Capítulo 3. Angustia
Bella POV
A los cinco minutos me encontré con ellos.
-Ang, Ben- les llame-ya estoy lista- dije tratando de ocultar mi nerviosismo- vamos que se nos hace tarde.
Ángela le dirigió una mirada a Ben que me hizo pensar que no había logrado ocultar del todo mi estrés.
-Bella estas bien?- pregunto Ángela- si quieres podemos dejar la cena para otro día
-Para nada Ang, estoy bien solo que un tanto preocupada sobre si les gustara a los editores el final del libro- mentí
-Vamos a nuestros carros entonces dijo Ben- sonriéndome, le devolví la sonrisa y caminamos a nuestros respectivos autos. El auto del Dr. Cullen no se veía, supuse que se había marchado, ojala este bien… pensé.
Llegamos al restaurante a eso de las 7 de la noche y nos dirigimos a una linda mesa en la que me acostumbraba a sentar cuando venia a este restaurante, estaba en un área privada así, evitaba las miradas curiosas de las personas que habían leído mi libro, preguntándose si era o no era yo.
Ben ayudo a sentar a Ángela y luego abrió la otra silla para mi, él en verdad era un buen hombre y sabia que haría feliz a mi amiga.
-Ben, Ángela- les dije- en verdad estoy muy feliz por ustedes dos. Ellos se miraron a los ojos y luego me dedicaron una gran sonrisa
Cuando el camarero llego, pedimos nuestra comida y adicional pedí una botella de vino aunque no estaba acostumbrada a beber, esta era una noche para celebrar y también me sentía muy nerviosa, un poco de vino me calmaría. El camarero nos sirvió las copas. Ben levanto su copa.
-Por mi hermosa novia y por que tu libro sea un rotundo existo- dijo muy sonriente.
-Por que tengan una feliz y larga vida juntos- dije yo levantando la mía.
-Por nuestra boda y nuestra dama de honor- dijo Ángela mirándome, sentí que los ojos se me llenaban de lagrimas, le tome la mano que Ben no sostenía y le dio un leve apretujón.
-Gracias Ángela- le dije con el corazón en la mano.
-Acaso creías que iba a ser diferente, Bella eres mi mejor amiga, a la que más quiero, no podía tener otra dama de honor.
Terminamos la botella y pedimos otra; cuando terminamos de cena ya me sentía un poco mareada, Ben y Ángela dijeron que me seguirian en su auto a mi casa para asegurarse que llegara bien.
-Adiós Bella- dijeron Ángela y Ben cuando me había del auto en mi garaje.
-Adiós chicos, pórtense bien- les dije despidiéndolos con la mano.
Antes de entrar a mi casa observe la oscuridad que reinaba en la casa del Dr. Cullen, su auto estaba en frente significaba que ya había regresado, bordee mi casa para que la brisa del mar me despejara un poco la cabeza, cuando iba entrar por la puerta de atrás, escuche un quejido lastimero, trate de que mis ojos encontraran que era lo que sonaba así y vi una figura tumbada bajo mi palmera, pensé que alguien estaba herido pero a medida que me acercaba vi que alguien lloraba, me di cuenta que era el Dr. Cullen, me dio mucha pena verlo en ese estado, parecía que estaba tomado y sollozaba penosamente; yo estaba un poco mareada y trastabille hasta él.
-Dr. Cullen está bien?- le pregunte un tanto angustiada cuando me arrodille a su lado, parecía sufrir, maldije una vez más a Tanya por hacerle esto a él, me acerque a su rosto y puse mis manos en sus hombros para hacerle levantar la cabeza, había tomado mucho, todo su cuerpo olía a al alcohol.
