jueves, 15 de octubre de 2009

ESA NANA

Capítulo 17. La Cita


Abrí los ojos y miré el reloj. 11:00 am. Sentí los ojos abrirse ¿¡Las 11 am!? Oh espera, no tengo clases por la mañana. Di un suspiro de alivio y comencé a sentarme en la cama para levantarme.

“¿Adónde vas?” murmuró en mi oído.

Me asusté al principio, pero luego recordé que él había pasado toda la noche conmigo “Yo… uh”

Mi estómago dejó salir un gruñido “Necesito comer algo”

“¿Te acabas de levantar y ya tienes hambre?” pude oír la diversión en su voz.

“Es casi la hora de comer Edward, y ayer ¡Lo único que comí fue un sandwich de helado derretido de Emmett!”

“Oh” dijo. Quizás no le gustaba eso de recordar lo de ayer.

Me giré para estar cara a cara con él y me sorprendí de verlo ya vestido.

“¡Eh! ¡Has estado despierto durante un rato!” le acusé señalándolo con un dedo “¿Por qué no me despertaste? ¿Qué pasa si sólo me estaba haciendo la dormida?”

Cogió mi dedo acusador y se lo llevó a los labios “Porque disfruté viéndote dormir” contestó. Pude sentir la sangre lentamente subir por mis mejillas cuando seguía mirándome a los ojos. Me perdí en los suyos y cuando mi estómago dejó salir otro gruñido, salté al aire. Que vergüenza...

Oí a Edward reír y mi cara al instante se volvió más roja que antes “¿Te gustaría ir al comedor y comer algo?” preguntó con una sonrisa pícara.

Ignoré su sonrisa e intenté poder cambiar de tema “¿Pordrías llamar a Alice para que venga?” le pregunté “Necesito un poco de ayuda para prepararme”

Asintió en comprensión y cogió su móvil de su bolsillo.

Alice llegó un par de horas después, me ayudó con todas las tareas que no podía hacer sola. Podría ser una friki de las compras, pero era una amiga excelente, la que me amenazó con traerme aquí tan pronto como acabaran las clases y ella pudiera prepararme para mi cita. Se fue unos minutos después y cogí las muletas, así. Edward y yo nos podríamos ir al comedor. Cuando caminábamos hacia allí en silencio, me atrajo más hacia él y no pude estar nerviosa por la cita de aquella noche.

No me había dicho donde íbamos a ir, pero no me sentía nerviosa por eso. Sabía que esta noche es cuando tendríamos tiempo para hablar. Hablar de esas cosas no eran nada cómodas de compartir y no estoy deseosa de ello.

Cuando entramos al comedor, me dejó en una mesa y se fue a por la comida. No mucho tiempo después de que se fuera, la silla de entrente mía fue ocupada. Cuando miré, no era la presona que estaba esperando.

“¿Qué quieres ahora Lauren?” pregunté agotada. Vestía uno de los peores vesitos de animadoras que haya visto. A lo mejor sólo llevaba un sujetador y ropa interior.

Me dio una dulce sonrisa, pero sus ojos aún me enviaban miradas amenazadoras “Isabella, sólo vine a hablar contigo”

“Bien, yo no quiero hablar contigo” la corté.

Parecía impresionada por un momento pero después recuperó la compostura rápidamente “Bueno, hablaré contigo de todas formas. ¿Qué te ha pasado en la pierna?” preguntó.

“Nada que te incumba” le contesté secamente.

Sonrió. “Qué susceptible. ¿Tiene algo que ver con que nos encontraras a tu novio y a mí, verdad?”

“Ex-novio. Y estás equivocada, no tiene nada que ver con él” mentí. Ni de coña voy a dejar que sepa que ha influido tanto en mí, pero siempre fui una mala mentirosa...

Vio la verdad en mi mentira “Vale, sea lo que sea, quizás ahora te mantengas lejos de Edward” dijo triunfante.

Sonreí “Ya sabes. eso lo veo difícil porque vivimos juntos, y ahora por ti, estamos saliendo” añadí. No es una gran mentira, teníamos una cita...

Su mandíbula se abrió y se quedó ahí de pie echando humo. “¿¡Por mí!?”

Esto va a ser mejor de lo que pensé “¡Sí! Me lo pusiste más fácil para cortar con Jayden y ahora estamos juntos. Edward y yo”

¡Parecía realmente furiosa! Las cosas no han pasado exactamente como ella quería, pero jamás dejaría a Edward por ella.

