jueves, 12 de noviembre de 2009

TE VOY A DAR CALABAZAS


Capítulo 23 .
  
 ¿VIENES PARA QUEDARTE?




El lunes también estuve en cama, Edward me trajo el desayuno, había pedido permiso al colegio para cuidar de mí.
Mi madre llegó casi al medio día, estaba sorprendida de encontrarme en cama y más aún de ver a mi esposo cocinando.
-¿Te encuentras bien Bella? Vi los dos autos afuera y me preocupé ¿No has ido a estudiar? ¿Estas enferma? - Me preguntó, ella no sabía nada de lo que había pasado y esperaba que de todas formas no lo supieran.
- El sábado me caí en la fiesta, me di un buen golpe en la cabeza-
- Hija sigues siendo distraída, menos mal que ahora tienes quien te cuida- me dijo con una mirada pícara.
- Si mamá, Edward es muy bueno conmigo.
- Estoy preocupada- René miró hacia la ventana como buscando algo.
- Ya estoy bien, me recuperaré- me parecía extraño que se preocupara tanto, normalmente cuando enfermaba solo se acordaba de mi cuando la llamaba, era muy obsesiva con sus novelas ya que el pueblo parecía que la deprimía.
-No hija, es por tu papá. Salió esta mañana, lo llamaron con urgencia de Phoenix. Tu tía Marie tuvo un accidente.
- ¿Tía Marie? ¿La tía Marie que no conocemos y que no figura en ningún lado?- Recordé que para mi hermano y para mí siempre había sido un misterio. Charlie tenía fotos con ella de pequeños, pero sus fotos de adolescente y joven habían sido quitadas o cortadas donde estaba su imagen. Nunca la conocimos ni nos hacíamos una idea de su físico, así que Emmet y yo habíamos organizado concursos en el ático sobre quien descubría primero su rostro o su historia.
Yo gané dos veces porque descubrí unos detalles sobre su vida, pocos la recordaban o estaban dispuestos a hablar de ella. Pasé una tarde en casa de Mike porque su madre había estudiado con mi tía en la secundaria. Me dijo muy poco, sólo que yo me parecía mucho a ella. Y por esa información tuve que soportar los galanteos de su hijo dos horas. Otra vez la conversación surgió en casa de Jessica, su madre había ido al instituto por los mismos años que Marie y habían llevado un par de cursos. “Conocía a tu tía en clase de biología. Era buena estudiante. Me llamó un tiempo después de que se fue para saludarme por mi cumpleaños. Creo que vive en California. Por cierto tu me recuerdas a ella”. A pesar de que la madre de Jessica era muy dada al chisme no pude sacarle nada más.
-Espero que el accidente no sea grave- le dije a mi madre.
-Estoy mas preocupada por tu papá. Nunca ha querido hablar mucho pero sé que su hermana huyó con un muchacho en el último año de escuela. Tu abuelo montó en cólera y la buscó por todos lados. Murió de un ataque al corazón dos meses después. Tu abuela también murió un año después, de tristeza por su esposo y su hija que seguía sin aparecer. Por eso es que Charlie prácticamente la sacó del árbol familiar. Nunca la menciona pero sé que sufre por ella.
Wow, era más información de la que pudiera procesar.
-Mamá, ¿es cierto que yo me parezco a ella?- pregunté
- No lo sé hija, yo no la conocí, tu sabes que Charlie y yo nos conocimos en Las Vegas y cuando llegué aquí tu papá vivía solo. Pero creo que lo ha mencionado alguna vez.
- ¿Y no ha habido ninguna noticia de ella en todos estos años?- pregunté
- No. Tu padre aún sigue molesto pero estoy segura de que no habría rechazado alguna llamada suya.
- La tía Marie vivía en California- dije sin pensar.
-¿Cómo sabes eso Bella?- pregunto intrigada.
- La mamá de Jessica me lo contó hace algún tiempo.
- Hola preciosa. Es hora de comer. ¿Quieres que te baje al comedor o prefieres comer aquí?- Edward tan hermoso como siempre apareció con un delantal que lo hacía lucir terriblemente sensual.
- Debo irme hija. Te llamaré si tengo noticias- dijo mi madre despidiéndose.
Almorzamos en el comedor porque ya estaba cansada de comer en la cama, necesitaba estirar las piernas. Le conté a Edward la historia de mi misteriosa tía y el motivo del viaje de Charlie.
Alice y Jasper vinieron a visitarme mas tarde.
