18: PRUEBA DE CONFIANZA
Salimos de casa después que Alice y Jasper se marcharon, Edward me llevó a ver una puesta de sol cerca de unos acantilados en La Push, era uno de esos raros días en que alumbró el sol y no nos lo queríamos perder.
- En que piensas amor- me preguntó él mirándome.
- Tengo una extraña sensación. Pero no me hagas caso estoy paranoica con lo de la fiesta. Es la primera vez que iré a una discoteca, sabes que no me gusta bailar.
- ¿Pero bailarás conmigo cierto?
- Haría lo que sea contigo.
Me besó de una forma tan deliciosa, todo se veía naranja y rojo debido al sol que se marchaba y daba al cielo unas tonalidades especiales. Cuando sentí que empezábamos a besarnos de forma más seria me separé un poco de él.
- Edward, ¿sabes cuánto tiempo pasó Alice arreglándome?
- Yo podría deshacerlo en 10 segundos, 5 si me ayudas- dijo en tono sensual.
- ¿No quieres ir a saludar a tus primos?
- Nuestros primos cariño, y la verdad no tengo ganas, me apetece estar en otro lugar con cierta chica de ojos chocolates que huele a fresas.
Sus manos empezaban a recorrer mi espalda bajando peligrosamente si no nos deteníamos ahora también nuestro carro sería profanado, al igual que nuestro sillón, el piano, la cocina, la alfombra de la sala y el baño.
- Edward, prometiste ir. Sé que Tanya no es de mi agrado y yo tampoco le gusto a ella pero diste tu palabra y debes cumplirla.
- Lo sé, es sólo que me cuesta tanto esta vez, no veo las horas de estar en casa.
***
Llegamos a la dichosa fiesta y ya estaba medio mundo allí. Mientras que Edward fue al baño me senté a conversar con Jessica que estaba cerca de Alec. Lo miraba con los ojos entornados.
- Si sigues mirándolo así lo asustarás- le dije
- Es que es tan lindo.
- Tiene dos años menos que nosotras Jess.
- Eso no me importa- dijo con tono soñador.
- Bella, amor hay un pequeño problema- dijo Edward en voz baja. –al parecer el local no tiene suficientes bebidas y no hay whiskey. Demetri dice que en casa de Jasper hay dos cajas pero no tiene auto. ¿Podrás quedarte media hora aquí?
- Claro, pierde cuidado. No creo que me pueda perder y como soy una señora dudo que alguien me saque a bailar.
- Eso si que no, guárdame el primer baile.
- Está bien no demores- le dije y me dio un beso antes de irse.
La música empezó a sonar más fuerte y yo seguía esperando ver aparecer a Alice con una gran sonrisa para correr a felicitarla pero tardaban en llegar.
Ya había tomado tres coca colas así que decidí ir al baño. Para no haber suficientes bebidas algunos chicos se veían algo ebrios y aún no eran ni las diez de la noche, yo no tenía mucha cultura parrandera así que me pareció normal.
Oí a un par de chicas en el baño decir que en la barra había corcho libre, no entendía bien pero parecía que regalaban los tragos. Al salir tropecé y casi caigo pero unos fuertes y bronceados brazos me sostuvieron.
- ¿Bella?, que bueno verte- era la pandilla de La Push.
- Jake, Quil, Embry, que gusto verlos ¿qué hacen por aquí?- los saludé
- Eso quisiéramos saber, ¿hay un cumpleaños no?- dijo Quil riéndose.
- Pero si tú nos invitaste- dijo Jake.
- ¿Perdón?
- ¿Ya lo olvidaste? Seguro con tantas invitaciones te olvidaste la que no enviaste a la reserva- dijo sacando un papel de su bolsillo.
Lo tomé, era una de las invitaciones que había estado repartiendo Tanya, sólo que esta estaba firmada por mí.
- Yo no envié esto- le dije a Jake susurrándole al oído ya que no quería que sus amigos pensaran que no eran bienvenidos.
- ¿Entonces?
- Creo saber quien fue pero no le voy a reclamar si eso es lo que ella quiere. Si han venido diviértanse- le dije y él volvió a sonreír.
- Jake tienes que venir- dijo Quil gritando porque se había alejado un poco. –Están dando licor aún a los menores de edad.
