miércoles, 2 de diciembre de 2009

Capítulo 5. Asimilar


Bella POV

Estaba perdida en mis pensamientos cuando escuche que tocaban la puerta, mi corazón se acelero, sabiendo quien estaría detrás de ella, seguí contemplando las olas tratando de mantenerme calmada.

-Pase, esta abierta—le dije.

Se sentó en la silla junto a mi cama y, sus hermosos ojos estaban rojos e hinchados como si hubiera llorado mucho debajo de sus ojos había oscuras ojeras, seguro no había dormido nada.

-¿Cómo se encuentra Dr. Cullen? – Ya Carlisle y Alice me habían dicho pero quería escucharlo de sus labios.

-Parece que no se encuentra bien—dije al ver que no me respondía, seguro me estaba estudiando igual que yo a él—no se preocupe Dr. Cullen estoy bien.

-Srta. Swan yo… le debo una disculpa, no sin duda le debo mucho más que una disculpa, pero créame que no, quería, no se que me paso, en verdad lo lamento tanto, mi conducta fue inexcusable, no objetare si quiere presentar cargos en mi contra— la verdad la estaba pasando mal, sentí mucha pena por Edward, lo que sucedió en la playa estuvo mal, pero como podía culparlo por algo que nunca hubiera hecho en su sano juicio.

-No presentare cargos en su contra Dr. Cullen, se que lo que sucedió no hubiera pasado nunca si usted hubiera estado en posesión de sus cinco sentidos, yo no le guardo rencor—sí, yo nunca hubiera perdido mi virginidad con él, estando en su sano juicio, siendo yo una chica común y corriente.

-Por favor Srta. Swan, llámeme Edward, lo que sucedió ayer fue culpa mía y yo debo reparar mi falta de algún modo, he mancillado su honor, he robado su virtud, yo... yo…-Alice no exageraba cuando me dijo que su hermano era anticuado, hablaba como si fuera un personaje de una novela de Austen, no pude evitar reir.

-Dr. Cullen— enarco una perfecta ceja, así que rectifique —bueno digo Edward— volví a reír, - estás hablando como si viviéramos en el siglo pasado— cuando torció los labios en una sonrisa, se me detuvo el corazón y luego empezó a latir de forma acelerada, por Dios que me pasa sentí como el rubor llenaba mis mejillas.

-Quiero decir, no me debe nada, pretendamos que nunca sucedió nada— yo debería pretender como si no hubiera pasado nada, pero no pude evitar recordar al final cuando fue dulce, cuando acariciaba mi cuerpo, cuando me llenaba, las sensaciones que sentí. Si antes estaba roja, ahora debería parecer un árbol de navidad.

-Srta. Swan, puedo llamarla Isabella?

-Prefiero Bella, mi nombre completo no me gusta mucho—

-Bella, veras, se que te sonara a una locura, pero en verdad quiero reparar mi falta, se que no nos conocemos bien, pero me sentiría muy mal si no tratara de hacer lo correcto, así fue como mis padres me criaron, veras, como tu ya sabes el Edward, que conociste anoche no era yo— se veía tan apesadumbrado cuando bajo la cabeza quise acariciar su cabello y decirle que todo estaba bien.— yo nunca pensé en tener relaciones con una mujer antes de casarme con ella— Edward era virgen como yo? No podía dar crédito a mis oídos.

-Por eso Bella, te suplico que me dejes hacerte mi esposa, pasare cada uno de los días que me quedan, tratando de compensarte por lo que te he hecho, no descansare hasta que conozcas mi verdadero yo.— Edward Cullen me estaba pidiendo matrimonio a mi?, debía estar en alguna dimensión desconocida o en algún sueño muy vivido, él no podía pretender pasar el resto de sus días con alguien como yo, estaba consciente que Edward aun ama a Tanya.

-Bella, respira— no me había dado cuenta que había contenido el aliento hasta que lo escuche.

-Pero tu estas comprometido con Tanya— No podía negar el amor con el que la miraba, yo los había visto muchas veces en la playa, sentí que la boca del estomago se me torció.

-No hablemos de Tanya, ahora Bella, entre ella y yo ya no hay nada todo se acabo ayer, en este momento estamos hablando de ti y de mí—que todo termino entre ellos? Que quería estar junto a mi?, que podría haber un nosotros? Él no sentía nada por mí, que no fuera lastima, lastima y culpa; eso es lo que podía ver en esos bellos ojos verdes que me tenían deslumbrada.

-Creo que casarnos, no es la mejor idea, Edward— se que hacerlo sería una locura, ambos, viviríamos un infierno, el arrastrado por la culpa y yo por qué sabia que nunca estaría a su altura, podía ver que sería muy fácil enamorarme de Edward lo que haría todo mucho más difícil para mí.

-Por que no?- Sentí como su mano tomaba gentilmente la mía, sentí una corriente electica, gire para perderme nuevamente esas hermosas esmeraldas.

-Por que la culpa, no es una razón para una boda—al perderme en sus ojos le respondí la verdad.

-Bella, por favor escúchame, no es solo culpa, es hacer las cosas bien, imagina que llegues a quedar embazada, como podría sentirme, sabiendo que la madre de mi hijo no lleva mi apellido, que podría ser señalada. Bella, no quiero eso para ti—sonaba desesperado, veía que no iba a ser fácil hacerlo cambiar de opinión, pero debía hacerlo por el bien de los dos. No quería siquiera pensar en la posibilidad de un embarazo, eso sería otra fuente de culpa para condimentar la pena que ya se veía en sus ojos.

-Es poco probable que quede embazada, fue solo una vez—solo una vez, pero nuestros cuerpos se movieron en total sincronía, recordé el empuje de sus caderas contra mi pelvis, como se sentía tenerlo dentro. Sentí que el calor empezaba en mi cuello y me llegaba hasta el cabello. Debía estar perdiendo la razón, como podía pensar en esas cosas.

-Bella, dame una oportunidad, danos una oportunidad. No des un no rotundo, por favor—Edward quería converse de todos modos de que teníamos alguna esperanza, pero yo sabía que no era así, todo se estaba moviendo muy rápido, nuestras vidas dieron vueltas ayer y colisionaron una contra la otra, estaba confundida y asustada, mi mente era un caos.

-No, lo se Edward, la verdad no se qué pensar.—no podía hilvanar dos pensamientos coherente seguidos.

-Esto seria más fácil, si pudiera conseguir un anillo—escuche que murmuraba y me entro el pánico.

-NO, NO ANILLOS—yo no estaba lista para esto, aun no había asimilado los hechos de ayer y el giro que estaban tomando las cosas.

-No tienes que decir, si o no hoy, Bella— puso una de sus manos en mi mejilla, era como si tuviera miedo de romperme, su tacto era tan suave y cálido; estaba sintiendo mi fuerza de voluntad flaquear.

-Lo pensare—le dije sonriendo y era cierto tenía que pensarlo y mucho, pero mucho.

-Es todo lo que te pido, -me dejo sin aliento cuando se acerco lentamente y sus labios se posaron en mi frente por un breve instante, mi corazón corría dentro de mi pecho.

-Lo siento, Alice me pidió que te entregara este té y ahora esta frió.—sonrio y me sentí sonrojarme. Como podía Edward tener ese poder sobre mí.

-No importa, no tengo hambre—dije escapando de su mirada, posando mis ojos en la taza que sostenían sus manos.

-Claro que si importa debes alimentarte, bajare a prepararte algo de comer.

-Esta bien, mientras duermo un poco—sonreí, debía aclarar muchas cosas en mi mente pero me sentía cansada, así que me volví a recostar y rápidamente me quede dormida.

Sentí un leve roce en mi frente y escuche a lo lejos la voz de Alice.

-Déjala Edward, no vez que está dormida, además entre más descanse más pronto podrá salir de compras conmigo.— en verdad esta niña quería matarme.

-Debe comer algo, Alice, no ves que Carlisle la medicó, debe reponer fuerzas— escuche la voz de terciopelo de Edward responderle a su hermana en un susurro.

Abrí lentamente los ojos para encontrarme con el rostro de un ángel que me sonreía.

-Te traje algo de comer, debes estar hambrienta.

Puso sobre mí una bandeja llena de diferentes cosas.

-Yo no puedo comer todo esto, es demasiada comida para mi.—habían huevos, tocino, pastelillos, pancakes, frutas, emparedados, jugos, leche y te.

-Es que no sabía que preferías así que agarre un poco de todo—dijo un poco apenado.

-Ustedes ya desayunaron?

--No te preocupes por nosotros—me respondió Edward

-Me sentiré mucho mejor si comen algo—le dije entregándole una manzana, quien sabe desde cuando no probaba bocado.

-Quieres un emparedado, Alice?—le dije, ella danzo hasta mi lado y lo tomo.

-Gracias, Bella—me dijo sonriente

Entre los tres terminamos de comer y fue cuando me percate.

-Donde esta Carlisle?—pregunte

-Está haciendo unos arreglos en el hospital para que yo me pueda tomar unos días libres y cuidar de ti hasta que te recuperes.

-Oh!—fue mi brillante respuesta , eso quiere decir que estará yendo y viniendo para cuidarme. Casi me siento feliz cuando mi lado pesimista me hablo, claro que quiere cuidar de ti, se siente culpable.

-Sabes no tienes realmente que hacerlo, yo estoy bien. No pierdas días de trabajo por mi.—acerco su mano y la puso sobre mi mejilla, me sonroje ante su tacto.

-No tienes nada de qué preocuparte.—me dijo, mientras me perdía en sus ojos

Alice, se aclaro la garganta, lo que hizo que ambos saltáramos y el soltara mi rostro.

-Voy a ir a casa a buscar unas mudas de ropa, Bella, Edward me ha pedido que me quede unos días, para que no te sientas incomoda, de estar sola con él, en estos días, volveré en la noche.

-No te preocupes, Alice, no te incomodes por mi—le dije sonrosando, no es que quiera estar sola con Edward, ni nada de eso, solo es que no quiero ser una carga para ninguno de los dos.

-No seas tonta, Bella, además así nos conocemos mejor, ya verás que seremos grandes amigas. Nos vemos al rato. Edward, Bella—dijo despidiéndose con la mano.

-Yo voy a ir un momento a casa, necesito asearme y cambiarme de ropa, volveré pronto, trata de descansar, cuando vuelva preparare la cena y cuando Alice regrese, me ayudara a ponerte la solución que dejo Carlisle en tus raspones.

-En verdad Edwad..—empecé a decir pero él me corto.

