Capitulo 10
Confesiones de una amiga
(Bella)
Salí de la oficina rumbo a mi departamento con miles de sentimientos que trataba de racionalizar, había besado a Edward a pesar de que me había obligado a mi misma a mantener cierta distancia hasta que…fuera libre.
Me sentía feliz, he impaciente de que estuviéramos juntos, quería de nuevo despertar entre sus brazos, que me hiciera el amor como la noche anterior, pero sabia lo que implicaba mi felicidad, Rosalie iba a sufrir aun cuando nunca se enterara de nuestro secreto, rezaba por no volverme loca, quería que mi amiga pasara por esto rápido, que se olvidara de el y que su corazón sanara de las heridas que yo le infligía aun cuando nunca quise hacerle daño.
Llegue al departamento y me duche mientras deseaba poder sentir de nuevo el olor de Edward en mi piel, había sido la experiencia mas sorprendente de mi vida, era miedo, impaciencia, pasión, lujuria, tentación, ternura, comprensión,…y amor, por que lo amaba con toda mi alma aun cuando no me atrevía aun a decírselo de frente, era la única barrera que me quedaba antes que fuera mi dueño, completamente.
Hoy cuando desperté desee tenerlo a mi lado, después de nuestra noche juntos, me desperté con el durmiendo, su cabello totalmente alborotado y una mano sobre su abdomen, se veía como una perfecta estatua, solo el sube y baja de su pecho me daban la seguridad de que era real, supe que no era un sueño todo lo que había pasado entre nosotros, todo lo que el había dicho, y también supe lo que le había hecho a Rosalie, tuve la intención de irme y no volver a verlo jamás, pero ya no tenia determinación, salí de la habitación después de cambiarme y mire el mar mientras pensaba en Rosalie, en Edward…en mi, por que nos había juntado la vida de esta manera…aun no lograba entenderlo, cuando el llego hasta donde estaba note en su voz que malinterpreto mis lagrimas, tal vez creyó que me arrepentía de lo pasado, solo pude abrazarlo y pedirle que no se alejara, no me podía seguir mintiendo, el me complementaba, sin Edward yo estaba vacía, sola…mi corazón estaba seco hasta que el llego.
Salí de bañarme y me puse unos pants y una blusa casi dos tallas mas grandes, me acosté en la cama y tome un libro para leer antes de dormir, había tratado de no pensar en que tal vez el ya hubiera hablado con Rosalie, pero era incapaz de dejarlo pasar, la cabeza empezó a dolerme pues pasaba las líneas sin entender su significado, mi mente se imaginaba diferentes situaciones y reacciones, todas demasiado dolorosas, me estaba quedando dormida medio sentado en la cama, cuando el timbre sonó, sobresaltándome, mire el reloj que marcaba casi la 1 de la madrugada, camine nerviosamente hasta la puerta ya que era demasiado tarde para alguna visita, me pare detrás de la entrada y el timbre volvió a sonar.
-¿Si…?-, susurre sin intenciones de dejar pasar a nadie
-Bella…-, sollozo Rosalie, sin pensarlo abrí la puerta para encontrarme a mi amiga con los ojos hinchados, lagrimas en sus mejillas, su cabello estaba revuelto como si se hubiera cansado de pasar sus manos por el, verla me quebró por dentro…por que yo sabia el motivo de su estado y porque aun mas importante yo era la causa de ese estado.
-Rose… ¿Qué pasa?-, le dije tragando el nudo de mi garganta aun paralizada en la puerta
-Termino conmigo….-, susurro ella viendo al suelo, con los puños apretados
-Rose cálmate…pasa-, le dije sintiéndome la peor mujer del mundo.
La lleve hasta la sala y se sentó en el sofá, fui a preparar unos cafés mientras no estaba segura poder soportar esta situación era demasiado hipócrita de mi parte servir de almohada mientras una parte de mi se alegraba que Edward fuera mío…al fin.
-Rose…-, la llame dándole una taza, ella la tomo y dio unos pequeños sorbos, dejo la taza en la mesa y paso las manos por su cabello.