Yo caminé hacia la barra para comprobar eso. No me parecía bien que los más jóvenes tuvieran acceso al licor tan fácilmente podía ser peligroso.
En efecto en la barra parecía haber más personal del que cabía y todos los que se acercaban solo tenían que pedir algo e inmediatamente se lo daban.
Esto era muy raro y Edward seguía sin aparecer.
- Hola preciosa- una voz fría me asustó me giré y vi a James que me miraba con su rostro siniestro.
- Hola primo- dije tratando de marcharme pero me tomó por un brazo y me acercó a él
- porqué tan tímida Bella, ¿no quieres bailar un poco?
- No me gusta bailar gracias, si me disculpas- traté de zafarme pero él era más fuerte.
- Me puedes decir qué diablos quieres- le dije ya con más fuerza.
- Vaya que carácter, con razón tienes a Eddie hecho un tonto. Me imagino que tendrás otros talentos también.
- Eso no te interesa James y más vale que me sueltes o te juro que te quedarás sin descendencia. No me asustas ni un poco.
- Me encantas pequeñas fierecillas- me dijo acercándose aún más.
Eso colmó mi paciencia. De hecho yo no era tímida sino más bien del tipo explosiva, solía ser bastante tolerante con todos hasta que colmaban mi paciencia. Incluso Emmet me temía.
Lo miré fijamente a los ojos para que no estuviera alerta y le pegué un porrazo en el estómago que lo dejó si aire y se inclinó hacia delante. Sabía que debía aprovechar ese momento para golpear en la nuca. En dos segundos James rodaba por el piso.
Todos se giraron a ver y me rodearon. Yo hervía de cólera, odiaba que me trataran así, como si fuera un objeto que pueden tomar cuando quieran.
Jake llegó a mi lado inmediatamente
- ¿Bella que pasó?- preguntó
- Un idiota que se estaba pasando de listo- le dije.
- Vaya sigues practicando con tu gancho derecho- sonrió mi amigo.
En eso Laurent llegó hasta allí y empujó a Jake pensando que él había noqueado a su amigo.
- Que te pasa imbécil- dijo Quil llegando al lado de Embry y colocándose junto a Jake.
James que ya se había puesto de pie me miró aún con más deseo.
- Me gustan las fieras, eso hace más interesante la cacería.
- No te atrevas a mirarla- dijo Jake golpeándole en le rostro mientras que Laurent se lanzaba sobre él y Quil y Embry también se metían en la lucha. Yo salí disparada de allí no sabía a quien pedir ayuda, sabía que mis amigos podrían con ellos pero esto se tornaba peligroso ya que casi todos parecían estar ebrios.
Entonces en una esquina menos concurrida y algo oscura vi algo que me congeló el alma.
Edward estaba apoyado en la pared y a su lado estaba Tanya que lo rodeaba por la cintura.
Me acerqué despacio mi corazón parecía querer salirse del pecho. No podía creer lo que miraba. No podía ser cierto, mi mente no lo aceptaba. Como alguien que unas horas atrás me decía que me amaba podía estar así con otra. Acaso me había estado mintiendo. ¿Podía Edward haber fingido todo este tiempo que no le gustaba Tanya?
- Ya debe haberse ido Eddie. ¿Porque no bailamos un rato?- oí la voz de ella que enredaba sus manos en el cabello de él.
No podía escuchar lo que él le decía, parecía hablarle en susurros y agacharse para que sólo ella lo pudiera oír.
Entonces ella me miró y sin tardar un segundo lo besó. Edward pareció sorprenderse y trastabillar por lo que ella lo arrinconó contra la pared. Lo besaba con tanta pasión y a pesar de eso él no parecía querer alejarla.
Sentí mi rostro caliente y que las piernas se me doblaban. Ella lo besaba y él tenía los ojos cerrados.
Mi respiración se hizo difícil pero avancé dos pasos más.
- Edward- le grité
Ella apenas se separó de él y le susurró algo al oído. Edward se llevó las manos al rostro pero no me miraba.
- ¿Qué has hecho?- le grité desesperada.
- Bueno ya nos descubriste- dijo Tanya –Así que sé una buena chica y desaparécete que Eddie y yo tenemos planes. Ya estábamos hartos de andar escondiéndonos de ti y del resto. Por una vez podremos estar juntos aquí tal y como era en Seattle.
