Capítulo 16. Epifanía
Rose soltó un enorme suspiro y le dio una colleja a Emmett.
“¿¡No podías tener la boca cerrada verdad!?” le regañó.
Justo cuando se dio cuenta de lo que había hecho, me miró tímidamente.
“¿De verdad que no lo sabías?” me preguntó.
“Tú quieres decir que está enamorado de mí como amigo ¿verdad?” pregunté. Sí suena algo estúpido…
Eso pareció captar la atención de Rose “Sé que le prometimos que no te diríamos nada, que dejaríamos que lo averiguaras tú sola, ¡pero esto es demasiado! ¿Cómo puedes estar tan ciega? ¡Te ha estado cuidando mejor que ese que te ha perdido perdón que tienes como novio!”
“¿Entonces por qué no me dijo que le gustaba?” le pregunté.
“Nos dijo que te lo dijo, pero que tú no sabías que estaba hablando de ti”
De repente sentí como si estuviera teniendo una epifanía. ¿Esa chica que le gustaba, era yo?
Sacudí la cabeza desafiante “¡No, eso no es verdad! Él dijo que ella era guapa, elegante, divertida… ninguna de esas cosas soy yo.”
Alcé la mirada para ver a Emmett con la boca abierta y Rose con cara de sorpresa.
“Sabíamos que tenías problemas con verte tal y como eres, pero esto es peor de lo que pensábamos. ¿Cómo puedes no saber lo guapa que tú eres Bella? Sabes que, aparte de preguntarnos todas estas cosas, deberías ir a hablar con él” dijo Rose.
Aún tenía problemas para comprender todo lo que me habían dicho. Pero, si me lo hubiera dicho él… De repente me di cuenta…
La forma en que me había mirado la primera vez que me habló de esa chica. Era como si estuviese buscando algo en mi mirada, en mis ojos. Había dicho incluso que ella tenía novio y ¡Le gustaba! Luego, anoche, se lo volví a preguntar y se puso tenso y dijo que las cosas estaban un poco mejor. ¿Se refería a que Jayden me había engañado?
Me di en la cabeza frustrada ¿¡Cómo pude ser tan estúpida!? Le dije que se acercara a ella y le mostrara el verdadero él ¿¡Cómo no me pude dar cuenta de que estaba pasando todo su tiempo libre conmigo pudiendo estar en cualquier otro lado!?
Miré a Rosalie, la cual me miraba con una sonrisa pícara en la cara “Te ha costado eh”
“Tengo que encontrarlo” les susurré “¿Saben dónde está?”
“No, pero puedes llamarlo” dijo Emmett, marcando su número de teléfono y dándome su móvil.
Escuché el teléfono sonar y sonar hasta que salió el contestador.
“No lo coge, ¿estás seguro de que lleva su móvil?” le pregunté a Emmett.
“Sí, déjale un mensaje, quizás se piense que soy yo llamándolo.”
“Vale”
Me aclaré la garganta y le dejé un mensaje pidiéndole que nos viéramos en el parking en diez minutos.
“Si no vienes, lo entenderé. Me iría a casa de Rose o algo” dije colgando el teléfono.
“¿Crees que vendrá?” le pregunté a Rose y le tendí el móvil a Emmett.
“Quién sabe, reaccionó precipitadamente y probablemente ahora esté avergonzado” dijo Emmett.
Cogí las muletas y me puse de pie, preparada para ir hacia el parking.
Encontré su coche y me acerqué lo más deprisa que pude. Podía sentir mi corazón latiendo errático en mi pecho conforme me acercaba a su coche. Realmente quería que viniera. Había estado negando mis sentimientos hacia él desde que le conocí. Primero bajo la excusa de que era un idiota, después por la excusa de que tenía novio. Tenía que averiguar que lo decían Rose y Emmett era cierto. Por mucho que quería, era difícil de creer.
Cuando me apoyé contra el coche, intenté calcular cuánto tiempo llevaba ahí. Probablemente 3 minutos, así que me quedaban 7. Me quedé ahí de pie, esperando pacientemente, pero cada segundo que pasaba más pánico me entraba. Cuando estuve segura de que habían pasado 15 minutos, sentí mi corazón hundirse. No había venido.
