Capítulo 23. Dilo otra vez
“Cinco minutos más por favooor” gemí, cuando sentí que alguien me estaba sacudiendo para levantarme.
“Alice y Rose llamaron. Vienen para acá” susurró en mi oído.
Alice y Rose. Maldición, me había olvidado de ellas. Voy a morir...
Lentamente abrí los ojos para encontrar los ojos esmeraldas de Edward mirándome.
Suspirando, aparté la mirada de él y rodé hasta el otro lado de la cama “¿Crees que estarán mosqueadas por que me haya escapado de ellas?” pregunté cuando caminaba hacia el baño.
“No lo sé, pero mereció la pena” contestó. Sonreí en silencio, de acuerdo con él, y empecé a cepillarme los dientes. Cuando vi que la espuma blanca se hacía más grande en mi boca, comencé a pensar sobre todo lo que pasaría esta noche. Sólo de pensar en ello me ponía nerviosa y al poco tiempo me perdí completamente en mis pensamientos. Además, no me había dado cuenta de que alguien había entrado al baño hasta que escuché la particular voz de mi mejor amiga.
“¡Isabella Swan!”
Mis ojos se abrieron cuando volví a la realidad y me giré para ver su diminuta forma. No parecía demasiado enfadada y tampoco Rose, que estaba a su lado. Así que, ¿Quizás estoy perdonada? Ellas tienen novios también, puede que lo entendieran...
Me enjuagué la boca y me giré para mostrarles mi mejor sonrisa “¡Hola chicas! ¿Cómo va?” pregunté, con mi mejor voz animada.
Alice simplemente sonrió y me empujó hasta el vacío dormitorio.
¿Me dejó sola con Alice?
Antes de que pudiera abrir mi boca para hablar otra vez, me empujaron contra la cama mientras se quedaron enfrente de mí.
“¿Cuándo te fuiste anoche?” preguntó Rose.
“Después de que os durmierais” había decidido que la verdad debe ser el modo más fácil.
“Era una noche de chicas, supuestamente tendrías que haberte quedado con nosotras. Te invité, aceptaste, así que ¿Cómo crees que me sentí cuando me levanté esta mañana y tú te habías ido? Y no me digas el 'Echaba de menos a Edward' de siempre, porque Rose podría haberse ido a dormir con Emmett, o yo pude haberme ido con Jasper, pero no lo hicimos” explotó Alice, escuchándose en toda la habitación.
Oh Dios. “Pero es que echaba mucho de menos a Edward. Me lo pasé bien con vosotras chicas, pero no podía dormir y vine aquí”
Se giró para mirarme y su cara estaba vacía de toda emoción. Su blanqueza me asustó y luché por pensar en qué podía hacer para que me perdonase.
“Está bien. Voy a prepararme para las clases” dijo y comenzó a alejarse de la habitación después de Rose.
“¡Espera! Haré lo que sea para que me perdones. ¿Qué quieres?” pregunté saltando de la cama para atraparla.
Se paró, pero no se volteó para hacerme frente “¿Lo que sea?” me dijo.
Probablemente debería retirar mi propuesta después de aquello pero estaba desesperada por obtener su perdón “¡Sí!”
Lentamente se giró y había una enorme sonrisa en su cara y un brillo especial en sus ojos. Si no la conociera mejor, habría dicho que ella sabía que preguntaría lo que pregunté. Espera un minuto...
“Alice, me has engañado” gemí, volviendo a mi habitación.
“No, no lo hice, fuiste todo tú. Ahora, para mi propuesta...”
La ignoré y me fui directa al armario para encontrar algo para ponerme. “Te cogeré los conjuntos que llevarás en el concierto esta noche y Rose y yo te vestiremos”
“¿Vestirme? ¿Cómo una Barbie? ¿No es eso lo que me haces todos los días?”
“Pero esto es diferente. Va a ser mucho más largo y te verás diferente” Oh diversión. Suspiré y saqué unos vaqueros y una camiseta, el primer conjunto casual que he llevado nunca desde que llegué a este colegio.
“Lo que sea Alice” dije, cuando me puse las ropas.
“¡Vale! ¡Te veré luego!” y sólo con eso se fue.
Recogí mi pelo en una cola de caballo, cogí mi mochila, y abrí la puerta para salir, y dirigirme hacia Edward.
“Whoa. Háblame de la perfecta huida. No te preocupes, tu hermana se ha ido” añadí sarcástica, y le pasé por al lado, siguiendo mi camino. Estaba de un humor muy sarcástico hoy. No pasó ni un segundo después cuando sentí sus dedos entrelazados con los míos y caminar a mi lado.
“No estás enfadada” dijo
No pude parar de sonreír al escuchar ese comentario. Estaba en lo cierto, no estaba enfadada, más bien, divertida.
“Te fuiste, huiste, de tu hermana” constaté, sin molestarme en esconder mi voz divertida.
“Tú también lo hubieras hecho si fuera la tuya” me devolvió y tuve que reírme para mí al ver la verdad que estaba diciendo “¿Y cuál es tu castigo?”
“Va a jugar con Bella Barbie esta noche” dice desconfiadamente.
Cuando se rió de mí, me giré y le fruncí el ceño “Toda la culpa es tuya, ya sabes”
“Mi culpa. Tú eres la única que se fue de su habitación” respondió, mirándome, ahora que estábamos parados enfrente de mi clase.
“Si tú no fueras tan terriblemente irresistible para que pudiera dormir sin ti, me hubiera quedado en su habitación. Pero no, no pude y no me digas que no disfrutaste a cada momento de ello” sonreí.
