sábado, 26 de septiembre de 2009

ONE-SHOT

Compañeros De Piso

Por Jazzy W.

"Dos amigos con unos cuantos secretos, una botella y una devastadora atraccion, inspirado en la canción Perfecta de Miranda"


-No quiero irme-, murmuró Victoria con voz sensual, sonreí mientras la alejaba, en realidad ya había tenido suficiente de ella, “la magia del momento” había pasado, eso era, nada mas.

-Vicky tienes que irte antes de que Bella llegue-, le recordé y ella rodeó los ojos

-Aun no entiendo que tiene contra las visitas privadas-, murmuró malhumorada mientras yo reía, me puse un pantalón de chándal y una playera mientras ella recogía sus cosas, pase una mano por mi cabello húmedo a causa de la ducha.

-Yo tampoco lo entiendo, pero es una regla inquebrantable-, murmuré mientras ella se levantaba y caminaba hacia fuera de la habitación parándose frente a mí que estaba recargado en el marco de la puerta

-Y a ti te encanta romper las reglas-, susurró antes de besarme, sonreí en su boca y la miré salir por la puerta de mi fantástico departamento…

Era cierto, me encantaba romper las reglas, pero debía ser cuidadoso, no quería ni pensar que haría Bella si encontrará a su compañero de piso “gay” con una mujer como Victoria.

Llevaba poco mas de un año viviendo con Bella, era una chica divertidísima y muy autentica, el único inconveniente es que era exactamente igual a mi, no podía ver unos pantalones rellenos por que iba a por ellos, “hombreriega”, la llamaría yo, y ella respondería “mujeriego”, la verdad ella podría tener a cualquier hombre que quisiera pero siempre salía con cada imbecil, en fin, por esa maldita razón su única condición cuando decidió compartir el pago del alquiler era que debía ser una mujer o en su defecto un hombre completamente homosexual… si ella supiera que yo estaba a años luz de ser gay, pero bueno el departamento lo valía y la amistad de Bella también.

Me senté en el sofá con las piernas estiradas y tomé mis apuntes para el siguiente examen, la Medicina era una carrera para morirse y me encantaba.

Cerca de las 12 de la noche mi quería compañera llegó, llevaba un vestido negro de tirantes mostrando sus largas piernas… si ya se, no debería mirar, se supone que es como mi hermana pero no estoy ciego.

Se había hecho una coleta alta en el cabello y aventó sus llaves mientras se mordía el labio…otra cita había salido mal.

-No me digas Mike hablaba con la boca llena-, bromeé mientras ella me fulminaba con la mirada.

-Muy gracioso Edward… ¿Qué en esta vida ya no hay hombres perfectos?-, preguntó gimiendo bajito.

-No lo querías para casarte con el Bella y lo sabes-, recordé volviendo a mi libro.

-No… pero bueno uno nunca sabe… quiero enamorarme… algún día… pero ahora mismo odio a todos los hombres-, pronunció sentándose, levantando mis piernas.

-Gracias-, murmuré aun con el libro en mi cara.

-Tu no cuentas Ed-, recordó mientras yo sonreía…

-¿Qué hizo ahora?-, pregunté mientras ella hacia un puchero, dejé el los apuntes en la mesita y me senté a su lado, enderezándome un poco.

-Fuimos a bailar y las cosas subieron de tono, ya sabes, después se fue por una bebida y regresó con una rubia despampanante…-, comenzó con los dientes apretados, fruncí el ceño mientras ella me veía.

-¿Cómo diablos creyó que aceptaría un trío?-, preguntó histérica, bueno en realidad Mike era un patan y un idiota, tal vez, solo tal vez “alguien” le enseñaría a no molestar Bella, pero bueno la cara de mi amiga era un poema y no pude evitar reírme.

-¿En serio te lo pido?-, pregunté entre risas y ella me dio un codazo “fuerte

-Ríete… que yo sepa tu tampoco tienes mucha suerte últimamente-, murmuró mientras yo sonreía.

-Si los hombres buenos se han terminado-, murmuré teatralmente, ella me miró y sonrió, de pronto se levantó y se paró delante de mí.

-Pues hagamos un trato no mas hombres para los dos…no nos merecen-, exclamó mientras yo soltaba una carcajada.

