miércoles, 16 de diciembre de 2009


Capítulo 6. Conversaciones


Bella POV

Edward seguía pidiéndome perdón entre sollozos y eso me partía el alma, él siempre me ha parecido un ángel y los ángeles no deben llorar.

-Shhh!, Edward cálmate, todo está bien— le dije acariciando su broncíneo cabello. Trate de aflojar el agarre que tenía en torno a mi cintura para poder arrodillarme junto a él.

Al quedar casi a su misma altura, el dejo caer su cabeza para que no pudiera verle la cara, yo tome su bello rostro entre mis manos y limpie las lágrimas que aun corrían por sus mejillas. Trate de encontrarme con su mirada pero me rehuía.

-Edward, mírame- él seguí con la mirada perdida.

-Edward, por favor mírame— no tuve ninguna respuesta, me empezaba a sentir molesta, porque tenía que culparse de todo, yo sabía que él no es una mala persona, es solo un hombre que perdió el control de sus actos, eso no borraba la imagen que tenia de él, pero Edward al parecer es muy terco, así que se lo iba hacer entender, lo quisiera o no.

-Edward, Edward— nada, ahora si estaba molesta.

-Edward Cullen, mírame maldita sea, no tienes motivos para estarte torturando. — Su mirada se encontró con la mía, se veía asombrado, al parecer no esperaba esa reacción de parte mía.

-Lo que te hice no tiene perdón, Bella, pero aun así, busco tu perdón— dijo mientras otra lagrima caía de sus mejillas.

-Edward, yo ya he asumido lo sucedido, no tengo que perdonarte nada, porque sé que el hombre que me ataco anoche, no eras tú. No es que te conozca mucho, pero con el poco trato que hemos tenido me he dado cuenta que eres un hombre noble y de buenos sentimientos. No te puedo culpar por algo sobre lo que no tenías control. Quiero darle vuelta a la página y tratar de olvidar lo sucedido, para poder seguir con mi vida. Tú buscas mi perdón, pero yo creo que debes buscar tu propio perdón, porque mientras no te perdones a ti mismo, no podrás dejar atrás lo sucedido— Tenia que ayudarlo a dejar de sufrir, el no puede seguir cargando con esta culpa, que lo está consumiendo.

Podía ver en sus ojos que mis palabras estaban haciendo efecto, el tenía que volver a ser el hombre en el que base al vampiro de mi libro, claro que deje un poco suelta mi imaginación, Edmund es simplemente perfecto. Mis labios se tornaron en una involuntaria sonrisa, genial, Bella, ahora el hombre debe pensar que estás loca.

-Me tienes en muy alta estima, Bella, pero tienes razón yo no soy ese hombre, pero quisiera que me conocieras. Déjame tratar de explicarte por que sucedieron las cosas, tienes que saber los motivos que hicieron que anoche me convirtiera en esa deplorable criatura.— dijo esto tomando mis manos entre las suyas, volví a sentir como si una corriente electica recorriera mi cuerpo, al perderme en esos ojos verdes, sentía mariposas llenando cada espacio de mi estomago.

Solo logre asentir levemente con mi cabeza. El se veía nervioso

-Veras Bella, como te explique mis padres me criaron como un caballero, algo a la antigua por decirlo de alguna manera, no creo en el sexo fuera del matrimonio, por eso aunque vivía con Tanya, teníamos nuestros límites.—hizo una mueca a la mención del nombre de Tanya — Yo estaba seguro de haber encontrado a la mujer ideal para mí— sacudió su cabeza como queriendo espantar algún pensamiento — Ella me hizo creer cosas que no eran ciertas, me manejo a su antojo y yo me deje tratar como un muñeco, mi familia ya me había advertido, pero no les hice caso, veía como te trataba cuando nos encontrábamos en la playa y tampoco le preste atención. Todas las señales estaban presentes y yo las ignoraba. Ayer recibí una llamada del Hospital pidiéndome que fuera, para ver un paciente, cuando iba a mitad de camino, me volvieron a llamar diciéndome que mi padre se había hecho cargo, así que di vuelta y volví a mi casa. Cuando llegue me encontré a Tanya con otro hombre en mi cama, lógicamente me puse como loco, todo el futuro que había construido en mi mente, se desmorono, todas las cosas que me habían alertado sobre ella y yo había ignorado, encajaron como en un rompecabezas. – tomo aliento como para calmarse.

-Si de eso me di cuenta ayer, los vi discutiendo afuera de su casa, cuando fui a buscar mi cartera al auto— dije un tanto apenada.

-Nos viste?

Solo pude asentir con la cabeza. —Por eso cuando escuche sollozos anoche supuse que serias tú, por eso vine hasta acá.— me miraba fijo a los ojos con manos aun entre las suyas.

-Me sentía muy mal, Bella, compre licor, yo no bebo pero anoche necesitaba aturdirme, había bebido mucho, cuando viniste a mi lado, yo no sé lo que me paso me sentía tan dolido, quería que alguien pagara por mi dolor— dijo soltando mis manos y llevándoselas a la cabeza.— Tu viniste a ayudarme y mira como te pague. Por eso quiero compensarte por favor no arrojes a la basura la propuesta que te hice esta tarde.

-Edward creo que ya había superado ese tema— le dije tratando de sonreír, me dolía mucho verle en ese estado.

El levanto la mirada y se encontró con la mía, lentamente poso su mano en mi mejilla. Sentí como la sangre se apresuraba a colorear mi rostro.

-Sí, es cierto ya habíamos superado el tema— me dijo esbozando una pequeña sonrisa.— Pero aun no pierdo la esperanza de que me aceptes.— mi rostro se torno aun más rojo.

-Edward, creo que primero debemos tratar de enterrar el pasado, para poder centrarnos en el presente. Vamos un paso a la vez. Como decía un sabio “el pasado es recuerdo, el futuro es un misterio, el presente es un regalo”, por eso se llama presente, Edward — El acaricio con su pulgar mi mejilla y sentí como mis huesos se tornaran esponjosos.

-Sí a mí también me gusto Kung fu panda — dijo con una sonrisa radiante, me gustaba ver que se parecía un poco más a si mismo

-Eres una mujer excepcional, lo sabes? Me has hecho sentir un poco mejor.

Sentía mi corazón latir a mil por hora, cuando puso su otra mano sobre mi otra mejilla y mi rostro quedo atrapado entre ellas, sentía que me estaba hiperventilando, como es posible que exista alguien tan perfecto, tuve que poner mi mente en movimiento para no caer en el hechizo de sus ojos.

-Pa..Para eso estánnn.. Están los amigos— genial, Bella, ahora debe pensar que eres retrasada.

-Amigos? - me dijo enarcando una perfecta ceja. Oh, Dios no quiere ser mi amigo, tonta Bella.

- O no, digo si no quieres..—dije y mi rostro se torno de un rojo intenso, por mi estupidez.

-Amigos entonces, creo que podemos intentarlo, pero te advierto, no seré un buen amigo— sonrió de lado y mi corazón se salto un latido.— Pero entonces si somos amigos, te puedo preguntar cosas y me tienes que responder.

