domingo, 4 de octubre de 2009

Capítulo 12. La Resbalosa

Me desperté temprano, con la misma ropa que había usado el día anterior, tenía frío porque había dormido sobre los cobertores. En mi cara el rastro de lágrimas me hicieron recordad lo ocurrido la noche anterior. Ya no estaba enojada pero si avergonzada. Quizás lo había echado todo a perder. Recordé lo que me dijo en la playa “Me gustas Bella más de lo que puedo expresar con palabras. Yo… te quiero”

¿Cómo es que habíamos acabado así? Nuevamente peleando. Mi impaciencia, mis hormonas todo se había confabulado y me habían jugado una mala pasada. La próxima vez no le echaré a perder. Si es que hay próxima vez.

Escuche pasos cerca de mi puerta, aún no eran las 6 de la mañana.

Alguien entró al baño. Me apresuré en levantarme y escoger mi ropa, necesitaba un baño urgente y desayunar. Hoy sería mi primer día en el instituto y todos mis amigos creían que me casé porque estaba embarazada. Me preguntaba que inventar ahora para evitar las incómodas preguntas. Si decía que lo había perdido todos me verían con lástima. Si les salía con que me había equivocado y fue una falsa alarma creerían que lo hice a propósito para obligar a Edward a casarse conmigo. De una u otra manera estaba acorralada. Ahora todos pensaban que era una mujer con experiencia y no la niña que aún soy. Evitaría que Jessica o Lauren me acorralaran para que les dé detalles morbosos a cerca de mi guapo marido. Evitar a Tyler, Mike e incluso a Eric iba a ser más difícil ya que siempre he sabido que una chica es más interesante para ellos cuando mientras más experiencia tenga. Al menos se mantendrían a raya si me veían constantemente con Edward. Pero tal y como estaban las cosas dudo que él quisiera estar a mi lado todo el tiempo, además tenía sus deberes de profesor auxiliar y yo no llevaba esa materia porque no soy buena coordinando ni mis pies ni nada que tenga ritmo.

Cuando oí que salían del baño salí de mi habitación y miré a todos los lados. Entré veloz al baño y me fui muy rápida. Me cambié también a una velocidad increíble para mí. Quería llegar a la cocina sin ser detectada, tomar mi mochila y salir en mi auto.

- Buenos días- oí su voz suave y perfecta. Estaba sentado comiendo. A su lado había otro plato de huevos revueltos y un vaso de leche.

- Hola- dije con muy pocas ganas de hablarle.

- Siéntate a desayunar. Es tu primer día, no quiero que te desmayes por allí.

- No hay problema, todos pensarán que son sólo síntomas- dije sentándome lentamente.

- De veras siento haber hecho eso- dijo avergonzado.

No hablamos más mientras comimos.

Tomé mi mochila y salí con prisa.

- Bella- oí decir mientras salía a la calle.

Me giré al oír su voz, venía corriendo hacia mí.

-Por favor, déjame llevarte hoy a la escuela.

No le respondí sólo asentí, me dirigí hacia su auto pero él llegó antes y me abrió la puerta del copiloto. Me agradó ese gesto, me hacía sentir bien.

Cuando ya estaba frente al volante, se giró a verme.

- Perdóname, soy un idiota. Bella, lamento haber dicho tantas tonterías anoche, yo, sólo me asusté- dijo mirándome con profundo arrepentimiento.

- No hay problema Edward, yo también lamento haberme comportado como una loca-le dije mirando al piso del auto.

Levantó mi barbilla con un dedo para hacer que nuestros ojos se encontraran. Me miraba con tanto cariño que me ruboricé.

- ¿Podemos ir más lento? Quisiera conocerte mejor, saber todo de ti. Tener la certeza de que esto es real. No quisiera que lo echáramos a perder haciendo algo de lo que después podemos arrepentirnos.

Sólo le sonreí y asentí. Mi vergüenza empezaba a disminuir. Él sonrió pícaramente y de pronto me besó, casi de la misma forma en que yo lo hice la noche anterior. Me quedé atónita, sin aliento y sin sabe que hacer. Parecía querer quitarme el poco aire que tenía en mis pulmones. De pronto se detuvo y me miró.

- Sólo quería que te sintieras como yo me sentí anoche. Estamos a mano.

Y cuando iba a replicarle oímos un sonido en la ventana. Era mi hermano, bajé la luna del auto para ver que quería.

- Vaya ustedes si que se toman en serio eso de fingir que están casados. Hola hermanita, ¿me dejan pasar? – Y diciendo esto abrió la puerta trasera y se subió al carro.

- ¿Qué haces Emmett?- Pregunté desconcertada.

- Quiero un aventón para ir al instituto, traigo zapatillas nuevas y no planeo caminar. Hola Edward amigo- Dijo saludándolo.

- Hola Emmett, un gusto poder llevarte- dijo Edward.

- Ya vez brujis tu consorte no me mira feo, es buen amigo.

- ¿Y vamos a llevarte todos los días?- Pregunté

- Sólo hasta que tenga un auto, moto o patineta. Antes no te quejabas por ir a pie conmigo. No se porque ahora pones esa cara por llevarme. Si quieres me das tu coche y asunto arreglado- dijo haciendo caritas.

- Ni lo sueñes hermanito, ese auto es mío, pero a partir de mañana si quieres puedes ir y venir con Edward. Yo usaré mi auto- Sentí que Edward arrancó el auto algo molesto por mi comentario. Condujo en silencio y muy rápido hasta llegar al instituto. Emmett bajó tan rápido como había subido y se perdió entre la multitud de estudiantes que estaban llegando.

- Bella, me gustaría poder traerte todos los días-dijo aun molesto.

- No creo que sea buena idea Edward. Los profesores y los alumnos no tienen los mismos horarios. Deben de irse más tarde algunas veces y no me gustaría quedarme esperando mucho rato. Además planeo buscar un empleo por las tardes y necesitaré mi propio auto para movilizarme.

- ¿Para qué quieres trabajar? No Bella, si es por dinero, déjame hacerlo a mi. Dedícate a estudiar y a subir tus calificaciones. A lo mejor consigues una beca.

- No quiero que seas tu quien pague todos mis gastos y mi comida. Necesito también ganar mi propio dinero.

- Bueno lo discutiremos luego, ya es tarde. Lamento haberte besado así hace rato, no pude contenerme. ¿Todo va bien entre nosotros?

- ¿Te refieres al matrimonio, a la amistad, a las peleas o a los repentinos arranques de lujuria que parecemos tener?- pregunté sarcásticamente.

- Bella eres complicada. Yo sólo quiero estar contigo. ¿Podrías bajar la guardia y darnos una oportunidad? Te propongo una tregua por hoy. Estoy algo nervioso, no quisiera bajar peleado o molesto contigo.

- Está bien, sólo lamento lo del bebé- le dije y salí del auto.

Me alcanzó cuando casi entraba al edificio.

- ¿De qué estas hablando?- me dijo al oído.

- Del bebé que esperábamos. Una lamentable falsa alarma. No creas que voy a permitir que piensen que estoy embarazada, ya me quitaste la inocencia ante todos. No quiero andar dando detalles. Espero que corrobores mi historia.

- Bueno, ¿podría añadir que no me importa? Y que de todas formas no me casé contigo por el bebé. Y perdón por quitarte la inocencia.

Sonreí ante sus palabras, parecía sincero e interesado en dar una buena coartada.

- Bien, estamos en tregua. Ya veremos que pasa hoy. Nos vemos al salir. Y me puse de puntilla para darle un beso en la mejilla.

Llegué a la dirección y le pedí a la secretaria mi horario de clase.

Tenía Biología como primera clase, entré al aula pero no vi a Alice por ningún lado. Para ser mi mejor amiga, ya me había dejado muy descuidada.

El pesado de Mike entró entonces, seguido por Eric. Esto no iba bien y yo sin mi escudera que siempre me quitaba estos bichos de encima.

- Hola Bella, cuanto gusto- me dijo Mike acercándose con recelo.

- Que hay Mike.

- ¿Puedo sentarme a tu lado?

- ¿Qué no tienes compañero de asiento?- pregunté algo fastidiada.

- No, aún no. Aunque tu amiga Alice ya consiguió uno.

- ¿Se sienta con Jasper?- pregunté, aunque ya sabía la respuesta.

- ¿Conoces a ese idiota? -Dijo Mike.

- Ese idiota es mi primo ahora Mike.

- Lo siento Bella, no me acordaba. ¿Ahora eres Cullen cierto?

- Si, aunque según veo mis papeles, aún figuro como Swan pero ya lo arreglarán claro.

- ¿Y cómo va lo de bebé? ¿Para cuando lo esperan?

- No esperamos nada Mike. No estoy embarazada. Fue una falsa alarma.

- Eso es genial. Digo, podrás terminar el instituto. Aunque dudo que ese tonto te permita ir a la universidad

- Edward, Mike, su nombre es Edward. Y claro que iré a la universidad, mi esposo es un encanto de hombre.

- No entiendo como es que te casaste tan pronto Bella. Afortunadamente existe el divorcio.

- Bella- ví a mi amiga entrar corriendo y venir a abrazarme. –Te he extrañado mucho- y sentí su fuerte abrazo. -Sacúdete Newton, nos quitas el aire- dijo dirigiéndose a Mike que seguía allí mirándonos

- Pues este es mi lugar Brandon- dijo Mike torciendo el gesto.

- Entonces ve a sentarte con Jasper, pero Bella se sienta conmigo- sentenció mi amiga. Ví como Mike caminaba hasta sentarse en un asiento cercano.

- Hola prima ¿Qué tal el viaje?- dijo Jasper.

- Divertido, casi muero de inanición- dije sin querer.

- Ay Bella que exagerada, le conté a Jasper lo del incidente con la puerta de su habitación- dijo guiñándome un ojo.

- Edward y tu hacen una bonita pareja- dijo Jazz dando unos pasos y sentándose al lado de Mike.