-No digas nada, Bella, tu solo descansa, volveré pronto. –me beso la frente y salió del cuarto.

Me quede sentada sobre la cama un rato y me dieron ganas de ir a la playa, se acercaba mi hora favorita del día, siempre me gustaba estar en la playa a esa hora.

Camine lentamente, sintiendo una leve incomodidad en mis músculos, llegue pronto a la parte trasera de la casa y baje por las escaleras que daban a la playa, sentía la arena bajo mis pies desnudos, mirando como el crepúsculo, teñía de dorado las verdes aguas. Sin darme cuenta estaba parada justo debajo de mi palmera.

El lugar donde mi vida había cambiado de una manera inesperada, donde había dejado de ser una niña, donde mi vida había tomado un camino desconocido, que no sabía a dónde me llevaría. No pude evitar pensar en los eventos de la noche anterior, aun no entendía por qué había cedido a su petición. El se sentía culpable porque me había tomado a la fuerza, pero ese hecho sigue significando a la fuerza cuando yo me deje arrastrar por unos sentimientos que no conocía, pasión, deseo y un sentimiento que no se identificar.

Aun estaba asimilando todas estas emociones. Cuando escuche su voz que me llamaba.

-Bella!!—su voz acaricio mi nombre pero había un dejo de preocupación entre las ondas de terciopelo de su voz.

No me había dado cuenta que las lagrimas contra las que había combatido todo el día, se habían derramado por mis mejillas, hasta que el las enjugo con sus dedos.

Nuestras miradas se encontraron por unos segundos, antes que el cayera de rodillas a mis pies y se abrazara a mi cintura, como un niño pequeño, rompiendo a llorar.

-Bella, lo siento tanto, por favor perdóname—dijo entre sollozos.

Lo único que se me ocurrió hacer su empezar a acariciar sus cabellos y dejarlo que se desahogara.

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mmmm... ustedes que harían en esa situación??? pongamonos en los zapatos de ambos, por un lado Edward y su "remordimiento", de verdad creen que sea solo culpa o podría haber por ahi algo más escondido?? y por el otro Bella, que a pesar de ser "la victima", nop... sin duda lo es... siente algo especial hacia Edward, pero no puede evitar pensar que no lo merece y que solo es lastima lo que el ve en ella, ustedes que creerían, tendrían la misma postura que ella??... en fin, muchas cosas que pensar y muchas por resolver, ya veremos como transcurren las cosas...
cuidense muchisimo, suspiren un poco mas que mucho y...
Nos leemos en un tris!

Bellany G.
**I want to be just yours now and forever**


Capítulo 25. Quédate Con Los Pantalones Puestos


Edward POV

Estaba bastante seguro de que habían sido solo un par de horas las que habíamos estado durmiendo, pero cuando me desperté sentí como si un par de horas fuera todo lo que necesitaba. Miré al ángel que yacía en mis brazos, y me sentí en paz por primera vez en toda la semana.

No hubo forma de que fuera capaz de centrarme la semana pasada cuando había ido a sustituir a los otros médicos. Cuando trataban de explicarme cosas, mi mente volvía a Bella y las cosas que echaba de menos de ella. De más está decir que estaban bastante molestos por mi falta de atención. Me di cuenta de que no podía hacerlo. No tan pronto.

La agarré más fuerte asegurándome de que en realidad estaba allí, conmigo. Pero eso había causado que ella se revolviera. Incliné mi cabeza hacia abajo y le di un suave beso en la mejilla.

“Bien, todavía estás aquí.” Dijo con una risa. Mi única repuesta fue besarla otra vez.

“Lo siento por dejarte, en primer lugar.” Le dije con mi rostro cayendo un poco. Nunca debería haberla dejado para empezar.

“Estás conmigo ahora, y eso es todo lo que importa.” Dijo sentándose. “Me pregunto qué es lo que Alice ha planeado para tu primer día de vuelta.” Rió.

“¿Crees que me lo pondrá fácil?” pregunté.

Se rió de mí. “Probablemente no.” Dijo con una risita.

Gruñí con lo que solo escuché otra risa de Bella.

“Oh, ¿crees que es gracioso?” le pregunté. “Bien, vamos a ver si crees que esto es gracioso.” Le dije lanzándome a ella y comenzando a hacerle cosquillas en los lados de su estómago.

“Edward… por favor… para.” Gritó entre risas. “Por favor…”

“Hey, Edward, no creo que lo estés haciendo bien.” Dijo Emmett con una risa.

“Sí, no creo que esos sean los sonidos que supuestamente debería de hacer.” Añadió Jasper.

Cogí una almohada y se la tiré riéndonos mientras la cara de Bella estaba roja remolacha. No estaba seguro de si era por la vergüenza o por la falta de oxígeno de haberle hecho cosquillas.

“Hey, vosotros dos. Vestíos para el día.” Gorjeó Alice. Y con eso, todos abandonaron la habitación.

“Al parecer tiene algo planeado.” Rió Bella. Comencé a gatear hasta ella, pero soltó una risita y saltó fuera de la cama. Cogió algo de ropa para el día y fue al baño a cambiarse.

Una vez salió, hice lo mismo y bajamos las escaleras juntos.

“Vale, Alice. ¿Qué vamos a hacer?” le pregunté, sin sonar para nada entusiasmado.

“Oh, no estés tan deprimido”.

“Solamente no quiero hacer nada demasiado importante hoy. Quiero descansar un poco.” Le dije.

“Hmpf. Bien. Dejaremos lo importante para mañana. Entonces ¿qué, señor aburrido, le gustaría hacer hoy?” preguntó.

Me encogí de hombros. “Podríamos ir todos al parque.” Sugerí.

“¡Sí!” exclamó Emmett. “Tienen una pista de volei de playa allí con tierra, y podría ser divertido.”

“Por no hablar de los columpios.” Añadió Rose con una risita.

“Bien, entonces vamos a coger los trajes y nos vamos de una vez.” Dijo Jasper.

Solo un par de minutos más tarde todos nos dirigíamos al Jeep para meter las mochilas y una nevera con comida. Bella y yo decidimos llevar el Volvo para que pudiéramos tener un poco de privacidad.

El parque estaba solamente a un par de minutos, como todo lo demás, por lo que no nos tomó mucho tiempo llegar allí.

“Oh tío. Tenía la esperanza de que fuéramos los únicos aquí.” Dijo Emmett con una triste mirada en su rostro. Era un poco divertido lo alterado que se podía poner con tan poca cosa… “Y, hay un grupo de chicos jugando en la pista de voleibol. ¡JODER!”

Me volví a Bella a la que escuché soltar una risita detrás de mí con su arrebato. Ella tuvo que esconder su cabeza en mi espalda para amortiguar la risa.

“Emmett, está bien. Jugaremos más tarde.” Dijo Rose con una sonrisa mientras frotaba su espalda.

“Wow, hace calor aquí. Podríamos quitarnos la ropa ya.” Dijo Jasper. Tenía razón. Todavía no era ni medio día y ya estaba el sol con nosotros. Así que los chicos cogieron sus camisetas, al igual que las chicas, dejándoles solo con los pantalones y las partes de arriba de los bañadores.

Me había olvidado de la espectacular visión que era Bella en bañador. Su pálida piel prácticamente brillaba al lado del azul oscuro de la tela, haciendo su piel parecer suave y blanca, pidiéndome que la tocara.

Por desgracia, ella también había capturado la atención del grupo de chicos que estaban jugando al voleibol. Aparentemente, habían decidido parar su partido para venir y socializar, y algo me decía que en realidad no querían hablar conmigo, Emmett, o Jasper.


Bella POV

Apenas me había quitado la camiseta que cubría el bañador, cuando un grupo de chicos vinieron hacia mí, Rose y Alice.

“Así que, ¿venís aquí a menudo?” uno de ellos que tenía el pelo rubio y un bronceado de California preguntó. Rodé mis ojos y caminé hacia donde estaban Emmett, Jasper y Edward. Además, al lado de Rose y Alice, probablemente no buscarían ligar conmigo.

Sin embargo, el rubio decidió seguirme. “En serio. Nunca os hemos visto por aquí, y creedme, lo habríamos notado.” Me dijo.

“No, somos estudiantes universitarias. Y acabamos de llegar a casa por el verano.” Le informé.

“Oh, así que,” se inclinó un poco más hacia mí. “¿Quieres jugar conmigo?”

“¿Perdón?” preguntó Edward desde mi lado.

El chico rubio se enderezó y sostuvo la pelota. “Voleibol. ¿Quieres jugar?” me preguntó otra vez.

“Solo si quieres acabar con una conmoción.” Le dije honestamente.

Edward se rió de mí desde mi lado, mientras pasaba su brazo alrededor de mi cintura.

“Valdrá la pena. Vamos. Tus amigos pueden jugar también. “Será… divertido” dijo con un guiño.

Miré a un tío que ligaba con Rose, tratando de apartar un mechón de pelo lejos de sus ojos. Ella solamente lo abofeteó en la mano agresivamente, haciéndome sonreír. Parecía tan asqueada, era divertidísimo.

Mientras que otro tío estaba tratando de susurrar algo en el oído de Alice, la que le dio una patada en la espinilla.

“¿seis contra seis?” preguntó Emmett al rubio.

“Parece justo.” Respondió.

Escogí hablar ahora. “Umm, ¿qué os parece cinco contra cinco? Vosotros sabéis el tipo de catástrofes que causo cuando juego a los deportes.” Dije a los chicos.

“Bueno, eso es cierto.” Dijo Emmett con una risa.

“Gracias Em.” Dije sarcásticamente.

“Bien, podéis coger uno de nuestros chicos, yo la tomaré a ella.” Dijo el chico rubio. Él se inclinó más cerca de mí. “Por cierto, mi nombre es Ian.”

“Gracias, pero no.” Dijo Edward severamente, tirando de mí detrás de él.

Ian puso sus manos arriba en rendición. “Bien. Solo trataba de ser útil.” Dijo inocentemente.

“Podremos con vosotros incluso con Bella.” Dijo Jasper. Edward de inmediato le disparó una mala mirada. “Lo siento, Bells… no te ofendas.” Añadió.

Tuve que reír un poco. Quiero decir, claro que él me insultó, pero era la verdad. Probablemente terminaría hiriendo a mis compañeros de equipo en lugar de echar la pelota por encima de la red.

“Genial. Entonces empezamos en 15 minutos. Tomaos un tiempo para calentar.” Me dijo con otro guiño antes de irse con sus amigos.