“No podrás estar con él por mucho tiempo” dijo después de un rato.“Tengo mis medios” añadió sonriendo, entonces se dio la vuelta y se fue.

Sus medios, adiviné que sería la seducción. Al instante me preocupé ¿Volvería Edward con ella como solía hacerlo? ¿Por qué no habría pensado en eso antes? ¿No es un poco imposible que haya cambiado tan rápido como lo hizo? El hilo de mis pensamientos se vio cortado otra vez por el ruido de la silla al separarse. Alcé la mirada y esta vez sí que era quien anhelaba, Edward.

Puso la comida enfrente mía y comencé a comer, pero también fui consciente de que miraba cada movimiento que hacía.

“¿Qué pasa?” preguntó.

Alcé la mirada “Nada, ¿Por qué?” pregunté.

“Estuviste frunciendo el ceño hace segundos”

“Oh, sólo fue porque Lauren decidió hacerme una visita mientras tu ibas por la comida”

“¿Qué quería?” preguntó curioso. ¿Curiosidad? Estaba esperando que se enfadara...

“Sólo que me alejara de ti. Y dijo que te haría volver con ella” me acerqué para ver más de cerca su reacción. Su mandíbula se tensó y sus manos se cerraron en puños, con tensión también. Ahí está el enfado.

“¿Y vas a alejarte de mí?” preguntó.

“No” respondí, sonriendo.

“Bien” dijo devolviéndome la sonrisa “Y yo no voy a volver ni con ella, ni con ninguna de sus amigas”

Tan pronto como dejamos de hablar del tema, comimos en silencio. Mejor dicho, él comía mientras yo deboraba la comida y la tragaba ¡Estaba hambrienta!

Cuando me llevé otro trozo de comida a la boca, él cogió el tenedor y me lo quitó de la mano.

“¡Eh!” dije, intentando alcanzar mi tenedor, pero consiguió dejarlo fuera de mi alcance.

“Bella, quieres dejar espacio para la cena de esta noche. Donde vamos a ir, hay gran cantidad de comida que te encantaría comer”

Me crucé de brazos “¿A dónde vamos a ir?” pregunté.

“No te lo voy a decir, pero lo averiguarás...” miró su reloj “en 3 horas. Vamos tenemos que ir a clase” dijo mientras recogía las bandejas.

Agarré las muletas y caminé detrás de él, pero no sin captar la mirada de Lauren fija en mí, la cual estaba de pie con sus amigas unos metros más allá. La preocupación que había sentido antes, rápidamente volvió, pero tan pronto como Edward y yo caminábamos hacia la clase de Música, rápidamente desapareció.

Luché por arrastrar conmigo a Edward hasta un piano, pero, con las muletas era un poco difícil. Aunque él captó mis intenciones y me siguió hasta uno. Nos sentamos juntos y le pedí que tocara algo para mí.

Empezó a tocar y me percaté de algo en su pieza. Comparado con todo lo que había escuchado de él antes, esta era feliz. Lo miré sonriendo “Edward, es preciosa. Y no es triste ¿Por qué este cambio?”

Me devolvió la sonrisa “Porque estoy feliz”

Me sonrojé y cambié de tema, hacia nuestra pieza, con la cual estuvimos toda la clase trabajando.

Cuando nos acercábamos al edificio de las habitaciones, pude ver a Alice de pie enfrente saltando arriba y abajo emocionada cuando nos vio volver. Rose que estaba a su lado, me lanzó una mirada comprensiva.

Tan pronto como entramos en la habitación, me separé de Edward y entré al dormitorio.

Alice había traído un vestido corto, negro sin tirantes Valentino, y porque tenía la escayola, me permitió llevar unos tacones que no fueran muy altos. Tan rápido cuando tuve toda la ropa puesta, que llevó un rato, fui llevada al cuarto de baño, así Edward podría cambiarse. Ahora es cuando comienza realmente la tortura.

“No veo por qué me tienes que depilar las cejas. Creo que ya están perfectamente bien” me quejé.

“No tiene sentido Bella. Estaban bien antes, pero después de esto, ¡Estarán perfectas!”

Suspiré y sostuve la respiración cuando empezaron los tirones.

“Vale Bella” dijo Rosalie “Ya puedes verte”

Me ayudaron a levantarme y me giré para estar de frente al espejo. Pude sentir mi mandíbula caer mientras Alice sonreía a mi lado. Parecía... ¡Distinta! No habían puesto demasiado maquillaje pero se veía. Y mis cejas bueno, ¡Se veían geniales!

