Capítulo 12. Veneno
Edward POV
Ella era mi gloria… mi espacio perfecto… mi mujer, su cuerpo contra el mío era la gloria sentía que podía correrme en cualquier momento, ella se movía llevando totalmente el control, teniéndome a su merced.
-Eres mi vida-, le dije en un hilo de voz mientras me hundía en ella, ella estaba llorando sabia que era difícil Rosalie había venido a ella por mi, a ella, no podía evitar pensar como se sentiría Bella, debía sentirse como la peor amiga, yo era el culpable pero mi cuerpo no escuchaba razones… mi cabeza no hilaba pensamientos y mi corazón…
La bese impacientemente con todo los sentimientos que explotaban en mi pecho, aumentó el frenesí de sus movimientos hasta que la sentí contraerse, me abrazo volviéndome completamente loco su pecho rozante y apretando contra el mío, su respiración jadeante contra mi odio, me corrí llegando al cielo junto con ella, lleve mi nariz a su cuello aun envueltos en ese delicioso abrazo, su piel olía a mi, era mía solo mía para siempre, después de unos minutos, cuando fuimos dueños de nuestras respiraciones se levanto un poco y me sonrío débilmente casi de forma fingida lo que me hizo recordar que debimos esperar…
-Tomare una ducha-, susurro y me dio un ligero beso, la deje irse y le otorgué su espacio, sabia que toda esta situación era difícil, Bella era tan frágil dentro de esa fuerza que aparentaba ante todos, cuando oí el agua caer tenuemente, el sonido inundo el departamento completamente en silencio después de nuestro encuentro, levante su ropa casi con adoración y me vestí, arregle lo mas posible el sofá y la espere sentado en la orilla de este, necesitaba decirle que no podía vivir ni un minuto mas sin ella, el no verla en la oficina hoy me lleno de un pánico inexplicable era un miedo a perderla que me consumía, por eso no pensé en venir a buscarla, no pensé en atraerla a mi cuando vi sus ojos rojos por el llanto, ella estaba mal, Rosalie no debió venir pero para ser franco Rose no era consiente de que sus acciones eran irónicas aun cuando ni Bella ni yo lo planeamos.
Ella salio después de unos minutos, su cabello mojado redondeaba su cara, se sentó a cierta distancia de mi, esa acción me dolió y sin pensarlo estire mi mano acortando de alguna forma mi distancia, deje algo de su cabello húmedo detrás de su oreja.
-¿Por qué no fuiste hoy a la oficina?-, le susurre, intuía la razón pero necesitaba que ella me dijera como se sentía, no me miro cuando contesto
-Edward tienes que irte-, yo me tense al oírla y trate de recordarme que era típico de ella escudarse, estaba asustada… lo sabia y no la dejaría alejarse de mi.
-Bella…-, comencé pero ella se levanto y me interrumpió de forma casi impaciente
-Tienes que hablar con Rosalie-, susurro dándome la espalda
-Bella ¿Qué pasa?-, pregunte confundido, por que parecía distante
-Este juego se me salio de las manos-, me contesto en tono bajo, yo ya no entendía sus palabras que diablos trataba de decir
-Juego…-, susurre
-Quería demostrarme a mi misma que tenia razón…nunca pensé que no pudiera controlarme-, susurro como si hablara de el peor error de su vida, no soporte mas la gire para verla, que me dijera en la cara lo que comenzaba a intuir
-¿Qué cosa?-, pregunte con voz tensa
-Recuerda que te dije que mi teoría no tenia fallas…pues no las tiene-, lo recordaba…como cada palabra que había pronunciado desde que la conocí pero eso no me hacia entenderla, volvió a hablar cuando no obtuvo ninguna respuesta.
