Capítulo 1. Presentaciones
Bella POV
Me sentia realmente nerviosa sentada en el vuelo que me llevaría a Phoenix, habían pasado 3 años desde que me había graduado de la Universidad y viajado a Francia para cursar un doctorado en Marketing Comercial, ahora regresaba a mi hogar, a mi ciudad.
Crecí en Phoenix toda mi vida, después de que mis padres se divorciaran a meses de haber nacido mi hermana menor Alice, mamá había tomado a sus hijas y se había mudado de Forks, hacia terrenos “más calidos”, según decía ella. Charlie, nuestro padre jamás estuvo conmigo o con mi hermana prácticamente se desentendió de nosotros, típico de un hombre y su falta de responsabilidad, por eso yo disfrutaba de mi soltería al máximo, no quería una relación que solo me complicara la vida, me sentía libre de mi tiempo y mis decisiones y era feliz.
Deseaba tanto recorrer de nuevo las calles en una tarde soleada, aunque irónicamente mi piel era blanca casi pálida me gustaba en demasía el sol. Para nada parecía una residente de aquella ciudad, al menos no junto a Rosalie.
Mi mejor amiga no le pedía competencia a ninguna mujer que la rodeara, tenia un cuerpo para cualquier revista de trajes de baño, una larga cabellera rubia y unos ojos azules muy llamativos, nada comparado con mi cabello castaño y mis ojos cafés, mi menuda figura y mi para nada sociable personalidad, era una persona solitaria mientras que ella era bastante extrovertida, pero siempre creí que eso nos hacia especiales que eso era lo que daba fuerza a nuestra amistad de tantos años, en vez de ver nuestras diferencias nos complementábamos de una excelente forma, y después de estos años por fin la vería de nuevo.
Me hubiera gustado ver a mi mamá y a Alice pero desde que se caso con su mejor amigo de la Universidad, mi hermana y Jasper, mi cuñado se habían mudado a Seattle, mientras que Renee mi excéntrica madre se había vuelto a casar con un hombre algunos años menor que ella y se la pasaban viajando gracias al trabajo de su esposo.
Sinceramente no entendía la necesidad de que todas las mujeres que quería se esforzaran por encontrar su hombre perfecto, hasta Rosalie llevaba meses contándome mediante nuestros correos lo excepcional que era el hombre de sus sueños, en lo personal había desistido de tal búsqueda, a mis 25 años me importaba lo mismo encontrar o no alguien que me hiciera estremecer la piel, que hiciera mi corazón palpitar como loco o parar mi respiración… eso era solo para los buenos libros clásicos, la vida real no era tal y como esos mundos paralelos la pintaban.
Pronto nos alistamos para aterrizar y baje del avión mientras observaba el sol en todo su esplendor por los ventanales del aeropuerto, todos los pasajeros recorrimos el anden mientras algunos reconocían a sus seres queridos y se daban eufóricas bienvenidas, en medio de unas personas mi amiga estaba levantando un gran cartel con mi nombre escrito, al verme sonrío y corrió hacia mi.
-Bella…en verdad eres tu… mírate-, me decía mientras sonreía.
-Hola Rose… si la misma que viste y calza-, le conteste devolviendo el gesto.
-Te extrañe Bells…-, me dijo mientras caminábamos para recoger mi equipaje, unos días mas tarde llegaría la paquetería con algunas cosas que instalaría en mi departamento.
-Yo igual Rose, pero nada de pucheros que te salen arrugas-, le bromee y ella saco la lengua.
-Si claro vamos, vamos-, apresuro, pronto salimos hacia el estacionamiento ayudadas por un empleado del aeropuerto con las maletas, se quedo embelesado con mi amiga cuando esta le dio la propina y yo solo sonreí subiéndome a su automóvil
-Espero que “Don Perfecto” no seas celoso-, le dije y ella rodeo los ojos.
-Edward… Bella su nombre es Edward, además prometiste portarte bien nada de que debe tener algún defecto o algo así, pronto lo conocerás y estoy segura que se llevaran bien-, me dijo y yo asentí mordiéndome el labio para no discutir mas.
Me llevo a mi nuevo edificio, había conseguido un departamento cómodo amueblado cerca del centro, bajamos las maletas y entramos a mi futuro hogar, las paredes estaban pintadas de blanco los muebles tenia un diseño moderno y colores que iban del café oscuro al verde claro y algunos tonos de amarillo, cambiaria algunas cosas a mi gusto pero en general era un excelente lugar.