“Wow” respiré “¡Muchas gracias chicas!”

“¡No hay problema! hemos disfrutado haciendo esto” dijo Alice. ¿Más que comprando todas las cosas que necesitaba..?

Agarré las muletas y las seguí hasta fuera del baño y entré al salón donde Edward estaba viendo la tele.

Tan pronto como me vio, se levantó y caminó hasta estar frente a mí. Sus ojos viajaban de arriba a abajo por mi cuerpo y me sonrojé como una loca mientras Alice y Rosalie sonreían a mi lado.

“Wow Bella, te ves... uh” sonreí cuando luchó por encontrar palabras “¡Te ves impresionante!”

Miré su conjunto, el cual consistía en un par de vaqueros oscuros y una ajustada camiseta gris con cuello en V que permitía ver sus músculos. “Tú tampoco te ves demasiado mal” contesté. ¿Demasiado mal? ¡Estaba buenísimo!

Sonrió y me cogió un brazo por alrededor del hombro para ayudarme a salir

Me ayudó a entrar en el asiento del copiloto de su coche y vi cuando recorrió su camino hasta llegar a su sitio. Tan pronto como salimos del parking, me encontré a mí misma emocionada por la cita.

“¿A dónde vamos?” pregunté, deseando que hubiera olvidado eso de rechazar decírmelo.

“Buen intento, pero tendrás que esperar y verlo” dijo, sonriéndome.

Fruncí el ceño y me giré para mirar por la ventana, deseando tener una pista de la dirección en que íbamos. Pero no había visto nada de la ciudad excepto el centro comercial por lo que no era de mucha ayuda.

Estuvimos conduciendo sobre 15 minutos antes de que me diera cuenta de que no estábamos muy lejos de la ciudad. Unos pocos minutos después, aparcamos en el parking de un gran lujoso establecimiento. Alcé la mirada para ver el nombre 'The Herbfarm'. El reconocer el nombre me golpeó.

“¡Dios santo Edward! No podemos comer ahí. ¿¡Sabes lo caro que es!?” ¡Este restaurante había estado en la gran lista de los mejores y lujosos restarurantes de todo Estados Unidos! Era difícil entra ahí, y el coste por persona...

Edward solo sonrió cuando salió del coche y vino a ayudarme a salir también.

“Mi familia y yo venimos aquí muy a menudo. Es un sitio muy relajador y el coste no es verdaderamente un problema” explicó cuando me conducía dentro del lujoso edificio.

Cuando caminamos dentro, mi mandíbula se abrió, estaba soñando. Todo era precioso. Había un escenario donde un hombre estaba tocando la guitarra. ¿Quién sabía que pudiera haber un sitio como este tan cerca de Seattle?

Tan pronto como Edward confirmó nuestra reserva fuimos conducidos hacia una mesa aislada, nos sentamos y nos dijo nuestro camarero que estaría con nosotros en breve. Mi boca aún estaba abierta y continué mirando el escenario de mi alrededor.

“Quizás querrías cerrar la boca Bella, no queremos que ninguna mosca ande volando por ahí”

Le devolví la mirada para verlo sonriéndome “Este sitio es demasiado bonito Edward”

Iba a contestar cuando fuimos interrumpidos por alguien que se estaba aclarando la garganta hacia nosotros. Levanté la mirada para ver a un rubio con ojos azules de mi edad sosteniendo una libretilla y mirándome. Era mono, pero el modo en que estaba mirando mis pechos era un poco espeluznante.

“Hola, mi nombre es Mike y seré vuestro camarero hoy. ¿Que le gustaría tomar de beber?” dijo mirandome los pechos..

Me aclaré la garganta y rápidamente subió su mirada hasta llegar a mis ojos “A NOSOTROS” comencé, volviendo mis ojos hacia Edward que parecía muy infeliz “nos gustaría... ¿Qué nos gustaría Edward?” no había tenido tiempo de mirar el menu todavía.

Mike desvió la mirada hacia Edward con desgano y cogió su lápiz. “Querríamos una botella de su mejor vino” respondió, enviando dagas a los ojos de Mike. ¿Estaba celoso?

Mike asintió y se fue. Edward se giró hacia mí y sonrió como a modo de disculpa “Siento lo que ha pasado Bella. ¿quieres que pida un nuevo camarero?”

“No, está todo bien”

Frunció el ceño y cogió su menú.

