viernes, 13 de noviembre de 2009

NO DESEARÁS


Capitulo 11


No hay hombres perfectos




(Bella)


Prácticamente me había costado toda la mañana el poder al menos pensar coherentemente, después de que Rosalie salio del departamento me quede sentada por varias horas, llorando hasta que no pude mas, hasta que la sed me quemo la garganta pero aun así no me moví, no hice absolutamente nada, cuando el ruido del teléfono de mi departamento comenzó a sonar me di cuenta que la vida seguía aun si yo estaba muerta por dentro, así que me levante sin gana alguna y fui a bañarme necesitaba hacer una cosa antes de cualquier otra decisión.
Llame a la oficina y pedí hablar con Eleazar, pregunto el motivo de mi ausencia en la compañía y yo le prometí explicarle todo durante la comida, no podía ir a la oficina, no podía verlo a el.
Pasadas de las 2 salí de mi departamento, me había puesto un pantalón de mezclilla y una camisa blanca, había dejado mi cabello suelto y había luchado por que las gotas de los ojos desaparecieran un poco la irritación por el llanto, Eleazar acordó vernos en un restaurante del centro, cuando llegue el me saludo efusivamente y me invito a sentarme, ordeno un platillo de comida mediterránea mientras yo ordenaba solo una ensalada …el frunció el ceño y noto que la cita no era precisamente un festejo o una mera cordialidad, después de agradecerle haberme dado la oportunidad de trabajar con el y en una compañía de la altura de Point, y todo lo que aprendí en estos casi dos meses…presente mi renuncia, el pareció quedarse en blanco por un momento, después de unos minutos de leer la carta que le había entregado, trato de saber la razón de esta decisión, era sencillo Rosalie estaba embarazada, Edward debía olvidarse de mi, yo debía de desaparecer de su vida, pero no podía contestar mis razones así que le dije que mi hermana me necesitaba en estos momentos, que tenia que mudarme con ella y el pareció comprenderlo solo un poco, me dijo que presentaría mi decisión a la junta directiva y que de verdad lamentaba que me fuera en tampoco tiempo, nos despedimos mientras ponía una única condición, yo había logrado junto con Edward el contrato con la cadena hotelera así que debía estar en la firma del contrato, después de la fiesta yo era libre de compromisos con la compañía, asentí llena de miedo de tener que verlo aunque fuera una sola vez mas.
Al regresar al departamento me sitia sola, el entrar a ese lugar vacio reflejaba exactamente como había sido mi vida, jamás lo había notado hasta que conocí a Edward el había sido en mi vida, luz, calor, protección, seguridad y amor.
Un solo atisbo en mi vida de que pertenecía a un lugar, de que había una persona para mi, ahora todo eso ya no me importaba, creí poder luchar…pero jamás pensé en que Rosalie estuviera embarazada, sentía miedo, rabia, dolor, celos y envidia, por que mas que todo, mas que pensar que ellos estuvieron juntos, mas que cualquier cosa tener un hijo de Edward me llenaba de un calor en el pecho y de un dolor al saber que jamás podría ser.
Prendí solo una lámpara que ilumino tenuemente la sala, me senté en el sofá tratando de dormir un poco aun no oscurecía por completo pero yo solo quería dormir.
El sonido de mi celular me despertó de mi momentáneo letargo, busque en mi bolso hasta que pude encontrar el dicho aparato, suspire mientras veía el nombre de mi hermana en la pantalla, no pude contener una pequeña sonrisa, ella era todo lo que me quedaba.
-Hola-, salude yo tenuemente
-Hola Bells, ¿Pasa algo?-, pregunto ella al otro lado de la línea con voz algo seria, muy extraño en ella.
-No…por que-, conteste esperando que no preguntara nada
-Bella se que decidiste algo…confía en mi, se que jamás has creído en mi pero por favor-, dijo y yo trague mientras comenzaba a llorar.
-Te creo Alice, te juro que te creo…-, le dije en un susurro
-Decidí mudarme a Seattle-, continúe y espere su reacción
-De verdad-, en su tono había dos sentimientos demasiado nítidos, alegría y preocupación, ella sabía que había suficientes razones para que yo quisiera huir de Phoenix
-Si, ¿no te molesta?-, le conteste y ella soltó una risita
-Claro que no tonta, te puedes quedar conmigo…con nosotros el tiempo que desees-, contesto ella
-Pero dime por que esta decisión-, pregunto
-Termino mi tiempo aquí, eso es todo-, le conteste mientras veía mi departamento.