- Dr. Cullen debo llevarlo a su casa-, le dije zarandeándolo un poco, - debe acostarse a dormir, la Srta. Tanya estará preocupada si vuelve y no lo encuentra- no estaba segura de lo que había pasado entre ellos en la tarde, no creía que ella regresara, pero no estaba segura que si fuera el caso, él la podría aceptar de nuevo; tan pronto mencione el nombre de Tanya, él levanto la cabeza y me miro fijo a los ojos, había rabia y dolor en sus verdes ojos que siempre me habían parecido tan cálidos y bondadosos, me asuste mucho cuando sus fuertes manos se cerraron en torno a mi cara y me beso con furia, podía sentir su aliento abrazador mezclado con el alcohol cuando sus labios se abrieron paso entre los míos, trate de empujarlo pero él era mucho más fuerte que yo, puso una mano detrás de mi cuello y la otra en mi cintura me apretaba cada vez más contra su cuerpo tan fuerte era su agarre que dolía, tenia una expresión terrorífica en su cara, trate de alejarme de él, pero todo fue en vano, pude mirar en sus verdes ojos que esto no iba a terminar bien, de pronto me empujo sin romper el beso y quedo sobre mi, mis ojos estaban abiertos del miedo, pero extrañamente sentía como si tuviera mariposas en mi estomago; no tenia control de mis emociones, sentí que sus manos levantaban mi falda y dejaban expuesta mi ropa interior, trate de luchar pero pareció enojarlo más, entonces se sentó sobre mi vientre y rasgo el vestido dejando mi sujetador expuesto, trate de taparme con mis manos, pero él las tomo y las puso con rudeza a los lados de mi cabeza, dejando mis senos solo cubiertos por el sujetador, sus manos estaban entornadas a mis muñecas y me causan mucho dolor no sentía la sangre fluir.
–POR FAVOR DR. CULLEN SUELTEME - le suplique cuando mi boca quedo libre para hablar, vi como miraba mi cuerpo semidesnudo y un escalofrió me recorrió de pies a cabeza, en su mirada había deseo. Con horror vi como posaba su rostro en medio de mis pechos y empezaba a morder cada segmento de mi anatomía mientras bajaba el sujetador y dejaba al descubierto mis pechos mordió y succiono todo lo que tenia a su alcance rosaba con la nariz mis pezones que estaban erectos por el frio, eso enviaba sensaciones extrañas a mi cerebro yo sabia que Edward no estaba consciente de lo que hacia que no estaba en sus cabales, me hubiera gustado que él me hubiera tomado con amor estando enamorado de mí, empecé a divagar sabiendo que eso era imposible, pero aun así trate de hablar y se me quebró la voz, estaba conteniendo las lagrimas.
-Dr. Cullen por favor no haga algo de lo que se pueda arrepentir, déjeme ir- volví a suplicar, mientras su boca devoraba uno de mis pechos su lengua jugaba con mi pezón y con su pierna separaba las mías, subió aun más mis muñecas para tomarlas con una sola de sus manos, yo sollozaba y gritaba en vano sabia que nadie me escucharía, no había nadie que impidiera lo que me estaba a punto de pasar, su mano libre recorrió el contorno de mi cuerpo y sus dedos quemaban mi piel, deslizo mi ropa interior hacía abajo, cerré los ojos asustada por la poco familiar sensación, no me di cuenta que se había quitado los pantalones hasta que lo sentí en mi entrada.
- DR. CULLEN POR FAVOR SOY VIRGEN- grite entre lagrimas, pude ver que me miraba a los ojos y pude ver la furia que había allí, como podía estar Edward tan lastimado para llegar a este extremo sus ojos se oscurecieron y luego de unos segundos dijo con su rostro contra mi cuello –virgen, jajaja, si esa historia ya me la se, eres como las demás una mentirosa- en cuanto termino de decir eso empujo con fuerza y sentí como si me desgarrara por dentro, solté un grito de dolor y las lagrimas cayeron por mi rosto, eso pareció asustarlo se quedo inmóvil dentro de mi; mi cuerpo se fue adaptando a su extraño visitante, me miro a los ojos y no pude ver más furia allí, solo la sombra de un hombre muy lastimado, un extraño rayo de calor atravesó mi cuerpo cuando bajo su rosto hacia el mío y sus labios se encontraron contra los míos, no eran rudos como habían sido la primera vez, sino suaves, se amoldaban a los míos.
-por favor- susurro contra la línea tensa de mi labios-por favor, te necesito Isabella- al decir mi nombre sentí algo indescriptible, nunca me ha gustado mi nombre completo, pero en sus labios sonó como música.