-¿Qué opinas?-, le pregunte a Rose mientras arrastraba la ultima maleta dentro.
-Falta tu toque pero tengo la seguridad que te agrada-, sonrío y yo asentí, el departamento tenia dos cuartos, un baño con tina, una sala comedor y una cocina de tamaño mediano.
-¿Quieres que vayamos a comer antes que entre a trabajar?-, me pregunto mientras me sentaba en uno de los sillones.
-No quiero que estés cansada para el trabajo-, me queje y ella negó con la cabeza. Rosalie era Hostess en uno de los principales restaurante de la ciudad, ya que había estudiado Turismo, su trabajo realmente le fascinaba pero yo consideraba que el estar parada por tanto tiempo y con sus característicos zapatos de aguja debía ser insoportable.
-Anda vamos a comer-, me jalo del brazo y yo sonrei mientras salimos del departamento y fuimos a un centro comercial para pasar algo mas de tiempo juntas.
-Ya pensaste donde vas a trabajar-, pregunto mientras se llevaba algo de su ensalada a la boca.
-No, quiero al menos comprar un auto primero con el dinero que tengo ahorrado y que lleguen todas mis cosas, después no descansare hasta encontrar el trabajo de mis sueños-, le dije suspirando.
-Y el hombre de tus sueños-, inquirió ella.
-Se llama “Fitzwilliam Darcy” y es un personaje de un libro, alguna otra pregunta-, le dije sarcásticamente.
-Bella…-, yo negué con mi cabeza.
-No empecemos Rose, mira que para no llevarte con Alice las dos fastidian bastante con lo mismo-, le dije rodeando los ojos, mientras recordaba la absurda rivalidad de Alice con mi amiga, mi hermana se quejaba que pasaba mucho tiempo con Rosalie y menos con ella, lo que era absurdo, las amaba a ambas, eran mi familia.
-Esta bien… aunque no pierdo las esperanzas de que Edward pueda presentarte a alguien-, me dijo segura de si misma.
-Me estas dando otra razón para no querer conocer a “Don Perfecto”-, le advertí y ella levanto las manos.
-Esta bien, suficiente de ese tema-, me contesto y yo sonreí, me volvió a dejar en mi departamento y nos despedimos con otro abrazo, me llevo dos días desempacar todas mis cosas antes que la paquetería y mas cajas llegaran, el tercer día después de mi regreso había salido a correr por la mañana para relajarme un poco, en la entrada se encontraba una gran moto estacionada, me le quede mirando hasta que vi a un hombre parado al lado de ella.
-¿Bonita no?-, me pregunto sonriendo, mientras echaba su cabello negro hacia atrás, era apuesto, de tez morena y una atrayente sonrisa.
-Yo diría genial, fantastica, impresionante, pero bonita….-, hice un gesto y el se río.
-Eres la del nuevo departamento verdad-, me pregunto mientras montaba la moto.
-Si… Isabella Swan-, le dije extendiendo mi mano.
-Jacob Black-, dijo tomándola efusivamente.
-¿Vives sola?-, siguió con una sonrisa.
-Eso depende si te empezaras a comportar como tonto si mi respuesta es si-, le dije y su sonrisa se ensancho.
-Me agradas-, dijo y yo sonrei mientras en respuesta, Jacob me agradaba y seria bueno tener un amigo cerca.
-Tengo que entrar, que tengas un buen día Jacob-, me despedí dando unos pasos hacia dentro del edificio.
-Claro chica ruda, estoy en el segundo piso-, se pudo el casco y arranco mientras yo rodeaba los ojos.
La semana paso rapidamente mientras yo terminaba de arreglar el departamento completamente a mi gusto, por fin para el viernes a cinco días de haber llegado pude mirar una película tranquilamente en mi sala.
El lunes comenzaría a buscar trabajo, había hablado con Rosalie al menos cada tercer día y se sentía reconfortante saber que estaba cerca, que si la necesitaba ella estaría ahí para mi, la había extrañado tanto como extrañaba a Alice pero sabia que mi hermana era feliz, al menos Jasper no parecía tan cabeza hueca como la mayoría, siempre existían excepciones, por la noche cheque mi correo para ver un mensaje de Alice en la bandeja, lo abrí y me acomode frente a la computadora para poder leerlo cómodamente.