“Uh ¿Edward? Ya sabes, no tengo la suficiente edad para beber”

“Ni yo tampoco, pero ellos no lo saben” susurró.

“Vale” dije cuando el volvió su mirada hacia su menú.

“¿Qué te gustaría comer?” preguntó.

Miré a mi carta y mis ojos se abrieron. ¡La comida era carísima!

“Yo uh...bien” dudé “Tomaré lo que sea que tu pidas”

Me sonrió “Estarás contenta de no haberte comido toda la comida hoy en el almuerzo. Esto es mucho mejor”

Escuché mi estómago soltar un gruñido demasiado apreciativo y miré hacia abajo, ruborizada.

Nuestro camarero, Mike, caminó hacia nuestra mesa con una botella de un carísimo vino y lo sirvió. Cuando terminó de hacerlo, volvió a coger su libreta otra vez y se giró hacia mí sonriéndome.

“¿Ha decidido que va a comer?” preguntó mirandome los pechos otra vez. Escuché un leve gruñido proveniente de Edward y lo miré. Estaba enfadado. ¿¡Había gruñido!?

Mike pareció sorprendido y miró a Edward “Querríamos el (inserte carne aquí)” dijo en una voz tensa.

Mike rápidamente lo apuntó y se fue corriendo. Me giré hacia Edward, el cual se encontraba con su dedo pulgar e índice en el puente de su nariz.

“¿Estás bien?” pregunté.

“¡Ese tío babea cada vez que te ve! Y no es precisamente a tu cara lo que mira. ¿No te molesta?”

Sentí como una sonrisa iluminaba mi rostro.

“¿Por qué estás sonriendo?” preguntó, frustrado.

“Estás celoso” dije.

Se apartó de su nariz y me miró “¡No lo estoy!”

“Si que lo estás. ¡Admítelo!”

“¡No estoy celoso de ese pervertido! Sólo me preocupo por tu seguridad” Si...nuestro camarero va a atacarme en medio de nuestra comida en un restaurante lleno de gente. Muy prudente...

“No sé por qué lo niegas” dije “Creo que tus celos son sexies”

Puso los ojos en blanco y se levantó de su silla. Huelo un cambio de tema...“Ahora es el momento para hablar del propósito de esta cita” dijo.

Lo sabía “¿Cuál es?” inquirí.

“Conocernos mejor”

“Vale. ¡Juguemos a las 20 preguntas!” dije emocionada “Tú primero”

Parecía pensativo por un momento cuando decidía una pregunta y yo me preparé a mí misma para la más difícil.

“¿Cuál es tu color favorito?” preguntó. ¿Se tiró todo ese tiempo para venirme con esto?

“Hasta recientemente, te diría el azul”

“¿Cuál es ahora?” preguntó.

“Verde” respondí rápidamente. Entonces dándome cuenta de por qué lo había dicho, me ruboricé ligeramente y bajé la mirada.

“¿Por qué?” preguntó, percatándose de mi sonrojo. Porque es el color de tus ojos, pero ¡No te voy a decir eso!

“Estás preguntando demasiadas preguntas, es mi turno ahora.”

“Bien” respondió, pero sabía que no la dejaría pasar.

“¿Cuál es tu color favorito?” pregunté.

“Podría decir que es el marrón” respondió. Es extraño...El marrón es demasiado aburrido.

“¿Por qué?” pregunté.

“Porque es cálido, suave, precioso y es marrón.”

Esa era la más inesperada respuesta...

“¡Mi turno!” dijo emocionado otra vez “¿Por qué ahora tu color favorito es el verde?”

Gemí. Sabía que lo haría. “¡Y no me mientas!” añadió.

“Porque es el color de tus ojos” dije muy suavemente. Alcé la mirada y estaba, ¡Sonriendo!

“¿Sabes por qué elegí el color marrón?” preguntó.

“¿Porque es cálido, suave, y hermoso?” pregunté, confusa.

“Sí, y porque es el color de TUS ojos”

Le devolví la sonrisa y no me pude sentir ruborizada nunca más.

Nuestra comida la trajeron pronto a la mesa cuando nosotros comimos y continuamos preguntándonos preguntas simples. Sin embargo, cuando íbamos por nuestro quinto plato de nuestra carne, empezaron a volverse más personales.

“¿Por qué saliste con Jacob?” preguntó.

Fruncí el ceño. No quería responder a eso realmente, pero él había respondido a todo lo que yo le había preguntado.