-Perdón por esto, pero en verdad te necesito, por favor ayúdame, se que soy un mal hombre pero por favor- volvió a decir, ya no sentía enfado hacia Edward, su voz denota una tristeza inmensa, no se por qué lo hice, pero relaje mi cuerpo, me dolía el dolor que transmitía su voz como si yo tuviera el corazón roto, deseaba ayudarlo a sanar, lo mire y asentí con la cabeza él me volvió a besar con dulzura, a la vez que volvía a empujar dentro de mi una y otra vez, solo que ya no era agresivo, sino suave muy gentil con mucho cuidado el dolor se iba aminorando y de mis labios escapaban jadeos entrecortados, parecía el Dr. Jekil y el Sr. Hyde, con su mano libre enjugaba las lagrimas que se desbordaban de mis mejillas, empezó a besar mi cara sin detener su faena, sus besos eran ligeros, suaves, cálidos, poso sus labios debajo de mi mentón y dio una pequeña mordida, para mi sorpresa de mis labios salió esta vez un gemido de placer, no podía negar que estaba sintiendo placer, cuando el escucho ese ruido se ocupo en mis labios de nuevo, yo me estaba dejando arrastrar por una pasión que no sabia que existía en mi, él me gustaba no podía negarlo, deje de tratar de razonar y deje que mi cuerpo me arrastrara con sus propias intenciones, soltó mis manos para recorre mi cuerpo con ambas manos y yo sin pensarlo lleve las manos a su cabello y las entrelace, su cuerpo arremetía contra el mío más a prisa. Mis jadeos eran mucho fuertes, me sonroje de la vergüenza pero, no me dedique a pensar mucho en eso, mi estomago se lleno de una sensación que no sabia que existía.
-Edward!!!… -gruñí cuando mi cuerpo se contrajo en placer, y apreté con fuerza mis manos que estaban entrelazadas en su broncíneo cabello
- Isabella-, dijo el arqueando su espalda su voz era ronca. Sentí como descargaba dentro de mí y me fui sumiendo en la inconsciencia cuando cerré los ojos, estaba fatigada física y emocionalmente, estaba muy confundida con los eventos de esta noche, no me sentía enojada como sabia que debía estarlo, estaba más bien triste, pensando en lo que tuvo que haber pasado para que un hombre tan bueno hiciera lo que hizo y sobre todo consternada por las sensaciones que atravesaron mi cuerpo, ya tendría tiempo de mañana de poner en orden mis ideas y mis sentimientos, también de razonar sobre el futuro. Antes de caer en la total espesura de los brazos de Morfeo, sentí un beso tímido en mi frente y escuche susurrar contra mi frente -lo siento tanto-.
Edward POV
Subí a mi auto sin dirección fija, pise el acelerador no podía soportar tanto dolor, mis hermanos me habían dicho que Tanya era cruel y mentirosa, pero yo estaba tan ciego que no les creí, puse a una mujer sobre mis familia que estúpido fui. Pronto note que mis manos temblaban por la fuerza con que apretaba el volante, me detuve en una estación de servicios, no muy lejos de casa, compre dos botellas de licor, no solía beber en mi casa no había licor, otra cosa de la que Tanya se reía, Tanya maldita sea, me dolía pensar su nombre, abrí una de las botellas y le di un largo trago, me quemo la garganta y volví a tomar, me seque la boca con el reverso de mi mano, necesitaba aturdirme, necesitaba no pensar, conduje sin rumbo fijo, cuando me di cuenta estaba estacionando frente a nuestra casa-NUESTRA, JA!- dije en voz alta que estúpido fui, a ella no le gustaba esta casa, decía que estaba recluida del mundo y que se demoraba en llegar al centro comercial.
-Maldita sea- gruñí- no quería estar en esa casa, todo me recordaba a esa mujer, me baje del auto y camine por la playa, me fije en la palmera frente a la casa de Isabella Swan, ahí fue donde empecé a ver que Tanya no era tan dulce como yo pensaba, cada vez que nos tropezábamos con la dulce chica, Tanya buscaba una manera de herirla o humillarla, decía que era simple y sin gracia, yo la reprendía pero ella me contentaba con besos y yo lo dejaba correr aunque en el fondo sabia que estaba mal. Me deje caer donde esta mañana habíamos hablado con mi dulce vecina, recordaba sus sonrojos, era muy dulce, pero verdaderamente dulce… no como Tanya, que tenía una dulzura fingida y maldita sea yo lo sabia, lo sabia y no lo quise creer, bebí hasta terminar la primera botella, mi mente ya no hacia pensamientos coherentes, estaba adormilado pero seguí bebiendo hasta que la segunda botella estaba casi vacía, ojala cayera en un coma etílico, así al menos habría olvido. Escuche una voz que sonaba distante.
-Dr. Cullen está bien?-me pregunto alguien con la vos teñida por la angustia era una voz de una mujer, de una maldita mujer todas eran iguales de malas, sentí que ponían dos pequeñas manos en mis hombros y olí un delicioso perfume con olor a fresas y a flores silvestres como fressia.