Miré al suelo durante unos segundos, después cogí firmemente las muletas para así poder volver al centro comercial. Levanté la mirada para sorprenderme al ver a Rose y Emmett que me hacían señas para que los esperase donde estaba.
“Te vamos a tener que llevar a casa. Edward no lo podrá hacer.” Dijo Rose.
“¿Por qué?” pregunté.
“BUENO-” empezó chillando Emmett, pero Rose lo paró posando su mano en la boca de éste.
“¿¡Quieres callarte!? ¡No necesitamos que se entere todo el mundo!” dijo chillando y mirando a su alrededor asegurándose de que no había nadie.
“Edward ha sido arrestado” dijo calmadamente con una voz baja mientras apartaba la mano de Emmett.
Parpadeé. No estaba segura si había oído correctamente. “¿Acabas de decir que ha sido arrestado?”
“¡Sí!” dijo Emmett con una sonrisa. Quizás feliz de que hubiera participado en la conversación.
“¿¡Por qué!? ¿¡Qué ha hecho!?” grité, horrorizada.
“Cálmate Bella, no ha sido tan drástico como la última vez. Sólo ha destrozado los maniquíes de los escaparates de la calle Victoria.” Explicó como si fuera lo más normal del mundo.
“¿Y eso no es drástico? ¿Y qué has querido decir con la última vez?” pregunté cuando me guiaban hacia el jeep.
Vi como Emmett abría la boca para hablar, pero nuevamente Rose lo cortó con una sola mirada.
“¿Para Edward? No, no es drástico. Edward es demasiado exagerado, y hace cosas peores, pero no es el momento de desvelarte esa información. De todas formas, lo soltarán en dos horas y podrás hablar con él”
“¿Ha hecho todo eso porque piensa que he vuelto con Jayden?” me pregunté a mí misma pero Rose, al escucharme, asintió.
Alcanzamos el jeep. Rose puso las muletas en el maletero y se sentó en el asiento del copiloto mientras Emmett me elevaba hasta sentarme en los asientos de atrás. Cuando me colocó se sentó en el asiento del conductor.
Me coloqué bien en el asiento y esperé a que Emmett saliera del parking.
“¡Oh, casi me olvido!” gritó Emmett y apagó el motor, mientras Rose murmuraba cosas incomprensibles.
Rápidamente me incorporé “¿Qué pasa?” pregunté.
“Bueno, pasamos todo el tiempo en el centro comercial pero no tuvimos oportunidad de comer” explicó Rose.
Miré cansada a Emmett pero él sólo me miró con una enorme sonrisa en la cara y salió.
“Si me disculpáis, ¡iré por comida rápidamente!” chilló mientras salía corriendo y nos dejaba a Rose y a mí en el jeep.
“¿Eh… Bella?” empezó, girándose en su asiento para mirarme. Gemí internamente, sabiendo lo que seguía “¿Te gusta Edward?”
Miré hacia una de las ventanas “Podría decirse que sí” respondí.
La escuché dar un frustrado suspiro y la miré ¿Parecía enfadada conmigo?
“¿Qué va mal?”
“¿Por qué salías con uno si tenías sentimientos por otro?” preguntó.
Suspiré exageradamente y comencé “En ese tiempo, Edward era un idiota, y no tenía sentimientos por él; sólo pensaba que era guapo. Cuando conocí a Jayden parecía ser completamente lo contrario. Su actitud quiero decir, pero después Edward era su mismo contrario a el antiguo él, y tengo que decírtelo, los sentimientos que yo tenía no eran solamente de amistad. Iba a llamar a Jayden para cortar con él porque no era justo para él. Pero el me lo puso un poco más fácil ¿No crees?”
Rose sonrió y justo cuando iba a contestar Emmett llegó. Vi la cantidad de comida que había traído y sentí mi mandíbula abrirse. ¿¡Toda esa comida era para él!?
Vi como colocaba las bolsas entre Rosalie y yo.
“¿Todo eso es para ti Emmett?” pregunté.
“¿Qué? Oh, espera un momento”
Vi como sacaba de la bolsa un sándwich y un helado.
“Para ti” dijo mientras me lo tendía y sonreía.
