domingo, 4 de octubre de 2009

Capítulo 15. Noche En Vela En Seattle

Bella POV

Al menos esta vez estaba preparada para el remodelaje que Alice y Rose iban a hacerme. De hecho, si pudieran hacerme parecer tan fantástica como el vestido que llevaría, diría incluso que estaba feliz... pero nunca lo admitiría delante de ellas.

Agarré mi vestido del armario y fui hacia Edward antes de encaminarme a la habitación de Alice.

“No me parece justo. Hoy puedo tocarte y no he tenido mucho del ‘tiempo para tocar a Bella’.” Dijo con un mohín. Sabía que estaba disgustado, pero se veía tan condenadamente mono con ese falso puchero, con su labio inferior sobresaliendo un poco. Lo cogí con mis labios y le di un beso lento.

“Te prometo que tendremos más ‘tiempo para tocar a Bella’.” Dije con una risa. “Pero si queremos ir a esta cena, y yo la verdad es que sí porque me encanta mi vestido, entonces necesito ir y dejar a Alice y Rose hagan lo que quieran conmigo.” Le dije.

Me atrajo a su pecho y susurró “Prefiero ser yo quien haga lo que quiera contigo.”

“Edward,” gemí, “me estás haciendo muy difícil que me vaya. Te quiero, pero tengo que ir.” Dije mientras lo apartaba a regañadientes de mí.

Fui hacia la habitación de Alice sin mirar atrás donde estaba segura que había un enfurruñado Edward.

“Ya era hora.” Dijo Alice con un tono exasperado. “Bueno, vamos, necesitamos ponerte tan increíble como el vestido.”

“Esperaba que dijeras eso.” Dije con una sonrisa.

“¿Eres tú?” Preguntó Rose. “Hey Alice, ¿soy yo, o ha sonado como si estuviera realmente emocionada por esto?” Se rió.

“Vale, calmaos. Solo voy a ser comprensiva este fin de semana porque suena muy divertido. Así que, venga, manos a la obra.” Les dije.

“Sí, señora.” Alice me hizo un saludo militar.

Y entonces, se pusieron al trabajo. Alice me maquilló mientras Rosalie me ondulaba el pelo en suaves ondas. Ella apartó el pelo de mi hombro izquierdo peinándome un flequillo ladeado hacia el mismo lado. Sujetó el lado derecho con un simple, pero bonito, broche de diamantes.

Alice me maquilló totalmente elegante. No era demasiado, pero me hacía verme nueva. Tenía un suave brillo marrón en los párpados con lápiz de ojos por encima. Por supuesto, me puso rimel pero dejó el colorete fuera sabiendo que yo era buena en ese tema. Puso a mis labios un tono rosa pálido con una capa de brillo encima.

“¡Ta-chán!” Dijo Alice cuando hubo acabado. Las dos se apartaron y admiraron su trabajo.

“Tengo que admitirlo, vosotras sabéis lo que hacéis.” Dije mirando la transformación en el espejo.

“Lo sabemos. Ahora ponte el vestido.” Dijo Rose. Obedecí y cuando salí del cuarto de baño las dos estaban perfectas y listas para irse. No era justo.

“Wow, estás preciosa, Bella.” Exclamó Alice.

“Igual que vosotras.” Repliqué... como si no lo supieran. Sabía que no me podía comparar con ellas, pero era la primera noche de mi vida que me sentía como una princesa de hoy en día. Como si fuera un cuento de hadas demasiado bueno para ser verdad. Estaba en una gran ciudad con amigos geniales, un novio perfecto, y un increíble vestido.

“Bueno, ahora solo tenemos que esperar a los chicos.” Dijo Rose. “Conociendo a Emmett, probablemente van a tardar. Lo juro, este chico tarda más en arreglarse que yo.”

Pero ella estaba equivocada y un golpe llegó desde el otro lado de la puerta. La abrí y un poco de baba pudo habérseme caído. Edward estaba absolutamente delicioso en el tradicional traje negro con una camisa blanca debajo. Pero tres de los botones estaban abiertos revelando su pecho divino ya que no llevaba corbata.