-Me estas asustando-, murmuré mientras ella desdeñaba el comentario y se dirigía a la cocina sacó la botella de vodka que guardábamos en la alacena, un jugo de naranja y dos enormes vasos.

-Tengo que estudiar-, pedí mientras ella rodeaba los ojos.

-Te sabes la clase entera-, replicó mientras yo desistía, ella necesitaba desahogarse y yo no le negaría eso, debajo de esa capa de mujer independiente y sexy, Bella era dulce y frágil, aun cuando ella no lo aceptara.

Me tendió un vaso con la bebida y ella levantó el otro.

-Por el mundo sin hombres-, murmuró ella mientras yo reía

-Sin hombres-, concordé mientras tomaba un sorbo, y ella medio vaso.

-No voy a soportar tu jaqueca mañana-, me quejé y ella me miró, y señaló el vaso bebiéndoosle resto de la bebida.

-¿Qué vas a ser sin hombres?-, pregunté divertido y ella se sentó a mi lado dejando el vaso que de nuevo estaba lleno en la mesita.

-No los necesito-, replicó divertida mientras yo alzaba una ceja.

-¿No?-, pregunté mirándola, ella se lamió los labios y por primera vez sentí que esto estaba mal, algo dentro de mi me decía que era un traicionero, ella se confesaba ante mi, proclamaba su odio ante de los hombres cuando vivía con un espécimen perfecto, yo disfrutaba de mis “amigas”, simple y llano, no quería compromisos o ataduras, no lo quería…

-No…puede estar bien por un tiempo, la imaginación ayuda mucho-, sonrió mientras se recargaba en el sillón, cerraba los ojos y deslizaba un dedo desde el cuello hasta su ombligo, suspiró mientras yo tragaba fuerte…esto no estaba bien.

-Demasiada información-, murmuré y ella se rió.

-Edward por favor...somos amigos…además que tu nunca lo has hecho, acariciarte pensando en alguien…alguien platónico-, dijo mirándome mientras yo desviaba la mirada, si y había sido una tontería.

-¿Y tu?-, pregunté curioso

-Si…-, fue toda su respuesta, se levantó y prendió el equipo de música mientras una salsa lenta comenzó a sonar, tomó otro trago de su bebida mientras yo hacia lo mismo, se movió frente a mi sonriendo.

-Nunca te he visto bailar-, susurró mientras tomaba mi mano

-Hoy no será el día-, repliqué mientras ella entrecerraba los ojos

-Edward-, regañó

-Bella-, contesté riendo

-Un baile…-, pidió mientras me jalaba, me levanté quedando frente a ella, su rostro estaba ligeramente debajo de mis ojos, la miré mientras ella sonreía, mi mano fue a su cintura y comenzamos a movernos, jamás me había resultado mas difícil interpretar mi papel que en este momento, debía parar esto, no quería perder lo que tenia con Bella, era la única mujer que me hacia sentir completo… y era la única a la que no podía tener.

La música subió de ritmo y de tono, sin darme cuenta ella esta de espaldas a mi pegándose a mi cuerpo mientras bajábamos y yo no podía mas que oler su cabello y cerrar los ojos, deseando que esto fuera real, no me había dado cuenta cuanto me atraía Bella, cuanto podía llegar a desear siquiera besar sus labios.

-Me siento bien cuando estoy contigo-, murmuró recargada contra mi pecho, su cabeza descansaba en mi hombro, besé su cabello con una sonrisa

-Igual yo-, murmuré mientras ella se movía mas.

Tomó mis manos con las suyas y las bajó por su cuerpo, subiendo de nuevo, arrastrando el vestido.

-¿Qué haces?-, pregunté divertido, no podía seguir con esto.

-Por primera vez hago lo que deseo hacer-, contestó mientras de nuevo sus manos recorrían su caderas, su cuerpo era una tentación que ya no podía negar, o rechazar, mis manos cobraron vida propia, la atraje mas hacia mi, ella solo un pequeño jadeo, mientras subía su vestido, importándome poco si ella se daba cuenta de toda la farsa que hasta ahora había montado, ya no podía, ni quería hacerlo.

