Capitulo veintidós:
Bella POV:
-Ven…- me susurró Edward tomando mi mano.- hay algo que quiero mostrarte…
Caminamos juntos hasta llegar a la ventana que daba al balcón de su departamento. La abrió y salimos afuera.
-Mira…- dijo indicándome con su mano un punto en la distancia, luego me abrazo por la cintura. Su rostro descansaba en mi hombro, su calido aliento acariciaba mi cuello haciendo que sintiera leves descargas recorrer mi piel.
Nunca antes había visto el lago Michigan de la forma en que lo estaba viendo ahora, se veía esplendido iluminado tenuemente por la luz de la luna y las estrellas que se reflejaban en sus aguas, el cielo
nocturno era de un intenso color azul oscuro.
-Es…hermoso…- dije en susurros
-No tanto como tú…- contradijo él besándome bajo la oreja.
Me volteé para quedar frente a él. Sus ojos de un profunfo verde esmeralda brillaban en la oscuridad y me traspasaron con su mirada. Una sonrisa surcó sus labios a la vez que se acercaba lentamente a mi, demasiado lentamente para mi gusto.
Sus labios se encontraron con los míos y se comenzaron a mover de una manera pausada, tan lenta que creía que en cualquier momento perdería la cordura. Sus manos me sujetaron de manera más fuerte por la cintura. El suave movimiento de sus labios sobre los míos estaba a punto de desquiciarme, entreabrí mis labios dándole a entender que deseaba más a la vez que me aferre a él con mayor fuerza. Edward llevó sus manos a mi rostro y lo acuno entre ellas, me miro fijamente. Sus ojos verdes ardían.
-Te amo…- me susurro
-Y yo a ti…- le respondí antes de que su boca se trabara a la mía nuevamente.
Esta vez el beso fue más rápido, más apasionado y lo sentí en cada fibra de mí ser. Mis dedos se enredaron en sus cabellos de bronce a la vez que lo atraía más hacia mí. Su mano bajo por mi espalda hasta situarse en mi cintura, entreabrí mis labios dejando que su lengua entrara en mi boca, mi respiración se puso cada vez más irregular y trabajosa. Sentí como mi espalda se apoyaba en la pared.
¿Cuándo sucedió esto? No lo supe, tampoco era que me importara saberlo.
Los labios de Edward abandonaron los míos para descender hasta mi cuello, mi respiración se agito considerablemente, hasta convertirse casi en un jadeo. Sentí la imperiosa necesidad de tenerlo más cerca, mis manos bajaron de su cuello hasta sus anchos hombros, tenía, necesitaba, deshacerme de su chaqueta y de manera rápida, Edward notó mis intensiones y término el trabajo por mí. Mis dedos se movieron por toda su ancha espalda deleitándose con su complexión. Sus labios volvieron a atrapar los míos y luego volvieron a descender por mi mejilla, mi barbilla, mi cuello y mis hombros. Cerré mis ojos ante la maravillosa sensación que me producían sus besos. Moví mis manos hasta que llegaron al pecho de Edward, ahora necesitaba hacer desaparecer esa camisa.
Nunca antes me había sentido así, nunca antes había necesitado, deseado tanto algo como ahora necesitaba a Edward. Lo quería, en ese mismo instante.
Comencé a desabotonar su camisa, pero los besos de Edward me hacían perder la concentración, a la vez que intentaba coordinar mi agitada respiración, cuando ya iba a mitad de camino, él se detuvo y me miro a los ojos.
-¿Estas segura?...- me preguntó de manera entrecortada, a él también le costaba respirar.
Su cabello estaba completamente alborotado, sus mejillas sonrosadas, en sus ojos ardían llamas de pasión, su pecho descubierto subía y bajaba rápidamente al ritmo de su agitada respiración, me mordí el labio inconscientemente. Claro que estaba segura, nunca había estado tan segura de algo en mi vida…
Él era todo lo que quería…
-Si, nunca estuve tan segura de algo…en mi vida…te quiero a ti…- lo mire, esperando su respuesta.
Sus labios se estrellaron contra los míos a la vez que sus manos subían por mis brazos y me atraía más a él, enrolle mis piernas en su cintura con una agilidad de la que no me creía capaz. Me percate de que Edward comenzaba a avanzar, no estaba segura de cómo lo podía hacer sin mirar, tampoco me di cuenta de cómo abrió la puerta, cuando sus manos estaban ocupadas, y sin duda tampoco me esperaba lo que vi. Por la expresión de sorpresa de su rostro me di cuenta de que él tampoco.