Puse los ojos en blanco y lo cogí, dándome cuenta del hambre que tenía.
Cuando conducía hacia los dormitorios mi mente empezó a pensar. Las cosas serían mucho más incómodas cuando Edward volviera. ¿Sabía que Emmett me había dicho que yo le gustaba? ¿Es realmente cierto? Como un centenar de esas preguntas pasaron por mi mente mientras duraba el camino de regreso. Cuando aparcó, sentí alivio cuando me di cuenta de cómo iba a bajar del jeep, eso me distrajo.
Emmett me cogió en brazos y me bajó mientras Rose me guardaba las muletas. Me las tendió, así podía apoyarme en ellas y dejar que Emmett cogiera su comida. No fue tan complicado como pensé que sería.
Caminaron conmigo hacia mi habitación para asegurarse de que estaba bien antes de que se fueran a la habitación de Rose, suspiré aliviada ante este hecho. Necesitaba tiempo para estar sola.
Cogí el mando de la tele y me senté en el sofá. Todo lo que pudiera despejarme me vendría bien. Me paré en el canal NBC y me tumbé en el sofá, deseando que cualquier cosa que retransmitieran me distrajera. No lo hizo.
Cerré los ojos cuando más pensamientos llenaban mi mente, cansándola, hasta que finalmente, me dormí.
Un crujido sonó en la habitación y rápidamente abrí los ojos y me erguí en el sofá para ver a Edward de espaldas a mí, cerrando la puerta principal. Parecía como esta mañana, no como alguien que ha partido en dos los maniquíes.
No pude evitar reírme entre dientes cuando me imaginé a Edward violentamente rompiendo los maniquíes de una lencería.
Mi sonido pareció alertarle y se giró para mirarme intensamente. Podía sentir el color subiendo por mis mejillas cuando caminó hasta ponerse frente a mí. ¿Cómo empezar…?
Me aclaré la garganta “Edward yo-” empecé a hablar, pero me cortó haciendo un gesto con la mano.
“Shh. Lo sé” dijo.
Alcé las cejas ¡Bien eso hace las cosas mucho más fáciles! ¡Wow! “¿Lo sabes?” pregunté con esperanza.
“Sí, sólo quería decirte que soy feliz de que tú seas feliz, estaba destinado” ¿Él cree que vamos a estar juntos? ¡Sí! Lo recuerdo, le había dicho que si la relación con la misteriosa chica estaba destinada, ocurriría.
“¡Genial! ¡Yo también lo pienso!” dije eufórica, pero rápidamente fruncí el ceño al ver que los ojos de Edward se volvían dolorosos con ese comentario.
“¿Qué pasa?” pregunté rápidamente “¿Acaso no quieres que te quiera?”
Me miró sorprendido “¿Qué?” preguntó.
“Dije que yo también pienso que estábamos destinados a estar juntos” expliqué. Pero su ceño se intensificaba aún más.
Lo vi caminar hasta el sofá a mi lado, se sentó, y puso las manos escondiendo su rostro. Moví bruscamente los brazos, frustrada. ¿Por qué estaba enfadado?
“¿De verdad que no quieres que tú me gustes?” dije, decepcionada. Sabía que era demasiado bueno para ser verdad. ¿Pero entonces a qué se refería con que estaba destinado?
Levantó la vista para mirarme, y la expresión de sus ojos me impresionó. Parecía triste. Vale, ahora sí que está empezando a confundirme.
“Claro que quiero que te guste. Pero tú estás demasiado ocupada estando enamorada de Jayden” dijo.
Sentí mis ojos abrirse de la sorpresa ¿De qué estaba hablando?
¡Ahora lo he pillado! Aún piensa que he vuelto con Jayden y que va a intentar estar feliz por mí.
“¡Oh! Edward, no estoy enamorada de Jayden” dije riendo tontamente. Realmente sí que es sobre reactivo.
“Pero tu acabas de decir que si que estabais destinados” dijo, confuso.
“No estaba hablando de Jayden” dije con un leve sonido.
“Oh” respondió, ruborizándose. Lo miré para encontrármelo mirando a todas partes de la habitación menos a mí.