Cuando ya estábamos solas atraje la atención de mi amiga.

- Así que Jazz, verdad Alice. Espero que tengas mucho cuidado con las cosas que le dices. Sabes muy bien de quien es hijo- le reclamé en susurros.

- Pues el no tiene la culpa de tener un papá tan malvado y calculador. Y no te preocupes, sé cuales son mis límites. Él me gusta mucho, pero tus eres mi mejor amiga, no te traicionaría Bella. Ahora cuéntame como te va con el tonto de tu marido. ¿Ya lo has golpeado, se siguen fastidiando mutuamente?

- A decir verdad, ahora estamos tomando la costumbre de besarnos.

- ¡¿Qué?! - gritó Alice.

- Silencio. Es una larga historia que espero pueda contarte hoy si tu Jazz no está presente.

- Yo también tengo tanto que contarte Bella. Estaré por la tarde en tu casa.

Pero no pudimos seguir hablando ya que el profesor entró al salón.

Al terminar la clase me dirigí al los vestidores ya que tenía gimnasia y Alice Historia con su querido Jasper.

- ¿Puedes hacer ejercicio en tu estado?- oí la voz nasal de Jessica.

- Claro que si Jessica, no estoy embarazada- le dije sin entusiasmo.

- Pero si es Bella, quien hubiera pensado que la que nunca tuvo novio fuera la primera en casarse y embarazada- dijo Lauren entrando al vestidor.

- No espero un hijo Lauren- le dije a través de la puerta. Y salí al gimnasio.

- Bella ten cuidado con resbalar o caer, yo estaré pendiente todo el tiempo para cuidarte- dijo Tyler acercándose a mi.

- Hola Tyler. No te molestes, estaré bien. No estoy embarazada- Le dije y ya me estaba cansando de repetirlo, afortunadamente Jessica ya lo sabía, entonces en la próximas horas ya lo sabría todo el mundo y me evitaría dar explicaciones.

- Entonces no debiste haberte casado Bella. Ese chico es muy pedante. Seguro que no dejaba de acosarte- dijo Tyler y se alejó pensando. Yo sonreí al oír sus palabras Tyler hablando de acosar…

Hicimos parejas para tenis. ME tocó hacer equipo con Erik, pudo ser peor él era muy miedoso y se alejaba cuando yo contestaba. Perdimos todos los sets. No había remedio, éramos la pero pareja de la clase.

- Lo siento Bella- me dijo al final. –Me dijo Mike que no esperas un hijo, pues que bueno, quiero decir bien por ti. Nos vemos después- Y se alejó.

En el almuerzo las cosas no mejoraron mucho, oía susurros por donde iba. Esperaba que sólo fuera por ese día y después se cansaran de murmurar.

Estaba sentada en una mesa sola. Todavía no llegaban los demás alumnos. Ángela se me acercó.

- Hola Bella, te extrañé la semana pasada- y yo sabía que era cierto, ella era muy tímida y siempre me buscaba.

Los demás llegaron y ocuparon sus asientos.

- Cuéntanos Bella, ¿a donde viajaste?- dijo Jessica.

- No seas morbosa Jessica no pretenderás que nos diga como le fue en su luna de miel- Mike habló con rabia.

- Sólo quería saber a dónde había ido- dijo Jessica haciendo puchero.

- Que pasa Mike, ¿no podrías soportar si Bella dice algo?- Lauren entro a escena tan acida como siempre.

Yo seguía sentada en mi asiento, cuando de pronto todos dejaron de hablar y miraban detrás de mí. Me giré para ver que les llamaba tanto la atención. Y allí estaba Tanya, de cabellos rubios cenizos, 1.80 mts, impactante figura y una ropa de infarto. Mi autoestima me abandonó. ¿Por qué Edward habría preferido casarse conmigo pudiendo hacerlo con ella?

- Hola primita. Quiero hablar contigo. A solas- me dijo

Me levanté decidida y la encaré porque no quería que sintiera mi rubor o mi miedo. Bella Swan… hora Cullen no le tiene miedo a nadie.

- Hola Tanya. Tendrás que esperar a que termine de comer o sentarte con nosotros- le dije con una sonrisa.

- Si ya casi has terminado, además no puedo entender como te comes eso. Tiene tanta grasa, aquí no hay nada dietético.

- Lo siento- le dije poniendo cara de culpable. –Tengo muchísima hambre. El ejercicio me desgasta- le dije con segundas intenciones esperando que capte mi indirecta y se vaya a pasear.

- Aquí te espero- dijo manteniéndose en su lugar.

Si quería esperar era su problema. Me tomé mi tiempo mientras conversaba con Ángela. Al cabo de 15 minutos ví que seguía alli mirándome, todos los demás estaban intimidados por su presencia. Decidí que era tiempo de encararla.

- Esta bien, dime de que quieres hablarme- le dije dirigiéndome a ella.

- Solo tenemos algo en común y sabes que es- me dijo

- ¿El apellido?- le dije sarcásticamente. –Aunque creo que tu te apellidas Denali ¿cierto?, entonces no entiendo de qué quieres hablarme.

- Edward. Sabes perfectamente que es por él. Yo haría lo que sea por él.

- Creo que no te entiendo. Mi esposo es tu primo, me alegra que lo quieras tanto pero comparte tu afecto con los demás.

- Yo debí haberme casado con él. No una niña como tu- dijo increpándome.

- Pues creo que tenemos la misma edad Tanya. Y eso deberías reclamárselo a él. Yo no le propuse matrimonio después de todo- aunque sabía que prácticamente si lo había hecho. –Y ya no hay nada que hacer al respecto, ahora soy su esposa.

- A mi no me engañas, sus padres sabían que él necesitaba casarse para heredar y que conveniente que se casaran tan rápido- empezó a sospechar.

- Pues me case porque si no mi padre le daba un tiro en la cabeza a tu querido primo. Nos encontró en una situación comprometedora- le mentí, después de todo esa era la versión de Edward sobre los hechos.

- Pues no creo ni una palabra de lo que dices, ni esas tontas habladurías de que estás embarazada- dijo subiendo el tono de su voz.

- No estoy embarazada. ¿Aunque como saberlo?, no tome precauciones la semana pasada bien podría estarlo. Ahora si me permites, no quiero perderme el postre, tuve una larga y extenuante noche y debo recuperar fuerzas o me desmayaré en clases- le dije sonriendo maliciosamente. Me estaba volviendo experta en mentir. Pero valía la pena ver la cara de Tanya. Se marchó como alma que lleva el diablo.

- ¿No me dirás que el malcriado y tu…?- era la voz de Alice.

- Ay Alice tengo tanto que contarte. Pero ESO aún no pasa- dije desconsoladamente.

Nos fuimos a nuestra siguiente clase. No podía creer que en este curso estábamos todos juntos. Alice, Jasper, Emmett, Rosalie, Tanya y yo. Lindo grupo el que hacíamos. Naturalmente nos sentamos Alice y yo, detrás de nosotras Jasper y Emmett que parecían llevarse bastante bien. Y en una carpeta al lado de la nuestra las dos rubias insípidas. Eran tan altaneras las dos que parecían hermanas.

- Y aún no tengo auto- oí decir a Emmett. –Pero si voy a hacer mal tercio prefiero venir caminando- Terminó.

- ¿Porque dices eso Emmett? Bella es tu hermana y Edward y tu son amigos, no creo que les moleste- le respondió Jasper.

- Ya creo que si. Hoy temprano me acerqué al auto nuevo que tienen para que me trajeran al instituto y no te imaginarías lo que vieron mis castos ojos.

- Emmett, son recién casados- le contestaba Jasper. –Es natural que estén demostrándose su cariño.

- Yo entiendo el cariño Jazz, pero parecía que mi amigo quería comerse a mi hermana. Si no fuera su esposo le habría partido la cara. Me gustaba más cuando se llevaban mal- dijo peligrosamente. Me giré a verlos, Rosalie y Tanya también estaban prestando atención.

- ¿Edward y Bella se llevaban mal?- les interrumpió Tanya.

- Ni te imaginas, yo pensé que acabarían matándose- dijo él sin pensar ya que su mirada estaba concentrada en la otra rubia de esa carpeta.

- Exageras Emmett, es sólo que tuvimos un mal comienzo. Pero ahora nos llevamos muy bien- dije volteándome por completo y pisándole uno de sus enormes pies.

- Ah si claro- dijo él. Sonriéndole a Rosalie quien para mi sorpresa le devolvió la sonrisa.

La clase terminó. Me demoré un poco quedando con Alice sobre lo que haríamos por la tarde a parte de conversar, quedamos en que me llevaría las clases atrasadas para copiar sus apuntes. Oí entonces la voz melosa de Tanya.

- Eddie, viniste, sabía que estabas por aquí pero no pude encontrar tu aula a la hora del almuerzo.

- ¿Hola Tanya, estaba Bella en esta clase?

- No la he visto, que dices si salimos a conocer el pueblo, es bastante pequeño para mi gusto pero debe haber una heladería decente por algún lugar.

- Lo siento Tanya estoy buscando a mi esposa- dijo él algo preocupado.

- Te acompaño a buscarla- dijo ella. Me levanté como un resorte de mi asiento y salí hasta la puerta. Ella trataba de colgarse de su brazo.

- Edward- le dije gritando y me arrojé en sus brazos. Él me recibió y me abrazó con fuerza, se agachó para darme un beso y aproveche para estamparle uno mucho más pasional del que él pensaba darme.

- ¿Qué tal tu primer día de clases?- dijo cuando lo solté.

- Estuvo bien. ¿Ya nos vamos?- le dije tirando de él.

- Si claro, veo que tienes prisa- dijo sonriéndome. Miré la cara de espanto de Tanya antes de irme. Eso se merecía por ser tan resbalosa con Edward.

- Estás muy efusiva hoy- me dijo cuando llegamos al estacionamiento.

- Estamos efusivos- le corregí.