Encontré el encaje de su ropa interior y acaricié sobre la tela mientras ella se recargaba contra mi pecho, moví mi cabeza hundiéndola en su cuello inhalando su aroma, rozando su piel con mis labios, mi mano apartó la tela que ya era estorbosa, acaricié su intimidad, estaba mojada, completamente excitada por mi, mi otra mano atrapó su pezón , acariciándolo, incitándolo con el roce de la tela mientras ella movía sus caderas, mi erección se acentuaba en su espalda baja, era el cielo y el infierno.

-Edward-, gimió y saboreé el sonido de su voz antes de sepárame, no podía hacer esto, cuando ella se enterara de la verdad me odiaría, y yo no soportaría perderla, ya no.

Me giré y comencé a recoger los papales, traté de no mirarla pero solo había dado otro paso cuando ella llamó.

-Edward-, murmuró con voz suave, me giré para mirarla ahí justo donde me encontraba hace un momento, sus ojos eran cristalinos y su reparación subía y bajaba de forma irregular, me di cuenta que no podía luchar contra mis sentimientos, de alguna manera ella se había metido en lo mas hondo y no permitirá que ningún otro hombre la hiciera sufrir o gozar…ninguno.

La atrapé caminando hacia ella, levantándola, sosteniéndola con sus piernas enredadas en mi cintura, pegué su espalda a la pared mas próxima, no importaba el lugar o nada a nuestro alrededor, mis manos subieron su vestido mientras las suyas se enterraban en mi cabello, acercándome, miré de nuevo sus ojos marrón antes de besarla, antes de perderme, sus labios se movieron junto a los míos solo un segundo antes de que ella abriera su boca impaciente, exigente, mi lengua entró queriendo saborear todo de ella, queriendo marcarla como mía, solo mía.

Sus manos recorrieron mi pecho y quitaron como pudo mi camiseta, sus dedos delinearon mi torso mientras yo presionaba mi erección contra ella, besándola, bebiendo de su piel cuando el aire era apremiante.

-Quiero estar dentro de ti Bella-, gemí en su oreja mientras ella enterraba su rostro en mi cuello.

-Y yo quiero tenerte dentro de mi-, respondió rompiendo mi cordura, caminé dolorosamente hasta el sofá y la recosté, ella subió su vestido y se quito sus bragas, mientras yo bajaba mi pantalón, me miró mientras abría las piernas, estaba lista para mi, nada fue comparado con la sensación de su cuerpo bajo el mío, la besé de nuevo mientras ella levantaba sus caderas, yo esquive una y otra vez hasta que ella gimió y arañó mi espalda, me enterré en ella, como jamás lo había hecho, entregando mi cuerpo y mi alma, solo me importaba ella

-Edward-, gimió de nuevo mientras yo quitaba completamente su vestido, tomando sus pezones en mi boca haciéndola arquearse contra mí.

-Eres hermosa Bella…mi Bella-, murmuré mientras ella enredaba sus piernas en mi cintura, mis movimientos perdieron sentido o compás, solo quería sentirla y que me sintiera, quería unirme a ella para siempre.

-Te amo-, murmuré, las palabras salieron a borbotones mientras yo sentía mis ojos arder, mi cuerpo tenso y explosivo contra ella, mi corazón saliéndose de control, ella gritó y me besó para rendirse completamente.

No dijimos nada mientras nuestras respiraciones eran audibles, me recosté a su lado mientras ella me abrazaba y entrelazaba sus piernas con las mías, escondiendo, su cara en mi pecho.

-¿Vas a estar cuando despierte verdad?-, preguntó mientras yo cerraba los ojos.

-Si…-, conteste abrazándola contra mi, la iba a perder pero no me importaba, lucharía por ella, inclusive contar ella misma.

Me desperté con Bella entre mis brazos, mirándola mientras dormía, no sabia como había permitido que se metiera tan hondo dentro de mi, siempre imponía limites, pero con ella todo fue extraño, nos divertimos juntos, batallamos juntos, le conté cosas que a ninguna otra persona le hubiera dicho y ella, confiaba en mi, yo era su soporte, yo ¡su compañero gay!, cerré mis ojos y besé su frente antes de levantarme del sofá, fui hasta mi habitación y le puse una manta mientras salía, me quede recargado sentado contra la pared de la entrada, deseando que Bella llegara a sentir un milésima parte de lo que yo sentía por ella.