De repente su expresión cambió de la vergüenza a la furia “¿¡Quieres a otro ahora!?” dijo, aún sin mirarme.
Dios, ¿y yo era la que estaba ciega? Debe creer que es otro.
“¿Edward?” lo llamé, así, me miraría. Cuando sus ojos esmeraldas me encontraron, inspiré hondo.
Dudé y exhalé otra vez “Est-estaba hablando de…”
“¿Si?” presionó con sus ojos.
“Ti” añadí rápidamente y aparté la mirada. Divertida de ver como habían cambiado los papeles, un segundo antes, él era el ruborizado.
Rápidamente lo volví a mirar para hallar una expresión confundida en su rostro “¡Oh! Quieres decir… ¡Oh!” exclamó golpeándose en la frente.
¡Parece que no soy la única que está teniendo una epifanía hoy!
“¿Te refieres a eso?” preguntó, ahora, mirándome.
Bajé la mirada y asentí, no queriendo ver su reacción.
No debí, porque en un segundo estaba sentado a mi lado. Sentí como me miraba pero sin alzar la vista, entonces empecé a jugar con los dedos en mi regazo.
“Bella, mira la tele” dijo.
Qué cosa más extraña para decir, ¿Le acabo de confesar que me gusta y él me dice que mire la tele?
Podía sentir las cejas fruncirse en confusión cuando levanté la mirada y fijé la vista en la tele. ¿Howie Mandell? Entonces esto es… “¡Trato o no trato!” exclamé, y lo escuché reírse para sí.
Estuvimos viendo este programa cuando nos consideramos amigos, ahora, ¿Nos estaríamos considerando algo nuevo?
Pude sentir como una sonrisa cruzaba mi cara y me giré para mirarlo ¿Por qué me está mirando así? Mi inseguridad aumentó y tan rápido como pude volví a quitar la mirada y concentrarme en mi regazo, esperando a que hablara.
Cuando el silencio se empezó a alargar, sentía más pánico ¿Por qué no hablará? ¿No me quiere a mí de esa manera? No puedo creerlo… No- El hilo de mis pensamientos se rompió cuando sentí su mano en mi barbilla. Temblé a causa de un escalofrío bajo su tacto cuando amablemente me alzaba el rostro y lo giraba, así lo estaría mirando. Cuando lo vi, me sorprendí, ya que había una enorme sonrisa en su rostro, demasiado contagiosa, porque también empecé a sonreír.
Vi duda por un momento en sus ojos pero desapareció en cuanto dijo “¿Bella?”
“¿Sí?”
“Me estaba preguntando, ¿te gustaría ir a cenar conmigo mañana por la noche?”
Sentí como esa enorme sonrisa se hacía aún más grande “¡Sí!” le respondí, un poco entusiasmada.
“Es una cita entonces” se rió entre dientes.
¡Una CITA! ¡Tío! ¡Alice va a flipar cuando lo oiga!
“Una cita” susurré, aún mirándolo a los ojos.
En ese instante, sus ojos pasaron de ser normales, a abrasadores y mi respiración paró cuando empezó a acariciarme la mejilla con su pulgar, dejando una sensación de hormigueo.
Mi corazón latía fuertemente en mis oídos y lentamente se fue acercando a mi rostro, demasiado cerca, ya que podía sentir su respiración cruzando mi cara. Entonces, como si fuera por instinto, cerré los ojos, y sentí la emoción aparecer en mí, esperando que sus labios tocaran los míos.
Tan pronto como sus labios me rozaron, dejé salir toda la emoción que estaba conteniendo y puse los brazos alrededor de su cuello, trayéndolo más cerca. Sentí como sonreía antes de que sus suaves labios abrieran los míos, enviando escalofríos por todo mi ser. El beso fue lento, tierno, dulce cuando con cuidado me elevó del sofá para no molestar a mi pierna y me colocó en su regazo. Entonces nuestros labios se empezaron a mover más rápido y llevé mis manos a su pelo, enredando los dedos en él y no queriendo parar. Puse la más pasión que pude en el beso, para mostrarle cómo me sentía. Íbamos a profundizar el beso otra vez cuando escuché un alto susurro en mi oído.