Hola Bells
¿Esta todo bien en Phoenix?, espero que en cuento puedas nos visites, necesito verte, aun sigo sintiendo que no fue del todo buena idea mudarte ahí, hubieras escogido Seattle, pero como siempre estas mas cerca de Rosalie… en fin no te preocupes ya supere los celos hacia Rose pero eso no me quita la sensación de que algo va a pasar, se que crees que todo lo que digo no tiene sentido pero ¿Cuando me he equivocado?, solo ten cuidado si….
Jasper te manda saludos, recuerda que eres bienvenida en la casa siempre, espero que pronto me cuentes sobre tu nueva vida, te quiero hermanita.
Un beso
Alice
Sonreí cuando termine de repasar cada línea, mi hermana era única, desde niña proclamaba que tenia un sexto sentido que siempre le ayudaba a poder intuir el futuro con facilidad, ahora tenia metido en la cabeza que mi vida cambiaria para siempre, espero que eso signifique que me ganare la lotería o algo así.
Comencé a contestarle luchando por no herir sus sentimientos de psíquica moderna.
Hola Alice, espero a mas tardar en un mes estar completamente instalada en un nuevo trabajo y poder visitarlos, no te preocupes estoy bien, llevo aquí una semana y no ha pasado nada puedes estar tranquila, si sucediera cualquier cosa te avisare.
Mándale saludos a tu rubio esposo y dile que aun lo estoy vigilando (si ya se ya se, pronto llegara alguien que me haga confiar de nuevo), sabes que tu y Rosalie son lo mas importante, las quiero celosita… a ambas.
Te escribo en cuando tenga nuevas.
Te amo hermanita
Bella
El sábado Rosalie me invito a comer en su día libre, pasamos toda la tarde platicando mientras le contaba sobre cada cambio al departamento, me contó algunas experiencias de su trabajo y las risas no se hicieron esperar, todo acabo cuando mis “osos” en la preparatoria fueron el centro de la conversaron.
-¿Cuándo me convertí en el bufón del grupo?-, le pregunte.
-OH Bella pero es completamente imposible pasar por alto tu desequilibrante andar-, se río de nuevo y yo le saque la lengua, aunque me estaba divirtiendo, ella y yo siempre la pasábamos muy bien.
-Acompáñame a mi casa, quiero que conozcas donde vivo-, me dijo mientras salíamos del café, hice una mueca pues no quería estar ahí junto con su gran novio, tenia la impresión de que seria incomodo.
-El trabaja hasta tarde hoy gruñona-, me dijo y yo sonreí.
Llegamos a su casa en menos de media hora, era grande y espacioso el piso que compartían, estaba muy limpio y ordenado, lo que me pareció extraño conociendo a mi amiga, ella me sirvió un vaso de agua y nos sentamos en su sala, mientras veía un piano de cola en una de las esquinas.
-¿Tocas?-, le pregunte con el ceño fruncido.
-No tonta es de Edward-, me contesto.
-De verdad pensé que había entrado a la dimensión desconocida, tu tocando….-, le dije mientras me echaba a reír.
-Muy graciosa pero el piano y la colección de discos y películas es suya, puede pasarse horas aquí-, me dijo señalándome una gran estantería.
Me levante para ver la gran cantidad de discos que había, era impresionante solo un poco mayor que la mía o comparada con mis libros.
-Te dije que era perfecto-, me susurro y luego oí una risa que no era de ella.
-¿Quién es perfecto?-, le pregunto una voz aterciopelada a mis espaldas, me gire lentamente para ver a un hombre alto rodearla con sus brazos y besarle la mejilla, ella se ruborizo y le sonrío mientras se giraba para besarlo, yo desvíe mi rostro sintiéndome incomoda antes la situación.
-Bella…-, me llamo y al fin levante el rostro, mi amiga sonrío y el… su novio me miro con gesto pensativo.
-Bella el es Edward Cullen mi novio-, dijo Rosalie sonriente.
-Edward ella es Bella Swan mi mejor amiga-, termino.
-Mucho gusto-, le dije viendo sus ojos verdes, había algo que no permitía separar mi mirada de la suya, como si buscáramos algo mas de lo que se ve a simple vista.
-El gusto es mío-, me contesto tomando mi mano, una extraña sensación en el hueco del estomago me invadió, era como un mal presentimiento, como si hubiera pasado algo que no debía haber pasado.
El retiro su mano deprisa con el ceño fruncido, tomo la mano de Rosalie y pareció volver a ser capaz de recomponer el semblante.