.- Dr. Cullen debo llevarlo a su casa-, me dijo zarandeándome un poco no pareciera que lo estuviera intentando no había fuerza en su agarre.
- debe acostarse a dormir, la Srta. Tanya estará preocupada si vuelve y no lo encuentra- ella como sabía que Tanya no estaba en casa?, ella sabia que me engañaba y nunca me dijo nada, quería hacerla sufrir, quería que sintiera lo que yo estoy sintiendo; levante la cabeza y la mire a los ojos, ella pagaría por haber traído el recuerdo de esa traidora a mi mente, por haber puesto sal en mi herida, puse mis manos a los lados de su rostro y la bese con todo el odio que sentía dentro, forcé sus labios a abrirse, su aliento era cálido, frutal con un poco de gusto a vino, pero en mi se había despertado un monstruo uno que no se quedaría satisfecho hasta completar su venganza, trato de empujarme pero ejercí más fuerza en mi agarre no la dejaría escapar, puse una mano detrás de su cuello y la otra en su cintura, la apretaba con toda la fuerza que tenia la estreche contra mi cuerpo, había reprimido todos estos instintos por cuidar la inocencia de mi amada y ella se burlo de mi todas son iguales unas mentirosas, la miraba a los ojos y podía ver mi reflejo en ellos a la luz de la luna llena, mi rostro solo reflejaba el odio que había en mi interior, trato de alejarme nuevamente, pero tener su cuerpo tan cerca del mío, mi cuerpo era arrastrado por un deseo carnal, sentía que yo era un depredador y ella fuera mi presa. Tanya y su amante me habían dicho remedo de hombre por que nunca la tome, pero a esta mujer si la tomaría, probaría que no era lo que ellos decían, me dejaba arrastrar por deseos bajos, deseos contra los que yo había luchado, sabia lo que iba a terminar haciendo, pero ya nada me importaba, la empuje sin romper el beso y quede sobre ella, sentí como si todas las terminaciones nerviosas tomaran vida, deslice mis manos hacia su falda recorriendo sus suaves curvas era muy cálida a mi tacto y levante su falda hasta que mis dedos rozaron su ropa interior recordé el día en que empezamos a empujar barreras y me permití tocar a Tanya en ropa interior, esta mujer se remeció en mis brazos para romper mi agarre y eso me enojo, no soy lo suficientemente bueno para ninguna de ellas; el licor estaba haciendo estragos en mi juicio me senté sobre su vientre y rasgue su vestido dejando su sujetador expuesto, tenia unos lindos pechos no tan voluminosos como los de Tanya, sino más naturales, nunca había visto unos así, trato de taparse con las manos, pero las tome y las puse con rudeza a los lados de su cabeza, sus senos estaban casi al descubierto solo los cubría un sostén de encajes como mis manos estaban en sus muñecas me dediqué a pensar como alcanzarlos.
–Por favor Dr. Cullen suélteme-me suplico cuando deje su boca libre, nunca antes había visto algo tan hermoso como su cuerpo semidesnudo, deseaba poseerla, un fuego sordo empezó a devorar mi conciencia ya no me dominaba la razón desde hace horas solo los instintos, hundí mi rostro en medio de sus pechos y empecé a morder cada segmento de su anatomía que estaba a mi alcance su sabor era intoxicante, era como una droga no podía detenerme, estaba como poseído la volví a escucharla suplicar.
- Dr. Cullen por favor no haga algo de lo que se pueda arrepentir, déjeme ir-no podía pensar en sus suplicas ya había alcanzado bajarle el sujetador, así que me dedique a devorar uno de sus perfectos pechos mientras mi lengua se enroscaba a su pezón y mientras con mi pierna separaba las suyas, subí aun más sus muñecas para tomarlas con una sola mano no podía creer que fueran tan delgadas y delicadas, la escuche sollozar y gritar por ayuda pero nadie la escucharía, yo estaba totalmente fuera de mi, yo mismo no me reconocía, mi mano libre deslizo su ropa interior hacía abajo y me quite los pantalones que ya tenia abiertos los zurre hasta mis rodillas arrastrando mis bóxer con ellos, en un solo movimiento me vi libre de ellos, solo tenia puesta la camisa, me situé en su entrada era una sensación nueva para mi, ya no tenia vuelta atrás, sabia que me odiaría a mi mismo por esto.