-Y yo te puedo preguntar cosas y también me tienes que responder— le dije con una sonrisa.

La noche estaba cayendo y soplo una brisa fría, me estremecí ya que mis ropas estaban húmedas por la lagrimas de Edward y él pareció percatarse de eso.

-Vamos a dentro, te preparare la cena, mientras te pones algo más abrigador, parece que esta noche va a llover— dijo señalando mi ropa, entonces recordé que Alice me había metido en este camisón de seda color marfil que me llegaba solo a la mitad del muslo. Si fuera navidad me podrían poner a alumbrar los arboles, por el tono rojo que debía tener mi rosto.

El paso un brazo sobre mis hombros para protegerme del frio y me encamino a la casa. Una vez dentro me dijo que me fuera a cambiar que el comenzaría la cena. Subí como si caminara en una nube, sentía como si me picaran las partes de mi piel que habían estado en contacto con la suya, aun no podía darle sentido a mis sensaciones, decidí ponerme unos jeans y una franela y me quede descalza. Baje apresurada las escaleras, no sabía que me pasaba, pero quería asegurarme que Edward, no se había vuelto a enfundar en esa mascara de dolor.

Cuando me escucho entrar a la cocina, me sonrió, le devolví la sonrisa sin poder evitarlo.

-Su cena esta lista, Srta. Swan— dijo poniendo un plato sobre la mesa y haciendo una reverencia.

-Muchas gracias Dr. Cullen— le dije haciendo también una reverencia antes de sentarme frente a él.

La comida se veía genial, eran papas fritas, bistec y ensalada cesar. Cuando la probé me di cuenta que sabia aun mejor de lo que se veía.

--Wau, Edward, tu sí que sabes cocinar esto esta delicioso— Su rostro se lumino.

-Me alegra que te guste, ahora bien mientras compartimos la cena, Srta. Swan como amigos, podemos tener conversaciones de amigos.

-Bueno Dr. Cullen, dígame que desea que le diga— le dije riendo al ver que estábamos hablando con tanta propiedad.

-Bueno, quiero saber todo de ti— me dijo con una sonrisa picara.

-Todo? A que te refieres con todo? Puedes googlearme si quieres allí te enteraras de todo— le dije haciéndome la tonta y no pude evitar reírme.

-Bueno empecemos con una fácil, ya que me da flojera leer desde la PC. Donde naciste?

-En Forks, Washington y tú?

-En Chicago. Que edad tienes?

- 22 años y tú?

-25 — me dijo mi cara debía denotar la sorpresa que me recorrió, siempre pensé que tendría no menos de 27.

-Te sorprende?- me pregunto

-Bueno la verdad no esperaba que fueras tan joven— le dije sonrojándome

-No te preocupes la gente tiende a pensar que soy mayor.— dijo encogiéndose de hombros restándole importancia.

-Como se llaman tus padres?, Donde estudiaste?— empezó a lanzarme preguntas a una velocidad sorprendente, me sentía como si estuviera en un test psicológico. Cada vez que el tomaba un respiro yo le hacía preguntas, en cuanto las respondía, seguía lanzándome preguntas. Si alguna de sus preguntas me hacia sonrojar, empezaba otro set de preguntas hasta que reconociera la razón de mi sonrojo. Terminamos de comer en medio del cuestionario. No me había percatado que a fuera llovía a cantaros. Sentía como si estuviéramos en una burbuja.

De pronto su celular sonó.

-Dr. Cullen habla— respondió con su voz de terciopelo.

- Ah!! Comprendo Alice, si no te arriesgues, no te preocupes, veremos cómo lo manejamos.

-Hasta mañana.— fruncio el ceño un poco, como si estuviera pensando profundamente.

-Le sucede algo a Alice?— le pregunte

-Las carreteras están intransitables, no podrá venir hasta mañana.

-Ah!! Comprendo— fue todo lo que respondí. Edward se veía bastante nervioso.

-Veras, Bella, yo le pedí a Alice que viniera para que tuvieras compañía femenina, mientras te curaba los raspones, bueno yo,.. pensé que te sentirías más cómoda si había alguien además de mi, mientras te reviso — dijo con la mirada fija en el suelo — solo para verificar que empezaron a sanar correctamente. Y bueno ahora surge esta complicación.

Bueno eso era a considerar, él tenía que revisarme y no estaba segura de cuan confortable me sentiría con Edward a tanta proximidad, pero decidí, sonar poco interesada sobre el asunto y mostrarle que el pasado lo estaba dejando en eso en el pasado.

-Creo que podemos manejarnos con eso, Edward, me revisaras ya o dentro de un rato— le dije tratando de mostrar una sonrisa que espero haya sido convincente, ya que era fatal para las mentiras.

-B... Bueno déjame ir a casa a buscar mi maletín para poderte examinar— Por el tono de voz de Edward se podría decir que estaba tan nervioso como yo.

-Iré a ponerme mi pijama, te espero en mi ha..bitacion — tenía un nudo en la garganta y mariposas en el estomago mientras me encaminaba a mi habitación. Me puse una de mis pijamas favoritas era muy bonita y cómoda, era una camisola amarillas de tirantes con Bob esponja en frente. Me senté en la cama y tome el libro que estaba leyendo como por centésima vez, era Sensatez y Sensibilidad, un clásico de Austen, la cubierta estaba cedida de todas las veces que había sido leído, me encantaba el triangulo amoroso entre Marianne, el coronel Brandon y Willoby. Tocaron levemente la puerta y las mariposas parecían dispuestas a escapar por que empezaron a volar por todo mi estomago.

-Adelante— dije y seguido de esto entro Edward empapado de pies a cabeza, las gotas de lluvia relucían en su hermoso cabello, se veía como si acabara de filmar una escena de una película.

-Te vas a enfermar Edward, por favor déjame conseguirte unas toallas.

-Traje una muda de ropa seca, si no te molesta prestarme tu baño para cambiarme.

-Claro, estás en tu casa. — La camisa era blanca y se le amoldaba al cuerpo dejando entrever los perfectos abdominales que había sentido sobre mi cuerpo anoche, me di cuenta que estaba mirando más de la cuenta cuando, el rostro de Edward se tiño con rubor, rápidamente me concentré e en la lectura.

-Puedes usar mi baño— le dije sin levantar la vista del libro— es la puerta del fondo.

Me di cuenta que mi lectura era en vano cuando había leído más de diez veces la misma línea y no tenía idea que decía.

Edward, salió del baño con su ropa seca y su maletín en la mano, trate de recordar que mirar fijamente a la gente es de mala educación, pero Dios se veía genial en esos pantalones caquis y esa camisa beige que tenia remangada hasta el codo dejando ver sus fuertes brazos. Sentí que mis mejillas empezaron a arder y volví a mira el libro.

Cuando se sentó a mi lado mis manos empezaron a sudar, saber que dentro de poco tiempo sus manos me tocarían hizo que mi corazón se acelerara. Edward se veía tan nervioso como yo.