Edward POV

“Emmett, vamos.” Grité a mi hermano. Lo juro, tarda más que Rose en arreglarse.

“Vale, vale. Supongo que estoy listo. Vamos.”

Caminamos a la suite de Alice y llamé a la puerta, que abrió Bella.

Era una visión. Estaba preciosa, maravillosa, radiante... y muchas más palabras que podía pensar en ese momento. Su vestido se ajustaba a cada curva de su increíble cuerpo y estaba real y literalmente que quitaba la respiración. De verdad, tuve que recordarme a mi mismo cómo se respiraba.

“Bella, estás sensacional.” Dije finalmente después de mirarla fijamente durante un largo rato.

“Tu también estás impresionante.” Dijo con un guiño.

“Bueno señoritas, ¿nos vamos?” Preguntó Jasper ofreciendo su brazo para que Alice se cogiera. Lo hizo y ellos bajaron al hall, seguidos de Emmett y Rose, y por último de mí y mi Bella.

Fuimos al ascensor y nos encaminamos a la planta baja. Pero cuando las puertas se abrieron, gruñí internamente. Jacob estaba en el vestíbulo. No era un mal chico, realmente, hasta que dio con mi novia. Y aparentemente, la suerte no estaba conmigo, porque su cabeza se giró y sus ojos fueron directos a Bella.

“Bueno, diré. Si es posible que estés todavía más guapa de lo que estabas esta mañana.” Dijo caminando hacia nosotros. Los demás se pararon y nos miraron.

“Jacob.” Saludé todo lo educadamente que podía dadas las circunstancias.

“Edward.” Respondió fríamente.

“Bella, vamos, deberíamos irnos.” Le dije dulcemente.

“¿Bella? Qué nombre tan perfecto para tanta belleza.” Replicó Jacob con una sonrisa en su dirección, lo que, por supuesto, la hizo sonrojarse y apartar la mirada.

“Tan divertido como que tenemos una reserva. Buenas noches, Jacob.” Dije fríamente. Vale, estaba equivocado, no me gustaba.

Tiré de Bella hasta que estábamos fuera del hotel. Abrí la puerta del Aston Martin para ella y cuidadosamente se subió. Caminé al lado del conductor y le dí un rápido vistazo a ella antes de arrancar el coche y empezar a conducir. Mientras conducía, sujetaba su mano y ella entrelazó nuestros dedos, haciendo que una sonrisa cruzara mi cara.

El camino se pasó en un cómodo silencio y llegamos al restaurante en cuestión de minutos. Salí, abrí la puerta para Bella y le dí al aparcacoches las llaves, quien me dio un ticket pero no sin antes dedicarle a Bella una mirada.


Bella POV

El restaurante era absolutamente precioso. Era el sitio más elegante que había visto jamás. Había velas por todas partes.

“Tenemos una reserva a nombre de Cullen.” Dijo Emmett a la camarera que nos miró intimidada.

“Um... vale, si. Por favor síganme.” Dijo mientras nos guiaba hacia una mesa para seis. Todas las mesas, incluida la nuestra, estaban cubiertas de blancos manteles, con velas ardiendo en el medio de la mesa. En medio de la zona del comedor, el suelo estaba despejado de mesas y el suelo de parqué daba una idea de ser una pista de baile.

Al lado, había una orquesta para el baile.

“Este sitio es alucinante.” Dije mientras Edward me retiraba la silla antes de sentarse a mi lado.

“Y lo mejor de todo es que tú estás aquí.” Dijo besándome la mano.

El camarero vino y nos tomó nota y poco después teníamos nuestra comida. Yo había pedido el bistec y estaba fantástico. Además decidimos que íbamos a darnos un capricho, y nos pedimos también postre. Edward y yo compartimos un pedazo de tarta de queso con chocolate y frambuesa que estaba de muerte.

“¿Te gustaría bailar?” Me preguntó cuando acabamos con el postre.

