martes, 3 de noviembre de 2009

CURANDO SUS HERIDAS

CAPITULO 28

Cambiando

† Edward POV

“¿Cuando?” Susurré, tratando de retrasar lo inevitable. Aun, después de mi decisión, sentía que iba a condenar su alma. Mi preciosa Bella. Mi único amor alimentándose como un vampiro. ¿Como podia hacerle eso ¿Como podia condenarla?

“Ahora,” Su voz sonaba decidida. Temblé, disminuí la velocidad gradualmente mientras nos acercábamos a la casa. Ella, obviamente, se dio cuenta, “Ni bien lleguemos a la casa,” Sus ojos se achicaron, “¿Estas conduciendo lento a propósito?”

Deje escapar un pesado suspiro, “Si.” ¿Siempre vería a través de mí? Presione mas fuerte el pedal, aumentando la velocidad hacia su condena.

Todo sucedía tan rápido. ¿Acaso fue ayer cuando accedí a transformar a Bella en un monstruo? Temía que yo cambiara de parecer – en lo cual tenía una buena razón para hacerlo. No podría perdonarme, no me perdonaría a mí mismo, por esto. Estaba asegurando su renegación a los cielos. La iba a apartar de Allie por la eternidad. Pero, como le había dicho hacia tanto tiempo atrás, soy una criatura egoísta. Por mucho que quisiera salvar su alma, también deseaba condenarla a ser mía por siempre.

Estaba frente a la casa, empujándome hacia un final. Fue tan rápido. Tan pronto estaría condenándola a esta existencia. Aun así, me moví ágilmente. Ni bien el auto se detuvo, me moví de mi asiento y me pare frente a su puerta unos instantes después.

Ella me miro con sus hermosos ojos marrones chocolates bien abiertos y me dolió el corazón. Sería el último día que vería esos hermosos ojos. En tres días serian de un brillante color rojo, como la sangre. En unos cuantos años, dorados. Pero nunca, nunca jamás...seria del marrón del que me había enamorado.

Me dolía pensar en ese hecho. Ese simple hecho. Su piel no sería más suave y cálida, frágil ante mi toque. Sus ojos no serian más marrones. El hermoso latir de su corazón, al cual tanto me había acostumbrado y podía reconocer a una milla de distancia, se habrá ido para siempre. Extrañaría demasiado todo aquello.

Pero aun seria Bella.

Mi Bella.

Aun cuanto todas sus fragilidades desaparecieran…aun cuando su adorable torpeza haya dado paso a la gracia natural del vampiro…aun seria mi querida Bella. Al final, eso era todo lo que importaba. Sería mi ángel, aquí en la tierra, conmigo, hasta el final de nuestros días – si es que eso sucedía.

Me agache, acomodando su cálido cuerpo entre mis brazos y perdiéndome en la sensación de su suave piel. La sostuve firmemente cerca de mi pecho, respirando su esencia que ya no me tentaba de forma primitiva. Me gire sobre mis talones y la cargue lentamente escaleras arriba. Podía sentir los pensamientos de mi familia haciendo eco en mi mente.

Edward, puedo ver que vas a transformarla. Los pensamientos de Alice eran alegres. ¡Ya se lo he dicho a los demás ¡Jasper va a volver a casa pronto, con nosotros! Le dije que...bueno, todos parecían sentirse mejor...creo que estará bien...

Sabía que el dolor de Bella aun era profundo, pero esperaba que Jasper pudiera manejarlo para poder quedarse con Alice. Ella le había extrañado tanto y sus pensamientos de el comenzaban a cansarme y, en ocasiones, a molestarme. Algunas de las imágenes que se reproducían en su mente eran de las que no quería ver.

Edward estoy tan feliz de que al fin decidieras introducirla a la familia. Los pensamientos de Esme eran cálidos y felices. Finalmente obtendría otra hija y su alegría por ello no era fácil de ocultar.

Estaremos aquí por ti, Edward, Me aseguró Carlisle, estaremos en la habitación, solo por si acaso…

Di un respingo ante la idea. Sabía a lo que se refería y rezaba porque su ayuda no fuera necesaria. La esencia de Bella era más placentera y confortante para mi ahora más que deliciosa, pero aun no podía negar que el monstruo que estaba dentro de mi tenía un gran deseo por su sangre. Solo podía rogar que pudiera apartar a la fiera en el momento en que mis dientes desgarraran su piel.

La acomode en la cama y comencé a arreglarla. Acomode unas almohadas a su alrededor, tratando de estirar las sabanas para que estuviera más cómoda. Bella me miraba con sus ojos llenos de curiosidad mientras continuaba con mi tarea, le mire con ojos preocupados, “¿Estas cómoda?”

“¿Por qué unas almohadas van a mitigar el dolor?” Dijo con una sonrisa. Su voz traba de ser graciosa, pero no funciono.

Aparte mis vista, mis ojos se volvieron hacia la cama mientras continuaba tratando de dejarla lo más cómoda posible. Después de ver todo el dolor que Mike le había causado hacia pocas semanas, no podría hacerle pasar por el mismo dolor. Estaba seguro de que en el momento en que ella comenzara a gritar, trataría de succionar el veneno de ella. ¿Cómo podia hacerle pasar por tanto sufrimiento?