-B…Bella, tengo… tengo que examinarte— dijo y nuestros ojos se encontraron, yo tenía un nudo en la garganta, así que lentamente asentí, mi mirada estaba encerrada en la suya, yo estaba deslumbrada como un ave frente a una serpiente. Edward se inclino lentamente, cuando sus manos se acercaron a mi hombro me di cuenta que estaba temblando, me di cuenta que lo que sentía era miedo, no miedo directamente hacia, Edward, sino a como mi cuerpo reaccionaba cuando estábamos cerca.

-No temas, te prometo……, no te juro que no te hare daño— dijo con su voz aterciopelada que era en verdad muy seductora.

-No temas— me repitió en un susurro, mientras extendía sus manos lentamente hacia mí.

-Perdóname, por favor , por mis malos modales de anoche— espero con sus manos a centímetros de mi piel. Yo no dije nada seguía atrapada por su mirada.

-Hoy no he tomado— me dijo y me guiño un ojo. No pude evitar reírme ante esta revelación.

-Estas bien?— dijo bajando sus manos y atrapando delicadamente una de las mías entre sus fuertes manos, estaban frías al tacto.

Mire nuestras manos unidas y luego volví a centrarme en sus ojos , eran cálidos y se veían arrepentidos.

-Puedo? Me pregunto señalando la tira de mi camisola que estaba cerca de uno de los raspones de mi hombro. Asentí nuevamente incapaz de hablar.

Su mano dejo la mía y con mucho cuidado deslizo el tirante de mi hombro, cuando hizo eso, las mariposas que había en mi estomago se agruparon en mi garganta.

Saco de su maletín un algodón y lo empapo con la solución del frasco que había dejado Carlisle. Con mucho cuidado, toco suavemente la superficie del raspón de mi hombro, luego reviso los raspones de mis brazos. Cuando llego a mis muñecas y vio la sombra de sus dedos que ahora empezaba a ponerse un poco verdosa, levanto lentamente mis manos y me beso la muñecas.

Mi corazón empezó se detuvo y luego empezó a latir desenfrenadamente.

-Bien, Bella, los raspones de tus brazos están mejor, pero sabes que me queda uno por revisar— dijo esto y su rostro se torno rojo. Al darme cuenta que se refiera al que tenía en el muslo, mi cara se torno de 10 tonalidades de rojo diferentes.

-Se que será incomodo, pero recuerda que ahora mismo, yo soy un medico y tu eres mi paciente— dijo sonriendo de lado, pero aun con la cara roja.

-E..e..está bien…- fue todo lo que pude decir y mi cara se torno aun más roja.

Lentamente retiro las cobijas de mi cuerpo y subió un mi camisón hasta que el raspón quedo expuesto, era el más grande que tenia por lo que me llegaba casi hasta la parte superior del muslo. La sensación de sus manos cuando lentamente dejaba desprotegida esa parte de mi cuerpo, me hizo traer recuerdos de la noche anterior. Vamos, Bella, que es lo que te pasa, trate de aclarar mis ideas, pero la sangre aun no bajaba de mi rostro y mi corazón no disminuía su ritmo. Su toque era gentil casi una caricia, cuando veía con detenimiento la herida asegurándose que no hubiera ningún indicio de infección. Volvió a empapar otro algodón con la solución y pronto termino de curarme, volvió a bajarme el camisón y a taparme con las cobijas.

-Te fue difícil?— me sonrió torcidamente pero pedía disculpas con sus ojos

-No, para mí no fue difícil en absoluto— sonrió ante mi entonación.

-Sabes a lo que me refiero— baje la cabeza para escapar de su mirada, su mano tomo mi mentón y lo levanto para poder ver mis ojos, luego le sonreí.

De pronto se escucho un estruendo, los dos saltamos en nuestro lugar por eso sonido del trueno. No me había dado que la tormenta había empeorado.

-Creo que debería irme antes que se ponga peor— dijo y en su tono se escucho ¿tristeza?

-La tormenta está muy fuerte, Edward, porque no se queda hasta que se calme o se puede quedar en el cuarto de huéspedes, solo dame unos minutos y te conseguiré frazadas limpias.

-Es muy amble de tu parte, Bella, pero no quisiera incomodarte.

-No, seas tonto, no es ninguna molestia— le dije levantándome de la cama de un salto, para darme cuenta que fue un error, me enrede en las sabanas y me caí de frente solo cerré los ojos para recibir el golpe, que otra vez como ayer nunca llego, me encontré en medio de unos fuertes brazos que me sostenían. Me di cuenta que al tropezarme prácticamente caí en su regazo. La sangre se apresuro a colorear mis mejillas.

-Creo que deberías quedarte un rato más en la cama, Bella, luego buscaremos las cobijas— dijo esto ayudándome a recostarme nuevamente.

-Mientras tanto, podemos seguir con nuestras conversaciones— dijo y sus ojos se iluminaron.

-Está bien qué más quieres saber?

-De que te graduaste?

-Literatura inglesa— le dije sonriendo, siempre me había gustado mucho esa carrera.

-Veo que eres fan de Austen— dijo señalando mi libro.

- Oh, si me encantan los clásicos, Austen, Shakespeare, Bronte; son solo algunos de mis favoritos. A ti te gusta leer?

-Si, la verdad es que leo mucho, en especial cuando no tengo turnos en el hospital— me dijo sonriendo.

-Y que has leído últimamente? -- le pregunte y pude ver que se sonrojaba, metió la mano en su maletín y lentamente saco un libro.

-Imprimación —me dijo mostrándome la cubierta, era mi libro, la sangre se apresuro a mis mejillas.— Es un libro muy interesante, te lo prestare cuando lo termine de leer por segunda vez, hubieron cosas que no me quedaron claras, además la escritora es una mujer muy hermosa— Si antes estaba roja , verme ahora era un espectáculo de tonalidades cambiantes, me llamo hermosa, trate de recomponerme, seguro era mera cortesía.

-Si me han dicho que es interesante el libro, que dudas tienes de pronto te las puedo aclarar, conozco a la autora y me dijo unos secretos.— le dije juguetonamente.

-Bueno, veo que el libro se basa en Forks, es donde vivías verdad?

-Si el libro se basa en una de las leyendas de los nativos, mi mejor amigo Jacob Black es el hijo del jefe de la tribu, el me conto muchas historias de su pueblo en cuanto nos hicimos amigos a los pocos días de haberme mudado con mi padre, la imprimación fue una de ellas— sonreí de oreja a oreja al recordarme de la tarde que pasamos mi mejor amigo y yo.

-El trataba de asustarme contándome historias de terror, una de ellas decía que ellos descendían de los lobos y que algunos miembros de la manada se imprimaban, es un efecto como el de Sueño de una noche de verano. Recuerdo que Jake y yo pasábamos mucho tiempo molestando a Sam, diciéndole que se había imprimado con Emily y que de noche se convertía en un lobo gigante— no pude evitar reírme ante el recuerdo de la cara de Sam y la mirada asesina de Leah el día que nos escucho.

El rostro de Edward era pensativo.