“No sé, Edward. Son tacones muy altos.” Le dije.

“¿Qué fue todo lo que oí sobre clases de baile? Además, está todo en el que guía.” Dijo con un guiño.

Me rendí y me levanté y me bajé de la silla. Edward me tomó la mano y me guió a la pista de baile, donde me giró para encararlo. Nos deslizamos, con más elegancia de lo que había creído posible, en círculos por la pista solo mirándonos el uno al otro, hasta que noté que otras personas empezaron a unirse a nosotros. Inspeccioné un poco para ver a Alice y a Jasper y a Rosalie y a Emmett dando vueltas con todavía más gracia que Edward y yo.

Bailamos por un rato hasta que pareció que toda la zona del comedor decidió bailar con nosotros. Llegó un momento en que una señora mayor preguntó si podía interrumpirnos y bailar con Edward. Yo me reí y accedí. Regresé a la mesa para ver el espectáculo. Él era realmente un caballero dándole conversación a la señora y varias veces en un rato los vi riéndose juntos, lo que me arrancó una sonrisa.

“Disculpa pero, ¿querrías bailar conmigo?” Me preguntó un hombre. Tenía el pelo oscuro y perilla. Aparentaba mas o menos 25 y era bastante atractivo (podía haberlo sido de todos modos si no hubiera tenido a Edward para compararlo con él). Accedí y nos unimos a los demás en la pista. Me preguntó preguntas simples como mi nombre y qué estaba haciendo en Seattle. Me preguntó sobre Edward y si estaba soltero. Me reí de eso.

“Estás bailando conmigo para acercarte a mi novio.” Me reí y fingí estar dolida.

Se rió de mí. “Lo siento, ¿está mal?” Me preguntó.

“Nah, lo entiendo totalmente. Es muy guapo.” Dije con mi voz soñadora.

“No estás mintiendo.” Dijo, lo que me hizo reír otra vez.

“¿Cómo te llamas?” Le pregunté.

“Brett.” Respondió.

“Vale, Brett, te diré que haremos. Si Edward me deja, te lo mandaré.” Dije con una risa.

“Supongo que no tú no le dejarías solo para ser buena conmigo, ¿verdad?” Bromeó.

“Lo siento, pero vas a tener que esperarle por un rato.” Sonreí.

“Es un hombre muy afortunado.” Me dijo.

“Creo que lo que quieres decir es que yo soy una mujer afortunada y que estás celoso.” Repliqué.

“Cierto.” Admitió riéndose entre dientes. “Pero eres una chica fantástica. Realmente asombroso.”

“Sí, lo es.” Dijo Edward aproximándose a nosotros, ahora ya separado de la mujer mayor.

“Estaba simplemente explicándole a Bella lo afortunado que eres.” Le dijo Brett a Edward cuando tomó mi mano.

“Créeme, lo sé.” Edward me sonrió.

“Gracias por el baile. Ha sido un placer.” Le dije.

“Créeme cuando te digo que el placer ha sido todo mío.” Dijo. Entonces, se inclinó para que solo yo pudiera oírle. “Sé que las cosas entre vosotros funcionarán, pero si por cualquier milagro no es así, mándamelo.” Dejé escapar una sonora carcajada y Brett se fue.

Edward me envolvió sus brazos alrededor de mi cintura y yo envolví los míos en su cuello y empezamos a mecernos con la música.

“¿De qué iba todo eso?” Me preguntó Edward.

“Oh, ¿Brett? No era nada.” Dije encogiéndome de hombros.

“No parecía nada. ¿Lo encontrabas atractivo, Bella? Puedes decírmelo. No me enfadaré.”

Otra vez estallé en carcajadas.

“Bella, esto no es gracioso.” Dijo con un suspiro. Cuando vio que no paraba de reírme continuó. “Honestamente, Bella, qué es tan divertido.”

“No me atraía él. Cielos, él no estaba interesado por mi.” Repliqué cuando por fin acabó el ataque de risa.

La frente de Edward se arrugó. “¿Qué quieres decir?”