-La verdad es que no importa el motivo…siempre contaras conmigo Bella-, contesto mi hermana y yo sonreí por un momento.
-Gracias-, susurré
-A ti…llámame en cuanto estés lista-, contesto Alice
-Claro…cuídate y dale saludos a Jasper por mí-, le susurré y ella se despido y colgó.
Deje el celular en la mesita y me senté en el sillón mientras trataba de no pensar en nada, me agarre el cabello en un moño y recosté mi cabeza en el respaldo, estuve unos minutos así mientras la noche se tornaba oscura, el timbre de la puerta sonó impaciente haciéndome estremecer, no importaba quien seria no soportaría mas confesiones, mas llanto, solo quería quedar así, sola.
-Bella-, llamo Edward desde fuera, yo no me moví mis pies no respondían
-Ábreme si estas ahí-, susurro con voz desesperada.
-Bella-, casi grito, me moví torpemente hasta quedar frente a la puerta.
-Tienes que irte Edward-, le susurre
-Bella-, pareció que su voz se lleno de alegría.
-Ábreme podemos hablar-, me contesto en tono bajo
-Vete….-, susurre
-Bella si no me abres llamare a la policía, ellos querrán que abras o tumbaran la puerta, diré que intentas hacer algo malo…lo que sea-, amenazo
-Edward por favor-, le dije entrecortadamente
-Ábreme por favor-, suplico, gire la perilla y deslice la puerta lentamente para verlo un momento antes de que me estrechara en sus brazos, yo acabe por estallar en llanto mientras el me abrazaba, segundos después tomo mi cara entre sus manos.
-No llores…por favor-, me susurro para besarme lentamente, me estaba matando pero no podía alejarlo o cuando estas serian sus últimas caricias, la ultima oportunidad de nadar en su boca.
-Rosalie estuvo aquí- murmure
-Lo siento-, se disculpo contra mis labios.
-Tienes que irte-, le dije dando un paso para alejarlo un poco.
-No…no me puedes pedir eso…sabes lo que fue no verte en la oficina, no puedo Bella cuando lo vas a entender-, susurro antes de atraerme hacia el y estampar sus labios con los míos, su beso era desperado y yo le respondí mientras lloraba por ser tan cobarde, solo un instante mas, me susurraba a mi misma. Sus besos me nublaban la mente, me dejaban desvalida.
-Jamás me oyes, jamás te voy a dejar-, me repitió para volverme a besar, con un movimiento subió una de mis piernas a su cadera y yo me impulse para aferrarme a el y olvidar el suelo, sus manos se anclaban a mi espalda mientras besaba mi cuello y mi oreje haciendo gemir, enrede las manos en su cabello, reclamo mis labios otra vez de modo impaciente, le levante el suéter de vestir que traía dejando a la vista su abdomen, con algo de destreza se lo quite por la cabeza y el gimió al contacto de mis labios con su piel, me volvió a besar mientras nuestra lenguas no tenia suficiente del otro, era todo lo que necesitaba, sabia que moriría, que debía alejarlo aun si debía lastimarlo pero después …después repetía mi cuerpo y mi corazón…
Camino hasta el sofá mas grande y me acostó suavemente mientras seguía besándome, susurro mi nombre entre mis labios y yo comencé a desabrochar su pantalón y bajarlo junto con su ropa interior, el hizo lo mismo de forma impaciente con el mío y destrozo los botones de mi camisa, acaricio mi cintura hasta subir a mis pechos, sus manos rozaron por encima de mi sostén haciéndome arquear la espalda, cuando pudimos deshacernos de nuestros pantalones, su erección rozo ya sin ninguna barrera gemí y el beso mi cuello mientras metió sus manos en mi sostén, aferre las mías a su cabello mientras me besaba, bajo una de sus manos para acariciar mi sexo, sus dedos hicieron círculos en mí clítoris y yo tome su mano, era una necesidad insoportable, me levante empujándolo para quedar sentada sobre el, su espalada recargaba sobre el sofá, el quito mi sostén sin tirantes y dejo la camisa abierta sus manos jugaron con mi pechos hasta que llevo su boca hasta los mas cerca de mi corazón, me levante un poco y me aferre al respaldo del sofá mientras lo acomodaba dentro de mi, gemí mientras el cerraba los ojos y apretaba mis senos con fuerza, comencé a moverme lentamente, muy lentamente, las lagrimas se escaparon de mis ojos, por el amor, por el dolor, por la verdad, por que esto era solo un sueño.
-Eres mi vida-, jadeo mientras con sus caderas se impulsaba mas y mas, su manos me trajeron a el, limpiaron mis mejillas y me beso impaciente y tierno a la vez, yo seguí moviéndome hasta que no pude mas y lo abrace con la mayor fuerza, sabia que después de esto lo perdería, por que en mi mente vagaba un niño tan hermoso como el, un niño que jamás permitiría estuviera solo igual que yo.