-Jake es uno de los personajes de tu libro al igual que Sam— dijo con el ceño fruncido como si estuviera pensando profundamente

-Bueno, si me base en sus leyendas y los tome como personajes de mi libro. Por eso una parte de las ganancias, es destinada a un fondo de ayuda para los jóvenes de la reserva, para que puedan ir a la universidad.

-Eso es muy generoso de tu parte, Bella— me miro de una manera que me hizo sonrojar

-Es lo menos que podía hacer, además ese fue mi hogar durante algunos años, ellos son como mi familia. Además tu también haces cosas por los demás tienes la fundación Cullen, haces todas esas operaciones y consultas gratis. Eso es mucho más loable que solo destinar una cierta cantidad de fondos para los estudios— dije bajando la cabeza, el es tan bueno y tan perfecto que dolía, deje escapar un suspiro.

Me tomo por sorpresa que pusiera sus dedos bajo mi mentón y lo levantara.

-Sabes, no te ves a ti misma con claridad— dijo y movió su mano para acariciar mi mejilla, su tacto quemaba y enviaba vibraciones a mis huesos, que tipo de sentimientos son los que tengo por Edward, estoy muy confundida, nunca sentí algo, así, deseaba que él no dejara de acariciarme nunca, cerré los ojos, experimentando las olas de sensaciones que enviaba su tacto a mi cuerpo, de pronto sentí unos labios tibios sobre mi frente y sentí como inhalaba sobre mi cabello.

-No te pareces a nadie que he conocido jamás, cuando creo que he conocido un aspecto tuyo, siempre sales con algo totalmente inesperado, simplemente me fascinas— mi corazón latía a un ritmo desenfrenado en mi pecho, no quería creer las palabras que escuchaba de esa voz aterciopelada, no quería abrir los ojos, para no despertarme de este hermoso sueño. El me estaba prácticamente abrazando. Demasiado pronto me soltó, la mejilla me picaba por la falta de su tacto.

-Discúlpame, Bella, no fue mi intención hacerte sentir incomoda.— dijo y vi que estaba apenado.

-No ha sido nada Edward, haber dime a demás de leer a Isabella Swan que otros libros, lees?

-Bueno estoy leyendo a un escritor español del siglo 19, se llama Gustavo Adolfo Bécquer, es del periodo del romanticismo, sus rimas son muy hermosas.

-Poemas?— dije no podía creer que fuera del tipo a lo que le gustan los poemas

-Si poemas, hace un rato estaba pensando en uno que me gusta en particular.

-Me dirías cual es?— le pregunte mientras me recostaba sobre la almohada, me sentía cansada y soñolienta.

-Claro, cierra los ojos para que puedas sentir la prosa— obedecí gustosa, mis parpados me pesaban

Su suave voz parecía casi un arrullo.

Despierta, tiemblo al mirarte,

Dormida, me atrevo a verte,

Por eso, alma de mi alma,

Yo velo mientras tú duermes.

Despierta ríes y al reír tus labios

Inquietos me parecen

Relámpagos de grana que serpean

Sobre un cielo de nieve

Dormida, los extremos de tu boca

Pliega sonrisa leve,

Suave como el rastro luminoso

Que deja el sol que muere.

¡Duerme!




Escuchando esa voz de ángel, me fui sumiendo en la inconsciencia.

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Bueno... las cosas siguen su marcha... esperemos que todo se arregle para este par... mmmm ustedes que creen que Bella sienta??? y Edward, estará igual de confundido???
cuidense muchisimo, suspiren y...
Nos leemos en un tris!

Bellany G.
**Las pruebas nos fortalecen**

Capítulo 26. Terrorífico Dementia


Bella POV

Vale, ¿Un parque temático? En teoría suena súper divertido ¿cierto? Cierto. Pero combinándolos con mi torpeza, los niños pequeños y las muy, muy altas montañas rusas, ya no es tan divertido. Era una aterrorizante y horrible tortura.

“Bella ¿Qué va mal? Estás más pálida de lo normal” preguntó Alice.

“Sí, amor, ¿estás bien?” añadió Edward.

“Parque temático” fue todo lo que pudo decir mi boca.

“Sí, parque temático. Parque temático bueno” se burló Emmett con una risa.

“Estoy simplemente un poquito asustada de las montañas rusas. La última vez que estuve en un parque temático fue cuando era muy pequeña y de lo que recuerdo, no es que me gustara mucho.”

“Guay. Nosotros podemos ayudarte a superar ese miedo” anunció Rose.

“¿Superar el miedo?” pregunté, horrorizada “No, ¿saben qué? ¿Por qué no os vais vosotros y os divertís mientras yo me quedo aquí? Estaré bien. Soy buena dejando mi miedo justo donde está” les dije.

“No seas ridícula” me dijo Jasper “De ninguna manera vamos a pasar una oportunidad para ayudarte a superar algo. Vamos, te lo pasarás mejor de lo que piensas.” Me aseguró. Yo sólo le di una risa nerviosa.

“Estará bien” Edward me tranquilizó “Ninguno de nosotros dejará que te pase nada. Yo te protegeré”

“Sí, nadie ha muerto por caerse de una montaña rusa en años” añadió Emmett, solamente para que Rosalie terminara pegándole un coscorrón en la cabeza. “¿Qué? Es verdad… creo”

“¡Tú vienes!” dijo Alice con tono final.

“Estarás bien” Edward susurró en mi oído mientras ponía un puchero “Y sabes que los pucheros no hacen nada más que hacerte incluso más irresistible”

Mi puchero se tornó rápidamente en una sonrisa de la cual él se rió.

“Buenas noches a todos” dijo Edward con una malévola sonrisa en la cara. Agarró mi mano e inmediatamente empezó a guiarme hacia las escaleras.

“Oh no, vosotros dos. ¿Qué os dije? No esta noche. Vais a necesitar el descanso” nos gritó Alice mientras nosotros seguíamos subiendo las escaleras, riendo tontamente.

Una vez que llegamos al dormitorio, cerró la puerta con pestillo.

“Así que ya veo que finalmente compraste un pestillo” me reí mientras comenzaba a perseguirme “¿Qué? ¿Por qué me miras así?” continuó sonriendo y vino hacia mí.

Cuando finalmente me alcanzó, al instante comenzó a oler y besar los laterales de mi cuello. Y se sentía muy bien. “Edward, no. Ya escuchaste lo que dijo Alice. Te castraría si averigua que hemos hecho esto de todas formas” le advertí, pero no paró. Le comencé a rodear con mis brazos, sin querer parar, pero sabiendo que deberíamos.

Se movió hacia mis labios y comenzó a besarme apasionadamente mientras sentía cada parte de mi cuerpo con su dulce tacto.

Cuando finalmente me dejó respirar, me miró, con pasión quemando sus ojos “¿Cómo de callada crees que puedes estar?” me preguntó.

“No lo suficiente” le respondí sinceramente y sin aliento.

Se encogió de hombros “Creo que deberíamos ponerlo a prueba” era imposible negarse siempre a él. Era simplemente demasiado sexy.