-No lo entiendo…termino conmigo…-, volvió a repetir.
-Tranquila…-, susurre
-No…no puedo estar tranquila Bella, no entiendo…hemos vivido juntos por mas de un año y ahora me dice que merezco a alguien que me quiera-, rompió en llanto de nuevo y me abrazo, envolví titubeante mis brazos en su cintura.
-Lo quiero Bella…yo lo quiero-, sollozaba mientras una lagrima salía de mis propios ojos, sintiéndome menos que basura.
Rosalie no dijo mas mientras lloraba hasta quedarse dormida, jamás la había visto así ni siquiera cuando Emmet se fue, estuvo enojada con todos y con todo por meses, juro que lo odiaba por haberla dejado pero no la vi llorar por el ni una sola vez, la tape con una manta y fui hasta la cama, me acosté llorando silenciosamente por ver a mi amiga así y saber que Edward y yo habíamos sido el motivo…llore por la ignorancia de Rosalie por venir a llorar con la mujer que le estaba quitando a su novio, sin darme cuenta yo también fui quedándome dormida mientras todo se volvía confuso.
-Papi…papi-, gritaba yo mientras veía Charlie sacar sus maletas de la casa
-No te vayas-, le pedí pero el ni siquiera me miraba, sabia que era un sueño, todo era demasiado brillante y en realidad jamás vi cuando mi padre se fue, mama nos había dicho a Alice y a mi que se habían separado por diferencias abismales pero en mas de una ocasión soltó enojada que había encontrado a una mujer que no le pedía cambiar, que lo aceptaba con su insoportable pueblo y costumbres, esa había sido Sue…la mujer con la que años después se casaría, cuando era niña le echaba la culpa a esa mujer, si ella no existiera mi papa estaría conmigo…me mentía a mi misma.
-Papi…-, le decía mientras corría tras el, me quede parada sobre la puerta mientras el abrazaba a una mujer de pelo negro, y tez morena, el no se voltio ni una sola vez.
-Papi…-, lloraba incontrolablemente.
-Cálmate Bella-, me decía mi mama mientras me cargaba yo escondí la cabeza en su hombro y cerré los ojos, odiaba a esa mujer, la odiaba…
Volvía a abrirlos cuando los mechones de cabello de mama se pegaban a mi rostro gracias a las lagrimas, mi mama sollozaba, levante el rostro para mirarla, y jadee, Renee no sostenía a la niña de mis sueños, era Rosalie y lloraba mientras me susurraba que me calmara, volví a mirar a Charlie y ahora Edward abrazaba a alguien, se separo y abrió la puerta para mirarme a mi misma subiendo mientras me veía y sonreía con una maldad aterradora hacia nuestra dirección…
-¿Por qué?-, me preguntó Rosalie viendo a la niña en sus brazos.
¡No!., jadee mientras me sentaba de golpee en la cama, sentía un hueco en el pecho, mi respiración estaba acelerada y el nudo en mi garganta era insoportable, eso no era cierto yo no era mala, jamás quise que esto pasara, me repetía una y otra vez, lleve mis manos a la cara y trate de controlarme, el departamento comenzaba a iluminarse, me levante y fui hasta el baño para mojarme la cara, cuando creía estar lo mas tranquila posible salí para encontrarme a Rosalie sentada, había ordenado su cabello y peinado en una coleta, me miro y sonrío tenuemente.
-Buenos días-, susurro
-Apenas amanece…estas bien-, le dije sentandome a una cierta distancia de ella.
-Ya no voy a llorar-, me dijo y yo baje la mirada
-No siempre tienes que ser fuerte-, le conteste incapaz de mirarla
Ella se río bajito y negó con la cabeza…-Aun no lo entiendo…creo...creo que esta con alguien mas-, dijo mirando hacia su bolso en la entrada.
-El te dijo eso-, susurre nerviosa
-No…pero sus razones son estupidas…yo estaba con el y de la noche a la mañana decide que debo buscara a alguien que me ame…me siento la mujer con menos valor en el mundo…-, susurro con los dientes apretados.