–Si claro- sonrió recordando lo de la mañana. –Debemos hablar Bella, antes de que las cosas se nos vayan de las manos. Verás tengo una reunión con el Director sobre nuestra situación. No sé que me diga ni lo que pase pero no te preocupes. Por eso venía a buscarte. Llévate el auto, yo puedo irme caminando cuando salga de la reunión.

- No, claro que no. Ya sé quédate y yo pasaré a buscarte cuando termine tu reunión- le dije.

- ¿De verdad? ¿No te molesta?

- Para nada, sólo me llamas. Una cosa más- le dije acercándome más a él ya que ví a Tanya y a Rosalie avanzar hacia un auto rojo precioso muy cerca de nosotros.

- Dime preciosa- me dijo también acercándose a mi.

- Espera a que tus primas se hayan marchado antes de entrar al colegio otra vez. No quiero que Tanya de pronto decida quedarse- le dije sonriendo.

- Pero que celosa estamos hoy cariño- dijo él soltando una carcajada.

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ok... listo...

¡¡¡ FELIZ CUMPLE CUÑADA CULLEN !!!

Yo sé que para mi desgracia no soy buena para las fechas y siempre termino felicitando un día (o más U_U) después... lo siento de verdad... pero espero que ayer te la hayas pasado super bien en compañía de todas las personas que te aman...
Gracias pequeña por brindarme un pedacito de tu corazón y hacerme feliz día a día acompañandome en esta locura...
¡¡¡Te quiero mucho!!!


Cuidense mucho, suspiren y...
Nos leemos en un tris!


Bellany G.
**Mmmm... te extraño amor**


ahhh!!! por cierto, esto de festejar después ya no me parece tanto, asi que por fis, dejenme sus fechas de cumple en un suspiro vale... l@s quiero!!!

Capítulo 15. Noche En Vela En Seattle

Bella POV

Al menos esta vez estaba preparada para el remodelaje que Alice y Rose iban a hacerme. De hecho, si pudieran hacerme parecer tan fantástica como el vestido que llevaría, diría incluso que estaba feliz... pero nunca lo admitiría delante de ellas.

Agarré mi vestido del armario y fui hacia Edward antes de encaminarme a la habitación de Alice.

“No me parece justo. Hoy puedo tocarte y no he tenido mucho del ‘tiempo para tocar a Bella’.” Dijo con un mohín. Sabía que estaba disgustado, pero se veía tan condenadamente mono con ese falso puchero, con su labio inferior sobresaliendo un poco. Lo cogí con mis labios y le di un beso lento.

“Te prometo que tendremos más ‘tiempo para tocar a Bella’.” Dije con una risa. “Pero si queremos ir a esta cena, y yo la verdad es que sí porque me encanta mi vestido, entonces necesito ir y dejar a Alice y Rose hagan lo que quieran conmigo.” Le dije.

Me atrajo a su pecho y susurró “Prefiero ser yo quien haga lo que quiera contigo.”

“Edward,” gemí, “me estás haciendo muy difícil que me vaya. Te quiero, pero tengo que ir.” Dije mientras lo apartaba a regañadientes de mí.

Fui hacia la habitación de Alice sin mirar atrás donde estaba segura que había un enfurruñado Edward.

“Ya era hora.” Dijo Alice con un tono exasperado. “Bueno, vamos, necesitamos ponerte tan increíble como el vestido.”

“Esperaba que dijeras eso.” Dije con una sonrisa.

“¿Eres tú?” Preguntó Rose. “Hey Alice, ¿soy yo, o ha sonado como si estuviera realmente emocionada por esto?” Se rió.

“Vale, calmaos. Solo voy a ser comprensiva este fin de semana porque suena muy divertido. Así que, venga, manos a la obra.” Les dije.

“Sí, señora.” Alice me hizo un saludo militar.

Y entonces, se pusieron al trabajo. Alice me maquilló mientras Rosalie me ondulaba el pelo en suaves ondas. Ella apartó el pelo de mi hombro izquierdo peinándome un flequillo ladeado hacia el mismo lado. Sujetó el lado derecho con un simple, pero bonito, broche de diamantes.

Alice me maquilló totalmente elegante. No era demasiado, pero me hacía verme nueva. Tenía un suave brillo marrón en los párpados con lápiz de ojos por encima. Por supuesto, me puso rimel pero dejó el colorete fuera sabiendo que yo era buena en ese tema. Puso a mis labios un tono rosa pálido con una capa de brillo encima.

“¡Ta-chán!” Dijo Alice cuando hubo acabado. Las dos se apartaron y admiraron su trabajo.

“Tengo que admitirlo, vosotras sabéis lo que hacéis.” Dije mirando la transformación en el espejo.

“Lo sabemos. Ahora ponte el vestido.” Dijo Rose. Obedecí y cuando salí del cuarto de baño las dos estaban perfectas y listas para irse. No era justo.

“Wow, estás preciosa, Bella.” Exclamó Alice.

“Igual que vosotras.” Repliqué... como si no lo supieran. Sabía que no me podía comparar con ellas, pero era la primera noche de mi vida que me sentía como una princesa de hoy en día. Como si fuera un cuento de hadas demasiado bueno para ser verdad. Estaba en una gran ciudad con amigos geniales, un novio perfecto, y un increíble vestido.

“Bueno, ahora solo tenemos que esperar a los chicos.” Dijo Rose. “Conociendo a Emmett, probablemente van a tardar. Lo juro, este chico tarda más en arreglarse que yo.”

Pero ella estaba equivocada y un golpe llegó desde el otro lado de la puerta. La abrí y un poco de baba pudo habérseme caído. Edward estaba absolutamente delicioso en el tradicional traje negro con una camisa blanca debajo. Pero tres de los botones estaban abiertos revelando su pecho divino ya que no llevaba corbata.


Edward POV

“Emmett, vamos.” Grité a mi hermano. Lo juro, tarda más que Rose en arreglarse.

“Vale, vale. Supongo que estoy listo. Vamos.”

Caminamos a la suite de Alice y llamé a la puerta, que abrió Bella.

Era una visión. Estaba preciosa, maravillosa, radiante... y muchas más palabras que podía pensar en ese momento. Su vestido se ajustaba a cada curva de su increíble cuerpo y estaba real y literalmente que quitaba la respiración. De verdad, tuve que recordarme a mi mismo cómo se respiraba.

“Bella, estás sensacional.” Dije finalmente después de mirarla fijamente durante un largo rato.

“Tu también estás impresionante.” Dijo con un guiño.

“Bueno señoritas, ¿nos vamos?” Preguntó Jasper ofreciendo su brazo para que Alice se cogiera. Lo hizo y ellos bajaron al hall, seguidos de Emmett y Rose, y por último de mí y mi Bella.

Fuimos al ascensor y nos encaminamos a la planta baja. Pero cuando las puertas se abrieron, gruñí internamente. Jacob estaba en el vestíbulo. No era un mal chico, realmente, hasta que dio con mi novia. Y aparentemente, la suerte no estaba conmigo, porque su cabeza se giró y sus ojos fueron directos a Bella.

“Bueno, diré. Si es posible que estés todavía más guapa de lo que estabas esta mañana.” Dijo caminando hacia nosotros. Los demás se pararon y nos miraron.

“Jacob.” Saludé todo lo educadamente que podía dadas las circunstancias.

“Edward.” Respondió fríamente.

“Bella, vamos, deberíamos irnos.” Le dije dulcemente.

“¿Bella? Qué nombre tan perfecto para tanta belleza.” Replicó Jacob con una sonrisa en su dirección, lo que, por supuesto, la hizo sonrojarse y apartar la mirada.

“Tan divertido como que tenemos una reserva. Buenas noches, Jacob.” Dije fríamente. Vale, estaba equivocado, no me gustaba.

Tiré de Bella hasta que estábamos fuera del hotel. Abrí la puerta del Aston Martin para ella y cuidadosamente se subió. Caminé al lado del conductor y le dí un rápido vistazo a ella antes de arrancar el coche y empezar a conducir. Mientras conducía, sujetaba su mano y ella entrelazó nuestros dedos, haciendo que una sonrisa cruzara mi cara.

El camino se pasó en un cómodo silencio y llegamos al restaurante en cuestión de minutos. Salí, abrí la puerta para Bella y le dí al aparcacoches las llaves, quien me dio un ticket pero no sin antes dedicarle a Bella una mirada.


Bella POV

El restaurante era absolutamente precioso. Era el sitio más elegante que había visto jamás. Había velas por todas partes.

“Tenemos una reserva a nombre de Cullen.” Dijo Emmett a la camarera que nos miró intimidada.

“Um... vale, si. Por favor síganme.” Dijo mientras nos guiaba hacia una mesa para seis. Todas las mesas, incluida la nuestra, estaban cubiertas de blancos manteles, con velas ardiendo en el medio de la mesa. En medio de la zona del comedor, el suelo estaba despejado de mesas y el suelo de parqué daba una idea de ser una pista de baile.

Al lado, había una orquesta para el baile.

“Este sitio es alucinante.” Dije mientras Edward me retiraba la silla antes de sentarse a mi lado.

“Y lo mejor de todo es que tú estás aquí.” Dijo besándome la mano.

El camarero vino y nos tomó nota y poco después teníamos nuestra comida. Yo había pedido el bistec y estaba fantástico. Además decidimos que íbamos a darnos un capricho, y nos pedimos también postre. Edward y yo compartimos un pedazo de tarta de queso con chocolate y frambuesa que estaba de muerte.

“¿Te gustaría bailar?” Me preguntó cuando acabamos con el postre.

“No sé, Edward. Son tacones muy altos.” Le dije.

“¿Qué fue todo lo que oí sobre clases de baile? Además, está todo en el que guía.” Dijo con un guiño.

Me rendí y me levanté y me bajé de la silla. Edward me tomó la mano y me guió a la pista de baile, donde me giró para encararlo. Nos deslizamos, con más elegancia de lo que había creído posible, en círculos por la pista solo mirándonos el uno al otro, hasta que noté que otras personas empezaron a unirse a nosotros. Inspeccioné un poco para ver a Alice y a Jasper y a Rosalie y a Emmett dando vueltas con todavía más gracia que Edward y yo.