Comenzó a mover sus manos por mi camiseta y sentí sobre mi piel desnuda antes de que llegara a mi sujetador cómo me hacía estremecer ante el rastro de sus dedos con su tacto ligero.

“Quizás uno rápido” cedí y pude sentirlo sonreír contra la piel de mi cuello.

“Eso me gusta más” dijo, sin dejar sus labios de tocar mi piel. Deslizó sus manos abajo otra vez y agarró el borde de mi camiseta. En un rápido movimiento me la quitó y cayó al suelo.

“Hey, dije que no a vosotros dos” gritó Alice desde detrás de la puerta.

Solté un frustrado suspiro.

“Me sentaré aquí toda la noche si no paráis” amenazó.

Corrí hasta la puerta, le quité el pestillo y la abrí de golpe, olvidándome de que estaba únicamente en sujetador “Escucha Alice. Ha pasado una semana desde que he intimado con Edward, Danos un respiro” le rogué furiosamente.

“Uh ¿Puedo sugerir un reto?” preguntó Jasper, caminando hacia la puerta, seguido de Rose y Emmett.

“Absolutamente” acordó Edward.

“No podéis tener sexo debido al “día tan divertido” de mañana. Así que, ¿Qué tal suena tener un reto con las tres parejas involucradas en el parque temático mañana?” explicó.

“¿Qué tienes en mente?” Emmett preguntó con una sonrisa en la cara.

“Sexo en público” confirmó con una sonrisa “Hay toneladas de sitios en un parque temático donde la maniobra se puede hacer. Competiremos para ver quién fue el más atrevido. ¿Estáis chicos y chicas de acuerdo?” preguntó Jasper.

Emmett y Rosalie aceptaron al instante seguida de Alice. Pero yo estaba un poco escéptica. No tenía problema con la idea de tener sexo con Edward… estaba a punto de tenerlo antes de que fuéramos interrumpidos groseramente. ¿Pero en público?

“No sé chicos” les dije.

“Oh vamos, amor. No te preocupes, puede que incluso te ayude con tu pequeño miedo” Edward me susurró al oído, así que nadie más lo pudo escuchar.

“Si hago esto” les dije a todos ellos, una enrevesada sonrisa creció en mi rostro “Necesito un incentivo”

“Buen punto” Rose concordó “¿Qué obtiene el equipo ganador?”

Jasper pensó por un momento “Máximo poder sobre la casa… y sus residentes” dijo con una sonrisa “Quiero decir, podéis hacer que los demás se vayan a donde queráis, o hacer que dejen la casa por un periodo de tiempo. Así podéis tener tiempo a solas con vuestra querida pareja. ¿Cómo os suena?”

Todos decidimos que sonaba muy bien y aceptamos.

“Pero no hay sexo esta noche, vosotros dos” ordenó Alice. Ambos asentimos débilmente y todos volvieron a sus habitaciones.

“Oh, y bonito conjunto Bells” se rió Emmett mientras se alejaba. Alguno tenía que decir algo ¿no?

Volvimos a cerrar la puerta y el pestillo.

“Supongo que el experimento de mi volumen se pospondrá hasta mañana” le dije a Edward.

“Sinceramente, no te preocupes. Estará bien. Probablemente ellos ni lo hagan. Así que no te preocupes mucho. Vamos, deberíamos irnos a la cama. Nuestro día de mañana será un poco más exhaustivo”

Me duché rápidamente, me cambié y me metí en la cama mientras Edward se duchaba rápidamente y venía a unirse a mí.

“Sabes, realmente deberías llevar una camiseta o algo. Es una gran distracción cuando no lo haces” le dije.

Sólo se rió “Podría decir lo mismo de ti” dijo, haciéndome reír.

“Sí, pero yo estoy tapada” me reí tontamente “Tú sólo lo alardeas” me burlé.

Se encogió de hombros “Te tengo que mantener interesada de alguna forma” se rió.

Me quedé dormida más rápido de lo normal. Mi sueño consistía en Ian y su diminuto pene, haciéndolo algo cómico. Él estaba desnudo en el campo de arena de Vóley y con la pelota, intentando impresionarme. Pero miré en la otra dirección, sin estar interesada en él. Entonces, Edward vino al campo, también desnudo. Era un sueño muy extraño, y con un poco de bastante nudismo.

Edward preguntó si me gustaría que me enseñara cómo sacar. Acepté y corrí hacia él. Me rodeó con sus brazos, justo como lo había hecho antes ese día y la sensación de su carne contra la mía era increíble. Cuando miré abajo, de repente también estaba desnuda.

Habíamos parado de practicar y Edward nos tumbó en la arena y empezó a hacerme el amor, mientras que Ian se quedaba ahí parado. Era como si Edward le estuviera restregando por la cara que yo le pertenecía a él y sólo a él. No había duda de que me encantaba ese estado suyo de posesividad. Me encantaba que me quisiera reclamar.

Me desperté con una sacudida en mi hombro. Abrí los ojos, viendo que aún estaba oscuro y Edward me estaba mirando con una expresión de dolor.

“Lamento despertarte, pero si quieres esperar hasta mañana para nuestro experimento, tienes que dejar de gemir en sueños” susurró.

“Oh Dios mío ¿De verdad estaba gimiendo?” pregunté, sintiendo como ese famoso rubor venía a mis mejillas.

Se rió y rodó hasta estar de lado para mirarme, y yo hice lo mismo.

“Sí. Debes de haber estado teniendo un muy buen sueño” dijo acercándose más a mí.

Me apreté más cerca de él “Lo siento. No sabía que gemía en sueños” me disculpé. Pero entonces sentí algo pegando contra mi estómago. Solté una pequeña risa tonta “Bueno, parece que yo no soy la única que se ha excitado un poco” dije mientras recorría su erección con mi dedo índice, haciéndolo sisear.

“Eso, mi amor, es tu culpa” me culpó y besó dulcemente.

“¿Mi culpa? No puedes culparme, estaba durmiendo” objeté.

“No importa. Pero lo hacías” contestó.

“El efecto que tengo en ti es lúdrico” me reí “Hey ¿Qué hora es, a todo esto?”

“Sobre las 3:30 solamente. Deberías volverte a dormir” respondió “Vas a necesitar el descanso para mañana” me guiñó.

“¿Alguna idea de dónde podemos hacerlo?”

Se rió ante mi frase “Un par. Pero creo que será más divertido si te sorprendo. El parque temático se ha convertido de repente en una fantasía mía.”

Bueno, eso de repente captó mi interés. Me incliné de manera que mi peso quedara en mi codo derecho de modo que pudiera verlo mejor “¿En serio? ¿Y cuáles son tus otras fantasías?” pregunté anhelando poder cumplir mi fantasía de que Edward me hablara lascivamente.

“Oh no. No esta noche” dijo cuando besaba mi frente “Necesitamos ir a dormir o estaremos muertos mañana. ¿Y en qué clase de novio me convertiría eso?”

“¿En uno muy sexy?” respondí como si fuera una pregunta.