“Edward, estaba interesado en ti.” Le dije dejando escapar una gran risotada. “Y supongo que tengo que contarte que si las cosas entre tú y yo no funcionan, deberás darle a Brett una oportunidad.”

Edward se rió entre dientes. “Aunque la oferta sea muy tentadora, creo que estoy perfectamente contigo.”

“Bueno, estoy complacida. Pero no creo que Brett se ponga muy feliz.” Le dije.

“Vaya, tendré que pedirle disculpas. Pero ya encontré a mi alma gemela.”

“¿Alma gemela? ¿Eso es lo que somos?” Bromeé.

“Me gusta pensar eso.” Se inclinó más cerca de mí y sus labios se juntaron con los míos. Y justo cuando estábamos entregados al beso...

“Hey chicos, tenemos que ir yendo.” Gorjeó Alice.

“Alice, nunca he conocido a alguien más inoportuno.” Le dije mientras me alejaba de todo Edward menos de sus manos.

Cuando caminamos a la salida, vi Brett y me guiñó cuando pasábamos de largo. Era un chico divertido. Esperaba que algún día me lo volviera a encontrar. Y aunque sabía que Edward no era gay, me seguía sintiendo un poco amenazada por el hecho de que alguien más quisiera a mi Edward. Hombre o mujer, no importaba. Supongo que estaba siendo un poco posesiva.

“Hey, estábamos pensando en pasar por un bar para tomar unas bebidas y jugar un poco al billar.” Nos dijo Emmett a Edward y a mí cuando el aparcacoches nos dio los coches.

“¿Vestidos así?” Le pregunté

“Seh, estará bien. No te preocupes.” Me aseguró Rose.

“Vale, me apunto.” Dije.

Y así nos fuimos al bar llamado “Casualidades”. Y justo como esperábamos, tan pronto como entramos, todos se nos quedaron mirando. Por supuesto ellos iban en vaqueros y camisetas mientras que nosotros íbamos arreglados. Los chicos simplemente se quitaron las chaquetas de traje y caminaron hacia el bar.

“Ya lo sabes, nosotros no tenemos que jugar a los dardos.” Dijo Edward inclinándose hacia mí.


Edward POV

Me acordé de que la última vez que quisimos jugar a los dardos, ese idiota del camarero empezó a decirle cosas verdaderamente inapropiadas a Bella.

“Mi oferta sigue en pie. Si no hay nadie en el perímetro que pueda herir, me apunto.”

La besé en la coronilla. “Disculpe, ¿puede darme unos cuantos dardos?” Le pregunté a una señora detrás de la barra.

“Claro.” Dijo y me dí cuenta de que me estaba mirando más fijamente de lo necesario. Pero me dio los dardos sin decir nada más. Guié a Bella a la diana de dardos.

“¿Sabes como jugar?” Le pregunté.

“¿Apunto al centro?” Preguntó. Me reí de ella.

“Sí, suficiente. Aquí,” le tendí sus dardos negros “tú primero.” Le dije.

Ella se quedó detrás de la línea de cinta adhesiva del suelo y miró hacia la diana. Perezosamente lanzó su mano hacia atrás y la dejó volar hacia adelante. Pasó rozando la máquina, dio en la pared de al lado, y volvió volando hacia ella.

Ella saltó y dejo escapar un pequeño gritito. No pude evitar reírme de ella.

“Te dije que no había hecho esto nunca.” Me dijo uniéndose a mis risas.

“Vale, aquí. Te ayudaré.” Fui detrás de ella y con una sacudida tiré de su cuerpo haciendo que chocara con el mío y que ella jadeara. Sonreí al sonido y la sensación de su cuerpo. Tomé su mano derecha, que sujetaba el dardo, y suavemente lo adelanté. Ella dobló su codo conmigo y cuando volví a atrasar su mano, giró la cabeza para mirarme.

Sin quitarle los ojos de encima, tiré su brazo hacia delante y ella dejó ir el dardo. La acerqué a mí y la besé apasionadamente.