“Fuimos los mejores amigos y raramente hacíamos algo separados. Pero, cuando él me confesó que tenía sentimientos por mí, no sabía qué hacer. No estaba segura de si sentía igual. Mi padre me dijo que le diera una oportunidad y quizás podría ganar los mismos sentimientos por él. Además, no quería perderlo porque lo rechazara… Nunca podía saber que me engañaría o que se convertiría en un acosador…”

“Oh. ¿Por qué te engañó?” ¡No le voy a decir que le frustré al rechazar tener sexo con él!

Pude sentir el color lentamente dándose paso por mis mejillas cuando pensé en contestar eso, y se dio cuenta de ello. “Es más de una pregunta” dije.

“Vale” contestó. Sabía cuál sería su siguiente pregunta y tenía que encontrar la manera de cambiar de tema y ¡Rápido!

“¿Con cuantas chicas has tenido sexo?” pregunté. No estaba segura de querer saberlo, pero si eso hacía avergonzarlo lo suficiente como para que se olvidara de su pregunta…

Me miró con una expresión de shock y me no pude evitar devolverle la frase que había dicho antes “¡Y no me mientas!” Probablemente no la contestará.

“0” respondió.

Me quedé incrédula “Venga vale. En serio Edward, no te voy a odiar porque me digas la verdad”

Levantó la mirada para mirarme con una expresión de sorpresa. “¿No me crees?”

“No” ¿Esperaba que lo hiciera? “Edward, estabas con diferentes tías cuando te conocí por primera vez, no puedes esperar que me crea eso”

Una expresión triste se apoderó de su rostro “No te estoy mintiendo. Podría haber tenido muchas mujeres pero nunca he llegado tan lejos con ninguna ¿Por qué crees que Lauren no me deja en paz?”

¿¡Edward era virgen!?

Realmente parecía que decía la verdad, y podía sentir el shock registrado en mi cara.

“Mi turno otra vez” dijo calladamente “Ahora volvamos a mi anterior pregunta ¿Por qué te engañó Jacob?” Bien esto no era como yo lo había planeado…

“Porque no tuve sexo con él” respondí muy bajito.

“¿Por qué no tuviste sexo con él?”

“Porque aún no me gustaba de esa forma”

“¿Tendrías sexo conmigo?” preguntó.

Iba a contestar cuando me percaté de lo que había dicho.

“¡Eh!” dije cuando empezó a reírse de mí “No tiene gracia”

“Sólo estaba bromeando” dijo, poniendo sus manos defensivamente frente a su pecho.

Cuando continuamos soltando más preguntas, no podía dejar de preguntarme sobre esa precisamente. ¿Tendría sexo con él?

En nuestro séptimo plato estaba demasiado llena para seguir comiendo “Edward, no puedo comer más” me quejé, mientras agarraba mi estómago.

Rió “¿No eres feliz de haber dejado de comer este mediodía? Pediré la cuenta” Señaló al camarero, el cual había dejado de mirarme esa noche, para que viniera y le pidió la cuenta. Cuando la sacó del bolsillo cogí mi bolso y comencé a buscar mi cartera.

“¿Qué crees que estás haciendo?” preguntó Edward.

“Ayudarte a pagar la cuenta” respondí, sacando un par de billetes fuera del bolso.

“No, no lo vas a hacer. Yo te invité aquí, solo tiene sentido que yo pague.”

Le fruncí el ceño y devolví mi dinero al bolso, sabiendo por su expresión que no retiraría el suyo. Intenté ver cuánto había costado todo pero hizo un gran trabajo escondiéndolo detrás de su brazo.

Tan pronto como la cuenta fue pagada, se levantó y me ayudó a ir hasta el coche. Había tenido la mejor cena de toda mi vida. Cuando entramos al coche, miré al reloj y vi que eran las 7 pm.

“¿Vamos a volver ya?” pregunté.

“No hagas preguntas Bella, sólo relájate y ya lo verás”

No vamos a volver todavía.

Condujo unos 30 minutos más y aparcó en un lugar que se parecía a un parque. Cuando me ayudó a salir del coche, miré a mi alrededor y estaba impresionada con el paisaje.

“¿Dónde estamos?” pregunté.

“Estamos cerca de la Isla de Bainbridge” contestó con una sonrisa. “Vamos, tenemos que darnos prisa o nos lo perderemos”

“¿Perder el qué?” pregunté cuando andaba lo más rápido que las muletas me permitían ir.

“Ya lo verás” respondió. Di un suspiro exasperado ¡Todas estas sorpresas me van a matar!