Se rió “Buen intento. Pero tendremos tiempo para todo lo que quieras cuando tengamos nuestro fin de semana juntos”

Pensé sobre ello un minuto y entonces acepté “Vale. Pero te voy a volver a sacar el tema” le dije. Ni de coña olvidaría esa promesa.


Edward POV

Sentí como si solo hubiéramos dormido un par de minutos antes de que escuchara a Alice en el pasillo gritar para que todos nos levantáramos. Miré al reloj y leí las 7:00. Nos iríamos en una hora. Había dos horas de camino al parque temático “Dementia

“Bella” dije mientras la sacudía suavemente “Amor, tenemos que levantarnos. Nos vamos en una hora” gimió y de mala gana abrió los ojos.

“¡Bella!” gritó Alice mientras pegaba en la puerta “Vamos. Rose y yo vamos a vestirte para hoy. Ven a mi cuarto”

“¡Oh dios! Mátame ya” gimió. Me reí de ella y deposité un beso en su frente.

“Vamos. No será tan malo. Te prometo que te haré olvidar a Ian y las terroríficas montañas rusas” la suavicé.

Me dio una sonrisa con una pequeña risa y se levantó “Te juro por dios que si me hace llevar un vestido formal, tu hermana puede que se caiga de una montaña rusa hoy” amenazó mientras se iba a la habitación de Alice.

Bueno, hoy tenía pinta de que iba a ser un día interesante. Y tenía que admitir que estaba más que emocionado por el reto de hoy. El mero pensamiento de ser tan imprudentes y que casi nos pillen era algo que me ponía. Aunque nunca dejaría que Bella lo supiera. Probablemente pensaría que soy un pervertido. Pero hacer algo tan imprudente era completamente lo contrario a lo que yo soy. Creí que sería divertido estar fuera de mi zona de confort. Me sentía como si lo estuviera haciendo mucho últimamente.

Cuando me vestí y me cepillé los dientes, empecé a preguntarme cosas ¿Había estado Bella alguna vez en “Dementia”? Al escuchar hablar sobre su miedo a las montañas rusas, lo dudé. Pero no quería decirle cómo era, en caso de que se pusiera aún más histérica y se rehusara a ir.

Dementia era un parque temático, segurísimo. Pero el tema era la muerte y el infierno. Era como una pesadilla de Halloween. Me acuerdo de haber ido allí con Em y Alice una vez. Era todo negro con esqueletos e imágenes a través de los caminos de tumbas y escenas de asesinatos… Había incluso personas que trabajaban allí vestidos de criaturas que podían aparecer y gritarte o decir “Bu”.

Era más como una gigante casa encantada… con montañas rusas. Y tenía el presentimiento de que si Bella sabía eso, definitivamente se negaría a ir. Dios, cuando nosotros fuimos, los tres nos asustamos muchísimo. Fue la única vez que he escuchado a Emmett gritar.

Me reí ante el recuerdo. Estábamos en la cola para una atracción, mientras que una música espeluznante sonaba de fondo y el humo de una máquina nos rodeaba. Alcé la mirada hasta Emmett y vi a alguien vestido como un lobo a su lado. Se giró para ver qué era lo que yo estaba mirando y soltó un grito desgarrador ¿Quién hubiera pensado que Emmett pudiera gritar como una chica?

Me pregunto si Rose sabía eso. Me reí ante el pensamiento de que ella lo averiguara hoy. Probablemente ella no se asustara con nada del parque. Era dura como eso.

“Edward ¿Dónde estás? ¡Trae tu mojigato culo hasta aquí!” escuché a Emmett gritar.

Bajé las escaleras para ver a todo el mundo esperándome.

“¿En serio, Emmett? ¿‘Culo mojigato’? No creo que puedas usar eso nunca más” dije con una divertida sonrisa y mirando a Bella. Bueno, supuestamente tendría que ser una mirada, pero una vez que la miré, mis ojos no se podían apartar de ella.

Lucía tan adorablemente mona y sexy al mismo tiempo. Yo realmente no pensaba que es fuera posible. Llevaba una falda corta, llevaba unos zapatos planos con ella… una buena elección considerando su tema de equilibrio. Su camisa era de un profundo azul con mangas cortas. Y su pelo estaba vagamente rizado, dándole un efecto de libertad.

“Bella, te ves increíble” dije finalmente después de que mi cerebro fuera capaz de centrarse. Ella se ruborizó, pareciendo incluso más adorable, y bajó la mirada hasta el suelo.

“¡Muy bien chicos fiesteros, vayámonos al parque!” una muy emocionada Alice gritó.

Todos volvimos a entrar al Jeep para encaminarnos hacia Dementia.

“Hey Emmett, ¿crees que podemos ir con algo de música?” preguntó Bella después de sólo 5 minutos de camino.

“Claro. Y ¿Qué escucharemos? ¿Deberíamos ir con los aburridos clásicos de Edward?” preguntó con una mirada asqueada.

“Hey, esa es buena música” contrarresté.

“Lo que sea” contestó Emmett, y continuó diciendo “¿Mi fantástico rap?” su cara brilló.

“Ew… ¡No! ¡Rap no!” comentó Jasper.

“¿O las antiguas de colegio de Bella?” continuó.

“¡Voto por Bella!” dijo Bella con una risa.

“Estoy de acuerdo con eso” dijo Alice.

“Pues Bella entonces” dijo Rose, cogiendo mi iPod y enganchándolo al estéreo.

La primera canción que Rose puso fue “Baby Got Back”, un clásico del instituto. Todos bajamos las ventanas y empezamos a gritar la letra y a bailar en el jeep. Nos reíamos tan fuerte como gritábamos. Paramos en un semáforo y el coche de al lado del nuestro, nos miró. Así que todos nos giramos hacia ellos y comenzamos a cantar para ellos. Se rieron de nosotros y entonces se alejaron.

Para el final de la canción, me estaba agarrando la barriga de lo fuerte que me estaba riendo, y Bella estaba echada contra mí, y riendo igual.

“¡Dime que NO tienes canciones Disney aquí!” exclamó Rose.

“Oh, admítelo, estás celosa de mis canciones Disney” se rió Bella.

“Vale, lo admitiré. Lo estoy. Creo que tenemos que escuchar algunas” contestó con una sonrisa “Puede ser “Voy a hacer todo un hombre de ti”

Puso la canción de Donny Osmond y todos empezamos a cantarla a grito pelado.

“Llega el enemigo, vamos a luchar” gritó Emmett.

“me enviaron nenas, tal vez a jugar” añadió Rose.

“Hoy dais lástima, vais a aprender, pasión, deber, valor, virtud.” Saltó Jasper.

“Pues yo ya lo logre, ahora tu” Bella me cantó a mí, a lo que yo le alcé una ceja. Hacer todo un hombre de mí tenía un significado diferente al que Bella me había cantado. (N/T: Notaréis que no concuerdan algunas cosas, y es que la canción en inglés dice en esa frase el título de la canción “Haré un gran hombre de ti” pero en ingles… entonces por eso… xD).