La escuche gritar- DR. CULLEN POR FAVOR SOY VIRGEN-vi que habían lagrimas en sus ojos, Tanya también decía eso y resulto ser una cualquiera, había desempeñado muy bien ese papel en estos dos años, y esta chica decía lo mismo, virgen como no, sentí una nueva oleada de furia correr dentro de mí, el monstruo se regodeaba con su victoria estaba tan cerca de conseguirla por eso le dije con vos ronca y fría –virgen, jajaja, si ,esa historia ya me la se, eres como las demás una mentirosa- empuje con toda mi fuerza y sentí como se desgarraba una membrana en su interior, soltó un grito de dolor y las lagrimas cayeron por mi rosto que estaba junto al de ella, me congele era cierto era virgen por Dios que había hecho que estaba haciendo, me quede inmóvil dentro de ella, la mire tenia los ojos anegados en lagrimas recordé la conversación que había escuchado días antes, ella era virgen y sus labios también, ella quería que su primera ve fuera especial y yo había arruinado eso, había arruinado su vida, la vida de la dulce niña que se sonrojaba cada vez que me miraba quería compensarla por este mal, pero la necesitaba tanto ya no podía dar vuelta atrás, la mire a los ojos y vi su confusión y mi dolor reflejados en ellos, la sentí vibrar y me acerque a su rosto, deje que mis labios se posaran sobre los de ella, eran suaves,cálidos, se amoldaban a los míos aun ultrajada y mancillada no podía encontrar odio en sus ojos el odio que yo merecía, no se que me inclino a decir sobre la línea tensa de sus delicados labios, -por favor—y era verdad la necesitaba.
-por favor, te necesito Isabella- al decir su nombre sentí como se estremeció pero no parecía miedo, yo estaba muy confundido, necesitaba aislarme del mundo, olvidar mi nombre; yo sabia que no merecía perdón, pero se lo tenia que pedir de todas formas.
-perdón por esto, pero en verdad te necesito, por favor ayúdame, sé que soy un mal hombre pero por favor- mi voz denotaba tristeza, la tristeza de saber cuan deplorable era, la tristeza de saber lo que le había hecho y lo que no podía dejar de hacerle, la tristeza de saber que no viviría lo suficiente para poder tratar de ganarme su perdón, no sabia que esperar su cuerpo estaba tenso desde el inicio pero ahora parecía que escucho mis suplicas, ya que su cuerpo se relajo y asintió con su angelical rosto en el que aun se derraban lagrimas, lo tome como una aceptación y me di cuenta de que tan sorprendente era esta niña que tenia en mis brazos, no veía odio en sus ojos, ella me ayudaría a olvidar, aunque sabia que después la realidad seria mucho peor, la volví a besar con ternura con adoración mientras empujaba suavemente dentro de ella una y otra vez escuchaba sus leves jadeos cada vez que la penetraba ese sonido enviaba miles de descargas electicas a mi espina, con mi mano libre enjugaba las lagrimas que se desbordaban de sus mejillas debía de estar tan asustada, empecé a besar su cara sin detener mi faena, le di besos ligeros, suaves, cálidos castos, pose mis labios debajo de su mentón y le di una pequeña mordida escuche de sus labios un gemido de placer, parece que estaba sintiendo tanto placer como yo, la volví a besar y vi como se dejaba arrastrar por la pasión que mostraban nuestros cuerpos fundidos en uno solo, solté sus manos para recorrer ese hermoso cuerpo que me pertenecía a mi en este momento, cuando sentí sus frágiles dedos entrelazarse en mi cabello, mi cuerpo arremetía contra el suyo mas a prisa sus jadeos eran cada vez más altos pude sentir el calor de sus mejillas era tan tierna, sentí como su interior se apretaba en torno a mi, su interior era tan cálido y estrecho. La escuche decir mi nombre en un gruñido que salió del fondo de su garganta ella dijo Edward y no Dr. Cullen, tiro de mis cabellos con sus dedos y supe que explotaría, dije su nombre cuando me llego el fin sentí como se relajaba y caía en un sueño profundo. Sabia que tendría que afrontar las consecuencias de mis actos, no sabia como ella lo tomaría a la luz del día lo que le había hecho, me quede contemplándola tratando que no sintiera una onza de mi peso, se veía tan frágil y delicada con sus ojos cerrados y sus labios entreabiertos que me robaron el aliento, me incline a besarla pero me detuve, ya había obtenido mucho de ella sin permiso, de ahora en adelante trataría de ganarme su perdón y repararía mi falta, moví mi boca de que estaba a pocos centímetros de sus labios y deposite un beso en su frente, me sentía tan mal de haberla mancillado de haberle robado su inocencia, hice lo que siempre jure que no haría, tomar a una mujer antes de casarme con ella y lo peor es que lo hice contra su voluntad.