Pero la sonrisa rápidamente abandonó mi rostro cuando me di cuenta de lo que había dicho. Lo había llamado irresistible. Genial Bella, puedo ver prácticamente su ego creciendo por ello.
“Me siento halagado” dijo sonriendo “pero como ya he dicho antes, mereció la pena” y se fue.
Sacudí la cabeza sonrientemente cuando entré en la clase y me fui a mi sitio. Lo que sea.
Después de clases, de vuelta en los dormitorios
“Pero Alice, estoy empezando a coger frío y mis piernas se con-” empecé.
“Estarás dentro la mayor parte del tiempo Bella y no puedes decir que no te ves genial con eso” argumentó.
Tenía que admitirlo, me veía bien en los pantalones cortos de seda y una chaqueta de punto a rayas. Era muy apropiado para el evento. “Bien” suspiré.
“Eso fue lo que pensé. Ahora hemos terminado, mírate”
¡Finalmente! Juro que había estado sentada en esa cama al menos 4 horas
Sonreí ante mi reflejo y rápidamente se lo agradecí. Habían rizado mi pelo de una forma que permitía dejar caer por mi rostro algunos mechones y la sombra de ojos que usaron era muy suave.
“Vale, ¿Vais chicas a seguirnos hasta allí entonces?” pregunté cuando caminé fuera del cuarto de baño.
“Sí, cogeremos nuestros coches y nos encontraremos allí” dijo Rose.
Tomé una profunda inspiración y lentamente caminé hasta Edward que estaba en el salón.
“Estamos listas para salir” dije calladamente.
Su cabeza inmediatamente se giró en mi dirección. Sonreí cuando sus ojos parecieron abrirse más ligeramente.
“¿Edward?”
“¿Hmm?” preguntó, aún pareciendo un poco deslumbrado.
“Tenemos que irnos ya” ante eso, se levantó del sofá y caminó hacia mí.
“Oh, lo siento. Te ves hermosa” dijo, cuando besó mi frente.
“Gracias” respondí cuando su brazo se colocó alrededor de mi cintura para guiarme hacia fuera.
Cuando condujo hacia el sitio donde sería el concurso, empecé a sentirme nerviosa otra vez. ¿Qué si desastraba una nota? ¿O me quedaba atrancada en la letra?
“Lo harás bien” dijo Edward, atrayendo mi mano hacia él.
“Tienes suerte de ser el último. ¿Por qué tengo que ser yo la primera?” me quejé.
“Porque eres la mejor y todos los shows necesitan una bonita entrada” sonreí. Sabía siempre lo que tenía que decir.
El volvo paró pronto enfrente de un edificio grande y salimos. Nuestros amigos salieron también y juntos entramos dentro.
“Wow” la palabra escapó de mis labios antes de que pudiera pensarla. El interior del edificio era precioso y enorme. Me recordó a uno de esas casa de ópera que tienen sus palcos privados por todo el interior y la multitud de silla. Quitaban todo el efecto de que fuera un auditorio. Había un escenario en frente y en el centro de la habitación. Oh Dios.
Pude sentir como las palmas de las manos me empezaban a sudar cuando lo vi. Con mi suerte, probablemente me caería con estos tacones antes de llegar al piano.
“Vamos, tenemos que firmar” Edward susurró en mi oído. Me giré para decir adiós a nuestros amigos y lo seguí hasta la esquina de la sala donde había una mujer detrás de un mostrador con muchos papeles alrededor.
Dimos nuestros nombres y al ser la primera inmediatamente me enviaron a la parte de atrás del escenario. Edward caminó conmigo hasta allí, pero cuando iba a irse, agarré fuertemente con mis brazos su cintura, para mostrarle que no quería que se fuera. Sentí como se reía entre dientes antes de que sus brazos me rodearan. No estaba nerviosa porque a los jueces no les gustara mi canción, sino en lo que pensaría Edward. Se lo estaría diciendo y me derrumbaría si él no tuviera los mismos sentimientos. Inhalé su dulce esencia una última vez y me separé de él cuando un hombre dijo mi nombre.
“Buena suerte” dijo antes de volver a reencontrarse con nuestros amigos.
Le di una agitada sonrisa y me giré en la dirección en que mi nombre había sido llamado. Tenía dos minutos antes de que me anunciaran. Me paré detrás de la cortina y luché por calmarme respirando hondo. Estaba muy nerviosa. Con cada segundo que pasaba, mi corazón latía más rápido hasta que sentí que me quemaba todo el pecho. No podía escuchar ninguna voz a mi alrededor, sólo el sonido de mi corazón era audible para mis oídos.
Entonces, mi nombre fue dicho muy alto por un altavoz.
“Nuestra primera concursante, ¡La señorita Isabella Marie Swan!” Allá vamos.
Había un ligero aplauso cuando se abrieron las cortinas y caminé hacia el piano. Por favor que no tropiece...
Di un suspiro de alivio cuando me senté en el banco y permití que mis ojos recorrieran toda la sala. Encontré a mis amigos en un palco privado en el segundo nivel, mirándome. Edward me envió una asegurada sonrisa y se la devolví antes de girarme hacia el piano.
Cogiendo una inspiración profunda, deposité mis dedos en las teclas y sentí lo que siempre siento cuando estoy delante de un piano.
Tan pronto como me sentí más calmada, me permití apretar las teclas y sonreí cuando la introducción de mi canción suavemente sonaba del piano. Cuando avancé en la canción, cogí otra respiración profunda. Era la hora.
Suspiritos: ESA NANA FAN-FIC