La habitación estaba iluminada por cientos de velas pequeñas, que expedían un aroma dulzon similar al de la vainilla. El blanco edredón estaba cubierto por pétalos de rosas rojas.
Solo un nombre se me vino a la cabeza al ver todo aquello: Alice, pero ¿Cómo supo ella que…
La verdad no sentía deseos de parar a pensar en los motivos que tuvo mi amiga- o quien fuera para hacer esto- pero por el momento no me importaba. Había solo una cosa de la que quería saber esta noche.
Y eso era acerca de Edward y yo…lo demás dejo de tener importancia por el momento.
Puse mis manos en su pecho para deshacerme de una buena vez de la bendita camisa, mis dedos se apresuraron en desabrochar los botones restantes a la vez que las manos de Edward recorrían mi espalda, seguramente buscando el cierre de mi vestido, maldije a la modista por haberlo ocultado tan bien. Sentí la tela deslizarse por mi cuerpo hacia abajo para hacerle compañía a la camisa de Edward.
Descargas eléctricas recorrieron mi espalda cuando las manos de Edward comenzaron a recorrer la piel expuesta de esta de arriba abajo. Un gemido se escapo por debajo de mi respiración.
Sabía que no nos detendríamos. Tampoco era que yo lo quisiera, llevaba soñando con esto por años, sabía que con el único que quería estar de esta forma era con Edward, quería que él fuera el primero…
Y también el único…
La piel de mi espalda hizo contacto con los centenares de pétalos que cubrían la cama, los labios de
Edward recorrieron mi cuerpo, sentirlo así de cerca, presionándose levemente contra mí era lo más maravilloso que podía haber experimentado. Mis dedos trazaron el contorno de cada uno de los músculos de su espalda, los que se movían con cada movimiento que él realizaba. Me sentía tan bien, sus manos acariciaban los costados de mi cuerpo, sus labios estaban besando el nacimiento de mis pechos. Todo era tan perfecto. Pero de pronto, él se detuvo. Mi respiración agitada me hizo casi imposible articular palabra.
-¿Qué…pasa…Edward?...- pregunté
-¿Estas segura?...yo…- volvió a preguntar, apoyando su peso en uno de sus brazos.- tal vez…tú…no creo…que…quizás…- dijo trabándose con las palabras, lo cual era extraño en él.
-¿Qué…te pasa, Edward?...- pregunté mirándolo.
-Yo…- se detuvo. Incapaz de encontrar las palabras adecuadas.
En ese momento algo se encendió en mi mente. Yo no le resultaba atractiva…por eso se detuvo. Era obvio, seguramente el había notado que no tenía ninguna experiencia, que lo estaba haciendo todo mal. Era imposible que yo…
Intente taparme el con los brazos, a la vez que bajaba la mirada avergonzada.
-Lo siento…- musite avergonzada
-No, ¿Qué dices, Bella?...
-Yo…ya lo sé. No..no soy lo suficientemente buena para ti, debes haber notado que no sé nada de…y…- sus labios silenciaron mi monologo.
-Shh…no es tu culpa. Es todo mi culpa…yo…no sé como, yo nunca…tú vas a ser la primera Bella. Perdona si no soy lo suficientemente…- esta vez fueron mis labios los que lo callaron. Tome su rostro entre mis manos a la vez que lo atraía más a mí.
-Edward….- susurre.- tú también eres el primero, yo nunca…siempre soñé que tú serías…siempre he estado enamorada de ti.- dije acariciando su rostro, él cerró los ojos relajándose.- siempre te he esperado a ti…
-Y yo a ti mi vida…- me dijo abriendo sus ojos.- te amo…
-Y yo a ti…
La temperatura de mi cuerpo aumentaba cada vez que las manos de Edward me acariciaban, el calor se fue extendiendo por cada fibra de mí ser. Pronto cualquier barrera entre nosotros se encontraba abandonada en el piso de la habitación. Besé cada rincón de su piel deleitándome con su delicioso aroma.
Besos, caricias…cada una nos acercaban más. Era el momento más importante de mi vida y lo mejor de todo era que era compartido, todo lo hacíamos por primera vez, era un descubrimiento mutuo. Edward beso mis labios y desde ahí comenzó a deslizar sus labios hacia abajo, espasmos de placer me recorrían cada vez que se detenía más en algún punto sensible de mi anatomía. Era presa del deseo y un placer inconmensurable. Decidí actuar, no quería quedarme atrás.