- ¿Ustedes se entendían en Seattle?
- Querida, somos amantes desde los 15 años, sólo que mi tío Marcus y mi madre no lo aceptaban. Pero ahora él está preso y no hay nada que nos pueda separar.
Retrocedí espantada y mi cuerpo chocó contra otro. Sentí unos brazos rodearme.
- Te dije que te lastimaría tarde o temprano, pero no puedo creer que sea tan imbécil. Maldita sanguijuela, se aprovechó de ti- Jake estaba furioso.
- Vámonos Jake, no tenemos nada que hacer aquí.
- Déjame partirle la cara por favor Bella, se lo merece.
- No Jake, no te rebajes- dije sintiendo mis lágrimas caer.
Mi amigo me abrazó y cuando nos volteábamos para irnos escuche su voz
- Bella- dijo Edward con desesperación, su voz se oía pastosa. Estaba ebrio.
Entonces Jake me soltó y caminó hacia él lo tomó de las solapas y lo levantó un poco.
- Eres despreciable, cómo pudiste. Porque a ella, tu sabías que yo la quiero, ¿cómo pudiste?
- Jake déjalo- le grité y corrí a la salida de la discoteca. Cuando ya estaba cerca de la puerta vi entrar a mi amiga con la sonrisa más bonita que tenía. Al verme me acogió y no pude evitar llorar y estremecerme.
- ¿Bella que tienes? ¿Qué te pasa amiga respóndeme?
- Edward Alice, está con Tanya, los descubrí besándose y ella me confesó que eran amantes y que están juntos desde que vivían en Seattle. Me quiero morir Alice
- Eso es mentira- Dijo Jasper enfadado. –Ella siempre ha estado tras él pero nunca ha podido porque Edward no la quiere. Te lo puedo jurar Bella estoy seguro de lo que digo.
- ¿Entonces puedes explicarme porque está en un rincón con ella?- le grité
- No lo sé pero esto se debe arreglar ahora si te vas solo agravarás el problema. Yo no lo creería, aunque lo vea, hay algo raro aquí-dijo tan duramente como nunca lo había escuchado hablar y me tomó de una mano y prácticamente me arrastró de vuelta.
Jake seguía allí al parecer había golpeado a Edward porque Tanya lo sostenía y su boca sangraba.
- Apártate Jacob- le gritó Jasper. Tomó a Edward de los brazos de Tanya y lo acercó más a la luz, sus ojos estaban irritados. Yo lo miré con odio ya que eso estaba empezando a sentir por el hombre que me había hecho tan feliz.
Él me miró casi sentí que quería llorar.
- Bella- me dijo otra vez
- Te odio Edward Cullen, cómo pudiste, me mentiste siempre.
- Lo prometiste- dijo y su cabeza cayó hacia su pecho.
Que quería decirme con eso, era ilógico, absurdo. Mi mente vagó por los momentos vividos y recordé algo que ocurrió minutos antes de entregarme a él. La promesa.
“Prométeme que pase lo que pase no creeremos lo que otros nos digan o quieran hacernos creer. Así las evidencias estén en contra nuestra. Confiaremos el uno en el otro” “- Lo prometo Edward. Confiaré en ti. Siempre”
La verdad me golpeó como un mazo. Tuve que recargarme en mi amiga para no caer.
¿Por que estaba desconfiando de él cuando siempre me había dado pruebas de su amor? ¿Acaso en un minuto echaría por la borda lo que estábamos empezando a construir?
Miré entonces a Tanya, su sonrisa fingida, su mirada de triunfo.
- Jasper llévate a Edward al auto- le dije con mucha compostura.
- No, Eddie se queda conmigo, habíamos planeado pasar la noche juntos- dijo la arpía.
- Jasper has lo que te digo. Alice ayúdalo, tengo cuentas que ajustar con ella.
Mi amiga me miró sorprendida y sonrió.
- Vámonos Jazz, no querrás ver esto. Bella no la mates porque aunque no quieras la resbalosa es parte de tu familia- y tiró de Jasper hacia la salida. Tanya me miraba divertida.
- ¿Bella, estás bien?- dijo Jake acercándose.
- Si Jake.