-Rose…-, le dije en tono molesto
-Fui una tonta…yo lo se, note cuando el cambio…cuando tal vez comenzó a estar con ella y sin embargo deje que saliera de mis manos-, dijo abrazándose a si misma.
-¿Cómo puedes saberlo?-, le susurre
-El parecía distante…frío…sabes que la única ocasión que me toco desde hace un mes había bebido demasiado y no fue cariñoso-, dijo apenada…yo desvíe la mirada tratando de no llorar, no debía escuchar esto, yo menos que nadie.
-No sabes como me aterra pensar en que pensaba en ella-, dijo con los ojos vidriosos trago fuertemente, y se limpio las inexistente lagrimas evitando llorar.
-Rose no puedes dar por echo algo que no sabes-, le dije mintiéndole
-Creí que por fin cumpliría mis sueños-, dijo en tono bajo para después volver a verme
-Sabes cuales han sido los años más felices de mi vida-, yo negué con la cabeza y ella sonrío.
-La preparatoria-, dijo y entendí el por que.
-Tenia a mi familia, a mi mejor amiga y al hombre que le había entregado mi corazón, era “la chica mas bonita de la escuela”, era novia del capitán del equipo…-, dijo con su mirada perdida.
-Pero la escuela era superficial, no me hubiera importado que Emmet fuera el chico de lentes o ese extraño chico flacucho que coleccionaba insectos, yo lo amaba, podía visualizarme casada, con muchos hijos…-, me limite a escucharla
-Ese es mi sueño, verme como esas mamas en la TV, con un elegante vestido, despidiendo a sus hijos en la puerta de una hermosa casa, la que se fuga los fines de semana con su esposo y deja a los niños con su mama.
-Tu soñando con un trabajo e independizarte mientras yo anhelaba una familia, un hogar como el de mis papas…-, me susurro, desvíe la mirada, ahora Rosalie me confirmaba que había sido una hipócrita con todos y conmigo misma, les había repetido que yo podía y quería vivir sola y ahora no existía futuro que mi imaginación formara si Edward no estaba presente.
-Cuando se fue Emmet creí que jamás encontraría alguien que pudiera reemplazarlo, alguien a quien amar y cumplir mis tontos sueños-, me dijo riéndose de si misma
-Rose...Edward no es Emmet-, le dije creyendo que tal vez ella podría superarlo si se daba cuenta que seguí amando a nuestro viejo amigo.
-Lo se Bella…no sabes cuanto-, contesto
-Emmet era divertido y burlón…me llamo su chica desde el primer día que nos conocimos-, sonreímos al recordarlo
-Edward me ignoró el día que lo conocí en el restaurante a pesar que otro de sus amigos pidió mi teléfono el pareció no notarme, hirió mi ego, fue mas por lo que me aferre al menos a conocerlo, pero poco a poco fui enamorándome de el, no solo era el hombre atractivo, es cabelloroso, inteligente, interesante y testarudo…éramos tan diferentes y aun así era feliz, creí haber encontrado mi hogar, el hombre quien no pensé que existiera después de Emmet-, susurro con la voz entrecortada.
-Quería una familia…todos sabemos que hay que tener cuidado con lo que se desea-, dijo llevándose las manos a su vientre, sentí una golpe en el pecho y quise gritar que no…que no lo dijera, que esto era una pesadilla pero esta estática mi cuerpo no me respondía.
-El día que se fueron me hice una prueba de embarazo-, susurro
-Salio positiva…pero no quería decirles a ambos hasta que estuviera segura…los resultados de los análisis los sabre hoy-, término con una lágrima saliendo por su ojo la que limpio inmediatamente.
-Ustedes querían hijos…-, susurre en un hilo de voz sintiendo que me moría en vida, que mis extremidades salían de su lugar arrancadas con brusquedad, que mi corazón era destrozado.