-¿Cómo fue el regreso?-, pregunto el mientras nos sentábamos en la sala, trataba de no mirarlo pero era imposible me sentía hasta fuera de lugar con las dos personas mas bellas que había visto en mi vida, sentadas frente a mi.
-Ajetreado, pero me gusta estar de regreso-, le conteste mientras el sonreía.
Este era un especie de Dios, que tenia embelesada a mi amiga pero ahora entendía al menos un poco del porque, su cara y facciones eran bien esculpidas, parecía tener un buen físico y su cabello alborotado y de un extraño color broncíneo le daban un sensualidad poco característica, aunque me imaginaba que seria algo parecido a Emmett, el y Rose fueron novios casi toda la preparatoria pero el se mudo en el ultimo año y la relación termino por desaparecer, no existen las relaciones a distancia.
Era el único hombre que había despertado verdaderos sentimientos en Rosalie… hasta ahora.
-¿Eres músico?-, dije burlonamente viendo el piano.
-Eres directa-, afirmo y luego se río, -No, no soy músico, aunque pensé que Rose ya te habría comentado-, me contesto.
-Lo hice amor pero así es Bella esta tratando de analizarte, no le hagas caso-, le dije y yo solo cruce los brazos como una niña pequeña, el sonrío al notarlo y por primer vez baje la mirada ¿apenada?
-De hecho son colegas-, afirmo mi amiga.
-¿Colegas?-, pregunte.
-Soy Mercadologo, trabajo en Point y tu-, pregunto Edward.
-Yo también soy mercadologa y ahora estoy desempleada-, el se río y Rosalie y yo lo seguimos, estaba impresionada Point era la mejor agencia publicitaria en la ciudad, debía de ser bueno en lo que hacia.
-Te dije que era perfecto-, sonrío Rose en mi dirección dándole un beso mientras el bajaba la mirada, parecía algo incomodo.
-No existen los hombres perfectos-, el me miro y arqueo una ceja.
-Nadie es perfecto- termine y el sonrío negando con la cabeza.
-Si claro, demasiado por hoy jovencita “yo no necesito un hombre”-, dijo Rosalie mientras trataba de desviar el tema.
-Ya debo irme-, sugerí levantándome.
-Necesitas que te llevemos-, dijo el encontrando mi mirada.
-No te preocupes ya compro su auto-, le dijo Rose mientras caminábamos hacia la puerta.
-¿El Volvo?-, pregunto el.
-Si…-, dije yo sin entender.
-El tenia un Volvo antes de su Austin-, dijo Rosalie.
-Ves un hombre con un buen gusto en carros…-, suspiro mi amiga.
-Terminaría contigo-, termine su frase y ella me saco la lengua.
-Me alegro conocerte por fin Edward-, le dije dándole la mano, mire lo pálido de su mano junto a la mía y un sentimiento parecido al miedo me invadió, el se aclaro la garganta y hablo.
-Y a mi Bella, prácticamente Rosalie platica de ti, de moda y de carros… y no en ese orden-, ella lo empujo y el sonrío antes de darle un beso, desvíe mi mirada y algo extraño paso por mi cuerpo mientras estaba consiente de su relación, termine de salir, mi amiga me dio un abrazo antes de despedirse y me dirigí a mi automóvil, lo mire y sonreí.
-Definitivamente un auto que va contigo “Don Perfecto”-, dije antes de subir y tratar de tragar la sensación que aun estaba en la boca de mi estomago.
¿Qué me había pasado?, sabia que algo en dentro de mi ya no era igual y no sabia el motivo o la razón, pero ahora solo podía sonreír como tonta al recordar al novio de mi mejor amiga aunque me esforzaria en encontrarle algún defecto.
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... bien, ya se conocieron y al parecer a Bells algo 'le cambió', Edward se tornó 'extraño y Jacob aparecio... las cosas se ponen interesantes, bastante interesantes...
cuidense mucho, recuerden los chocolatitos para un momento de tensión, suspiren a granel y...
Nos leemos en un tris!!!
Bellany G.
**Mi corazón solo sabe que te ama**
3 Comments:
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Bueno el capitulo, q es a lo q iva ; esto va a ser muy complicado ya tenemos varios puntos de conflicto, Jacob y Rosalie ... seria un puntazo que acabasen juntos ¿no?.
Un Beso y un Suspiro para todas