-No existen los hombres perfectos, Rosalie creía que eras uno y mira quise comprobar que no…la engañaste con su mejor amiga-, se alejo de mi dejandome clavado al piso, ¿comprobar?, era eso lo que ella estaba haciendo… un experimento, esto tenia que ser una pesadilla, ella no era Bella, la mire tratando de encontrar a la mujer que me había hipnotizado pero no estaba en sus ojos…
-No planeé engañarla eso se salio de mis manos ahora ella esta sufriendo y debo arreglarlo-, que diablos iba arreglar…iba a borrar todo lo que pasamos, como podría hacerlo si yo no podía vivir sin ella, sin mi aire.
-Soy una estupida teoría-, le recrimine intentando controlar el dolor y la rabia que surgían de mi pecho
-Admítelo todos los hombres son iguales-, susurro, ¿Cómo se atrevía?, ella había estado entre mis brazos hace unos momentos y ahora me decía que eso era para demostrar que solo era otro traidor… yo jamás desee esto, ella fue la que irrumpió en mi vida, levante su rostro para encararla
-No puedes hablar en serio-, le dije entre dientes
-Lo hago… ahora quiero que te vayas de mi casa-, pidió mientras la sostenía del brazo
-¿Por qué?-, le pregunte, por que sus palabras, por que se entrego a mi si solo estaba “jugando”, por que tanto dolor
-Solo iba a probar contigo jamás pensé en llegar a tener… sexo, se me salio de las manos y bueno solo completas mi teoría, estabas dispuesto a dejarla… como todos, como Charlie, como cualquier hombre-, dijo en tono de reclamo y yo me sentí aturdido, no era cierto, no podía ser verdad, su cuerpo, sus caricias, hasta sus ojos me decían lo contrario, yo no era como su padre, jamás quise lastimar a Rosalie y jamás la dejaría, tome su cara entre mis manos sin pensarlo y la acerque hasta sentir su aliento mezclarse con el mío.
-Bella…yo te…-, le iba a decir por primera vez en voz alta lo que gritaba mi corazón pero ella se alejo, dolorosamente, se alejo.
-Yo te que Edward… son solo palabras… se las dijiste a Rosalie, y mira… yo no confío en los hombres, no puedo amar a nadie, solo quiero irme de aquí, aprendí de la peor manera que no se puede jugar con fuego-, lleve las manos a mi cabello desesperadamente, no podía ser tan fría… tan calculadora…tan...
-Dime que todo fue una farsa… dímelo-, le rete viendo a sus ojos
-Fue un error, un maldito error… eso querías oír-, grito desgarrándome el alma, no lo que yo quería es que me dijera que me quería como yo lo hacia, que estaría conmigo, que...
-No puedes ser tan insensible… tan…-, le reproche tenso reprimiendo las ganas de llorar, si por que me dolía tanto… ella tenia mi vida y no le importaba
-Me acosté con el novio de mi mejor amiga… que no podría ser-, se alejo de mi y abrió la puerta, como podía considerarse así como una…no ella era mas que eso, mas que esta piedra con cuerpo de mujer.
-Vete por favor-, susurro mirando hacia la pared de la entrada
-Eso quieres-, le conteste casi inaudible reprimiendo las ganas de estamparla contra la pared de obligarla a que me alejara pero no podía dejar de pensar en sus palabras, ella no me amaba y eso había destrozado todo…me sentía como si me estuviera asfixiando.
Cuando asintió salí de allí como si fuera mi única oportunidad de mantener la cordura, no me detuve hasta que estuve en el auto, salí de ahí pise el acelerador a fondo, el camino se volvía difuso, el auto ronroneaba y rugía igual que mi pecho, no podía ser cierto todas esas palabras…todo por que, repetía una y otra vez porque se había entregado a mi de nuevo, como podía decirlo después de haberse entregado así, como podía decir que no sentía nada.