-Te traje los apuntes de hoy- mi amiga era tan preocupada por mi.
- Edward, Tanya sigue en el instituto, me dijo Alice que piensas pedirle a tía Heidi que se mude. Yo te apoyaré en eso, sólo que va a ser un poco difícil por lo de la escuela, quizás para después de fiestas. En cuanto a James, no hemos sabido nada de él. Victoria estuvo ayer en casa, pero se marchó sin decir nada- Jasper había estado muy preocupado la noche del sábado y había venido a verme ayer pero yo estaba dormida.
- No me importa a dónde la envíen, quiero a Tanya fuera de Forks lo más pronto posible, no la quiero cerca conspirando todo el tiempo contra nosotros. Me preocupa donde se habrá metido James. Debemos tener cuidado. En un rato voy a la policía a presentar los cargos en su contra, solo estoy esperando al perro y su jauría para que me acompañen.
En ese instante escuchamos es timbre de la casa.
- Hablando de la manada- dijo Alice saliendo a abrir la puerta.
Escuché las voces fuertes de Jacob y sus amigos. Estiré mis brazos hacia Edward para que me bajara a la sala. Ya podía caminar pero sabía que mi esposo era tan sobre protector y además me gustaba que me consintiera.
- Ey Jake, que bueno verte- dije mientras Edward me bajaba por las escaleras.
- Hola Bella, te vez mejor. Hubiera venido a verte antes pero creo que no soy bienvenido aquí- dijo mirando a mi esposo y sonriendo.
- Eres bienvenido perro, aún les debo una por salvarla- dijo Edward muy serio.
- Claro que si, ¿somos tus héroes, verdad Bella?
- Mas o menos Jake. Aunque ya casi lo tenía controlado- le respondí recordando como había golpeado a James con el remo.
- Si nos ahorraste un poco de diversión- dijo Quil –No fue tan divertido patear a alguien herido. Pero se lo merecía. Dudo mucho que pueda volver a caminar bien.
- Por favor caballeros, ahórrenle detalles a mi esposa- dijo Edward.
Me quedé con Alice y Jasper por algunas horas hasta que Edward regresó. Todo le había ido bien y James sería arrestado si se acercaba a nosotros o a nuestra casa. Lo habían buscado en el hospital pero no habían recibido heridos esos días. Me preguntaba dónde se habría metido.
***
Al día siguiente regresé al instituto, Mike como siempre se acercó a mí a preguntarme si era cierto que había estado enferma. Esto se repitió con Tayler y Erik. Me crucé en el pasillo con Tanya, me miró asustada. Parecía temer algo. Rosalie también se acercó a saludarme se veía mas atenta conmigo. Aproveché preguntarle a Emmet si Charlie había regresado pero no había llamado siquiera.
Al terminar las clases esperé a Alice pero no la encontré por ningún lado. Me fui al estacionamiento a esperar a Edward en el auto. Y allí parada junto al volvo plateado estaba Victoria con su cabello naranja.
- Hola Bella, me recuerdas ¿verdad?- su voz era fría y dura, sus ojos querían apuñalarme.
- ¿Qué es lo que quieres?- le dije muy molesta.
- Advertirte. No te le acerques a mi marido y menos envíes matones a golpearlo. ¿Que no te basta Edward?
- Claro que le basto Victoria. Si tu marido vuelve a poner un pie en Forks será arrestado pero espero encontrarlo antes y arreglaremos cuentas- la voz aterciopelada de mi esposo y sus cálidos brazos fueron bienvenidos por mi.
- James ha estado evitando a Bella, es ella la que lo llama y lo persigue.
- Tal vez deberías preguntarle bien a tu hermana como son las cosas. Bella fue agredida por él y Tanya el sábado y en el cumpleaños de Jane y Alec ellos se confabularon para drogarme. No voy a olvidar eso. No quiero a tu marido cerca de aquí. Te lo advierto Victoria.
- No estás en plan de advertir nada pequeño Edward. Mi marido y yo somos libres de ir a donde queramos. Y deja de meter a mi hermanita en esto. Tu esposa es una loca que siempre la está molestando y abusando de ella.
- Si no nos crees es tu problema. Pero la verdad al final siempre se sabe, deberías tener mas cuidado con tu “hermanita”- le dije furiosa, no había que ser tonto para saber que Victoria creía ciegamente en James y Tanya pero algún día se enteraría de todo, la verdad la compadecía.