Mis labios recorrieron su amplio torso, maravillándose de lo tonificado que era, sentí el fuego aumentar en el centro de mi ser, mis dedos se enredaron en sus cabellos del color del bronce a la vez que lo atraía más a mi, mis manos, mis labios recorrieron cada superficie de su cuerpo.
-Te amo…- me susurro Edward en medio de un jadeo.- te deseo…
-Edward- susurre a su oído, a la vez que mis manos vagaban por su cuerpo.- te…te necesito…- pedí
Edward comenzó a besarme en los labios de manera lenta y con una ternura infinita, a la vez que se acomodaba entre mis piernas. Sabía lo que vendría a continuación, era lo que más deseaba.
Que él se hiciera parte de mí…
Pero también sabía que sería doloroso. Edward me miro directamente a los ojos, una de sus manos acariciaba tiernamente mi rostro. Entonces, sentí que la última barrera que faltaba para unirnos completamente se rompía. Fue solo un instante el que el dolor supero al placer, los gentiles labios de Edward lo apaciguaron de inmediato. Comenzó a moverse en mi interior de manera suave intentando no causarme más dolor mientras mi cuerpo se adaptaba a él. Comencé a mover mis caderas contra su pelvis una vez el dolor se paso dejando solo una inmensa sensación de placer que cada vez aumentaba más y más.
Su cuerpo entrelazado al mío, el latido de nuestros corazones al unísono, la desacompasada coordinación de nuestras jadeantes respiraciones, todo en aquel instante era perfecto, la pálida luz de la luna sobre nuestros cuerpos desnudos, unidos. Los labios de Edward reclamando los míos, nuestras manos recorriendo el cuerpo del otro. Eso era todo lo que había soñado
En un momento el placer se hizo casi insoportable, llegamos a la cumbre del más exquisito de los placeres juntos, sus labios reclamaron los míos en ese momento.
Por primera vez en mi vida me sentía completa, feliz. Jadeé intentando normalizar mi respiración, Edward me cobijo entre sus brazos mientras ambos acompasábamos nuestras respiraciones y los agitados latidos de nuestros corazones que latían al unísono. Sus labios recorrieron mi frente, mi nariz y mis mejillas, a la vez que masajeaba mi espalda. Deslizo las blancas sabanas por sobre nuestros cuerpos entrelazados.
-Te amo…- le susurre
-Y yo a ti. Eres el amor de mi vida…
-Para siempre…
-Por siempre…
Me quede dormida entre sus fuertes brazos, en ese momento supe – si es que no lo sabia desde antes- que esto era lo que quería por el resto de mi vida. Entregarme a los brazos de Edward, estar juntos por siempre.
Edward POV:
Bella dormía abrazada a mí, mis brazos la sostenían firmemente. Había sido la mejor noche de mi vida, y sin duda esta era la mejor forma de despertar.
Abrazado a la mujer de mi vida. Su pecho subía y bajaba suavemente debido a su tranquila respiración, sus cabellos estaban esparcidos por mi pecho. Su expresión era tan serena, que me infundaba una paz enorme.
Pero lo mejor era escucharla hablar. Había olvidado que Bella solía hablar en sueños cuando pequeños y que aun lo hacía.
-Edward…- susurro mientras dormía.- te quiero…
Había repetido eso unas cuantas veces, pero por más que lo hiciera mi corazón no dejaba de agitarse cada vez que la oía. Comencé a acariciar la suave piel de su espalda. Sentí come Bella comenzaba a despertarse, sus grandes orbes chocolates me miraron directamente, una sonrisa apareció en sus labios.
-Buenos días…- le dije
-Buenos días…- me respondió a la vez que se incorporaba un poco para besarme.
-¿Cómo dormiste?
-Bien…- dijo abrazándome.- fue la mejor noche de mi vida…
-…Y también la mía…
-¿En serio?...- me pregunto mientras trazaba círculos sobre la piel de mi pecho.
-Si…¿acaso lo dudas?- me miro a los ojos.- Bella, eres una mujer hermosa…maravillosa…- ella rodó los ojos
-Eso lo dices solo por que quieres…
-Así es…te amo…Bella. Pero además lo digo por que es la verdad, deberías ver lo maravillosa y talentosa que eres…
-Edward, para. Me vas a hacer sonrojar…- me reí pues ya estaba toda ruborizada.