Bailamos por un rato hasta que pareció que toda la zona del comedor decidió bailar con nosotros. Llegó un momento en que una señora mayor preguntó si podía interrumpirnos y bailar con Edward. Yo me reí y accedí. Regresé a la mesa para ver el espectáculo. Él era realmente un caballero dándole conversación a la señora y varias veces en un rato los vi riéndose juntos, lo que me arrancó una sonrisa.

“Disculpa pero, ¿querrías bailar conmigo?” Me preguntó un hombre. Tenía el pelo oscuro y perilla. Aparentaba mas o menos 25 y era bastante atractivo (podía haberlo sido de todos modos si no hubiera tenido a Edward para compararlo con él). Accedí y nos unimos a los demás en la pista. Me preguntó preguntas simples como mi nombre y qué estaba haciendo en Seattle. Me preguntó sobre Edward y si estaba soltero. Me reí de eso.

“Estás bailando conmigo para acercarte a mi novio.” Me reí y fingí estar dolida.

Se rió de mí. “Lo siento, ¿está mal?” Me preguntó.

“Nah, lo entiendo totalmente. Es muy guapo.” Dije con mi voz soñadora.

“No estás mintiendo.” Dijo, lo que me hizo reír otra vez.

“¿Cómo te llamas?” Le pregunté.

“Brett.” Respondió.

“Vale, Brett, te diré que haremos. Si Edward me deja, te lo mandaré.” Dije con una risa.

“Supongo que no tú no le dejarías solo para ser buena conmigo, ¿verdad?” Bromeó.

“Lo siento, pero vas a tener que esperarle por un rato.” Sonreí.

“Es un hombre muy afortunado.” Me dijo.

“Creo que lo que quieres decir es que yo soy una mujer afortunada y que estás celoso.” Repliqué.

“Cierto.” Admitió riéndose entre dientes. “Pero eres una chica fantástica. Realmente asombroso.”

“Sí, lo es.” Dijo Edward aproximándose a nosotros, ahora ya separado de la mujer mayor.

“Estaba simplemente explicándole a Bella lo afortunado que eres.” Le dijo Brett a Edward cuando tomó mi mano.

“Créeme, lo sé.” Edward me sonrió.

“Gracias por el baile. Ha sido un placer.” Le dije.

“Créeme cuando te digo que el placer ha sido todo mío.” Dijo. Entonces, se inclinó para que solo yo pudiera oírle. “Sé que las cosas entre vosotros funcionarán, pero si por cualquier milagro no es así, mándamelo.” Dejé escapar una sonora carcajada y Brett se fue.

Edward me envolvió sus brazos alrededor de mi cintura y yo envolví los míos en su cuello y empezamos a mecernos con la música.

“¿De qué iba todo eso?” Me preguntó Edward.

“Oh, ¿Brett? No era nada.” Dije encogiéndome de hombros.

“No parecía nada. ¿Lo encontrabas atractivo, Bella? Puedes decírmelo. No me enfadaré.”

Otra vez estallé en carcajadas.

“Bella, esto no es gracioso.” Dijo con un suspiro. Cuando vio que no paraba de reírme continuó. “Honestamente, Bella, qué es tan divertido.”

“No me atraía él. Cielos, él no estaba interesado por mi.” Repliqué cuando por fin acabó el ataque de risa.

La frente de Edward se arrugó. “¿Qué quieres decir?”

“Edward, estaba interesado en ti.” Le dije dejando escapar una gran risotada. “Y supongo que tengo que contarte que si las cosas entre tú y yo no funcionan, deberás darle a Brett una oportunidad.”

Edward se rió entre dientes. “Aunque la oferta sea muy tentadora, creo que estoy perfectamente contigo.”

“Bueno, estoy complacida. Pero no creo que Brett se ponga muy feliz.” Le dije.

“Vaya, tendré que pedirle disculpas. Pero ya encontré a mi alma gemela.”

“¿Alma gemela? ¿Eso es lo que somos?” Bromeé.

“Me gusta pensar eso.” Se inclinó más cerca de mí y sus labios se juntaron con los míos. Y justo cuando estábamos entregados al beso...

“Hey chicos, tenemos que ir yendo.” Gorjeó Alice.

“Alice, nunca he conocido a alguien más inoportuno.” Le dije mientras me alejaba de todo Edward menos de sus manos.

Cuando caminamos a la salida, vi Brett y me guiñó cuando pasábamos de largo. Era un chico divertido. Esperaba que algún día me lo volviera a encontrar. Y aunque sabía que Edward no era gay, me seguía sintiendo un poco amenazada por el hecho de que alguien más quisiera a mi Edward. Hombre o mujer, no importaba. Supongo que estaba siendo un poco posesiva.

“Hey, estábamos pensando en pasar por un bar para tomar unas bebidas y jugar un poco al billar.” Nos dijo Emmett a Edward y a mí cuando el aparcacoches nos dio los coches.

“¿Vestidos así?” Le pregunté

“Seh, estará bien. No te preocupes.” Me aseguró Rose.

“Vale, me apunto.” Dije.

Y así nos fuimos al bar llamado “Casualidades”. Y justo como esperábamos, tan pronto como entramos, todos se nos quedaron mirando. Por supuesto ellos iban en vaqueros y camisetas mientras que nosotros íbamos arreglados. Los chicos simplemente se quitaron las chaquetas de traje y caminaron hacia el bar.

“Ya lo sabes, nosotros no tenemos que jugar a los dardos.” Dijo Edward inclinándose hacia mí.


Edward POV

Me acordé de que la última vez que quisimos jugar a los dardos, ese idiota del camarero empezó a decirle cosas verdaderamente inapropiadas a Bella.

“Mi oferta sigue en pie. Si no hay nadie en el perímetro que pueda herir, me apunto.”

La besé en la coronilla. “Disculpe, ¿puede darme unos cuantos dardos?” Le pregunté a una señora detrás de la barra.

“Claro.” Dijo y me dí cuenta de que me estaba mirando más fijamente de lo necesario. Pero me dio los dardos sin decir nada más. Guié a Bella a la diana de dardos.

“¿Sabes como jugar?” Le pregunté.

“¿Apunto al centro?” Preguntó. Me reí de ella.

“Sí, suficiente. Aquí,” le tendí sus dardos negros “tú primero.” Le dije.

Ella se quedó detrás de la línea de cinta adhesiva del suelo y miró hacia la diana. Perezosamente lanzó su mano hacia atrás y la dejó volar hacia adelante. Pasó rozando la máquina, dio en la pared de al lado, y volvió volando hacia ella.

Ella saltó y dejo escapar un pequeño gritito. No pude evitar reírme de ella.

“Te dije que no había hecho esto nunca.” Me dijo uniéndose a mis risas.

“Vale, aquí. Te ayudaré.” Fui detrás de ella y con una sacudida tiré de su cuerpo haciendo que chocara con el mío y que ella jadeara. Sonreí al sonido y la sensación de su cuerpo. Tomé su mano derecha, que sujetaba el dardo, y suavemente lo adelanté. Ella dobló su codo conmigo y cuando volví a atrasar su mano, giró la cabeza para mirarme.

Sin quitarle los ojos de encima, tiré su brazo hacia delante y ella dejó ir el dardo. La acerqué a mí y la besé apasionadamente.

“Tío, ¿cómo has hecho eso?” Oí gritar a Jasper. Me alejé de Bella y seguí su mirada a la diana para ver la cola del dardo que estaba exactamente en el medio de la diana.

Yo simplemente me reí entre dientes. “No lo sé. No estaba justamente prestando atención.”

“No es justo. Tú das en el clavo aún sin estar mirando y yo no puedo dar en la diana cuando disparo.” Se compadeció Bella.

“Bella, no seas absurda. Todo el mundo sabe que no estabas disparando.” Bromeé ganándome un juguetón manotazo en el brazo.

El rato en el bar siguió despreocupado como hasta entonces. Bella y yo jugamos a los dardos mientras los otros estaban en la mesa del billar. Ella solo golpeó a una persona con su dardo. Después de eso, ella rozó la diana cinco veces y dio en la diana once. Aparte de eso, todos aterrizaron en la máquina.

Pero decidimos irnos, teniendo lleno nuestro cupo de agitación y diversión por un día. Por no mencionar que Alice planeaba hacernos salir por clubs mañana. Así que abrí la puerta de mi Aston Martin para Bella y ella se subió.

Estábamos de vuelta al hotel en un momento. Bella fue directa a la cama y se sentó en ella. “Gracias a Dios puedo deshacerme de estos malvados zapatos.”

Yo simplemente me reí y fui hacia ella. Agarré su pierna y miré como su vestido caía alrededor. Le quité la correa de los zapatos y suavemente se los quité.

“Sabes que puedes ayudarme con este vestido también.” Susurró en mi oreja. Mis manos fueron directamente a su espalda y me concentré en bajar la cremallera insoportablemente lento. Mi mano derecha acarició su clavícula y aparté el tirante de su hombro izquierdo. Puse mis manos en sus lados y las deslicé hacia abajo, llevándome el vestido conmigo.

Mis ojos vagaron por su precioso pecho desnudo y se detuvieron en su cara angelical. Sus ojos estaban bajos y enfocados a los botones de mi camisa, que empezó a desabrochar. Cuando sus manos habían hecho todo el descenso, las presionó contra mi pecho y me quitó la camisa.

Entonces sus manos empezaron a desabrochar lentamente mis pantalones. Cuando sus manos llegaron a la cremallera, yo estaba ya listo para ella. Su mano izquierda me acarició la cara mientras su mano derecha bajaba la cremallera de los pantalones. Cayeron con suavidad al suelo. Me alejé de ellos y me acerqué a ella, con nuestros pechos desnudos presionándose.