Porque eso era lo que ella quería.

“Edward,” Susurró. Volví a mirarla una vez más, “Estoy bien,” Me aseguró, “Estoy cómoda.”

Suspiré, “¿Estás segura?”

“Estoy segura,” Continuó, su voz aun sonaba suave.

Le mire con duda en los ojos, aun tratando de encontrar la fuerza para volver al acuerdo que tenia con ella. No podía hacerle sufrir tanto ¿Verdad? Sus ojos viajaron lentamente por toda la habitación, como si estuviera dando su última mirada a su alrededor. Sus ojos se detuvieron en mi familia, nuestra familia, que estaba en la puerta de la habitación.

“Están aquí para...” Asegurarse de que no te mate. No pude terminar las palabras.

“Confío en ti,” Su respuesta fue automática y sincera.

Edward, lo harás bien. Alice pensó para mí, Casi la probaras. La morderás y te apartaras. Aunque, sugiero que la muerdas más de una vez…así será más rápido. Una vez en el cuello y luego dos en sus muñecas. No te preocupes, estará bien.

Le sonreí agradecidamente a Alice.

Volviéndome hacia Bella, me incline y disfrute de su calidez una última vez. Mire a sus ojos, buscando las profundidades del marrón del que me había enamorado. Me incline y presione mis labios suavemente contra los de ella.

Así, con un beso...

“¿Estás segura?”

Ella sonrió, casi una exasperada sonrisa, “Estoy segura.”

Observe su belleza por última vez...un breve instante. Demasiado breve. Todo sucedía rápidamente ahora.

Acerque mis labios hacia su cuello, encontrando rápidamente su pulso bajo mis labios. El monstruo en mi se sacudió una vez, pero ya casi le notaba. No podia matar a Bella. No podría matar jamás a Bella. Nunca mataría a Bella.

Mis dientes se humedecieron con veneno, deslizándose fácilmente a través de su frágil piel hacia dentro de su cuello. Me detuve, esperando lo necesario para saber que había dejado el suficiente veneno en su sistema para que fuera eficiente. Hice mi mejor intento por ignorar su sangre, aun tentadora ante mis labios. Me aparte antes de que pudiera tragar demasiado de aquel intoxicante líquido.

“Sus muñecas, Edward,” Me recordó Alice.

Asentí, tomando sus delicadas manos entre las mías. Me incliné, inyectando el veneno en sus muñecas antes de apartarme una vez más. Caí de la cama al suelo, todo el aire abandonando mi cuerpo. Quería desesperadamente beber mas que dos tragos, que fue todo lo que recibí, pero no podía…nunca…la lastimaría.

Con ese pensamiento, sus ensordecedores gritos llenaron la habitación.

“Bella,” Respiré, mi voz sonaba áspera ante la falta de aire, aun cuando no lo necesitaba.

“¡Edward!” Gritó, su cabeza cayendo hacia atrás y presionándose fuertemente contra la cama. Su espalda se arqueo y sus extremidades se sacudieron. “¡Quema!”

Le mire con los ojos abiertos, tratando de levantarme del suelo. No podia soportar verla sufrir de esa manera. Deseaba, desesperadamente, detenerlo ahora. Me puse de pie rápidamente y sentí la mano cerrarse en mi cintura. Me di vuelta rápidamente, viendo a Alice. “Es demasiado,” Le explique, “No puedo lastimarla de esta forma. Mike, está bien, pero yo no puedo lastimar a Bella así.”

“Lo sé, Edward,” La voz de Alice sonaba mortificada, “Por eso te dije que mordieras sus muñecas, también. No puedes succionar el veneno. Hay demasiado en su sistema.”

“¿Por qué-”

“Porque,” Me interrumpió rápidamente, “Ella quería esto. Todos lo queremos, eso lo sabes. También se que te rindes fácilmente ante su dolor.”

“Es para lo mejor, Edward,” Carlisle dijo con una triste sonrisa, “Ahora está sufriendo, pero se pasara con el tiempo. Paso para todos nosotros. Con suerte las mordidas extras aceleraran el proceso.”

Aunque podía sentir la rabia arder dentro de mí, no podía decir nada que sea justificado. Ellos tenían razón. Bella quería esto…yo quería esto...Aunque pudiera sacar todo el veneno de su cuerpo, Bella me volvería a pedir que la trasformara. Sería un doloroso proceso, ahora o después, y retrasarlo no ayudaría a nadie.

“¡Edward!” My enojo se desintegro con el grito de Bella y corrí a su lado. Alice me soltó. Acomode a Bella en mis brazos, su cuerpo aun se sacudía con las olas de dolor que descendían sobre ella.

“La transformación tomara dos días,” Aplaudió Alice, “¡Eso es menos tiempo que cualquiera de nosotros!”

Suspiré aliviado, agradecido de que al menos Bella no sufriría tanto como cualquiera de nosotros. Apoye mi espalda contra la pared, sosteniéndola cerca de mí. Sostuve sus brazos, temiendo que pudiera lastimarse a sí misma con las sacudidas. Cerré mis ojos y presione mis labios suavemente contra su cabello.