- Más te vale que mi Jimmy se recupere pronto y veré la forma de llevarme a Tanya lejos de ustedes. Tu Edward no has hecho más que despreciarla y humillarla todo el tiempo.
- Si no te la llevas, yo mismo la echaré de aquí. Y ya sabes Victoria, tú puedes venir a Forks pero si tu marido pone un pie en este pueblo veré que no salga más- Edward se veía atemorizante cuando amenazaba. Victoria nos dirigió su peor mirada, se subió en un auto deportivo negro donde estaba Tanya sentada y arrancó tan rápido que el sonido asustó a todos en el estacionamiento.
- Amor te llevaré a casa y después iré a ver a tía Heidi. ¿Está bien si te quedas con tu madre?- preguntó
-No hay problema puedo quedarme sola Bombón me hará compañía- dije mas tranquila Victoria no había dicho donde estaba James pero al menos había dejado entrever que no se encontraba bien. No había nada que temer.
***
Me pasé toda la tarde haciendo las tareas, no podía preparar la cena porque Edward no quería que me acerque al fuego hasta que sanara bien la herida que todavía tenía en la cabeza. Cómo a las siete de la noche el teléfono sonó.
-Amor no puedo ir todavía tía Didyme me ha invitado a cenar y no he podido rechazarla. Tenemos cosas urgentes que ver, tal vez este fin de semana tenga que viajar a Seattle por lo del juicio y algunos negocios de la empresa. Llamé a tu mamá para que cenes con ellos irán por ti. Llegaré a casa lo más pronto que pueda. Te amo.
- Está bien cielo, suerte- le dije colgando.
No me causaba mucha alegría que se quedara tanto tiempo fuera, ni comer en otro lugar que no fuera mi casa. Pronto cumpliríamos dos meses de casados pero me sentía como si tuviéramos años. Nos entendíamos muy bien y lo necesitaba.
Llamaron a la puerta muy fuerte y me sobresalté, Bombón corrió a esconderse entre mis piernas.
- ¡Bella estas allí!- la voz potente de mi hermano se oyó por toda la cuadra.
- ¿No sabes para que sirve este pequeño botón de aquí?- le pregunté señalándole el timbre.
- No hay nada como tocar las puertas. Brujis tu amantísimo esposo me mandó a llevarte a casa para cenar. ¿Estás lista?
-No hay caso contigo eres un troglodita. Espera que voy por Bombón- dije y llamé a mi perrita para que me acompañara.
- Ese perrito de bolsillo es lindo. Me pregunto si a mi Rose le gustaría una mascota- dijo pensando.
- A todas las chicas nos gustan los animalitos pequeños. Pregúntale que animales le gustan- le aconsejé.
Cuando ya íbamos a salir me levantó en brazos.
- ¿Qué haces?- Le pregunté.
- Edward me dijo que te cuidara bien.
- Puedo caminar- gracias.
Pero no me hizo caso y me llevó así a la otra casa. No me había dado cuenta de cuan poco había extrañado las cenas familiares. Conversábamos muy poco mientras comíamos y durante las cenas si había deportes en la televisión Charlie y Emmet comían en el sillón.
Al terminar la cena oímos el auto de Charlie estacionarse al frente de la casa. Me levanté para recibirlo pero mamá ya estaba en la puerta.
Papá entro muy serio y triste. Nos abrazó y no se sorprendió de encontrarme allí.
- Tengo que contarles algo- dijo él parecía avergonzado.
- Cariño me he adelantado y Emmet y Bella saben todo lo que me has contado a cerca de tu hermana. Incluso sabían algunas cosas que nosotros no. Siempre te dije que deberían estar al tanto, ya no son niños- le reprochó René.
- Marie falleció- la voz de Charlie se quebró y sus ojos se humedecieron. Nunca en toda mi vida había visto llorar a mi padre y esto me tensionó afortunadamente se contuvo y respiró hondo.
- Fue instantáneo, no pudieron hacer nada, embistieron su auto, algún loco ebrio. No pude verla. El funeral fue corto y no había mucha gente. No sabía cuanto me había necesitado. El tipo con el que se fugó la dejó al poco tiempo y ella no regresó por la vergüenza. Después se mudó a Phoenix y allí se comprometió con un muchacho que falleció antes de casarse con ella. Pero estaba embarazada y crió sola todo este tiempo a su hija.
- ¿Tiene una hija? ¿De qué edad? ¿Y qué será de ella ahora?- preguntó René
- Tiene 16 años cumplirá 17 a fines de Diciembre. No podía dejarla desamparada aún es menor de edad. La he traído conmigo.