Besé la comisura de su boca y su labio inferior, antes de atacar completamente su boca. Ella se aferró a mí y yo hice lo mismo con ella mientras la llevaba de espaldas hacia la cama. Cuando sus rodillas dieron en ella, cayó de espaldas, haciendo que yo me derrumbara encima de ella.

Mis manos deambularon por todo su cuerpo mientras movía mis labios hacia su cuello. Sus costados, su vientre plano, sus pechos... Oh dios, sus pechos. Mis manos no querían moverse de ahí pero lo hicieron cuando decidí dejar que mi boca los probara.

Suavemente mordí su pezón erecto y lo lamí, haciendo que ella soltara ese delicioso gemido. Dios, he vivido para oír este sonido. Deslicé su tanga por sus piernas y lamí los pliegues de su ingle, ya siendo capaz de oler su excitación, lo que solo aumentó la mía. Le dí un rápido lametón a su clítoris, ganándome un gemido y entonces deslicé mi cuerpo de vuelta encima de ella.

“Te quiero tanto...” Le susurré al oído y besé el lóbulo.

“Yo también te quiero” Dijo, atrayendo mi boca a la suya.

Me coloqué en su entrada y lentamente me deslicé. Ella me había torturado el otro día y ahora, era mi turno de devolverle el favor. Lo hice dolorosamente lento.

“Más, Edward.” Dijo sin aliento mientras envolvía sus piernas alrededor de mi cintura. Era demasiado difícil mantener el control. Quería sentir más fricción, pero quería hacerle suplicar.

Aceleré, pero solo ligeramente, moviéndome afuera y adentro de ella.

“Más rápido, oh dios, por favor, más rápido.” Se quejó.

Apoyé mi cara en la suya cuando ella empezó a restregar sus caderas contra las mías para conseguir la deliciosa fricción. Ella dejó escapar un gemido frustrado.

“¿Qué es lo que quieres?” Pregunté contra sus labios.

“Edward.” Fue todo lo que ella pudo decir y continuó moviendo las caderas.

“Suplícalo.” Dije mientras la besaba.

“Edward, por favor. Por favor, fóllame más fuerte... más rápido.”

Era todo lo que necesitaba. Aceleré el ritmo inmediatamente notando sus estrechas paredes a mi alrededor, mojándome.

Fui más rápido y más fuerte, oyendo el sonido de piel golpeando contra piel. Por último la sentí explotar y yo me vine después de la siguiente embestida mientras gritaba su nombre y me derrumbaba encima de ella. Nos giré para que ella estuviera encima de mí.

Levanté la vista hacia ella y recorrí con mis dedos su espalda, notando un ligero rastro de sudor.

“Eres muy mezquino.” Dijo jadeante.

“Tu también lo fuiste.” Le recordé.

“Bien. Por favor, dime que entonces estamos en paz.” Rogó.

“Vale, estamos en paz.” Accedí.

Ella empezó a besarme el pecho. Cuando me mordió el pezón dejé escapar un siseo entre dientes. “Bella, lo estás pidiendo.” Le advertí.

“¿Qué estoy pidiendo?” Preguntó seductoramente mientras llevaba los besos hacia abajo. Mi cabeza se inclinó hacia atrás y un pequeño gemido escapó de mis labios.

Ella volvió a mi altura y mordió mi oreja. “¿Qué estoy pidiendo?” Repitió y después succionó mi lóbulo.

La cogí por los hombros y nos giré bruscamente.

“Tú, amor mío, estás pidiendo una segunda ronda.”


*Suspirines:
Vestido de Bella: http://www.shopdress.com/Detail.bok?no=1929
Vestido de Alice: http://www.shopdress.com/Detail.bok?no=2883
Vestido de Rose: http://www.shopdress.com/Detail.bok?no=3335

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bien chic@s no se quejen que esta cap ha estado celestial!!!... ya saben este es un fic clasicación "necesito una ducha fría urgente!!" jajaja y la mayoría de los capítulos van asi, rojo pasión!! ... aqui (solo aqui vale) si aplica lo de 'la venganza es dulce' jejejeje... quien no se quiere vengar asi??? mmmmmmm... y por dios!!!! que puntería!!!!... con los dardos claro... jejejejeje
no se olviden de suspirar por que si no yo pienso que no les gusta y eso me deprime...
cuidense mucho mucho y...
Nos leemos en un tris!!!


Bellany G.
**El deseo me consume... y por cierto el futbol es mi enemigo jum!**


ahh!! chic@s los links son para que puedan ver por que Edward babea totalmente por Bella en su vestido azul (claro tambien Jasper y Emmett estan en la misma situación por sus respectivas ovejas jejeje)...

ONE-SHOT

Amor, Finalmente Te Encontré

Por Giselita

Esme POV III

Ashland, 1921

La vida me había sido bastante injusta.

Hacia tiempo había entendido que haberme casado con Charles Evenson había sido el mayor error de mi vida. El era todo un caballero, un hombre bien y un esposo ejemplar pero solo en publico. Dentro de nuestra casa era todo menos un caballero.

Ya había perdido la cuenta de las noches que pasaba llorando a causa de sus golpes o abusos. Las personas no mentían cuando decían que al alcohol podía transformar al hombre más correcto en un monstruo. Y yo lo sabía muy bien.

Aun así, en medio de aquellas noches de dolor y angustias unos ojos dorados me miraban prometiéndome que pronto todo mejoraría. Que fuera fuerte.

El estallido de la Gran Guerra Mundial había traído algo de paz a mi vida. Charles había sido llamado al servicio y yo solo mostraba mi tristeza en público. Dentro de mi casa disfrutaba de la soledad lo más que podía.

Todos los días corría al buzón de correos. Revisaba furiosamente entre los diferentes sobres en busca de alguno con el sello del servicio militar. Nada, ni una carta de Charles diciendo si estaba vivo o no -cosa que no esperaba- él no se molestaría en mantenerse en contacto conmigo.

En ocasiones me sentía la peor esposa del mundo, deseando la muerte de su marido. Parecía algo ilógico… pero era mi realidad. La muerte de Charles era mi única forma de poder respirar en paz.

Nada me aseguraba su regreso, todos los días se escuchaban los gritos de desesperación de las familias al recibir la penosa noticia de la caída de alguno de sus padres, esposos, hermanos… hijos. En esas ocasiones deseaba que Dios reemplazara a cualquiera de aquellos extraños por Charles… pero tampoco podía darme por libre.

Y fue mejor que no lo hiciera, dos años después las radios y periódicos anunciaban el final de la terrible guerra y los sobrevivientes y heridos volverían a sus casas. Había perdido toda esperanza de que él no volviera. Y volvió.

Meses después Charles tocaba a la puerta de nuestra casa… sus ojos cargados con la más negra y atemorizante furia. Ni bien cerró la puerta, sin abrazarme cariñosamente una sola vez, comenzó nuevamente el infierno.

Parte de mi se había aferrado a la idea de que quizás los horrores y el sufrimiento de la guerra le hubieran cambiado. Pero no, Charles continúo con sus abusos y seguía forzándome tal y como lo había echo antes de partir.

Nunca en todos los años que habíamos vivido juntos tuve el valor suficiente para alejarme de mi esposo y de mi familia –la cual aun permanecía ajena a lo que ocurría en mi matrimonio- pero al enterarme de que tenía una nueva vida creciendo dentro de mí me dio la fuerza necesaria para escapar en medio de la noche.

Tuve que huir de él. Tuve que alejarme antes de que terminara matando a mi bebe y a mi. No podía permitir que una criatura creciera con un padre abusivo, si a mi me trataba de tal forma… no quería imaginar que seria de mi pequeño. Mi pobre cosita.

Llegue a una pequeña comunidad en las afueras de Ashland en 1921. Allí vi la oportunidad de comenzar una nueva vida –de llevarla como siempre la había soñado- junto con mi hijo, que nacería dentro de pocos meses. Había una pequeña escuela en la que me aceptaron de inmediato para hacer lo que tanto había soñado; enseñar.

Nadie hacia demasiadas preguntas sobre mi vida, la gente de Ashland se conformaba con mi sosa historia de mi trágica vida; yo era una de las tantas mujeres que quedaron viudas a causa de la Guerra Mundial. Fue fácil pretender aquello…

Meses después mi pequeño hijo había nacido. Pero no había tenido tiempo de darle un nombre o de amamantarlo que la vida se encargo de golpearme una vez mas, y esta vez el golpe había sido insoportable.

Mi pobre y pequeño bebe. Aun recuerdo su rostro cuando el doctor me dio la penosa noticia. Era tan frágil, tan hermoso... era mi pequeño regalo de Dios… y me lo habían arrebatado.

¡Era injusto! Apenas habia tenido la oportunidad de vivir. Alce el cuerpo sin vida de mi pequeño hijo, aferrándome a él mientras lloraba desconsolada. Besé su cabecita y le cante una nana mientras lo volvía a depositar en la cuna de la que jamás despertaría. Duerme mi pequeño, el cielo te aguarda.

Todo lo que había soñado, las nanas que esperaba cantarle, las palabras de cariño que quería decirle, verlo despertarse y mirándome con sus ojitos, verlo convertirse en un hombre y formar su propia familia… ser feliz. No tendria nada de eso...

Abrí mis ojos, el cielo tormentoso parecía llorar mi pena. Me adelante un paso más. Los dedos de mis pies envolvieron el filo del risco mientras el viento arremolinaba mi pelo, mezclándolo con la dulce lluvia y la sala ventisca marina.

Me incliné ligeramente, viendo mi final. Las olas se batían con fuerza contra las afiladas rocas de la pared del acantilado. Habría unos cien metros por lo menos de caída, tomaría más tiempo del que esperaba, pero mi final llegaría a fin de cuentas.

Podría volver con mi pequeño… podría sostenerlo nuevamente en mis brazos. Para siempre.

Entonces extendí mis brazos y deje que mi cuerpo fuera llevado por el viento. Entonces antes de que me llegara el final un par de ojos dorados me miraban con tristeza. Los mismos que me habían acompañado y consolado en los momentos más tristes y dolorosos de mí vida.