“Tío, ¿cómo has hecho eso?” Oí gritar a Jasper. Me alejé de Bella y seguí su mirada a la diana para ver la cola del dardo que estaba exactamente en el medio de la diana.

Yo simplemente me reí entre dientes. “No lo sé. No estaba justamente prestando atención.”

“No es justo. Tú das en el clavo aún sin estar mirando y yo no puedo dar en la diana cuando disparo.” Se compadeció Bella.

“Bella, no seas absurda. Todo el mundo sabe que no estabas disparando.” Bromeé ganándome un juguetón manotazo en el brazo.

El rato en el bar siguió despreocupado como hasta entonces. Bella y yo jugamos a los dardos mientras los otros estaban en la mesa del billar. Ella solo golpeó a una persona con su dardo. Después de eso, ella rozó la diana cinco veces y dio en la diana once. Aparte de eso, todos aterrizaron en la máquina.

Pero decidimos irnos, teniendo lleno nuestro cupo de agitación y diversión por un día. Por no mencionar que Alice planeaba hacernos salir por clubs mañana. Así que abrí la puerta de mi Aston Martin para Bella y ella se subió.

Estábamos de vuelta al hotel en un momento. Bella fue directa a la cama y se sentó en ella. “Gracias a Dios puedo deshacerme de estos malvados zapatos.”

Yo simplemente me reí y fui hacia ella. Agarré su pierna y miré como su vestido caía alrededor. Le quité la correa de los zapatos y suavemente se los quité.

“Sabes que puedes ayudarme con este vestido también.” Susurró en mi oreja. Mis manos fueron directamente a su espalda y me concentré en bajar la cremallera insoportablemente lento. Mi mano derecha acarició su clavícula y aparté el tirante de su hombro izquierdo. Puse mis manos en sus lados y las deslicé hacia abajo, llevándome el vestido conmigo.

Mis ojos vagaron por su precioso pecho desnudo y se detuvieron en su cara angelical. Sus ojos estaban bajos y enfocados a los botones de mi camisa, que empezó a desabrochar. Cuando sus manos habían hecho todo el descenso, las presionó contra mi pecho y me quitó la camisa.

Entonces sus manos empezaron a desabrochar lentamente mis pantalones. Cuando sus manos llegaron a la cremallera, yo estaba ya listo para ella. Su mano izquierda me acarició la cara mientras su mano derecha bajaba la cremallera de los pantalones. Cayeron con suavidad al suelo. Me alejé de ellos y me acerqué a ella, con nuestros pechos desnudos presionándose.

Besé la comisura de su boca y su labio inferior, antes de atacar completamente su boca. Ella se aferró a mí y yo hice lo mismo con ella mientras la llevaba de espaldas hacia la cama. Cuando sus rodillas dieron en ella, cayó de espaldas, haciendo que yo me derrumbara encima de ella.

Mis manos deambularon por todo su cuerpo mientras movía mis labios hacia su cuello. Sus costados, su vientre plano, sus pechos... Oh dios, sus pechos. Mis manos no querían moverse de ahí pero lo hicieron cuando decidí dejar que mi boca los probara.

Suavemente mordí su pezón erecto y lo lamí, haciendo que ella soltara ese delicioso gemido. Dios, he vivido para oír este sonido. Deslicé su tanga por sus piernas y lamí los pliegues de su ingle, ya siendo capaz de oler su excitación, lo que solo aumentó la mía. Le dí un rápido lametón a su clítoris, ganándome un gemido y entonces deslicé mi cuerpo de vuelta encima de ella.

“Te quiero tanto...” Le susurré al oído y besé el lóbulo.

“Yo también te quiero” Dijo, atrayendo mi boca a la suya.

Me coloqué en su entrada y lentamente me deslicé. Ella me había torturado el otro día y ahora, era mi turno de devolverle el favor. Lo hice dolorosamente lento.

“Más, Edward.” Dijo sin aliento mientras envolvía sus piernas alrededor de mi cintura. Era demasiado difícil mantener el control. Quería sentir más fricción, pero quería hacerle suplicar.