“Está bien, Bella,” Susurré aseguradamente, “Se que duele. Terminara pronto, Bella...todo habrá terminado...”

Casi me di cuenta de cuando mi familia se había ido de la habitación, despidiéndose solo en sus pensamientos. Casi podía oírles sobre los gritos de Bella, no que lo quisiera. Ahora no me importaba nada más que no fuera Bella y su dolor, deseando detenerlo. Era como si el dolor mental que la había torturado por años surgiera en dolor físico.

Odiaba a Mike por destrozar su vida. Le odiaba por haber existido. Y aun así, me odiaba más a mí mismo.

¿Cómo pude haber dejado a mi ángel? Había visto el dolor de los primeros días a través de la mente de Charlie. Había sido silencioso con mi dolor, pero Charlie no pudo evitar pensar en otra cosa que no fuera en la expresión torturada de Bella en cuanto me vio. Estaba recostada en el viejo sofá, su rostro bañado en lágrimas y sucio. El dolor en sus ojos no se comparaba a ningún otro dolor que hubiera visto. Ni se compraba con el que veía en sus ojos ahora.

El dolor en sus ojos era enteramente físico, causado por las llamas de nuestro gélido veneno. El dolor que le había causado cuando me fui fue peor. Su alma había sido desgarrada, lastimada tanto que prácticamente se derretía por sus ojos con sus lágrimas. No importaba por cuanto existiera, jamás me repondría de lo que le había hecho a Bella.

Solo podía esperar en hacerla feliz.

--

Alice tenía razón, aunque no me sorprendió. Bella había lidiado con el dolor solo por dos días.

“Son tan rojos,” Susurró Bella, de pie frente al espejo de cuerpo entero que Alice le había preparado. Yo permanecía detrás de ella, con mis brazos alrededor de su cintura. La sostenía más cerca de lo que podía en su vida humana y me sorprendía lo increíble que se sentía.

“Serán así por un año,” Murmuré contra su cuello, enviando besos a través de su endurecida piel. Extrañaba su calor, pero los beneficios ganados en su ausencia, realmente valían la pena el sacrificio. “Es toda tu sangre humana. Eventualmente saldrá de tu sistema.”

Ella me miraba atreves del espejo, sus manos moviéndose hacia las mías, las cuales descansaban sobre su estomago, “Gracias, Edward.”

“¿Por qué?” Susurré, mis labios centraron su atención en la línea de su mandíbula. Ella tembló contra mí y pude sentir una traviesa sonrisa formándose en mis labios.

“Transformarme,” Una triste sonrisa toco sus labios.

“¿Eso era lo que querías?” Aparte mis labios de su piel, mi voz sonaba suave. Temía, por la tristeza en su rostro, que sintiera que había tomado la decisión equivocada.

“Si, lo es,” Se giró hacia mí. Sus rojos ojos aun me resultaban chocantes en comparación al cálido marrón que me había acostumbrado, pero eran exóticamente bellos a su manera. “La extraño tanto…y sé que nunca volveré a verla...pero esto es lo que quiero, Edward.”

Bella pasó sus brazos al rededor de mi cintura acercándome más. Me sobresalta y ella sonrió avergonzada. Sin ruborizarse. Extrañaría eso. “Lo siento,” Murmuró, “No estoy acostumbrada a mi fuerza aun.”

“Eso, también, vendrá con el tiempo,” Reí.

“¿Crees que es feliz?” Sus ojos brillaban con su tristeza.

“Mucho,” Susurre. ¿Cómo podia no estarlo? Allie fue la niña más dulce que había conocido…no se merecía nada más que felicidad. “Esta en paz ahora. Ella es feliz.”

“¿Sabes qué?” Habló Bella, su voz sua

vizada. Se inclinó hacia mí, acercándose a mis labios.

“¿Qué?” Respiré, inclinando mi cabeza, mis labios acercándose a los suyos.

“Yo también soy feliz.”

Mis labios tocaron los de ella.

Estábamos sanando.

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Bueno nenitas, les tengo una mala noticia, la verdad es que este es el penúltimo capítulo de este maravilloso Fics, Solo queda el Epilogo.

Damos las gracias a las personitas que Suspiraron y lloraron con él.

Cuídense mucho, los chocolates consuelan el corazón, suspiren y...
Nos leemos en un tris!


Bellany G.
**Mi fuerza eres tú**

3 Comments:

  1. Anónimo said...
    hola chikas que triste que ya se va a terminar pero la verdad es que estubo fantastico gracias


    alice
    pekelila said...
    asu no inventes ya va aterminar :S asu es un gran historia :p
    ya kiero sabe en k termina

    lili
    Anónimo said...
    En verdad muy bueno, no hizo llorar y sufrir con la perdida de Allie, pero ahora ella, Bella y Edward van a ser felices a su manera, deseando que estas cosas dejen de pasar en la vida real como ya mucha hemos comentado, queda de nuestra parte ponerle fin, a nosotras las madres, besos mis ninas, suspiros (loquibell)

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