Carlisle. Pensé antes de que la oscuridad me envolviera.

El fuego me consumía y no había nada que pudiera hacer para evitarlo. ¿Acaso no había escuchado cientos de veces en los sermones de la iglesia que los pecadores van al infierno? Atentar con la vida propia era uno de los máximos pecados. Rechazar la vida que Dios nos había regalado era un acto merecedor del peor de los castigos; el fuego eterno. Y yo lo estaba sufriendo.

No había grito, suplica o sollozo que amainara el dolor.

Y una vez más, cuando mas lo necesitaba, su rostro se apareció ante mis ojos. Tan hermoso, tan magnifico como le recordaba.

Era increíble como, después de tantos años, mi mente se había encargado de atesorar la magnificencia de sus facciones y la profundidad de su voz.

Resiste. No queda mucho. Me susurró.

No entendía completamente el significado de sus palabras, pero verle y escuchar su voz me reconfortaba.

Continuará...

_____________________________

bien chic@s... continuando con la triste pero hermosa historia de Esme y Carlisle que les presenté la semana pasada, aqui está el tercero de cinco... espero que lo disfruten y que las lagrimitas no nublen tanto sus ojos... en la vida todo tiene su recompensa...
cuidense mucho, suspiren y...
Nos leemos en un tris!


Bellany G.
**Eres el amor de mi vida, lo que me mantiene en pie**

Capítulo Doce

Edward POV

La práctica había sido verdaderamente extenuante, pero todo sea por el campeonato. Cuando termine de cambiarme y estaba saliendo de los vestidores, una voz me llamó.

-Ey, Edward…- era Jasper

-Si que pasa…- dije volteándome hacía él.

-Ehh, nada solo que Alice me pidió que te recordara que fueras a buscar a Bella…

-¿Y ella acaso no viene con nosotros?- le pregunté pues estaba dándomelas de chofer personal de mi hermana otra vez, pues su carro se había descompuesto por ¿enésima vez?

-Ehh, no… la invite a salir…- me dijo nervioso.

-Jasper, ¿te puedo preguntar algo?

-Claro, amigo…

-¿Qué sientes por mi hermana?.- le pregunté.

Conocía a Jasper desde hacía mucho tiempo, por lo cual conocía a cada una de sus “conquistas” y como terminaban, por lo que era obvio que no quería que algo así le pasara a mi hermanita.

-De verdad me gusta...- dijo de manera sincera.

-Que bien, no quiero que la hagas sufrir…

-Eso jamás, Edward…

-Eso espero

-Te lo juro…

Camine por los pasillos de la escuela hasta llegar a mi casillero, cerca del aula de música y comencé a guardar los libros que necesitaba para mañana en mi mochila; fue allí cuando la escuche por primera vez.

La voz más dulce y hermosa que había escuchado en toda mi vida, similar al canto de un ángel, no pude evitar acercarme más a la puerta, completamente embobado con esa hipnotizante voz. Tomé el pomo de la puerta, dispuesto a girarla y develar el misterio.

-¡¡Eddie!!- escuche a una estridente voz gritar en el pasillo. Me aparte de la puerta, para voltearme y ver a mi peor pesadilla, perdón, digo a Tanya, me percate que la voz también cesó.

-¿Qué quieres?- pregunté mordaz, no estaba para ser caballero con ella.

-Eh, no, nada… solo me preguntaba- dijo recorriendo mi brazo con uno de sus dedos, con las uñas de un horroroso rosa chillón (N/A: nada en contra del color rosa, ok)- si querías ir al cine mañana conmigo- dijo mirándome a través de sus pestañas, a mi me dieron nauseas.

-Ehh… lo siento Tanya, pero ya tengo planes…

-Ahh…- pareció decepcionada- entonces… te puedo preguntar algo…- dijo tomando mi brazo y llevándome a través del pasillo- Eddie… me preguntaba,¿Cuándo me vas a pedir que te acompañe al baile?...- soltó sin rodeos.

Me quede quieto, esto era mucho, creo que definitivamente estoy de ser caballero con Tanya no estaba dando resultados.

-Nunca…- le dije- No voy a ir… a lo menos no contigo….- La cara de Tanya en ese momento, valía oro, tenía la mandíbula totalmente desencajada por la sorpresa

-Co… como que no, Eddie… somos la pareja perfecta- chilló- tú tienes que ir conmigo…- gritó

-Lo siento- me encogí de hombros-… pero no iría contigo ni en un millón de años…- le dije mientras retrocedía hasta la sala de música.

-¡¡EDDIE!!- chilló de manera estridente, pero la ignore.

Cuando llegue al salón, abrí la puerta y grande fue mi sorpresa cuando lo encontré vacío, lo primero que pensé fue que esa voz había sido producto de mi imaginación, pero cuando me acerque a un viejo estereo que había allí descubrí un CD, lo tome entre mis manos y me decidí a ponerlo para saber de que se trataba. Era una grabación, y en ella estaba cantando esa bella voz nuevamente, había sido real y yo haría cualquier cosa para descubrir a su dueña, cualquier cosa.


Bella POV

Estaba sentada en la biblioteca, esperando a Edward, irónico no, Alice ya se había ido dejándome más que comprometida a acompañarla al centro comercial mañana. Edward entró en la biblioteca y camino hasta donde estaba yo.

-Hola…- saludo

-Hola…

-Bueno, creo que Alice nos abandono.- me reí- ¿nos vamos?

-Seguro…- le dije tomando mi bolso

Cuando llegamos al aparcadero, este estaba casi vacío, lo cual no me sorprendía, Edward caballerosamente me abrió la puerta del auto y luego subió él a su vez.

-Y… ¿Qué tal tu día?...- preguntó. Estaba extraño

-Si… bien… nada fuera de lo común… ¿y él tuyo?- arrancó el carro

-No podría decir lo mismo

-¿Por qué?...

-Por que hace un par de minutos…- dijo volteándose a verme por un momento- rechace a Tanya… quería que fuera al baile con ella… ¿puedes creerlo?

-¿Y le dijiste que no?- pregunté sorprendida, él asintió- ¿Por qué?, no sé yo pensé que ella te gustaba… digo es linda y popular- todo lo totalmente opuesto a mi, me recordé con pesar.

-Claro que Tanya no me gusta, no es mi tipo…- me respondió

-¿Y cual es tu tipo?- pregunté, tal vez demasiado ansiosa.

-Ahh, eso me lo reservo…- me respondió dedicándome una sonrisa torcida- además tengo intenciones de invitar a alguien más al baile.

-Ahhh…- me gire a mirar por la ventana.

-¿Bella?...- preguntó.

-Si…- me giré para mirarle.

-¿Te pasa algo?...

-No, nada…

-¿Segura?

El auto hizo un ruido extraño, semejante a una pequeña explosión, que me sobresalto demasiado.

-¿Qué sucede?- pregunté un tanto angustiada.

-No lo sé…- el ruido de nuevo- espera… voy a estacionarme.

Edward estaciono el carro y se bajo, desde mi asiento vi como abría el capó del auto. Logre ver un gesto de disgusto en el rostro de Edward. Genial ahora Edward tenía el auto descompuesto.

-¿Qué paso?- le pregunté en cuanto entro. Aunque por su rostro sabía que eran malas noticias.

-… El motor, se sobre calentó…- dijo como si le hubieran informado de la muerte de alguien, con un tono demasiado lúgubre; ¿acaso amaba tanto a su auto?

-Y… eso es… ¿grave?...- pregunté

-No, si dejo que se enfrié…

-Y… ¿Cuánto hay que esperar?

-Em… una hora… a lo más hora y media.

¡¿Qué?!...una hora u hora y media, como iba a soportar tanto tiempo a solas con él, tenía miedo de mi misma y de mis estupidas reacciones cuando estaba cerca de él. No sabía que tenía, pero no podía evitar sentirme atraída por él, aunque intentara con todas mis fuerzas lo contrario.

-Umm… ¿te molestaría si pongo un poco de música?

-… Y que tienes en mente… ¿rock o heavy metal?¿o tal vez el nuevo grupo de moda… ¿como se llama…?

-Extraño el concepto que tienes de mi Bella… nunca te han dicho que no se debe juzgar a un libro por su portada…- me dijo con una sonrisita burlona

-Y desde cuando eres un libro-le pregunté graciosa

-¿Me vas a dejar poner el CD?

-Esta bien…

Introdujo el cd en la radio y una bella melodía, que era muy familiar para mí comenzó a inundar el ambiente, los suaves acordes de Claro de Luna.

-¿Claro de luna?- le pregunté con una ceja enarcada.

-Debussy, es mi favorita; tal vez se debe a que fue la primera que logre tocar bien en el piano

Así que Edward Cullen escuchaba música clásica, eso si que era extraño o acaso los atletas del instituto se estaban volviendo cultos. Seguimos en silencio por un largo tiempo más, yo seguía ensimismada en mis pensamientos, y al parecer Edward también.

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lo interesante del cap. ¡¡¡Edward rechazó triunfalmente a Tanya!!!... y como ya me conocen... quiero teorías: de quién será la voz que cautivo a nuestro ojiverde??? (recuerden que aquí es humano XD)... que creen que signifique que haya rechazado a Tanya???...
en fin... cuidense mucho, suspiren (recuerden yo vivo de suspiros) y...
Nos leemos en un tris!


Bellany G.
**Cada instante te amo más**

Capítulo 14. Preparativos

Edward POV

Vale, era por la mañana y estaba literalmente contando los minutos que quedaban para las nueve y treinta y cinco. Pero el día pasado al no poder tocar a Bella me hizo darme cuenta de algo. Realmente echaba de menos tocarla… suena completamente obvio, pero es mucho más profundo de lo que suena. Es decir, echo de menos absolutamente poder cogerla y besarla adecuadamente, pero era mucho más que eso. Echaba de menos poner mis brazos a su alrededor para confortarla cuando se ruborizara, echaba de menos alcanzarla, coger su mano, y entrelazar nuestros dedos. Todas esas cosas me hacían querer abrazarla y nunca dejarla ir.