Aceleré, pero solo ligeramente, moviéndome afuera y adentro de ella.

“Más rápido, oh dios, por favor, más rápido.” Se quejó.

Apoyé mi cara en la suya cuando ella empezó a restregar sus caderas contra las mías para conseguir la deliciosa fricción. Ella dejó escapar un gemido frustrado.

“¿Qué es lo que quieres?” Pregunté contra sus labios.

“Edward.” Fue todo lo que ella pudo decir y continuó moviendo las caderas.

“Suplícalo.” Dije mientras la besaba.

“Edward, por favor. Por favor, fóllame más fuerte... más rápido.”

Era todo lo que necesitaba. Aceleré el ritmo inmediatamente notando sus estrechas paredes a mi alrededor, mojándome.

Fui más rápido y más fuerte, oyendo el sonido de piel golpeando contra piel. Por último la sentí explotar y yo me vine después de la siguiente embestida mientras gritaba su nombre y me derrumbaba encima de ella. Nos giré para que ella estuviera encima de mí.

Levanté la vista hacia ella y recorrí con mis dedos su espalda, notando un ligero rastro de sudor.

“Eres muy mezquino.” Dijo jadeante.

“Tu también lo fuiste.” Le recordé.

“Bien. Por favor, dime que entonces estamos en paz.” Rogó.

“Vale, estamos en paz.” Accedí.

Ella empezó a besarme el pecho. Cuando me mordió el pezón dejé escapar un siseo entre dientes. “Bella, lo estás pidiendo.” Le advertí.

“¿Qué estoy pidiendo?” Preguntó seductoramente mientras llevaba los besos hacia abajo. Mi cabeza se inclinó hacia atrás y un pequeño gemido escapó de mis labios.

Ella volvió a mi altura y mordió mi oreja. “¿Qué estoy pidiendo?” Repitió y después succionó mi lóbulo.

La cogí por los hombros y nos giré bruscamente.

“Tú, amor mío, estás pidiendo una segunda ronda.”


*Suspirines:
Vestido de Bella: http://www.shopdress.com/Detail.bok?no=1929
Vestido de Alice: http://www.shopdress.com/Detail.bok?no=2883
Vestido de Rose: http://www.shopdress.com/Detail.bok?no=3335

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bien chic@s no se quejen que esta cap ha estado celestial!!!... ya saben este es un fic clasicación "necesito una ducha fría urgente!!" jajaja y la mayoría de los capítulos van asi, rojo pasión!! ... aqui (solo aqui vale) si aplica lo de 'la venganza es dulce' jejejeje... quien no se quiere vengar asi??? mmmmmmm... y por dios!!!! que puntería!!!!... con los dardos claro... jejejejeje
no se olviden de suspirar por que si no yo pienso que no les gusta y eso me deprime...
cuidense mucho mucho y...
Nos leemos en un tris!!!


Bellany G.
**El deseo me consume... y por cierto el futbol es mi enemigo jum!**


ahh!! chic@s los links son para que puedan ver por que Edward babea totalmente por Bella en su vestido azul (claro tambien Jasper y Emmett estan en la misma situación por sus respectivas ovejas jejeje)...

3 Comments:

  1. Ninive said...
    wwwooooowwww! en una de estas cometo una locura y la culpa la vas a tener tú, en cuanto a la punteria de Edward ... en fin como sea algo parecido a los dardos, Bella lo tiene muy mal, con esa punteria salen unos niños preciosos. Besos y suspiros para todas
    Anónimo said...
    nena cullen : bellany te as propuesto acabar con mi autocontrol como el de bella por que solo te puedo dicir de este capitulo guuuau esto a estado genial muchussuspiros de chocolate para ti
    Anónimo said...
    Mis niñas este fic esta de a muerte, mira que tenemos que tener un autocontrol del que no tienes idea, EDWARD ahhhhhhhhhhhh, lo amo, suspiros vengativos, jajaja, xoxo

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