-Venga, será mejor que vayamos a desayunar…- le dije
-¿Fritos o revueltos?...- me pregunto Bella. Llevaba puestas una de mis camisas, por lo que me era difícil concentrarme incluso en esa pequeña pregunta. Estaba parada frente a la cocina, pues había decidido hacerse cargo del desayuno aun cuando yo había protestado.
-Revueltos- conteste, a la vez que me disponía a preparar el café luego de que ella se volteara.
-¿Qué crees que haces?...- me preguntó
-Voy a preparar café…
-Te dije que yo me encargaba de todo…- dijo con el ceño fruncido
-Déjame ayudarte…- le pedí
-Umm, no sé…
-¿Por favor?...- dije acercándome a ella, Bella se mordió en labio indecisa.- ¿Qué dices?- dije acercándome más a ella, estaba a escasos centímetros de sus labios cuando el teléfono nos interrumpió. Maldije en mi fuero interno a quien fuera que estuviera llamando.
-Bueno…- dije luego de descolgar el auricular
-¡Hermanito!.- contesto Alice al otro lado de la línea
-Hola Alice, ¿Qué pasa?...
-¿Bella esta contigo?- preguntó ignorando mi pregunta
-Si…- le respondí con cautela.-¿Por qué?.
-¿Por qué?...- dijo de manera lenta.- …tiene que venir de compras conmigo
-¿De compras?.- pregunte. Bella que estaba a mi lado se tenso de inmediato
-Si, pero…¿Qué clase de editor eres?
-¿Qué tiene que ves eso, Alice?
-Tiene que ver con que este viernes es el lanzamiento del nuevo libro de Bella, como tú deberías recordar si no…
-Ve al grano, Alice…
-Bueno, tenemos que comprar el atuendo perfecto. Así que dile a tu novia que traiga su lindo trasero al centro comercial en menos de una hora, o lo va pasar muy mal…- dijo en tono amenazador.- bueno, adiós…- agrego de manera tierna. Mi hermana sin duda tenía unos cambios muy bruscos de humor.
-¿Compras?.- me preguntó Bella después de que colgara.
-Si, dice que tienen que ir a buscar un atuendo para el lanzamiento de tu libro. Y que tienes que estar en el centro comercial en menos de una hora.
-¿Una hora?...para que quiere que este tan temprano.
-La conoces…
-Ni me lo digas, bueno será mejor que me apresure aun tengo que ir a cambiarme y a recoger a Su y mi carro…
-No te preocupes por Su, yo me quedo con ella
-No quiero molestar…
-Ni tu ni Susan molestan…
Alice POV:
Mi zapato de tacón golpeaba de manera rítmica el piso, jugueteé con la correa de mi cartera, me cruce de brazos. Quince minutos de retraso, Bella lo iba a pagar. Mire mi reloj nuevamente, cuando alce la vista vi que ella se acercaba a mí. Caminaba de manera rápida.
-Siento el retraso, Alice…- me dijo. La mire, tenía una sonrisa enorme, lo cual era totalmente contrario a su costumbre. Cuando le decía que tenía que salir de compras conmigo ella ponía una cara de seis metros. Sonreí, eso significaba que…
-No hay problema…- le dije mientras la tomaba del brazo, sabía que Bella tenía mucho que contarme, pero la torturaría un poco antes de eso.
Recorrimos unas cuantas tiendas en busca del atuendo apropiado, sorprendentemente no fue difícil, pues Bella se mostró dispuesta a cooperar. Al final me decidí por un conjunto de un vestido hasta la rodilla color malva con aplicaciones en pedrería y una chaqueta corta a juego. Como no demoramos mucho convencí a Bella de que fuéramos a tomar un café.
-¿Y?...¿que paso?.- pregunte ansiosa
-¿Qué quieres decir Alice?- me preguntó haciéndose la inocente mientras revolvía su café
-No tienes esa cara solo por que si. ¿Por qué estabas en el departamento de Edward tan temprano?-
se atraganto con el café. Suspiro
-¿Se nota?...
-La cara de felicidad que traes se nota a más de 30 metros…¡¡ayy, mi pequeña Bella creció!! Que daría Rose por ver esto…- dije emocionada secándome una lagrima ficticia.
-Alice baja la voz ¡por favor!.- pidió
-¿Cómo fue?...
-¿Crees que te voy a hablar de mi vida intima?…Y ¿en publico?
-Vamos Bells, .- la anime. Ella rodó los ojos, en ese momento llego el camarero con nuestras tartas.