“Vale, se que vosotros sois buenos y todo, pero ¿cómo esperáis ganar a un equipo de seis chicos… especialmente si estoy en vuestro equipo?” les pregunté.

Edward solo me besó en la cabeza. “No te preocupes, amor. Tenemos algo que ellos no tienen.”

“¿Y eso sería…?” pregunté.

“Chicas.” Dijo Emmett con una risa. “No hay mayor distracción. De hecho, desde que el rubito parece estar interesado en ti, tú en realidad eres una parte vital de nuestro equipo.”

Genial. Esto iba a ser un desastre.

“¿Necesitas algo de práctica antes de empezar?” susurró Edward en mi oído desde detrás de mí. Realmente no, pero la manera en que me susurró, haría cualquier cosa que me dijera. Asentí, sin ser capaz de hablar.

Cogió el balón que estaba en la pista y vino hacia mí. Me lo dio y vino a mi espalda. Presionó su pecho contra ella y deslizó sus manos por mis brazos. Inmediatamente mi corazón comenzó a latir más rápido.

“Oh sí, esto no está distrayendo para nada.” Dije sarcásticamente. Su única respuesta fue reírse en mi oído, haciendo aún más difícil concentrarme.

“Mantenlo así.” Dijo, sosteniendo mi mano izquierda con el balón. “Y contrae este brazo así.”, dijo suavemente mientras él acercaba sus manos a mi alrededor y tiraba de mi brazo hacia abajo y atrás. Lentamente se apartó de mí, dejando sus manos caer.

“Ahora, imagina que es la cabeza de Mike.” Dijo con una sonrisa, haciéndome reír con él.

Balanceé mi mano hacia atrás antes de lanzarla hacia arriba, mandándola por encima de la red. Me volví hacia Edward con la incredulidad escrita en la cara.

“Fue por encima.” Era todo lo que podía decir.

Se rió. “Sí, lo hizo. Ahora, intenta un objetivo. Tendrás que hacer que no vaya al fuera de juego”.

“Tal vez no mate a tantas personas como creía.” Dije con una risa.

Edward vino hacia mí y me levantó girándome una vez, antes de bajarme. “Esperemos que no.” Rió y entonces me besó. Mis manos automáticamente fueron a su pelo y él me sostuvo más cerca, apretando mi pecho contra su torso desnudo.

Pero paramos cuando escuchamos a alguien toser. Miramos y vimos a Ian y sus otros amigos mirándonos. Me sonrojé y oculté mi cabeza en Edward con una sonrisa. Él solo se rió. Tal vez sabía que Ian estaba allí mirando.

“Bien, podríais habernos dado otro par de minutos.” Dijo Edward con una petulante sonrisa en su rostro.

“Vamos a quitárnoslo de encima.” Dijo Ian, yendo al otro extremo de la pista mientras el resto de nuestro grupo se unía a nosotros. Una vez ellos estaban en el otro lado, Ian gritó de nuevo. “¿Qué tal si hacemos esto más interesante?”

Inmediatamente tuvo toda la atención de nuestros tres chicos. Ellos siempre eran mucho mejores y yo sabía que tomarían la oportunidad de humillar a esos chicos.

“Estamos escuchando.” Dijo Jasper curioso.

“Si ganamos, conseguimos pasar el resto del día con esas tres magníficas chicas.” Dijo Ian mirándome. Yo rodé mis ojos.

“¿Y si ganamos nosotros?” desafió Emmett. “No hay forma de que pasemos el día con otros tres tíos.”

“Lo que tú quieras.” Dijo Ian con una sonrisa confiada.

“Bien.” Habló Jasper. “Si ganamos, os dejaremos aquí sin ninguna ropa. Tenéis que ir a casa los cinco desnudos, y rendir culto a las mujeres que llevamos a casa con nosotros.”

“Trato hecho. Esto va a ser interesante.”

“¿Piedra papel o tijera para ver quien saca primero?” preguntó Edward. Ian asintió y se reunió con Edward en la red. Ian sacó piedra, pero Edward ganó con papel. Ian entregó la bola a Edward y éste caminó hasta la esquina derecha de la pista para sacar.

Me guiñó antes de lanzar el balón por encima de su cabeza, y haciendo su saque. El otro equipo la golpeó sin ningún problema dando la oportunidad a otro de sus chicos para marcar un tanto perfecto. Pero cuando la pelota flotó por encima del segundo chico, Rose se agachó, dándole una vista completa de su culo. El chico ya no estaba concentrado en el partido y simplemente la miraba hasta que la bola le dio directamente en la cabeza y golpeó la tierra.

“Tío. ¿Qué diablos?” gritó Ian al chico.

“Lo siento, pero ¿has visto eso? En serio, no puedes culparme.” Replicó el chico.

Alguien tiró la pelota de vuelta a Edward. “1-0” gritó antes de sacar otra vez. Esta vez, hicieron un golpe perfecto, juego, y el remate envió la bola disparada hacia la arena. Pero Jasper se tiró e hizo una parada, golpeándola apenas lo bastante alto para que Alice se la pasara a Emmett, quien la disparó hacia el otro lado con la fuerza de un gigante.

“2-0” gritó Edward antes de sacar otra vez. Esta vez, Ian no jugó por los alrededores y la golpeó de vuelta a nuestro lado. Desgraciadamente, la echó hacia mí. Fui a por la bola, y en vez de golpearla con ambas manos en el medio, la golpeé con el lado de mi brazo izquierdo, enviando el balón hacia la izquierda y fuera de los límites.

Después de que su equipo comenzara a sacar, el partido se puso realmente reñido. Decidí dejarles a los demás golpear el balón por mí. La única vez que necesité tocar el balón fue cuando saqué. Y gracias a dios solo tuve que hacerlo una vez.

Cuando el marcador estuvo 8-9 a su favor, decidimos tomar un descanso para comer. Era ya pasado el medio día y el sol estaba pegando fuerte, por lo que nadie se opuso al descanso.

Mientras comíamos, no podía evitar mirar el desnudo y sudoroso torso de Edward que tenía algo de tierra de un par de caídas que hizo para rematar el balón. El sudor no hacía nada más que mostrarme sus ya bien definidos abdominales y sus otros músculos. Eso me recordó un poco a lo sudorosos que estábamos después de nuestra larga noche cuando perdí la apuesta. Lo que me hizo pensar lo asombroso que sería tenerle haciéndome el amor en la playa.

“Sabes, no es educado quedarse mirando fijamente.” Me susurró.

Sentí mi cara comenzar a calentarse y la aparté de él. “Lo siento, solo estaba pensando en… algo.” Le dije mansamente.

Besó mi mandíbula y se movió hasta mi oído. “Oh ¿Y en qué estabas pensando?” preguntó.

“En nada.” Intenté jugar, pero mi rubor no me dejó.

“Vamos, Bella. Dime lo que estabas pensando.” Insistió. “¿Por favor?” ronroneó.

“Estaba pensando en ti y en mí en la playa.” Le dije.

“Oh. ¿Y qué estábamos haciendo?” preguntó otra vez.

“Todo lo que tú querías.” Dije y le besé rápidamente alejándome un poco para no tener que entrar en detalles.

Terminamos nuestra tardía comida y descansamos un poco, no teniendo ganas de correr y de saltar con los estómagos llenos. Lo que no importaba mucho en mi caso, ya que estaba solamente de pie en un lugar.

“Vale, ¿vamos a terminar esto?” preguntó Ian, acercándose a nosotros. “Quiero pasar algo de tiempo con Bella.” Dijo con un guiño. Dios, era escalofriante cuando guiñaba. Se le movía todo el lado derecho de su cara cuando lo hacía.

Estuvimos de acuerdo y fuimos hasta la pista. “Bien, ¿era al primero de 15, no?” preguntó Jasper a punto de tirar la bola.

Ian asintió y tomó su lugar en la pista.

El resto del partido pareció ir más rápido. Cada lado estaba jugando a tope y cada persona estaba haciendo su parte, no queriendo perder por su equipo. Yo incluso conseguí golpear la pelota con éxito dos veces, de lo que estaba bastante orgullosa.

Con el partido a 14-14, fue mi turno de sacar. Genial. Lo hice como me enseñó Edward y envié el balón volando por encima de la red, solo para tenerla de vuelta directamente hacia mí. Lo hice tan bien como pude, rezando que alguien viniera e hiciera algo con ello. Rose llegó al balón y se lo pasó a Emmett que lo remató directamente hacia Ian. Ian se tiró intentando no lastimarse por la fuerza que Emmett puso en la pelota y ésta golpeó en el suelo. 15-14 NOSOTROS GANAMOS. ¡Chupaos esa!

Todos nosotros comenzamos a gritar y a abrazarnos unos a otros, regodeándonos en nuestra victoria. Edward me levantó y me besó. Y Jasper y Emmett hicieron lo mismo con Alice y Rose. Finalmente me bajó y yo le quité la arena, riendo y dando besos de mariposa por todo su cuerpo donde no había arena.

Cuando acabé, los chicos nos tiraron sobre sus hombros y dieron una vuelta de victoria alrededor de la pista. Hey, nadie dijo que fuéramos humildes.

“Bueno chicos, la ropa.” Dijo Jasper, cortando la persecución. Ellos entregaron las camisetas que habían llevado al parque y se quedaron parados allí. “Los bañadores también.”

“Oh, vamos. ¿No podéis por lo menos hacer que las chicas se vayan?” pidió Ian. Jasper, Emmett y Edward se giraron hacia mí, Alice y Rose.

“No lo creo.” Dije con una sonrisa.

“Los bañadores. ¡AHORA!” dijo Edward. A regañadientes se quitaron sus bañadores y se los pasaron a nuestros chicos. Entonces estuvo perfectamente claro (en el caso de Ian por lo menos) por qué no quería que le viéramos. Tal vez era porque estaba acostumbrada al monstruo de Edward, pero la de Ian era muy pequeña. Y cuando digo pequeña, quiero decir microscópica.

No pude evitar la risa que vino a mi boca y me sujeté al instante la boca con las manos. Edward parecía estar satisfecho con mi reacción.

“Buen día caballeros.” Dijo Edward antes de arrojarme sobre sus hombros y llevarme hasta el Volvo. Metimos la nevera en el Jeep y nos fuimos rumbo a casa dejando a seis chicos desnudos.

“De verdad espero que no vengan niños aquí hoy.” Dije riéndome de camino a casa. “Estarían seriamente marcados de por vida.”