-No…pero deje de cuidarme con la píldora hace unos meses, el usaba condón…pero el día que bebimos…-, susurro y yo luche por no llorar, ella iba a tener un hijo de Edward…
Quería ir por Edward y desaparecer, pero no podía, el iba a tener un hijo y debía estar con el, Edward no era Charlie y yo jamás permitiría si estaba en mis manos que un niño o una niña creciera con mi dolor o el de Alice, quien era yo, la que se había metido en su vida, la mujer que había traicionado a su mejor amiga, Edward no era libre…tuvo relaciones con su novia y aunque me doliera no lo culpaba pero sabia que ya no existiría un nosotros…
-Debes decirle…-, susurre mientras trataba de no llorar, no frente a ella.
-Eso no cambiara nada-, dijo con los dientes apretados.
-Rosalie...el te dio sus razones, trata de hacer que funcione, no solo por el…bebe…por ustedes-
-El esta con otra-, replico entrecortadamente.
-No…no lo sabes, estas siendo orgullosa, de verdad crees que Edward te engañaría-, le dije mientras sentía mi corazón encogerse como una piedra inservible, creí poder morir del dolor de estar diciéndole que luchara por el.
-No lo se…-, susurro.
-Rose ve por los resultados, habla con el…te escuchara créeme-, le dije y ella sonrío tenuemente.
-Te quiero mucho Bella-, me dijo antes de abrazarme
-Gracias por todo-, susurro y yo la abrace mas fuerte, se levanto y tomo su bolso, se limpio la cara y arreglo su coleta, se despidió y salio del departamento, era casi la hora de salir para la oficina peor no podía salir de aquí, no ahora, me senté en el suelo con la espalda recargada en el sofá y lleve las manos a mi cara.
Tenía que terminar con Edward e irme de aquí, pero eso me desgarraba por dentro, llore como quise hacerlo ante cada palabra de Rosalie, desee no haberla escuchado y huir con Edward lejos pero jamás lo haría…no ahora.
Amistad
Siempre estuviste conmigo en las buenas y en las malas, aún no podía creer que con esta moneda te pagara.
Fuiste mi amiga incondicional, y yo en tu novio me tuve que fijar.
A veces creo que no podré soportarlo, pero cada vez que él me mira siento que estoy soñando.
Cada vez que los veo juntos soy un manojo de nervios y cierta envidia hace temblar mi cuerpo.
Por las noches quería que él despertara junto a mi; la rabia se apoderaba de mi, cuando me daba cuenta que el te pertenecía a ti.
Con su simpatía, encanto, comprensión, y su aterciopelada voz se robo mi corazón. Quería poder evitarlo, pero en el trabajo lo vivía frecuentando.
De sus labios solo salí la palabra amistad; pero su trato y mirada me confundía, era como si quisiera que fuese algo más que su amiga.
El día que esperaba toco mi puerta, nuestros labios seguían una coreografía perfecta, nuestros cuerpos encajaban como un perfecto rompecabezas. Su aliento cálido despertaba todos mis sentidos, era imposible que esos labios estuvieran tocando los míos. El sabor de aquellos era incomparable, me hacia olvidar que de esto era la vil culpable; mis delatadores dedos se enredaban en su cabello, mientras sus manos hacían estremecer cada parte de mi cuerpo.
Era mi perdición, lo que comenzaba a sentir por él se salía de mis manos y mi control. Ella es mi amiga y la amo, solo quiero que entienda que para el corazón no existen amos.
De sollozos y lamentos se llena mi habitación, cada vez que recordaba esta situación, se que es un amor prohibido, pero esto hace que lo desee cada segundo que vivo.
Él es mi infierno personal, él que despertó en mi algo difícil de explicar. Aunque me duela admitirlo, mi vida sin él simplemente no tendría sentido.
Espero algún día me llegaras a perdonar, porque mi intención nunca fue arrebatarte la felicidad; fue algo que aunque quise, no pude evitar. Ahora, muy tarde me di cuenta que por sus enloquecedores ojos destruí nuestra amistad.
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Bellany G.
**Mi corazón solo sabe que te ama**