- ¿Vas a perdonar el idiota ese? Deberías echarlo de tu casa. Ven conmigo, vámonos de aquí- y me tomó de la mano. Yo quité mi mano de la suya con fuerza.
- Jake hazme un favor, si crees que me estoy sobrepasando detenme, no quisiera pasar un tiempo en la cárcel, tu me entiendes.
- ¿de qué hablas? dijo mi amigo y antes de que terminara de decir eso me arrojé hacia la persona que había ocasionado todo esto.
Me miró espantada y por un segundo pareció querer huir. La tomé de los brazos y la obligué a voltearse.
- ¿Me vas a confesar por las buenas o por las malas lo que le has dado a mi esposo?- le dije dándole la última oportunidad.
- Ya te dije que él y yo nos entendemos- dijo ella asustada.
- Por las malas entonces. Despídete de tu linda cabellera cuando termine contigo vas a lamentar haber puesto tus sucia boca sobre los labios de mi marido, zorra.
La lancé contra la pared y la tomé por los cabellos, arranque dos mechones mientras ella gritaba. Trató de defenderse arañándome pero eso no hizo más que enardecer mi ira. No quería golpearla mucho para no darle motivo de que levante cargos contra mí.
Sentí como alrededor de nosotras la gente de arremolinaba.
La volví a empujar contra la pared esta vez utilizando mi hombro y parte de mi pierna, había visto hacer eso en los jugadores de football americano. Rebotó hacía mí y aproveche para tirarla al piso de una vez. Puse mi pie sobre su pecho y su cuello, gracias a dios que no estaba usando zapatos con taco. Le aplasté tan fuerte que parecía estar quedándose sin aire.
-Confesarás ahora o quieres que te mate- le dije ya completamente fuera de mí.
- Roofies- dijo ella a punto de llorar.
- ¿Le diste esa porquería?- yo había leído mucho a cerca de esas pastillas que utilizaban los muchachos en las playas de Florida pero no pensé que se vendieran aquí.
- Lo planeaste todo verdad. Confiesa- le dije presionando más fuerte contra su pecho.
- Si, se lo di en casa en un refresco, quería que estuviera conmigo- dijo llorando.
- ¿Y el licor esta noche?
- Ese fue un regalo de James, él quería estar contigo, yo sólo quería a Eddie.
- No quiero que te le vuelvas a acercar a mi esposo entendiste, si te vuelvo a ver cerca de él te arranco la cabeza resbalosa.
Volví a ejercer presión en su pecho y ella gritó. Sentí unos brazos detrás de mí.
- Hermanita ya déjala, cálmate pareces una loca. Tranquila respira.
- Hola Em espero que te estés divirtiendo- le dijo con una sonrisa. –Solo me encargaba de una cucaracha ya me voy- le dije sonriéndole.
- Me asustas brujita pero esa niña se lo merecía, no puedo hablar mal porque Rose se va a molestar conmigo- me dijo en un susurro.
- Grandulón cobarde- le dije abriéndome paso entre todos.
Salí de la discoteca y me dirigí al auto.
Jasper y Alice me esperaban.
- ¿Edward está consciente?- Pregunté
- Si, no deja de llamarte- dijo Alice.
- Ayúdenme a llevarlo a casa, solo necesita una buena ducha- les dije.
Ya en casa Jasper me ayudó a meterlo en el baño y abrí la llave para que el agua tibia lo despertara un poco. Sabía que ir al hospital era en vano ya que no había habido otro caso así en este pueblo. Edward pareció reaccionar al agua y les pedí a Jasper y a mi amiga que se marcharan, no estaba de humor para explicar nada más. Ellos entendieron y se fueron en silencio.
Le quité la ropa mojada a Edward y lo llevé a la cama donde lo seque y le puse la pijama. El estaba aún con los ojos abiertos pero parecía mareado todavía.
Me acosté junto el. Y lo besé. Su labio inferior estaba hinchado.
- Duerme amor, estamos juntos y nada nos va a separar, mañana quizás no recuerdes pero de todas formas debo decirte que te amo y que confío en ti.
- Me sonrió y me rodeo con sus brazos
- Bella-dijo antes de cerrar sus preciosos ojos verdes.
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Xoxo's de Chocolate.
Suspiritos: TE VOY A DAR CALABAZAS FAN-FIC
ALICE