Ella rodó en la cama y la observé mientras sus ojos se abrían para revelar aquellos profundos fosos marrones que tanto me encantaban “Buenos días” bostezó cuando se sentó y me abrazó. Alcé la mano para detenerla, y vi el dolor del rechazo reflejado en su rostro.

“Sólo un minuto, amor” le dije cuando mis ojos estaban fijos en las 9:34 que decía el reloj. Los números cambiaron y me abalancé sobre ella, lo que la hizo reír tontamente.

“Ahora ese fue un día duro” le dije antes de darle un lento y dulce beso “Me alegro de que terminara”

Ella suspiró “Yo también”

“Knock, knock” dijo Alice “¿Es seguro para entrar?” preguntó con una risa tonta y con las manos cubriéndose los ojos.

Me reí ante lo dramática que era “Sí, es seguro. Debo decir, que estoy un poco ofendido. Creo que tengo un poquito más de autocontrol como para hacerle el amor fuera de aquí” dije.

“Bueno, saltaste encima de mí” Bella rió. Ahí me había pillado.

“Vale, pues los otros y yo ya tenemos plan para este finde” confirmó Alice. Bella y yo nos incorporamos de manera que ella tuviera toda nuestra atención.

“Mañana vamos a ir a Seattle para el fin de semana. Forks es demasiado aburrido y no hay mucho más para hacer allí” explicó.

“Vale, me apunto. Suena divertido” Bella le dijo.

“Lo que significa que yo también me apunto” le dije a mi hermana.

“¡Bien! Bueno, ya que nos vamos mañana, hoy no vamos a hacer nada que no sea preparar las cosas. Lo que significa ¡COMPRAS!” chilló Alice.

“Al – ice” se quejó Bella, alargando su nombre “ya fuimos de compras. Tengo bastante ropa nueva como para el resto del verano” intentó razonar.

“sí, pero vamos a ir a Seattle, así que necesitas ropa de Seattle, no ropa de Forks, eh” Alice dijo como si Bella tuviera que saberlo “así que daos prisa. Nos vamos en una hora” Y con eso, abandonó nuestra habitación.

Bella me miró con una mirada molesta “¿Y eso cómo debo asimilarlo?” me preguntó. Sólo me reí por lo bajo y la besé en la frente.

“Vale. Necesito una ducha. ¿Te gustaría acompañarme?” pregunté. Había estado demasiado cansado anoche para ducharme entonces.

“Nah. Ya lo hice anoche cuando te quedaste dormido. Creo que estoy muy limpia, ya que nada pasó” dijo con una risa.

“Que tu sepas” bromeé.

“Dúchate y así podemos empezar con nuestro maldito día de compras” me dijo. Me quejé y me fui directo al baño.


Bella POV

Me cambié en nuestra habitación mientras Edward se duchaba. Me puse simplemente unos vaqueros azules que Alice compró, así que sabía que los aprobaría y una camiseta de mangas cortas a juego. Estaba segura de que Alice me habría hecho probarme cosas todo el día, y quería asegurarme de que nos fuéramos lo más rápido posible.

Caminé hacia la habitación de Alice, conducida por mi curiosidad “¿Eh, Alice? ¿Qué es lo que quieres decir con ‘Ropas de Seattle’ exactamente?” le pregunté. Básicamente, quería saber cuán reveladores debería esperarme de los conjuntos que me escogiera.

“Bueno, en verdad tengo un fin de semana muy clásico planeado para nosotros. Así que, nosotras las chicas, necesitaremos vestidos, y los chicos podrían usar más ropa también. No sin mencionar que me prometiste salir de marcha conmigo. Necesitaremos un modelito para eso también” explicó.

“Vale, dos cosas, eso no suena muy malo” dije más para mí que para ella.

Ella sólo se rió de mí “¿Dos cosas? Cariño, si piensas que voy a dejarte salir del centro comercial con sólo dos cosas, es que claramente no me conoces. Voy a coger suficiente ‘Ropa de Seattle’ para todo el fin de semana”

Yo sólo la miré con una expresión de la que estaba segura que parecía que iba a llorar ¿Más ropa? Este iba a ser un largo día.

“¿De qué estáis hablando chicas?” Preguntó Jasper cuando el resto del grupo entraba en la habitación de Alice.

“¿Y por qué Bella parece que va a llorar?” preguntó Rose.

“Le estaba explicando lo que son ‘Ropas de Seattle’” contestó Alice con un encogimiento de hombros “Así que, todos estamos aquí… vamos”

Alice insistió en que deberíamos coger tres ropas distintas porque para la cantidad de ropa que estaba cogiendo para mí y ella misma, necesitaríamos aparentemente la habitación. Eso me asustó un poco.

Pero con el maníaco de Edward conduciendo no nos llevó mucho tiempo llegar al centro comercial. Eso era bueno. Me gustaba comparar el centro comercial con una montaña rusa… la parte que más asustaba era la anticipación. El ‘clic, clic, clic’ que el carrito hace cuando estás subiendo la primera vez, miras abajo y piensas ¿Pero qué demonios estoy haciendo? El coche era el ‘clic, clic, clic’ que me hacía preguntarme por qué había aceptado esta forma de tortura. Pero yo estaba ya metida en esto y el carro ya había empezado a subir.

Todos nuestros tres coches sorprendentemente pudieron encontrar aparcamiento uno al lado del otro. Aunque con toda la cantidad de dinero que gastaba la familia Cullen en el centro comercial, estaba sorprendida de que no tuvieran sus propios aparcamientos reservados a la entrada del edificio.

“¡Vamos de compras!” Chilló Alice “Vosotros chicos id a buscar un traje bonito, mientras nosotras buscamos nuestros vestidos” Instruyó Alice, cogiendo mi mano y la de Rosalie.

“¿Qué? ¿No puede Edward venir conmigo?” pregunté, asustada de estar sola con dos maníacas de las compras como eran Alice y Rosalie.

“¡Nop! No quiero que ellos nos vean o vean nuestros vestidos hasta que estemos en Seattle. Ahora, vamos bella”

“Estará bien, amor” Edward me calmaba cuando acariciaba mi pelo “te veré pronto” besó mi frente y fui arrastrada hacia el centro comercial.

Inmediatamente después de que entráramos a una tienda, Alice estaba tirándome vestidos para que me los probara. Después de un par de minutos me di cuenta de que mis manos ya estaban llenas.

“Vale. Pruébate estos, Bella. Rose y yo tenemos nuestros vestidos” dijo Alice. Miré a mi enorme montón de vestidos para ver que ellas tenían un solo vestido en sus manos, y no se los iban a probar.

“¿Chicas podéis pretender que no luciréis fabulosas y probaros los vestidos conmigo?” pregunté. Y aquí estaba, yendo al probador con 20 vestidos cuando ellas no iban incluso a probarse uno.

Rose dio un suspiro fuerte “Bien. Pero sólo porque te queremos”

“Eh, gracias. Chicas sois demasiado amables” dije sarcástica.

Mientras me probaba los múltiples vestidos, Rose y Alice me mostraban los vestidos que habían cogido. A ambas les quedaban geniales. Rosalie tenía un vestido rosa, corto, sin tirantes que era muy mono y coqueto. Mientras que el vestido de Alice era negro con lunares blancos que quedaban muy divertidos.

Después de probarme muchos vestidos que enseñaba más piel de la que yo estaba acostumbrada, finalmente encontré uno del que absolutamente me enamoré. Era de un azul oscuro con un tirante en el hombro izquierdo.

“Este es el vestido” dije cuando salía de los probadores. No les pregunté por sus opiniones. Sabía que a ellas les encantaría tanto como a mí.

“Bella, ese vestido es impresionante” dijo Rose con una sonrisa.

“Te ves despampanante en él” coincidió Alice “ahora, suelta eso y a ver si encontramos algún top para ir de marcha que dejes tumbados a los chicos.”

Hice lo que ellas me dijeron, compramos nuestros vestidos y nos fuimos a la siguiente tienda.

Esta era a la moda. Definitivamente el lugar adecuado para comprar ropa para salir. Por supuesto yo era a la única que le hacían falta. Ellas ya habían ido antes de marcha, esta sería mi primera vez.

Sorprendentemente, sólo les llevó a Rose y Alice 15 minutos para encontrarme un top y algunos buenos apagados vaqueros que abrazaran mi cintura y fueran mucho más bajos que cualquier otros vaqueros que haya llevado nunca.

Cuando pagamos, el teléfono de Alice sonó “¿Hola? Sí. Bueno, en verdad es perfecto. Estaremos en Seattle este fin de semana. Ajá. Excelente. Te veré allí. Guay. Adiós” y entonces colgó.

“Adivina qué. ¡Nos han invitado a una enorme fiesta en Seattle este finde!” Alice empezó a saltar arriba y abajo dando palmadas. Debe ser alguna fiesta importante.

“¿De quién es la fiesta?” preguntó Rose.

“Jessica Stanley. Ya, lo sé, ella es una total bimbo y dios sabe que la odio. Pero dejemos eso de lado, ella da fiestas fantásticas. Además, acabo de ser invitada por Ángela y Ben. Así que si ellos van a estar allí, debe ser divertido”

“¿Ángela?” pregunté. No la había visto ni a ella ni a su novio desde el instituto. Pero siempre me gustaron. Ella era una chica muy dulce.

“sí. Oh, ¡ella y Ben están comprometidos!” Chilló Alice otra vez.

“Oh, guay. No los había visto en mucho tiempo. No puedo esperar para salir con ellos” dije, y por esta primera vez, me encontré emocionada por la fiesta.

“¡Bella! Finalmente puedes ponerte ese vestido blanco que tienes! Alice me lo enseñó. Es un vestido muy sexy” Rose dijo con entusiasmo… oh Dios, Alice se estaba frotando contra ella.