Edward se aferro a mi mientras llegaba al cielo justo después que yo, nos quedamos así abrazados, solo respirando por unos minutos, su respiración en mi piel me hacia querer evitar alejar su aroma de ella, solo nos cubría mi camisa de manera precaria, me acurruque en su pecho con el aun dentro de mi, sin movernos, sin decir palabras, me recordé que debía hacerlo, el no podía dejarme pero aun no lo sabia todo, eso le correspondía a Rosalie, y haría lo ultimo para poder seguir llamándome su amiga, o tal vez lo había dejado de ser desde el momento de mi traición y solo quería evitarle mas daño.
-Tomare una ducha-, le susurré y me beso tenuemente, pase mis manos por su cabello y salí de ahí, me duche rápidamente y me puse un pants antes de dirigirme a la sala, el había recogido, estaba cambiado y sentado en la orilla del sofá.
Me miro y sonrío tenuemente, me senté a una cierta distancia mientras el se acercaba un poco, puso un mechón de cabello húmedo detrás de mi oreja.
-¿Por que no fuiste hoy a la oficina?-, susurro
-Edward tienes que irte-, le pedí desviando la mirada
-Bella…-, comenzó pero yo me levante
-Tienes que hablar con Rosalie…-, le susurre dándole la espalda
-Bella ¿Qué pasa?-, dijo confundido, trague antes de tomar el valor para lastimar a la persona que más amaba en el mundo.
-Este juego se me salio de las manos-, le conteste
-¿Juego?-, susurro
-Quería demostrarme a mi misma que tenia razón…nunca pensé que no pudiera controlarme-, le susurre y el me sorprendió girándome para encararlo
-¿Qué cosa?-, pregunto algo tenso
-Recuerdas que te dije que mi teoría no tenia fallas…pues no las tiene-, le dije mirando sobre su hombro, espere pero el no hablo.
-No existen los hombres perfectos, Rosalie creía que eras uno y mira quise comprobar que no…la engañaste con su mejor amiga-, le dije caminando hasta quedar alejada de el y poder controlarme, debía de creer que era cierta cada palabra que salía de mi boca, Edward estaba estático no se movió.
-No planee engañarla eso se salio de mis manos ahora ella esta sufriendo y debo arreglarlo-, le dije y el se giro me miro como si viera aun monstruo.
-Soy una estupida teoría-, siseo
-Admítelo todos los hombres son iguales-, le susurré y el acorto demasiado rápido la distancia y me obligó a mirarlo.
-No puedes hablar en serio-, dijo con dolor en su voz
-Lo hago… ahora quiero que te vayas de mi casa-, le pedí entre dientes.
-¿Por qué?-, dijo apretándome del brazo que me sostenía.
-Solo iba a probar contigo jamás pensé en llegar a tener… sexo, se me salio de las manos y bueno solo completas mi teoría, estabas dispuesto a dejarla…como todos como Charlie, como cualquier hombre-, le sise y el aflojo el agarre y sorprendentemente tomo mi cara entre sus manos y me acerco hasta casi besarme
-Bella yo te…-, comenzó pero no podía oírlo, me aleje sin esperar que terminara.
-Yo te que Edward…son solo palabras…se las dijiste a Rosalie y mira…yo no confío en los hombres, no puedo amar a nadie, solo quiero irme de aquí, aprendí de la peor manera que no se puede jugar con fuego-, le dije mientras el se llevaba las manos a su cabello.
-Dime que todo fue una farsa…dímelo-, dijo en tono alto.
-Fue un error, un maldito error…eso querías oír-, le grite
-No puedes ser tan…insensible…tan…-, decía con la voz tensa y entrecortada, me estaba matando a mi misma pero el necesitaba creer que yo no valía la pena.
-Me acosté con el novio de mi mejor amiga…que no podría ser-, le dije zafándome de su ya débil agarre y yendo hacia la puerta
-Vete, por favor…-, le susurre sin mirarlo
-Eso quieres-, susurro entre dientes, me limite a asentir y el salio sin decir mas, cerré la puerta de golpe y me recargue en ella mientras sentía que todo mi mundo se venia abajo, mi mundo era el…ahora solo me quedaba irme de aquí, lejos de mi corazón, lejos de mi vida.


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Bellany G.
**Mi corazón solo sabe que te ama**

2 Comments:

  1. Anónimo said...
    nena cullen : pobre de mi vampiro espero que rose no este embrazada por dios y que esos dos tortolos se encuentren otra vez pero estubo genial muchos besos de chocolate para las dos
    diana said...
    huy yo tamben espero esoooooo

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