—Lo siento tanto—susurre sobre su frente y era cierto, lo sentía tanto que no habían palabras para abarcar el sentimiento.
Me levante y me vestí, no me atrevía a mirarla, yo era un monstruo, lo que le había hecho a esta niña era una monstruosidad, como pude caer tan bajo, me sentía asqueado de mi mismo, debería entrar al mar y ahogarme; pero como la dejaría dormir en el frio y despertar sin una explicación de mi parte, sin decirle lo mucho que lamentaba lo que sucedió. La había tomado no era mía y aun así alargue mi mano y la tome; cuan egoísta soy que no me importo nada más que solo mi dolor y no vi lo que esta dulce niña, estaba sacrificando al aceptar mi suplica; no puedo creer que aceptara después de cómo me comporte con ella, la brisa fría soplo, sabia que debía llevarla bajo el amparo de un techo. Me volví a mirarla y el aire se quedo atorado en mis pulmones, en sus piernas había sangre y en varias partes de su cuerpo que estaban descubiertas se empezaban a formar hematomas, si antes estaba asqueado de mi mismo, no era nada en comparación a como me sentía ahora, me acerque a ella mientras unas lagrimas amargas corrían por mi cara, la levante con cuidado era tan liviana, parecía que no cargara nada en mis brazos, se quejo en sueños, debía estar adolorida, camine con mucho cuidado tratando de no moverla hasta su casa y la lleve a la que pensé que seria su habitación, la deje en la cama no me atrevía a mirar por mi mismo la gravedad de sus heridas, saque mi móvil y llame a la única persona que sabia que me ayudaría.
-Carlisle, tienes que ayudarme yo…-hice un sonido de repulsión con la parte baja de mi garganta
-Que sucede Edward, que ha pasado?
--Carlisle, necesito que vengas a mi casa, bueno no a mi casa exactamente sino a la casa de mi vecina
-A casa de tu vecina? Edward, no entiendo que sucedió? Que haces allí a estas horas?
-Yo… Carlisle te lo explicare todo cuando vengas por favor apúrate y si puedes trae a Alice contigo- No sabia como le podría explicar lo que había hecho a mi padre, me sentía realmente asqueado conmigo mismo.
La angustia se apoderaba de mi con cada minuto que pasaba, esperando a que Carlisle y Alice llegaran, miraba una y otra vez el rosto de Bella, parecía un ángel, en verdad era muy bonita nunca me había dado cuenta de eso, con su oscuro cabello extendido en las almohadas como algas marinas.
De pronto escuche sonar el timbre de la puerta.
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... difícil, nunca habiamos "visto" a Edward en esta situación... dejen sus suspiros para poder saber que opinan de la historia vale.
cuidense mucho, suspiren y...
Nos leemos en un tris
Bellany G.
**Solo a tu lado soy feliz**
Estoy verdaderamente impactada con este capi, espero que bella lo perdone y el tratede ganarsela y estoy segura que terminaran juntos ¡¡wuiiiiiii!! además siento que saldra por ahi un inesperado regalito, que seran la consecuencia de lo que paso y eso me pone feliz, mil gracias por escribir y no dejes de hacerlo, te felicito un gran abrazo cariñosamente Flawer.
bueno espero el prox cap para saber k va a apasar
aios se cuidan niñas
me gustaria que ahora bella lo ame mas que nunca y consiga enamorarlo yo le amo
me encanto...............xoxoxoxoxoxoxoxoxoxoxoxoxoxoxo
besos y felicitasiones por el comienzo del fics
nati de uruguay ;)
LA VIOLO!!!! como hizo eso, osea, despues de eso como se pude sostener una historia de amor! pobre bella el trauma de ser ultrajada no se va por que ame mucho a Edward o el a ella!! pobrecita!! osea no me malentiendas escribes bien y la historia = me tiene metida, pero como pudiste hacerle eso a bella, y q fuera edward!!! no puedo creerlo lo juro! sufro por ellos!!!
se paso, x culpa de la Tanya maldita, a Bella le cagaron la vida :(