Cerré los ojos por un momento y el auto patino hasta quedar parado al pisar el freno, quedo en medio de una calle poco transitada, mi respiración estaba demasiado agitada, ni siquiera me dí cuenta que estaba llorando hasta que me vi frente al retrovisor, golpee el volante con fuerza y grite desgarrándome, sintiendo el fuego en el pecho, ella era un veneno matándome lentamente…
-Esta bien-, susurro un hombre desde afuera, al parecer obstruía el paso de los demás automóviles.
-Si...-, conteste con voz ronca, encendí el auto de nuevo y conduje hasta el departamento, ni siquiera podía llegar ahí…como iba mirar a Rosalie, que iba a pensar al verme así, pensé que era demasiado bueno para ser verdad al mirar su espacio de estacionamiento vacío, baje del auto y subí hasta mi piso.
Abrí la puerta y entre directamente hasta el cuarto, era insoportable estar aquí…todo lo que había cambiado por ella y era solo un error, un maldito error.
Me senté en el sofá y tome la única botella que Rosalie guardaba en la alacena, quería utilizar el alcohol como mi anestésico, quería sacarla de mi sistema, de mi piel, de mi cabeza…de mi corazón.
El teléfono retumbo en mi cabeza, después no se cuanto tiempo de haberme quedado dormido abrí los ojos observando ya la luz del día atreves de la ventana, tenia un fuerte dolor de cabeza una aturdimiento de los sentidos, conteste solo para cesar ese terrible sonido.
-Edward que pasa…son las 12 estas bien-, contestó Eleazar con un tono de preocupación en su voz
-Si es...solo…una larga noche…estaré hay en la oficina en uno momentos ¿esta bien?-, le conteste mientras me convencía a mi mismo que debía ser fuerte, ella no me destruiría, no lo haría.
-Esta bien...tomate tu tiempo…me preocupe es todo-, contesto antes de despedirse y colgar.
Me di cuenta que Rosalie no había estado en el departamento, sinceramente ahora no había posibilidad de estar con nadie, ella era la menos culpable de todo esto y sin embargo odiaría tenerla en frente, me duche y me vestí casi de forma automática, y fui a la oficina.
Espere verla ahí, con su aire de superioridad, con su belleza de ángel y sus ojos de asesina, mi demonio, pero no estaba, su oficina estaba sola, vacía y era estupido pero no pude evitar el nerviosismo de no volverla a ver aun cuando me hubiera herido mas profundo de lo que podía imaginar.
-¿Estas mejor?-, pregunto Eleazar sacándome de mis pensamientos
-Si…Bella-, susurre
-Presento su renuncia…no te lo dijo…mañana después de la firma del contrato estará fuera de obligaciones con la compañía-, susurro el con el ceño fruncido
-No no lo menciono-, le conteste en tono serio, iba a arrancar el error de raíz, se iba como un vil criminal…no lo podía soportar, no podía.
Mas pronto de lo que quisiera el día termino y esta vez el auto de Rosalie indicaba que ella había regresado, no podía ser tan cobarde así que lentamente subí para encararla, ella estaba sentada en la sala mirando un papel con gesto distante.
-Hola-, musite
-Hola-, dijo ella mientras guardaba la carta en el sobre.
-Rosalie… -, comencé sintiéndome el peor de los hombres, ella suspiro antes de levantar la mirada
-Edward podemos hablar…solo un momento-, comenzó, yo asentí y me senté frente a ella.
-Edward yo no quiero perder esto…podríamos intentarlo...te estoy pidiendo una oportunidad-, susurro con la cabeza gacha, yo no merecía tal, yo la había engañado aun cuando ella no lo supiera no podía mentirme a mi mismo, aun cuando Bella jurara que todo había sido una farsa yo ya no podía estar con Rosalie, estaba infectado de ella, su olor estaba en mi piel, su sonrisa y su voz en mi cabeza, seguiría engañando a Rosalie si permitiera esa posibilidad, podía herirla ahora pero evitaría su dolor futuro.
