajaron hasta posarse en mi pecho, a la vez que recorría la piel de su espalda que el vestido dejaba al descubierto, ella suspiro. Nos aferramos con más fuerza, como si quisiéramos formar parte del otro.

-¡Bella! ¡Edward!.- escuché llamar- ¡Su va a apagar las velas!...¡así que salgan de donde quiera que estén par de tortolitos!.- ese era Emmett sin duda. Muy a nuestro pesar nos separamos y volvimos con los demás, las mejillas de mi novia aun ardían cuando llegamos, lo cual Emmett utilizo para jugarle unas cuantas bromas. No lo golpee por que habían demasiados niños presentes.

Todos cantamos el cumpleaños feliz a Susan, quien apago las velas luego de pedir sus deseos, momento en el cual nos miró a Bella y a mi con una sonrisa, esa niña se traía algo entre manos. Luego de abrir todos los regalos, que eran demasiados, en especial por que Alice había insistido en vaciar las jugueterías, todos los niños se fueron a jugar de nuevo. Bella fue a vigilar a un grupo que estaba jugando en una de esos castillos llenos de pelotas de colores.

-¿así que…?- comenzó Emmett quien se encontraba a mi lado, se veía de lo más ridículo vestido de pato. Que bueno que Alice había hecho muchas fotografías esta tarde, eso nunca lo olvidaría.

-¿así que, Qué?- le pregunté

-¿Tú y Bells…?- preguntó moviendo las cejas

-¿yo y ella, que?...

-Vamos hermanito no te hagas…- dijo con un gesto en el rostro

-¡Emmett!...no pretenderás que hable de eso contigo…- exclame al entender sus intenciones

-Vamos, Eddie…- gruñí por lo bajo.- soy tu hermano mayor, puedes hablar conmigo de lo que sea…

-Si, pero no de eso…

-Vamos, Ed…- insistió

-Chicos…¿han visto a Bella?.- nos preguntó Rose

-Estaba cuidando a los chicos en…- me callé. En esos momentos dirigí mi vista hacía donde estaba Bella, y…ese estupido payaso estaba allí. Vi el pánico reflejado en los ojos de mi Bella y ese imbecil se acercaba más.

-¿Adonde vas…Edward?...- escuché que decía Rose, pero yo ya estaba a medio camino.

Me acerqué a donde estaba Bella y la abrace por la cintura. El payasito se quedo quieto, sin decir nada.

-¿amor, este tipo te esta molestando?.- le pregunté al oído. Mientras le dedicaba al payaso una mirada asesina.

-Tranquilo amigo…no pasa nada,- me contesto él con voz temblorosa.- solo le estaba pasando mi número, ya sabes…por si me necesitan para otra fiesta…

-No creo que sea necesario.- respondí cortante.- mi hermana que fue quien te contrato ya tiene tu numero…

-Ahh…este bueno, yo mejor me voy…

-Cobarde…- dije por lo bajo

-Gracias…- me susurro Bella a la vez que se volteaba para quedar frente a mi.- ese tipo de verdad asustaba. Creo que no dejare que Susan lo vea más…

-Te dije que era odioso…

-Si, lo bueno que tú estas aquí ahora para defenderme…- dijo acercándose más a mí.

-Por supuesto, amor…- dije tomando su rostro entre mis manos

-Te amo…- susurro

-Y yo a ti…- dije antes de besarla.

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Bellany G.
**Mi mundo es mágico porque estás tú**

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