“¿Y tú cómo estás? ¿Estás marcada de por vida?” me preguntó Edward con una risa. Estábamos ahora aparcando fuera de la gran casa blanca y me desabroché el cinturón.

Me incliné sobre él y le susurré en el oído. “Estoy segura de que puedes hacerme olvidar el trauma.” Dije antes de besarle bajo su oreja.

Salimos del coche y fuimos a la casa.

“¡De lejos el mejor partido de voleibol que he ganado nunca!” dijo Jasper con una risa.

“Esa apuesta fue brillante.” Estuvo de acuerdo Alice. “Pero si alguna vez vuelves a apostar conmigo, te mataré.”

Rose le dio un manotazo a Emmett en la cabeza. “Sí, ¿y si hubiéramos perdido? Habría tenido que pasar el resto de la tarde con esos perdedores. Emmett, si alguna vez vuelves a hacer algo tan estúpido, te juro por dios, que no habrá sexo durante una semana.” Le gritó.

“Ganamos nosotros, ¿no?” respondió Emmett.

“Por poco.” Le recordé.

“Os habríamos tomado y llevado lejos antes de que os tocaran de todas formas.” Dijo Edward, envolviendo sus brazos a mi alrededor desde detrás y descansando su barbilla en mi hombro.

“bien, estáis perdonados. Pero sólo si hacéis la cena y limpiáis.” Les dije.

Estuvieron de acuerdo y se fueron a empezar. Decidimos que después de la cena haríamos otra maratón de películas, así que nosotras las chicas cogimos las películas mientras los chicos estaban en la cocina.

“Hey Bella, podrías no hablar sobre tíos buenos en las películas nunca más. Edward se puso realmente celoso la última vez.” Dijo Alice.

“No, no lo hizo” le respondí.

“En serio, lo hizo. En realidad fue divertido verle ponerse tan nervioso por eso.” Me dijo Rose.

“Bien, me comportaré.” Prometí.

Comimos pollo para la cena y los chicos limpiaron mientras nosotras cogimos unas almohadas y unas mantas para la noche. Reclamé el sofá para Edward y para mí, Rose y Emmett se pidieron el sofá de dos, dejando a Alice y Jasper con el suelo.

“Muy bien, vamos a ver. ¿Qué vemos primero?” preguntó Jasper con los chicos entrando en la habitación.

“Em… vamos a ver “Los elegidos” primero.” Dije. Estuvieron de acuerdo y Edward y yo nos sentamos en el sofá. Se sentó detrás de mi y mi espalda estaba apretada contra su pecho. Decidí que intentaría difícilmente no comentar nada sobre los dos tíos buenos irlandeses de la película.

Una vez que terminó la película, Alice decidió poner “Pearl Harbor” que realmente no me gustaba. Así que, en vez de verla, decidí prestar más atención a Edward.

Me giré a mirarle y le besé bajo su barbilla. Él sonrió y yo continué hasta que él inclinó su cabeza hacia abajo y nuestros labios se encontraron. Dejé a mi mano comenzar a vagar por su perfecto pecho y pronto me deslicé bajo su camisa para poder sentirle mejor.

Su mano hizo lo mismo y tuve que contener un gemido cuando comenzó a masajear mi pecho. Pero no pude aguantarlo, así que gemí en su boca, sintiéndole sonreír. Oh, él quería que yo me avergonzara. Bien, bien, dos podían jugar a este juego.

Moví mi mano de su pecho abajo a su entrepierna y comencé a masajearle a través de sus pantalones. Se petrificó por un momento, pero seguí moviendo mis manos, pronto soltó un gemido. Lo sentí ponerse más y más duro y decidí que debería parar de torturarle. Así que me volví para ver la televisión.

“Eso fue muy cruel.” Me susurró en el oído. Yo solo encogí mis hombros. Por el resto de la película, Edward me besó en la nuca y dejó vagar su mano por todo mi cuerpo mientras pretendía no darme cuenta… lo que fue increíblemente difícil.

Una vez que terminó la película, los otros nos miraron.

“¿Qué?” pregunté.

“Solamente id a su habitación y acabadlo.” Dijo Rose.

Edward comenzó a levantarse, en realidad preparado para ir a su habitación, pero le empujé hacia abajo. “No, queremos ver películas con vosotros.” Dije y me senté de nuevo después de decirle a Edward que se comportara.

La última película fue “Tienes un e-mail”. Y en realidad me gustaba mucho así que presté atención, y Edward se comportó bastante bien.

“Bien, deberíamos ir a la cama. Vamos a levantarnos temprano mañana para nuestro día “importante”.” Dijo Alice una vez terminó la película. “Y vosotros dos,” dijo señalándome a mí y a Edward, “nada de sexo esta noche. No quiero que estéis cansados para nuestro día lleno de diversión.”

“¿Qué vamos a hacer?” preguntó Emmett.

Alice puso una sonrisa radiante. “¡Vamos a ir a un parque temático!”

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bueeeeeno... siento mucho que Bella y las chicas tuvieran que pasar por una experiencia taaan traumatica, jejejeje... menos mal que en casa si tienen "mega paquete" mmmm yumi!!! jajajaja... pfff chicas lo siento!... me "dejé  llevar" o.O
anyway... cuidense mucho, suspiren más y...
Nos leemos en un tris!

Bellany G.
**I also have "mega pack" and I love him!**

Capítulo Veintisiete

Edward POV

-Jamás creí que diría esto Ed…- me dijo Emmett.- pero lo lograste…

-Es verdad… tenías razón, lograste lo imposible.- le secundó Jasper.

-Chicos… yo…- comencé.

-Ganaste la apuesta…

-Si… no puedo creer que consiguieras que Isabella Swan fuera elegida reina de la graduación, pero lo hiciste- dijo Emmett de manera socarrona.

-No, chicos… yo…

-¿tú no qué, Edward?...

-Hace mucho me olvide de la apuesta…- dije serio.

-¿Qué?- sus rostros denotaban sorpresa.

-Eso… no me importa la apuesta… yo… yo me enamore de Bella…

-¿entonces?... o me lo puedo creer…

-Entonces, la apuesta no es valida… o tienen que hacer nada…

-¿en serio?- asentí.

-Oh, Ed no sabes lo feliz que me haces… no me imaginaba sin mi cabello.- dijo Jazz.

-Ni yo…

-Bueno…pero ¿les puedo pedir un favor?

-Lo que quieras amigo…

-Ni una sola palabra de esto a nadie…por favor hagamos como si esta apuesta nunca hubiera existido…no me gustaría que Bella se enterara…

-De acuerdo…- dijo Jazz dándome su mano.

-Lo mismo digo…- dijo imitándolo Emmett.- esa apuesta nunca se realizo…y ahora será mejor que vallamos a buscar a nuestras hermosas acompañantes, no vaya a ser que alguien intente quitárnoslas.

Salimos del salón en el que nos encontrábamos y volvimos al gimnasio, Emmett se encontró rápidamente con Rosalie a la cual besó, sin embargo, ni Alice ni Bella estaban a donde las habíamos dejado, ¿Dónde se habían metido?

-¿Rose…no viste a Alice?.- le preguntó su hermano.

-Desde hace rato salió a buscar a Bella que fue al tocador.- respondió

-Yo voy a buscarlas Jazz…-le dije

Camine hasta los tocadores de mujeres y espere a que salieran, pasaron cinco, diez, quince minutos y no salía nadie, así que me decidí a entrar…

El baño estaba completamente vacío…¿Dónde se habían metido Bella y mi hermana?
Seguí caminando por los pasillos del instituto a ver si las encontraba, pero nada, era como si se las hubiera tragado la tierra, además había comenzado a llover…raro, aquí apenas llovía, menos ahora en pleno verano. Entonces cuando me detuve a mirar a través de una de las ventanas las vi, las dos estaban afuera en medio de la lluvia, me dirigí a la salida más cercana para verlas y preguntarles que había pasado.


Bella POV

No podía parar de llorar, me sentía tan mal…tan herida. Edward había jugado conmigo, yo había confiado en él y él me había utilizado para divertirse.

Estaba abrazada a Alice en medio de la lluvia, no me interesaba lo horrible que me podía ver, que mis ropas y mi maquillaje se hubieran arruinado, no me interesaba nada, lo único que quería era que parara el dolor.

-Bells…amiga…dime que paso…- me pidió Alice, mientras me abrazaba.- ¿Qué te hizo Edward?...

-Edward…él…él me mintió Alice…me utilizo…y…- dije atropelladamente entre sollozos- no lo quiero volver a ver nunca más en mi vida…lo odio…

-¿Qué fue lo que hizo exactamente?...

-Me mintió, Allie…me utilizo me dijo que me amaba…me hizo creer… que me amaba y todo por…una estupida apuesta…yo sabía que no podía ser…era imposible que alguien como él me quisiera…

-Que dices Bella...tú eres una chica muy especial…- dijo tomándome del hombro- yo negué con la cabeza.- tal vez todo fue un mal entendido.- volví a negar

-No, no lo es…yo lo escuche…escuche cuando hablaba con Jasper y Emmett…era todo mentira….ayy Alice…me quiero ir…- le dije

-¿quieres que vaya a buscar a Jazz para que nos lleve?

-No, voy a…voy a llamar a Charlie…

-¿estas segura?- asentí, ella me entregó su celular.- ten…

-Gracias…- dizque el numero- Alo…papá…necesito que vengas por mi…- le dije. No le explique nada, ya habría tiempo para eso.- gracias…- le dije a mi amiga devolviéndole el teléfono.

-Ven Bella…vamos a entrar…te vas a enfermar y yo también…- dijo tomándome del brazo

-No…te preocupes…entra tú…mira como estas…te arruinaste toda por mi culpa…lo siento…

-No importa…

-¡Bella! ¡Alice!...- oí llamar a una voz, una voz demasiado conocida y que deseaba con todas mis fuerzas olvidar.- ¡Bella!- exclamo preocupado al verme- ¿Qué te paso?

-Y encima lo preguntas…- dije

-¿Qué paso? ¿Alice?- ella lo miro con desprecio

-Allie…por favor déjanos solos…- le pedí

-¿estas segura, Bells?.- yo asentí

-¿Bella que te pasa?...- dijo acercando su mano para tocarme la mejilla, se notaba que había llorado, seguramente mi maquillaje se había corrido; yo aparte el rostro al notar su intención.- Bella, amor ¿Qué te pasa?- me reí de manera irónica.