El resto de la canción fue toda gritada, con movimiento de manos en el estribillo. Al final, todos hacíamos los mismos movimientos y cantábamos a lo dramático, era una pena que nadie de Broadway viera nuestras impresionantes actuaciones.

“la luna sabrá guiar el corazoooooooon” todos terminamos. Riendo histéricamente y con las lágrimas saltadas.

“Oh dios mío. No me había divertido tanto en años” se rió Alice “Mi estómago, duele” se rió.

“Genial, ahora, la última canción divertida” dijo Rose mientras puso New Radical’s “You only get what you give”

“Wake up kids. We've got the dreamers disease. Age 14 we got you down on your knees…”

Pronto estuvimos una vez más hacienda botar al jeep con nuestros bailes locos.

El camino entero estaba lleno de diversión y energía. Nos sentíamos alegres, locos y libres. Y cuando miré a Bella, pude decir que todas sus preocupaciones se fueron por lo divertida que estaba. Pero sabía que eso no duraría mucho más. Ya casi estábamos en el parque y otra vez recordaría por qué estábamos ahí.

“Me alegro mucho de haber traído la cámara” exclamó Alice “¡Esto va a ser muy divertido!”

“¿Es eso?” preguntó Bella cuando nos dirigíamos al parque en la autopista. Se podían ver las negras montañas rusas desde la carretera y el parque entero parecía tener un aire sombrío cerniéndose sobre él. No me perdí la preocupación de su voz.

“Estarás bien, amor” le aseguré “Estaré a tu lado”

“Parece muerto” dijo, con una voz incluso más aterrorizada.

“Ése es el tema” Alie le dijo “No te preocupes, es muy guay con el tema asustadizo” añadió.

Bella me miró con ojos como platos

“Gracias Alice. Eso ha ayudado” dice ácidamente.


Bella POV

Parecía aterrador. Parecía como algo en donde no había nada vivo. De ninguna manera, ni de coña iba a entrar yo ahí dentro.

Y, un par de minutos después, estábamos en la cola para que nos pusieran las pulseritas de entrada.

“Bueno, supongo que tuve una bonita vida” dije dramáticamente.

“Bella, no es tan malo” Rose me aseguró “Podría ser mucho peor”

“Tienes razón. Al menos no voy a morir virgen” añadí.

“De nada, eh” dijo Edward, haciéndome reír. “¿Ves? Te estás riendo. Ese es el primer paso para divertirse” añadió, haciéndome reír mucho más.

“Si muero, espero que todos vosotros os sintáis culpables” les dije, señalándolos a todos.

“No creo que nos sintamos así de mal” Jasper se rió.

“Bien, ríete ahora. Cuando muera, serás el primero al que perseguiré. Mira lo divertido que es ahora” dije cortante, para que solamente se riera.

El hombre en la puerta me miró.

“¿La primera vez?” preguntó con una sonrisa.

“¿Es tan obvio?” pregunté

“No te preocupes. ¿Quieres saber un secreto?”

“Por favor”

“Ninguna de las personas que hay trabajando aquí puede tocarte, así que no tienes nada de lo que preocuparte” me aseguró.

“Y lo dice el tipo que está en el sitio más seguro, la puerta” bromeé, haciéndolo reír.

“Sólo intenta pasártelo bien. Nadie además de yo podrá tocarte” Edward me tranquilizó. Le di una débil sonrisa. Y me giré para ver al parque en el que ahora estaba dentro.

“Estaba equivocada. Esto no parece muerto. Parece el infierno” dije a mis amigos que me arrastraban hasta el lugar.

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unas cositas... quien no quiere un reto como nuestras parejitas acaban de hacer y quien no se muere por el siguiente capítulo??? para ustedes cual será la pareja ganadora y por que??? jejejejeje...
por cierto, añadí los videos de las canciones que fueron cantando en el jeep porque me parecieron divertidisimas, solo denle click al nombre de cada una n.n
cuidense mucho, suspiren y...
Nos leemos en un tris!!

Bellany G.
**De lo único que estoy segura ahora es de que TE AMO**


Capítulo Veintiocho


Bella POV

Perdí la cuenta de cuanto tiempo llore, pues por más que lo hice mis ojos no se secaban, intente dormir, pero tampoco pude...

Cada vez que lo intentaba, él venía a mi mente…

Recordaba su rostro, su risa, sus gestos… y lo peor de todo… recordaba sus labios. Sus dulces labios, que sabían mentir tan bien.

En el trayecto a casa Charlie no me preguntó nada, pero sabía que tarde o temprano lo haría. Me dirigí al baño, me acerque al espejo después de haber abierto la llave del agua caliente de la ducha. Me reí de lo irónico que era la vida, hacia unas horas atrás, el espejo mostraba a una chica hermosa, radiante, feliz… ahora reflejaba a los restos de una chica a la cual le habían mentido y arruinado la vida. Después de ducharme y cambiarme lleve el vestido al cuarto de lavado, después de todo el vestido no tenía la culpa y yo había conseguido tener las lagrimas a raya, al menos por el momento.

-Bella- me llamó Charlie.

-¿Qué pasa, papá?.- le pregunté, mi voz sonaba cortada

-Eso mismo quiero saber yo… ¿Qué paso?- suspire. ¿sería necesario contarle todo?

-Ehh… nada… papá…

-Bella por favor no me mientas, sabes que puedes confiar en mi…

Le conté lo que sucedió, pero no pude mantener controlado el llanto, cada vez que recordaba lo que había sucedido comenzaba a llorar. Charlie se enfureció al principio, conocía a Edward desde hacía años y no podía entender como me había echo algo así, yo tampoco lo podía entender…

Esta vez él me había destrozado, no era nada comparado con el incidente de cuando éramos niños… y lo odiaba, tal vez con la misma intensidad que lo amaba, no sabía que hacer, solo sabía que el dolor no pasaría. Me recosté en mi cama con mi cuaderno de composiciones en la mano, necesitaba desahogarme, sacar todo el dolor que tenía dentro y para eso nada mejor que una canción.


Edward POV

Estaba técnicamente golpeando las teclas de mi piano, las notas que salían de él estaban cargadas de dolor, rabia e impotencia… me odiaba a mi mismo, me odiaba por haber sido un estupido y haber jugado con los sentimientos de la única chica que me había importado en toda mi vida… y lo peor de todo, es que lo había hecho por segunda vez.

Todavía recordaba lo estupido que había actuado en su fiesta de cumpleaños tantos años atrás, y todo por que Lauren me dijo que para que Bella me prestara más atención yo debía ponerla “celosa” y ella me iba a ayudar, y por eso había perdido la amistad de Bella por años y ahora había perdido su amor y todo por un estupido juego infantil, por que soy muy influenciable… por que soy un tonto.

Seguí aportillando las teclas, me sentía disgustado conmigo mismo, por haber echo sufrir tanto a Bella, me destrozaba el corazón recordar su rostro triste, las lagrimas que bañaban su rostro… ella no se merecía eso, ella debía ser feliz… cada vez que cerraba los ojos volvía a mi su imagen destrozada y me odiaba más.