Todos nos quedamos de una pieza. ¿Dónde estaba ella entonces? ¿Y porqué él había venido sólo?
Al parecer entendió nuestra preocupación y se dirigió a la puerta.
- Les prevengo que su aspecto puede confundir a cualquiera- dijo cansinamente.
¿Tendría mi prima algún defecto físico? ¿Se parecería a un hombre? Estaba totalmente intrigada.
De pronto en el umbral de la puerta estaba mi padre con dos maletas y una chica que bien podría ser mi retrato en el espejo. Su cabello era más largo y más oscuro que el mío y su piel era bronceada, debía medir unos cinco centímetros más que yo y era un poco más delgada. Pero su rostro era impresionantemente parecido al mío. Nos miraba con miedo.
- Familia les presento a Nessie Swan- dijo Charlie.
Mi madre tenía los ojos desorbitados, Emmet se había quedado con la boca abierta. Ella me miraba con curiosidad. Nos acercamos mutuamente y nos quedamos viendo un largo rato.
- Wow, tú clon, la princesa y la plebeya. No puedo creer que se parezcan tanto. Espero que sea sólo por fuera- mi hermano se veía bastante contento.
- La razón por la que tu segundo nombre es Marie es porque te parecías mucho a mi hermana- dijo Charlie.
- Hola Nessie- dije sonriéndole.
- Hola Bella, tío Charlie no mentía cuando me dijo que nos parecíamos.
- Hola Bella 2, soy Emmet- dijo mi hermano abrazándola.
- Tú debes ser Emmet, tío dijo que eras grande pero no imagine que fueras tan musculoso. ¿Practicas pesas?
- Oh me encanta esta chica. Vete Bella ya encontramos tu reemplazo- mi hermano otra vez siendo tan gentil conmigo
- Cállate tonto, no eres musculoso, estás gordo- le dije a mi hermano
- Bienvenida a casa- dijo René abrazándola y dándole un beso.
Conversamos durante más de una hora, ella nos contó que practicaba deportes y había sido porrista en su escuela. Bailaba danzas modernas y le gustaba tocar la batería. Su madre le había hablado mucho de Forks.
Charlie y Rene anunciaron que se irían a dormir.
- Querida, puedes usar la habitación de Bella, mañana acondicionaremos una para ti- dijo Rene.
- ¿Y dónde dormirás?- me preguntó Nessie preocupada.
- Ni lo digas, hace dos meses la echamos de casa- dijo el grandulón.
- No entiendo, ¿no vives aquí?- me preguntó.
- No, estoy casada y vivo a unos metros
- ¿Estas casada ya? ¿No tienes apenas un año mas que yo?- sus ojos estaban muy abiertos.
- En realidad la casaron, pero al parecer se enamoró de su esposo y ahora comen perdices- mi hermanito tan bocón, me habría gustado que ella no supiera nada del porque me casé.
- ¿Te obligaron? ¿No harán lo mismo conmigo verdad? Jamás permitiría que me obliguen a hacer algo que no quiero- parecía muy rebelde esta niña.
- No te preocupes Nessie, no me obligaron- dije mirando a Emmet con rabia. -A decir verdad me gustaba Edward desde que lo conocí y el matrimonio nos ayudó a darnos cuenta de que estábamos enamorados- Era la mejor explicación que podría darle.
Escuché el sonido de un auto estacionándose delante de la puerta. Emmet corrió a abrir la puerta pero no totalmente.
- Hora de poner a prueba a Eddie- dijo con burla –Nessie siéntate frente a televisor- prácticamente la arrastró hasta allí. Lo prendió el aparato.
- Ahora no te muevas, esto va a ser divertido- yo lo miré con mas furia pero él me levanto del piso y me llevó escaleras arriba, pero en un ángulo donde podíamos mirar la sala.
Yo forcejeaba en brazos de mi hermano que me tenía inmovilizada y me tapaba la boca. Eso no se lo perdonaría, si Edward entraba y pensaba era yo tal vez la besaría y yo me moriría de celos. ¿Cuanto tardaría en darse cuenta de que no era yo?
Vi que Edward entraba en la sala.
- Hola mi vida, lo siento, se me hizo tarde- dijo y se acercó a ella por la espalda. – ¿Qué miras?- preguntó y le dio un beso en la cabeza. Retrocedió al instante. -¿Quién eres tu?- le oí decir. Ella puso de pie y se giró lentamente.