-“amor”…por favor, puedes dejar de fingir…¡ya ganaste!- grité- deja de mentirme quieres…

-¿de que hablas?.- preguntó desconcertado

-De la apuesta que tú y tus amigos hicieron…- su rostro se desfiguro, en una mueca de ¿dolor?- dime algo Edward...- me dolía decir su nombre.- ¿te divertiste?...¿se rieron mucho tus amigos y tú con la “estupida de Bella Swan”?...

-Bella…no es lo que parece…- puso sus manos en mis hombros.- déjame explicarte…

-Suéltame…- dije apartándome.- no me vuelvas a tocar nunca más…no te quiero ver…

-Pero Bella…yo…

-Guárdate tus excusas Cullen…- lancé.-no te voy a creer nada de lo que me digas…eres igual a todos…eres un estupido ególatra que solo se interesa por si mismo…

-Bella…yo…escúchame…- me rogó

-¡no!...me harte de tus mentiras…no te quiero ver nunca más…¡te odio!- el grité. Él se paralizo al escuchar eso.

-Bella…

-Bella…nada…para ti ahora soy Isabella Swan…¡no quiero volverte a ver!...desde ahora haz otra vez como si no existiera…

-No puedo Bella…

-Si vas a poder…por favor no me mientas más…no juegues más conmigo…y ándate no sé…con Tanya o cualquiera de esas…pero déjame…

-Bella por favor déjame explicarte, no es lo que parece…- dijo acercándose.- te estas confundiendo…

-No, yo escuche perfectamente…ahora…¡déjame!...- grité- ¡déjame sola!...¡te odio…te odio!...- caí de rodillas al piso. Edward se quedó allí estático, no sabiendo si acercarse o no.

La lluvia caía, todo estaba en relativo silencio, aun se alcanzaba a escuchar la música desde el gimnasio, y esto solo hacía que mi tristeza aumentara, no estaba conciente de si Edward seguí allí o no, no era conciente de nada además de mi dolor; escuché el ruido de unos neumáticos avanzando sobre el asfalto mojado. Levanté mi vista y vi el coche patrulla de papá, me incorporé para irme. Edward me detuvo, tomando de un brazo, el contacto de su piel sobre la mía me causo un hormigueo, era el colmo que él aun influyera en mí de esa forma, me enoje conmigo misma.

-Bella por favor escúchame…- me rogó

-Ya escuche lo suficiente…ahora suéltame…- él no me hizo caso, por lo que me aparte de manera brusca y avance hasta el patrulla.

-¡Bella!...- me llamó corriendo tras de mi- ¡Bella!...

-¡ya déjame!...- le grité volteándome a verlo- ¡déjame!...- abrí la puerta del carro.

-¡Bells!- exclamo mi padre al verme, lo comprendí, debía estar horrible, mojada y sucia.-¿Qué te paso?

-No quiero hablar de eso papá…por favor podemos irnos…- le rogué, nuevamente mis ojos estaban llenos de lagrimas.

-Seguro…pero quiero que me digas que paso…- yo asentí

Sabía que debía contarle, pero por ahora no me sentía con fuerzas para nada…solo quería olvidar…


Alice POV

Estaba en el tocador intentando arreglar lo incorregible, definitivamente la lluvia era mi enemiga numero uno oficial. Pero no importaba, Bells era mi amiga…no podía creer que mi hermano hubiera jugado con ella, alguien tan dulce como Bella no se merecía eso…mi hermano era de lo peor, pero él no era el único culpable, hasta Jazz estaba metido en esto…e iba a tener que darme muchas explicaciones, él y Edward.

-es oficial…la noche se arruino- le dije al espejo.- todos tus esfuerzos para nada…- la puerta se abrió interrumpiendo mi monologo.

-¿Alice?.- preguntó Rosalie.- aquí estas…Jasper te andaba buscando…

-Aja…

-¿Qué te paso?...

-Nada…un pequeño incidente con la lluvia…

-Déjame ayudarte…

-En serio no es necesario…

-Insito…espérame acá.- dijo saliendo, volvió a los minutos con un secador y un neceser de maquillaje.

-¿y eso?- le pregunté.

-Los tengo en mi casillero…nunca se sabe cuando puede haber una emergencia.

-Gracias…

Rosalie me ayudo a intentar arreglarme, era una chica muy simpática, sin duda la manera en que actúa en el instituto se debe a la influencia de Tanya, también me contó que le había pedido perdón a Bella.

-hablando de ella…¿Dónde esta?...- me preguntó.

-eh…bueno, esa es la razón por que estoy así.

-¿le paso algo?...- asentí.

-…Bella se entero que Edward estaba con ella por una apuesta que hizo con Jasper y con tu novio…- ella se llevo las manos a la boca.

-No lo puedo creer…

-Así es…Bella esta destruida…

-¿y donde esta ahora?...

-Se fue a casa…

Salimos del tocador, para ir a buscar a Edward o Jasper para irme a casa, no me apetecía seguir con esta fiesta, aunque estar con cualquiera de ellos tampoco me apetecía, no después de lo que le hicieron a mi amiga.

-si quieres te puedo llevar a casa…- me ofreció Rose.

-pero…acaso no viniste con Emmett.

-Si, pero venimos en mi coche…¿y que dices?...

-Esta bien…

-Voy por mi bolso…¿me esperas?...- yo asentí.

Me quede esperando en el pasillo, vi como Edward aparecía en el otro extremo del pasillo y caminaba en dirección a mi.

-Alice…tienes que ayudarme…por favor…

-¿Qué quieres Edward?

-Tienes que hablar con Bella, no quiere escucharme

-Y que esperabas, fue muy feo lo que le hiciste…no puedo creer que cayeras tan bajo…

-Alice, tú también no…por favor…déjame explicarte

-Guárdate tus explicaciones…no sé que clase de persona eres Edward…lo que hiciste estuvo mal…jugaste con ella…

-Pero Alice…

-No me digas nada…

-¿nos vamos?- preguntó Rose, quien acababa de llegar

-Si…-le respondí

-¿acaso no viniste con Jasper?- me preguntó Edward

-Si, pero a él tampoco lo quiero ver, me decepciono igual que tú…- dije yéndome.

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... mal, muy mal... pues como vieron la bomba ya estalló... ustedes creen que haya solución???
cuidense mucho, suspiren más y...
Nos leemos en un tris!!!

Bellany G.
**All I need is feel your body over mine**


NO DESEARÁS

Capítulo 17. Caos

Edward POV

En el momento que ella pronuncio esas palabras sentía que mi sangre hervía y el deseo se volvía necesidad, ella me amaba tanto como yo a ella, todas aquellas horribles cosas que había pronunciado eran una sarta de mentiras, había aprendido a conocerla y había tenido razón, pero aquella burbuja de irrealidad y felicidad absoluta solo duro un minuto antes de que fuéramos consientes de Rosalie.

Maldije para mis adentros nuestra situación, Rose no se merecía sufrir así…mucho menos vernos así, mostrando una realidad tan cruda que ha los tres nos dolía.

Trate de explicarle pero ella no me dejo, solo ahí parado detrás de Bella pude tener solo una cierta idea de lo que estaba ocurriendo, entre ellas esto era como una bomba que lo destruía todo a su paso, se miraban casi excluyéndome por completo, por que si bien es cierto que jamás debí engañar a Rosalie, había algo mucho mas grande que se había destruido, algo que me hacia un monstruo, su amistad, la amistad de estas dos mujeres que se había topado en mi vida estaba desapareciendo y no podía hacer nada.

Cuando la mano de Rosalie golpeo el rostro de Bella reprimí el instinto de gruñir y sujetarle la mano con fuerza pero aun con todo Bella parecía ser consiente y hasta aceptar todo lo que ella pudiera hacerle o decirle, cuando Rosalie salio a trompicones la seguí sin saber muy bien que le diría.

-Rosalie… escúchame-, le decía ya fuera del edificio, le suplicaba con voz tensa mientras ella llegaba a su auto con lagrimas en los ojos.

-No me interesa Edward-, acuso tratando de que su voz sonara fría… pero el dolor era evidente.

-Escúchame, Bella no quería herirte… ella trato de evitarlo-, le susurre mientras Rosalie desviaba la mirada.

-Cállate-, siseo mientras yo me llevaba las manos al cabello.

-Rosalie trate de hacer las cosas bien-, gemí de desesperación mientras ella negaba con la cabeza.

-Y sabes que es lo peor que no vienes con el cuento de “discúlpame mi amor….yo te amo a ti”-, dijo burlonamente con la voz ronca por las lagrimas.

-No necesitas defenderla Edward… para mi tu y ella están muertos-, siseo entrando en el auto mientras yo maldecía y regresaba lentamente al edificio.

Me lleve las manos al puente de la nariz sn saber que decir o que hacer, mi cabeza estaba echa un embrollo, solo verla podía tranquilizarme tan solo un poco, la abrace mientras ella sollozaba, se lamentaba todo y sabia muy bien que se culpaba de mucho mas.

-No puedo hacer esto… no ahora-sollozo y yo me tense por completo… mi parte mas egoísta quería espectarle lo absurda de su suplica, todo en ella me pedía a mi… no podía alejarme, pero la parte restante trataba de entender solo un poco como seria para Bella todo esto, por eso le prometí esperarla… tal vez cuando yo hubiera arreglado mi vida podría venir hasta ella y ofrecer todo esperando que ella tomara lo que necesitara.

Salí del edificio de Bella rumbo a mi departamento pero aun cuando quizás Rosalie no se encontraría por ahí me sentí demasiado hipócrita para llegar hasta ese lugar.

Esa noche me quede a dormir en un hotel, no pude descansar ni un solo momento, a veces maldecía todo desde haber conocido a Rosalie hasta haber seguido esta noche a Bella pero para ser sinceros no me arrepentiría nunca de ningún camino que me llevara hasta Isabella Swan, era mi droga, la mujer echa para mi, mi infierno y mi cielo y justo ahora solo deseaba volver a verla, deseaba que ella me dejara estar cerca sin pedirle nada a cambio, le daría el tiempo que necesitara pero no podía alejarme.

Al día siguiente me levante muy temprano y pase por el departamento para ducharme y cambiarme y presentarme en la oficina, como supuse no había rastro de Rosalie, esperaba que estuviera con sus padres y que pudiera superar esto, era una mujer excepcional y a la que llegue a querer mucho, pero jamás la ame y eso creo que ambos lo sabíamos.

Al llegar a la oficina Eleazar me pregunto sobre la urgencia de Bella, el solo pronunciamiento de su nombre me mando punzadas de ansiedad por todo el cuerpo, mentí a mi amigo asegurándole que todo estaba bien, que todo se había arreglado.