Yo sólo asentí con la cabeza y dejé ir todo lo que dijeran. Para esa hora ya estábamos de vuelta a la entrada del centro comercial, y vimos a los chicos acercándose, cada uno con una bolsa de ropa.

“Chicos, ¿Adivinen qué?” Entonces Alice se lanzó a contar los detalles de la fiesta a la que habíamos sido invitados. Todos aceptaron en ir.

Pero, Alice era Alice, y tuvimos que hacer unas cuantas más compras antes de irnos. La mayoría de las compras habían sido para mí y tenía muchas bolsas, Edward y Emmett tuvieron que ayudarme a llevarlas.

Pero finalmente, después de cien bolsas de compras, y con más ampollas en los pies, Alice nos dio permiso para irnos. Yo prácticamente salí corriendo del centro comercial y entré al Volvo.

“Y ¿Cómo fueron tus compras?” le pregunté a Edward.

“No tan lleno de experiencias como la última vez” dijo con una sonrisa “¿y las tuyas?”

“¡Ugh! Había muchísimos vestidos. Pero al final encontré uno que me gustara” le dije.

“¿Me lo vas a describir?”

“Lo siento, las órdenes de Alice dicen que no puedo. Aparentemente, vosotros chicos no podéis saber cómo son hasta que los llevemos puestos” él sólo se rió por lo bajo de mí.

“He estado intentando pensar en una manera de escapar de los otros cuando estemos en Seattle. Hay un par de buenas librerías que pensé que te gustarían” dijo cuando me empujó hacia el camino de entrada.

“Oh, eso sería genial. Necesito desesperadamente nuevos libros”

Todos descargamos las bolsas y nos fuimos a nuestras habitaciones para hacer las maletas para el viaje. Mañana sería jueves y nos iríamos muy temprano. Contra más cerca estuviera, más emocionada que estaba yo.

Cuando era la hora de irse a la cama, apenas pude estarme quieta. Edward tuvo que recurrir a tararearme algo que finalmente me calmó.

Pero pasé la noche pacíficamente, me levanté y estuve lista para las ocho y media… a la hora en que habíamos acordado en salir.

Emmett, Rosalie, Jasper y Alice cogieron el jeep. Edward y yo decidimos conducir separados así podríamos escaparnos luego para mirar esas librerías.

Empecé a meter maletas en el Volvo, pero Edward cogió mi muñeca para pararme. Lo miré y él sólo me sacudió su cabeza.

“¿Qué?” pregunté.

“No vamos a llevar el Volvo. Este es un fin de semana especial. Nuestro primer fin de semana fuera juntos. Eso llama a un coche especial. Vamos a llevar el Aston Martin

Nunca había montado en él, aunque lo había visto muchas veces, y lo tenía que admitir, era el coche más sexy que había visto nunca.

“Este es un coche sexy, Edward” le dije y él se rió.

No solamente era sexy, sino que se conducía de ensueño. Era silencioso y aceleraba impresionantemente, haciendo que el viaje hasta Seattle fuera en poquísimo tiempo.

Aparcamos en el parking del hotel junto con el jeep que llegó momentos después que nosotros y fuimos a recepción. Vigilaba las maletas mientras los otros comprobaban nuestras habitaciones. Tuvimos tres habitaciones diferentes, una para cada pareja.

“Hola señorita. ¿Le ayudo con las maletas?” un hombre joven sobre mi edad preguntó educadamente.

“Sí, la verdad es que estaría fantástico. Gracias”

Empezó a llevar las maletas a un carro. “Y ¿Qué es lo que la ha traído a Seattle?” Preguntó.

“Oh, mis amigos y yo” los señalé enfrente del mostrador “decidimos pasar aquí el fin de semana” expliqué.

“Oh, ¿Dónde vive?”

“Forks. Pero mis amigos son un poco demasiado aventureros para una ciudad tan pequeña” dije con una risa.

“Bueno, Seattle tiene mucho que ofrecer a una chica tan guapa como tú. Creo que mejoraría la vista un poco con tu belleza”

Mis mejillas se sonrojaron “Gracias” fue todo lo que pude decir, sintiéndome un poco incómoda.

“Amor, tengo la llave de nuestra habitación” dijo Edward caminando hacia mí “¿Quién es tu amigo?” preguntó.

“Oh, um… Lo siento no pregunté su nombre” dije al muchacho. Miré a su etiqueta del hotel. “Jacob. Jacob, este es mi novio, Edward. Edward, Jacob estaba ayudándome con las maletas”

“Gracias” Edward dijo con una sonrisa.

“No hay problema. Es lo mínimo que puedo hacer por una chica bonita. Aunque se merece mucho más servicio del que yo puedo ofrecerle” dijo con un guiño.

“oh, no se preocupe, estoy seguro de que yo puedo ofrecerle todo el servicio que ella necesita” Edward dijo en su sexy voz antes de darme un rápido beso en el cuello.

Jacob entrecerró sus ojos a Edward, y yo de repente me sentí confundida por lo que estaba pasando.

“¿Qué habitación?” preguntó Jacob a Edward fríamente.

“La suite Penthouse” Contestó Edward cuando los tres caminábamos hacia los ascensores, dejando a los otros aún en la cola esperando a sus llaves.

El rato que estuvimos en los ascensores fue bastante incómodo para mí, pero quizás yo era la única que sentía la tensión. Las puertas se abrieron y caminamos hacia la puerta de la habitación.

“Gracias por tu ayuda Jacob” dije cuando empujó el carro a nuestra inmaculada suite y Edward bajó las maletas del carro.

“Confía en mí, ha sido un placer” contestó “Y si necesitas alguna ayuda con lo que hacer en Seattle, estoy aquí para ti” añadió antes de irse.

Empecé a deshacer mi maleta “Edward, ¡Esta suite es impresionante!” dije cuando colgué mis vestidos en el closet.

“Alice dijo que sería un fin de semana clásico” dijo con una risita.

“Eh, llamémoslos y vayamos a la piscina un ratito” sugerí. Él asintió.

Decidimos encontrarnos en quince minutos en recepción juntos. Edward y yo nos cambiamos rápidamente, a tiempo de escuchar que alguien pegaba a la puerta. Por supuesto, ahí estaba todo el mundo y nos encaminamos hacia la piscina.


Edward POV

La piscina estaba vacía excepto por unas pocas otras personas jóvenes-adultas. Recé porque nadie sugiriera las luchas de gallos otra vez y para mi alivio, el tema no salió nunca, Pasé la mayor parte del tiempo sosteniendo a Bella en mis brazos y besando el comienzo de su cuello.

Decidimos hacer un rápido juego de Marco Polo. Bella fue una de las primeras. Giró en círculos cuando contaba hasta diez con los ojos cerrados.

“Marco” chilló

“Polo” todos gritamos.

Por cinco minutos, el juego consistió en Bella vagando alrededor de la piscina y agarrando aire mientras el resto de nosotros intentaba desesperadamente no reír. Pero finalmente, ella empezó a pillar gente uno a uno hasta que yo fui el único que quedaba.

No pude evitarlo, tenía que tentarla un poquito, y con unos cuantos rápidos reflejos, no estaba realmente preocupado por ser pillado.

“Marco” llamó.

Estaba de pie detrás de ella, y susurré “Polo” seductivamente en su oído. Ella se giró para pillarme, pero fui más rápido y me quité de su camino.

Silenciosamente me moví detrás de ella otra vez “Marco”

“Polo” susurré otra vez, cuando dejé que mis dedos tocaran sus muslos.

Otra vez ella se giró y otra vez me escapé. Pero ya era suficiente. Terminé de jugar a este juego.

“Marco”

Me puse de pie directamente enfrente de ella y me incliné de manera que mis labios estuvieran a milímetros de los suyos “Polo” susurré otra vez.

Ella me besó y pasó sus brazos por mi cuello. La levanté y puso sus piernas alrededor de mi cintura.

“Creo que te tengo” dijo cuando se apoyó su frente junto a la mía.

“Y yo no creo que haya sido tan feliz de perder” contesté.

“Vale, suficiente, vosotros dos” Jasper interrumpió.

Estuvimos nadando un rato y luego nos fuimos al jacuzzi por otro pequeño ratito, antes de volver a nuestras habitaciones.

“Vale, todas las chicas coged vuestros vestidos y venid a mi suite” Alice ordenó “Y no se permiten chicos”

Teníamos reserva para un extravagante restaurante esta noche y yo estaba bastante emocionado de ver a Bella en el vestido que eligió. Así que los chicos y las chicas iríamos por separado para prepararnos. Pobre Bella que probablemente estará expuesta a la tortura de mi hermana.


Bella POV

Así que, la tortura estaba por empezar. Es mejor que esto merezca la pena.

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Chic@s mil perdones por haberl@s dejado sin actualizaciones ayer... la verdad es que el viernes fue uno de los peores días de mi vida... bueno mi mamá sufre de una enfermedad llamada 'vertigo' y tiene problemas con la presión, por lo que ese día por la tarde tuvo un desmayo y tuve que llevarla de urgencia al médico, mmmm pues nada que se quedo dos días ahí por observación y afortunadamente hoy hace como una hora ya esta en casita...
disculpenme pero es que no tenia cabeza para mucho y al único que pude decirle fue a Diego, entonces ni mi nena sabía como para poder decirles (perdoname Nenita, te prometo que no lo vuelvo a hacer)... saben que l@s quiero mucho y que no soy de las que deja botadas las cosas pero esta vez fue más fuerte que yo...
y bueno, por favor tenganme un poquito de paciencia con las actualizaciones por que estoy sola con ella (soy hija unica y papá esta en el trabajo) y tengo que vigilar que la presión siga normal y que no se para de la cama (es tan terca como yo) pero tengan por seguro que hoy les recompenso, no se la hora pero seguro que lo haré...
cuidense mucho, suspiren y...
Nos leemos en un tris!


Bellany G.
**Gracias amor por darme tu luz**

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