Un par de minutos después estábamos andando hacia lo que eran bancos orientados hacia el mar. Pero eso no lo captó mi ojo. El sol se estaba poniendo y las sombras que dejaba en el agua eran hermosas.

Edward me guió hasta uno de los bancos y nos sentamos para observar el atardecer en silencio.

“Esto es la cosa más hermosa que haya visto nunca” dije cuando ya desapareció de la vista. Me giré para verlo cuando me di cuenta que él no había hablado para encontrármelo mirándome.

“Yo puedo pensar en algo más bonito” susurró cuando lentamente acercó su rostro al mío.

“¿Si? ¿El qué?”

“Tú”

Me sonrojé furiosamente por sus palabras pero me distraje cuando sus labios se posaron sobre los míos.

Este beso fue muy diferente al de ayer. Quizás porque ya sabíamos lo que sentíamos el uno por el otro o quizás porque no había nadie para interrumpirnos. Pudimos estar ahí toda la noche si los dormitorios no estuvieran disponibles.

“Bella, ¿Cuáles son tus sentimientos por mí?” Preguntó cuando caminábamos hacia el coche en la oscuridad.

No sabía qué responder pero sería lo más honesta que pude.

“Um… definitivamente me gustas más que un amigo” bromeé.

“Me gusta eso”

“Pero no estoy segura de cómo me siento exactamente. Sé que siento algo muy fuerte por ti pero parece demasiado pronto para sentirse así. Da un poco de miedo para decirte la verdad” respondí calladamente “¿qué hay de ti?” pregunté.

“Ídem. Desearía que eso explicara mis actos en el centro comercial ayer. Te había estado esperando mucho y luego pensar que ibas a volver con él, tienes que entender como me sentí”

Quería decirle que yo no era nada por lo que tener que esperar. No había nada especial en mí, pero no sería yo quien estropeara la maravillosa noche. Quizás luego.

Me ayudó a entrar en el coche y empezamos a dirigirnos al campus.

“¿Te gustaría ser ahora mi novia oficial Bella?” preguntó mirando a través del cristal.

Pude sentir una enorme sonrisa extendiéndose por mi rostro “Me encantaría serlo”

Se giró para sonreírme “Gracias”

“Mira a la carretera” le recordé y puso los ojos en blanco cuando se volvió hacia delante.

“Puedes dormir si quieres” dijo mientras me atraía más a él “Hay una hora de camino”

“Vale” dije echando mi cabeza contra su pecho “Gracias por la magnífica cita”

“Es un placer”

Alcancé la radio y le subí el volumen. ‘With you’ (Contigo) de Chris Brown estaba sonando. Qué perfecto.

Ahora había tenido la mejor cita de toda mi vida, pensé, cuando rodeaba con los brazos la cintura de Edward.

Pero todas las cosas buenas tienen un final. Fue entonces cuando escuché a Edward soltar un hilo de blasfemias bajo su respiración y alcé la vista para ver qué iba mal. No me sorprendí.

Demasiado para la cita perfecta…

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ups!!!... y ahora, despues de una velada tan especial y de 'oficializar' su noviazgo (dale que eso de ser "la novia oficial" me fastidio un poquito, y no se por que O.o) que podría ir mal??!... suspiradoras, teorías a la vista!! jejeje...
en fin, cuidense mucho y saboreen un rico (pero asi, delicioso) chocolatito de mi parte para que no me muerda por dejar el cap asi (las quiero!!!), suspiren tranquilamente y...
Nos leemos en un tris!!!


Bellany G.
**Solo a tu lado me siento segura y feliz**

4 Comments:

  1. Anónimo said...
    HOLA CHIKAS YO CREO QUE ES JAKE QUEN MAS O LAUREN POR QUE TODO ESTABA PERFECTO QUE MAS LES PODRIA ARRUINAR LA VIDA OJALA Y LAS COSAS SALGAN BIEN BYE

    ALICE
    Ninive said...
    jejeje en este fic tambien hay resbalosa (me encanta el término)le ha dado pal pelo al mas puro estilo nena cullen. Un beso y un suspiro
    Anónimo said...
    me gusta este fic por lo sinceros que son ambos, las cosas no son como aparentan Edward VIRGEN!!!!!!!!, me muero yo se la quiero quitar, jajaja, suspiros citados
    Anónimo said...
    nena cullen : chicas el capitolo me encanto por fin estan justos pero me dejasteis intrigada por quien espera en el edificio alos dos muchos suspiros de chocolate preciosa para las dos gemalis

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