El me pido parte de la mañana para checar los últimos detalles con los directivos de la cadena hotelera, lo cual fue medianamente una buena distracción aunque mi mente se sentía fuera de si, no lograba expresar con seguridad las cosas, me esforcé lo mas que pude y salí de la sala de juntas con un terrible dolor de cabeza, sabia que debía hablar con Bella, mi vida era un completo caos si no la tenia segura en mi presente… en mi futuro.

Cuando por fin salí de la oficina me dirigí a su edificio sin pensarlo dos veces, estacioné mi auto, con las manos sudorosas, esperaba que ella me dejara explicarme no quería presionarla, ni empeorar las cosas pero mi amor llegaba hacer hasta cierto punto irracional y estaba seguro que ella sentía lo mismo por mi, yo quería ser aunque fuera solo un amigo en este momento pero quería tenerla cerca, sabia que nuestra relación comenzó de la peor manera yo no tenia el derecho de exigirle nada, yo la había llevado al limite, ella prácticamente había perdido a Rosalie por mi, la había llevado a la traición, se había convertido en la otra, lugar que ella jamás mereció, si… estaba consciente que no podía pedirle algo mas que su compañía en estos momentos pero con eso me conformaba.

Al llegar a su puerta toque dos veces el timbre mientras recargaba mi cabeza en la puerta, después de unos minutos sin respuesta volví a tocar con el ceño fruncido y nada paso, insistí casi irracionalmente como si de tanto tocar ella fuera a aparecer de repente, mi mente se negaba a exponer la verdad… ella se había ido y no sabia a donde.

-No esta…-, susurro un voz femenina al pie de las escaleras.

-Lo se-, murmure mas para mi que para la mujer aun con mi cabeza en la puerta.

-Salio anoche en su auto… -, dijo con algo de lastima en su voz, con un atisbo de preocupación e impotencia.

No conteste pues yo sabia lo que estaba haciendo, estaba huyendo de su dolor o tal vez engañándose por que sabia por experiencia que precisamente eso… el dolor no se iba, se pegaba a ti como lapa y no te dejaba.

-Esta en Seattle-, susurro de nuevo haciendo que me girara a verla, para un juego de mi mente la chica se parecía en cierta forma a Bella, un tanto más joven pero idénticas en muchos rasgos.

-¿Cómo lo sabes?-, pregunte confundido.

-Me llamo hoy para decirme que en cuanto pudiera me regresaba el vestido…que llevo a la fiesta-, susurro y yo asentí.

-Gracias-, murmure ya de camino a las escaleras.

-Ella te ama deberías buscarla-, susurro y yo cerré mis manos en puños, pero ¿Por qué era yo el que tenia que hacerlo… cuantas veces ella había tratado de huir de esto?, sabia que era difícil y quizás yo no llegara a entender lo que ella sentía pero… y si para ella era mas fácil alejarse, quizás no me amaba de la misma forma.

-Estoy perdiendo las fuerzas de hacerlo-, le susurre a aquella muchacha mientras salía del edificio, esa noche estuve dando vueltas en el auto, llegue de madrugada al departamento y trate de olvidarme de todo sin conseguirlo… quise odiarla por alejarse… por ser… cobarde… pero ni siquiera eso era posible por que sabia que solo necesitaba ser paciente, mi única esperanza era que con el tiempo, en unos días ella regresara.

Sabía que estaba con su hermana, quizás ella la podría ayudar a superar todo esto.

Pero pensar y decidir es muy difícil y muy diferente a hacer, dos días mas pasaron sin tener noticias de ella, llegaba a su edifico y me iba después de ver su espacio de estacionamiento vacío, mi vida no tenia pies, sin ella el trabajo era insoportable y cada detalle la recordaba, todo su talento, su elegancia y su profesionalismo mientras que por las noches recordaba a la mujer que me volvía loco.

A inicios de la siguiente semana Rosalie llamo para avisar que el servicio de mudanza recogería sus cosas, fue como hablar con una grabadora, sin emociones o sentimientos, dejo el mensaje y colgó.

Le pedí a Eleazar el resto de ese día para estar presentes cuando la mudanza llegara, un sentimiento de nostalgia me invadió cuando el departamento quedo “a medias”, mis cosas era insuficientes ya y reflejaban como estaba… solo y partido, por que aunque Rosalie no era mi complemento tampoco estaba conmigo quien si lo era.

Se cumplía casi una semana de que Bella se había ido y no había nada de su regreso, yo medio dormía o medio comía, la situación hace tiempo que se me salía de las manos y el trabajo se había vuelto un suplicio, y no solo yo la sabía.

-Edward puedo hablar contigo-, pidió Eleazar al pie de mi oficina.

-Adelante-, murmure indicándole la silla.

-Gracias-, se sentó después de cerrar y suspiro mientras comenzaba a hablar.

-Edward no has estado por aquí últimamente… te necesitamos al 100, no puedes seguir así-, pidió mientras yo sonreí casi de forma histérica, como si tuviera el modo de evitar seguir sintiéndome tal como estaba.

-Tratare de no estropear el trabajo-, susurre llevándome una mano al puente de la nariz.

-Es que te necesitamos bien o no-, dijo Eleazar en tono contundente y yo lo mire con desgano.

-¿Me estas despidiendo?-, susurre sin mucha importancia, esa era la verdad, prácticamente seria solo la cereza del pastel.

-No… te estoy dando un tiempo, por que no tomas tu periodo de vacaciones, arregla tus problemas o lo que te este afectando, la junta directiva esta de acuerdo con que tomas un receso después de la exitosa campaña, antes de que aceptes tu nuevo puesto-, sugirió y yo asentí titubeante.

-Gracias Eleazar-, conteste intentando esbozar una sonrisa.

-Edward ahora te hablo como amigo… tienes que solucionar lo que te este afectando, mírate eres la cáscara de lo que eras hace unos meses-, susurro y yo volví a reír.

-Sinceramente Eleazar no se como-, murmure y el me miro por unos minutos.

-Edward tomate el tiempo que necesites y regresa solo si te sientes capaz de tomar de nuevo las riendas de tu vida-, se paro y yo me levante dándole la mano en un gesto de agradecimiento, mi vida se desmoronaba a pedazos y a ella no le importaba, es que ni siquiera pensaba en como debería sentirme yo.

Esa noche en la soledad del departamento, no sabia que rumbo tomar, quedarme en aquel lugar no parecía ser la mejor opción y si ella podía alejarse yo también podía hacerlo, deje en la oficina los datos de donde me encontraría y salí al siguiente día rumbo a el único lugar que me quedaba… Forks.

Esa tarde al llegar mi madre me recibió sorprendida y gustosa, fue un atisbo de calor en el glacial en el que me encontraba, sonreí genuinamente como no lo hacia en días y entramos a la casa.

Mi padre no estaba, como casi siempre estaba trabajando, al llegar su abrazo tan bien me reconforto, mas sobrio que el entusiasmo de mamá el también admitió su gusto por mi visita, ese día no hicieron preguntas y me acogieron como si el tiempo no hubiera pasado, pero mi padre hablo conmigo al día siguiente.

-¿Qué pasa Edward?-, pregunto mientras se sentaba al lado mío en las escaleras de la entrada, tenia en la mano su portafolio, estaba a punto de salir al hospital después de desayunar, pero sin embargo por primera vez en mi vida sentí como si no le importara mas que saber de mi o de lo que me pasaba.

-Necesitaba escapar-, admití con la cabeza baja y el no dijo nada durante unos segundos.

-Escapar de que hijo-, pregunto en tono paternal.

-De mi mismo-, dije burlonamente.

-Edward confía en mi, ¿Paso algo con Rosalie?-, pregunto mientras yo pasaba mis manos por el cabello.

-Terminamos papá… pero eso no es lo importante-, acepte mientras mi padre me veía confundido.

-¿Cómo que no es lo importante?, ustedes estaba bien o no-, pregunto mientras yo asentía levemente.

-Hasta hace unos dos meses creía que si-, admití con la cabeza gacha, de nuevo hubo un silencio que estaba vez rompí.

-Me enamore de su mejor amiga y ella lo supo…-, conté a medias sintiéndome mal ante mi padre.

-Edward-, dijo entre reproche y comprensión.

-Ella se mudo con sus padres… pero para serte sincero mi vida es un caos desde que Bella se fue-, admití mientras apretaba los puños.

-¿Bella es la amiga de Rosalie?-, inquirió mi padre.

-Si… ella estaba muy mal después de lo que paso, de todo lo que paso y me pidió tiempo, pero creí que podía al menos tener su compañía, sin relación de por medio, sin presión, pero ella se fue con su hermana… la amo papá, la necesito de una forma que me asusta, soy un asco en el trabajo… en todo-, admití tapándome el rostro mientras mi padre pasaba un brazo por mis hombros.

-Tranquilízate hijo… puedes quedarte aquí el tiempo que desees-, susurro mientras yo seguí incapaz de mirarlo.

-Edward tu madre y yo estamos orgullosos de ti… tomaras la mejor decisión, saldrás adelante-, continuo mientras yo reprimí mi frustración.

-Con su apoyo es suficiente… papá yo se que tu querías algo mas para mi-, admití mientras el me miraba confundido.

-¿De que hablas Edward?-, pregunto

-Tu querías que yo fuera medico… tu has estado siempre allí aunque yo no te he dado ninguna satisfacción-, murmure y el negó con la cabeza.

-La mejor satisfacción nos la has dado al recurrir a nosotros Edward, pensamos que te habías alejado, éramos tu pasado, no tu presente... no importa lo que hagas o en lo que trabajes nada cambiaria que eres nuestro hijo y que eres mi mayor orgullo…-, dijo mientras apretaba mi hombro.

-Si la amas dale el tiempo suficiente, se paciente hijo, mientras sostente aquí-, me abrazo fuerte antes de levantarse y dirigirse al garaje.

Murmure un gracias mientras lo veía partir, sus palabras me reconfortaron pero no encontraba la fuerza para evitar derrumbarme.

Me quede un rato así con la mirada pegada al piso mientras una tenue lluvia comenzaba a caer, mi mamá me llamo y yo le sonreí mientras le aseguraba que estaba bien, si la lluvia empeoraba entraría a la casa.

Me perdí con la mente en sus recuerdos, en los recuerdos de cuando aun la tenia en mis brazos, de cuando murmuro que me amaba, hasta que fui consiente de la sombra que tapaba la luz del día, fruncí el ceño levantando el rostro lentamente.