Perdí la cuenta del tiempo que pase afuera, hasta que una botella de agua me golpeó en el hombro juguetonamente, levanté la mirada, Bella llevaba un bata anudada mientras sostenía la botella, sonreía pero sus ojos eran reservados.

-Para la resaca-, murmuró mientras yo sonreía.

-No tengo resaca-, contesté mientras ella se sentaba a mi lado.

-Yo tampoco-, murmuró, la miré antes de mirar hacia otro lado.

-Bella yo no soy…gay-, afirmé, lo que parecía patético después de la noche anterior.

-Lo se-, sonrió, levanté mi mano queriendo acariciar su rostro pero la bajé incapaz de hacerlo.

-Nunca lo he sido-, continúe mientras ella miraba a la botella y luego a mi, no sonreía pero sus ojos brillaban.

-Lo se-, insistió mientras yo la miraba

-Hace cuatro mese te vi a unos metros afuera de la facultada de medicina, iba hacia la biblioteca con una compañera de clases del semestre pasado, Jessica Stanley, le dije que tu eras mi compañero y ella insistió en que tus “gustos” estaban completamente definidos y muy distintos a los que yo creía-, explicó mientras yo abría y cerraba la boca sin saber que decir.

-Te odié…estaba convencía en echarte, tantas cosas que te había contado, me sentí como una idota, pero al final no lograba decirte nada, en el fondo no me hacia la idea de dejarte ir, de volver a estar sola, así que decidí ver hasta donde podías llegar-, continuó mientras yo desviaba la mirada.

-Bella lo siento, aunque a decir verdad si tuviera que volver a representar el papel para vivir contigo, lo haría de nuevo-, repliqué mientras ella sonría.

-Creí que estaba bien solo con tenerte a mi lado, pero ayer no hubo trío, Mike me llevó a cenar y me pidió ser su novia, en serio, de esas que se llevan con la familia, me dijo que quería ser el hombre que supiera mis secretos, el que me hiciera sentir segura, el que me hiciera sentir mujer, y sin embargo yo ya lo tenia, por eso lo rechacé Edward…-, desvío la mirad como si estuviera temerosa de lo que seguía ahora, levanté su rostro entre mis manos y sonreí.

-El cazador fue cazado-, murmuré mientras ella sonreía

-¿Quien es el cazador aquí?-, preguntó divertida mientras yo negaba y la besaba.

-¿Quieres seguir siendo mi compañero de piso?-, preguntó ella mirándome

-Siempre-, contesté afirmando que la noche pasada fue la mejor de mi vida

-Te amo mi pequeño mentiroso-, bromeó levantándose tendiéndome la mano para entrar de nuevo con ella, a mi lugar, a nuestro lugar.

Tan pronto yo te vi
no pude descubrir.
El amor a primera vista no funcionó en mi
después de amarte comprendí.
Que no estaría tan mal
probar tu otra mitad.



Fragmento de la canción Perfecta de Miranda

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bueno, como mi nenita ya lo dijo... ahora tenemos calendario de actualizaciones y este sería mi extra del día, ya que ¿Estás Libre Esta Noche? aún no esta editado y me conocen, tengo que dejar todo lindo y perfecto o no soy feliz...
espero que este shot sea de su agrado y me dejen muchos suspiros eh!!! miren que me tiene preocupada la cantidad de aire que me sobra ultimamenten...
dale... cuidense mucho y deboren esos ricos chocolates, suspiren (por fis!!!) y...
Nos leemos en un tris!!!


Bellany G.
**Sigo ideando formas de festejar**

4 Comments:

  1. Ninive said...
    Me encanta el shot, es genial revivir una y otra vez la historia de amor, todas son geniales. No se a donde vais a buscarlas, pero me encantan
    Unknown said...
    Mi Jazzy, como siempre, genial. Gracias a Anabelly por subirla. Suspiros sí, suspiramos por estas historias que nos alegran el día a día. Besotes miles
    Anónimo said...
    lo acabo de leer y me gusto nadie habia escrito a mi edward "gay" jejejejeje felicidades voy a seguir leyendo su bloog:)

    ATTE: YURI
    (L)(*)Citlally (L)(*) said...
    Esta es l aprimera vez que leo un shot, de tu blog, pero prometo ke en cuanto termine mi blog, vendre sgido a leer, me encanto este extracto es buenisimo ^^

    Cuidate Angy

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