“Te vamos a echar mucho de menos Bella”, Dijo Renee.
“Aw, vamos mamá, vendré a visitaros por navidad.”
“Tú asegúrate de llamar cuando llegues allí” Dijo Charlie, gimoteando.
“¡Papá! ¿¡Estás llorando!?”
“¿Qué? Oh, um no, solo es alergia” me respondió.
“Uh-huh, bueno he de irme o perderé el vuelo.”
Los abracé a ambos y me fui al avión que me llenaría de mi ciudad natal, Phoenix AZ, hasta la Universidad Cullen en Seattle, Washington.
Me coloqué en mi asiento, cerré mis ojos y repasé las despedidas que había tenido que experimentar. Todo el mundo me apoyaba pero debería decir que estaban tristes por el hecho de que me iba a marchar. Mis mejores amigas Ángela y Jessica habían llorado mucho la noche pasada y eso me hizo sentir un poco culpable. Aún quería irme, ese era mi sueño. La Universidad Cullen fue una de las más prestigiosas universidades con un excelente programa de música. Si fuera allí, tendría garantizada una exitosa carrera como músico.
Sentí la presencia de alguien más y abrí mis ojos para ver al más hermoso chico sentado a mi lado. De pelo color bronce con unos impresionantes ojos esmeralda, parecía un Dios Griego sentado ahí. Jadeé y me coloqué los mas lejos de él cuando me di cuenta que me había quedado embobada. Me echó un vistazo, sonrió con satisfacción y dejó de mirarme. ¡Pero qué insulto! ¿Quién se cree que es? Oh bien, no pudo ser nada relacionado con lo que hice de todas formas. Había dejado completamente a los tíos, había perdido incluso toda la confianza en ellos desde que pillé a mi ex-novio pegándomela con otra en su habitación. Lo peor de todo fue que cuando se dio cuenta que lo había pillado, cortó conmigo y me dijo que me dejaba.
Como si quisiera volver. Me burlé en voz alta. El chico de mi lado me miró otra vez pero ahora con una expresión divertida en su rostro. Le devolví la mirada y me volteé, para intentar dormir.
El sonido de las ruedas tocando el suelo me levantó y me di cuenta de que el avión había aterrizado. Abrí mis ojos y me di cuenta que tenía mi cabeza apoyada en algo cálido. Oh No Pensé.
Eché un vistazo y mis sospechas se confirmaron. Mi cabeza estaba apoyada en el pecho del chico que estaba sentado a mi lado. Me miró con la más curiosa expresión en su rostro.
“Lo siento” Dije entre dientes, separándome de él.
“Sí, deberías disculparte” Replicó con una voz musical mientras sonreía con satisfacción.
“¿¡Per-perdona!?” Exclamé.
“He dicho que deberías disculparte, no he podido dormir porque no podía moverme con tu cabeza de esa forma.” Dijo.
Estaba demasiado impresionada como para hacer réplica alguna. Sentí mis mejillas enrojecer y sabía que me parecía a un tomate en ese momento.
Se puso de pie para coger sus bolsas, colocadas arriba, y empezó a salir. Intenté hacer lo mismo pero con una altura de 1,60 m era demasiado baja. La azafata me había ayudado a ponerlas ahí y tendría que ayudarme a bajarlas también. Oí una risa baja y alcé la vista para verlo a ÉL cogiendo las bolsas por mí.
“Aquí tienes” empujó las bolsas hacia mí.
“Habría podido cogerlas por mí misma, ya sabes” Intenté disuadir mi vergüenza.
“Seguro” Dijo y volvió a salir, otra vez.
Idiota, Pensé, eso es lo esperado de chicos como él.
Bajé del avión y recogí el resto de mi equipaje. Miré hacia delante y lo vi metiéndose en un taxi y preparado para cerrar la puerta. Corrí y grité para que esperara, pero me mostro una sonrisa y me cerró la puerta en la cara.
¡Vaya idiota! Estaba en estado de shock y no me podía mover. Después de muchos intentos fallidos, finalmente pude conseguir un taxi para que me llevase a la universidad.
Nada más llegar, saqué el horario de mi bolso y miré arriba del todo, el número de mi habitación. Meyer 301. Comencé a caminar hasta el edificio llamado Meyer, vi a un grupo de gente yendo directamente hacia allí. Lo que vi primero fue una chica que parecía un duendecillo, con el pelo negro de punta. Estaba de pie junto a otro chico rubio que parecía un modelo. Ellos a su vez iban con una hermosísima chica rubia y con un chico grande, fuerte y musculoso a su lado.
Wow, ¡Espero que no todos en este colegio sean físicamente como ellos! Pensé.
Subí en el ascensor hasta la tercera planta y caminé hacia mi nueva habitación. Saqué la llave de la puerta cuando me di cuenta de que ésta ya estaba abierta. Pude oír una suave música que reconocí como el estilo jazz.
Hmm. Empecé a abrir la puerta, preguntándome quién sería mi nuevo compañero de habitación, pero yo no estaba preparada para la sorpresa que me deparaba ahí dentro.
“¿¡TÚ!?” Ambos gritamos al mismo tiempo.
Suspiritos: ESA NANA FAN-FIC
k c00l!!!
sigue scribiendo que ta muy interesante
YA QUIERO LEER LOS OTROS CAPIS!!!
:D