-Perdóname…-, susurro una voz que hizo latir mi corazón que desde haces días parecía muerto.

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*O*... uuuyy!!! las cosas para Edward no van nada bien... pero no quiero decirles mucho por "miedo" a contar de más... asi que, pregunta: quien le hablo y porque??? muajajajaja
cuidense mucho, suspiren, suspiren, suspiren y...
Nos leemos en un tris!!

Bellany G.
**Fresas + Chocolate + Tú...mmmm yumi!!**

VENTANA AL AMOR

Capítulo Veintiocho

Alice POV

Había pasado poco más de una semana desde todos aquellos acontecimientos tan fatídicos, Rosalie, Esme y yo nos turnábamos para hacerle compañía a Bella. Ella aun no quería hablar con mi hermano. Pero yo si lo había hecho, necesitaba saber que era lo que había sucedido realmente.

- ¿es verdad?.- le pregunté luego de escuchar su versión de las cosas.

- si, yo jamás le haría algo así a Bella. La amo más que a mi vida.- me dijo.

Lo mire a los ojos, decía la verdad, y estaba completamente destrozado, había perdido aquel brillo que tenía en los ojos cuando estaba junto a Bella, me dolía verlo así.

- estoy segura de que todo se va a aclarar una vez que hables con ella…- dije rodeándolo con uno de mis brazos.

- pero ¿Cuándo? Ella no quiere hablarme, no recibe mis llamadas, no me abre la puerta, tampoco ha ido a la editorial…

- tranquilo, dale tiempo, Edward… por favor.

- tiempo…- susurro.

No me gustaba la situación, esto estaba mal. Los dos se estaban autodestruyendo al estar separados, eran como unas sombras sin vida. Además, ellos no eran los únicos que sufrían, Susan no entendía por que de pronto Edward había dejado de frecuentar la casa de Bella, y sus preguntas inocentes a veces causaban más problemas, por lo que optamos por decirle que mi hermano estaba de viaje, sabía que no era bueno mentirle, pero en este caso la verdad no era una muy buena opción.

Pero había una cuarta persona implicada en este asunto, alguien que no podía expresar su opinión, pero que dependiendo de lo que decidieran Edward y Bella podría ser feliz o no, y ese era el hijo que estaban esperando.

-¿Bella, cuando le vas a decir?- le preguntó Rose, Bella sabía de que hablaba pero decidió irse por la tangente.

-¿decirle que a quien?

-Bella, por favor, estoy hablando de Edward- le dijo Rose

-Él y yo no tenemos nada de que hablar

-¿Cómo que no?.- dije yo esta vez.- Bella estas embarazada, e-m-b-a-r-a-z-a-d-a. no puedes ocultárselo…

-Claro que puedo…- dijo distrayéndose ordenando unas cosas. Sabía que lo hacía para no mirarnos a los ojos, pues si lo hacía, sabríamos la verdad, sus ojos nunca mentían.

-No, no puedes… no puedes separar a un padre de su hijo, no sería justo para ninguno de los dos.

-¿y acaso fue justo para mi lo que él me hizo?

-Bella, tienes que escucharlo, él…

no!...con lo que vi fue suficiente…

-No, Bella… tienes que escucharlo. ¿Qué tal si lo que viste no fue lo que parecía?

-No lo creo, todo estaba perfectamente claro.

-No, no lo estaba y lo sabes.- le dijo Rose, ella también había escuchado lo que Edward había dicho- Bella… tienes que escucharlo.

-Chicas, si lo que yo vi no fuera real, creo que él ya habría venido a decírmelo.

Bella lo ha hecho!, pero tú lo estas evitando. Entiende, esto no esta bien, ustedes se aman… además, aun cuando ustedes no sigan juntos ¡van a tener un hijo! Y mi hermano tiene derecho a saberlo.- ella se mordió el labio dubitativa.- no creo que quieras separar a un padre de su hijo, Bella. Tú no eres así.

-Déjenme sola, por favor…- pidió en un susurro, su voz se había quebrado.

-¿Bella?

-¡déjenme sola!...- gritó, su voz se quebró completamente en la ultima palabra.


Edward POV

Me sentía fatal, todo era verdaderamente insoportable, sin Bella cada día era una tortura, pero lo que más me dolía era que ella no había confiado en mí y tampoco quería escuchar la verdad. Ni siquiera quería verme.

No podía seguir así, había intentado hablar con ella para solucionar las cosas muchas veces, mas ella no me escuchaba o simplemente se rehusaba a verme. El dolor era angustiante.

Sentía que no podía respirar, lo mejor sería dejarla en paz, desaparecer de su vida, pero no me creía capaz de aquello. Los meses que estuvimos juntos me mostraron lo que yo quería, quería formar una familia junto a ella, amanecer a su lado durante todo lo que me quedara de vida, tener hijos…

Todos esos sueños se fueron al olvido, por un malentendido.

Lo mejor que podía hacer era desaparecer, dejarla en paz de una vez y que ella retomara su vida, como si yo nunca hubiera vuelto. Era una decisión drástica, pero ya no hallaba más que hacer, si tenerme cerca le hacía daño, yo me alejaría y la dejaría ser feliz junto a Susan, a ella también la iba a extrañar muchísimo, era el reflejo de los hijos que quería tener, hijos que nunca vendrían.

-¿Edward que estas haciendo?.- me preguntó Alice, luego de que le abriera la puerta del departamento.

-Estoy empacando mis cosas.

-Eso ya lo veo, pero ¿Por qué?

-Me voy, Alice. Me vuelvo a Inglaterra.

-¡no! ¡Edward, no puedes hacer eso!...

-Es lo mejor, no quiero que Bella sufra por tenerme aquí. No quiero que deje de ir a casa de mis padres por miedo a encontrarme, no quiero que deje de escribir por temer encontrarse conmigo…

-Edward, no…- susurró.

-Es lo mejor, Alice. La amo, pero no soporto verla sufrir, menos por mi causa

-¡no! Tienes que hablar con ella. Dile la verdad.

-Lo he intentado, pero no quiere oírla…

-¡insiste! ¡Edward, no te rindas!.- dijo acercándose a mi.

-Solo quiero que ella sea feliz.

-No lo va a ser sin ti…

-Lo había sido antes, va a poder serlo ahora. Yo solo le hago daño- dije cerrando una de las maletas.- mi vuelo sale en una hora.

-¿Qué?...¿por que no nos habías dicho nada?

-No quería que me detuvieran…

-Edward…

-No, Alice no me voy a quedar,- me acerque a uno de mis escritorios- ten.- le dije pasándole un sobre.

-¿Qué es?

-Es una carta, para Bella. Allí le digo todo lo que ella no me dejo decirle, no quiero que piense que soy un infeliz.

-¿Por qué no se la das tú?

-No me la va a recibir… por favor, Alice. Haz que la tenga…

-Por supuesto…

-Bien…- tome mi maleta, para bajarla era la ultima que me quedaba.- me voy. Despídeme de mamá y papá, de Susan y los demás, no creo ser capaz de hacerlo por mi mismo.

-Edward, por favor, piénsalo.

-Ya lo hice, Alice. Es una decisión que ya esta tomada.- le di un abrazo.- te quiero enana, vas a ser una gran madre…- dije antes de salir.

Sabía que Alice intentaría detenerme, lo había intentado la última vez cuando todavía era una niña, pero al igual que aquella vez no pude cumplir lo que quería, debía irme. Me monté en el ascensor de manera rápida, baje al estacionamiento y tome mi coche.

No pude evitar derramar unas lágrimas al darme cuenta de todo lo que dejaba atrás, y esta vez era más doloroso, por que sabía que todo había sido verdad.

Un lindo sueño del cual tuve que despertar.


Bella POV

El dolor era insoportable. Era como una piedra que te oprimía el pecho impidiéndote respirar con normalidad. Era angustiante.

Me sentía fatal, había sido el más duro de los despertares. Después de haber vivido un cuento de hadas por meses, todo se había derrumbado. Pero, al menos me había quedado con algo.

Mi hijo.

Tenía que seguir por él, que su padre no me amara, no significaba que yo no fuera a querer a mi bebé, lo quería desde el primer momento.

Rose y Alice insistían en que hablara con Edward, que lo escuchara. Pero ¿escuchar que? A mi me bastaba con lo que había visto, no quería oír de sus propios labios que todo había terminado. Que él me había traicionado.

Había confiado en él y le había entregado mi corazón, solo para que él jugara con mis sentimientos. Sabía que todo era demasiado bueno para ser real, demasiado perfecto, él era demasiado perfecto y sin duda se había dado cuenta de ello. De lo insignificante que yo era a su lado.

Pero todo me dolía y más de lo que podía soportar, durante los días posteriores a esa mañana de tantos sentimientos encontrados me había sentido fatal. Si de por si mi estado anímico era deplorable a eso debía agregarle los síntomas propios de los primeros meses de embarazo que decidieron atacarme y todos de una vez.

Todas las mañanas me despertaba con nauseas que no se dignaban a abandonarme hasta después del mediodía, y cualquier cosa que comiera me sentaba fatal, los cambios de animo eran lo peor, pues mi estado anímico ya estaba demasiado menguante sin agregarle la influencia de las hormonas.

Susan estaba preocupada, y también extrañaba a Edward, no me gustaba que se sintiera así, andaba muy triste y en el colegio lo habían notado. No me gustaba que ella sufriera y menos por mi causa.

Pero toda la tensión a la que estaba sometida me asustaba, le podía hacer mal a mi bebé y eso jamás me lo perdonaría, no podía evitarlo, tampoco podía dormir, las imágenes de esa mañana me atormentaban o peor, recordaba todo lo que Edward y yo habíamos vivido juntos: sus palabras, sus besos, sus caricias. Y todo era demasiado real, tangible y cuando despertaba en la oscuridad de mi cuarto, sola. El dolor se hacía abrumador.

Esa mañana fui a dejar a Susan hasta sus clases, después me fui de vuelta a casa conduciendo de manera lenta, cuidando de respetar todas las señales y también alerta para no encontrarme con él. Cuando aparque mi carro en la entrada de mi casa vi que el vistoso auto de Alice se encontraba estacionado en la acera y que mi amiga me esperaba impaciente de pie en le porche de la casa.

Salí del carro y me dirigí a su lado. Tenía el maquillaje algo corrido, lo cual era inusual en Alice que siempre estaba impecablemente presentada, se notaba que había llorado por que la informe línea negra se extendía desde sus ojos a sus mejillas. Me preocupe.