Salté, asustada y casi caigo al suelo pero Edward me cogió a tiempo. Me giré para ver a Emmett sonriendo como un tonto y me sentí enrojecer de repente. Pero eso no era nada comparado cuando vi detrás de Emmett a Alice, Rose y Jasper con enormes sonrisas en sus caras.
“A tiempo” murmuró Jasper.
Me giré para mirar a Edward que estaba demasiado ocupado mirando fijamente a Emmett. ¡Tío, que situación más incómoda!
Se volvió aún más incomoda cuando me di cuenta de que aún estaba sentada en el regazo de Edward. Me solté de su abrazo y me dejé caer al sofá, siendo consciente de que todas las miradas estaban puestas en mí.
“Hola Bella” dijo Alice, caminando hasta ponerse enfrente de mí, parecía un poco recelosa…
“¿Alice?”
“Siento lo del pequeño incidente esta mañana” No sonaba arrepentida “Pero una chica tiene que hacer lo que tiene que hacer, sabes ¿no?”
“Claro…”
“Bien, ahora que nos entendemos, ¿Puedes acompañarme al dormitorio?” preguntó, ya yendo hacia él con Rosalie tras ella.
¡Lo sabía!
Cogí de mala gana las muletas y me dispuse a ir al dormitorio, con cuidado, cerré con llave la puerta tras de mí.
Me senté al lado de Alice y esperé.
“Vale Bella, ¿Quieres contarnos lo que hay entre mi hermano y tú?”
“Nos queremos” indiqué.
Alzaron sus cejas amenazadoramente hacia mí.
“Y nos besamos” añadí.
Ella sonrió. “¿Y hay algo más que deberíamos saber?”
¡Dios, es demasiado buena!
“Quiere llevarme a cenar mañana por la noche”
Hubo un grito bastante alto y saltó de la cama y me abrazó.
“¿¡Una cita!? ¿¡Te ha pedido una cita!?”
“Sí…”
“¡Sabía que esto ocurriría! ¡Ya he comprado todo lo que necesitas! Te lo traeré mañana después de clases para que puedas prepararte”.
Oh Dios
Cuando terminaron de cuestionarme mis sentimientos hacia Edward, terminaron permitiéndome volver al salón. Me dejé caer al lado de Edward y miré al suelo, deseando que todo el mundo dejara de mirarme.
“Bueno Bella, ¡te veremos mañana!” Dijo Alice arrastrando a Jasper hasta la puerta, seguidos por Emmett y Rose.
Cuando la Puerta se cerró, di un suspiro de alivio. Pero también se incomodó entre nosotros, porque yo estaba demasiado exhausta para hablar del tema, ya lo hablaríamos en nuestra cita.
Solté un bostezo y me dispuse a coger las muletas e ir a dormir.
“¿Adónde vas?” dijo agarrando mi brazo.
“A la cama” contesté rápidamente sin mirarlo.
“Oh. Déjame ayudarte” dijo levantándose.
¿Ayudarme? ¿Cómo...?
Grité cuando de repente me levantó en el aire “Podrías haberme dicho cómo planeabas ayudarme” dije contra su pecho, cuando me llevaba hasta la habitación.
Sólo rió para sí mientras me descargaba en el centro de la cama y se hacía hueco para entrar él también. Dudó, pero al final me echó el brazo por encima de la cintura.
No había palabras para describir lo feliz que me sentía. Me giré entre sus brazos y lo abracé también, quedando mucho más cerca “Buenas noches Edward”
“Duérmete Bella” susurró en mi oído cuando apagó las luces.
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wiiiiiii!!!... vaya por fin no creen???... ese Emmett merece una condecoración!!! en serio a veces su poco tacto ayuda mucho... y bueno que se podía esperar de Edward, siempre 'sobre-actuando'... aunque esta vez fue divertido jajajaja pobres maniquies!!!.... pfff en fin, veremos como se desarrolla la historia y no se olviden que Jacob sigue al acecho O.o
dale, cuidense 'muchisimisimo' jejeje, saboreen un delicioso chocolate para la ilusión, suspiren y...
Nos leemos en un tris!!
Bellany G.
**Jamás dudes que yo solo soy tuya**
muchos suspiros de chocolate
sonia cullen