-Rose…se que no lo merezco…lo se quizás no lo puedas entender pero te pido que aceptes mis razones, yo ya no puedo darte nada, estoy vacío, te quiero y por que lo hago necesito dejar esto…sabes que esto se terminó, luchar por ello es una causa perdida-, le dije y ella se limpio una lagrima que caía por su mejilla.
-Amas a otra…-, susurro y yo apreté mis puños
-No…-, mentí para que lastimarla, Bella había dejado todo, no había por que expander mas dolor.
-Rose eres una mujer hermosa por dentro y por fuera…mereces que te hable con mis sentimientos…créeme que de poder hacerte feliz lo haría-, ella asintió algo mas tranquila.
-Sabes quizás tengas razón...quizás nuestro destino no es estar juntos…-, susurro y yo desvíe la mirada, ella tomo el sobre que tenia en sus manos anteriormente y me lo dio, eran de un laboratorio, se limpio otra lagrima y me incito a mirarlo, era una prueba clínica de embarazo…mi corazón se paro por un momento hasta leer el resultado…me sentí egoísta al tranquilizarme ante la negativa, pero eso no debía ser, yo no merecía algo de ella, algo tan grande como un hijo.
-¿Por qué no me dijiste?-, susurre
-Quería estar segura…hubiera sido peor si hubiera dicho algo que no era-, me contesto
-Pero debía hablar contigo…lo pensé todo el día, ayer, hoy, desde que hable con Bella, me dijo que fuera con los resultados y que tratara de solucionar las cosas-, continuo y mi corazón di un vuelco.
-Bella…-, susurre.
-Si, ella sabe lo que es crecer sin un padre…me duele perderte Edward pero en cierta forma me alegra que mi bebe no haya sido posible…fue solo un bello sueño…he visto a mi amiga sufrir tanto, no soportaría un dolor así-, me contesto y yo cerré mis ojos, ahora todo encajaba, sus palabras, sus acciones, Bella protegía a Rose, ella protegía a un bebe …a mi hijo, eso me hizo querer salir a buscarla, decirle que no era verdad y que de ser posible siguiera manteniendo sus palabras, mentiras…solo mentiras.
Pero no podía olvidarme de la mujer frente a mi…mi amiga, mi compañera durante mucho tiempo, me levante y me senté a su lado.
-Encontraras a un hombre que te haga feliz…a alguien que te de lo mejor de el-, le dije y ella me abrazo sollozando.
-Discúlpame por pensar en que podrías engañarme…espero que encuentres lo que buscas-, me dijo separándose y dándome un beso en la mejilla antes de tomar una bolso grande y salir por la puerta.
Eso no era verdad yo la había engañado y eso me hacia reprochable pero justo ahora solo quería tener a Bella de frente…tenia una ligera esperanza que todo fuera una mentira, ella no sabia la verdad…pero la sabría pronto.
Decidí darle un espacio…yo también tenia que pensar, en todo, mañana la vería en el evento y le diría todo, sobre todo la mayor verdad de todas, le diría cuanto la amaba no me importaba nada mas que estar con ella, si me iba a repetir que era un error esta vez me lo repetiría, de frente… sus ojos no me engañarían.
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mmmm... que dificil me resulta ahora comentar en esta historia, por cuestiones personales, que no vale la pena platicar ya, comprendí que se debe luchar por amor, pero que cuando "ese amor" lastima a quien más quieres no debería importar... es complicado acallar una amor asi cuando es verdadero y el todo esta en luchar por lo que de verdad quieres y es mejor para ti, pero eso solo lo reconoces cuando ya has cometido errores. Si bien esta historia de amor no empezó como debería, es algo real y verdadero y merece algo más... todos merecemos una segunda oportunidad...
y como ya me puse dramática mejor dejemos que sea Edward quien solucione los problemas...
cuidense mucho y no olviden los chocolates, suspiren y...
Nos leemos en un tris!!
Bellany G.
**Ya no podría estar sin ti**
ya no aguento para leer el otro.
bsos. y saludos