-Su tarta de arandanos…- le dijo a Bella, poniendo el plato frente a ella.- y su pastel de chocolate.- puso frente a mi un plato con una rebanada de pastel de chocolate, mi favorito.
Mire el plato, de un momento para otro el chocolate se me antojo repugnante, lo aparte con la nariz fruncida intentando no aspirar su empalagoso aroma, Bella lo noto.
-¿Te pasa algo, Allie?...
-Si, creo que no tengo ganas de chocolate…- enarco una ceja.
-¿No quieres chocolate? ¿estas bien?...
-Si, perfectamente…creo que quede harta con todo el que comí ayer durante la boda.- y eso era verdad había arrasado con todo el chocolate que había en el lugar, seguramente mi estomago estaba un tanto harto del chocolate.
-Ummm…- musito mirándome
-¿Qué?...
-No será algo más…
-Bah, para nada…- dije llamando al camarero. No quería seguir viendo esa tarta, o si no mi desayuno ya
no estaría en mi estomago.
Le pedí al camarero que me trajera algo más liviano, Bella comenzó a beber su café de manera relajada,
¿acaso creía que iba a escapar de mi interrogatorio?
-¿Así que…?...- comencé
-¿Así que, qué?...
-Vamos Bells, algunos detalles no seas mala…
-¿Qué quieres saber?...
-¿Cómo fue?
-¡Alice!...- me dijo escandalizada.- creo que tú sabes muy bien que paso y como paso…
-¿Ni siquiera un detallito?...- dije haciendo con los dedos un gesto de poca cantidad
-Nada…
-Oh, vamos Bella…al menos ¿te gusto?...- se sonrojo tanto que creí que le iba a dar algo. – vamos…- la anime. Ella asintió y yo me reí.
-Alice, a veces me asustas…
Fuimos a casa de mis padres para ir a buscar a Susan, la verdad no pude sacarle mucha información a Bells, así que no me queda de otra que esperar a que Rose llegue de Italia, ella sin duda es muy persuasiva. Cuando llegamos a casa vimos que las cortinas estaban totalmente corridas, lo cual era muy extraño, pues a mamá le gustaba dejar que la luz entrara a raudales a la casa y hoy era un día soleado.
-Que raro…Esme nunca tiene las cortinas cerradas…- comentó Bella haciendo eco de mi duda.
-Si…- abrí la puerta. Las luces estaban completamente apagadas.
Avanzamos por el recibidor, cuando comenzamos a escuchar risas. En la sala de estar estaban mis padres, mi hermano y Susan, los cuatros estaban riéndose a mandíbula batiente.
-¡Hola!…- dije
-Shhh!.- dijeron los cuatro a la vez.
-Vaya forma de recibirnos…- comenté
-Tía Allie, estamos viendo una peli…- me dijo Su
-Ah lo siento corazón…
-Alice, Bella…¿Por qué no se sientan?.- me sugirió papá.
-Si, pero antes pueden traernos más palomitas…- dijo Su haciendo uno de los mohines que yo le
enseñe. Nunca pensé que podría ser un arma de doble filo.
-Yo voy…- dijo Bella tomando el cuenco.
Edward POV:
Bella volvió de la cocina con un cuenco lleno de palomitas, del cual se adueño instantáneamente Su, rodee los hombros de Bella con una de mis brazos a la vez que ella se apoyaba en mi.
-¿Estas muy cansada?.- le pregunté en susurros
-Un poco…- me dijo
-¿Te torturo mucho Alice?...- ella asintió
Seguimos con la tarde de películas hasta la hora de la cena, que consistió en unas pizzas que trajo Jasper, quien se paso a casa luego de llegar de su trabajo. Después de eso acompañé a Bella y Susan hasta su casa, la pequeña se quedo dormida antes de que llegáramos, sin duda estaba agotada por el trasnoche de el día anterior.
-Te voy a extrañar esta noche…- le dije a Bella mientras veíamos las noticias sentados en su sala.
-No tiene por que ser así…- me dijo coqueta a la vez que se alzaba para besarme.- Susan ya se durmió…además mi cuarto tiene seguro…
-Bella…- ella me silencio con sus besos
-Te amo…- dijo a la vez que se aferraba al cuello de mi camisa
-Y yo a ti…- dije respondiéndole el beso. Solo esperaba que fuéramos capaces de llegar a la habitación.
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Suspiritos: VENTANA AL AMOR FAN FIC
¿que pasa con Alice? espero el proximo capitulo.
saludos y besos