- Hola, ¿vaya eres el esposo de mi prima? Que buen gusto tiene- dijo sonriéndole. Le mordí la mano a mi hermano y el se quejó.
Edward volteó y nos vio.
- Emmet ¿puedes soltar a mi esposa? Cuantas veces te voy a decir que no seas brusco con ella, aún esta herida. Creo que voy a tener que grabártelo en alguna parte del cuerpo para que lo recuerdes- dijo molesto.
Se acercó a nosotros y abrió sus brazos para que me acercara. Corrí a abrazarlo. Era único no se había equivocado y no mostraba ningún interés en Nessie. Me besó en la cabeza.
- Tu aroma es inigualable y me vuelve loco- me susurró al oído.
- Edward, te presento a mi prima Nessie- le dije cuando me soltó.
- Hola Nessie- dijo tendiéndole la mano. Ella le sonrió coquetamente. Oh no por Dios otra más a la que le gustaba mi marido.
- Hola primo. Acabo de llegar y estoy muy impresionada. Mi madre murió hace tres días y el cambio ha sido un poco extraño. Pero creo que podré adaptarme bien- por primera vez había expresado algo de tristeza por la muerte de su madre. –De verdad me parezco mucho a Bella ¿crees que nos confundan?- preguntó mas alegre.
- Tal vez a primera vista pero son muy diferentes. Mejor no doy detalles de sus diferencias porque temo que podría ser poco parcial. Ya es tarde y debo llevar a mi preciosa a dormir, mañana tiene que ir al instituto. Que tengas buenas noches- dijo despidiéndose.
- Que pena- dijo Nessie.
- Deja a esos tortolitos Ness, yo te contaré todo lo que necesites saber de Forks y del instituto, seguro la próxima semana vas a entrar a estudiar. Nos vemos brujis, adiós Romeo- dijo Emmet y se sentó con Nessie en un sillón.
Nos despedimos, tomé a mi perrita y salimos de allí. Edward me abrió la puerta del auto.
- Puedo caminar hasta la casa- le dije.
- No te dejaré caminar sola aunque sean 50 metros- me dijo.
- ¿Crees que nos parecemos mucho?- pregunté al llegar a nuestra casa.
- Creo que físicamente algo.
- Por un momento creí que nos confundirías- eso era lo que quería decirle, mis temores a que la encuentre mas guapa que yo.
- No podría confundirlas. Tú hueles delicioso. Su aroma es un poco intoxicante, usa demasiado perfume, no quiero hablar mal pero es perfume barato. Además su piel es diferente. Tu piel es pálida como una perla y provoca tocarla. Y sus ojos son diferentes.
- ¿Que tiene nuestros ojos?- necesitaba saber lo que él encontraba diferente entre nosotras.
- Los ojos de Nessie con Cafés, los tuyos chocolate. El café es amargo y no me gusta. Pero el chocolate dulce es delicioso. Me besó.
Nos pusimos nuestros pijamas y nos echamos a dormir, yo seguía queriendo preguntarle más. Realmente había sido sincero cuando le dijo que no sería parcial en nuestras diferencias. Sería tal vez porque me amaba. ¿Verían los demás las diferencias o creerían que era una versión mejorada de mí?
- Edward. ¿Crees que es mas guapa que yo?- pregunté, esa duda me carcomía.
- Tardaste en preguntar eso mi vida- dijo sonriendo. –Lo que te voy a decir es la verdad, no es por complacerte o porque esté enamorado de ti. Yo creo sinceramente que la belleza exterior refleja la que llevamos por dentro. Tus ojos son cálidos y dulces porque eres buena. No digo que Nessie sea mala, solo que sus ojos no son tan sinceros como los tuyos me parece algo fingida o que esconde algo. Me impresionó que apenas con tres días de muerta su madre pudiera coquetear con alguien.
Y creo que tú eres la mujer más hermosa que haya visto. Ahora duerme mi preciosa Bella y no te compares con nadie más que contigo misma.
Esas palabras me llegaron al corazón jamás volvería a dudar del parecido que teníamos ni me sentiría inferior a ella en nada, aunque fuera mejor deportista o pudiera caminar sin tropezar. Edward me amaba a mí. Sólo a mí.


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Bellany G.
**Mi corazón solo sabe que te ama**

1 Comment:

  1. Anónimo said...
    nena cullen : que lido mi vampiro como imtentatan confundirle con la prima pero no cayo ja ja ja estubo genial muchos suspiros de chocolate pàra las dos gemelis

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