Tenía que hacer algo… pero ¿Qué?... ella no quería hablarme, había intentado llamarla durante todo el día en vano, no contestaba el celular y cuando llame a su casa, Charlie me hizo saber de una manera muy “amable” que Bella no me quería ver.

Tal vez ella tenía razón y yo no valía la pena, era un estupido miserable y estaba condenado a ser infeliz por el resto de mi vida, decidí ir a mi habitación, el piano no tenía la culpa de mi estado de humor y si seguía en él, solo quedarían las astillas y el recuerdo de lo que alguna vez fue.

Me recosté en la cama con los ojos cerrados, tenía que pensar en algo, no podía perder a Bella, no ahora que sabía que no podía vivir sin ella, pero que podía hacer si ahora ella me odiaba, estaba seguro que esta vez no me perdonaría.


Alice POV

Había estado todo el día en casa de Bella intentando animarla, pero había sido inútil, en estos momentos era una sombra de la Bella de siempre, odiaba con todas mis fuerzas a mi hermano por ser el estupido troglodita insensible que era.

No conseguía imaginar en que momento su “mente maestra” había ideado semejante estupidez y se lo haría saber… regrese a casa y subí rápidamente las escaleras, un huracán no era nada a mi lado, abrí con fuerza la puerta de su habitación, el ruido que hizo esta al chocar son la pared fue ensordecedor.

-¡Edward Anthony Cullen!...- le grité

-¿Qué pasa Alice?...- me dijo con voz monótona

-Tú y yo tenemos que hablar… ¿me puedes decir en que demonios pensabas cuando ideaste esa brillante apuesta a costa de mi amiga?...- grité

-…Yo no ideé nada…

-Por favor, Edward… no me mientas, o es que me vas a salir con que Bella lo inventó todo…- le dije- no sabes lo mal que esta por tu culpa, ella te amaba y tú… tú no encontraste nada mejor que jugar con ella, te desconozco… Edward tú no eras así…

-Alice… la apuesta no fue mi idea…

-Ahh no… ¿y de quien fue entonces?...

-Fue idea de Jasper y de Emmett…- apreté mis puños con fuerza. ¡Mi novio estaba metido en esto más de lo que yo creía!...¡había sido su idea!.

-Fue… fue idea de Jazz y de…

-Emmett…

-No lo puedo creer…- dije un tanto triste.- pero eso no te libera de la culpa… tú aceptaste…

-Si, lo sé…- lo ignore, estaba demasiado enojada por la nueva información.

-… Esto es increíble… que clase de personas son ustedes…- dije saliendo de la habitación, azote la puerta otra vez.

No podía creer que Jasper hubiera sido el de la brillante idea… estaba muy enojada, con él y con Edward… me senté en uno de los pufs que tenía en mi habitación, necesitaba pensar, el sonido de mi celular me sacó de mis cavilaciones.

Jasper… eso decía el identificador de llamadas.

-¿Allie, amor?...

-Si soy yo…- le conteste de manera dura.

-¿Qué te pasa?... he estado intentando llamarte desde ayer… ¿Por qué te fuiste del baile con Rose?- preguntó

-Me fui por que…- respire- me entere de algo horrible, jamás te creí capaz de algo así Jasper, yo confiaba en ti.

-¿De que hablas?...

-Hablo de la apuesta que le hiciste a mi hermano… ¿Cómo pudiste jugar así con mi mejor amiga?...

-Allie yo no sabía que era tu amiga…- dijo en tono de disculpa

-Y aunque no lo fuera Jasper… eso no se le hace a nadie… la pobre ahora esta destrozada…

-Lo siento…

-Ahórrate tus excusas… tú y mi hermano son de lo peor…

-Allie…

-No quiero hablar contigo Jasper…

-Pero, Allie…- corté. Estaba demasiado enfadada con él.

Lancé el celular lejos y me puse a llorar.


Bella POV

Sabía que no sacaba nada con seguir lamentándome, debía asumir mi cruel realidad, y esa era que Edward nunca me había amado, que yo había sido una pieza en su magnifico juego, nada más.

Decidí cortar mis lamentaciones, ya no habrían más lagrimas, él no se las merecía… de ahora en adelante no me importaría más… Edward Cullen se convertiría en un completo extraño para mi… no existiría…

Me prometí a mi misma que no pensaría más en él y que haría lo que debí hacer hace años… desterrarlo de mi corazón; no sabía si sería capaz, pero lo intentaría, no lo dejaría influir más en mi, nunca más. Con estos pensamientos me había logrado dormir la noche del domingo.

Aunque a la mañana del lunes, no estaba tan segura como la noche anterior…una cosa era decir las cosas, y otra muy distinta era levarlas a la práctica.

-Basta de lamentaciones, Bella.- le dije a mi espejo.- él… no se merece tus lagrimas… no se merece que pienses en él… ¡no se merece nada!.- golpeé con mi puño el espejo, este se rompió, vi mi reflejo en los distintos pedazos.

No volvería a ser la Bella ingenua, la Bella con la cual él podía jugar…ahora no dejaría que ni él ni nadie hirieran mi corazón de nuevo.


Edward POV

Debía pedirle perdón a Bella, y si era necesario hacerlo de rodillas, lo haría…

No podía vivir sin ella.

Estaba en el estacionamiento del instituto, nervioso, como nunca en mi vida; no sabía si Bella vendría o no a clases, Alice no me lo había dicho, en realidad mi hermana ahora ni siquiera me dirigía palabra.

-¿Me pueden explicar que les pasa?.- nos preguntó mamá, luego que durante la cena Alice se cambiara de lugar, para así no sentarse a mi lado.

-A mi nada…- alego Alice.

-Alice…- le dijo mamá.

-En serio… aquí él único al que le pasa algo es a mi “hermanito”…

-¿Qué hiciste hijo?.- preguntó papá.

-Yo… ehh…

-Vamos Edward cuéntales que le hiciste a Bella…

-Alice… esto no es necesario…- le dije.

-Yo creo que si, mamá y papá tienen derecho a saber en que clase de persona te haz convertido…

-Me van a explicar de inmediato que paso… ¿Edward que le hiciste a Bella?...

Tuve que contar todo, esto era genial… además de Bella, ahora me odiaba toda mi familia… sabía que era mi culpa; pero era molesto que me lo recordaran una y otra vez.

Entonces la vi, Bella se bajo del asiento de copiloto del carro de Alice, se veía hermosa, pasaron por mi lado, yo iba a hablarle, pero al ver la mirada de odio que me dirigió me refrene, los antes dulces ojos chocolate de Bella, ahora eran fríos, ¡Dios, que había echo… esa no era mi Bella!.

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mmmm... no solo Bella esta destrozada, Alice también al enterarse de lo que pasó con Jasper.... mmmm si lo analizamos ahora, falta Rosalie en conocer el "jueguito" que ideó Emmett con sus amigos... pffff... ustedes creen que las chicas perdonen a estos tontos???
cuidense mucho, suspiren más y...
Nos leemos en un tris!

Bellany G.
**Amar es aceptar**

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