-Bella… -susurró con la voz entrecortada.

-¿Allie, estas bien?.- le pregunté acercándome.

-No…- me dijo moviendo la cabeza.- Bella, es Edward.

-Alice te dije que no quería saber nada de él…

-Toma…- dijo tendiéndome un sobre.

-¿Qué es esto?.- pregunté extrañada mirando el sobre, en el frente estaba escrito mi nombre con una caligrafía que me era muy conocida.

-No la quiero…- dije extendiéndole la carta de vuelta.

-¡Bella, reacciona!.- me pidió con lágrimas en sus ojos- Edward se va, por favor, lee esa carta y después ve que vas a hacer. Pero por favor, léela…

-Alice…- dije acercándome a ella.

-Mejor me voy.- dijo secándose las lagrimas.- necesitas pensar, antes de que sea demasiado tarde…

Ella se fue, entre a la casa aun desconcertada por aquel encuentro y más por sus palabras, Edward se va. Aunque quise con todas mis fuerzas evitarlo, aquello me dolió, después de todo, aun lo amaba. Tenía el sobre aun entre mis manos, ¿Qué debía hacer? Podía abrirlo o no, pero debía hacer algo. Finalmente mi curiosidad venció y abrí el sobre.

Bella:

Seguramente cuando leas esto yo ya este lejos, pero creo que en estos momentos es lo mejor. Como decidiste no escucharme decidí escribirte todo, pues no quiero que te quedes con una impresión equivocada de mi.

Te amo. Lo que viste aquella mañana no fue lo que creías, Tanya había ido al departamento para contarme que su prometido venía de viaje, pero una serie de accidentes, cuando intentaba cocinar hicieron que terminara con toda su ropa sucia, de ahí la camisa.

No sabes cuanto me dolió que no me creyeras, mi amor es sincero, Bella, siempre lo ha sido. Siempre te he amado y creo que siempre lo haré… pero tal vez separarnos sea lo mejor.

Me voy para que puedas seguir con tu vida sin tenerme a mi como un obstáculo. Dale mis cariños a Su; es una niña excepcional y maravillosa a la cual llegue a querer mucho. Cuídate…

Te amo, por siempre

Edward.


Unas lágrimas cayeron sobre las últimas líneas de la carta corriendo toda la negra tinta. Todos tenían razón, había sido una estupida; lleve la carta hasta mi pecho y arrastre mi espalda por la pared hasta terminar en el suelo.

Él no me había engañado. Él me amaba.

Y yo con mis miedos y mis inseguridades había arruinado todo, las lágrimas escapaban sin control de mis ojos.

Estuve unos minutos ahí, sin reaccionar, regocijándome en mi propio dolor, dolor que yo misma me había inflingido.

Edward se va… cuando recordé eso supe exactamente que debía hacer, si es que no lo supe desde un primer momento. Tenía que detenerlo, no podía perderlo. Lo necesitaba a mi lado.

Me levante del piso de manera apresurada, no tenía tiempo que perder, debía llegar al aeropuerto antes de que tomara su vuelo, debía detenerlo, debía decirle que lo amaba.

Solo esperaba que no fuera demasiado tarde…

Pero al parecer la suerte no estaba de mi lado, el trafico camino al aeropuerto era infernal, las calles estaban plagadas de coches y cada uno de los semáforos se ponía en rojo cuando estaba frente a ellos, apreté el manubrio de mi coche con frustración. No tenía tiempo para demoras.

Iba a llegar tarde. Lo iba a perder.

Las lágrimas amenazaban con nublar mi visión, pero no debía importarme nada, debía verlo. Tenía que llegar a tiempo.

Cuando al fin logre llegar hasta el aeropuerto todo estaba atestado, deje mi carro en el primer lugar que encontré, sin siquiera preocuparme de echarle el seguro, nada de eso importaba ahora. Debía detener a Edward.

Tenía miedo. No podía llegar tarde.

Corrí, con una agilidad inusual, seguramente producto de la tensión del momento, corrí hasta llegar al enorme panel que registraba los vuelos, llegué frente a él aun con el corazón en la mano.

Inglaterra, Inglaterra, Inglaterra. Busque entre las decenas de vuelos que se anunciaban mientras en mi fuero interno rogaba con todas mis fuerzas que aun estuviera a tiempo.

Destino: Inglaterra. Despegando.

Se me vino el alma a los pies, mi respiración se hizo dificultosa, presa del pánico y la agonía como me encontraba, los sollozos comenzaron a salir de mi garganta. Se había ido. Lo había perdido. Las lágrimas comenzaron a bañar mi rostro a la vez que me abrazaba a mi misma en busca de consuelo, de mantenerme en pie. Pero me era imposible.

Con pasos lentos, casi arrastrando los pies, el corazón roto y el rostro bañado en lágrimas, me dirigí hasta el gran ventanal al final de la sala desde el cual se podía observar la pista de aterrizaje.

No sabía con exactitud en cual de esos aviones iba Edward, solo pensar en él me dolía y hacía aumentar mi llanto; tampoco sabía que quería lograr mirando los aviones con gesto ausente, tal vez buscaba acabar con la poca cordura que me quedaba. Me acaricie el vientre, en el se encontraba nuestro hijo, del que él no sabía nada y todo por mi culpa. Me sentí miserable y ruin.

Apoye mi frente contra el frío cristal cuando los sollozos comenzaron a escapar con mayor fuerza de mi garganta, sacudiendo todo mi cuerpo. Era tan duro, se sentía tan mal.

-¿Bella?

Esa voz. Rompí a llorar con mayor fuerza. Ahora mi subconsciente también me traicionaba, no podía estar escuchando su voz, no era real, era una ilusión, una dolorosa ilusión.

-¡Bella!- exclamo la voz con la preocupación tiñendo su aterciopelado tono.

No quería voltearme, no quería mirar y ver que él no estaba allí, que todo era producto de mi atormentada imaginación.

-¿Bella?- volvió a preguntar.

Sabía que me arrepentiría de hacerlo, pero era tal la angustia que profesaba esa voz que me dolía incluso a mi, algo tan hermoso no debía sufrir, menos por mi causa.

Debía estar soñando.

Ahí frente a mí a solo unos cuantos metros de distancia, estaba él. Edward, tan guapo e irresistible como la primera vez. Estaba aquí, era real. No se había ido.

-¡Edward!- exclame presa del júbilo.

Corrí hasta su encuentro sin apartar mi mirada de su rostro, por miedo a que desapareciera si apartaba mis ojos de él. Me lance a sus calidos brazos y me refugie en ellos, en un principio, él no reacciono, solo se quedo quieto seguramente sorprendido ante mis acciones, pero después me estrecho junto a él con sus fuertes brazos.

-Perdóname…- le susurre poniéndome en puntillas para mirar sus ojos. Aquellas esmeraldas que me volvían completamente loca.

-No tengo nada que perdonarte, mi cielo- dijo secando una de las lágrimas que caían por mi rostro. Cerré mis ojos ante la dulzura de su caricia. Era real.

-Me equivoque…- balbuceé- no confié en ti, yo…

-Eso ya no importa, ya estas aquí…

-Te amo.- le susurre rodeando mi cuello con mis brazos.

-Y yo a ti. Más que a mi vida…- susurró contra mis labios.

Sus labios eran dulces, tiernos y delicados contra los míos. Era un beso lento, calmando, sin prisas, como si tuviéramos todo el tiempo del mundo para nosotros dos y nuestro reencuentro. Sus manos se ciñeron a mi cintura para estrecharme más junto a él; pero había pasado demasiado tiempo sin sus labios. Y los extrañaba.

Los míos comenzaron a moverse impacientes contra los suyos, a la vez que me pegaba más a él. Nuestras bocas estaban unidas en una danza frenética, incontrolable, deslicé mis manos por su cuello, capture su cabello con mis dedos, lo atraje más a mi, quería sentirlo cerca.

Fue un beso profundo y cargado de amor. Amor verdadero.

Cuando nuestros labios se separaron, Edward junto su frente a la mía mientras intentábamos regularizar nuestra respiración, llevo sus manos desde mi cintura a mi rostro y lo acuno entre ellas, busco mis ojos con los suyos.

-Te amo, Bella. Eres la única mujer que he querido en mi vida, y la única que querré… por siempre…

-Yo también te amo. Perdóname por no…

-Shhh.- pidió posando uno de sus dedos en mis labios para acallarme.- eso ya no importa, estamos juntos ahora, eso es lo que cuenta- yo asentí.

-Pero, hay algo más que tengo que decirte- le dije y él se tensó de inmediato.

-¿Qué sucede?...Bella, no me asustes.- me pidió.

-Tranquilo…- le dije, esta vez yo silencie sus labios.-no es nada malo, si no todo lo contrario…

-¿Qué pasa?

-Edward…- susurré. Tome una de sus manos, la cual aun descansaba sobre mi rostro y la lleve hasta mi vientre, mi mano sobre la suya, él me miró extrañado.- Edward… nosotros, tu y yo… vamos a ser padres…- le dije con una sonrisa.

La enorme sonrisa que se extendió por sus labios simplemente me quito el aliento.

-¿Estas embarazada?- me preguntó. Sus ojos brillaban de una manera hipnótica y encantadora. Asentí.

-Tengo aproximadamente unas nueve semanas…

-Mi amor, es la mejor noticia que podrías haberme dado…

Me cogió nuevamente de la cintura y me hizo dar vueltas junto a él suavemente y con mucho cuidado, antes de volver a depositarme en el suelo, frente a él.

-Vamos a ser padres.- pronunció antes de sellar sus labios con los míos nuevamente, lleve mis manos a su cuello para acercarme más a él. Era completa y totalmente feliz.

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...pffff!!! esta vez si que sufrimos no es asi???... pero nada, siempre y en cualquier situación el amor es el que gana, no importa cuantos obstaculos te ponga la vida o cuantas personas te hagan el camino un poquito más díficil... siempre, pero siempre vas a encontrar una solución si en ella hay amor u.u
en fin, parece que ahora si... todos tenemos un "principio feliz"... ahh si, porque "según yo" no es un "vivieron felices para siempre" es más bien "el perfecto inicio"... jejeje... lo siento ando cursi hoy o.O
ah y por favorcito no me muerdan!!... se que ayer no actualicé, pero hoy compenso jejeje...
ya saben, cuidense mucho, suspiren todavía más y...
Nos leemos en un tris!!

Bellany G.
**Gracias a ti, mis alas estan completas**
((esta tiene doble significado, tambien es para ti nena))

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